Las dos noticias más importantes del mes

May 31, 2013

Terminando mayo, me acordé de una conversación que tuve hoy sobre la importancia de las noticias que aparecen en los diarios. Mi posición era que, por lo general, no importan mucho.

Repensando, tengo que reconocer que todo el asunto de la «importancia» es demasiado relativo al observador, a desde dónde lo observa, a qué es lo que no sabe hoy y le cambiaría su idea si lo supiera… El nacimiento de un niño a un pareja humilde que se estaba trasladando para cumplir con el censo ordenado por César Tiberio no parecía algo especial – se dijo que lo preocupó al monarca local, cliente de Roma, pero es una historia dudosa, sin confirmación documental. Dos mil años después, parece haber tenido una cierta importancia.

Teniendo claro, entonces, que no puedo demostrar que son importantes, y que muestran más mis criterios de evaluación que otra cosa, les ofrezco dos noticias, una local – América del Sur – y otra global. Y mis comentarios.

«La Comisión Nacional de Energía Atómica (CNEA) y la Comisión Nacional de Energía Nuclear de Brasil (CNEN), firmaron en Río de Janeiro un contrato con la empresa argentina INVAP para la construcción de dos reactores gemelos en Argentina y Brasil, el RA-10 y el Reactor Multipropósito Brasilero (RMB).

… Las actividades de cooperación bilateral en materia nuclear entre Argentina y Brasil se dan en el marco del Mecanismo de Integración y Cooperación Bilateral (MICBA), quienes conformaron la COBEN (Comisión Binacional de Energía Nuclear) para efectivizarlos«. (Ver aquí)

La importancia no radica en la operación – muy menor, aunque a INVAP, nuestra empresa insignia de tecnología nuclear, le viene bien para solventar sus gastos – sino porque, justamente, no es una «noticia». No es nada novedoso, sino la continuidad de un entendimiento estratégico que comenzó treinta años atrás.

He sido acusado que, como muchos nac&pop, doy excesiva importancia a lo nuclear. Sucede que – por viejas ideas y también por razones muy concretas y actuales – es la comunidad internacional la que le presta mucha atención. La cooperación entre Argentina y Brasil en este tema es algo que nos establece entre los «países serios», esto en serio. Tanto que los protocolos de seguridad acordados entre nuestros dos países son aceptados por los organismos internacionales encargados de vigilar esta actividad.

«Li-Keqiang visita India en su primer viaje como jefe del gobierno chino … Los primeros ministros de ambos países han firmado en Nueva Delhi las bases de un acuerdo económico sin precedentes para impulsar los intercambios comerciales entre las dos naciones más pobladas del mundo en un 40% de aquí a 2015.

La visita está cargada de simbolismo. No sólo porque India sea el primer destino que ha escogido Li-Keqiang para viajar al extranjero desde que en marzo llegara a la jefatura del gobierno chino. Sino porque con este gesto, pretende también desactivar las tensiones que resurgieron el pasado mes de abril, cuando una treintena de soldados chinos penetraron en una zona que la India considera bajo su soberanía en la cordillera del Himalaya«. (Ver aquí)

Aquí no hay mucho para discutir sobre la envergadura. El país más poblado del mundo y el que va a serlo en pocos años; la Gran Potencia emergente y la que está empezando a recorrer ese camino. Dos países continente, con armamente nuclear. Dos civilizaciones distintas, sin las cuales no se puede entender la experiencia humana…

Y dos jugadores en el tablero global, de cuyas malas relaciones entre sí tomaban como dato los otros: EE.UU., Rusia, Inglaterra, Pakistán… Por supuesto, no es que a partir de esto todo es paz y amor. Recién China gruñia por el acercamiento de India a Japón…

Pero… simplemente la posibilidad de que podrían llegar a acuerdos profundos, modifica ese tablero global. Ah, y ambos son buenos mercados para nosotros.


Para la atención del Chivo Rossi, algo de geopolítica

May 31, 2013

antartida

Los recientes cambios en el gabinete de la Presidente Cristina Fernández – en especial el desplazamiento del presidente del bloque oficialista y dirigente santafesino, Agustín Rossi. al Ministerio de Defensa – fueron comentados en la blogosfera y por los analistas de los medios a la luz de la situación electoral en su provincia (en algunos de los comentarios, del palo, se notaba un ligero sabor a sapo).

Seguramente tienen razón. Es un año electoral, Santa Fe es uno de los distritos claves, y la primera obligación de un gobierno es ganar elecciones, si quiere seguir gobernando. Corresponde que Cristina mueva sus fichas en la forma que evalúe mejora sus chances.

Pero me permito señalar que la Defensa, en un mundo al que los últimos acontecimientos – desde hace 6 mil años, más o menos – muestran muy inestable, es una materia importante. En el estilo de gobierno K, altamente centralizado, los ministros no juegan el rol fundamental. Pero, inevitablemente, por acción u omisión, tienen un papel importante en las áreas en que están.

Dentro de él, está el contribuir a formar un pensamiento, fortalecer unos valores, … es decir, elaborar, actualizar una doctrina.

Para aportar, subo este trabajo de Alejandro María Larriera, docente del Departamento de Derecho de la Universidad Nacional del Sur, donde encabeza un proyecto para analizar los riesgos que enfrenta Sudamérica en un siglo XXI donde los recursos naturales empiezan a cotizar demasiado alto: MALVINAS, ANTÁRTIDA Y ATLÁNTICO SUR: el período 1945 – 1955, clave en el ejercicio de la soberanía argentina y sudamericana.

Es un poco extenso, por eso me limito a enlazarlo con el blog del Foro San Martín donde apareció en estos días. Sí quiero resaltar este párrafo, que, como dicen en mi barrio, no tiene desperdicio:

«Solía comentar Luis Alberto Herrera, líder del Partido Nacional Blanco de Uruguay, que Perón cuarenta y ocho horas después del éxito electoral del 24 de febrero de 1946 que lo llevó a la primera Presidencia, le envió un telegrama que finalizaba con esta frase «Hay que realizar el sueño de Bolívar. Hay que formar los Estados Unidos de Sudamérica».

Nada de lo que ocurrió después fue producto del azar. Perón llegó a la Presidencia con una visión de la situación mundial y del papel de la Argentina y de América del Sur en el mundo muy clara. 

La conformación de un núcleo duro de aglutinación que pivoteara sobre el triángulo isósceles invertido de Argentina, Brasil y Chile impulsando una política de integración, apoyo y defensa común fue el eje de la primera política internacional explicitada y desarrollada por la Argentina en la época moderna.
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Todo ello enmarcado en un mundo polarizado por dos sistemas mundiales de dominación, que avanzaba aceleradamente hacia la superpoblacion y superindustrialización. Anticipó con meridiana claridad, que las guerras del futuro serían económicas y despiadadas, por el control de los recursos naturales.
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Se desplegó entonces no solamente una activa política de integración regional, sobre la base del histórico ABC (Argentina, Brasil, Chile) de 1910, que incluyó un sistema de Tratados de Complementación Económica e Industrialización de América del Sur, sino  además  una Doctrina de Defensa Nacional (DDN) inédita en nuestro país y en todo el continente con excepción de la gran potencia del norte. En conjunto significó, por primera vez en el espacio americano, la elaboración y puesta en marcha de una estrategia continental para el Atlántico Sur«.

Para la autoestima argentina, y armenia, también

May 30, 2013

eurnekian_eduardo

Esta noticia que voy a subir a continuación me interesó mucho, y encaja con las notas que me gusta acercarles sobre desarrollos tecnológicos argentinos, pero vacilé antes de decidirme a incorporarla al blog.

Suena demasiado como el típico chivo de la publicidad institucional. Y – aunque no tengo objeciones contra esa actividad – no he recibido ninguna pregunta de la empresa mencionada sobre el valor del espacio.

Pero… el hecho que hubiera sido publicada hace pocas horas por el Financial Times – probablemente la revista de negocios más leída en el mundo – y que nunca ha mostrado demasiada simpatía por Argentina y mucho menos por nada que tenga afinidad con el gobierno kirchnerista… me decidió. Jude Webber es el corresponsal de FT, y lo más cercano a su voz editorial en todo lo que tiene que ver con Argentina.

He tratado de traducirla con la mayor fidelidad para los que no dominan el inglés o no han conseguido una suscripción de prueba a FT. Las podas de lo que entendí innecesario fueron mínimas. Así que estimo que la información va a ser de interés, cualquiera sea la opinión que tengan sobre la K burguesía. Ah, y si alguien pronuncia «capitalismo de amigos», le pediría que me nombre un país donde pueda encontrar un «capitalismo de desconocidos».

Un pionero argentino descubre un nicho en semiconductores

Por Jude Webber, desde Chascomús

Los trabajadores de batas blancas y zapatos de protección caminan por el brillante suelo azul de una flamante planta industrial construida en el sitio de una antigua fábrica textil.

Las máquinas ronronean en vez de rugir y se ve más como un hospital estéril que una parte importante de la revolución industrial del siglo 21 en América Latina.

Pero Eduardo Eurnekian, uno de los empresarios más exitosos de Argentina, cuya Corporación América administra 49 aeropuertos en siete países de América Latina y Europa, ha encontrado lo que ve como un nuevo nicho: los semiconductores.

Tiene previsto invertir U$S 1.200 millones en una operación que inicialmente producirá chips para tarjetas inteligentes, como los pases de viaje recargables, así como para los teléfonos celulares, tarjetas bancarias y pasaportes. Pero con el tiempo, el plan es abarcar toda la cadena de producción: desde la extracción de arena de sílice, para la fabricación de las obleas de silicio, a la producción de los sofisticados microchips.

Nada de la tecnología es nueva en sí – de hecho, la fábrica, ubicada en Chascomús, a 120 kilómetros al sur de Buenos Aires, producirá transistores, los «bloques de construcción» de los chips, espaciados entre 350 a 90 nanómetros de distancia. Los chips que forman el cerebro digital de los últimos gadgets, como el iPad, se construyen con transistores separados sólo 40 nm entre sí y son por lo tanto mucho más potentes. Los líderes del sector, como Intel, están construyendo fichas con transistores de 22 nm de separación.

Pero la compañía, Unitec Blue, quiere posicionarse como pionera en semiconductores en América Latina, capaz de suministrar chips de manera competitiva a la región que se adaptan a una amplia gama de aplicaciones industriales que no requieren tecnología de vanguardia.

… No se trata de producir más barato que Asia – algo que los expertos dicen que sería imposible -, sino competir en cosas tales como el tiempo de entrega.

… Empresas argentinas importaron chips por $ 980 millones en el 2012 y se espera que esa cifra aumente a $ 1.300 millones este año… El mercado brasileño es siete veces más grande. Y el mercado regional «al sur de México», donde Unitec espera competir, representa $ 17 mil millones.

Brasil ha luchado durante años para conseguir una industria de semiconductores en funcionamiento. Ya cuenta con un fabricante de semiconductores a pequeña escala en Ceitec. IBM, y EBX del multimillonario brasileño Eike Batista también están planeando una joint-venture para la fabricación de chips. Pero Unitec está comercializando agresivamente.

«Creo que hay espacio para un jugador regional porque todas estas fundiciones no están localizadas en América Latina» acordó Tuan Samuel Wang, vicepresidente de investigación de Gartner, una consultora de tecnología. La mayoría de los fabricantes de semiconductores se encuentran en Asia y los EE.UU., con la industria mundial dominado por TSMC de Taiwán.

En América Latina, Intel posee una planta en Costa Rica, pero no permite su utilización a otras empresas de primera línea.

Lanzar Unitec Blue en Argentina, no fue, sin embargo, sin obstáculos: las restricciones a las importaciones demoraron la entrega de la maquinaria necesaria de Alemania.

Pero esos controles a la importación impuestos por un gobierno proteccionista podrían dar a Argentina ventajas en el desarrollo de diseño de microchips y la «profundización de las posibilidades tecnológicas nacionales«, dijo Pedro Julián, un experto en la industria y profesor de la Universidad Nacional del Sur, que está trabajando en un proyecto de diseño de un microchip y dice fundición que monta Unitec podría ser «muy complementaria. Se están moviendo en un segmento en el que podríamos usar escala regional«.

La empresa, prevista para su inauguración oficial por parte de Cristina Fernández, presidenta de Argentina, el 4 de junio, está financiada en su totalidad por el propio capital de Corporación América. «Ahora es el momento de invertir en Argentina«, dice el Sr. Eurnekian. «Los activos están baratos«.

Argentina está acosada por una inflación que se estima en un 24 por ciento anual y los controles de divisas han asustado a otros inversores, como la brasileña Vale, lo que llevó a abandonar un proyecto de $ 6.000 millones.

Pero para este empresario, la ecuación es simple. «Trato de investigar los nichos donde hay potencial«.


Raúl Scalabrini Ortiz, un 30 de mayo

May 30, 2013

scalabrini

Como dije otras veces, no me motivan los aniversarios de fallecimientos. Pero a Scalabrini debemos recordarlo.

No quiero mitificarlo. Pudo haberse equivocado en políticas concretas, y sus análisis no eran rigurosos. Pero tenía corazón y patriotismo, y su lucha fue siempre generosa. En nuestro país, muy proclive a los panteones de próceres, Raúl Scalabrini Ortiz se ganó un lugar de honor.


Aviso parroquial

May 29, 2013

miércoles calavera

 

 

moradores


Sergio Massa y el dulce encanto de la interna peronista

May 28, 2013

cristina y massa

Es una de las historias más conocidas de la literatura de crímenes, y la mencioné otras veces, pero es tan buena que quiero volver a contarla. En uno de sus casos, Sherlock Holmes le menciona al Dr. Watson la extraña conducta del perro de la casa durante esa noche. El buen doctor – que evidentemente funcionaba como el Javier Portales del Alberto Olmedo que era el gran detective – dice «Pero Holmes, el perro no hizo nada durante la noche!«. «Esa fue la extraña conducta, Watson«.

Por algunas semanas no me encontré con mis amigos, ni tampoco con mis no tan amigos, de la fauna peronista, y de la otra. Estos días empecé a conversar con algunos, y lo que llama la atención es lo que no sucedió en este tiempo.

Este es un año electoral, y, muy lentamente, la mayoría de los argentinos lo está asumiendo. La señal más clara: los más apasionados, K y anti K, ya se pelean en las reuniones de familia, mientras los demás los miran incómodos. La minoría politizada, por supuesto, no piensa en otra cosa. No es que se elija ningún cargo de importancia vital – salvo para los que necesitan renovar su banca – pero va a definir las condiciones de partida para la Gran Carrera por la presidencia que finaliza en octubre 2015.

Y en menos de un mes – el 22 de junio – deben estar presentadas las listas de quienes competirán en las Primarias Abiertas del 11 de agosto. Que, la ley es terminante en este sentido, serán los únicos que podrán competir en las elecciones nacionales del 27 de octubre.

Hasta ahora, los candidatos de las fuerzas políticas más importantes – primero y principal, el oficialismo – no aparecen. Salvo, claro, en la «información» periodística, que tuvo a Alicia Kirchner durante un año como cabeza de la lista de Cristina en la interna del FPV en la Provincia de Buenos Aires, sin molestarse en averiguar si estaba en el padrón (A pesar de eso y los medios, todavía es posible que la encabece, nomás).

Esto podría sorprender solamente a un ingenuo como el Dr. Watson. Hoy son muy, muy pocos los «dueños de la pelota», los actores que cuentan con los recursos políticos y financieros para «armar lista», y dar una campaña electoral. Todos ellos, empezando por la Presidente, están jugando sus cartas cerca del pecho: saben de memoria una vieja lección que repetía Lorenzo Miguel «Si armo la lista mucho antes que cierre el juzgado, los que dejo afuera tienen tiempo de armar una, o tratar de subirse a otra«. Claro, en este tiempo la situación es mucho más compleja que en las viejas internas de la Capital, pero, más allá de todos los análisis teóricos, hay un elemento personal: un jugador que mira a sus rivales y trata de sorprenderlos.

Por eso son tan patéticas las especulaciones periodísticas – en las que se prende el activismo, cómo no – «El gobierno estudia suspender las primarias«, «Fulano va a romper con el gobierno nacional«, «El candidato será Zutano«, … Esas decisiones se toman tratando de prever las de los otros jugadores. Que a su vez tratan de prever las de uno. Y nadie quiere quedar atado a una decisión antes que sea inevitable.

Lo realmente curioso, y significativo, es que aún antes, en quince días, el 12 de junio próximo, deben estar presentadas las alianzas que competirán en las PASO. Y todavía no están cerradas.

La explicación es simple, y lamentable para la salud de la política argentina: no existen hoy partidos políticos con estructuras orgánicas nacionales. Ni tampoco – al peronismo, tradicionalmente, le servían como reemplazo de ellas – agrupaciones fuertes, con despliegue en el territorio. Salvo, justamente en el peronismo, La Cámpora, que es y pretende ser un instrumento de la conducción de Cristina, el Movimiento Evita y otros movimientos sociales, que dependen demasiado de los recursos del Estado.

La militancia y el activismo, político o gremial, siguen siendo fundamentales, porque son, por ejemplo, los que ponen los fiscales. Pero, al no estar organizados, no alcanzan a condicionar a quienes pueden armarlas. Tienen que elegir del menú, es decir, las listas armadas por esos muy pocos dirigentes en condiciones de hacerlo; porque generalmente los activistas no pueden abstenerse; la interna es su razón de ser y, en muchos casos, una fuente de ingresos. Los decisores gozan de una casi absoluta libertad… hasta que los votantes dan su veredicto, claro.

En este escenario que he tratado de describir, el fenómeno más interesante de los últimos meses ha sido el crecimiento de la figura de Sergio Massa. Quiero precisar a lo que me refiere, porque este es un asunto muy debatido (y puteado).

Su gestión en la ANSES lo hizo conocido, aún para un electorado con poca memoria. Su paso por la Jefatura de Gabinete nacional le dio notoriedad. Y como intendente de Tigre con muy buena imagen en las encuestas, es un dirigente territorial importante en la Zona Norte de la Primera Sección electoral. O sea que es uno de los «referentes», como se dice ahora, inevitables en la decisiva Provincia de Buenos Aires.

Porque todos los caciques locales – o que aspiran a serlo – que no están seguros de «mojar» en las listas que arme la Presidente – son unos cuantos – miran con interés la figura de alguien que puede encabezar una lista alternativa, en un fenómeno que el viejo jefe de la UOM entendía muy bien.

Si a eso se le suma la repercusión que la ausencia de candidaturas fuertes en los partidos opositores le garantiza de parte de los grupos mediáticos enfrentados con el Gobierno, que le dan visibilidad a cualquiera que podría hacerle sombra a Cristina, su crecimiento es muy explicable.

Lo que llama la atención es que hoy, objetivamente, Sergio Massa ha llegado a pertenecer a esa pequeñísima minoría que está en condiciones de armar una lista – para este 12 de junio, recuerden -que se percibe como un competidor real (Que se percibe, digo. Los votos se contarán el 11 de agosto, después de las 18 hs. Pero los otros que arman deben tomarlo en cuenta hoy).

Los comentaristas más esquemáticos atribuyen esto al Ctdor. Magnetto, a la Embajada, a la Sinarquía o alguno de esos poderes que eligen a sus candidatos en forma misteriosa, entre todos aquellos que aspirarían a ser los «bendecidos». Otros, con algo más de información sobre lo que se rumorea, hablan de los aportes que habría hecho el Chupete Manzano.

Me permito señalar que no sirve como explicación. El dinero es necesario para hacer política, como todos los que conducen una fuerza con posibilidades entienden perfectamente. Pero con eso sólo no alcanza, como también lo saben.

Mi impresión es que Sergio Massa ha conseguido, tácitamente, ubicarse como la expresión de los que apoyan «algunas cosas» de este gobierno, pero rechazan la actitud de «confrontación». Ser un candidato de los peronistas, y vecinalistas, y otros, que no son ni cristinistas ni se definen como anti cristinistas. Es una posición que le ha rendido muy buenos frutos en las encuestas por años a Daniel Scioli – su real competidor -, y Massa tiene las ventajas de una gestión más eficiente (bueno, tiene más recursos), su juventud, y ser, comparativamente, una cara nueva. Que son activos importantes para una candidatura.

¿Cómo sigue la cosa? Aquí arriba mostré que es, por definición, impredecible. Depende de la evaluación, y de los nervios, de cada jugador y de los otros sentados a la mesa.

Si yo fuese un profesional contratado por el intendente de Tigre, mi consejo sería presentar lista en la Primaria Abierta del FPV. No porque creo que pueda ganarla – es una elección interna, después de todo, y fuera de la Primera Sección, los dirigentes territoriales, los intendentes, más importantes de la Provincia no están de su lado – sino porque no necesita ganarla. Le basta con establecer una fuerte presencia para el 2015.

Pero me parece que vale la pena analizar las posiciones de los otros jugadores en lo que puede llamarse – con mucha amplitud – la interna del peronismo. A Daniel Scioli le conviene mucho más que el más fuerte challenger a la lista del FPV sea De Narváez, que no es competencia para sus ambiciones presidenciales, y no Massa – y ha movido sus fichas en ese sentido. Sucede que De Narváez estaría dispuesto a pactar con el tigrense ¿por qué no? Es otro al que ahora le sirve estar en la mesa, más que encabezar una lista.

Lo que va a ser más importante, obvio, es la jugada del oficialismo. Y ahí sucede otra cosa curiosa, en la línea holmesiana.

Sergio Massa es hoy la figura más detestada por la progresía K, y también de algunos peronistas de paladar negro que comentan en este blog. La militancia de la Provincia de Buenos Aires que ha decidido jugar para Cristina lo cuestiona duramente. Y el blog de Omix, vocero del massismo ortodoxo, tiene comentaristas abonados para insultarlo. El kirchnerismo ferviente rescata la actitud de ese agitador judío «Porque no son ni fríos ni calientes, y serán escupidos fuera«.

Pero… es llamativo que las figuras públicas del oficialismo, el Chino Navarro, por ejemplo, se abstienen de pegarle; incluso dejan caer algún elogio, como la misma Cristina. Y Artemio López, actualmente severo custodio de los valores K en la bloguería, corrige con severidad a Daniel Scioli, y castiga sin piedad a los alejados de la luz, como De la Sota o Bruera. Pero, desde hace algunos meses y hasta ahora, no dice una palabra sobre el tigrense.

Es posible que la Presidente haya llegado a la conclusión que necesita algo más que los votos de los convencidos. Que, como decía el General, «los buenitos somos pocos». O que dos opositores son mejores que uno, en algunas circunstancias.

¿Mi conclusión? Sería soberbio si tratara de decir algo definitivo, por las mismas razones que he expuesto. Me inclino, eso sí, a repetir algo que ya dije hace dos meses, escribiendo sobre la interna de la Provincia de Buenos Aires «El intendente de Tigre tiene excelente imagen pública – excepto en la militancia K, lo que no es decisivo – y puede ser muy bueno en campaña. Pero hasta ahora su discurso gira sobre su gestión municipal y, tácitamente, no ser alguien “conflictivo”. Buenas cualidades para muchos votantes, pero no alcanzan para construir un liderazgo. Como me decía un massista reflexivo “Hasta ahora, Sergio tiene el discurso de Scioli, mejor articulado. Necesita empezar a decir algo más”. Estoy de acuerdo ¿Lo hará?


El acto del sábado en la Plaza

May 27, 2013

Acto 25-5

Retomando el blog, quise bosquejar un «cuadro de situación» de la política argentina después de 10 años K, mirando hacia lo que sigue. Y subí la nota de un economista amigo sobre un problema estructural de nuestra economía que vuelve a aparecer; porque esas son las cosas que trazan límites a lo que puede hacerse (no barreras; límites: eso que dice «esto hay que solucionarlo antes»).

Tengo material – si consigo el tiempo para trabajarlo – acerca de temas importantes para nuestro futuro: Y, por supuesto, se me ocurren algunos comentarios sobre nuestras fascinantes internas. Pero me di cuenta que no había dicho nada sobre el acto del sábado, en la Plaza.

Es que no hubo nada nuevo, en realidad. El acto, en su número, en su composición social, en su clima, fue similar a los de los últimos años del gobierno de Cristina. Distinto, por supuesto, de las grandes manifestaciones peronistas de la década del ´80, y todavía más distante de las movilizaciones de principios de los ´70, o de la mezcla de carisma desesperado y de aparatos que se dio en los ´90. Quizás lo más parecido, curiosamente, era el aire de fiesta popular, de «romería», como decía Halperín Donghi, que se veía en los actos de los primeros gobiernos peronistas.

No importa. Lo que volvió a mostrarse en la Plaza es que el peronismo sigue existiendo. Y que es la única fuerza política que es capaz de provocar grandes manifestaciones. A favor o en contra.

Porque, ojo, una manifestación – aún una tan importante como la del sábado – no significa hegemonía, ni siquiera mayoría electoral. Eso casi se vio en Venezuela, hace muy poco, y en Argentina quedó muy claro en el ´83.

Por eso decidí ilustrar este posteo con la tapa de La Nación del día siguiente. No porque sea la mejor foto del acto – que lo es – sino porque demuestra, con su contenido, que también el antiperonismo sigue vigente. Y parecido a sí mismo, a lo largo de la historia.

Con esto no quiero decir que todos los que se oponen al gobierno de Cristina Fernández suscriben el pensamiento que expresa La Nación. Como tampoco todos los que lo apoyamos estamos encuadrados por la eficaz organización que condujo el acto. Pero en ambos casos puede decirse, con bastante justicia, «es lo que hay».

El que quiera algo distinto, tendrá que construirlo, o ayudar a hacerlo. Pero creo que no podrá lograrse sin partir de una de esas dos realidades que muestran una asombrosa vigencia en Argentina: el peronismo y el (seamos benévolos) no peronismo.


Cuasidólares y la restricción externa

May 26, 2013

restricción externa

Recién leía en Ramble Tamble un trabajo de Analytica, que me impresionó como un resumen válido de la economía de esta «década kirchnerista» y, más importante, una previsión lúcida de la realidad que encontrará el próximo gobierno, en 2015. Algo similar, pero mucho más preciso, porque se manejan con números, a lo que yo traté de hacer en el plano de la política en el posteo anterior.

(Y no sean mal pensados: ese posteo no es triunfalista. Artemio sabe que la realidad es un interlocutor mucho más exigente que Fernando Iglesias, o aún que Alfonsín Jr. Suscribo totalmente, por ejemplo, este párrafo final: «Faltan aún dos años para finalizar la etapa política más extensa en las tres décadas democráticas, y todo indica que la economía todavía deberá atravesar zonas inciertas. La inflación es el tema principal a resolver; su persistencia ha reducido la rentabilidad de los sectores transables, las chances de aumentar el poder de compra de los salarios y la posibilidad de consolidar el ahorro en pesos. En 2012, además, reaparecieron viejos fantasmas argentinos, como la histeria por el dólar y la paulatina pérdida de reservas del Banco Central. Por ahora, si existe vocación política y pericia técnica, las dificultades son objetivamente manejables. El desafío mayor, a no dudarlo, es que el gobierno logre recuperar la alicaída confianza hasta el final de su mandato»).

Me hizo recordar que hace una semana mi amigo Pablo Tonelli me había hecho llegar uno de sus artículos didácticos, donde pone el acento, no ya sobre la coyuntura, sino sobre un problema estructural de nuestra economía que ha reaparecido: la restricción externa. Durante la mayor parte de estos años se había perdido de vista. gracias al aumento en los precios de los bienes que exportamos y la Gran Devaluación del 2002. Pero esas son circunstancias de una sola vez. Tenemos que enfrentar la necesidad de transformaciones estructurales, si no queremos volver al pasado.

LOS CUASIDOLARES Y LA RESTRICCIÓN EXTERNAs

Pablo Tonelli, economista

La extraordinaria expansión de la economía argentina de 2003-2011 hizo pensar que la restricción externa, que había sido uno de los frenos al desarrollo en otra etapa, había desaparecido. A fines de 2011 la cuenta corriente de nuestra Balanza de Pagos quedó prácticamente en cero y el problema reapareció.

En las décadas de la sustitución de importaciones dicha restricción provocó lo que se conoció como el fenómeno de “stop and go”, freno y relanzamiento de la economía en forma cíclica. Este proceso se desencadena a consecuencia de la insuficiencia de divisas, ya que los dólares generados por las exportaciones del sector primario – agrícola ganadero – resultaban insuficientes para sostener el desarrollo industrial, que necesitaba importar insumos, maquinaria y equipos. Las tensiones que provocaba esta situación se resolvían vía una fuerte devaluación, con sus conocidas consecuencias sobre el mercado interno y los salarios. Se provocaba un “ajuste” de la actividad económica, con fuertes consecuencias en términos de actividad y empleo, para luego relanzar el crecimiento industrial,  obteniendo dólares a través del endeudamiento externo y así seguir. El “péndulo argentino”, lo llamo Marcelo Diamand.

La devaluación no era necesaria para el sector agropecuario primario que producía a niveles de precio cercanos a los internacionales, sino para la industria cuya productividad era (es) inferior a la internacional. Los dólares eran escasos para las necesidades del desarrollo industrial y el estancamiento del sector agropecuario amplificaba el fenómeno. La devaluación significaba una renta extraordinaria para los exportadores primarios, y el endeudamiento externo la solución a las necesidades de la industria de contar con dólares para continuar su ciclo productivo. Los trabajadores padecían en forma directa el encarecimiento de los bienes de la canasta familiar como consecuencia de la devaluación, es decir sufrían la baja del poder adquisitivo del salario. A su vez, las políticas de ajuste post-devaluatorio comprimían el mercado interno y afectaban la actividad económica interna y el empleo.

Este fantasma volvió a aparecer bajo la forma de claras presiones devaluatorias ya en ocasión de la corrida cambiaria de 2011 y dio origen a la estrategia de control de cambios, prohibición de atesoramiento en divisas, pesificación de las transacciones del mercado inmobiliario y restricción del giro de utilidades y regalías al exterior por parte de las empresas multinacionales, la que se fue profundizando hasta los anuncios de creación de nuevos instrumentos financieros.

En el período 2003-2011 el sector agropecuario se expandió, continuando la tendencia que venía de la década anterior, incrementando notoriamente la superficie sembrada y mucho más la capacidad productiva de la tierra con el boom de la soja y el maíz transgénicos,  la siembra directa y el paquete tecnológico del agro-business. Los altos precios internacionales permitieron que una estrategia nacional basada en el crecimiento del empleo y el valor agregado utilizando tipos de cambios múltiples y diferenciados para el agro y la industria, a través del mecanismo de las retenciones, no encontrara como límite las divisas para el desarrollo.

La magnitud de la oferta de divisas permitió durante esos años que el BCRA incrementará sus reservas, el Gobierno Nacional pagara sus compromisos en dólares sin recurrir al endeudamiento externo, la industria se equipara, las empresas trasnacionales giraran utilidades al exterior y además se dolarizara parte del excedente económico generado localmente utilizando las divisas generadas en el comercio exterior, base de nuestro superávit.

Los sectores que generan excedentes, en síntesis, dolarizan la porción del mismo que permanece liquida, sean éstos capitalistas pyme nacionales o grandes empresarios locales o extranjeros. Esta porción, como afirma el economista Ramiro Castiñeira ha sido de aproximadamente un 2 % del PBI anual en promedio durante los últimos veinte años. Idéntico comportamiento se observa en los sectores medios, profesionales o asalariados con capacidad de ahorro. La forma en que estos sectores acompañaron la corrida cambiaria y fuga de capitales del 2011 es notoria. La fuga de este último sector (porque los dólares salen del circuito económico) es fuga al colchón o a las cajas de seguridad, no a cuentas externas ni paraísos fiscales.

La más central de las funciones de una moneda, preservar el valor (en término de bienes), ser reserva de valor, no es cumplida por el peso. El capital no cumple su ciclo sino se expresa en dólares y los ahorros de los sectores medios y altos necesitan del dólar para tener una certeza del monto con el que  cuentan. Esto mucho antes de las actuales guerras de divisas y de la renacida discusión sobre el  rol monetario del oro que trajo la crisis internacional. Es un comportamiento histórico el que devino a la Argentina una economía bimonetaria.

La estrategia profundizada a partir del 2011 evitó muy acertadamente una macro devaluación con efectos devastadores sobre el salario, el empleo y el mercado interno en aquel momento y en éste. Sin embargo no ponderó adecuadamente la magnitud del desafío que implicaba el retorno de la restricción externa y la sensación de descontrol que genera el alza constante del dólar marginal en el imaginario social de la Argentina, que constituye su síntoma. Por supuesto todo ello es apocalípticamente magnificado por los grandes medios y los sectores de poder enemigos del Gobierno. Pero esto último es obvio, dado que como dicen los ajedrecistas, las negras también juegan.

La inversión en los sectores estratégicos, como la energía, necesita urgentemente de divisas para su desarrollo. El funcionamiento del mercado de la construcción privada no social y el mercado inmobiliario se mueven en dólares, vinculado con el carácter de bien reserva de valor de la propiedad inmueble, particularmente en el Área Metropolitana y otros centros del interior.

El BONO ARGENTINO DE AHORRO PARA EL DESARROLLO ECONÓMICO” (BAADE) y  el “PAGARÉ DE AHORRO PARA EL DESARROLLO ECONÓMICO“ se orientan al primer objetivo y el “CERTIFICADO DE DEPÓSITO PARA INVERSIÓN” (CEDIN), al segundo, creando un cuasi-dólar, un sustituto local de la moneda estadounidense. A estas alturas no resulta posible estimar adecuadamente con cuantos recursos podrá contar el Plan de YPF provenientes del BONO y del PAGARÉ o estimar el grado de impacto positivo del CEDIN, originalmente bien visto por la Cámara de la Construcción y la Cámara Inmobiliaria, en los precios y las transacciones del sector. Tampoco es posible estimar en qué grado la negociación en pesos de estos instrumentos convertibles a dólares ante su presentación ante el Banco Nación u otros Bancos Comerciales bajo ciertas condiciones, funcionarán como un “mercado financiero de cambios”.

El dato a tomar en cuenta para los hacedores de la política económica es que la restricción externa ya está entre nosotros. Los dólares provenientes del comercio exterior son insuficientes para financiar el equipamiento industrial, pagar nuestros compromisos externos, asegurar la remisión de utilidades de las multinacionales, cubrir el bache energético y el creciente desfasaje del turismo.

Este el desafío clave que enfrenta la economía argentina.


La década que sigue

May 25, 2013

década

Ahora que tengo (un poco más de) tiempo libre, siento que debo retomar el blog y decir algo sobre esta etapa de la historia argentina, los diez años que se cumplen hoy de gobiernos Kirchner. Que es un lapso largo, para los tiempos de una vida humana.

Eso sí, no me interesa – ni tengo tanto tiempo disponible, tampoco – hacer aquí un balance de todo lo bueno, ni de todo lo malo que estos gobiernos han hecho. Ya hay muchos listados, y hoy habrá más, de autores de ambos lados de la divisoria. Bastantes son inteligentes y detallados, y algunos hasta sutiles. Además, los que siguen el blog saben que he dado mis opiniones, las favorables y las negativas, sobre muchas políticas y decisiones concretas.

Lo que tengo ganas de hacer es ver si puedo animarme a hacer un juicio sobre esta etapa en su conjunto. Para eso, no creo que sirvan los listados de medidas. Buenas y malas ¿para quiénes? y por cuánto tiempo? «Cada uno habla de la feria según le va en ella«, es un dicho muy viejo y muy cierto. Prefiero enfocarlo desde una pregunta: ¿Cómo sigue la historia?. Shakespeare escribió muchas frases hermosas, pero la que resume el espíritu de Occidente – del que somos herederos, también – es «El pasado es prólogo«.

Por eso lo que me parece más valioso de la experiencia de gobierno kirchnerista es que mostró que es posible mantener políticas económico-sociales favorables a la creación de empleo, al mantenimiento del consumo popular (y del otro, cómo no) y a una modesta industrialización durante un período prolongado. Se puede decir que éste es un objetivo reducido, aún en la experiencia argentina. Pero no hay que olvidar las circunstancias globales que enmarcan este período.

El «sentido común» que se impuso a partir de la Revolución Conservadora de Reagan y Thatcher, que pone como valor supremo la «confianza de los inversores» y demoniza toda intervención estatal que no se dirija a salvar los bancos, era dominante en 2003 y lo sigue siendo hoy, a pesar del deterioro social que las políticas de ajuste provocan en Europa, y que en EE.UU., Ben Bernanke, discretamente, deja de lado uno de sus postulados básicos «dándole a la maquinita» impresora de billetes.

En Argentina este modelo entró en crisis años antes, en 2001, y las consecuencias de su derrumbe fueron más desastrosas. Pero eso no significa que perdiera su dominio sobre la mente de muchos argentinos, especialmente los que ostentaban poder económico. Cuando Claudio Escribano dijo, al rechazar Néstor Kirchner su exigencia que siguiera una política similar en sus rasgos centrales a la de Carlos Menem, que iba a «durar un año», no estaba haciendo (solamente) una amenaza. Estoy razonablemente seguro que creía estar haciendo un pronóstico.

Los gurúes de la economía convencional lo repiten todavía, como un mantra. Siempre, para ellos, el desastre es inminente. Y es muy posible que el desastre llegue, especialmente si se comenten errores graves. El manejo de una economía mixta, con intervención estatal, es delicado; en particular con el Estado deteriorado que tenemos. Pero hasta ahora, por diez años, no se ha «chocado el barco». Esa lección no quedará desperdiciada para futuros gobernantes, o para estos mismos. Rara vez pueden darse el lujo de planear para un plazo mayor.

No me impresiona la crítica que hacen muchos amigos – algunos de ellos en este blog – que hablan de oportunidad desperdiciada. Es teórico. Es cierto que la mejora en los precios de nuestros productos de exportación nos dió – como al resto de América del Sur – una oportunidad muy favorable. Y la Gran Devaluación y las retenciones iniciadas en el 2002 le dejaron a Kirchner un tipo de cambio «recontraalto» y un Estado con recursos mayores que sus gastos. Pero ninguna circunstancia favorable es eterna. La clave es como se usan esos recursos «extraordinarios».

En este caso, sirvieron para una extensión de la cobertura jubilatoria sin precedentes desde el primer gobierno de Perón, para la Asignación Universal por Hijo, para el estímulo a la industria… Seguramente podrían haberse usado en forma más eficiente. Y, con el diario del día siguiente, todos acertamos los resultados. Lo concreto es que no se ve cuál es la opción política que habría hecho un mejor uso de los recursos. Aún hoy, a 10 años, no aparece todavía en el horizonte… Cuando aparezca, si lo hace, la gestión K le habrá ampliado los límites políticos de lo posible.

Por el otro lado, me inclino a pensar que la peor herencia de estos diez años K es lo que no se hizo. Aunque se mostró que el gobierno podía tomar decisiones con independencia – dentro de los límites que impone la realidad – de los poderes económicos, no ha creado reglas más o menos estables que obliguen a los empresarios a disciplinarse y enfocar sus intereses en las direcciones que convienen al país. Ni parece tener idea de cómo hacerlo, más allá de los telefonazos de Moreno (Que no están mal, pero no alcanzan para el largo plazo. Que es el que importa).

Tampoco ha construido ni reconstruido las empresas estatales que creó el peronismo fundacional y que el mejor radicalismo – el que había aprendido del estado francés – trató sin éxito de conservar. Se ha mantenido en la mayoría de los casos – excepto cuando la realidad lo hizo imposible – el esquema concesionarios que fue una de las peores herencias del menemismo.

En el tema de los derechos humanos me parece que se ha hecho un aporte importante. Pero no, estimo, en lo que ha tenido mayor repercusión, aquí y en el exterior: el castigo a los represores. Mi reacción ahí se asemeja a la de una vieja tapa de la revista Barcelona «En la nueva Argentina de Kirchner ningún asesino babeante y senil quedará sin castigo«. Me parece mucho más importante haber manejado los conflictos sociales con prudencia y tolerancia. Por supuesto, hay excepciones graves, y no pocas. Pero lo cierto es que los gobiernos K han usado un nivel de represión mucho menor que el habitual en el pasado reciente argentino, incluidos los otros gobiernos democráticos, y en general en América (salvo Canadá). Nuevamente, han mostrado que es posible.

¿La corrupción? Es un tema importante en la actualidad política, y algo volveré a escribir sobre el asunto. Pero no lo considero una característica definitoria de esta experiencia, en ningún sentido. Ciertamente no es mayor que el que existía durante los gobiernos de Menem, y el breve de la Alianza mostró ejemplos puntuales peores que ambos, con el soborno institucionalizado a los senadores y la defraudación de las esperanzas populares. La peor, seguramente, fue la que se produjo durante los gobiernos militares, cuando el asesinato era una herramienta habitual también para el enriquecimiento ilícito.

Tal vez el factor más negativo – por el peligro que representa para la continuidad no conflictiva de la experiencia K – es el enfrentamiento que vemos hoy en el seno de nuestra sociedad. El kirchnerismo y el antikirchnerismo rabiosos no incluyen a la mayoría de los argentinos, claro, pero son muchos más que las minorías politizadas.

Por supuesto, los opositores enragés son tan culpables como los oficialistas que, por convicción o por conveniencia, se envuelven en el fanatismo. Igual, al gobierno le cabe la responsabilidad, porque es el que tiene más recursos. El hecho es que así los que aspiran a llegar al poder se definen no por lo que pretenden hacer con él sino por su enfrentamiento con el gobierno. Más precisamente, con Cristina.

El hecho es que, si Argentina ha crecido en los últimos 80 años mucho menos que Brasil, por ejemplo, se debe a que no supo mantener una continuidad mínima en sus políticas. Por eso, siento que mi evaluación no puede ser otra que comprobar que el desafío fundamental – por el cual será juzgada esta gestión – es la capacidad de construir una sucesión que no sea una ruptura.


Un homenaje a Rodolfo Pfaffendorf

May 24, 2013

luttoMe enteré, tarde, de la muerte de Rudy. Me habría gustado estar entre los viejos compañeros que lo despidieron. Igual, no habría podido escribir un adiós mejor que el que le hizo aquí Roberto Bardini, que también viene de esos tiempos, más heroicos y generosos.

«En la madrugada del 20 de mayo falleció “El Alemán” Rodolfo Pfaffendorf. Tenía 71 años y hasta el último momento peleó contra el cáncer de pulmón con la misma tenacidad que se caracterizó desde adolescente en su lucha dentro de la Resistencia Peronista. No claudicó en aquel entonces ni se rindió ahora. Era la representación viviente de aquella frase de Ernest Hemingway en El viejo y el mar: “El hombre no está hecho para la derrota. Un hombre puede ser destruido, pero no derrotado”.

Fue un hombre discreto, sobrio. Le escapaba a los reflectores, no le interesaba salir en la foto. Como se dice ahora –y se dice hasta la exageración de cualquier perejil taimado– mantenía “un perfil bajo”. Por eso quizás sea bueno contar quién era. Recordar, por ejemplo, que el 9 de junio de 1961, cuando se conmemoraban cinco años del fusilamiento del general Juan José Valle, Rudy fue – junto con Dardo Cabo, Américo Rial y Andrés Castillo – uno de los siete fundadores del Movimiento Nueva Argentina. Y que menos de un año después, el MNA era el más numeroso y beligerante de los encuadramientos juveniles peronistas de aquella época.

Eran tiempos difíciles. El aquelarre venéreo de simios amontonados bajo la pomposa etiqueta de “revolución libertadora” – que, como se sabe, no fue ni una cosa ni la otra – había instaurado un régimen de encierro, destierro y entierro. Pero los muchachos peronistas imprimían volantes y modestos periódicos efímeros, pintaban las paredes con alquitrán, tiza o carbón, ponían el pecho en la calle, rompían actos políticos de los “contreras”, enfrentaban a la Guardia de Infantería un día sí y otro también, recurrían al “caño” y al cóctel molotov.

La década del 60 fue una etapa muy distinta a la del 70 y no hablemos de la actual. Hasta el vocabulario era diferente. Carecían de significado muletillas como “gestión”, “articulación”, “referente”… Los militantes no mencionaban el vocablo “militancia”; simplemente militaban. Eran perseguidos, iban presos, aguantaban la picana eléctrica y muchas veces terminaban muertos, pero no hablaban de “la militancia”. En todo caso, se referían a “la lucha”. Porque eso era lo que hacían, sin declamarlo: luchar.

Esos muchachos, en su mayoría hijos de obreros o modestos empleados,  trabajaban o estudiaban y, muchas veces, las dos cosas a la vez. Respetaban a los militantes de generaciones anteriores, los escuchaban, aprendían; no tiraban por la ventana a un viejo por día. Se reunían en un bar y eran seis o siete alrededor de una única taza de café porque no había plata para más. Ninguno usaba traje, ni tenía coche, ni ocupaba cargos en la empresa privada o la administración pública. No mendigaban una cátedra, un contrato, un nombramiento, otra categoría mejor. El único puesto al que aspiraban era el puesto de lucha.

Y en esos años de lucha, Rudy Pfaffendorf participó tras bambalinas de aquella pequeña gran gesta juvenil conocida como Operación Cóndor, que conmovió a la Argentina el 28 de septiembre de 1966. Fue el  día que 18 muchachos peronistas desviaron un avión de pasajeros en pleno vuelo, aterrizaron en las Islas Malvinas e hicieron flamear siete banderas argentinas. “El Alemán” – que tenía 27 años, estaba casado y era padre de dos niños – no pudo integrar el grupo porque Dardo Cabo, el jefe del comando, había decidido que sólo participaran de la acción jóvenes solteros y sin hijos. No obstante, se ocupó de tareas de prensa, divulgación y propaganda junto con el periodista Américo Rial, que entonces trabajaba en Crónica.

Rudy descendía de alemanes. Estaba emparentado con un joven oficial que combatió en la Primera Guerra Mundial y que el escritor Ernest Jünger menciona en Tempestades de acero. Y se sentía orgulloso de haber sido alumno del Colegio San José, donde – según decía – aprendió “a ser caballero”.

Alto, elegante y pintón, mezcla de dandy y pibe de barrio, fue un lector apasionado por la historia y un tenaz organizador de homenajes en cada aniversario del operativo de 1966. También fue un “amiguero” crónico: para él, cualquier pretexto era bueno para organizar una reunión, cena o brindis.

Le preocupaba la situación política de Argentina y discutía con vehemencia. Tenía actitud de cóndor dentro de un peronismo caracterizado por el estridente cacareo de gallinas y el módico aleteo de perdices. Apologista de la era de los titanes y los personajes épicos, sufrió sus últimos años en un tiempo de enanos políticos y despreciaba a los que, para elevarse, se dedican a trepar. A los pigmeos mentales que un día escalan a un puesto equivalente al grosor de un ladrillo acostado y la altura los marea.

Personalmente, lo recordaré como un buen hermano mayor. Sus camaradas y amigos lo van a extrañar. Todos ya lo estamos extrañando.

Pero él, por fin, descansa en paz«.

Sólo quiero agregar algunos hechos, de diferentes etapas de su vida, que ayudan a verlo.

Sufrió el dolor de la muerte en un accidente de su hijo varón, ya crecido. Pero conservó el amor de su hija, y, con Elena, formó otra familia con un hijo de ella que lo quiso como un padre y uno nuevo que todavía es muy joven pero que ya puede recordarlo con orgullo.

En los ´70, tuvo una posición definida – por supuesto – por la lealtad a Perón y en contra de la aventura montonera. Pero fue un amigo leal – también por supuesto – de Dardo Cabo, e hizo lo que pudo por salvarlo.

En la historia del «Operativo Cóndor» que Bardini recuerda aquí, Pfaffendorf, Américo Rial y Emilio Abras fueron los que se encargaron de apoyar desde Buenos Aires a los que tomaron el avión. Una de las tareas era dar a conocer los motivos de la patriada. Lo hablaron a Héctor Ricardo García, el dueño de «Crónica», pero éste dudaba de publicar un comunicado sin responsables. Rudy le dejó su cédula.