Un cacho de nuestra historia

marzo 30, 2020

Aldo Duzdevich, el peronista que, entre otras cosas, escribió «JP-Lealtad, los Montoneros que se quedaron con Perón» y «Salvados por Francisco», dio un largo reportaje sobre esos dos libros, que compartió en un grupo del que ambos participamos. Lo leí hace pocas horas, y de inmediato le pedí permiso para subirlo al blog.

Es un impulso personal. Esa historia de hace casi medio siglo parece, es, remota de lo que vivimos hoy. Y han pasado tantas cosas desde entonces. Pero nada. Esas luchas, los ideales que las impulsaron, y las derrotas, tienen que ver con lo que hoy somos los argentinos. Y hay poca memoria reflexiva. Relatos distintos, a los que se aferran distintos sectores. Y en la mayoría, que no lo vivió, historias periodísticas, superficiales o manipuladas.

Los que vivimos ese tiempo tenemos recuerdos, seguro. Y podemos discutir cosas con Aldo. Pero se tomó el trabajo, y tuvo el coraje, de historiar un capítulo difícil. Sé que la agencia Paco Urondo llega a muchos, pero igual quería que quedara aquí.

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APU: ¿Cuál es el origen de la JP Lealtad? ¿Cuáles eran las diferencias que tenían con la conducción de la organización Montoneros?

Aldo Duzdevich: Siempre digo que los hechos en la historia son multicausales, nunca hay un solo elemento que define un hecho histórico. La JP Lealtad se encadena en una serie de temas que luego van a terminar en esta fractura. Es complejo explicarlo tan brevemente porque primero hay que analizar cuál es el historial de los diferentes grupos que van a integrar Montoneros, sus prácticas políticas y  sus componentes ideológicos.

APU:¿Cuáles son esos elementos?

AD: Montoneros, básicamente, suelo decir, es una creación de la Iglesia Católica: los tres grupos originarios de la organización, los de Buenos Aires, Santa Fe y Córdoba, son grupos juveniles de militancia católica, que hacen su opción por los pobres y por el peronismo. Se dice:  “los pobres son peronistas por lo tanto nosotros somos peronistas”. Y luego: la única forma de enfrentar a la dictadura de Onganía, es la lucha armada. Y a partir de tres o cuatro consignas muy generales, se empieza a nuclear Montoneros.

Aquí la base de incorporación  a la organización, tiene que ver con la unidad en la acción. Por lo tanto no había, en un principio, demasiadas discusiones de tipo ideológico político, más bien había algunas consignas importantes: el regreso de Perón, el socialismo nacional,  los programas de La Falda y Huerta Grande. Consignas bastante amplias, y sin nada demasiado cerrado o dogmático.

APU: Hay un sector que viene de las FAP (Fuerzas Armadas Peronistas) que se incorpora a Montoneros…

AD:  Entre esos grupos, y acá entró en el tema de la Lealtad, se va a incorporar a Montoneros un grupo muy importante, cercano a 100 militantes, que venían de las Fuerzas Armadas Peronistas (FAP) . Las FAP es la primera guerrilla que nace entre el 66 / 67. En 1968, un grupo importante de las FAP intenta instalar un foco rural en Taco Ralo y son detenidos todos.Taco Ralo lo encabezan Cacho «El Kadri» y Néstor Verdinelli. Las FAP son la organización que  hereda la Resistencia Peronista, porque muchos de sus cuadros venían de participar de esa experiencia.

Hasta se podría decir que es la única organización genuinamente peronista. Pero, en 1971 en la FAP se va a dar un proceso de discusión interno entre un sector que empieza a girar hacia la izquierda, lo que luego se llamó el alternativismo. Compañeros que salen de la cárcel y han mamado literatura marxista y vienen con una impronta de debate interno dentro de la FAP, para orientarla hacia una corriente de pensamiento más cercano al marxismo y ya con cuestionamientos ideológicos hacia Perón. Allí se da un proceso de fractura de la FAP, entre quienes que se denominaron los iluminados y los oscuros. Imaginemos quiénes eran los “oscuros”, justamente el sector más peronista de la FAP, que rompe con la organización e inician conversaciones para integrarse a Montoneros.

APU: ¿Cuánta gente integraba Montoneros en es momento?

AD :Ese Montoneros es una organización muy pequeña todavía. Esta es otra de las cosas que se desconoce. Cuando se habla de miles de militantes montoneros, no es la realidad anterior al 73.  Por ejemplo el mismo Roberto Perdía cuenta que: “en julio de 1972, cuando llegué a intervenir la columna de Rosario, no quedaba más que una docena de cuadros. Y la sorpresa fue que a fines del 72, cuando empieza la campaña electoral, “en Rosario juntamos 5.000 personas cantando FAP, FAR y Montoneros son nuestros compañeros”.

Siempre escuchamos la frase “nosotros los Montoneros fuimos los que luchamos para traer a Perón”. Eso es parcialmente cierto. Porque antes de Montoneros (que nace en 1970),  existieron 15 años de resistencia y luchas del peronismo. La Resistencia Peronista básicamente obrera (e injustamente olvidada) que nació en los días después del golpe del 55. Los intentos de levantamientos militares como el de Valle e Iñíguez. La lucha de los obreros del frigorífico Lisandro de La Torre, el MRP (Movimiento Revolucionario Peronista), los Uturuncos. Y fundamentalmente la lucha de las organizaciones sindicales que fue permanente desde 1955. Esto es lo primero que hay que entender. Porque salvo Perón y el pueblo peronista en su conjunto, nadie puede arrogarse el monopolio de la lucha por el retorno de Perón.

Y volviendo a Montoneros, en 1972, (es difícil saberlo), pero no tendría más de 300 cuadros de los cuales la mitad estaban presos. Eran grupos muy reducidos también el ERP y las FAR. El gran crecimiento de las organizaciones armadas, va a venir después del 25 de mayo del 73, ya en democracia.  Es más, te diría que el gran encuadramiento de Montoneros viene después de la muerte de Perón, donde incorporan una enorme cantidad de jóvenes provenientes de la JUP y de la UES.

APU: ¿Cómo se genera la discusión de la JP Lealtad ? 

AZ: El germen de la disidencia y ruptura de La Lealtad, es similar al que se dio dentro de las Fuerzas Armadas Peronistas FAP, entre “oscuros” e “iluminados.”  Recordemos lo siguiente. En 1970 nace Montoneros con el ajusticiamiento de Aramburu. Ese golpe les genera un apoyo popular importante, porque para el viejo peronismo Aramburu y Rojas eran un símbolo viviente del enemigo. Esto le granjea a Montoneros una gran simpatía entre el peronismo de la calle, entre gente de pueblo.

En paralelo las FAP (que estaba mucho más desarrollada), quedan enredadas en su discusión interna. Los “oscuros” rompen con la FAP y se llevan casi cien militantes.

Los “oscuros” deciden ingresar a Montoneros. Pero, como eran muchos, Montoneros no absorben a todo el grupo sino que mandan a algunos a otra orga que estaba empezando: Descamisados. Uno de los líderes de los “oscuros” es el Negro Eduardo Moreno, alias “Santiago”, que luego será uno de los líderes de “La Lealtad”.

Entre la gente que venía de las FAP y los cuadros originarios de Montoneros, había ciertas diferencias que luego iban a emerger en las discusiones. Primero, había experiencias políticas y militares diferentes y hasta algunas diferencias de clase u origen social. Como dijimos los de la FAP tenían un entronque con militantes de la Resistencia, tenían prácticas políticas previas a lo militar, tanto en sindicatos o unidades básicas.

En cambio los grupos originarios de montoneros, el del Colegio Nacional de Buenos Aires, el de Córdoba y el de Santa Fe, básicamente eran grupos juveniles católicos de clase media alta, que habían hecho la opción por el peronismo y la lucha armada todo junto, sin pasar por experiencias de otras prácticas políticas. Por ejemplo, Firmenich, nunca participó de una Unidad Básica o de un grupo de Juventud Peronista. Del grupo de la JEC (Juventud Estudiantil Católica) de estudiantes del Colegio Nacional, pasó a fundar el grupo “los Camilos” (por Camilo Torres) y de allí a Montoneros. En 1970 Firmenich y Abal Medina tenían 22 años, y muy poca experiencia política.

APU: ¿Cuál es el origen de las Fuerzas Armadas Revolucionarias FAR?

AD: Ésta es una organización que nace de tres grupos que son fracturas del Partido Comunista (PC), o de la “FEDE” (Federación Juvenil Comunista). Son cuadros formados en el PC que venían con una formación marxista/leninista y hacen su opción por el peronismo.Son cuadros que en general ya tienen un andamiaje ideológico más sólido, más estructurado que Montoneros.

Montoneros, como su nombre lo indica,era más bien una montonera; de peronistas católicos, de cuadros que venían del viejo peronismo y nacionalismo y de nuevos peronistas que se iban incorporando a la organización. Pero no había cuadros con posiciones ideológicas demasiado elaboradas. Además hay que decir que los que pertenecían al grupo original, el del Nacional Buenos Aires, eran jóvenes con poca formación política. Yo escucho a veces a exjefes montoneros hablar y me digo “pucha, qué escaso nivel político que todavía tienen”…

Obviamente que en ese momento lo que importaba era la lucha y no se reparaba mucho en la parte intelectual. Carlos Falaschi, que venía de otro grupo originario (el de Sabino Navarro), me contó una anécdota que yo reproduzco en el libro. Él era el dueño de la quinta de Moreno que se utiliza como casa operativa en el operativo de Aramburu. Cuando cae esa casa,  Falaschi y varios más tienen que pasar a la clandestinidad. Carlos me contaba que estaba “guardado” en una casa junto al Pepe Firmenich, a quien recién conocía. Firmenich estaba escribiendo los primeros comunicados de presentación de la organización Montoneros. Cuenta Falaschi: “Me da Firmenich para leer el documento y estaba todo bien. Pero, yo le marco un error. Había puesto : soberanía política, “libertad económica” y justicia social. Entonces yo le digo que lo correcto es “independencia económica”, y que “libertad económica” es un concepto del liberalismo. Tenemos una larguísima discusión porque Firmenich era muy soberbio, (y lo sigue siendo), y no quería dar el brazo a torcer. Hasta que el documento lo vieron otros compañeros y  obviamente lo corrigieron y me dieron la razón. Fíjate que Firmenich, que un tiempo después sería el jefe máximo de montoneros, desconocía cosas básicas como las tres banderas del peronismo.”

APU: ¿Cómo continuó el proceso de fusiones de las organizaciones y las discusiones internas según las vertientes?

AD: Un tiempo antes de la campaña electoral y del triunfo de Cámpora se empieza a discutir  la posibilidad de fusionar las FAR y Montoneros, que recién se anuncia formalmente el 12 octubre del 73, el día que asume Perón. La fusión con las FAR, que es casi simultánea al asesinato de Rucci,  es parte del conflicto interno que lleva a la ruptura de la Lealtad. Los cuadros que venían de «los oscuros» de la FAP era gente que tenía militancia en los sindicatos, en los barrios, estaba mezclada con el trabajo político y, lógicamente, tenían otra visión de la realidad, muy diferente. Al fusionarse aparecen muchos nuevos “jefes” y “responsables” que venían de las FAR a quienes algunos conocían de discusiones políticas en la facultad cuando esos “faroles” tenían militancia de izquierda no peronista. Obviamente eso generó mucho malestar en los cuadros peronistas más viejos.

Y las FAR trae a Montoneros un pensamiento mucho más ordenado y definido en materia ideológica. La FAR aporta los conceptos de la vanguardia revolucionaria, la idea del partido revolucionario que conduce al proletariado hacia la revolución socialista. Incorporan el concepto de lucha de clases, y  la visión de que el peronismo es una etapa, en esa lucha de clases. Y aquí empiezan los choques entre el grupo que venía de los “oscuros” de las FAP, que ya habían tenido esta misma discusión, y ahora la tenían en Montoneros. De pronto se encontraban discutiendo las mismas cosas que discutieron en las FAP dos años atrás.

APU: ¿La FAR aportó a la conducción de Montoneros ese componente ideológico?

AD: Los cuadros de las FAR se encuentran con una conducción de Montoneros que no era demasiado clara en lo ideológico; y diríamos que por su mayor nivel intelectual imponen su visión. Hay una anécdota de fines del 73:  Firmenich llega a un reunión de cuadros diciendo “termine de leer este librito que es muy bueno, se los recomiendo”; era “El que hacer” de Lenin. Y esta mezcla da, por así decirlo, una suerte de componente político ideológico que hasta ese momento no estaba.

Esto fue una de las discusiones políticas importantes. Y se mezcla con el desconcierto que genera el asesinato de Rucci. Todo el mundo pensó y dijo  “fue la CIA”, hasta que a los dos o tres días bajo la información “fuimos nosotros”. Según dijo Juan Gelman, (muchos años después) lo de Rucci fue para “tirarle el cadáver  a Perón, para que se siente a negociar con nosotros”.

Entonces empiezan una serie de conflictos. El primero es metodológico, se viene la etapa de la militarización extrema de Montoneros hacia fin del 73,  con esta idea de crear el ejército popular y seguir usando las armas en pleno gobierno constitucional. Entonces hay una primer discusión: si ya esta Perón en el poder,  ¿es lógico, es lícito, seguir tirando tiros, ahora ya no contra los militares sino contra los rivales internos del peronismo?. El 6 septiembre de 1973 a la salida de una extensa reunión privada con Perón, consultan a Firmenich si van a abandonar las armas y el responde “de ninguna manera, si hemos llegado hasta acá es porque tuvimos fusiles y los usamos” y “si los abandonáramos retrocederíamos en las posiciones políticas”. Y efectivamente 19 días después, con esos fusiles ametrallaron a Rucci.

APU: Allí surge un documento de Montoneros donde se definen muchas diferencias respecto al pensamiento ideológico de Perón

AD: La conducción nacional de Montoneros, escribe un documento conocido como “El mamotreto”. Es un documento casi fundacional, de esos que hace la izquierda para fundar un partido. Es el basamento ideológico de la nueva organización Montoneros surgida después de su fusión con las FAR. Hasta hoy no se ha encontrado el original,  pero sí lo que está muy bien reflejado en uno de los libros de Roberto Baschetti, es una charla que da Firmenich para los cuadros medios de la organización donde explica este documento, es muy interesante y muy gráfica porque están las definiciones fundamentales.

Se titula «Charlas a los frentes»  y es un documento que todos los que escriben sobre este periodo deberían conocer. Porque al desconocer este documento se pasan por alto definiciones fundamentales.  Firmenich ahí dice cosas muy interesantes pero arranca diciendo que Perón “no es lo que nosotros pensábamos que era” . Dice que “hay que profundizar su pensamiento, cosa que en rigor generalmente no conocemos. Su pensamiento, está escrito en una serie de conferencias, cartas e incluso en un libro que la mayoría de nosotros no ha leído: La Comunidad Organizada, que fija el pensamiento filosófico de Perón y es la ideología de Perón”. Firmenich asume claramente que desconoce el pensamiento de Peron y por supuesto no era el único; la mayoría de los militantes de JP de la época habíamos leído poco y nada de Perón.

APU: ¿Qué planteaba el documento de la organización?

AD: Dice Firmenich: “la ideología de Perón es contradictoria a la nuestra porque nosotros somos socialistas. Perón en La Comunidad Organizada, plantea la alianza de clases. Y nosotros estamos por la lucha de clases, la alianza de clases es un proceso de transición al socialismo.”

Sigue diciendo Firmenich “la conducción estratégica para Perón es unipersonal, es el conductor y sus auxiliares. Eso es contradictorio para un proyecto de vanguardia en donde la conducción la ejerce una organización, no un hombre, no hay conductor” (es obvio que la organización es Montoneros). “A partir de ahí, del desarrollo de nuestro proyecto y de nuestra intención, tal vez desmedida, de ser la conducción estratégica, surgen confrontaciones o competencias de conducción”. Dice claramente que tienen una discusión con Perón: él está con la alianza de clases y nosotros con la lucha de clases y la segunda es que la conducción no tiene que ser Perón sino que tiene que ser el partido revolucionario. La vanguardia que es Montoneros.

Con cierto tono de soberbia Firmenich dice:  “las contradicciones con Perón son insalvables; y la solución sería que Perón optara por admitir que la historia va más allá de su proyecto ideológico y que nosotros somos los hijos objetivos del movimiento justicialista y que entonces resignara su proyecto ideológico adecuándose a esta realidad. Perón sabe que nuestra línea ideológica no es la misma que la de él y que tiene una contradicción que vaya a saber cómo la resolverá. Es problema de Perón cómo la resuelve, nosotros somos otra cosa y acá la historia juega a favor nuestro.”

«El Mamotreto” por supuesto no era público, era un documento interno para los cuadros de la organización; no estaba en los diarios, ni en El Descamisado. Esta era otra de las cuestiones, el doble discurso de la organización, internamente se cuestionaba a Perón en todos los colores, y para afuera se seguía publicando en El Descamisado “La vida por Perón”, “nuestro único líder”, etc.

Imaginemos la cara que debió poner Perón cuando le llegaban estos documentos.

APU: ¿Cómo sigue entonces la discusión y la ruptura?

AD: Bueno un grupo de cuadros, que luego serán La Lealtad, elaboran una respuesta al documento punto por punto. Ese documento lo publicó el historiador Javier Salcedo en su libro Los Montoneros del Barrio, referido a la columna de la Lealtad, Moreno, del Gordo Gomez.La conclusión inevitable de ese debate, es que la conducción no acepta los cuestionamientos, que se le hacen y los muchachos, tal como lo habían hecho en  las FAP, deciden producir una fractura.

El 3 de febrero de 1974 se hace en Baradero  un congreso de la JP de la segunda sección electoral,y  se elabora un documento desconociendo la conducción de Quieto y Firmenich.  Es la primer columna en romper (donde militaba yo) que se llamaba la columna Artigas, y que la conducía el cura Jorge Galli, uno de los principales líderes de la creación de La Lealtad en todo el país. Unos días después  sale una solicitada en Clarín, que lleva por título “La conducción de Montoneros es Perón”, y firman sectores de montoneros de todo el país. Ahí nace La Lealtad y Montoneros soldados de Perón; organizaciones que van a tener una vida efímera, de pocos meses.

APU: ¿Perón estaba al tanto de estas fracturas?

AD: Por supuesto. En todo momento intento convencer a Quieto y Firmenich que depusieran su actitud de confrontarlo. Tuvo muchas charlas con ellos, incluso después del asesinato de Rucci, Perón se reunió dos veces en secreto con Quieto y Firmenich. Miren si no les tenía paciencia…

Y a la vez operaba por líneas internas, a través de Abal Medina, hablaba mucho con Dante Gullo y con el Turco Jorge Obeid, pero Gullo y Obeid no tenían poder eran solo “jetones” como se decía en ese momento.  Obeid finalmente va a romper y Gullo (según contó él) se queda aunque en disconformidad con la conducción.

Y, por ejemplo el cura Galli se reunió con Perón a fin de diciembre del 73; y luego Perón hizo dos o tres reuniones en enero del 74 con el grupo que iba a romper con la orga.

Todo lo de Baradero estuvo monitoreado por el Coronel Damasco quien mantenía informado a Perón y la solicitada de una página en Clarin, la pago el ministro Gelbard.

APU: ¿Cuál era la postura de Carlos Mugica?

AD:  Él había sido el asesor espiritual del grupo originario  del Colegio Nacional que pertenecían a la Acción Católica. Pero Carlos nunca se integró a Montoneros. Planteaba ese concepto que decía “yo estoy dispuesto a dar la vida pero no a matar”. Él nunca estuvo integrado a Montoneros como sí lo estuvo el cura Galli, que era nuestro jefe y muy amigo de Mugica. Era un poco la contracara de Mugica, aunque se llevaban muy bien. Carlos y el grupo de curas del Tercer Mundo empiezan a tener diferencias con Montoneros a finales de 1972 cuando se produce la apertura electoral. Plantean que si los milicos dan elecciones y Perón vuelve al país, hay que dejar los fierros porque ya no tiene ningún sentido seguir con la guerrilla en un gobierno constitucional.

En la misa que  hace en septiembre del 73, conmemorando la muerte de Abal Medina y Ramus, él repite una frase de la biblia “es momento de dejar las armas y tomar los arados”.

En una charla en Chivilcoy, unos días después de la muerte de Rucci, Carlos dice “¿quién mató a Rucci,?. Los montoneros. No es lo que opino yo, lo sé, me lo hicieron saber directamente. Le quitaron a Perón la alegría tremenda de experimentar, dos días después de ser elegido presidente, le castraron la alegría y eso es imperdonable. No importa la autocrítica, la cagada que se mandaron la nueva burocracia de los Montoneros”.  Mas adelante dice: “Yo creo que so pretexto de hacer la revolución en el fondo somos tipos suficientes que le vamos a enseñar a los otros lo que tienen que hacer, y eso es el paternalismo. Creo que la guerrilla tenía pleno sentido durante la dictadura militar y ningún sentido durante el gobierno constitucional. No tienen que actuar como organizaciones armadas». Sigue diciendo: «Para mí muchos de los guerrilleros tampoco son pueblo, son pequeños burgueses intelectuales que aprenden la revolución en un libro y no en la realidad y juegan con el pueblo». Todas frases muy duras que se ocultan deliberadamente, porque se nos hizo creer que Carlos Mugica era defensor de los Montoneros; pero la verdad fue es uno de los críticos más duros e importantes que tenían en mayo de 1974.

Carlos no perteneció a La Lealtad porque orgánicamente nunca estuvo en Montoneros. Ahora gran parte de sus amigos eran de gente de «los oscuros» de la FAP y los que luego van a crear La Lealtad.  Él se queda en Plaza de Mayo el primero de mayo y los montos que se van lo putean, le gritan traidor . Esto está relatado por varios compañeros que estaban con él en la plaza.

APU: Usted ofrece una versión que una parte de la izquierda peronista no suele contar sobre las responsabilidades en la ruptura con Perón ¿Cómo explica el proceso del desencuentro de Montoneros con Perón?

AD: Montoneros siempre ha jugado un rol de víctima. Cuando Perdía dice en su libro: “no sé quién mató a Rucci pero puedo asegurar que las principales víctimas políticas de la muerte de Rucci fuimos nosotros, porque sirvió para que nos acusen… y bla, bla, bla”. En ese discurso de víctima está el Perón malo, el viejo “facho” que los echó de la plaza. Te muestran la foto, pero no te cuentan la película; la película es parte de lo  que te estoy contando.

Perón sabía de todas estas cosas, leía los documentos internos de la organización. Cuando se junta con el cura Galli le dice “mire, yo tengo todos los documentos de ustedes, sé lo que están pensando”. Lo que destaco en el libro es la enorme paciencia que Perón tuvo hasta el día de su muerte, con las afrentas, los desplantes, los ataques y la necesidad de Perón de persuadirlos de que se dejaran de joder, de tirar tiros y que se pusieran a laburar en el proyecto de gobierno.

Después de un hecho tan grave, tan criminal como el amasijo de Rucci, Perón los vuelve a recibir. El otro día me contaba un compañero: “Yo fui como chofer de la orga dos veces a trasladar a Quieto y Firmenich a reunirse con Perón” después de lo de Rucci. El General se seguía reuniendo con los tipos que le habían tirado el cadáver en la puerta de su casa para decirle “viejo, sentate a negociar con nosotros”, estas son las cosas que los historiadores de la orga nunca te van a contar, y siguen diciendo que ellos son los pobrecitos porque Perón no los entendió, y le endosan la creación de la Triple A . Es la justificación de las enormes cagadas que se mandaron en su historia y que nunca se han hecho la autocrítica o las han hecho pero de modo muy parcial.

APU: En este mapa, ¿cómo interpreta los sucesos de Ezeiza? ¿Qué diferencia hay en su lectura de los hechos con los que realizó la Tendencia sobre lo sucedido en Ezeiza?

AD: Me costó la amistad de varios ex-montoneros cuando dije que Ezeiza no fue una masacre, fue un enfrentamiento. No existió la masacre de Ezeiza. Eso es un concepto semántico sobre el cual luego comenzará Montoneros la justificación de sus cagadas empezando con el asesinato de Rucci. Si en un tiroteo, de un lado hay cuatro muertos y del otro tres no es que te masacraron. Vos tiraste y los otros también tiraron. No se puede hablar de una emboscada, ni que del palco ametrallaron a mansalva a todo el mundo. Por qué digo que no fue una masacre, primero porque había dos millones de personas y hubo trece muertos, no hubo miles como se dice. Estos contados por todos los diarios, y por el propio Verbitsky en su libro Ezeiza.

Verbitsky señala solo dos integrantes de Montoneros, entre los trece muertos. Cuando investigué  los nombres de los muertos encontré que, cuatro muertos pertenecían Montoneros y tres que pertenecían a los custodios del palco. Los otros seis que eran gente de pueblo que no tenían un  encuadramiento político definido. Entonces, si te mataron dos militantes (como decía Verbitsky) claramente no podes decir que te masacraron. Y si fue cuatro a tres, tampoco fue masacre fue un enfrentamiento, muy triste, muy lamentable, pero queda grande la palabra masacre.

APU:¿Dónde ocurrió el tiroteo?

AD: El tiroteo se produjo detrás del palco cuando una columna que venía de La Plata no puede acceder. Sabemos que en los actos, siempre se discute por ver quién pone los carteles más adelante, quién se hace ver más. Ezeiza no fue más ni menos que eso, una pelea por ver quién copaba la cercanía del palco, y por supuesto, Montoneros fue quién llevó mayor cantidad de gente, eso también es cierto. La JP era la que tenía mayor capacidad de movilización en ese momento y también tenía los recursos para trasladar la gente, tema que no es menor.

Se dice “nosotros fuimos a Ezeiza y llevamos armas cortas para nuestra defensa y desde el palco nos tiraron con armas largas”. Ahora, cuando uno lleva un arma, no es una banderita para saludar. Armas cortas o largas matan igual.  Yo hice el cálculo de cuántos cuadros de JP pudieron ir armados y luego leyendo a Firmenich me di cuenta de que coincidimos. Aproximadamente había 5.000 personas armadas dentro de las filas de Montoneros y del otro lado había unos mil del CDO, de la Juventud Sindical, ex-militares peronistas. Si tenés 6.000 tipos armados que van a chocar en la cercanía del palco por ver quién se pone más cerca, ahí lo único que hace falta, es que suene el primer tiro para que se desate un pandemónium .

Carlos Flaskamp  jefe de las FAR de La Plata, cuenta que una parte de su columna que habían habían quedado muy atrás, se separa e  intenta pasar por atrás del palco para situarse del lado izquierdo. La autopista (que era el acceso posterior al palco)  por donde intentaban pasar estaba vedada. Cuando van a cruzar por atrás, salen los de la organización a frenarlos, entonces comienzan los forcejeos, las piñas y los cadenazos,   hasta que alguien saca un arma y tira el primer tiro.

Es detrás del palco donde se producen dos tiroteos, el primero a las 14 hs. Desde el palco disparan contra los que están cruzando la autopista y los de abajo hacia el palco. Quedo claro claro que desde el palco no hubo un tiroteo  hacia la multitud que estaba adelante. Eso si hubiera sido una masacre. Y esto no pasó, aunque enfrente muy cerca, estaban las columnas de Montoneros. Quienes estábamos al frente sentíamos algunas explosiones y después el silbido de balas, pero tampoco hubo estampidas de gente corriendo. El silbido de las balas que sentíamos adelante era “el fuego amigo”. Es decir los disparos de armas cortas desde atrás hacia el palco que  pasaban por arriba y llegaban en caída libre con un característico silbido.

Un viejo militante, el Pato Balestieri, me relató lo siguiente: “veníamos avanzando con nuestra columna cuando sentimos los silbidos de las balas y gritamos “todo el mundo al suelo” ; de pronto vemos un muchacho que está parado, y le impacta un proyectil en el cuello. Por suerte lo contuvimos, lo evacuamos y finalmente se salvó; y se salvó porque era una bala calibre 32 que venía sin fuerza en caída libre. Esa bala venía del otro lado del palco, era fuego amigo.”

Esto es lo que sucedió en Ezeiza, una tragedia en medio de una enorme confusión. Y sin lugar a dudas las víctimas principales de este enfrentamiento entre fracciones internas, fueron los dos millones de argentinos que habían concurrido felices y esperanzados de poder recibir a su líder que después de 18 años de exilio y persecuciones volvía a devolverles la esperanza.

Sin embargo le estupidez de unos y otros pudo más y la frustración nuevamente fue del pueblo.

APU: ¿Por qué considera que la experiencia de La Lealtad expresó una minoría que no pudo disputar la hegemonía de la conducción?

AD: Creo que hay dos razones fundamentales, la primera es que La Lealtad no pudo estructurarse porque nace como la fractura, como el antimontonerismo.  Y por otro lado, el único paraguas que tenía, en un proceso de polarización cada vez mayor, era Perón. La Lealtad se inicia en febrero o marzo del 74 y el primero de julio muere el General. A partir de allí la Lealtad se va disolviendo dentro del movimiento. Algunos en JP barriales, otros a algún sindicato, otros se van a la casa; pero no se arma una estructura, no hay tiempo ni espacio político para armar algo sólido.

Además  cuando hay polarizaciones muy fuertes, las posiciones intermedias son siempre difíciles.

Luego de la muerte de Perón empieza a actuar la Triple A. Y  nosotros quedamos en una situación complicada porque para la Triple A  éramos Montoneros y para Montoneros éramos desertores y condenados a muerte. Aunque no se conoce ninguna ejecución, pero sí la amenaza de condena a muerte a todos los cuadros de La Lealtad y una campaña furiosa a través de El Descamisado, tratándonos de lopezreguistas, etc. Todo eso impidió que Lealtad pudiera convertirse en una alternativa.

APU: Además, para pensar la reivindicación del tercer Perón, el del 73…

AD: Lo de La Lealtad es una anécdota, no es sustancial el rol, lo importante es ver la ubicación de Perón y la del pueblo peronista. Creo que lo importante es revisar esta parte de la historia para poner en su justo lugar el rol de las vanguardias iluminadas y el rol de Perón, quien murió siendo  líder y conductor del pueblo argentino.Me interesa por sobre manera la reivindicación del Perón en esta etapa. Quienes han escrito esta historia de los setenta se han encargado de destruir la figura de Perón para justificar las desatinos que, tanto desde el ERP como de Montoneros, se mandaron.

Hay una frase de una socióloga chilena, Olga Ruiz, que ha estudiado la guerrilla del MIR en Chile. Dice que los sobrevivientes de las organizaciones armadas han estructurado sus relatos binarios de la historia reciente sobre la  tríada de héroes, víctimas, y traidores. Ellos desde el sitial de héroes y víctimas cargan las culpas de sus derrotas a la existencia de algunos traidores. Es más fácil culpar a unos cuantos traidores que analizar críticamente los graves errores políticos de las dirigencias de las organizaciones revolucionarias.

Y, en este justificar sus errores políticos y militares, el primer “traidor” señalado es Peron. Se dice “nos uso”; “entre nosotros y la burocracia sindical, eligió a la burocracia”; “nos hecho de la plaza”; “sabiendo que se iba a morir nos dejo a Isabel y Lopez Rega”; “hizo la vista gorda ante la Triple A”; etc etc.. Seguramente ustedes han escuchado muchas veces esas frases. Y lógicamente todo aquel que no rinde respeto y honores al discurso de los “heroes-victimas”, cae en la temible categoría de “traidores”. Y en esa categoría entran todos los que no estuvieron alineados con ellos, por ejemplo Jorge Bergoglio, por nombrar alguien famoso.

Y la historia mal contada y mal aprendida, tiende a repetirse. Hagan memoria de cuantas veces escuchamos señalar “traidores” en los años recientes. Y resultó ser que alguno de esos señalados como  “traidores”, terminó en la Casa Rosada.

APU: ¿Qué considera importante rescatar de la experiencia política de La Lealtad? ¿Qué aprendizaje podemos realizar de aquella lectura?

AD: Bueno, cuando hablo de la importancia de la historia, me gusta repetir una frase de Peron, que para mi da sentido a mi trabajo de investigar y escribir. Dice Peron “hay que leer la historia para aprender del error ajeno, porque el error propio llega tarde y cuesta caro”. Y nuestra generación algunos de esos errores los pagó con miles de vidas. Por eso creo que el saldar  debate sobre nuestra historia reciente, es algo que los que vivimos la época debemos dejarle de herencia a las nuevas generaciones. Y dentro de ese análisis, si es importante, revisar esta experiencia de La Lealtad. Como es importante también escuchar y reflexionar sobre todas las posiciones políticas de la época. La historia de los 70 esta muy hegemonizada por la historia de Montoneros y es un error.

Hubo otros grupos juveniles peronistas muy importantes, como fueron Guardia, el FEN, Encuadramiento, el Peronismo de Base, los Comandos Tecnologicos, la CGTA, la Juventud Sindical, los grandes sindicatos UOM, SMATA, UOCRA, Luz y Fuerza, etc., todos tienen una historia para contar. Todos tienen su versión de la historia que hay que escuchar. Porque la historia no es lineal. La idea binaria de “buenos y malos” sirve para explicarle a los niños las películas de piratas, pero no sirve para entender la historia. Los malos de ayer, pueden son los buenos de hoy y viceversa.

Y respecto La Lealtad en si. Me gusta repetir una frase del escritor y ex militante de la Lealtad Teodoro Boot: “tal vez el gran merito de la Lealtad, fue el salvar la vida de muchos compañeros. Y entre esas vidas la de dos jovenes que años después serian parte de la historia grande de la patria, Nestor y Cristina”

Esto ya lo cuento yo. Néstor y Cristina, no tenían un encuadramiento dentro de la organización Montoneros, pero sí pertenecían a la Tendencia revolucionaria: Néstor había militado en la FURN, Cristina en FAEP, eran militantes universitarios. Ellos militaban en La Plata y su referente político era Carlitos Negri que en ese momento era diputado provincial. Todo ese grupo forma parte de esta fractura, aunque no  quisieron denominarse JP Lealtad. Pero Nestor y Cristina participaban de ese grupo y en parte explica porque sobrevivieron.

Y ya que hable de dos presidentes, te voy hablar de un tercero. En febrero de 2019, cuando todavía no era candidato a nada, charlando en un asado con Alberto Fernández,  le conté que había escrito La Lealtad y me dijo que él también había estado entre los secundarios de la UES de Lealtad.

Yo no suelo mencionar lo de Nestor y Cristina y ahora lo de Alberto. Porque si bien estuvieron, no fueron protagonistas importantes en ese momento.  Solamente cuando algunos comisarios políticos de la historia se ponen muy agresivos y me escupen los viejos adjetivos de “lealtosos”, “lopezregistas”,  “isabellistas”, etc, les menciono que Nestor y Cristina también pertenecieron a ese bando.

Pero, bueno, más allá de las chicanas típicas de los debates apasionados, estoy cada vez más convencido que es necesario revisar serenamente la historia de los setenta.

Yo rescato desde lo testimonial los valores de una juventud que estuvo dispuesta a pagar con su vida. Pero los cuadros políticos tenemos además la obligación de analizar los aciertos y los errores políticos, no para condenar a nadie, sino para extraer enseñanzas que nos eviten nuevas derrotas.


Cuarentena, tests, fantasías

marzo 28, 2020

En las redes se nota una demanda persistente -más allá que sea «tendencia» en algunos días o no- por tests masivos en Argentina. Obvio, es una consigna útil -suena razonable- para los sectores políticos que quieren criticar al oficialismo -Twitter es la red más politizada- y para todos los que opinan (opinamos) porque es gratis. Igual, es un reclamo legítimo; lo he discutido ahí, pero ahora quiero volcar mis argumentos en una forma más cómoda para mí que en algunos tweets. Son breves, eh. No soy epidemiólogo; esto es sobre comunicación.

Primero: todo a favor de más y mejores tests. No sólo sirven para decir si alguien está infectado. Cuando se hacen por miles y decenas de miles, van aportando estadísticas fundamentales para conocer la velocidad del contagio, el promedio de letalidad, el de recuperación, qué tratamientos y medidas son eficaces y cuáles no… Si la peste avanza, se mantiene o retrocede.

Entonces ¿qué estoy argumentando? Que los tests NO reemplazan la cuarentena, el aislamiento obligatorio. Quienes reclaman más tests con sensatez -esto excluye a los consignistas- lo tienen claro. Porque le hagan un test a una persona infectada no va a dejar de estarlo, ni de contagiar a su vez.

Pero… hay una fantasía detrás. Que, si se detecta a todos los infectados -en las imaginaciones más paranoicas, serían chetos, o kukas, u otra cosa fea- bueno, se los pone en cuarentena, y el resto de la población puede seguir con su vida normal, o por lo menos la de siempre. Cuando esto se dice, y es menudo, se agrega que eso se hace en otro país. Con frecuencia, se añade que es «serio».

Es una fantasía. Si tests masivos mostraran que un 1 por mil de la población está infectado (un número muuuy conservador, créanme), eso significaría que hay que separar y encerrar a 44 mil personas en todo el país, al mismo tiempo, para que no contagien a nadie más en el proceso. Además, los tests para los 44 millones tendrían que ser también al mismo tiempo, o habría nuevos contagiados. Para una película, berreta, de superhéroes.

¡Que esto no se lea como que los tests no son importantes, por Dios! Son fundamentales, repito. Hoy detectamos los casos de coronavirus cuando están los síntomas: fiebre, dolor de garganta… La incubación del virus asegura que por varios días uno puede estar infectado, y contagiando a su vez, sin saberlo y sin ser detectado.

Uno de los resultados positivos de los tests masivos sería demostrar que el porcentaje de víctimas fatales entre los contagiados es muy bajo, mucho más que ahora que sólo conocemos a los que necesitan asistencia médica. La baja letalidad y la terrible facilidad del contagio son los factores que diferencian esta pandemia de todas las que estallaron en los últimos 100 años, y de las que los sistemas sanitarios modernos estaban preparados para afrontar.

El verdadero problema, en realidad, es la cuarentena. La búsqueda de soluciones mágicas, o la disposición a aceptar más riesgos, por parte de quienes la encontramos insoportable. Y por parte de los intereses perjudicados, que van desde Paolo Rocca a cualquier tachero. Pero mis reflexiones sobre el asunto estarán en otro posteo, si encuentro el tiempo y la energía.


Brasil, Bolsonaro y los EE.UU.: historia de un amor

marzo 23, 2020

Otra vez reproduciendo una nota de AgendAR (¿será que en los días del coronavirus, los matices de la política y las internas se diluyen?). Y la nota es la reproducción, con un breve comentario, de un artículo de Jorge Castro. Pero, como digo ahí, el punto no es lo que cree Castro. Sino lo que creen algunas élites de Brasil. Y de Argentina.

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«Brasil se incorpora al complejo industrial- militar de Estados Unidos»

Jorge Castro es, ya lo hemos dicho otras veces en AgenDAR, un analista informado de la política y la economía global. Pero… también dijimos que sus entusiasmos le hacían, en nuestra opinión, lanzar pronósticos demasiado arriesgados. Es un admirador sin límites de la potencia industrial y tecnológica de los EE.UU., y también de la de China. Y está convencido que ambos gigantes nos llevarán, de común acuerdo (aquí Tucídides sacude la cabeza), hacia un futuro luminoso. Puede ser, pero no tendríamos que dejarnos deslumbrar por la luz.

Aquí anuncia y aplaude un desarrollo que vislumbra en la relación entre Brasil y EE.UU. Este optimismo nos hace recordar a los veteranos el que el mismo Castro sintió ante la política de «relaciones carnales» de Menem-Di Tella-Escudé. Pero eso no es necesariamente relevante; han pasado 30 años y el mundo y EE.UU. cambiaron. Lo q es importante tener en cuenta para los argentinos, vecinos históricos y socios comerciales de Brasil, es que este proyecto puede o no ser tomado en serio en Estados Unidos. Pero hay sectores brasileños, muy influyentes, que se ilusionan.

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«EE.UU. y Brasil firmaron en Miami, Florida, (06/03/2020) el “Acuerdo de Investigación, Desarrollo, Pruebas y Evaluación”(RDT&E) en materia de Defensa, que es la primera consecuencia en la relación entre los dos países tras la designación de Brasil por EE.UU. como “Aliado estratégico extra OTAN”, realizada por la superpotencia norteamericana en marzo de 2019.

El objetivo del pacto es incorporar a la industria de Defensa brasileña – Embraer en primer lugar – al inmenso complejo militar-industrial norteamericano, que es el primero del mundo tanto en potencia financiera e inversora como en capacidad tecnológica (en los últimos 4 años, EE.UUha invertido en sus fuerzas armadas – Ejército, Marina, Fuerza Aérea, Cuerpo de Infantería de Marina y Guardia Costera – U$S 2.5 billones, una cifra superior al gasto de Defensa del resto de los países del sistema global sumados).

La incorporación brasileña a este inmenso complejo productivo, tecnológico y militar tiene su particularidad más relevante en el proceso inversor del sistema, lo que tiene un significado inmediato para Embraer después de que la empresa madre fuera adquirida en U$S4.200 millones por Boeing Corp.

Este año, EE.UU., por decisión del presidente Donald Trump, ha creado la sexta fuerza armada, que es el “Comando Espacial”, previsto para enfrentar la guerra en el espacio.

El gasto de Defensa fijado en el presupuesto 2019/2020 de estadounidense asciende a U$S 741.000 millones, y es de lejos el primero del mundo (el de la República Popular, que es el segundo, alcanza a U$S 280.000 millones).

“El objetivo del RDT&E es que Brasil y EE.UU. realicen en conjunto proyectos de Defensa de alta tecnología”, señaló el Almirante Craig Faller de la Armada norteamericana, actual jefe del Comando Sur, cuyo segundo comandante es el general brasileño en actividad Alcides Faria, ex Jefe de la 5ta Brigada de Caballería Blindada. Brasil se ha convertido en cogarante de la seguridad hemisférica junto con EE.UU.

El RDT&E abre a la industria de Defensa brasileña acceso inmediato al “Fondo del Departamento de Defensa de EE.UU.” de U$S 100.000 millones , destinado al desarrollo de proyectos high tech. La incorporación al RDT&E implica que Brasil ha modificado su status internacional y ha salido del marco regional de América del Sur, tras el acuerdo político/estratégico/militar firmado por Donald Trump y Jair Bolsonaro en Washington.

De esta manera, Brasil retoma la política exterior lanzada por el Barón de Rio Branco (1902/1912), cuando fue el primer estadista sudamericano que advirtió el significado mundial de EE.UU .tras imponerse a España en la guerra de Cuba y Filipinas (1898/1899), y forzar la paz como mediador entre Rusia y Japón en la guerra de Manchuria (1904/1905) en la presidencia de Theodore Roosevelt (1901/1909).

A partir de ese momento, Brasil se convirtió en el principal aliado estratégico de EE.UU. en América del Sur, lo que se reveló como un factor decisivo en la contienda geopolítica con la Argentina, posición que mantuvo hasta la década del ´50 en el siglo XX; y que culminó con la participación de la “Fuerza Expedicionaria Brasileña”(FED) en la Campaña de Italia (1944/1945) contra el Tercer Reich, liderada por los generales Joao Mascarenhas y Zenobio Da Costa, encuadrada en el 5to ejército norteamericano conducido por el general Mark Clark.

Entre otros, la FED luchó en las batallas de Montecastelo, Castelnuovo y Montese, así como en Montecassino contra los paracaidistas del general Kurt Student, consideradas las mejores fuerzas de infantería de la Segunda Guerra Mundial.

Brasil se propone ahora establecer un acuerdo de libre comercio con EE.UU., sólo condicionado a la realización previa de 4 reformas fundamentales: la reforma del sistema de seguridad social, ya sancionada; la reforma impositiva destinada a recortar el “Costo Brasil” que le impone a la producción brasileña un sobreprecio de 40%; la privatización de más de 140 empresas estatales, salvo Petrobras; y la última y decisiva, la apertura de la economía brasileña, la más cerrada del mundo después de Sudán .

El dato central de la inserción de Brasil en la economía global en los últimos 25 años es la nula o negativa productividad de su industria, y por lo tanto, su incapacidad absoluta de competir en el mercado internacional, salvo en el Mercosur, esto es, la Argentina, protegida por el “arancel cero” que caracteriza al acuerdo regional como “zona de libre comercio”, lo que ha sido episódicamente a partir del Tratado de Asunción de 1991/1994.

El RDT&E es un punto de inflexión en la historia de Brasil y de las relaciones de América Latina con EE.UU; y coloca por segunda vez a la nación brasileña – la primera fue cuando Getulio Vargas, antes de enviar a la FED a combatir en Italia, le otorgó a EE.UU. cuatro bases militares en Natal, Pernambuco, Belem y Fernando de Noronha – ante la posibilidad de cumplir su vocación más profunda, y hasta ahora siempre frustrada, de lograr el status de una potencia mundial en las condiciones del siglo XXI.

Barón de Rio Branco/Getulio Vargas/Jair Bolsonaro: Brasil retoma su continuidad histórica.»

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Argentina fue designada “Aliado estratégico extra OTAN” 22 años atrás, en octubre de 1997, siendo los presidentes Clinton y Menem. Y esa condición no ha sido retirada, aunque hoy no se la tome mucho en cuenta. Y es casi seguramente debido a eso que somos parte del G20.

La moraleja que apuntamos con esta mención no es que las buenas relaciones con EE.UU. no deban ser un objetivo de nuestra política exterior, por Dios! Es mas simple, recordarnos que por sí misma no garantizan nada. El desarrollo es una tarea que nadie hará por nosotros.


Sombra terrible de Keynes, voy a evocarte

marzo 18, 2020

(El título es una broma, aclaro por las dudas. Lord Keynes no era un caudillo federal).

Ayer los ministros Guzmán y Kulfas estuvieron en TV, anunciando medidas (¡cómo ha mejorado la comunicación política en estos días, por Dios! Un efecto positivo del coronavirus). Por supuesto, subimos de inmediato el video a AgendAR. No sólo son importantes en la coyuntura, sino que también representan un desafío para un Estado que durante décadas vio deteriorarse su capacidad para intervenir con eficacia en la economía (Torpemente, o en el papel de «socio bobo», nunca dejó de hacerlo).

Posteriormente, agregamos un breve resumen y un más breve comentario. El coment. es lo quiero volcar en este blog, para sus politizados visitantes, algunos de los cuales están en el Estado. Aquí va:

Las medidas «keynesianas» -como se denomina, simplificando, a los estímulos a la producción y/o al consumo- no son herejías peligrosas, como gritan algunos mediáticos que han memorizado, mal, un par de artículos sobre economía. Son herramientas que emplean habitualmente la Reserva Federal de los EE.UU. y el Banco Central Europeo.

Pero, como eso mismo nos indica, no son una varita mágica. No siempre la «expansión cuantitativa», como llaman a la emisión cuando la hacen los países poderosos, ni la rebaja de intereses logran estimular a la economía. Eso es lo que le pasó esta semana a la «Fed», y estos años al B.C.E.

El tema es complejo. Pero hay una experiencia histórica clara. El «keynesianismo» se aplicó en países democráticos con buenos resultados en circunstancias de guerra. Cuando la sociedad se enfrenta a un desafío que la disciplina y obliga a concentrar sus esfuerzos. Bueno, hoy, ya lo ha dicho el presidente de Francia (los políticos franceses no son mejores que el promedio, pero tienen una tradición de elocuencia) «Nous sommes en guerre», «Estamos en guerra».


Comunicación política

marzo 15, 2020


El coronavirus y el resfrío

marzo 15, 2020

Otra vez subo al blog una nota mía en AgendAR. Ya es de vicio.

Este lunes 9, hace 6 días, la Agencia CyTA-Leloir, una fuente muy seria a la que AgendAR acude habitualmente, hizo una nota a Pablo Goldschmidt, virólogo y especialista en enfermedades infecciosas. Ese mismo día, el diario Clarín la reprodujo íntegra, con un título más periodístico “El pánico (por el coronavirus) es injustificado”.

Goldschmidt dice ahí “Las opiniones mal fundamentadas expresadas por expertos internacionales, replicadas por medios de comunicación y redes sociales repiten el pánico innecesario que ya vivimos anteriormente. El coronavirus identificado en China en el 2019 provoca ni más ni menos que un resfrío fuerte o gripe​, sin diferencia hasta hoy con el resfrío o la gripe tal como la conocemos”.

Estas notas no fueron recogidas por las autoridades sanitarias ni -a decir verdad- tuvieron mucha repercusión entre el público, aunque Clarín tenga una circulación miles de veces mayor que CyTA. Pero algunos días después, en la radio «Con Vos», en el programa La Inmensa Minoría, le hicieron un reportaje a Goldschmidt, que pueden escuchar acá. Y por algún motivo esa nota sí se viralizó. La están reenviando por whatsapp jubilados y madres…

Atención: los argumentos de este especialista son sólidos y claramente explicados. Vale la pena leerlo o escucharlo críticamente. Por otro lado, la realidad local ya lo está refutando, con esa voz ronca que tiene. Pero el planteo de Goldschmidt contiene una falacia grave, y vale la pena analizarlo aquí para entender mejor a lo que nos enfrentamos.

Por supuesto no desde los datos médicos; no estoy en condiciones de hacerlo (recomiendo esta nota de Daniel Arias, que la ha actualizado, y, sobre todo, la página oficial sobre el COVID-19). Escribo desde lo que sé de comunicación, y alguna experiencia en asignación de recursos.

Empiezo por reconocer lo obvio: hay muchas enfermedades mucho más letales que el coronavirus. Aún en estas semanas de la pandemia, están provocando más muertes. Ni hablemos de los accidentes de tránsito, o las guerras… Desde un humanismo abstracto, se podría reclamar que los esfuerzos y la atención que se vuelcan al COVID-19 se dediquen a la tuberculosis o al dengue o la malaria…

Pero ese humano abstracto no hace esfuerzos ni tiene recursos. Quienes sí los tienen, gobiernos, instituciones, atienden al peligro más inmediato y más cercano a sus intereses y responsabilidades.

Y el COVID-19, esta variante del coronavirus es un peligro inmediato y cercano a nosotros, los argentinos, como al resto del mundo. No en sí mismo: como dice Goldschmidt -y también se dijo en AgendAR- es de letalidad relativamente baja, si se lo compara con la pandemia más explosiva y memorable del siglo XX, la «gripe española» de 1917-1920. Pero el COVID-19 sí crea las condiciones para que se desarrollen en el enfermo infecciones sobreañadidas más peligrosas, como la neumonía a neumococos, de letalidad creciente según edad avanzada o cuando median patologías previas como diabetes, trastornos circulatorios o tabaquismo.

(Por eso la mejor decisión que puede tomar, si todavía no lo hizo: vacúnese contra la gripe y contra la neumonía. Y hágalo ya).

Es cierto que, como dice Pablo Goldschmidt., nada de esto es nuevo o muy peligroso si se cuenta con un buen sistema de salud. Pero aquí aparece la característica verdaderamente mortal de esta variante del coronavirus: comparte con los rinovirus del resfrío común la facilidad para el contagio.

Cuando uno contagia a varios, y esos a otros varios… la masa de infectados crece en forma exponencial. Un hospital, un sanatorio que puede atender muy bien a dos, y arreglarse para atender a diez, se ve desbordado cuanto se presentan pacientes de a decenas o de a cientos. Los médicos, los enfermeros, los respiradores mecánicos, no alcanzan para todos. Eso es lo que pasó en Wuhan, pasa en Italia, está empezando a pasar en España…

Aparece el inevitable triage: se atiende a los que tienen mejor chance de sobrevivir. Los otros…

Un buen sistema hospitalario, un sistema de salud estatal es una necesidad práctica como reaseguro. Porque ninguna empresa privada está en condiciones de hacer las inversiones necesarias para prever una emergencia que puede o no ocurrir en cualquier momento en un lapso de diez años. Tampoco una obra social. Se fundirían.

«Lo que esta pandemia ya está revelando es que la atención médica gratuita y nuestro estado del bienestar no son costos ni cargas, sino bienes preciosos, esenciales cuando golpea el destino.» Son palabras de Macron, no mías. Los políticos franceses hablan así. (En la práctica, este presidente de Francia ha sido otro más (y van muchos) en agravar el desfinanciamiento creciente del otrora envidiable sistema de salud pública francés).

Agregaré algo: tampoco es realista esperar que el Estado pueda mantener las estructuras físicas y de personal para cubrir algo que sabemos ocurrirá -las pandemias- pero cuyas características son impredecibles.

Pongamos por caso el virus del Ébola, por ahora confinado al centro y costa Atlánticas de África: con su fantástica letalidad y capacidad de contagio, ¿qué país, incluso riquísimo, mantener las capacidades de terapia intensiva que demanda una enfermedad tan demandante, pero tan infrecuente entre brote y rebrote?

Lo que no se puede hacer (sin pagarlo caro) es lo que hizo Italia: pasar -a fuerza de recortes- de alrededor de 500 a 320 camas de terapia intensiva disponibles cada 100.000 habitantes. Si Corea, tan próxima de China, está manejando mucho mejor este tema que Italia es porque en las malas o en las buenas, mantienen más de 1200 camas de intensiva cada 100.000 habitantes. Los EEUU, que nunca creyeron demasiado en la salud pública, no llegan a 180…

Los coreanos no incurren en este gasto únicamente por la posibilidad de una guerra con Corea del Norte. Lo hacen por la conciencia de estar ubicados en la región del mundo donde, por sobrepoblación y por la inmensa industria de cría de animales de consumo alimentario, suelen nacer, como zoonosis, casi todos los virus pandémicos respiratorios.

Ha sido el caso de todas las gripes muy severas: la de 1917, la de 1957, la de 1968, probablemente la de 1977. La solitaria excepción fue la gripe porcina de 2009, que brotó en México (justamente, en una gigantesca granja de cría de cerdos).

Lo que se puede exigir al estado es que tome las medidas necesarias en el momento oportuno para aminorar la velocidad del contagio, para que el sistema de salud cubra a los pacientes; impida el acceso de nuevos portadores; y mantenga en cuarentena a los contagiados, dentro de los límites físicos que impone la realidad. Las aplicaciones informáticas son útiles, pero no reemplazan a las personas humanas que deben atender, y obligar.

Me informan los que saben que no es nada que no hayamos hecho antes. En 1957, cuando brotó una fiebre hemorrágica en la zona maicera de la provincia de Buenos Aires, la letalidad inicial era aterradora: 30%. Y no se sabía siquiera el causante. En 1958 ya estaba identificado y con nombre («virus Junín», o de la fiebre hemorrágica argentina, transmitido por el ratón maicero). Pero aún peleando a ciegas, la salud pública argentina, liderada por el Instituto Malbrán, hizo un enorme y eficaz esfuerzo de contención y terapia con medios primitivos: tratando a los contagiados con el suero de la sangre de ese 70% de convalecientes. La mortalidad bajó bruscamente a un solo dígito. Tomó décadas desarrollar una vacuna, la CANDID-1, que se tuvo que hacer en colaboración con el Ejército de los EEUU, y que hoy se suministra rutinariamente a unos 250.000 habitantes en la región bonaerense de Junín. Es muy eficaz.

Pero esta vez el vector viral no es un ratón sino nosotros mismos, los humanos, y el ecosistema del COVID-19 no es una región acotada de la Pampa Húmeda, sino el mundo todo. Nuestro gobierno ha tomado medidas severas al observar lo que estaba pasando en Europa y en EE.UU. ¿Son suficientes? Antes de 30 días lo sabremos.


Cae el precio del petróleo. Y otras cosas también

marzo 9, 2020

Otra vez vuelco en este perezoso blog una columna que escribí esta madrugada para AgendAR. Muy de coyuntura, obvio, pero si esto que describo se mantiene, será un cambio profundo en el escenario global.

Agrego al final unos párrafos para mis politizados y suspicaces visitantes:

«El precio del petróleo crudo está cayendo ahora más de un 20% en la apertura de hoy lunes en las bolsas de Europa. Los índices Nikkei 225 y Topix de Japón cayeron casi un 5 % esta mañana, y el yen subió más de un 3 % frente al dólar estadounidense. Son consecuencias de la ruptura del viernes entre la Organización de Países Exportadores de Petróleo (OPEP) y Rusia en sus negociaciones para tratar de recortar la demanda.

Los «índices de futuros» del Brent (el petróleo del Mar del Norte, que es referencia de los mercados) ya se habían derrumbado un 30%, y cotizaba a u$s 31 el barril, según informó la agencia Bloomberg. Esta caída es la mayor desde la primera guerra de Estados Unidos en Irak en 1991.

Se especulaba en la banca de inversión durante el fin de semana —Goldman Sachs al frente— sobre la posibilidad de que el desplome del barril se profundice hasta los 20 dólares, niveles de hace dos décadas. En lo inmediato, es un duro golpe para la gran mayoría de países petroleros, incluso los gigantes Arabia Saudita y Rusia. Los capitales internacionales están «fugando a lo seguro»: el oro, los bonos de deuda de EE.UU. y de Alemania.

Atención: esta puede ser una tormenta pasajera. Hace unas semanas había comenzado un romance entre Putin y la monarquía saudita (ver foto). Pero no es hoy la evaluación de los inversores.

Si esta situación de precios se mantiene, favorece a los importadores netos: China, la Unión Europea y Japón, aunque las consecuencias inmediatas del coronavirus hacen difícil hacer predicciones. En América Latina perjudica especialmente a Venezuela, Ecuador y México, donde su peso se está devaluando en relación al dólar.

Argentina es un caso especial: no es un país exportador de petróleo importante, y si su industria se recupera, será importador. Pero las inversiones para el yacimiento de Vaca Muerta que imaginó el gobierno de Cristina Kirchner, que el de Macri agitó como un espejismo frente a la realidad de la recesión, y que el actual de Alberto Fernández confía que puedan ser fuente de recursos para la reestructuración de la deuda… en esta de relación de precios no son viables.

El gobierno argentino deberá analizar muy bien el escenario actual, y las posibles decisiones de los actores principales. Es concebible que lo mejor para nuestro país sea volcar los recursos y subsidios que se reclamaban para el megayacimiento de Vaca Muerta a sectores de la economía más cercanos y que puedan ser reactivados en plazos más cortos

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La pregunta obvia es: ¿cómo han intervenido los EE.UU. en la actitud de Arabia Saudita? Que en alguna medida lo han hecho es incuestionable: el reino de la península arábiga es una potencia militar regional, y una potencia económica influyente en el escenario global. Pero no puede permitirse ser indiferente a los intereses de la Gran Potencia que es su aliado más poderoso y la garantía de su supervivencia.

Ahora, los intereses de EE.UU. en esto no están claros, al menos para mí. Impedir un entendimiento entre Putin y la monarquía saudita está en su beneficio, por supuesto. Reduciría mucho su influencia en Medio Oriente, puesto que la otra potencia regional, Turquía, está afirmando su autonomía. Sólo le quedaría su alianza, importante, es cierto, con Israel.

Pero, como señalo arriba, la caída del precio del petróleo beneficia a sus grandes rivales económicos, China y la Unión Europea (Alemania). Y, de paso, hace que el fracking sea todavía menos rentable. Es duro ser una Gran Potencia (más duro es no serlo, claro).

En cuanto a nosotros, que es lo que más me interesa: esta puede ser una situación transitoria, o no. Si no lo es, olvidémonos del «boom» de Vaca Muerta. Lo siento por los patagónicos, y los petroleros, pero lo tomo con ecuanimidad. Como ya habrán leído en el blog, sospecho que el plan de negocios de las petroleras privadas exige que el Estado y los consumidores argentinos vuelquen recursos, a través de un alto precio local del petróleo, entre otras formas.

Creo que hay sectores de nuestra economía que pueden responder más rápidamente a un estímulo. Al margen de la muy disputada reestructuración de la deuda externa.


Enfrentamiento por las retenciones, 2.0

marzo 5, 2020

 

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«La Mesa de Enlace dispone un paro de 4 días. Comenzará el próximo lunes y se extenderá hasta el jueves. Se negoció entre CRA, Coninagro, FAA y la SRA»

Este blog es una adicción, que me quita tiempo de tareas (poco) rentadas. Pero esta noticia me trae recuerdos pesados de casi 12 años atrás, y no puedo evitar volver aquí. Si se fijan en los archivos -columna de la derecha- escribí mucho sobre el tema a partir de abril 2008. No tengo energía para reelaborar todo eso en un tiempo y un gobierno distinto. Pero ayer escribí una columna para AgendAR que es una versión muy resumida de lo que veo ahora del asunto, por si a alguien le interesa.

Ya dije que el estilo distante del compromiso partidario que se mantiene en ese portal, me resulta, sorprendentemente, útil para ir más a fondo. Eso sí, al final agrego un pequeño párrafo para militantes.

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«Retenciones. El impuesto clave en la economía y en la política

Las retenciones sobre las exportaciones agropecuarias son una parte fundamental de los ingresos del Estado argentino desde 2002, cuando Duhalde las reimplanta. Y su fuente genuina de divisas desde entonces. (Hay exportaciones industriales, por cierto. En particular, es significativa la automotriz. Pero… importa más en insumos que lo que exporta: el saldo del conjunto todavía es negativo).

Y a partir del conflicto por la Resolución 125, en 2008, sus consecuencias se transformaron en un gran tema que subyace en los enfrentamientos políticos en nuestro país. Basta ver un mapa que refleje los resultados electorales el año pasado, por departamento, no por provincia, para tener la evidencia.

El asunto tiene raíces profundas, desde la misma formación del país. La «Representación de los Hacendados», que presenta en 1809 Mariano Moreno (la redacción central se atribuye a Manuel Belgrano) al Virrey Cisneros, es un ejemplo, no el más antiguo.

Pero para resumir la situación actual no hay necesidad de repasar la historia. Los empresarios rurales -como todos los empresarios, en todos los países- quieren pagar menos impuestos, y algunos de ellos, además, están en mala situación; siempre pasa, en una actividad tan dependiente del clima, del transporte y de insumos importados (sí, ellos también; deben pagar a valor dólar a Bayer-Monsanto y muchos otros proveedores).

El Estado necesita recaudar. Es así de simple. Reducir el gasto público siempre es una consigna atractiva para muchos, y sin duda hay cosas para economizar en los gastos de la política, de los jueces, de los subsidios a empresarios prebendarios… Pero los egresos grandes del Presupuesto nacional son las jubilaciones, el sistema de salud, las fuerzas de seguridad… Los que hablan de recortar prefieren no entran en detalles.

Un argumento que jugó un papel importante en otras oportunidades -la necesidad de imponer retenciones para que el consumidor local no tenga que pagar por los alimentos el precio internacional- hoy casi no se escucha. Los alimentos se han encarecido mucho -a nivel europeo, en algunos casos- y además, los argentinos casi no consumimos soja, el grano y el aceite que forman la exportación más importante. El problema de las exportaciones de carne estará sobre la mesa muy pronto, pero hoy no es la discusión central.

Ahora, hay un actor nuevo en el enfrentamiento que no jugaba en 2008: los acreedores externos. Tanto el F.M.I. como los bonistas saben que cualquier posibilidad de cobrar depende de que el Estado recaude esos impuestos a las exportaciones agropecuarias (¿Vaca Muerta? Más allá del debate si es rentable a largo plazo o no, el hecho es que con los precios actuales del petróleo no habrá ingreso de divisas por ese lado). Sólo hay que acordarse que fue Mauricio Macri quien tuvo que reimponer las retenciones.

El actual gobierno ha hecho un esfuerzo deliberado -y en mi opinión necesario- para no antagonizar sin necesidad a todos los productores rurales. A través del ministro de Agricultura, Luis Basterra, presentó un esquema de compensaciones a la soja para amortiguar el reclamo contra la suba de las retenciones del 30 al 33% .

Destina unos US$ 186 millones sobre US$ 354 millones que, se estima, recaudaría por esta suba. Según el gobierno, estos son los números de la segmentación:

42.460 productores, el 74% del total y cosechan el 23% de la soja, serán los alcanzados por la compensación.

14.886 productores, el otro 26%, que cosechan el 77% de la soja, se quedarán afuera del beneficio.

Del lado de enfrente, el titular de la Sociedad Rural, Daniel Pelegrina, dijo “Nosotros no acordamos nada. La propuesta que está escrita del campo, de la Comisión de Enlace, es muy clara al respecto a derechos de exportación. Nosotros solicitamos la eliminación y su reemplazo por el impuesto a las ganancias, un impuesto federal, coparticipable, que genera además, la capacidad de contribución de muchos sectores asociados al campo”.

El presidente de la Confederación de Asociaciones Rurales de Buenos Aires y La Pampa (CARBAP), Matías de Velazco, afirmó que «Si la Mesa de Enlace o CRA (Confederaciones Rurales Argentinas) no hacen un paro, Carbap lo hará sola».

Por su parte, los llamados «productores autoconvocados» hicieron duras críticas a la Mesa de Enlace, a la que ven demasiado blanda con el gobierno.

En cambio, el presidente de la Federación Agraria Argentina, Carlos Achetoni, aseguró que la última reunión que la Mesa de Enlace mantuvo con el ministro de Agricultura, Luis Basterra, «fue en buenos términos, pero no estamos conformes con la manera que se está segmentando» el esquema de retenciones. No obstante, subrayó que «no se evalúa que haya medidas de fuerza».

La estrategia del gobierno es contener, negociar y seguir avanzando: el manejo del Estado y las mayorías en el Congreso le permiten mantener la iniciativa. La apuesta de los sectores más duros entre los empresarios rurales y sus representantes es política, antes que gremial empresaria: su expectativa es que el malestar de los sectores de la sociedad descontentos fortalezca su protesta, como sucedió en 2008.

Mi evaluación, necesariamente tentativa, es que esos sectores existen y no son mínimos, pero su descontento se expresa con mucha más fuerza en las redes sociales y en mensajes en grupos de whatsapp que en cualquier otro lado. No hay un elemento aglutinador, y cualquier nostalgia del gobierno de Macri pertenece a segmentos muy menores de la población.

En todo caso, como señalé antes, la discusión por las retenciones la resolverá la realidad, con esos modales bruscos que tiene. El Estado, y el país, no tiene otra fuente importante de ingresos a la que recurrir en el futuro inmediato, y el endeudamiento al que recurrió, irresponsablemente, el gobierno anterior hoy está cerrado. Los actores inteligentes de ambos lados lo saben.»

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En esta nota puse énfasis en hacer notar que los empresarios rurales tendrán que tomar en cuenta el «principio de realidad»: la experiencia Macri en un caso, los números de la deuda externa en otro, hacen que buena parte de los sectores medios argentinos, y los acreedores extranjeros, sienten menos simpatía por sus reclamos.

Pero también ese principio vale para el gobierno. Alberto, seguramente Cristina, sentirán más simpatía por los militantes políticos que por los sojeros. Y el enfrentamiento de la 125 fue la partida de nacimiento de la militancia kirchnerista como la conocemos. Pero… las divisas las traen las exportaciones de soja y derivados. Una cuidadosa lectura de la realidad internacional indica que no hay mercado para exportaciones de militantes argentinos.


Peronistas: Ni buenos ni malos. Unidos

marzo 4, 2020

Es uno de mis impulsos, esa impertinente corrección al genial antiperonista Jorge Luis Borges. Provocada por un vistazo a las confirmaciones que envían los congresales del PJ Nacional que asistirán mañana al Congreso del partido.

Habrá una presencia numerosa, pero era de esperar. Se está en el gobierno, y los de la provincia de Buenos Aires, a quienes les queda cerca, ya son casi un tercio. El dato sorprendente -para los de afuera- es que se harán presentes, casi en bloque, los congresales de Córdoba y de Salta.

Lo de los salteños era previsible, porque su anterior goberna, Urtubey, se fue a España. Pero que Schiaretti envíe a los suyos, será una sorpresa para muchos (de afuera).  Todos acompañaran la esperada declaración de apoyo a Alberto y Cristina. Bueno, creo que el 29 hay una elección importante allí.

Un amigo, que conserva mucho del idealismo juvenil, se queja (en privado) que el peronismo se parece cada vez más al PRI. Algo de eso hay, pero no tanto. Su Revolución es un tercio de siglo más vieja que el período fundacional de 1945 al 55, y está más anquilosada, creo. Lo cierto, y universal, es que todas las transformaciones profundas desembocan en una etapa institucional.

Sería positivo que el antiperonismo -la otra constante argentina- avance en esa dirección. El macrismo fue un ensayo lamentable, en mi opinión.


Alberto Fernández, y el peronismo después de los años K

marzo 1, 2020

Un posteo muy breve y aún más superficial, pero uno tiene esta adicción a comentar. Empiezo por reconocer que el título es engañoso. Más allá de las intenciones y de los hechos del presidente Fernández, el peronismo fue transformado, transfigurado, por la experiencia de los gobiernos de Néstor y Cristina. Como también lo fue por la experiencia del gobierno de Menem, por la épica y la tragedia de los ´70, por la recuperación y fortalecimiento de la estructura sindical en los 20 años después del ´55… Lo que nos pasa, a los seres humanos y a las realidades colectivas, no se borra. A veces, con suerte y esfuerzo, se asimila.

(Es cierto que una y otra vez alguien levanta, y levantarán, la consigna, el sueño del volver al peronismo fundacional, del ´45 al ´55, algo que Perón descartó explícitamente en muchas ocasiones, dicho sea de paso. Toynbee hablaba, de forma más general, del «salvador con la máquina del tiempo». Fracasan, por supuesto. La Argentina y el mundo son muy distintos. Y no hay máquinas del tiempo, salvo los relojes.)

Ya me fui por las ramas. El punto es que hace un rato asistimos a una definición trascendental de Alberto Fernández. Todo lo trascendental que puede ser un discurso, cuando es coherente con los hechos de un gobierno. Y, por lo que hemos visto hasta ahora, éste lo es.

En su discurso, Alberto «normaliza» los valores identificados con la etapa K: derechos humanos, con énfasis en el castigo a los delitos de lesa humanidad, políticas de género, reivindicaciones feministas, para incorporarlos al «corpus» tradicional del peronismo. Con «normalizarlos», me refiero a despojarlos de épica. Sin revolucionarismo verbal, ni enfrentamientos explícitos.

Para ser más precisos, darles una épica gris, democrática, alfonsinista. No por nada suma a su gobierno a todos los radicales no seducidos por Cambiemos que puede. Y a quienes participaron de la experiencia del Frepaso, que rompió con Menem reivindicando banderas y valores tradicionales del peronismo y terminó en la Alianza con el radicalismo como su chance de llegar al gobierno (Eran peronistas, después de todo).

Como dijo hace unos minutos Julio Burdman en Twitter «Chau, Laclau. Hola de vuelta, O´Donnell».

¿Puede tener éxito esta apuesta de Alberto Fernández? En un sentido, es inevitable. Tratar de resucitar un determinado sentimiento de épica cuando la realidad ya cambió, sólo lleva a frustraciones (mi amigo Artemio se esfuerza, pero…). En otro sentido, yo creo que es insuficiente. Sólo «normalizar» unos valores y logros, los despoja de dinámica y abre la puerta a sus futuras negaciones (Consultar sobre esto a la social democracia europea, si alguna vez sale de terapia intensiva).

No puedo proponer otros caminos: no soy el conductor de nadie. Pero se me ocurre que este gobierno peronista necesita que aquellos que el presidente señaló con fuerza y claridad como los primeros que deben ser beneficiados, que deben ser rescatados, los de abajo, los excluidos, tengan, además de políticas sociales y tarjetas alimentarias, protagonismo. Que cada uno sea artífice de su propio destino y no instrumento de la ambición de nadie, como dice una vieja frase. Para eso el gobierno puede ayudar, pero es sobre todo una tarea colectiva de ellos mismos.