hablando de Fuerzas Armadas, algo interesante

junio 30, 2009
El próximo jueves 2, a partir de las 9 hs., en Venezuela 356, el Centro Cultural Caras y Caretas (una institución que hace que le perdonemos a Víctor Santa María alguna de sus incursiones en el peronismo de la Capital) realiza un Seminario sobre “Perspectivas acerca de la seguridad, la defensa nacional y los recursos naturales estratégicos“. Lo coordinan Telma Luzzani (por Caras y Caretas) y Roberto Bloch (por la Escuela de Defensa Nacional).
Darán “La Seguridad y los Recursos Naturales Estratégicos en la actualidad”, Khatchik Derghougassian (Universidad de San Andrés); “Presente y futuro del petróleo y del gas”, Gustavo Lahoud (Universidad del Salvador); “Agua dulce, biodiversidad y alimentos: crisis entrelazadas”, Roberto Bloch (Escuela de Defensa Nacional) y “Defensa, Fuerzas Armadas y Recursos Naturales”, Miguel Angel Barrios (Diplomatura de Relaciones Internacionales) y Germán Montenegro (Viceministro de Defensa de la Nación).

Al no ser un experto en todos esos temas, no puedo jurar que es la palabra posta en todos los casos (salvo en el de uno de los expositores, con quien compartimos una ahijada, pero no lo voy a delatar). Lo que me parece importante, y valioso, que estos temas se planteen en el seno de la sociedad civil, y la Argentina empieze a elaborar una misión para sus Fuerzas Armadas.

SUSPENDIDO POR GRIPE A Ufa!


Honduras, no filosóficas

junio 30, 2009

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Un debate sobre legalidad constitucional en las calles de Tegucigalpa (la foto fue tomada por Oswaldo Rivas, de Reuters)

En una muestra clásica del ombliguismo argentino, no subí nada en estos días sobre Honduras: mi interés estaba en las andanzas de Néstor y Francisco en la Provincia, del Lole en Santa Fe y del Pino en la Capital. Debo reconocer que, en ese sentido, la presidente estuvo mucho mejor: el domingo, cuando fue a votar a la mañana y los periodistas le preguntaron las obviedades de rigor, ella declaró (lo oí yo) que lo importante era condenar el golpe contra el presidente Zelaya (y eso que en ese momento, las encuestas de urna de Bacman daban ganador a su marido).

Pensaba que es cierto que Cristina debería recordar ese viejo apotegma peronista «Mejor que decir es hacer», pero son muchos a quienes les vendría bien: Mauricio, por ejemplo… En realidad, a todos nosotros. En su caso particular, un buen consejero de imagen debería decirle que «mejor que dar un discurso, es hacer un gesto». La conferencia de prensa de ayer: lamentable… Está bien: un día después de una derrota electoral, cualquiera está groggy.

Pero ¿para qué salir, entonces? Dar una fuerte competencia a Gaby Michetti en la especialidad de hablar una hora sin decir nada, y con ese tonito pedagógico que todos, salvo los kirchneristas fanáticos, encontramos difícil de soportar… Pero esta actitud, ser la primer Jefe de Estado que anuncia su intención de acompañar a Zelaya en su regreso a Honduras… En impacto periodístico, supera la firme solidaridad que Lula ha mostrado con el presidente depuesto, y sólo es opacada – inevitablemente – por las declaraciones de Barack Obama «el único presidente legítimo de Honduras es Manuel Zelaya» y, por supuesto, la Asamblea General de la ONU.

Quiero aclarar que esta es una reflexión sobre política internacional, aunque esté mezclada con la interna local. Los geopolíticos, y algunos viejos pensadores de la Izquierda Nacional insistirán que Honduras es sólo una expresión de la balcanización en América Central. No importa. Con sus siete millones y medio de habitantes, alcanza para ser un caso testigo fundamental.

¿Testigo de qué? De cuáles son los límites que nos conviene trazar – en América y en el siglo XXI – a los enfrentamientos políticos. El tema no es, al contrario de lo que afirman mi viejo amigo Rodolfo Iribarne, el veterano bloguero Hard Core, y un buen número de halcones mediáticos yanquis, si Zelaya es un buen presidente o no.

No tengo la menor idea, pero si lo elogia Atilio Borón y fue elegido como candidato del Partido Liberal hondureño (en donde Alvaro Alsogaray sería un zurdito infiltrado)… hay algo raro. No importa: eso lo deben decidir los hondureños. Pero sin intervención de fuerzas militares. El acuerdo básico en que descansa la politica en los países más o menos serios es que los militares están para hacer la guerra y – en algunos casos, como en China y en Cuba – dirigir empresas estratégicas. Pero no para interpretar ni reformar constituciones, que, como dijo un pensador argentino, «no es asunto del arma de caballería«.

Justamente, el Departamento de Estado de USA, en un briefing extraoficial, que en los códigos de ellos es como hablar desde el Monte Sinaí pero con precisiones legales, contestó a un periodista que preguntaba si la consulta popular que planteaba Zelaya y que dió comienzo al barullo, no era la primera violación de la Constitución de Honduras. Respuesta textual : «No, but there’s a big distinction here because, on the one instance, we’re (talking) about conducting a survey, a nonbinding survey; in the other instance, we’re talking about the forcible removal of a president from a country. So I think we can distinguish between those terms — those two in terms of what’s constitutional and what might be left to institutions»

Abreviado: «No, hay una gran diferencia entre lo que es una consulta no determinante y remover a la fuerza de su país a un presidente. Así que podemos distinguir entre lo que es constitucional y lo que puede dejarse a las instituciones«.

Naturalmente, el grado y la forma en que se manifiesta la solidaridad con la legalidad es una decisión política. Pero los Kirchner decidieron hace tiempo ocupar el lugar de la centro izquierda, y no puedo decir que sea una mala decisión. Entre Brasil y Venezuela,… hace tiempo que tengo ganas de escribir sobre el asunto. Eso sí, mi firme recomendación a la Presidente es que si va a acompañar a Don Zelaya, no alcanza que esté también el Secretario Insulza (aunque éste tenga, como la tiene, la bendición de Hillary Clinton). Porque seguro que se prenden Chávez y Ortega, y eso sesga mucho la foto. Si no puede conseguir que vaya Lula – hombre serio, si los hay – dígale a Michelle Bachelet que, como una mujer a otra, no la puede dejar ir sola a un país tropical. Fíjese el enfásis que pusieron los chinos – que están mirando con mucha atención – a lo que dijo como «presidenta» de UNASUR.


Escuchando

junio 29, 2009

Un lugar común, que sirve para parecer culto si se cita en latín, dice que la voz del pueblo es la voz de Dios. Es posible: a los dos se les atribuyen muchas cosas, no es fácil interpretarlos, y a veces se expresan con terrible claridad.

Como no quiero meterme en honduras filosóficas, me basta con aclarar que a la voz de nuestro pueblo, tal como se expresa en el sistema electoral argentino, no necesito considerarla infalible, ni portadora de una sabiduría inmanente. Tomo un enfoque de sentido común: veo que nuestro pueblo tiene muchas voces (40 millones, a la fecha) y las elecciones son una forma imperfecta pero razonable de escuchar a la mayoría y darle algún peso en la toma de las decisiones importantes.

Digo algún peso: no van a decidir el tipo y nivel de impuesto que correspondería aplicar a las rentas extraordinarias; o si a las telefónicas se les debe permitir entrar en el negocio de la TV por cable. Con sus votos deciden a quiénes le tienen confianza – o menos desconfianza – para tomar estas decisiones.

Esto viene a cuenta, claro, de las elecciones de ayer. Lo que parecen estar diciendo, en mi opinión, coincide con un punto de vista que mencioné algunas veces en este blog: Kirchner como un episodio en la historia del peronismo, y de Argentina. También – pero ya es más dudoso – parecen estar señalando quiénes pueden ser protagonistas en el próximo episodio. De todas formas, esto no es lo decisivo ahora.

Digo esto no para restarle importancia, que la tiene, y mucha. Son tiempos exigentes en el mundo y en nuestra América. Lo digo para remarcar que faltan un poco más de dos años para la elección de presidente (y de gobernadores, y de intendentes), y en este tiempo puede haber sorpresas. Si uno conoce algo de nuestro país, va a haberlas.

Lo que creo que se va a decidir en los próximos meses – se está decidiendo ahora, en el interior de cada conciencia – es qué van a hacer los activistas, militantes, dirigentes que han sentido el día de ayer como una derrota (No digo los derrotados; en su inmensa mayoría ellos son hombres prácticos, y ganar y perder está en su oficio, aunque les guste más lo primero).

Me parece importante porque – al lado de graves errores que le atribuyo a Néstor Kirchner – un aporte que a mi entender le hizo al peronismo ha sido la incorporación de jóvenes y de una parte de los sectores medios. Hacía ¿quince años? que eso no sucedía. Seguro, la gran mayoría de los sectores medios que se habían acercado huyeron en estos últimos doce meses, y lo que quedó es una porción de la clase media politizada que odia y desprecia a la clase media por burguesa y egoísta.

Pero algo es algo. Con todo el respeto que le tengo a Duhalde – el verdadero vencedor de Menem – y con el interés que miro a Reutemann como puente del peronismo hacia el sector más dinámico del empresariado, el rural, bueno, ni el Cabezón ni el alemán servirían para dotar al peronismo nuevamente de un ala izquierda. Kirchner lo hizo. Y los que están en esa «ala», o son el esqueleto de ella, se sienten derrotados con Kirchner.

La reflexión que quiero acercar, para quien le sirva, tiene que ver con el título de este post. La dirigencia peronista ha desarrollado en las últimas décadas un oído bastante sensible a la «voz del pueblo» (Seguro, se pueden mencionar muchas instancias de sordera. Comparénla con el resto de la dirigencia política). Eso sí, como señala a menudo el compañero y amigo Manolo Barge, se quedó sin mucho propio que decir. Por eso, compró con tanta facilidad en su momento el discurso alfonsinista y luego el neoliberal. En esos momentos, habían prendido en el pueblo, o, como era moda decir, en la gente.

Los compañeros que vienen de la izquierda tienen el problema opuesto: ellos tienen sus discursos bien internalizados, que los han absorbido de Gramsci o de Abelardo Ramos, de Cooke o de Scalabrini. (Mucho menos de Perón mismo, pero, como relata Artemio, y tiene razón, los que tratan de adoctrinarlos con el original han sido en general muy plomos). Pero tienen tanto que decir que no escuchan al pueblo. En general, a uno le queda la impresión que confunden al pueblo con un dibujo de Carpani. Y los dibujos son mudos, claro.

Un ejemplo, se me ocurre, es su visión de temas como el conflicto con el empresariado rural y la expropiación de los fondos previsionales. La diferencia, muy evidente, que en un caso mucha gente se movilizó contra el gobierno y en el otro se movieron, por un ratito, los empleados de las AFJP, no se registró en su conciencia. Esa gente no era pueblo (el dibujo de Carpani) o estaba engañada por el Grupo Clarín. Entonces, su opinión no importaba. Bueno, ayer importó.

Manolo insiste siempre en la importancia del aparato bonaerense, la Mazorca, como la División Las Heras, el núcleo duro del peronismo. Yo estoy de acuerdo, con reservas. Ayer también se demostró que los aparatos no garantizan lo suficiente. Los intendentes pueden ser populares pero no son los dueños de los votos del pueblo. Y sus fiscales y militantes son reemplazables, si su tarea no es política, por otro aparato, como el del Momo Venegas, por ejemplo.

Pero sí estoy completamente de acuerdo en la parte más profunda de su mensaje: es en la práctica de la política real, en los barrios, los asentamientos, los sindicatos, en la construcción – generosa y egoísta a la vez – de un poder en la gente, que se puede escuchar la voz del pueblo. Y permite sumar(se) con más facilidad, aunque se haga con la etiqueta de Nuevo Encuentro o Proyecto Sur. Las discusiones de cuadros y los blogs son interesantes y valiosos, pero no alcanzan.


el tema del Pino

junio 26, 2009

(Aviso: este es un post largo. Me permito subirlo pensando que, por la veda electoral, tendrán tiempo libre)

¿Por qué escribo otra vez sobre esta campaña electoral? Porque hoy y aquí es lo que más se parece a lo que un filósofo yanqui – hoy un poco olvidado – pretendía “El equivalente moral de la guerra”. Uno tiene alma de guerrero, aunque esté en retiro. Y aunque sea con métodos – y algunos combatientes – muy berretas, hay algo de noble en la idea de un esfuerzo por convencer a hombres y mujeres que van a votar libremente. Incluyo a los que deciden confiando en la promesa de un puntero, o encegueciéndose con un discurso de odio. Es su decisión.

Y escribo porque, realmente, estoy muy tentado: el fenómeno Pino Solanas en la Capital Federal es – probablemente – el hecho más interesante de esta campaña. Pero son sus feroces críticos en la comunidad intelectual progre – que firmó una solicitada de apoyo al gobierno donde denuncian especialmente “las nobles retóricas arborescentes incapaces de resolverse en hechos” – y sobre todo en la blogosfera K quienes realmente me han dejado pensando (Eso sí, debo aclarar que mi intención es hacer preguntas para ayudar(me) a entender mejor. No escribo para cambiar el voto de nadie. En realidad, si a dos días de la elección no sabe por quién votar, seguro que entró en este blog por accidente)

Esta faz del tema surgió a mi atención cuando Artemio López – líder natural de los blogueros K, ya que su blog es el más visitado en busca de repercusión y de datos sobre las encuestas – pero también un muy lúcido profesional de las ciencias auxiliares de la política, publicó una media docena de posts en los que – manteniendo su posición anterior cuestionadora de la candidatura de Carlos Heller por el oficialismo – pareció favorecer el voto a la lista encabezada por Fernando Solanas. Para qué! Inmediatamente, fue bombardeado por multitud de mensajes donde se lo acusaba de traidor al Proyecto Nacional, expresado en la lista de Heller. No fueron todos, claro, ni con un nivel tan berreta. Pero eran una clara mayoría los que estaban indignados con la sugerencia de Artemio.

Tengo que reconocer que en este punto comienzan mis dudas. Es evidente que el titular de Consultora Equis percibió, como el buen profesional que es, la posibilidad de crecimiento de la intención de voto para Pino más allá del techo que tiene hoy una lista afín al oficialismo. Eso lo hace muy claro acá. Y la trayectoria intelectual y política de Artemio López, y de la mayoría de los que se hoy se sienten identificados con los Kirchner, está más cerca de Proyecto Sur que del Acuerdo Cívico y Social, o, por supuesto, de Macri. Pero… podía entender también el desconcierto y el fastidio de los militantes K – buena parte de los visitantes de su blog – empeñados en una lucha electoral cuando su consultor estrella les decía que mejor no votaran su boleta.

Recuerdo que envié un comentario a su blog donde decía más o menos esto: “Artemio: Si entendí bien, su planteo es: Más importante que apoyar al gobierno nacional votando una lista que tiene un techo claro en sus votos, es contribuir a debilitar al principal adversario, fortaleciendo a un p0sible aliado. Un argumento interesante. Desde la experiencia política de la Capital, se podía imaginar un cuadro similar al que Ud. describe. Pero los datos que respaldan este análisis sólo se podían conseguir en la campaña misma. Un problema: SE ESTÁ EN CAMPAÑA.

 Las decisiones sobre los candidatos, ya se tomaron. En cuanto a los votantes: este argumento suyo no se dirige a ellos, ni tiene el alcance masivo que se necesitaría aunque lo fuera. Los blogs políticos hablan a militantes, o gente muy politizada y autónoma en sus decisiones, que no se van a mover de su posición por sus argumentos o los míos.

Una reflexión como la suya empalma naturalmente con la forma en que piensa (o debería pensar) un político partidario. Pero… por ejemplo, yo soy un político del PJ (retirado). Aún así, si tomo una posición será en el marco de discusiones y acuerdos con mis amigos o grupo de referencia, y siempre considerando el impacto (por pequeño que sea) que tendría en la moral de los militantes de «mi lado». La discusión que Ud. plantea me parece fundamental… para después del 28” Otras voces razonables dijeron algo parecido.

Y existe otro elemento a considerar: personalmente, como un peronista “histórico” – de los que quedan algunos – no creía que Heller fuera un buen candidato para encabezar una lista peronista. Había, hay, motivos menos sentimentales para cuestionarla, aún desde un punto de vista “kirchnerista”: no aportaba una estructura militante (el Partido Solidario no existe y el viejo aparato comunista no se está moviendo vigorosamente) ni una adhesión popular. Heller se hizo conocido en el mejor estilo De Narváez: sumas millonarias en propaganda. No debería ser ese un argumento para quien tiene los recursos del gobierno nacional. Sin embargo, es justo reconocer que la intención de voto que la lista refleja en todas las encuestas no es tan pequeña. Parecen mostrar que un 12 al 18 % de porteños están dispuestos a votar por el peronismo sindical y/o a favor de Kirchner. Ni siquiera el piso probable es una cifra demasiado baja en el clima actual, y el encuestador de la corona no podía ignorarlo ¿Hay más internas en el espacio K de las que uno conoce?

De todos modos, lo más llamativo ha sido la ferocidad con que el kirchnerismo ideológico salió a castigar a Pino Solanas y Alcira Argumedo. La candidatura de Sabbatella en la Provincia, cuyas expectativas de voto aparecen mucho menores que las de Proyecto Sur pero igual disminuirían potencialmente los votos de Néstor Kirchner en la que aparece una elección reñida, no ha despertado estas pasiones. En realidad, la blogosfera K, cuando la toma en cuenta, lo hace con aprobación. Sería imposible – o por lo menos, más trabajo del que estoy dispuesto a tomarme – linkear todos los posts duramente condenatorios del pinismo y de los porteños que puedan llegar a votarlo. Baste éste como botón de muestra, en un blog prestigioso.  Con un estilo más sofisticado, está diciendo lo mismo el análisis de la estrategia de Pino que hace María Esperanza Casullo. El pinismo parece ser el hecho maldito del progresismo K.

Es cierto que el dogma fundamental del nuevo activismo kirchnerista considera la posición ante la resolución 125 como la elección definitiva entre el Bien y el Mal (Aclaro que en mi opinión, como dije muchas veces en este blog, esa medida, y la forma en que Kirchner la manejó. fue su error estratégico fundamental). Pero me parece significativo que blogueros como Ezequiel Meler – que ciertamente no comparte esa superstición – y cuya inteligencia y capacidad de análisis admiro, cuestiona con severidad a Pino y le exige una coherencia que – para decirlo con suavidad – no abunda en los otros candidatos. Sus argumentos son válidos, y en ese post sube la defensa, igualmente bien razonada, de Patricio G. Pero la actitud hostil es inconfundible.

El argumento fácil y automático – Proyecto Sur le resta votos a la fuerza mayoritaria nacional; por eso ¡ES FUNCIONAL A LA DERECHA! – es falso, y los informados lo saben. Los votos de Pino tienen orígenes diversos: lo que queda del Frente Grande que no se fue con el Chacho (una minoría muy pequeña), votantes del ARI desilusionados con Lilita, progres antiperonistas, aún macristas desecantados con una mala gestión y un discurso vacío. Más, por supuesto, muchísimos peronistas y «nacionales» furiosos con los Kirchner. Algo tienen en común – además, por supuesto, que el discurso nacionalista de izquierda de Pino no les produce rechazo: son todos anti K. Sus votos nunca irían a la lista oficialista.

Se me ocurre, tentativamente, que lo que está en juego aquí – justamente a partir del aparente éxito de Proyecto Sur – es la separación entre dos estrategias políticas, muy metidas en las historias personales de los interlocutores. En el intento de Proyecto Sur de crear una fuerza política independiente, libre de la «corrupción» del PJ kirchnerista, se ve la historia del Frente Grande y el Frepaso. El rechazo a Pino es, en muchos, el exorcismo de una frustración que vivieron.

Si estoy en lo cierto, puedo entenderlo. También yo, como peronista, soy profundamente escéptico de una fuerza que quiere ser popular y nacional pero que tiene muy poca inserción en los sindicatos y casi ninguna entre los pobres y excluídos. Mi apuesta es al peronismo. Pero tengo presente un hecho: en la Ciudad de Buenos Aires, la estructura del justicialismo está destruída.

Proyecto Sur será a partir del lunes casi con seguridad el embrión de una «tercera fuerza». Su éxito en la Capital servirá como referente de los proyectos «huérfanos» en muchas provincias. Así fue con el Frepaso. Y después de él, con el ARI. Y antes de él, con el Partido Intransigente (Pino se parece más a Oscar Alende que a cualquiera de las otras figuras que ocuparon ese rol). Es lícito preguntarse si su ego de director de cine le permitirá – o no – construir.

De todas formas, como he dicho en otra parte, más que los candidatos me interesan los votantes. Es la primera vez que una fuerza «progresista», tan frecuentes en la política porteña, hace – si se confirman las encuestas – una elección exitosa en la Capital con un programa tan claramente comprometido con una política nacional y de defensa de nuestros recursos. Si no está muy claro como se llevaría a cabo, lo mismo puede decirse de todas las plataformas políticas. Me es permitido esperar que esos votos contribuyan, en el futuro, a un proyecto de poder en esta ciudad, que tiene el segundo padrón electoral de Argentina y que – desde 1776 – ha sido el escenario de todos los enfrentamientos claves de nuestra historia.


un toque kirchnerista

junio 26, 2009

Por si alguien, muy distraído, no se ha dado cuenta, yo no soy kirchnerista. Por un análisis reflexivo, de los que llevan a «votos inteligentes» como los que propone Artemio, considero – al igual que muchos otros – que es necesario que en el peronismo se exprese un pensamiento que, asumiendo el fracaso y el costo social del experimento menemista, cuestione también un proyecto político que no se ve viable en el largo plazo, más, que no parece tener ideas para el largo plazo.

Y por una cuestión más personal también, claro. El rol de Conductor incuestionable fue reconocido a Perón como creador del Movimiento y por una inteligencia profunda y original que ningún otro líder político mostró en la historia argentina. No es el caso de Néstor, precisamente, a quien se le anotan todas las macanas y todos los días alguien en la pobladísima segunda línea del peronismo piensa «Yo lo haría mejor» (Y, francamente, no hubiera sido… útil que el Viejo hubiese tenido quien le susurrara «Jefe, no le parece que ponerlo a Camporita de candidato… Ya sabemos que Cafierito es muy ambicioso, pero el dentista está muy pegado a lo que están armando los muchachos y desequilibra demasiado la balanza» o, más tarde, «General, si lo pone a Lopecito para hablar con la JP, Ud. está diciendo que no quiere hablar… Tenga presente que ellos tienen sus bases, también. Y esas se las podemos traer de este lado, con otras caras» ?)

Pero todo eso es estrategia, o viejas historias y arrepentimientos. Ayer pasó algo, y a tal señor, tal honor, tengo que decir que ayer me sentí satisfecho y orgulloso que el presidente del Partido Justicialista decidiera no ir al programa de Tinelli. Porque ese programa, y ese estilo de comunicación, popular como es, es la cara más berreta de lo popular. Dejar de ir, sin soberbia, con humor, fue un gesto de dignidad pública, de los que hacen falta.

Sucede que yo sabía que el asunto estaba muy conversado. Gente inteligente, con mucha experiencia de la política y que acompañaron en sus caravanas a Kirchner, decía que ese programa lo «humanizaba», es decir, lo acercaba a los hombres y mujeres que no están pendientes de la política. Veían como le pedían que repitiera los gestos y latiguillos de su imitador, y tenían presente que el carisma no es el punto fuerte de N. K. Pepe Albistur había negociado las condiciones de su presencia hace tres semanas, y los lenguaraces K (espontáneos, además), estaban preparados a decir que era parte de la lucha contra el grupo Clarín.

Por eso, muy bien, compañero Kirchner. Ah, el chorizo, al plato, que tengo que hacer dieta.


Una pregunta que nos inquieta a todos

junio 25, 2009

sanford_tapa

La aventura exótica del gobernador Sanford me llevó a una broma adolescente en este blog, Son cosas que pueden pasar a  las 2 de la madrugada, después de una buena cena. El nombre de su amiga argentina ya está en los medios, así que borro este frívolo post y agradezco a sindioses y a Ezequiel su buena onda tan temprano a la mañana


la Amazonia también es América. Y está en nuestra América, aclaremos

junio 25, 2009

Hace pocos días subí un post sobre la masacre en Bagua, Perú. Quise acercar algunos links para acceder a información peruana sobre una de esas noticias que sacuden la conciencia de la gente buena… por uno o dos días, mientras aparece en los medios. No quiero ironizar con el dolor, pero hay un fenómeno inevitable que reúne y diluye en nuestra memoria todas las tragedias que no suceden cerca. En este caso había elementos que tienen que ver con la realidad de nuestra América del Sur. Indígenas de la Amazonia peruana, poco integrados a la civilización, se enfrentaron con la policía para defender sus reclamos a su tierra y sus recursos, que el gobierno de ese país quiere hacer accesible a ciertas empresas extranjeras en el marco del Tratado de Libre Comercio que ambiciona con los Estados Unidos. Hubo muertos de ambos lados, más entre los indígenas, claro. Y el enfrentamiento sigue. Pienso que el asunto merece nuestro interés, aún en medio de una campaña electoral.

Ahora, yo hablé varias veces en este blog, sobre el tema del indigenismo, como por ejemplo aquí, aquí y aquí. Resumiendo: reconozco y valoro las identidades que – como la quechua, la guaraní o la mapuche – forman una parte tan importante de nuestra cultura iberoamericana como… la italiana, para mencionar una que nos ha marcado bastante, aquí y en Brasil. Creo – porque fueron muy maltratados – que merecen que les demos una mano, o que por lo menos se las saquemos de encima. Pero jugar con el separatismo y la autonomía – como los alientan algunos idiotas de buenas intenciones y muchos vivos de malas – es peligroso para ellos en particular y para todos nosotros.

Sobre eso subí algunas reflexiones de Andrés Soliz Rada, ex ministro de Evo, aquí. Y ahora él nuevamente habla a través de un despacho de la Prensa Sindical Internacional, el N° 040664, del 22/06/09. “INTERNACIONAL. LA PAZ, 22(PSI).- El 11 de junio último, a las 8 y 15 horas, la red de emisoras indigenistas ALER – Contacto Sur, que se difunde en Bolivia a través de ERBOL, informó que pueblos de la selva peruana planteaban que la Amazonía fuera declarada “Patrimonio de la Humanidad”. El anuncio, que esperemos sea una voz aislada, es, sin embargo, una advertencia de lo que podría convertirse en la victoria final del euro centrismo sobre el frustrado proyecto bolivariano… ”

Declarar a la Amazonía “Patrimonio de la Humanidad”, la mayor reserva de biodiversidad del planeta, con sus 360 millones de hectáreas, surcado por el río más grande del mundo, cuya dimensión es similar a la que separa Nueva York de Berlín, es el sueño más ambicioso de los centros de poder mundial.

El 15 de junio, la misma fuente hizo saber que el Presidente de la Asamblea del Pueblo Guaraní (APG), Wilson Changaray, está realizando gestiones ante el BID, las que se hallarían bien encaminadas, para que los guaraníes exploten en su beneficio las reservas de gas y petróleo del Chaco boliviano, donde se hallan los mega campos de hidrocarburos del país. Cabe recordar que el BID impulsó en los noventas la privatización de las reservas de gas y petróleo.

Es verdad que la Asociación Interétnica de la Selva Peruana rechaza los Tratados de Libre Comercio (TLC), suscritos por Alan García, demanda el retiro de empresas mineras, petroleras y forestales foráneas que operan en suelo peruano. Sin embargo, estas consignas son coyunturales, ya que, a corto o mediano plazo, las compañías estarán contentas de negociar en el Perú con alguno de sus 56 pueblos amazónicos y no con un Estado nacional, por sumiso que sea.

… En nuestra América, las ONG y los indigenismos a ultranza están empeñados en cumplir el convenio 169 de la OIT, convertido en obra maestra de consultores daneses, destinado a aniquilar a los Estados nacionales, para beneplácito de oligarquías separatistas que operan en el oriente boliviano, en Zulia en Venezuela y en Guayaquil en Ecuador. Su habilidad ha consistido en enfrentar a muerte a indígenas y mestizos, que son la base de nuestros Estados in constituidos»

Ojo: leyendo ese convenio, no me parece tan terrible. Una colección de buenas intenciones para solaz de las almas bellas, como el Pacto de San José de Costa Rica que incorporamos en 1994 a nuestra Constitución. Pero es cierto que gente poderosa con malas intenciones – de la que dicen hay mucha – puede utilizarlo en nuestro prejuicio. Deberíamos conversarlo detenidamente con Brasil, que alguna preocupación tiene con el tema.


de kirchneristas II: una preocupación

junio 23, 2009

El año pasado apareció en Argentina (o yo me dí cuenta de la existencia de) un nuevo actor político: el kirchnerismo ideológico. En diciembre subí un post sobre el asunto de kirchneristas, dándole mi bienvenida al fenómeno (lo que extrañó bastante a algunos viejos amigos míos). Pero como escribí en otra parte «Parecería que la toma de distancia y el cuestionamiento a Kirchner y/o al PJ que han hecho en los últimos meses figurones del progresismo y fuerzas políticas de izquierda han estimulado en los prokirchneristas una conciencia de identidad y – en los mejores casos –  una reflexión aguda. Y si – como perciben los viejos peronistas – confunden demasiado la experiencia de la conducción Kirchner con el conjunto de las experiencias del peronismo… Bueno, es la etapa actual, la que estamos viviendo»

En el post a que hice referencia, señalaba que el peronismo se enriquecía con nuevas ideas y nuevo entusiasmo, cosas ambas que le hacían falta. Y citaba algunas reflexiones muy lúcidas desde lo que podríamos llamar el progrekirchnerismo. Ahora, siento ganas de marcar el fenómeno opuesto: la delirancia, del que en el peronismo siempre hemos tenido bastante, gracias.

Me saltó a la vista cuando – sin tiempo ni neuronas para escribir con alguna profundidad – ojeaba comentarios y blogs. Las peleas en las columnas de Mariano T. o en el blog de Tenembaum-Zloto no me preocupan: son duelos de hinchadas en campaña. Pero la bronca que despertó Artemio López cuando cuestionó a Heller y apoyó – discretamente – a Solanas en la elección de Capital, me hizo sonar algunos timbres en mi mente, aunque al principio lo tomé a broma.

Por supuesto, las andanzas del marqués de Ramble pueden ser discutidas, y, entre otros lugares, lo hice en este blog. En mi opinión, aunque considero que si los votos de Pino crecen y dejan fuera del Congreso a la autodesignada custodia de la moral cívica, la Dra. Carrió, será una obra de arte que dejará pequeña a su «El exilio de Gardel», y que – más importante aún – sus votantes son a mi juicio parte de una alternativa nacional a construir, la crítica desde la militancia kirchnerista está justificada.

Los votos que las encuestas atribuyen a la boleta de Heller, después de todo, muestran un espacio más importante que otras opciones que el peronismo ha presentado en el pasado. Para establecer una comparación, lejana pero válida: Yo opino como la inmensa mayoría de los políticos del aparato del justicialismo, que la candidatura de Rossi era un grave error y un tiro en el pie de Kirchner, que le negaba un triunfo casi seguro en uno de los distritos mas importantes. Pero, nuevamente, las encuestas parecen indicar que hay un voto en Santa Fe que puede apoyar a Kirchner pero no a Reutemann, y ese factor debe ser tomado en cuenta. Luego, la virtú política decidirá el camino a tomar… y Marte juzgará a los príncipes en el campo de batalla. Bah, en las urnas.

Todo esto, que sólo puede interesar a los que les interesa mucho la política, no tiene nada que ver con un comentario en el blog de Artemio como éste, de un tal Roberto: «Mientras los hoy devenidos en «pino solanistas tardios» escuchaban credence y otras boludeces, muchos, muchos, nos jugábamos la vida por la vuelta del gral. y la implementación de un proyecto nacional y popular. Mas allá de nuestros errores, tu comentario pequeño, artemio, es una falta total de respeto. Por lo demás, allá, en la ciudad autónoma, el Proyecto pasa por Heller. Hasta la Victoria compañero!

Por supuesto, es una boludez ridícula. No se diferencia demasiado de otros cuantos, sin embargo. Ojo: moralmente, no es tan grave como los vómitos de odio que pueden encontrarse en sitios respetables, como, por ejemplo, los foros de lectores de LaNación, el desahogo de infelices de sus frustraciones. No le noto mucho odio, en realidad; más bien, el delirio de alguien que se fantasea embarcado en una lucha épica y resistirá con todas sus fuerzas cualquier atisbo de realidad que altere su sueño.

Esta es una breve reflexión tardía, antes de irme a dormir. Les sugiero a mis amigos Yukio, Harry y demás claramente no K que no se molesten en comentarla. Como en mi caso, es un delirio que no tiene que ver con los que puedan sufrir ellos. Pero me parece que vale la pena que los kirchneristas – aún los k por default – estén alertas a los síntomas. Me parece que los argentinos somos bastante susceptibles a esta cepa.


Miguel Unamuno: En memoria

junio 22, 2009
Miguel Unamuno fue uno de esos argentinos que nos hacen pensar que nos mereceríamos ser mejores de lo que somos para vivir en comunidad, ya que producimos tipos humanos con esa clase. Pensando en él, uno puede tararear alguna milonga de Borges… “Alto lo veo y cabal Con el alma comedida…” con acordes de Piazzolla, eso sí, porque era una versión moderna e irónica del viejo porteño. Piola, culto, hombre de Perón y del sindicalismo, putañero y respetuoso de códigos no escritos

No puedo decir que fuimos amigos, aunque nos saludábamos cordialmente cuando nos veíamos. Pero estuvimos juntos en años… complicados, y por eso quedó muy firme en mi memoria. Fue un dirigente del peronismo de la Resistencia – con herencia socialista por el lado de su padre, Juan Unamuno, y trayectoria sindical en el gremio bancario. Fundamentalmente, era uno de los cuadros políticos, quizás el más joven, que se formaron al lado de Augusto Vandor. Y no se llevaba demasiado bien con Lorenzo Miguel. Como dijo en algún momento “Vandoristas éramos los de antes

Lo conocí en 1973, en una rosca para decidir las autoridades del bloque del FREJULI y de la Sala de Representantes (se la llamó así entonces porque el rosismo estaba de moda), bah, la Legislatura de la Capital. Ambos habíamos sido elegidos en la misma lista – él en un lugar bastante antes del mío – pero me daba más bola de la que correspondía ante mi completa ignorancia del PJ Capital y de la política real. Unamuno tenía la inteligencia para darse cuenta que la irrupción de la Juventud Peronista y de las organizaciones de cuadros habían cambiado decisivamente las relaciones de poder, y la flexibilidad suficiente para manejar la situación.

Tal cual: la presidencia de la legislatura quedó al comienzo para un político vinculado a la UOM – Mariano Martín – y la del bloque para un político vinculado a Guardia – Manuel Rosato. Pero todos, dentro y fuera de la Sala, percibieron en poco tiempo que el hombre con el que había que hablar para las decisiones importantes, incluyendo los proyectos que se aprobaban, o no, era Miguel Unamuno.

A Manolo Barge le interesará saber que su día de trabajo comenzaba bien temprano y, en el estilo sindical, una buena siesta le permitía aguantar las reuniones bien regadas hasta la madrugada. Con capacidad de trabajo, muñeca, lucidez – “en un cargo legislativo estás en una conferencia de prensa permanente… o no te sirve” y una bonhomía sobradora logró construir un poder político considerable en esos años que “el poder nacía de la boca de un fusil”. De él, pienso, tuve mi primer curso de política en el mundo real – fuera del microcosmos que se construyen los militantes (Espero algún día poder terminar la currícula).

Cuando todo se derrumbaba, a Lorenzo no le quedó otro remedio que recurrir a él para el Ministerio de Trabajo. Y Unamuno, fiel a los códigos de la militancia, aceptó, sabiendo lo que se venía.

Cuando volvió la democracia en 1983, los tiempos habían cambiado otra vez, y – para mi sorpresa – él no supo adaptarse, o no quiso hacer el esfuerzo. Lástima, porque el peronismo porteño necesitaba, necesita, políticos de ese nivel. Miguel Unamuno continuó siendo un hombre de la política, del peronismo y de sus amigos. Y dio rienda suelta a su pasión por los libros y la historia. Mientras la salud se lo permitió, mantuvo su gusto por las reuniones largas, donde hacía observaciones agudas e irónicas, y contaba chistes.

Se me ocurre que una forma de terminar este comentario nostálgico es con una historia que supo repetir unas cuantas veces “En setiembre del ´73, a días del golpe de Pinochet, la Sala de Representantes aprobó por mayoría una condena a la interrupción de la democracia en Chile (la impulsaron dos compañeros socialistas del Frente, Lázara y Martín Morales, pero fue aprobada por todos los bloques menos el de Nueva Fuerza). Ese día, yo recibí en mi oficina una llamada de Perón. Formal: “El Sr. Miguel Unamuno, vicepresidente del bloque del FREJULI?” Yo, con un sudor frío: “SÍ, GENERAL!” “Unamuno, el pueblo argentino me ha encomendado a mí dos tareas: la política interior y la política exterior. Ustedes, los concejales, tienen tres: Alumbrado, barrido y limpieza


las Malvinas, la Universidad de Lanús y el ser nacional

junio 21, 2009

El compañero y amigo Roberto Bardini me envió anoche el borrador de una solicitada que está preparando la Universidad de Lanús, y que invitará a firmar al resto de la comunidad universitaria, con un texto que José Hernández publicó hace 140 años, en 1869 en el periódico «El Río de la Plata». Y como los intelectuales académicos no pueden contenerse, y además del autor del Martín Fierro citan a Paul Nizan, Hernández Arregui y dicen que «forma parte inescindible de nuestro ser nacional», yo – que tampoco me contengo muy bien – le contesté: «Acompaño, por supuesto. Y publico el texto de José Hernández en mi blog – para lo que sirva – porque me parece muy piola. Eso sí, me animo a sugerir que no mencionen – o no con tanto énfasis – el «ser nacional». A veces me parece que el ser nacional de los argentinos incluye el estar cuestionándose el ser nacional»

Tengo que decir que José Hernández, político, escritor y periodista, supo decir hace casi siglo y medio lo que las Islas Malvinas deben significar para los argentinos, sin chauvinismo ni ideologías, con palabras válidas para todos los pueblos. Creo que debemos agradecer a la Rectora Ana María Jaramillo y a los muchachos de la Universidad de Lanús el haber rescatado este texto.

Los argentinos, especialmente no han podido olvidar que se trata de una parte importante del territorio nacional, usurpada a merced de circunstancias desfavorables, en una época indecisa, en que la nacionalidad luchaba aún con escollos opuestos a su definitiva organización.
 
 Se concibe y explica fácilmente ese sentimiento profundo y celoso de los pueblos por la integridad de su territorio, y que la usurpación de un solo palmo de tierra inquiete su existencia futura, como si se arrebatara un pedazo de nuestra carne.
 
La usurpación no sólo es el quebrantamiento de un derecho civil y político; es también la conculcación de una ley natural. Los pueblos necesitan del territorio con que han nacido a la vida política, como se necesita del aire para la libre expansión de nuestros pulmones.

…El precedente de la injusticia, es siempre el temor de la injusticia, pues si la conformidad o indiferencia del pueblo agraviado consolida la conquista de la fuerza, ¿quién le defenderá mañana contra una nueva tentativa de despojo o de usurpación?

El pueblo comprende y siente esas verdades, y su inquietud es la intranquilidad de todos los pueblos que la historia señala como victimas de iguales atentados.

Allí donde ha habido un desconocimiento de la integridad territorial, hemos presenciado siempre los esfuerzos del pueblo damnificado por llegar a la reconquista del territorio usurpado.

…Entre tanto, deber es muy sagrado de la Nación Argentina, velar por la honra de su nombre, por la integridad de su territorio y por los intereses de los argentinos. Esos derechos no prescriben jamás.