El anuncio del título, un hecho previsible, previsto y hasta reclamado por algún sector del peronismo, causó un sacudón visible en la dirigencia del Frente de Todos. No voy a hablar aquí sobre el experimento Alberto. Es un tema interesante y hasta deja algunas lecciones (que ya expuso Shakespeare en el “Rey Lear»).
Ahora quiero reflexionar sobre la situación en que deja al oficialismo.
Un punto es que si un presidente en condiciones legales de aspirar a la reelección y que no tiene una enfermedad terminal, se baja, no es un síntoma de buena salud de la fuerza política que lo llevó a la presidencia. En realidad todas las encuestas ya le daban y le siguen dando malos números para el FdT en las elecciones presidenciales de octubre.
Yo no tengo una visión tan negativa sobre sus chances. Como ya dije en el blog y en otros lados, creo que hay una masa de votantes ,desilusionados o fastidiados con este gobierno, que rechazan la experiencia Macrista y/o sienten temor por las propuestas de Patricia Bullrich o de Javier Milei.
Es el problema de una estrategia de polarización Entusiasma, motiva a un núcleo duro de votantes, pero al mismo tiempo está alimentando otro núcleo.El que rechaza o le despierta temor ese mensaje. Larreta ha tratado de diferenciarse, pero le va a ser difícil despegarse en la campaña.
Ese es el fenómeno -el rechazo a lo que se ve venir- que en 2019 hizo que Macri duplicara sus votos entre las PASO y las elecciones presidenciales. Estimo que es muy probable que suceda algo parecido con el candidato o la candidata del Frente de Todos en octubre. ¿Le alcanzará? Eso depende de los resultados económicos, sobre todo. Y también de la campaña.
En cualquier caso el FdT, el peronismo debe tener una candidatura presidencial en Octubre, hoy veo tres escenarios posibles.
1) “Cristina candidata”.
2) “candidato de consenso”.
3) “PASO competitiva”.
1) CFK ya dijo que no será candidata a nada. Y muchos, inclusive una parte de sus seguidores más motivados, están empezando a asumirlo. Pero sería imprudente no considerar la posibilidad. Tiene un núcleo de votantes numeroso y sólido, y está la presión subterránea de muchos dirigentes cuyo futuro político estaría más asegurado si Cristina fuera candidata. Después de todo forman su aparato político. Existe el factor del “voto arrastre”.
En ese caso el peronismo estaría en la situación anterior al 18 de mayo de 2019. Una candidatura presidencial de Cristina tendría una masa de votos propios importante, pero no abarcaría la totalidad del peronismo. Inevitablemente aparecerían una o varias candidaturas aparte.
Algo parecido sucedió en 2017 pero sólo en la Provincia de Buenos Aires. En el plano nacional, para elecciones presidenciales, la situación es muy distinta. Sería un juego muy arriesgado que se justificaría solo para garantizar una identidad política e ideológica.
No ha sido el estilo de Cristina ni de Nestor Kirchner. Después de todo, ambos se quedaron en el PJ, en la etapa de Menem, cuando un sector político, que hoy la sigue se fue con el frepaso. Por eso este es el escenario al que le doy la probabilidad más baja.
2) Hasta no hace mucho, evaluaba que Massa era una de las pocas figuras que podía reunir los suficientes apoyos políticos y económicos para disputar una PASO competitiva en el ámbito nacional. Hoy,irónicamente aparece como el más mencionado “candidato de consenso”. Un “consenso” limitado pero poderoso,incluiría: el apoyo de Cristina, el de una mayoría de los gobernadores peronistas y el de los sindicatos más importantes. Además como elemento fundamental el de los grupos económicos, locales y extranjeros que ven con desconfianza la heterogénea coalición de Juntos por el Cambio y los delirios de Milei. ¿Existe y se mantendrá este consenso? Hay fuertes apuestas en este sentido.
Pero, atención esto depende de que la economía no se derrumbe, que la inflación deje de enloquecer a argentinos y argentinas (el dólar “blue” es solo un termómetro de esto), que las encuestas no den muy malas noticias.
Otro posible “candidato de consenso” sería Daniel Scioli. Pero su figura todavía debe instalarse y como Sergio y cualquier otro, su suerte dependerá de esos falibles oráculos, las encuestas.
3) Atención, en Agosto habrá Primarias Abiertas Simultáneas Obligatorias, la ley está vigente y ya no es posible modificarla. Con “competitiva” me refiero a unas PASO del FdT en la que haya por lo menos dos listas desplegadas en el plano nacional y que cuenten con los recursos necesarios para la campaña.
Esta es la opción que aconsejo al Frente de Todos. Aún si hubiera un “candidato de consenso” disputar una interna sería una forma de legitimarse ante los votantes.
Conozco y respeto las objeciones que hace una gran parte de la dirigencia. Una interna abierta crea, estimula una lucha feroz. La situación económica actual no estaría en condiciones de ignorar sus coletazos. También, aparte de los reclamos genuinos y del idealismo, una interna también es una invitación a las aventuras políticas. Muchos sellos y no pocas cooperativas de militantes viven de las internas.
Además los que están en posiciones de poder territorial, los gobernadores, la misma Cristina prefieren tener en las listas a gente que respalde sus políticas sin correr el riesgo de internas locales impredecibles.
Igual, insisto en la necesidad de una interna abierta, no solo porque como dije legitimará a los candidatos ante los votantes. Más importante aún en un momento en que el FdT no está en condiciones de sumar a ninguna fuerza política con proyección nacional, aparte de las que lo componen hoy, es una forma de abrir una puerta simbólica a los sectores de la población que no acepten las propuestas que se hacen desde el Otro Lado de la grieta.