Hoy, Brexit. Gran Bretaña se va de la Unión Europea

enero 31, 2020

(Empiezo la nota aclarando que poner fechas precisas en los procesos es un artificio. Pero igual me siento obligado a decir algo en el día del Brexit. Y como otras veces, encuentro algo que publiqué en AgendAR adecuado para este semi abandonado blog. Tal vez El blog de Abel está menos personal. O estoy pontificando demasiado en el portal).

Hoy, viernes 31 de enero, a las 23 hs. (en Gran Bretaña; en Argentina, a las 20) entra en vigor el Brexit. ¿Qué cambia? en lo inmediato, nada. Se abre un período de negociación que durará al menos 11 meses. Pero así pasa siempre; los cambios importantes en la Historia no suceden en un momento determinado. Los habitantes de Europa no se fueron a dormir un día bajo la Pax Romana y se levantaron al día siguiente en la Edad Media. Pero eso no hace que esos cambios sean menos reales.

En este caso, el hecho fundamental es que el vigor del proceso de unificación europea — que estimuló otros muy diferentes en otros lugares del mundo también distintos; que armó la zona económica más importante del globo, más que los EE.UU., más que China; que llevó a Gran Bretaña -a la que nunca le entusiasmó la idea; prefería una zona de libre comercio- a sumarse en enero de 1973 — ese vigor decayó. Gran Bretaña se va porque lo decidió una elección hace 3 años y medio, en junio de 2016, en la que el Brexit ganó 51,8% a 48,1%, pero ese resultado mínimo se convirtió en el centro de la política británica y europea. Y llevó a la victoria aplastante de Boris Johnson (un converso tardío al Brexit, dicho sea de paso) y la separación que hoy se formaliza.

Porque la pertenencia a la UE implica para los países miembros aceptar la libre circulación entre ellos de trabajadores, de mercancías, de servicios y de capitales. El principal argumento de la campaña a favor del Brexit fue que los británicos iban a «recuperar el control» sobre sus propios asuntos, en particular un mejor control de la inmigración. Y ese reclamo se escucha cada vez más en más naciones europeas…

En mi falible opinión, sería un error creer que hay una corriente incontenible hacia la desintegración de la UE. Como fue un error pensar que la unidad era un proceso irreversible. Lo definitivo son los hechos -esta separación, por ejemplo, y sus consecuencias.

Porque quizás Escocia quiera quedarse; hasta es posible que en un futuro no muy cercano, Inglaterra regrese; después de todo, entre los ingleses jóvenes el voto por el Remain fue mayoría (también de paso: ¿notaron que muchos jóvenes argentinos de clase media asumen con tranquilidad la posibilidad de trabajar en el exterior?). No importa. Ni la Unión ni Gran Bretaña serán las mismas después de esto.

Ángela Merkel, frau Europa, se retira; Macron, está siendo cuestionado todos los días en las calles de París; la Iglesia Católica, que dio forma a la cultura europea un milenio atrás, está mirando a otras regiones del globo… Si Europa no encuentra un principio unificador, y liderazgos que lo acompañen, como hicieron hace 70 años Adenauer, De Gaulle y De Gásperi, será una zona de libre comercio cada vez más desintegrada. Ya Toynbee había advertido que en la historia humana, las confederaciones laxas no duran; se integran en uniones más sólidas, o se disuelven.

¿Y Gran Bretaña, Inglaterra? ¿Se convertirá, como algunos sospechan y otros esperan, en una gigantesca Singapur? Un centro financiero y comercial global, que a la vez sea un paraíso fiscal para inversores y especuladores de todo el mundo?

La base para eso ya está en las reformas de Thatcher de los ´70, pero no fueron suficientes para mantenerse fuera de la UE. ¿Por qué alcanzarían ahora? Singapur es parte de la diáspora china y funcional a China. La City de Londres ya lo es, y podría serlo aún más, pero eso fastidiaría a Trump y a sus sucesores.

Sobre todo, veo la dificultad principal en una cuestión de tamaño. Lo que puede ser viable en una ciudad como Singapur no lo sería en un país importante, con alguna pretensión a continuar siendo una de las Grandes Potencias (bien después de las dos Más Grandes y de Rusia). En concreto, los países europeos no le permitirían el acceso a sus mercados si se plantea como lo que eran Hong Kong o Macao antes que China recuperara poder.

Como siempre, hay más preguntas que respuestas. Pero más allá de las especulaciones geopolíticas que como buen argentino me gusta hacer, el trabajo que debemos plantearnos ahora es analizar las consecuencias para nosotros.

En lo inmediato, las posibilidades de colocar nuestras exportaciones tradicionales mejoran. El tratado Mercosur-Unión Europea tiene cláusulas que les permiten a ellos rechazar cualquier embarque nuestro con pretextos «sanitarios» según su criterio, mientras que no existe el equivalente para nuestro lado. Una Inglaterra no atada a la política agrícola de la UE sería un mejor cliente.

Pero ese es el plano comercial. Gran Bretaña se verá forzada a justificar para sí misma su «independencia» de Europa asumiendo su rol global. Cuidemos nuestro Atlántico Sur, donde Argentina y Gran Bretaña tienen, es inevitable y va más allá de las intenciones, una «hipótesis de conflicto». Y, dentro o fuera de la UE, ellos no dejarán de tenerla presente.


Una reflexión jurídica de Graciana Peñafort sobre el «Tribunal Ético contra el Lawfare». Que también es política

enero 22, 2020

Tuits apropiados:

Acabo de leer en twitter una reflexión de la Dra. Graciana Peñafort. Y me acomete un impulso irresistible de apropiarla para este descuidado blog. Aunque no soy abogado y no podría comentar en forma adecuada sus argumentos, agrego algunas observaciones desde la política.

ooooo

«Voy a abrir un polémico hilo para decir lo siguiente: se que a muchos nos enojó lo que dijo Brandoni, porque sin duda fue una falta de respeto no solo a CFK sino a quienes votamos la formula Fernández – Fernández.

Pero que estupidez mayuscula y propia del macrismo que es hacerle una denuncia penal. Primero porque la única titular de esa accion es la propia CFK y no es ella quien formula la denuncia. ¿Que sigue muchaches? ¿Denunciar a quienes puteen en tuiter? ¿por que hacer macrismo

¿Justo nosotros, que somos el espacio que derogamos injurias y calumnias, vamos a hacer eso? Horrible. Creo que es horrible. Y ¿justo a estos jueces les vamos a pedir que tutelen la libertad de expresión? ¿En serio quieren criminalizar los dichos de alguien?

Esto me lleva a reflexionar sobre el Tribunal Ético contra el Lawfare. Otra cosa que no entiendo el porqué.
Voy a ser clara en esto, en nuestro país, como en otros de la región hubo y hay Lawfare. Es decir persecusión judicial y mediática por motivos políticos.

Lo hemos visto suceder y lo hemos padecido. Y déjenme decirles, que como abogada de ex funcionarios lo he padecido en carne propia. Los tribunales en donde no hay derecho a defensa ni garantía alguna. Los medios que mienten sobre lo que pasa en las causas judiciales

Lo digo desde mis zapatos y los de muchos colegas que hemos fatigado pasillos y recursos pidiendo que se respeten las garantías de las personas sometidas a procesos penales por su adhesión a un determinado gobierno.
No, no le tengo simpatía a los jueces y fiscales del lawfare

Tampoco se la tengo a los medios que participaron en cada una de esas operaciones infames que le hicieron a las personas. Tampoco les tengo simpatía a los funcionarios del macrismo que impulsaron esas denuncias absurdas.

Pero este mentado Tribunal ético que quieren hacer me parece una barbaridad que solo desvía la atención en un debate eterno e irresoluble. Porque el debate real es otro. Los funcionarios judiciales tienen un régimen disciplinario, el debate es que se les aplique realmente.

Incluso que se les aplique el régimen penal en los casos que corresponda. Y eso también aplica a los funcionarios que participaron de las maniobras persecutorias.
Y a los periodistas que hicieron cosas ilegales también se les debe aplicar la ley

Si usaste tu rol de periodista para extorsionar, serás penalmente responsable. Si publicaste información falsa deberás retractarte o el medio donde trabajás deberá dar derecho a réplica.

Pero ninguna de esas conductas sancionatorias podrán ser dispuestas por este Tribunal Ético. Tribunal Ético que no fue creado por ninguna norma ni está investido de jurisdicción (capacidad de juzgar y dictar sentencia) por ningún Estado.

La sanción de las aberraciones que se cometieron para ejecutar el Lawfare merece algo más que respuestas simbólicas. Como será la sentencia del Tribunal Ético. Que dejenme decirles solo pondrá a los culpables del Lawfare en el cómodo rol de víctimas, cuando no lo son.

Y no es que no entienda la idea de difundir y hacer público las cosas que pasaron en Argentina y en la región. y cómo miembros de poderes de la democracia (incluido el 4to poder) atentaron contra el propio estado de derecho. Lo entiendo. Es legitimo. Y es necesario también.

Lo que no es legítimo ni es necesario es que, para denunciar estas cosas se adopten figuras tan lejanas a lo que marca nuestra constitución. En la Argentina existen tribunales y leyes y no admitimos ni tribunales populares ni nada que se le parezca.

Durante los últimos 5 años de mi vida, me la pasé reclamando la plena vigencia de las garantías del derecho a defensa, del derecho a ser juzgado por un juez imparcial, de la garantía del debido proceso, de la presunción de inocencia, de la posibilidad de producir prueba…

Y no entiendo porqué y en pos de qué negociaría esas garantías innegociables para mí, para validar un tribunal .etico que solo existe en la buena, pero a mi criterio, muy equivocada lógica de quienes lo conforman.

Entiendo la necesidad de hacer público el espanto que vivimos, pero no es por ahí. No es violando las garantías que defendimos todos estos años. Y que muchos vamos a seguir defendiendo. No es así.

En lo personal, yo voy trabajar para que los que ejecutaron maniobras ilegales sean investigados conforme las leyes de mi país y sancionados, si correspondiese, después de un proceso con todas las garantías.

Y voy a señalar el grado de responsabilidad que, a mi criterio, tuvieron quienes por distintas razones no están comprendidos dentro de los límites de las conductas sancionables por los tribunales constituidos por ley. Porque también fueron parte.

Del Lawfare se sale con más garantías, con más y mejor justicia y con un poder judicial más sano. No puedo concebir otra solución. Y para difundir lo que pasó, tenemos que hablar , escribir y seguir peleando por la plena vigencia de las garantías. No juzgando sin ellas»

ooooo

Por mi parte, empiezo mencionando un punto menor: un video muestra que lo gritó Luis Brandoni fue «Seguí, dale» a quien hacía una lectura. El clima delirante de la guerra de hinchadas en las redes, hizo que se le atribuyeran insultos y agresiones que, por supuesto, abundaron en ese acto, como en casi todos. No se si le molestó o no la atribución, pero seguro que aumentó el número de público que lo seguirá. Su agente, agradecido.

Este dato no hace a los lúcidos argumentos jurídicos de Peñafort, pero refleja un poco el mundo de fantasía en el que se discute entre militantes y politizados de Nuestro Lado esta propuesta del «Tribunal Ético», y también lo que dice Graciana. Una cantidad importante de los que rechazan de corazón al macrismo y sus políticas y apoyan -pero con menos fervor- al gobierno actual, siente que el Otro Lado es tan malo, tan horrible, que sólo Clarín, La Nación y trolls todavía rentados por Marcos Peña pueden defenderlo o excusarlo.

Lo siento, amigos, amigas y amigues. Hay un sector numeroso de la sociedad argentina que está convencida que los malos y los horribles somos nosotros. Me duele, porque yo me considero un buen tipo, pero es así.

Como sea, del papel de los medios y los sectores sociales voy a hablar cuando tenga tiempo para reflexionar con alguna profundidad. Sobre política de poder, se puede ser más breve.

Hay una historia que circula en Internet con una conversación -inventada, por supuesto- entre Evita y Discépolo, en que el artista se queja de la censura de Apold, y a Evita le hacen justificarla porque «¿Que creés que harían ellos si tuvieran el poder? Nos censurarían, nos torturarían, nos fusilarían…» Claro, el que escribió ese diálogo recordaba que esas cosas sucedieron. Y se las arregla para no tomar en cuenta el hecho obvio que la censura de Apold no sirvió para evitarlas.

La indignación ante, por ejemplo, la soberbia clasista, no de «oligarcas» sino de piojos resucitados, es explicable. Pero no es inteligente. Y a otros, pocos, su pulsión stalinista les impide darse cuenta que sin el Ejército Rojo y la KGB, un stalinismo de redes sociales es patético.

Finalmente, suscribo lo que dice Peñafort porque la vigencia de las instituciones, hipócritas y hasta corruptas como son en parte, es el mejor recurso para defender a las mayorías. Y dar gobernabilidad a la Argentina.


El atentado a la A.M.I.A. y la historia oficial

enero 16, 2020

La muerte del fiscal Alberto Nisman hoy está muy presente en la atención pública en nuestro país. No es porque este sábado se cumplen 5 años desde que encontraron su cadáver con un tiro en la cabeza. Nuestras feroces internas garantizan y garantizarán que siga vigente.

Y una serie documental de Netflix, excelentemente filmada, logra que se informen e interesen decenas de millones de personas de las que muchas tienen sólo una vaga idea de dónde queda Argentina.

Ahora, esa muerte de Nisman opaca, en esta realidad tan mediática, lo que el 18 de julio de 1994 inició una larga y retorcida cadena de hechos que la incluye: el atentado a la A.M.I.A.

Es explicable. La muerte de una persona, tan insondable como todas, es más… dramática que la de 85. Y mucho más que la de millones, como Stalin hizo notar en su momento. La única observación técnica que, como documental, me siento inclinado a hacerle al de Netflix es, justamente, que el atentado está aludido en forma más confusa y superficial que los eventos más cercanos que rodearon la muerte del fiscal. Pero supongo que era inevitable.

Estas reflexiones -también superficiales- vienen porque hace algo más de 13 años, en diciembre de 2006, yo escribí en El hijo de Reco (un antecesor más articulado -tenía un poco más de tiempo libre- de El blog de Abel) un artículo algo incómodo titulado «Kirchner, Irán y la historia oficial«.

Aclaro de inmediato que NO se trata de una hipótesis sobre el atentado y sus autores. Hay tantas… en estrecha correlación con la ausencia de pruebas. Insistía, en ese momento, sobre la necesidad de los Estados de construir una «historia oficial» sobre los acontecimientos importantes que los afectan, y cómo era importante que fueran elegidas con cuidado. Hoy agregaría una reflexión sobre la conveniencia que no se cambien con ligereza.

Pero mis comentarios actuales sobre lo que dije hace 13 años quedarán para más adelante. El original pueden buscarlo ustedes -el vínculo a El hijo de Reco ha estado en el encabezado del blog desde el comienzo- pero para los que como yo tienen poco tiempo lo copio abajo. Sin cambiar una coma o un acento, aún los mal colocados.

ooooo

«El 26 de octubre, inmediatamente después que fiscales argentinos pidieran la captura de ocho iraníes, entre ellos un ex Presidente, acusados por el atentado a la AMIA, yo escribía:

“Hace algo más de 12 años un atentado en la sede de la Asociación Mutual Israelita Argentina costó 85 vidas de argentinos de religión judía, católica y quizá algún agnóstico. Fue un hecho muy doloroso, en un país habituado a las catástrofes, que impactó en nuestra gente. También puede argumentarse que fue una de las primeras batallas en la llamada “guerra del terror”.

Sea como sea, no es sorprendente que nuestros investigadores y servicios de inteligencia y seguridad no proporcionaran explicaciones convincentes, ni tampoco – por supuesto – pruebas. No tienen experiencia en conflictos internacionales, porque han sido volcados a nuestras luchas internas. Y las explicaciones que en otros países se han dado de hechos similares no se han librado de ser cuestionadas. Cualquiera puede encontrar en Internet – por ejemplo – cientos de sitios ofreciendo teorías conspirativas, distintas de la oficial, sobre el atentado a las Torres Gemelas.

La diferencia clave es que en otros países los órganos del Estado (el Poder Judicial también lo es) han llegado a conclusiones que asumen definitivas y están dispuestos a afirmarlas con su autoridad. Tienen una “historia oficial”. Y no es cinismo señalar que es una base necesaria de toda política de Estado. El estado Argentino no ha podido elaborarla por esas mismas luchas internas que mencionamos antes.

Así, el gobierno de Menem y el juez Juan José Galeano que investigó el tema plantearon – sin mucha convicción – la “pista iraní”, pero dedicaron más esfuerzos a la conexión local, que encontraron convenientemente en las filas de la policía provincial de un gobernador que lo incomodaba. Tuvo el aval de las organizaciones de la comunidad judía.

Los opositores a Menem – y los familiares de las víctimas – favorecieron la “pista siria”, que coincidía con el origen familiar del entonces presidente y de algún traficante de armas famoso, y sugerían como motivo apoyos a su campaña electoral que no fueron correspondidos.

Un tercer sector, más presente en Internet que en los medios convencionales, y ferozmente antagónico tanto a Menem como a estos opositores, desempolvó una teoría auspiciada en un atentado anterior a la embajada israelí por un perito convocado por la Corte Suprema, e insinuó que podría tratarse de un “ajuste de cuentas” interno a la comunidad. No llegan a afirmar que ni los árabes ni los iraníes existen sino que son creaciones de una astutísima conspiración judía, pero…

El hecho triste es que hasta hoy el único condenado en sede judicial por temas vinculados a este caso es el mismo juez Galeano, identificado con la “pista iraní”.

Bueno, ayer (25/10/06) los integrantes de la fiscalía especial creada por el presidente Kirchner, Alberto Nisman y Marcelo Martínez Burgos, emitieron un dictamen que reivindica esa vieja pista: acusa a Hezbollah e Irán y reclama la captura de ocho iraníes, ex funcionarios de Teherán.

¿Será ésta la definitiva “historia oficial” del Estado Argentino sobre el atentado a la AMIA?

Mantengo lo dicho, pero debo confesar que – como la mayoría de los observadores – no aprecié en el primer momento la gravedad que este hecho implicaba, después que el juez Rodolfo Canicota Corral avalara el dictamen de la fiscalía. Un solitario, agudo analista advirtió – y concuerdo – que posiblemente sea la decisión jurídica de mayor trascendencia e impacto en lo que va del siglo XXI en materia diplomática y de defensa para la Argentina. Porque los gobiernos pasan, pero las causas judiciales permanecen – aletargadas o no – para que otros gobiernos, u otros países, las retomen.

Ciertamente – todos los que han opinado con alguna seriedad están de acuerdo – es absurdo pensar que el juez y los fiscales se han pronunciado, más allá de la fortaleza o debilidad de los indicios (en otra parte de esta página damos, en las palabras del fiscal y del representante de Irán, oportunidad para que Uds. los evalúen) sin el respaldo del Gobierno Nacional. En cualquier país del mundo, estas decisiones se toman con adecuada conciencia política de sus consecuencias, y en Argentina el Poder Judicial tiene una sensibilidad aguzada para los humores del poder.

La pregunta a hacerse es, entonces, por qué Kirchner decidió avalar esta decisión judicial. Hay algo muy importante para tener presente: La evidencia parece indicar que un gobierno que ha sido acusado por muchos (entre ellos, yo) de no contar con equipos ni inclinación para el análisis estratégico de la política internacional, ha llevado adelante desde que asumió hace tres años una estrategia consistente y coherente en este tema en particular.

En un excelente artículo que público hace pocos días en “La Nación”, Juan Gabriel Tokatlian, el agudo analista a quien me referí más arriba y cuyos trabajos hemos subido alguna vez a esta página, señala:

“A principios del siglo XXI, el comercio con Irán venía creciendo nuevamente con grandes márgenes de superávit para nuestro país. En 1999, el comercio bilateral fue algo superior a los 158 millones de dólares (las exportaciones argentinas fueron de US$ 155 millones). En 2000, las cifras respectivas fueron algo más de US$ 343 millones y US$ 341 millones. En 2001, alcanzaron respectivamente los US$ 419 millones y US$ 417 millones. Cabe destacar que ese año – el de nuestra gran crisis interna – las exportaciones a Irán equivalieron a la mitad de todo lo que se vendió a Medio Oriente y representaban el 2% de nuestro intercambio mundial. Ese mismo año nuestras exportaciones a ciertos países clave fueron inferiores a las realizadas hacia Irán: a Canadá se vendió por valor de US$ 225 millones, a Venezuela US$ 235 millones, a Francia US$ 257 millones y al Reino Unido US$ 291 millones.

En 2002 sólo hubo exportaciones a Irán: el monto fue de US$ 339 millones. En 2003 -año de llegada de Kirchner al gobierno-, se produjo una caída notable: se exportó por un total de US$ 47 millones. En 2004, las exportaciones cayeron a sólo un millón de dólares. En 2005 no hubo ninguna exportación de la Argentina a Irán.”

Tokatlian no puede ofrecer explicaciones satisfactorias para estos hechos, pero es muy difícil creer que se trata de una coincidencia. Sobre todo, si se toma en cuenta otros aspectos de la política de Kirchner: aunque él y su gobierno fueron severos críticos en algunas oportunidades de políticas de Washington (el A.L.C.A., por ejemplo) se mantuvo una clara y constante decisión de cooperar con Estados Unidos en materia de seguridad. Los organismos de inteligencia del Estado argentino, con sus limitaciones, cooperaron y cooperan con las políticas de seguridad de Washington. La Cancillería ha manifestado su rechazo a la proliferación de armas de destrucción masiva, y nuestras Fuerzas Armadas colaboran en Haití.

La relación de mutuo beneficio establecida con Chávez, así como otros gestos – y hechos concretos – de independencia en la política exterior no deben confundir. Irritante como es Chávez para los Estados Unidos, y antagónico para su visión estratégica, como puede serlo, ciertamente no es un problema de seguridad. Hoy, ni Castro lo es.

Más relevante para este tema en particular, cabe destacar que Kirchner, desde el comienzo de su gestión, anunció su decisión que el atentado no iba a quedar impune. Se puede pensar que son las frases hechas de un gobernante; pero hay que tener en cuenta que nunca, a pesar de algunas posiciones de la senadora Fernández de Kirchner antes que él asumiera la Presidencia, avaló la “pista siria”.

Los motivos posibles que baraja Tokatlian no son convincentes: no parece haber motivos para que Teherán, culpables o inocentes sus hombres, reduzca su comercio con Argentina antes que los fiscales insinuaran su decisión, cuando no lo había hecho frente a las acusaciones de Galeano y a la explícita alianza de Menem con EE.UU. ¿Una convicción ideológica de Kirchner? Su política internacional puede ser poco meditada, pero no se podría acusarla seriamente de ideologizada. ¿Deseo de congraciarse con la colectividad judía? No suena muy creíble, para un político astuto.

La única hipótesis plausible que se me ocurre es un acuerdo con el gobierno norteamericano en políticas de seguridad – que incluyese una evaluación firme de la “pista iraní” – alcanzado no después del 2003. Y Kirchner tiene fama de cumplir férreamente la letra de sus acuerdos.

Si fuese cierto, no me sorprendería ni me escandalizaría. Los gobiernos, de derecha, revolucionarios o progresistas, sellan acuerdos como el que se insinúa. Tampoco me siento inclinado a unirme al coro de ex-menemistas que descubren que Kirchner comete un grave error al apoyar ahora a EE.UU. e Israel porque Bush perdió las elecciones y vienen los demócratas (o republicanos moderados). En los países serios como esos dos, las políticas de seguridad trascienden los gobiernos. Ni tampoco me gusta la postura vergonzante que susurra que Irán no debe ser acusado porque puede ponernos (otra) bomba.

Lo que debe preocuparnos a los argentinos es que otra vez, como hace 15 años en la Guerra del Golfo, nuestro país toma partido, aunque sea en menor grado, en el conflicto más grave de nuestra época, sin una reflexión cuidadosa de las consecuencias y los riesgos. Sin una Cancillería ni instituciones del Estado capaces de evaluar alternativas por encima de las decisiones personales. Y sin tomar en cuenta el principal aporte que Argentina y Latinoamérica, por todas nuestras injusticias y locuras, pueden ofrecer al mundo en este nuevo siglo: una sociedad donde la religión y la raza no son causa de guerras.»


EE.UU. vs Irán: más preguntas que respuestas

enero 9, 2020

Al entrar hoy a mi descuidado blog, me doy cuenta que sigue encabezado por mi posteo del viernes pasado, Ahora mueren los generales, también. Ojo, sigo pensando que lo que anuncio ahí tiene muchas posibilidades de convertirse en la forma habitual de la guerra. Pero el estilo es demasiado… dramático, y pasa por alto lo que siempre digo aquí, que la historia no se mueve rápido, y sus etapas no terminan en un día determinado. Frente a la avalancha de noticias y fotos truchas en las redes, uno tiene su orgullo bloguero.

Así que les copio esta nota, más prudente, que publiqué hoy en AgendAR. Sigan con este aburrido enero.

«Irán vs EE.UU.: retrocediendo desde el borde

Ayer casi todo el mundo contuvo el aliento a la espera de las anunciadas declaraciones del presidente de Estados Unidos, Donald Trump, luego que Irán atacó con cohetes dos bases norteamericanas en Irak, en represalia por el asesinato del general Qassem Soleimani. Cuando terminó, la reacción inicial fue preguntar «¿Y esto es todo?». Más, en la mayoría, un tentativo suspiro de alivio.

Trump reiteró, en realidad, las posiciones que su gobierno ha mantenido desde hace algo más de dos años. Lo significativo fue, precisamente, que no había nada nuevo en sus anuncios. Los resumimos:

. EE.UU. nunca permitirá que Irán tenga armas nucleares.
▪️ Sin bajas estadounidenses. Los daños fueron mínimos.
▪️ Se impondrán nuevas sanciones económicas hasta que Irán cambie su comportamiento.
▪️ Pide a Gran Bretaña, Alemania y Francia que abandonen el JCPOA (el pacto nuclear negociado por Obama y firmado por las otras potencias estableciendo límites al desarrollo nuclear iraní).

Y siguió con algunas afirmaciones sorprendentes:

▪️ «Voy a pedirle a la OTAN que se involucre mucho más en Oriente Medio»
▪️ «Estados Unidos e Irán deberían trabajar juntos para derrotar a ISIS»
▪️ «Al pueblo y los líderes de Irán: Estados Unidos está listo para abrazar la paz con todos los que la busquen.»

No debe suponerse que el Donald haya cambiado su estilo. También dijo que Soleimani, un héroe nacional en Irán, fue «el principal terrorista del mundo» y «debería haber sido liquidado hace mucho tiempo».

De todos modos, ya sea porque Trump se abstuviese de ordenar o amenazar con ataques. O por las intervenciones diplomáticas de líderes europeos -¿junto a alguna menos abierta de Putin?- el hecho es que las autoridades iraníes dejaron saber que no continuarán con los ataques a las fuerzas estadounidenses.

Esta declaración es muy imprecisa. Como también lo de Trump. Ayer cayeron algunos misiles en la Zona Verde de Bagdad, por ejemplo, lo cual puede ser considerado «business as usual».

Pero no puede dejarse de observar que la reacción inicial del Estado iraní ante la muerte de su general fue muy moderada, comparada con la explosión de dolor y afirmación nacional que provocó en su pueblo. Un ataque con misiles a dos bases norteamericanas -aún si se duda que no hayan provocado bajas, como afirma Trump (*)- no parece una respuesta proporcionada. Poco más que una «bofetada», como dijeron las autoridades persas.

Considerando la disparidad de poder militar entre EE.UU. e Irán, limitarse así ha sido una decisión razonable. Pero esta demostración de racionalidad simultánea en los dos actores, hace pensar que hay algo que no sabemos sobre las responsabilidades en la acción que terminó en la muerte de Soleimani y de líderes de las fuerzas pro iraníes en Irak.

Cabe mencionar que el New York Times atribuye el hecho a un impulso irresponsable de Trump. Desde otro lado, The American Conservative afirma que fue una información errónea que el Secretario de Estado, Mike Pompeo, le hizo llegar al presidente.

Puede ser que en algunos años tengamos un documental de Netflix sobre el tema.»

(*) Hoy el Daily Mail de Londres dice que Irán advirtió a EE.UU. del ataque con misiles con bastante anticipación a través de una embajada europea. Pueden creerlo o no.


Ahora mueren los generales, también

enero 3, 2020

Otro posteo breve y superficial, pero no me iba a dormir sin escribir algo. Supongo que es el impulso de comentar cuando siento que, en un camino previsible, o todo lo previsible que puede ser la Historia, se pasó un hito, y se está en otro tramo de la ruta.

La noticia la vi hace pocos minutos: «Washington.- El presidente de Estados Unidos, Donald Trump, ordenó matar al general iraní Qasem Soleimani, quien murió en un ataque en Bagdad, informó el Pentágono la noche.

«Por orden del presidente, el ejército estadounidense ha tomado medidas defensivas decisivas para proteger al personal estadounidense en el extranjero al matar a Qasem Soleimani», anuncia el Departamento de Defensa de Estados Unidos en un comunicado. Minutos antes, Trump había tuiteado una bandera estadounidense.»

Sky News, un canal de TV británico de 24 horas de información, dice que entre los muertos figuran, además del general iraní Qassem Soleimani, el líder del Hezbolá libanés, Muhammad al-Kawtharani y responsable de las relaciones públicas de las fuerzas pro-Irán, uno de los más altos rangos en la organización. Entre las víctimas figuran cuatro iraquíes y tres libaneses.

El New York Times agrega, en un aparte, que el general Soleimani era visto por algunos como un potencial futuro líder de Irán.

Ahora, mi comentario. Los asesinatos por motivos políticos no tienen nada de nuevo, por supuesto. Son tan antiguos como la política. Y el uso del terrorismo… EE.UU. e Israel han reconocido más o menos abiertamente recurrir al asesinato de líderes enemigos en la «guerra asimétrica», y hasta de científicos para detener el programa nuclear iraní. Del otro lado… hay una tradición en la zona, desde los tiempos, hace 900 años, de Hassan-i Sabbah y la secta de los Asesinos.

Lo que percibo como un paso nuevo -tal vez estoy equivocado- es que la muerte de un dirigente muy importante del lado enemigo, sea la represalia militar previamente anunciada. Es más… quirúrgico que los tradicionales bombardeos.

Había un cuento escrito a fines de los ´50 que cité otras veces en el blog. Es de Poul Anderson, mi autor favorito, allí con Clarke y Heinlein, entre los de la ciencia ficción clásica. Fue publicado con el título “A man to my wounding” y también como “State of Assassination”. Ahí escribía de un tiempo en que las naciones, a las que el poder destructivo de las armas nucleares les impedía la guerra abierta entre las Grandes Potencias, recurrían al asesinato y al terrorismo en su lugar…

Algo de eso estamos viendo. También se ha dicho que el terrorismo es la “bomba atómica de los pobres”. En Argentina, donde los servicios de inteligencia han servido sólo para la política interna y el reparto de sobres, el gobierno debería evaluar si no necesita que cumplan una función más seria. Sin olvidar la afirmación de Aldous Huxley “La seguridad de un Estado está en relación inversa al tamaño de sus fuerzas de seguridad”.