Los trabajadores, el macrismo y la nación

enero 31, 2016

carpani-1-mayoCuando posteo, estoy exponiendo mis ideas, pero también -es inevitable- las dejo abiertas a interpretaciones, malas interpretaciones, operaciones… Todo bien: es la naturaleza de los blogs, y me sirve para una práctica habitual de los profesionales en las redes sociales: experimentar. Los comentaristas son una minoría muy pequeña de los visitantes, y no representativos, pero sí indican tendencias. Y el número de visitas es revelador. Me impresionó, por ejemplo, la cantidad de los interesados en las declaraciones de Zaffaroni: entre tres y cuatro veces la habitual en los posteos políticos.

Todo esto va para justificar una excepción. Voy a marcar un aspecto en Los trabajadores que votaron por Macri, que, me parece, queda de lado en las discusiones políticas argentas. Muy ideologizadas, con un enfoque europeo, aún los que enarbolan indigenismos.

Para eso, voy a tomar una afirmación del comentarista Rodrigo. Pero no del comentario que ha hecho recién en el post -inteligente y bien desarrollado, eh- sino de su interesante blog:

«La creencia de que a todos nos pagan según nuestro valor individual suele tener mucho de mitológico: Ejemplo: un conductor de autobús de Nueva Delhi cobra en torno a 18 rupias por hora. Un conductor de bondi en Estocolmo cobra unas 130 coronas.

El ejemplo está sacado de un libro de Ha-Joon Chang, economista coreano, y es de 2009. A valores de 2009, eso implica que el conductor sueco gana casi cincuenta veces más que su colega indio (una corona eran como 870 rupias).

La cuestión es, en el caso en que se pudiera cuantificar fehacientemente; ¿se puede ser 50 veces mejor conductor de autobús que otra persona? Lo más probable es que el conductor de Nueva Delhi sea, acaso, mucho más habilidoso que el conductor sueco. ¿Por qué? Porque debe manejar en rutas sinuosas, esquivar vacas cada dos por tres, sortear bueyes, rickshaws y bicicletas con tres metros de cajas apiladas, etc. En cambio el sueco, a lo sumo, deberá esquivar algún conductor medio choborra un sábado a la noche, pero maneja en caminos bien asfaltados, y con recorridos en línea recta, etc.

La explicación es compleja, pero puede decirse lo siguiente: los pobres de países pobres, por lo común, no tienen nada que envidiar (en tanto trabajadores) a sus equivalentes de los países ricos. Son los ricos de los países pobres los que usualmente no están a la altura de los ricos de los países ricos«.

En ese posteo, en el reportaje a Dubet, el tema está aludido «La tercera razón, muy importante en el Norte (en Europa y en otras partes), es la transformación de la Nación. El sentimiento de fraternidad se basaba en la idea de una nación culturalmente homogénea, en realidad era más una novela que una realidad, era más una representación. En cambio, hoy con el flujo inmigratorio sabemos que las naciones no son más culturalmente homogéneas y, por eso, el imaginario de fraternidad se deshace. En todos los países de Europa, por ejemplo, se dice que ya no quieren pagar por los musulmanes, (los “otros”)…«. Algo de eso pasa entre nosotros. No tanto por la inmigración, sino por el viejo prejuicio clasista que traemos desde la colonia.

Y la respuesta estaba ya expresada hace mucho tiempo en un famoso, aunque ahora poco citado, apotegma peronista: «Nadie puede realizarse en una comunidad que no se realiza«. El desafío es decirlo en un lenguaje actual y creíble, revalorizando los conceptos, hoy diluidos, de «comunidad» y de «nación».


Los trabajadores que votaron por Macri

enero 30, 2016

carpani-1-mayo

El título de este posteo -como toda síntesis- puede ser engañoso, por lo que deja sin analizar. En la Argentina de hoy, «trabajador» incluye una realidad distinta, y mucho más diversa, que aquella a la que se dirigía Perón cuando en 1947 -en el Teatro Colón!- proclamó los Derechos del Trabajador. Ni hablemos de la iconografía de Carpani, que nunca representó al obrero real pero era inspiradora.

En este tiempo el trabajador está en una situación muy diferente si está en blanco, si tiene sindicato y obra social, y, en ese caso, cuál es la obra social que lo cubre… Además, los motivos que lo pueden haber llevado a votar por Cambiemos en la última elección son también diversos: desde la valoración de lo que hizo Macri (y Bianchi) en Boca hasta el rechazo visceral al kirchnerismo (En este caso, probablemente primero votó por Massa y el 22 de noviembre a Macri).

Como sea, es evidente que muchos trabajadores votaron por el Mauricio. La población argentina no se compone en un 51 % de patrones y rentistas. Y ahora, con el gobierno macrista en funciones y dictando DNUs, es visible que las movilizaciones más numerosas se componen de la clase media urbana. Esto también hay que matizarlo: algunos movimientos sociales -los sindicatos de los más pobres-, y -naturalmente- los gremios del sector público, el más afectado a hoy, se están moviendo. ATE anunció que prepara un paro nacional, y UPCN (al menos en el ámbito de Cultura), encabeza y organiza la protesta del sector.

De todos modos, el hecho evidente es que en la calle es el progresismo clase mediero, parte de la coalición que conforma el FpV, el que, por ahora, hegemoniza las movilizaciones contra el nuevo gobierno. Esto provoca introspección y angustia en la blogosfera K y en algunos columnistas del palo.

Por mi parte, aunque valoro la presencia en las calles, tanto como la batalla cultural y la propaganda -uno trabaja en esto último- considero que el factor más importante son las estructuras con organización y capacidad de presionar. Los bloques legislativos del PJ y el FpV, si se mantienen unidos, la tienen. Más inmediato, en el mes que empieza este lunes los docentes -gremio de clase media si los hay- comienzan sus paritarias. Veremos.

Mientras, los invito a considerar el tema del título: ¿Por qué muchos trabajadores votaron por Macri? Mi amigo Juan Carlos Lafosse me acercó hace algunas semanas artículos que pueden echar luz sobre el asunto, pero estos días tan coyunturales hicieron que los dejara a un lado. Ahora les acerco un fragmento de un reportaje a Francois Dubet, francés, referente de la sociología de la educación, que habla sobre los atentados del 13/11 en París. A pesar de todo eso, creo que lo que dice ilumina algo que está pasando en todas las sociedades modernas. Cualquiera que se interesa en política, o en el futuro, debe tomarlo en cuenta.

«…–En su último libro «¿Por qué preferimos la desigualdad?», usted afirma que las sociedades actualmente optan por la desigualdad, ¿por qué?

–Esa fórmula de que la sociedad elige la desigualdad es un poco excesiva. Pero muchos individuos, como vos y yo, desarrollan conductas que sí van a generar desigualdad. Podemos observar un gran rechazo hacia las teorías igualitarias. La sensación que tenemos de nuestra igualdad fundamental sigue siendo importante, pero ya no se puede traducir como un deseo de igualdad social. Por supuesto que el desarrollo desigual tiene causas económicas, objetivas, pero hay algunas desigualdades que son muy importantes desde el punto de vista del individuo.

–Es decir que no se desprenden de un nivel estructural.

–No provienen de una ley general del capitalismo. Más bien se trata de estrategias de desigualdad, como decidir vivir con gente que es como nosotros. De hecho, las desigualdades urbanas provienen de ese modelo: barrios ricos, medios y medios bajos. A los pobres se los reduce a guetos, se los descarta aunque no haya ninguna política que crea los guetos. El otro mecanismo es el de la obsesión por la distinción.

–¿En qué aspectos concretos se despliega esa obsesión por distinguirse?

–Uno de los casos más serios es el de las desigualdades escolares. En Francia, el sistema escolar formal es muy igualitario, sin embargo, las familias buscan alcanzar la mayor desigualdad posible para sus hijos: el valor del diploma es su rareza. Ahora es muy difícil hacer políticas culturales igualitarias porque las familias buscan la desigualdad. A mí me sorprendió mucho esto en Chile: Michelle Bachelet propuso una política escolar más bien igualitaria pero los ricos no quieren esto… y es normal; tampoco lo quieren las clases medias… y no es tan normal. Pero resulta que las clases populares tampoco lo quieren, porque prefieren soñar con una competencia igualitaria. En el fondo el modelo de igualdad de oportunidades se transforma en el modelo de justicia.

–¿En qué se diferencian los modelos de “igualdad de posiciones” e “igualdad de oportunidades”?

–De una manera muy grosera, los países del Norte –Francia, Alemania, Inglaterra y Estados Unidos– hasta 1980 tenían el propósito de reducir cuanto les fuera posible la desigualdad entre los más ricos y los más pobres. La izquierda, el movimiento obrero, los sindicatos, la socialdemocracia tenían el objetivo de reducir la distancia entre ricos y pobres. En cambio, desde hace 30 años, ya no se trata de reducir las desigualdades sino de lograr que todos tengan las mismas posibilidades de llegar a la cima, subir esa escalera. Es un modelo meritocrático que se impuso por completo. El tema central de este modelo es la lucha contra la discriminación: contra las mujeres, las minorías, migrantes, etcétera.

–¿Qué consecuencias trae la adopción del modelo de igualdad de oportunidades?

–En primer lugar, el problema es que acepta las grandes desigualdades porque provienen de una competencia equitativa. La segunda consecuencia es que se acusa a los individuos de ser responsables de las desigualdades: si el rico se volvió rico fue gracias a él, si el pobre sigue siendo pobre fue por causa de él. Este modelo es esencial hoy y esto explica que en Estados Unidos las desigualdades sociales se hayan duplicado y nadie discute esto, ni siquiera en las clases populares.

–¿Por qué tampoco las clases bajas lo ponen en cuestión?

–Porque dicen que son las reglas del juego. Este es un cambio muy importante, que crea nuevas políticas y explica la gran dificultad ideológica de la izquierda en todas partes. En Europa, la izquierda no desaparece pero se está reduciendo; hay que recordar que hubo una “izquierda norteamericana” que era socialdemócrata y que ya no existe más porque hemos modificado la visión de las cosas. Esta es una de las razones por la cual muchos pobres votan por los partidos liberales: la idea de una competencia equitativa les parece más justa que la idea de reducir las desigualdades.

–¿Cómo logra instalarse esta idiosincrasia de las desigualdades?

–Este modelo se instala porque la búsqueda de las igualdades sociales se basaba en mecanismos de solidaridad y fraternidad. Si quiero que estas personas sean mis iguales, si quiero pagar por ellos, me tengo que sentir cerca de ellos, semejante a ellos.  Mi hipótesis es que este sentimiento de solidaridad se deshace hoy por tres razones.

–¿Cuáles?

–La primera es la mundialización de la economía. Esto hace que las economías no sean más sistemas nacionales integrados sino que se internacionalizaron. A veces eso está bien, de hecho a los chinos, indios y brasileños les parece que eso está bien porque aumenta la riqueza, pero a los europeos no les parece tan bien porque están más en una posición defensiva. El segundo es un cambio cultural: la idea de solidaridad se basaba en el trabajo de las instituciones que creaba subjetividades comunes. Como la Iglesia, la gran escuela pública argentina que nunca estuvo para generar igualdad escolar sino que estuvo ahí para formar hombres, mujeres, campesinos argentinos, y nunca prometió la igualdad de oportunidades. La tercera razón, muy importante en el Norte (en Europa y en otras partes), es la transformación de la Nación. El sentimiento de fraternidad se basaba en la idea de una nación culturalmente homogénea, en realidad era más una novela que una realidad, era más una representación. En cambio, hoy con el flujo inmigratorio sabemos que las naciones no son más culturalmente homogéneas y, por eso, el imaginario de fraternidad se deshace. En todos los países de Europa, por ejemplo, se dice que ya no quieren pagar por los musulmanes, (los «otros»)…»  (completo aquí)


Habla Agustín Rossi

enero 30, 2016

agustín rossi

Entre los dirigentes del peronismo, se puede decir que Agustín Rossi es de los que son, por sus planteos y su historia, más afines al frente que forjó Néstor Kirchner a partir de 2003 entre, justamente, el peronismo y sectores del progresismo. En la década del ´90, Rossi se alejó del Partido Justicialista, en rechazo a la experiencia menemista, y siguió haciendo política en su Rosario por fuera de él.

No siempre ha sido un soldado obediente de los K, cierto. En algún momento se opuso a la alianza en Santa Fe con Carlos Reutemann que Kirchner buscaba. Pero pelear por la autonomía local es tradicional en los peronistas, salvo los que no tienen entidad en sus distritos. El caso es que su trayectoria a la cabeza del bloque del Frente para la Victoria en el Congreso nacional y, luego, como Ministro de Defensa ha sido tan coherente como sus expresiones públicas.

Por eso me parece interesante, y valioso, lo que plantea, en este reportaje de Gabriela Pepe  en Letra P, para la dirigencia del peronismo. Se me ocurre que es con un espíritu similar al del llamamiento a la militancia que copié hace dos días, para un auditorio muy distinto. Muestra entonces una preocupación común entre diversos referentes del FpV. Como de costumbre, agrego una reflexión mía al final.

Cristina y Scioli van a transitar los próximos años de forma conjunta”

-En mayo el PJ renueva autoridades. ¿Quién cree que debe liderar el partido en esta nueva etapa?

-Soy de los que piensan que Cristina tendría que ser la presidenta del PJ. No hay otro dirigente en nuestro espacio político que concite el nivel de adhesión y de cariño que tienen los afiliados por ella. Además, se está dando un fenómeno nuevo, que son estas nuevas afiliaciones que se están haciendo a lo largo y ancho del país. Esos nuevos afiliados se afilian por Cristina.

-Sin embargo, hay muchos dirigentes del peronismo que intentan deskirchnerizarse y no ven con buenos ojos que Cristina pretenda liderar el partido.

-No escuché a ninguno que lo diga públicamente. La política se hace de cara a la gente. Lo que se habla en privado y después no se quiere decir en público tiene poco valor. Solamente sirve para la rosca. No creo que si Cristina decide ser candidata a presidenta del partido haya un dirigente que se oponga. Además, en la mayoría de los países del mundo, el principal líder opositor es el presidente del principal partido opositor. En Argentina esos son el PJ y Cristina. Un PJ sin Cristina no sería un partido completo.

-Sin embargo, por ahora la ex presidenta decidió guardar silencio.

-Me parece razonable que, habiendo sido ocho años presidenta, no haga declaraciones los primeros 60 o 90 días (del nuevo gobierno). Eso no significa que no esté en la política, porque ella es una militante y habla con dirigentes todo el tiempo.

-¿Piensa que esto debería definirse en una interna?

-Creo que tiene que haber una lista de consenso. No sería bueno meter a los dirigentes del peronismo en una interna en un momento en que pasan tantas cosas en el país, cuando los trabajadores están discutiendo sus paritarias. Yo propicio un camino con una lista de consenso, con todos los gobernadores, que esté encabezada por la líder más importante que tiene el peronismo, que es Cristina. Después, el PJ tiene que empezar a actuar como un facilitador de consensos opositores: hay que representar al 49 % que no votó a Mauricio Macri. Hay un gobierno que tiene una alta presencia de poder corporativo y hay sectores de la sociedad que se están viendo afectados por las medidas que está tomando.

– Scioli fue su candidato a presidente. ¿Qué papel cree que debe tener?

-Importante. Scioli ha tenido una gran virtud: supo construir un liderazgo que no es antagónico ni alternativo al de Cristina, es complementario. Y me parece que esa complementariedad que tienen entre Cristina y Scioli es un activo positivo para nuestro espacio político y hay que aprovecharlo. Me imagino que esas dos figuras, Cristina y Scioli, van a transitar los próximos meses y años en forma conjunta.

-Eso de que son complementarios es un concepto nuevo, considerando que durante parte de la campaña ciertos sectores intentaron marcar las diferencias entre ellos.

-Hubo dos campañas, una de la primera vuelta y otra de la segunda. Las estrategias de campaña fueron distintas. En la primera vuelta el esfuerzo estuvo puesto en conquistar el electorado independiente; se buscó moderar el discurso y correrse al medio. Eso mismo hicieron todos los candidatos y terminamos todos confundidos, sin dar un mensaje contundente. En la segunda vuelta, la presencia de solo dos candidatos permitió mostrar claramente los modelos que estaban en disputa. Y eso Daniel lo hizo muy bien. Por el otro lado, en esa etapa surgió una militancia autoconvocada que logró una síntesis que tal vez no estaba resuelta dentro del espacio político. Después de la primera vuelta, ya nadie discutió si Scioli era más o menos kirchnerista. Fuimos todos atrás de eso y la propia militancia generó esa síntesis. Hoy Daniel tiene una empatía natural con la militancia del kirchnerismo y del FPV.

Scioli dijo que Macri tiene como objetivo dividir al PJ.

-Comparto absolutamente.

-Pero es el mismo peronismo el que abre ese juego. En la Legislatura bonaerense se partió el bloque y en el Congreso Nacional podría pasar lo mismo.

-Confío en la madurez de mis compañeros, independientemente de todo. Lo que se está dando es un proceso absolutamente natural. Con el liderazgo de Cristina y la conducción del Poder Ejecutivo, los matices o las diferencias que pudieran existir entre nosotros quedaban totalmente licuados. Esa situación ya no existe. Entonces, es razonable que ahora los matices aparezcan más nítidos. Pero además hay que tener en cuenta que las responsabilidades que tienen un gobernador o un intendente no son las mismas que las que tenemos otros dirigentes. Los gobernadores e intendentes tienen que garantizarse poder hacer la mejor gestión posible y el espacio político les tiene que facilitar eso.

-¿Cree que hay posibilidades de que haya una división?

-Creo que hay una intención de aislar al peronismo y, dentro del peronismo, aislar aún más a los que ellos llaman los dirigentes más kirchneristas. Si se produce una división, sería una buena noticia para Macri. Nosotros somos un partido político que en 70 años nunca perdió su vocación de representar a la mayoría del pueblo argentino. Esa vocación va a ser el espíritu que va a seguir manteniendo unidos a todos los dirigentes. No hay mejor negocio para ninguno de los dirigentes del justicialismo que mantener la unidad, porque eso te hace fuerte para negociar, para plantarte políticamente y para el próximo proceso electoral. Todos los dirigentes del peronismo sabemos a qué está jugando Macri.

-En ese sentido, ¿Juan Manuel Urtubey qué rol cumple?

-Urtubey también lo entiende. Por algo estuvo el sábado en la reunión de San Juan y se separó de los dichos de Macri sobre Massa.

-Pero tuvo reuniones con Massa y con funcionarios del Ejecutivo.

-Urtubey se puede sacar la foto que quiera. No lo veo afuera del PJ ni del FPV. Creo que va a estar adentro marcando su matiz, su mirada. De hecho, fue uno de los que planteó que era preferible tener una lista de consenso.

-Dijo que el dirigente de consenso sería José Luis Gioja.

-Bueno, yo creo que tiene que ser Cristina pero tengo una muy buena opinión de Gioja.

-¿Cómo hace el PJ para ser opositor sin que le caigan encima las acusaciones de que contribuye a la desestabilización?

-Siendo mayoría, hemos cedido la presidencia de la Cámara de Diputados y la presidencia previsional del Senado. Cada vez que se abre una instancia de diálogo, los gobernadores van, concurren. Pero después también hay que decir que el diálogo es “fulbito para la tribuna” porque te invitan a dialogar y te meten dos jueces de la Corte por la ventana, te aumentan la coparticipación de la Ciudad de Buenos Aires por decreto, te sacan el 15 % y no te avisan. Entonces, ¿el diálogo es sincero o es para la foto?

-¿Massa tiene que estar en el PJ?

-Massa tiene su partido. El justicialismo en eso es muy singular. La puerta de ingreso y salida del justicialismo es de vaivén. Cuando te vas, nadie te pregunta por qué y cuando volvés, tampoco. Ahora nadie que haya jugado casi abiertamente a favor de Macri puede pretender volver y explicar qué es lo que tiene que hacer el justicialismo, cuando el PJ estuvo a punto de ganar las elecciones. Si vuelve, alguien le va a pedir que explique por qué no lo hizo antes del ballotage, por qué jugó abiertamente para el triunfo de Cambiemos.

-Usted mencionaba recién que la sociedad padece las medidas que toma Macri. El Gobierno dice que el ajuste económico lo tuvo que hacer por la herencia recibida del kirchnerismo. Y hace poco Mario Blejer, ex asesor económico de Scioli, dijo que, de haber ganado, Scioli hubiera tenido que tomar algunas medidas similares.

-Es raro esto de los asesores que hablan por los candidatos. Scioli en campaña dijo que iba a hacer lo contrario. Entre otras cosas, dijo que no iba a devaluar y que en febrero el dólar iba a valer 10 pesos. En todo el mundo, cuando hay un cambio de gobierno, se intenta agrandar y descalificar al gobierno anterior, como forma de justificar sus propias decisiones. Es lo que está haciendo el presidente Macri. Pero esto tiene un punto de quiebre. En algún momento la sociedad dice “bueno, dejá de hablar de lo que recibiste y ahora contame lo que hiciste”. Estuvieron años criticándonos por el Indec y ahora van a tener cerrado el Indec sin un dato por un año. Dijeron que no había reservas y funcionaron los dos primeros meses del año con las mismas reservas que dejó el gobierno anterior. Concretaron el swap chino, que decían que no servía de nada. Y no tienen conflictos sociales porque nosotros bajamos la desocupación. Entonces el tema es que la misma situación encuentra otra lógica. Hacen todo lo contrario a lo que hizo Néstor cuando llegó a la Presidencia, en 2003: su primera medida fue adelantarle el pago a jubilados y pensionados.

-Cristina dijo que esperaba ver activos a los dirigentes sindicales. ¿Cómo van a articular con el peronismo?

-Los dirigentes del movimiento obrero hace seis meses discutían por el impuesto a las Ganancias, que afectaba al 7 o al 8 % de los trabajadores remunerados. Ahora van a tener que defender los puestos de trabajo. Y van a ir a pelear una paritaria con techo del 25 %. La conflictividad social de este año va a ser alta porque no solamente se van a perder puestos de trabajo, sino que este años tendrían que ingresar al mercado laboral 400 mil argentinos y argentinas que van a salir a buscar trabajo y no van a conseguir. Y ahí el movimiento obrero y nosotros vamos a tener un rol. Nadie va a preguntar si votaron a Macri o a Scioli. Hay que defender el derecho al trabajo«.

Algún lector mal pensado del blog (los hay) dirá que me parecen tan interesantes estas declaraciones de Rossi porque coinciden con lo que yo venía diciendo. Pero la coincidencia no es exacta. A.R. recomienda que la conducción del Partido Justicialista exprese la realidad política actual: que CFK la encabece, y que Scioli tenga un rol destacado, como el referente aceptable que es para la mayoría de los gobernadores y para los votantes peronistas que no se consideran a sí mismos kirchneristas (que no son pocos).

Yo no soy dirigente. En el blog, juego de analista (aficionado). Como tal, el planteo de Rossi me parece muy sensato, pero tengo serias dudas que se dé. No es sólo porque CFK haya dicho que no se ve en el Consejo Nacional del PJ, ni siquiera principalmente por eso. El dato fundamental es que la reorganización del peronismo, su adaptación obligada a la pérdida del Poder Ejecutivo nacional y la gobernación de la provincia que es casi un tercio en población y en riqueza del país, recién comienzan. No lo veo consolidando tan pronto -antes del 8 de mayo- una conducción orgánica del conjunto que incorpore a todos los poderes reales que existen en él. Con suerte, se logrará un cuerpo de transición, aceptado por todos los que pesan.

Porque todavía, por largos meses, seguramente hasta las elecciones de 2017 al menos, esos poderes reales pugnarán por afirmarse, y por decidir el rumbo futuro. Sí comparto con Rossi la idea que la convergencia de los intereses de Cristina Kirchner y de Daniel Scioli es un dato de la realidad.


Música para el fin de semana – María José Demare: La diabla

enero 30, 2016

Quiero compartir con ustedes algo que escuché hace algunos años, en vivo, y quedó en mi memoria. Es duro, pero así debe ser la canción porteña en este siglo cruel.


Magnetto crece

enero 29, 2016

the triumph of magneto

En la línea del posteo que subí recién sobre la Autopista Ribereña, les acerco otra nota sobre la interacción entre el Estado y los grupos económicos. Ésta tendrá más eco político entre mis amables lectores, por la «guerra santa» entre el kirchnerismo y Clarín. Pero abarca más: para qué sirve la apasionante y sórdida pugna política en las sociedades modernas. Para tener la posibilidad de influir y condicionar desde el Estado la interacción de esos grupos, locales y transnacionales, y -si es con buena leche- evitar que jodan al país de uno.

Tomo dos noticias del (¿todavía?) interesante Ámbito. Están bien hechas y, como en el caso anterior, me evitan trabajo a mí. Es viernes.

Dice Silvia Peco: «Clarín ya tiene 100% de Nextel y ahora va por el cuádruple play. El Grupo Clarín a través de Cablevisión completó este jueves la compra del 100% de Nextel Argentina, con la cual espera posicionarse para ofrecer cuádruple play: telefonía fija y móvil, internet y televisión por cable, dentro del nuevo contexto para medios y telecomunicaciones que creó el actual Gobierno con el Decreto 267 de necesidad y urgencia. Esta norma, además, otorga a Clarín una fuerte ventaja sobre las empresas telefónicas, ya que estas últimas recién podrán ofrecer los cuatro servicios en un plazo de dos años prorrogables a tres, mientras Cablevisión y Nextel pueden hacerlo desde ahora mismo.
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En septiembre pasado, Cablevisión compró el 49% de Nextel con la opción para adquirir el 51% restante, que ejerció ahora. No obstante, en el momento de adquirir la primera parte ya había pagado casi el 100% pactado: u$s 159 millones sobre un total de u$s 165 millones, más un adicional de u$s 13 millones en fecha a determinar.

La primera operación fue rechazada por la AFTIC, organismo que regulaba el mercado de las telecomunicaciones, por no haber solicitado autorización previa. Ese ente fue disuelto por el Decreto 267 que se publicó a principios de enero. Por eso, ahora el grupo Clarín indicó que la operación queda «ad referéndum» de la aprobación del ENACOM, el organismo que reemplazó a la AFTIC y la AFSCA y que conduce Miguel de Godoy.<
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Se entiende que a partir de ahora el Grupo Clarín buscará reposicionar a Nextel en el mercado de la telefonía. Para eso, el Grupo cuenta con que hay disponible un paquete de frecuencias del espectro radioeléctrico para dar servicios 3G y 4G en teléfonos celulares. Ese paquete quedó vacante cuando se realizó la licitación de bandas del espectro porque había sido adjudicado a Arlink, del Grupo Vila-Manzano, que luego declaró que no tenía los fondos para cubrir la oferta que había hecho.
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El Gobierno de Cristina de Kirchner transfirió esas frecuencias a Arsat, lo que quedó formalizado en la ley de desarrollo satelital, pero funcionarios de la actual administración dijeron que se volverán a licitar.
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… Cuando se conoció el DNU, las telefónicas opinaron que la norma «otorga una ventaja competitiva a las empresas de TV por cable porque les da un período de dos o tres años en que no tendrán competencia». También señalaron que «la convergencia tecnológica implica que todos los servicios se presten en igualdad de condiciones, pero el abono de la telefonía fija está congelado desde 2001 y las prestadoras de TV por cable tienen la tarifa liberada«.

Dice Martín Becerra: «Nextel es parte de un plan mayor de Clarín. Tras concretarse la compra del 100% de la operadora móvil Nextel por parte del grupo mediático Clarín, el doctor en Comunicación Martín Becerra advirtió que «dudo que Clarín se conforme con la participación reducida de Nextel» y afirmó que «forma parte de su estrategia expansiva en las telecomunicaciones».

«Nextel es chica y poco relevante, por lo que Clarín no puede hacer mucho con ella, pero si Telecom le alquilara espectro o utilidades, como si fuera un operador virtual móvil, alquilando capacidades a otras, podría tener una estrategia más agresiva en las telecomunicaciones, la crema del mercado», explicó Becerra al trazar un posible plan de Clarín para aumentar su parte en la torta del mercado de telecomunicaciones.

«Nextel tiene menos de 3% de líneas de telefonía móvil y con una tecnología en desuso, sin 4G, tiene limitaciones, en sí misma no es un gran negocio. Pero es la punta de entrada a Clarín a un sector en el que ya estuvo, con CTI, que luego vendió y al que siempre quiso reingresar».

«Por eso es importante el papel de David Martínez, ya que la compra se hizo a través de Cablevisión y, al mismo tiempo, Martínez intenta oficializar su mayoría en Telecom».

Becerra explicó que también es «importante» el rol que pueda tener Arsat. «Con el kirchnerismo quedó como titular de casi el 25% de espectro para móviles y hoy tiene nuevas autoridades designadas por Macri, y depende de (Oscar) Aguad. No es nada improbable que también tenga acuerdos de cesión de uso y alquiler de espectro. O podría hacer un tipo de acuerdo con un subalquiler».


La batalla de Puerto Madero, entre macristas

enero 29, 2016

autopista1

En los últimos posteos hay mucho sobre la militancia política -realidad visible en estos días, en las plazas y en las redes sociales- y lo que se habló del Estado fue sobre los despidos -tema también muy presente- y los otros mensajes que desde ahí se dan a la sociedad.

Pero el Estado, sus reparticiones, tienen una vida interna en la que se toman el 99 % de las decisiones que nos afectan a todos. Y que es poco conocida, salvo por «la línea» y los políticos. Los que tienen que ver con esa repartición en particular, porque los otros…

Por eso me parece interesante acercarles esta nota de Ignacio Zuleta. Que -como excepción- no contiene una conversación con Scioli 🙂 . Y que nos da una idea de las disputas que se dan dentro del Estado. En este caso, sobre la Autopista Ribereña, algo que nos interesa sobre todo a los porteños, pero, por las cifras que moverá, el resto de los argentinos debe prestarle atención. Un comentario muy corto al final.

«Debuta en estas horas la nueva administración de la  Corporación Antiguo Puerto Madero, un ente que administran los gobiernos nacional y de la Ciudad desde comienzos de la década de los años ’90, con un debate pendiente desde hace años y que puede enfrentar a funcionarios de distintos sectores del nuevo gobierno: la construcción de la Autopista Ribereña en Puerto Madero por un túnel – según acordaron los gobiernos Macri y Kirchner en 2014 – o por una traza en trinchera a cielo abierto por los docks del barrio más coqueto y caro de la Capital Federal. No es sólo una pelea entre ingenieros; expresa también la puja entre sectores de la burocracia macrista.

El nuevo directorio que asume refleja el resultado de las elecciones del 22 de noviembre y los nombres replican los acuerdos de convivencia del macrismo con el radicalismo y el peronismo. Los directores que asumen son Agustina Olivero Majdalani, hija de la número dos de la ex SIDE, Silvia Majdalani; el ex director de Cultura de Boca Juniors y allegado a Mauricio Macri, Wellington Alves; el arquitecto Raúl Sáenz Valiente, que viene de la empresa Creaurban que fuera de Franco Macri hasta que éste se la vendió a los hermanos Calcaterra; la radical María Luisa González Estebarena, que fuera directora de la Casa de la Moneda en tiempos de la Alianza y, entre otros, el ex legislador Juan Manuel Olmos. Como Olivero, este director viene del Consejo de la Magistratura y responde al sindicalista Víctor Santa María, tanto como al papa Francisco de Roma, a quien lo une una relación familiar.

Dejan sus sillas el anterior presidente, Alfredo Garay, uno de los máximos expertos en vivienda que tiene el país, que ha sido funcionario de varias administraciones peronistas, y que ha intervenido en Puerto Madero desde su fundación, el ex senador Pablo Walter, que pasó a trabajar ahora en la cartera de Daniel Chaín en Interior, Eugenio Breard, Fernando Suárez y Néstor Peña, por la Nación, y Darío Sarquis y Pablo Walter, por la ciudad.

La primera tarea del nuevo directorio será resolver el destino del plan más ambicioso de la anterior gestión en la Corporación, que es la demorada construcción de la vía que debe unir la autopista Buenos Aires-La Plata con la Illia y enlazar el norte y el sur de la Capital Federal sobre el río de la Plata.

Esa obra se concibió en el plan original de Puerto Madero, pero nunca se concretó por la falta de acuerdo entre los proyectos presentados y por el choque de intereses entre los concesionarios y compradores de edificios de la zona, cuyos negocios podrían ser afectados por esa mega obra. Cuando se licitaron los docks de Puerto Madero bajo la administración de Carlos Grosso, no estaba en los planes de los administradores que se convertiría en una zona coqueta y refinada con restoranes y en viviendas de alta gama. Ese desarrollo imprevisto quedó amenazado por la eventualidad que una autopista tradicional dividiese en dos ese corredor junto al río, generara ruido, contaminación y los amenazantes bajo autopistas. La crisis económica que siguió al año 2001 dio nuevos argumentos para que nunca más, hasta 2014, se plantease esa construcción.

A lo largo de los años se acumularon proyectos para una nueva traza; llegaron a ser 27 iniciativas que apostaban a distintos diseños, desde una autopista elevada hasta un profundo túnel, pasando por otro túnel de baja profundidad, trincheras, avenidas entubadas bajo el río, etc. El resultado de esos estudios se conoció a finales de 2014, después de que el directorio -que ahora se está yendo- aprobase el proyecto que elaboraron más de 60 ingenieros conducidos por paneles de expertos y técnicos bajo la coordinación de Oscar Vardé, una estrella de la ingeniería criolla y presidente de la Academia Nacional de Ingeniería.

La iniciativa tiene detalles técnicos y financieros y aplica un sistema de construcción por orden de la Corporación con sistema de peaje, y buscó que se pagase sin apelar al tesoro. La empresa AUSA explotaría el sistema que tiene más de 6 kilómetros de extensión con tres vías en cada sentido del tránsito, lo cual aliviaría el flujo de vehículos que hoy se acumulan en las avenidas 9 de Julio y Madero, la mayoría camiones que conducen containers al puerto. El costo estimado es de U$S 1.000 millones y la arquitectura financiera pareció haber convencido a los organismos financieros internacionales y también a los proveedores locales de obra pública.

Ese estudio se terminó en noviembre de 2014, pero hasta ahora nadie ha explicado por qué no se aprobó el llamado a licitación. Ese proyecto lo conocieron, apenas se finalizó, los candidatos Macri y Scioli y sus equipos le hicieron saber a la Corporación que, ganase quien ganase, la obra se haría. A lo largo de 2015 hubo intentos de anunciar esa obra, pero se suspendieron por la dificultad de hacer actos – en plena campaña – compartidos entre Macri, jefe de gobierno y candidato, y la entonces presidente Cristina de Kirchner.

A ese silencio que pudo tener alguna justificación por las inquinas de quienes competían por el gobierno del país, se suma ahora la incertidumbre que sigue a todo cambio de gobierno. Los funcionarios de la línea de la Corporación que han intervenido en reuniones con los asesores de la nueva administración, han tomado nota de la posibilidad de que la obra no se haga según el proyecto que avalaron los representantes de Macri y de Cristina de Kirchner, y que puede ocurrir ahora que se vuelva todo a cero, y se inicien nuevos estudios ensayando trazados alternativos.

Según los testigos de esas reuniones, que han tenido lugar antes de que termine de asumir el nuevo directorio (algo que debe ocurrir mañana), los responsables del área de Transportes en el ministerio de Guillermo Dietrich buscan modificar la idea del estudio final para hacer que esa obra sea compatible con una prolongación del ferrocarril Sarmiento hasta Retiro. Eso supondría la reducción de tres a dos carriles para cada mano del tránsito para darle lugar al trazado a esa extensión ferroviaria. La obra, además, no sería un túnel, sino una trinchera a cielo abierto.

El asunto se discute en estas horas en el mayor silencio, porque el cambio de proyecto puede significar que se desperdicie el trabajo de los 60 ingenieros con la consecuente nueva demora en la realización de una obra que se viene prometiendo desde que se comenzó el emprendimiento de Puerto Madero hace ya un cuarto de siglo.

Algunos que dicen ver bajo el agua, esta disidencia que despunta entre dos administraciones que son hoy del mismo signo partidario, expresa una puja sorda entre Dietrich y Chaín. El primero fue el mago de realizaciones de alto rédito electoral para la figura de Macri como las bicisendas, los cambios de mano de calles y el Metrobús. Estos proyectos fueron reconocidos por el voto de los porteños y se ha hecho ya leyenda que ayudaron el triunfo del PRO en la Nación y en la Ciudad. Exaltado Dietrich al Ministerio de Transportes, busca ahora hacer compatible el sistema de transportes porteño con la Ribereña, lo que podría costar su modificación. El responsable de Planificación de Transportes de su ministerio es Germán Bussi, que lo acompañó a Dietrich en la misma función en la Ciudad.

Chaín, responsable de terminar las obras de refacción del teatro Colón pero que no pudo hacer avanzar las obras en el Borda para llevar dependencias del gobierno porteño, está identificado por los mirones de esta trama con el proyecto de la Corporación según la presentación final de la empresa. Pero Chaín ha perdido tantos en su pulseada con Dietrich en la mesa del PRO. Por eso Dietrich es ministro y , cuando en el gabinete de Macri en la ciudad los roles eran al revés: Dietrich secretario y Chaín ministro. El mundo es redondo.

El argumento que dan quienes buscan modificar el plan es lograr la compatibilización con el sistema de tránsito porteño instaurado por Macri-Dietrich. La alternativa de que la traza sea por una trinchera a cielo abierto y no por un túnel parece más barata y, además, de realización más corta en el tiempo. ¿Quién no quiere ofrecerle a Horacio Rodríguez Larreta la oportunidad de cortar cintas dentro del lapso de los 4 años de su gestión porteña? Un túnel sería más caro y de fábrica más lenta en el tiempo.

Quienes sostienen la oportunidad del túnel, y no la trinchera, suman una ventaja al proyecto tal como está: que aporta una solución al desarrollo informal de la Villa 31. Este proyecto contiene la afectación de un predio frente a ese asentamiento, que es hoy propiedad de YPF (lo usa como playa de containers), para la construcción de 2500 viviendas con destino a vecinos de esa villa, que dejarían sus actuales casas y permitirían la apertura de calles y otras mejoras que hoy son imposibles de hacer. Este capítulo lleva la marca de Garay, quien mañana deja la presidencia de la Corporación, cargo que ejerció como representante del gobierno nacional que cesó el 10 de diciembre. Es un experto en vivienda social, inspirador del movimiento villero, tareas que este arquitecto ha hecho compatible con su rol de profesor en la UBA-Arquitectura y consultor internacional. En esta última función ha desarrollado el casco urbano de la ciudad de San Martín de los Andes y asesora en las obras de renovación de ciudades como Santo Domingo y Montevideo«.

No soy arquitecto ni urbanista, no puedo aportar mucho. Y no tengo porqué dudar de los elogios que Zuleta le brinda a Garay. Sólo quiero mencionar que, entre quienes se opusieron en su momento a la traza por trinchera abierta y favorecían el túnel -mucho más caro- estaban los vecinos de Puerto Madero, que tenían miedo que la polución sonora, y tal vez alguna otra, afectara su hermoso barrio.


Habla Zaffaroni

enero 28, 2016

zaffaroni

Siento que debo dejar claro que no comparto la doctrina penal del Dr. Eugenio Zaffaroni. Es cierto que es un pensador del derecho reconocido en el mundo, que ha sido miembro de nuestra Corte Suprema de Justicia (designación que en su momento la Dra. Elisa Carrió calificó como «un sueño hecho realidad»), y lo es actualmente de la Corte Interamericana de Derechos Humanos.

Sin duda, su producción es de alto nivel intelectual -y tiene un estilo literario lúcido, al contrario de muchos de sus colegas- pero un pensamiento que considera -sintetizando- que más peligroso para la sociedad que el delito es la reacción estatal para combatirlo… me parece de un anarquismo romántico e idiota. Que termina favoreciendo a demagogos que se montan en la reacción popular, que exige combatirlo.

Ustedes se preguntarán a qué viene esta reflexión jurídica, que nadie me ha pedido. Sucede que el Dr. Zaffaroni ha publicado en la Agencia Paco Urondo un artículo donde, a pesar que insiste en que no es la persona indicada para dar directivas políticas, el hecho es que las hace.

Y son las directivas necesarias para orientar a la militancia inorgánica y masiva de estos días. Directivas que deberían estar dando las dirigencias medias del peronismo y de sus aliados frentistas, en lugar de estar discutiendo sobre liderazgos «indiscutibles» y quiénes los expresan mejor (Tarea que es necesaria -es la política- pero de la que se harán cargo los que aspiran a conducir. Y los que los van a votar, o no). Por eso, quiero copiarlo aquí, y aplaudirlo. Agregando un pequeño comentario al final.

«La situación del país es insólita, pero en modo alguno desesperante: el campo popular superó momentos mucho peores. Además, toda Latinoamérica sufre esta etapa avanzada del colonialismo corporativo. Por suerte, frente a las horribles tragedias de nuestros hermanos, hasta el presente no llevamos la peor parte ni mucho menos.

No obstante, no dramatizar no significa subestimar el panorama argentino actual, que es de caos institucional (gobierno por decretos-leyes, incluso en materia penal y tributaria; despidos masivos e indiscriminados de funcionarios; distribución centralizante de la coparticipación federal; designación de jueces supremos por decreto; clarísima usurpación de competencias del Congreso; amenaza a la autonomía del Ministerio Público; desbaratamiento del AFSCA;  supresión de toda disidencia en los medios de comunicación; endeudamiento e inflación; devaluación acelerada del salario real; extorsión manifiesta al sindicalismo; y un largo etcétera).

El Poder Judicial complica más las cosas: los jueces cercanos al campo popular son estigmatizados como militantes ; los que consienten y legitiman el caos institucional, son los imparciales o políticamente impolutos. En poco tiempo se acentuará el desprestigio del Poder Judicial, cuyo grueso lo compone una masa silenciosa que, dentro de todo, hace bastante bien las cosas. Es muy posible que en el futuro sea el chivo expiatorio, sobre el que recaiga la totalidad de la responsabilidad de este caos institucional.

Si bien las cuestiones institucionales no provocan movilizaciones masivas, las tropelías institucionales preanuncian siempre atropellos de otro orden que, por otra parte, se advierten discursivamente sin tapujos.

A este caos institucional se suma la torpeza política, con una tónica general que no puede menos que recordar la prepotencia de la revolución fusiladora.

La prisión de Milagro Sala es ordenada por una justicia manipulada impúdicamente con tal grado de descaro, que ni siquiera al recordado Menem se le pudo achacar. No se trata sino de una clarísima muestra de grosería política revanchista. Al escándalo de pretender que la protesta configura sedición, se suma el injustificado requerimiento previo de fuerzas federales que ha costado 43 vidas. (En perspectiva regional no es descabellado calcular 43 + 43 = 86, pues tanto a los normalistas de Ayotzinapa como a nuestros gendarmes los podemos poner a la cuenta de los virreinatos del colonialismo avanzado). El papelón internacional de la Argentina con este caso es considerable y nos afecta a todos los ciudadanos.

La exigencia transnacional de intervención de Fuerzas Armadas con pretexto de combate al narcotráfico, conforme a la experiencia regional, pone en riesgo la Defensa Nacional, pero implica también una intimidación pública, de la que forma parte el renacimiento de procedimientos policiales archivados hace años.

Torpeza política, control de medios, movilización de fuerzas federales, riesgo para las Fuerzas Armadas de la Nación, intimidación pública, manipulación judicial y caos institucional generalizado, forman un cocktail de alto y peligroso poder embriagante, debilitante de frenos inhibitorios.

Frente a esto, muchos ciudadanos –y en particular los más jóvenes- preguntan: ¿Qué podemos hacer? ¿Qué debemos hacer?

No soy la persona indicada para proporcionar esa respuesta, dado que no es jurídica ni institucional, sino política y, por ende,  esa naturaleza indica que deben proporcionarla los políticos.

Pero los políticos del campo popular aún están shockeados. No saben bien qué hicieron mal. Creo que no han hecho nada demasiado mal; quizá no admitieron que algunas tazas molestas se podían reacomodar en el armario.

No contaron con la versión local de monopolio mediático propio de nuestra región (no tolerado por ninguna de las democracias del mundo desarrollado) y que, como parte de las corporaciones transnacionales, aprovecharía ese flanco para estafar a alguna gente, haciéndole creer que el cambio se limitaría a remover algunas tazas de una posición que les resultaba antipática. El error táctico fue no moverse con la rapidez necesaria para mostrar que no venían a cambiar de posición las tacitas, sino a romper el armario.

Pero nuestros políticos parece que comienzan a reaccionar, como crecientemente se les reclama; la reunión de gobernadores es prometedora. En breve volverán a ser protagónicos si dejan de pasarse facturas y postergan el internismo, que es el cáncer de los partidos del campo popular, como lo demuestra el espejo del radicalismo.

Sería suicida distraerse con el internismo y alejarse del Pueblo, pues pelearían por un armazón vacío: toda estrategia y táctica popular debe priorizar la respuesta al Pueblo. Pero en tanto terminen de salir del estupor y asuman la función natural de conducción y orientación, debe primar la prudencia.

Nuestro Pueblo no está indefenso. La pretensión de una construcción mediática de realidad única, está condenada al fracaso. La tecnología comunicacional actual no es la de 1955 ni la de 1976. Además, no faltará en el propio campo mediático empresarial quien aproveche la demanda de al menos el 50% del mercado: si medio mercado (con perspectivas de aumentar) demanda galletitas, alguien las ofrece.

Las plazas no cesarán; en este caso no es verdad que la gente se cansa. Las cesantías masivas en la administración de miles de funcionarios, los convierte mecánicamente en militantes. Y dentro de escasos meses se sumarán las otras víctimas de este descalabro de concentración de riqueza y de crecimiento de lo único que harán crecer: el coeficiente de Gini, o sea la desigualdad social.

Esa militancia necesita conducción, orientación y también contención de los políticos, ante todo porque debemos cuidar la vida de nuestra gente. Deben conducir porque debe contenerse a cualquiera que se descontrole y detectar a los provocadores. Ni la menor violencia debe salir del campo popular, porque la están esperando para reprimir, y para la represión son todavía más torpes que en lo político, que es decir.

No debe olvidarse que la violencia nunca fue propia del campo popular, sino de sus enemigos : los sucesivos virreinatos  destrozaron la modesta vivienda de Yrigoyen, anularon la elecciones de Pueyrredón-Guido, fusilaron en las dictaduras de 1930 y 1955, derogaron una Constitución por bando militar, convocaron a una Constituyente sin Congreso, bombardearon la Ciudad de Buenos Aires y ametrallaron a los trabajadores, destituyeron jueces masivamente, sancionaron el decreto 4161, proscribieron partidos mayoritarios, impusieron penas validas del estado de sitio, anularon las elecciones de 1962, encarcelaron a presidentes electos por voto popular, sometieron civiles a juicios militares, asesinaron y desaparecieron a decenas de miles de personas, robaron bebés, se autoamnistiaron, y hoy provocan el caos institucional.

A toda costa se debe impedir cualquier pretexto que permita legitimar la represión. La protesta debe canalizarse orgánicamente, con conducción y contención, agotando todas las medidas legales, ocupando todos los espacios de libertad que tenemos por ley y Constitución.

La lucha no violenta es de valientes, no de timoratos ni medrosos, porque no evita la violencia de los otros, sino que la deja en descubierto y los deslegitima y debilita. Se trata de la vieja técnica oriental: la defensa consiste en usar la fuerza del contrincante para debilitarlo.

Los defensores de la violencia suelen ironizar respecto de Gandhi, recordando que los ingleses victimizaron a miles de personas en la India, que luchaban pacíficamente. La idealización de la violencia, en la que se nos educa desde niños, les impide calcular el tiempo que hubiese durado y los millones que hubiesen perecido si la lucha por la independencia de la India hubiese sido violenta. ¿O se olvidan que los colonialismos son impiedosos?

Pero la lucha contra el caos requiere orden y organización: La organización vence al tiempo, decía Perón. Es menester conducción y organización, para que todo ciudadano, dentro de sus posibilidades, se convierta en creativo, en pensador, en jurista, en difusor, en síntesis, en político. En breve serán pocos los que digan Yo no entiendo ni quiero saber de política.

La política es el gobierno de la polis, y a poco andar -y por el camino que adopta este virreinato- todo ciudadano se dará cuenta de que quienes fomentan la antipolítica y se proclaman apolíticos, en realidad quieren ejercer el monopolio de la política, o sea, del gobierno; más que nunca su torpeza va mostrando una opción bien férrea : o nos gobernamos nosotros o nos gobiernan otros.  

Insisto en que no soy la persona indicada, pero de momento me permito sugerir: (a) Nada de violencia. (b) Ocupación de todos los espacios legales y constitucionales para reclamar, denunciar y protestar. (c) No asumir ningún riesgo inútil. (d) Reclamar de los políticos que despierten de su schock. (e) Contención de quien se descontrole y separación urgente de los provocadores. (f) Utilización de todos los espacios de comunicación. (g) Postergación de todo internismo. (h) Privilegio de la función de conducción y orientación popular. (i) Generosidad con los errores ajenos y corrección de los propios. (j) La fuerza se vence usando las neuronas, o sea, lo que a la fuerza le falta: la razón.

Hace muchos años, había un busto de Evita en la columnata de entrada al Cementerio de la Chacarita. La dictadura de 1955 lo retiró. El día de difuntos, la gente pasaba y cada uno dejaba una flor en el lugar en que había estado el busto, hasta que se formó una montaña de flores. Aprendamos la lección popular: enterremos la prepotencia del caos institucional bajo una montaña de flores».

Hay una observación inevitable (que se ha hecho muchas veces, también por mí, a los discursos K): esta de Zaffaroni es una reflexión dirigida a los que ya están convencidos. Es así. Está dirigida a los militantes y los politizados que pueden serlo. Pero aunque son una minoría -otra cosa que he repetido en el blog- son la minoría en torno a la cual se articulan las demandas populares. Los más entusiastas tienden siempre a adelantarse. Pero no importa: cuando los reclamos de una sociedad están en fuerza, nadie puede ignorarlos.


Purifican la energía en el despacho presidencial

enero 28, 2016

macri

Leo esta noticia Macri renovó su despacho y le hizo tres “limpiezas energéticas” en el Clarín de hoy -diario oficialista sin los hay, al menos por ahora- y me cuesta creerla. Piensen que, como argentinos, hemos tenido largas prácticas para desarrollar credulidad en los actos de nuestros gobernantes…

No quiero aparecer como un positivista irredento, a lo Mario Bunge. Puedo aceptar la posibilidad que haya … configuraciones en un lugar que afecten anímicamente a personas muy sensibles, o proclives a esas influencias. Pero yo habría probado con un exorcista, primero.


Jorge Luis Borges, nac&pop

enero 27, 2016

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Compadritos y gauchos

Mi amigo Manuel Barge sigue librando en su blog, desde hace años, una lucha sin cuartel contra la Hegemonía Cultural, en defensa de la identidad plebeya y bárbara del peronismo. Todo bien; cuenta con mi apoyo. Pero a veces me permito decirle que exagera. El enemigo más pesado del peronismo -o de los peronistas, que me importa más- no es la cultural, sino otras hegemonías.

Es cierto que en Argentina, desde que existe, hay entre nosotros quienes rechazan, sienten inferior, nuestra identidad americana, y se ven como europeos desplazados. Pero, Manolo, ese europeísmo es trucho. Nunca hemos tenido una clase intelectual con poder político, como existe allá. Y también en los EE.UU., aunque cuestionada por amplios sectores. Nuestros intelectuales ni siquiera son parte por derecho propio de las clases dirigentes, como en Brasil y México. Aquí, billetera mata intelectual, al menos desde 1890.

Pero atención: esta pelea es importante, no en la política del poder, sino en el área de la educación. Que es donde se forman las ideas en el largo plazo. Por eso comparto la furia con que Manolo castiga las insolencias de Américo Castro, un filólogo español (nacido en Brasil) que en 1941 se permitía decir en su libro La peculiaridad lingüística rioplatense y su sentido histórico:

«… Las peculiaridades del español rioplatense, en especial el voseo, son síntoma de «plebeyismo universal», «instinto bajero», «descontento íntimo, encrespamiento del alma al pensar en someterse a cualquier norma medianamente trabajosa».

La fuerte identidad de la variedad rioplatense se debe a la aceptación general de las formas populares en desmedro de las cultas, y le preocupa sobre todo la imposibilidad de percibir inmediatamente la clase social del hablante a partir de los rasgos de su habla; la falta de los «frenos e inhibiciones» que las clases superiores deberían representar le parece un inequívoco síntoma de degradación social«.

Tal vez don Américo haya tenido oportunidad de alimentarse con el envío de trigo a España que hizo Perón en la posguerra…

Como sea, me alegra mucho que mi amigo haya ido a buscar a este académico europeo para pegarle. Porque me hizo acordar de un artículo maravilloso que escribió Jorge Luis Borges, también en 1941, en respuesta a ese libro. Porque nuestro poeta también era criollo, y profundamente argentino. Lástima que después la versión de la «grieta» de su tiempo, su anti peronismo feroz, lo apartó de gran parte de nuestro pueblo y de su experiencia. Bueno, también sus odios eran típicamente argentinos.

El texto es muy conocido por los que han leído a Borges. Igual, no me voy a privar de subirlo al blog. Ni, espero, ustedes de leerlo.

«Las alarmas del doctor Américo Castro

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La palabra problema puede ser una insidiosa petición de principio. Hablar del “problema judío” es postular que los judíos son un problema; es vaticinar (y recomendar) las persecuciones, la expoliación, los balazos, el degüello, el estupro y la lectura de la prosa del doctor Rosenberg. Otro demérito de los falsos problemas es el de promover soluciones que son falsas también. A Plinio (Historia natural, libro octavo) no le basta observar que los dragones atacan en verano a los elefantes: aventura la hipótesis de que lo hacen para beberles toda la sangre que, como nadie ignora, es muy fría. Al Doctor Castro (La peculiaridad lingüística, etcétera) no le basta observar un “desbarajuste lingüístico en Buenos Aires”: aventura la hipótesis del “lunfardismo” y de la “mística gauchofilia”.
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Para demostrar la primera tesis —la corrupción del idioma español en el Plata—, el doctor apela a un procedimiento que debemos calificar de sofístico, para no poner en duda su inteligencia; de candoroso, para no dudar de su probidad. Acumula retazos de Pacheco, de Vacarezza, de Lima, de Last Reason, de Contursi, de Enrique González Tuñón, de Palermo, de Llanderas y de Malfatti, los copia con inútil gravedad y luego los exhibe, urbi et orbi como ejemplos de nuestro depravado lenguaje.
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No sospecha que tales ejercicios (“Con una feca con chele / y una ensaimada / vos te venís pal centro / de gran bacán”) son caricaturales; los declara “síntoma de una alteración grave”, cuya causa remota son “las conocidas circunstancias que hicieron de los países platenses zonas hasta donde el latido del imperio hispano llegaba ya sin brío”. Con igual eficacia cabría argumentar que en Madrid no quedan ya vestigios del español, según lo demuestran las coplas que Rafael Salillas transcribe (El delincuente español: su lenguaje, 1896):

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El minche de está rumí

Dicen no tenela bales;
Los he dicaito yo,
Los tenela muy juncalesEl chibel barba del breje
menjindé a los burós:
apincharé ararajay
y menda la pirabó

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Ante su poderosa tiniebla es casi límpida esta pobre copla lunfarda:
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El bacán le acanaló
El escaracho a la minucia;
Después espirajushió
Por temor a la canuschia.

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En la página 139, el doctor Castro nos anuncia otro libro sobre el problema de la lengua en Buenos Aires; en la 87, se jacta de haber descifrado un diálogo campero de Lynch “en el cual los personajes usan los medios más bárbaros de expresión, que sólo comprendemos enteramente los familiarizados con las jergas rioplatenses”. Las jergas: ce pluriel est bien singulier. Salvo el lunfardo (módico esbozo carcelario que nadie sueña en parangonar con el exuberante caló de los españoles), no hay jergas en este país. No adolecemos de dialectos, aunque sí de institutos dialectológicos. Esas corporaciones viven de reprobar las sucesivas jerigonzas que inventan. Han improvisado el gauchesco, a base de Hernández; el cocoliche, a base de un payaso que trabajó con los Podestá; el vesre, a base de los alumnos de cuarto grado. En esos detritus se apoyan; esas riquezas les debemos y deberemos.
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No menos falsos son los graves problemas que el habla presenta en Buenos Aires. He viajado por Cataluña, por Alicante, por Andalucía, por Castilla; he vivido un par de años en Valldemosa y uno en Madrid; tengo gratísimos recuerdos de esos lugares; no he observado jamás que los españoles hablaran mejor que nosotros. (Hablan en voz más alta, eso sí, con el aplomo de quienes ignoran la duda.)
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El doctor Castro nos imputa arcaísmos. Su método es curioso: descubre que las personas más cultas de San Mamed de Puga, en Orense, han olvidado tal o cual acepción de tal o cual palabra; inmediatamente resuelve que los argentinos deben olvidarla también… El hecho es que el idioma español adolece de varias imperfecciones (monótono predominio de las vocales, excesivo relieve de las palabras, ineptitud para formar palabras compuestas) pero no de la imperfección que sus torpes vindicadores le achacan: la dificultad. El español es facilísimo. Sólo los españoles lo juzgan arduo: tal vez porque los turban las atracciones del catalán, del bable, del mallorquín, del galaico, del vascuence y del valenciano; tal vez por un error de la vanidad; tal vez por cierta rudeza verbal (confunden acusativo y dativo, dicen le mató por lo mató, suelen ser incapaces de pronunciar Atlántico y Madrid, piensan que un libro puede sobrellevar este cacofónico título: La peculiaridad lingüística rioplatense y su sentido histórico).
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El doctor Castro, en cada una de las páginas de este libro, abunda en supersticiones convencionales. Desdeña a López y venera a Ricardo Rojas; niega los tangos y alude con respeto a las jácaras; piensa que Rosas fue un caudillo de montoneras, un hombre a lo Ramírez o Artigas, y ridículamente lo llama “centauro máximo (Con mayor estilo y juicio más lúcido, Groussac prefirió la definición: “Miliciano de retaguardia”.) Proscribe –entiendo que con toda razón— la palabra cachada, pero se resigna a tomadura de pelo, que no es visiblemente más lógica ni más encantadora. Ataca los idiotismos americanos, porque los idiotismos españoles le gustan más. No quiere que digamos «de arriba»; quiere que digamos «de gorra»… Este examinador “del hecho lingüístico bonaerense” anota seriamente que los porteños llaman acridio a la langosta, este lector inexplicable de Carlos de la Púa y de Yacaré nos revela que taita, en arrabalero significa padre.
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En este libro, la forma no desdice del fondo. A veces el estilo es comercial: “Las bibliotecas de Méjico poseían libros de alta calidad” (página 49); “La aduana seca… imponía precios fabulosos” (página 52). Otras, la trivialidad continua del pensamiento no excluye el pintoresco dislate: “Surge entonces lo único posible, el tirano, condensación de la energía sin rumbo de la masa, que él no encauza, porque no es guía sino mole aplastante, ingente aparato ortopédico que mecánicamente, bestialmente, enredila el rebaño que se desbanda” (páginas 71, 72). Otras, el investigador de Vacarezza intenta el mot juste: “Por los mismos motivos por los que torpedea la maravillosa gramática de A. Alonso y P. Henríquez Ureña” (página 31).
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Los compadritos de Last Reason emiten metáforas hípicas; el doctor Castro, más versátil en el error, conjuga la radiotelefonía y el football: “El pensamiento y el arte rioplatense son antenas valiosas para cuanto en el mundo significa valía y esfuerzo, actitud intensamente receptiva que no ha de tardar en convertirse en fuerza creadora, si el destino no tuerce el rumbo de las señales propicias. La poesía, la novela y el ensayo lograron allá más de un “goal” pefecto. La ciencia y el pensar filosófico cuentan entre sus cultivadores nombres de suma distinción” (página 9).
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A la errónea y mínima erudición, el doctor Castro añade el infatigable ejercicio de la zalamería, de la prosa rimada y del terrorismo.
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P.S. — Leo en la página 136: “Lanzarse en serio, sin ironía a escribir como Ascasubi, Del Campo o Hernández es asunto que da que pensar”. Copio las últimas estrofas del Martín Fierro:

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Cruz y Fierro de una estancia
Una tropilla se arriaron;
Por delante se la echaron
Como criollos entendidos
Y pronto sin ser sentidos,
Por la frontera cruzaron.
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Y cuando la habían pasao
Una madrugada clara,
Le dijo Cruz que mirara
Las últimas poblaciones;
Y a Fierro dos lagrimones
Le rodaron por la cara.
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Y siguiendo el fiel del rumbo,
Se entraron en el desierto,
No sé si los habrán muerto
En alguna correría
Pero espero que algún día
Sabré de ellos algo cierto.
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Y ya con estas noticias
Mi relación acabé,
Por ser ciertas las conté,
Todas las desgracias dichas:
Es un telar de desdichas
Cada gaucho que usté ve.
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Pero ponga su esperanza
En el Dios que lo formó,
Y aquí me despido yo
Que he relatao a mi modo,
Males que todos conocen
Pero que naides contó.

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“En serio, sin ironía”, pregunto: ¿Quién es más dialectal: el cantor de las límpidas estrofas que he repetido, o el incoherente redactor de los aparatos ortopédicos que enredilan rebaños, de los géneros literarios que juegan al football y de las gramáticas torpedeadas?
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En la página 122, el doctor Castro ha enumerado algunos escritores cuyo estilo es correcto; a pesar de la inclusión de mi nombre en ese catálogo, no me creo del todo incapacitado para hablar de estilística«.

Macri y la vuelta a la naturaleza

enero 27, 2016

presidente-Mauricio-Macri

No. Este no es un posteo sobre bicicletas. Es un homenaje (bah, un afano) a un texto que me impresionó tanto que me lo apropio. Estoy en desacuerdo con la conclusión, eh, pero lo que dice de las pulsiones básicas del macrismo, y también de otras, las del peronismo, me parece acertado y filoso.

Lo encontré en el blog de Martín Rodríguez, un talentoso poeta al que la militancia del palo mira con desconfianza -no es todo lo K que debería ser- y está firmado por Daniel Santoro. Y no puedo estar seguro si es el pintor que resignifica la iconografía del peronismo o el editor de Clarín! Pero tengo que reconocerle una mirada muy inteligente, aunque yo no esté de acuerdo en el diagnóstico. Pero eso va en mi comentario al final.

«El actual gobierno se plantea no como un nuevo comienzo fundacional, sino más bien como una vuelta a la amable y eterna naturaleza de las cosas. Esto no podría lograrlo sin antes emprender la tarea de un desmontaje de los lugares de mayor densidad simbólica e ideológica, lugares en torno a los cuales el peronismo, y luego el kirchnerismo, produjeron y replantearon la novedosa articulación entre pueblo y nación, expresada sobre todo a lo largo de los 3 últimos gobiernos.

Esta herencia simbólica se mostró en salones, monumentos, abigarrados fondos iconizados que enmarcaban las cadenas nacionales (maquetas, billetes, Eva Perón, Belgrano, Moreno, los héroes latinoamericanos, etc.), incluso afuera, por detrás de los ventanales no se dio descanso a los requerimientos escópicos, una Juana Azurduy, con su sable erecto, interpelaba a los gobernantes que se sentaban en el sillón de Rivadavia, un sillón de pronto ocupado ahora por un simpático perrito callejero, que por supuesto no tiene en su naturaleza hacer el mal.

El nuevo régimen escópico cambió estas memorabilias nacionales por amistosas fotos de familia sacadas en parques y jardines, fondos de pura naturaleza, sin requerimientos, sin claves visuales a desentrañar; solo una muda y primitiva parodia danzante en el balcón de nuestros más caros discursos fundacionales bastó para que entendiéramos el nuevo paradigma, y esta vuelta de lo natural incluye por supuesto el papel moneda, por tierra mar y aire se muestra la incontenible fuerza de la naturaleza, se exhibe un territorio a explorar, libre de cualquier prejuicio ideológico, purgado de las molestas pretensiones del que viene con opiniones propias. Ingrávidos, sin el peso de las herencias simbólicas, podremos ingresar al fin, con la naturalidad del buen salvaje, al paraíso “naturalizado” del poder global financiero.

Mientras tanto aquí, en nuestra tierra, los compañeros continúan tramitando el duelo de la derrota, se suceden las reuniones, las charlas informales, los intentos de alguna orgánica, se dice “algo tendríamos que hacer”, de alguna manera todo sirve para desangustiarnos, las más diversas opiniones circulan con total libertad, se duda de todo, ¿realmente hubo una voluntad de ganar? ¿Será Cristina la conducción? ¿Todo este caos se ordenará con su vuelta al centro de la escena? ¿Será ella el factor de unidad, o precipitará las rupturas en espera?

Otros compañeros decidieron transitar esta etapa traumática reunidos en parques y plazas, dan pequeñas batallas asamblearias, se entregan a un desgaste inevitable y los hacen al ritmo y en el lugar que el adversario decide con su loco compás de verano, todo a contramano de los conocidos manuales de estrategia.

Es fácil advertir que la noticia más ansiada por nuestro enemigo será la de la ruptura del sistema kirchnero-peronista, la pinza metafísica ya está operando, por un lado el desmontaje simbólico naturalista y por el otro la inminente extracción del núcleo peronista que estructura al kirchenrismo, de modo tal que el kirchnerismo deshuesado pueda -cumpliendo una cruel paradoja- ser ese partido progresista que se insinúa en algunos parques metropolitanos (tan lejos de los conurbanos). Hay compañeros que sueñan el sueño del enemigo, el deseo que el kirchnerismo sea ese partido, un poco PI, un poco flácido y finamente purificado de la mugre peronista.

¿Y que de los sabrosos restos óseos del peronismo? con ellos seguramente se hará un puchero (un muleto liberal opositor), alimento nutritivo para las corporaciones.

Será la tarea de quienes se asuman como la conducción del conjunto de nuestro movimiento aplicar el delicado “arte de la conducción” (también entendiendo éste arte como la posibilidad de transformar la naturaleza). Sin éste complejo equilibrio que implicará renuncias, gestos de grandeza, extrema comprensión, empatía e incluso misericordia, la catástrofe que se anuncia en el horizonte será inevitable, y al menos los próximos 8 años serán, “naturalmente”, de Macri«.

Este texto me impactó porque -por la tarea que hacemos en BASAT– me queda muy clara la importancia que tuvo y tiene en la campaña de Macri el manejo de la imagen. Completamente centralizado y vertical. Hasta en la página de Facebook del último candidato a concejal del PRO en un pueblito de provincia, encontramos la foto relajada, con fondo verde y natural.

Y ayer leo en LPO «Marcos Peña les pidió a los ministros que no hagan revisionismo histórico en sus discursos y que eviten hablar de la herencia kirchnerista.

En las reuniones en las que define la estrategia comunicacional del Gobierno, el jefe de gabinete planteó que la nueva administración debe referirse únicamente al futuro y no caer en el pantano de las discusiones sobre el pasado, una especialidad del relato K.

En ese sentido, para simplificar la orden, Peña pidió a los funcionarios que eviten los vocablos con el prefijo “re”, como reivindicar, restaurar, rememorar o reconstruir.

El dictamen responde a lo que en el PRO ya llaman el “modelo ballena”, en referencia a los nuevos billetes que anunció el Banco Central, que eliminaron la figura de próceres como San Martín, Belgrano y Sarmiento para reemplazarlos por cetáceos, yaguaretés y guanacos«.

Ahora, las reservas: Esto es el PRO, la agrupación que traslada a la política convencional el estilo de las ONG. Marcos Peña lo expresa más aún que «Mauri», al que le sale el empresario de adentro a menudo. Pero… el PRO es la conducción política de un «espacio» mucho más vasto -el 51 %- alimentado por el anti peronismo y por el anti kirchnerismo (Existe una discusión -aunque yo la encuentre un poco idiota- sobre si hay diferencia entre el peronismo y el kirchnerismo. Lo que sí me parece indiscutible es que esos dos «antis» no son lo mismo).

En el anti kirchnerismo pasional puede haber cosas en común con el PRO: el menemismo, por ejemplo, expresó un cansancio con la ideología, con los símbolos tradicionales y también con el sanateo ideológico (que, reconozcamos, abunda).

Pero en el anti peronismo hay tanto de ideología y de símbolos como en el peronismo. Lean La Nación, si tienen alguna duda. La Michetti, la Carrió, muchos radicales, se referencian en ellos mucho más que en los globitos del PRO.

Y la reserva más concreta, aunque parcial, con lo que dice D. S.: la derrota del macrismo, o su validación, no dependen, por la mayor parte, de cómo resuelva el peronismo en lo inmediato el tema de su conducción. Sé que es bueno para nuestro ego pensar así, pero la tradición argentina es que los oficialismos se derroten a sí mismos.

La tarea de reorganización, de renovación (con perdón de la palabra) del peronismo tiene un contenido más importante: definirá lo que les vamos a proponer a los argentinos para el futuro.


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