Despidiendo el 2013, con algo de preocupación

diciembre 31, 2013

máscaras

Pensé que tal vez era mejor terminar el año en el blog con buena música, o con un video que encontré en la página de Fb de mi amigo Roberto Roitman, sobre lo que hace el maestro Luis Szarán con su proyecto Sonidos de la Tierra, educación musical para más de 3.000 niños y jóvenes, en 72 comunidades del interior del Paraguay.

Pero uno debe asumirse como es. Mi vocación es la política, y eso se refleja en el blog. Entonces, voy a volcarles aquí la preocupación que – además de la familia, esfuerzos en marcha, proyectos nuevos y frustraciones viejas – me acompaña en este fin de año.

Los últimos meses no han sido buenos para el gobierno nacional. Eso no es lo que me preocupa;  a nadie le salen bien todas. Las gestiones K tuvieron un contexto global favorable – buenos precios para nuestros productos exportables, que en Argentina y en todos los países «emergentes» es un factor muy importante – y, sobre todo, una gravísima Crisis anterior – la desordenada salida de la Convertibilidad – que hizo que, comparando con la situación inmediata previa, fueran Gardel (En Argentina tenemos la desgracia que demasiados gobiernos han tenido esa «suerte»: Alfonsín, la dictadura; Menem, el desastre económico de Alfonsín).

Tampoco el problema son sus respuestas, o la demora en implementarlas, en muchos casos, frente a las adversidades. Algunas de ellas no me convencen. Y? Mis amigos anti kirchneristas son críticos mucho más duros, y los cumpas kirchneristas mucho más benévolos, pero ni ellos ni yo tenemos la legendaria bola de cristal. El gobierno tampoco. Lo fundamental, el contrato básico que tenemos con nuestros gobernantes, es que gobiernen.

Alfonsín bajó los brazos, después de 1987 y de desvanecerse la (en mi opinión, tonta) ilusión del 3° Movimiento Histórico; Menem, después de perder su chance de (no tengo dudas, estúpida) re reeleccion; Duhalde, después de la muerte de Kosteky y Santillán; De la Rúa… creo que nunca tuvo idea de cómo era gobernar.

Cristina Fernández, descansando en Calafate o no, sigue gobernando. Algunos pensaron (se ilusionaron) que con Capitanich venía otro presidente. Pero no es así. Las decisiones particulares pueden ser «idea de», y eso no importa mucho. La clave es quien tiene la responsabilidad final, y resulta bastante evidente que si no se cambian ministros y si no se empieza a hablar de la «herencia que es necesario corregir» (la forma más fácil de crear expectativa), el compañero Coqui no es el presidente. Quiere serlo en 2015, pero eso es otra cosa (Tal vez sería bueno cambiar unos cuantos funcionarios, pero ese también es otro tema). Además, sobre el kirchnerismo como fenómeno político, ya debatí con comentaristas el fin de año anterior.

Al punto: El problema que yo veo – y que he planteado muchas veces en el blog – tiene su origen en que la realidad económica que este gobierno enfrenta, modifica y administra es una que he llamado, por nuestra historia, «ochentista». Una forma abreviada de decir que hay sectores, importantes pero que no incorporan mucha mano de obra, competitivos internacionalmente, pero muchos otros que no lo son; donde no hay un mercado de capitales local fuerte; donde la mayoría de los grandes grupos económicos son transnacionales y obedecen a una lógica empresaria que trasciende las fronteras de nuestro país.

También en la que los sindicatos no son correa de transmisión de las decisiones gubernamentales, donde hay pobreza y marginalidad, … En particular, donde la capacidad del Estado para influir en la actividad es considerable, pero en la que es un actor más donde hay otros agentes poderosos, y, sobre todo, sectores sociales diversos con ambiciones y expectativas muy distintas.

Es decir, la realidad económica de la inmensa mayoría de los países medianos como Argentina, incluyendo algunos que por su PBI por cápita son considerados «desarrollados», y que también abarca a bastantes países muy grandes. Como por ejemplo, tres de los BRICS: Brasil, India y Sudáfrica. Una economía normal en el siglo XXI, bah.

Ahora, el gobierno enfrenta esta realidad con lo que estimo una ventaja muy valiosa: no está supeditado por completo al favor de los mercados financieros – el elemento decisivo, todavía, en la economía global. Que condiciona, otro ejemplo, a los países europeos, y no sólo a ellos. Y una desventaja no muy obvia: hasta hace pocos años, le resultó fácil ignorarlos, y mostrar que le iba bien.

Bueno, ahora ya no le va tan bien. Y debe encontrar la forma de manejarse en este nuevo marco. No voy a discutir ahora cómo lo está haciendo. Asumo que tomó y tomará decisiones buenas y malas. Lo que me preocupa es que esa historia previa de éxito – éxito en la visión de sus partidarios y de él mismo, justificada por el ascenso de nivel de vida de las mayorías en estos años, que lo llevó a ser reelegido hace dos años con el 54 % de los votos – lo condiciona, inevitablemente.

No señalo triunfalismo en los kirchneristas, ciertamente. Los argentinos somos ciclotímicos en política, y a pesar de los esfuerzos de mi amigo Artemio, lo que noto es desconcierto y, en muchos, desaliento. Dejo de lado a los que veían en los gobiernos K una versión argentina del chavismo (lo mismo que lo acusaban sus enemigos). El chavismo, como el primer peronismo, tuvo su origen en un ejército dispuesto al menos en parte a apoyarlo, y además – condición imprescindible – tiene mucho petróleo, explotado por el Estado. Nunca fue una opción realista para el kirchnerismo, y si algo han sido Néstor y Cristina es realistas en política.

Lo que si me parece que se había incorporado en muchas conciencias K la convicción – como dije hace poco en el blog – que la experiencia iniciada en 2003 había descubierto, en una variante improvisada de un keynesianismo a la argentina, el estímulo al consumo, la fórmula de la Prosperidad Eterna. Los gobernantes – se ve siempre en política – tienden a aferrarse a las recetas que les dieron resultado. Y es inevitable, además, que estén influidos, aunque sea sutilmente, por las convicciones de sus partidarios.

No digo que esté enceguecido por sus propios discursos. Evidentemente, no. Está esforzándose en devaluar el peso y reducir la brecha entre el dólar legal y el ilegal, después de haber declarado que eran propuestas malvadas o delirantes de los opositores. Y – es necesario reconocerlo – trata de hacerlo sin caer en una devaluación brusca – el peor de los errores de los que perciben tarde un problema.

Por eso no es una alarma. Es sólo una preocupación, y a largo plazo. Tengo una razonable confianza en el manejo del gobierno de esa realidad económica que he descripto. Siempre dije del gobierno K que no come vidrio. Agrego que es así de los argentinos en general: acumulan bronca, por los cortes de luz, el aumento de los precios,… Tienen bastantes motivos. Pero saben que alguien tiene que gobernar, que éste es el que hay hasta el 2015. Y ahí verán si alguien les convence que lo hará mejor.

El peligro, para mí, es que los que apoyan a este gobierno, y los que lo cuestionan desde buenas intenciones – suman una inmensa mayoría, me parece – se desilusionen de la política. No es negativo que se ilusionen con lo que el tucumano Ricardo llama «alvearismo», o con lo que el marplatense Guido «conservadorismo popular»: son variantes que enfrentarán también esta economía «ochentista».

Lo grave sería que abandonen la idea de un cambio deliberado para mejor. Este gobierno tiene la responsabilidad histórica, entonces, de no chocar el barco. El experimento irresponsable de Menem fue hecho políticamente posible por el desastre económico de Alfonsín.

Volcada mi preocupación, me voy a seguir volcando los vasos. Termino el año dejándoles dos frases: una de Shakespeare y otra de autor anónimo:

El pasado es prólogo

Feliz Año Nuevo


Éramos pocos, y llegó Massa

diciembre 29, 2013

lanzamiento Massa

Siento que en los últimos meses subí muchos posteos pejotistas. Una institución importante y con mucha historia, el Partido Justicialista, a la que estoy afiliado desde hace más tiempo del que me gusta recordar. Pero, como su mismo fundador señalaba, es solamente un instrumento. No es un fin en sí mismo, sino que debe servir… como se decía?, ah, sí, para la felicidad del pueblo y la grandeza de la nación. Que cumpla con esos objetivos, depende de las circunstancias y de los hombres, y las mujeres, claro.

Al punto: Dado que ayer el intendente de Tigre, y reciente triunfador en las elecciones legislativas de la provincia de Buenos Aires, presentó el primer bosquejo del armado nacional de su Frente Renovador, me considero obligado a comentar el asunto. Después de todo, aunque todavía está muy lejos de la acumulación de poder político territorial que reúne el P.J., aparece como un intento razonable de armar una estructura capaz de competir electoralmente con él, dentro de dos años. O de amenazar competir con él, lo que en política suele ser tan o más eficaz que lo anterior.

En ese equipo figuran, en posiciones sutilmente privilegiadas, Carlos Reutemann y Roberto Lavagna. Están también los ex gobernadores Juan Carlos Romero (Salta), Mario Das Neves (Chubut) y Jorge Busti (Entre Ríos), Carlos Verna, Alberto Fernández, el intendente de Catamarca, Raúl Jalil, el de Famatina, Ismael Bordagaray, y el diputado tucumano Gerónimo Vargas Aignasse. Y, por supuesto, el equipo bonaerense original, que sigue siendo el núcleo más importante: los diputados Graciela Camaño, Darío Giustozzi y Adrián Pérez, los intendentes José Eseverri (Olavarría), Mario Meoni (Junín), Joaquín de la Torre (San Miguel), Gustavo Posse (San isidro), Gabriel Katopodis (San Martín), Jesús Cariglino (Malvinas Argentinas), Sandro Guzmán (Escobar), Carlos Selva (Mercedes), los economistas Martín Redrado, Miguel Peirano y Ricardo Delgado, el empresario José Ignacio de Mendiguren, y dirigentes como Juan José Alvarez y Baldomero “Cacho” Alvarez. Por UNASUR está el peruano Sergio Bendixen.

Lo que me parece notar es que, aparte del senador provincial de la UCR Roberto Costa, hasta ahora hay poco radicalismo, aunque el tigrense se esfuerza en cortejarlos. Es el otro gran aparato nacional, además del PJ.

En resumen, digamos que, fuera de los bonaerenses, Massa podría decir a sus partidarios como Napoleón en Egipto «Compañeros, desde esta mesa, 40 siglos de pejotismo os contemplan«. Pero a no engañarse; allí también hay bastantes de esos jóvenes delgados y hambrientos que preocupaban a César. Como el mismo Sergio, claro.

De todos modos, no me siento inclinado a decir, como dije ante un intento anterior, hace 3 años y medio Esa es una cooperativa. La diferencia es muy concreta: Este proyecto tiene un liderazgo claro, el de Sergio Massa. Eso le da una coherencia que le faltaba al otro, la sumatoria de Duhalde, R. Saá, De Narváez y unos cuantos de los que aparecen en éste. También le pone un límite, es cierto: No se sumará nadie que aspire a la presidencia.

Tampoco, y esto es más significativo, se ha sumado por ahora nadie que tenga chances ciertas de disputar el poder en su provincia en 2015 (fuera de la de Buenos Aires). Parece que los gobernadores, y los que aspiran con realismo a serlo, no ven en qué puede favorecerlos, en sus distritos, un vínculo con Massa. Se me ocurre – puedo estar equivocado – que por ahora el armado que comenzó a hacer Massa favorece a… Daniel Scioli, que no necesita ni pretende «armar» fuera de su provincia. Él arregla con los gobernadores, y, cuando lo necesita, con el gobierno nacional.

Me apresuro a aclarar que estamos hablando de los primeros escarceos de una larga, larga marcha. Y que no es, por cierto, la 1° vez que una fuerza improvisada pero joven y dinámica vence a aparatos poderosos pero anquilosados. Cafiero venció a Herminio en 1985 en Buenos Aires; Menem venció a Cafiero, y a los caciques provinciales, en 1988 en la nación. El anteúltimo ejemplo, fue nuevamente en Buenos Aires, en 2005, cuando Kirchner derrota al aparato de Duhalde…

Repito, por enésima vez: los aparatos, los punteros, el activismo son necesarios. Pero no deciden las elecciones. Son los votantes, la gran mayoría de los cuales no lee las páginas politicas de los diarios, ni los blogs, los que encuentran a través de un candidato la forma de decir algo que quieren decir. Que son cosas muy diversas, porque los votantes somos muy diversos.

En este armado que empieza a hacer Massa, por ejemplo, en el imaginario que construye, me parece que falta algo. Hay una promesa de juventud y eficiencia, pero no veo nada que pueda atraer, no ya al centro izquierda que Kirchner cortejó y que puede ser reemplazado, probablemente, por los – numerosos – votos fastidiados con los K. No veo nada que atraiga al elemento reivindicativo, nacionalista y distributivo del peronismo tradicional (Están en esa línea, de cuando en cuando, los posteos cuestionadores y afilados de mi amigo Omar Bojos, pero estimo que no alcanzan. Critican a los K, pero no dicen nada de un igualitarismo massista).

¿Se puede aspirar seriamente a triunfar en una elección nacional desde una identidad peronista sin incluir algo de esos elementos? El que viva, lo verá.


La clase obrera va al paraíso

diciembre 28, 2013

clase-obrera-va-al-paraiso

En un posteo reciente La utopía difícil: Trabajo decente para jóvenes, apreciados comentaristas pusieron su énfasis en la necesidad de crear y proteger fuentes de trabajo, es decir, empresas.

Ojo: Estoy de acuerdo. Es algo necesario, reconocido como tal en la tradición peronista, y en toda política sensata. Pero… también me parece que alguien debe defender al trabajador. Y – aunque a veces sean un poco bruscos y arbitrarios – los trabajadores deben defenderse a sí mismos.

Acerco dos noticias de hoy, una internacional y otra local:

«ESTADOS UNIDOS: 1,3 MILLONES DE PARADOS QUEDAN SIN SUBSIDIOS. Fernando Del Corro. Télam

Un total de 1,3 millones de ciudadanos estadounidenses quedará hoy sin seguro de desempleo, al cumplirse las 26 semanas legales de beneficio que establece la ley, a pesar de los reclamos de legisladores de diferentes bancadas como el demócrata Jack Reed y el republicano Dean Heller, ambos senadores.

A ellos, durante los primeros meses de 2014 se sumarán otros 1,9 millones, lo que hará un total de 3,2 millones que medidos en sus efectos familiares se llegará a una suma que rondará los 13 millones.

Esta realidad es el resultado de que las cámaras legislativas obviaron el tratamiento de una prórroga reclamada desde diversos sectores porque prefirieron tomarse vacaciones, lo cual fue calificado como un hecho «escandaloso» por Richard Trumka, el presidente de la central sindical AFL-CIO.

Tampoco quiere decir que al reiniciarse las sesiones ello sea resuelto incluso teniendo en cuenta que la legislación sobre subsidios para los desempleados permite una extensión de los mismos hasta las 90 semanas en casos excepcionales, y la realidad muestra una verdadera excepcionalidad, cosa que no fue tomada en cuenta al darse prioridad al descanso correspondiente a las fiestas de fin de año«.  (completo aquí).

Esta otra noticia salió en El Aconquija, de Tucumán:

«Call Center de Tucumán castigó a los empleados por corte de luz

Cerca de 500 trabajadores permanecen en el lugar sin ventilación y a oscuras. La empresa sólo da agua mineral a los que atienden llamadas. Deberán «devolver» las horas.

Desde hace 24 horas un apagón afecta al call center Atento, ubicado en Avenida Ejército del Norte y Santa Fe, provocando que casi 500 empleados deban permanecer en el lugar sin ventilación y, en algunos casos, sin agua.

Para combatir las altas temperaturas dentro del inmueble la empresa decidió comprar vasos de plástico y agua mineral. Pero sólo reparte el agua entre los empleados que están atendiendo llamados, y los que no trabajan no reciben agua, denuncian empleados desde el lugar.

El generador de energía de la empresa alcanza para que funcionen sólo las computadoras para atender las llamadas de los usuarios. Sin embargo, la oscuridad y la falta de ventilación ocasionó que muchos de ellos decidieran no atender en señal de protesta silenciosa. La respuesta de la empresa fue negarles el suministro de agua mineral a los que sostienen esta actitud, que son aproximadamente 200.

Además, ya se anticipó a los trabajadores que deberán «devolver» a la empresa las horas no trabajadas a causa del apagón durante el mes de enero, denuncian los empleados.

… Este año el diputado Larroque presentó un proyecto de ley para regularizar la situación de los trabajadores de call center, pero el Gobernador José Alperovich viajó a Buenos Aires para pedir a Jorge Capitanich que frene su tratamiento. El mandatario lo reconoció en declaraciones a la prensa a principios de diciembre de este año: «ya Capitanich sabe el perjuicio que nos ocasionarían”.  (completo aquí).

Es sabido que el criterio fundamental para la radicación de los Call Centers en un país o en una región es el costo de la mano de obra. El uso horario y el idioma son factores menos definitorios, y la tecnología moderna ha hecho a los otros elementos irrelevantes. La pregunta es ¿necesitamos éstas fuentes de trabajo?


Empezamos con los pronósticos

diciembre 28, 2013

sorpresa

Quiero tener presente – la voy a usar como consigna – la advertencia del gran físico danés Niels Bohr «Hacer predicciones es muy difícil, especialmente cuando se trata del futuro«. Pero ahora, terminando el año, la tradición, y la tentación son irresistibles. Entonces voy a empezar con los pronósticos de otros – con alguna observación mía – para ver si con eso manejo la compulsión.

Primero, algo que vi hoy en el estimadísimo Ramble Tamble. Artemio López, además de un tipo inteligente e informado, es un kirchnerista de voluntad de hierro. A mí, que soy oficialista por default, y que me lo hacen difícil, eh, la lectura de su blog me sirve para tener la visión K de la realidad, más matizada y alerta que la que uno encuentra en los medios oficiales (Además, es divertido).

El posteo está discretamente anónimo, por eso supongo que es la opinión editorial. Eso sí, lo ilustra – y matiza ¿no les dije? – con el video de un corte de luz…

Las preguntas son las previsibles:

«1-¿Cómo ve el panorama político de 2014?
2-¿Cuáles son los candidatos mejor posicionados para 2015?
3-¿Cree que el kirchnerismo dirimirá la candidatura presidencial en las PASO?
4-¿Cuál va a ser el papel de CFK?»

Las respuestas también lo son, por la definición política de Artemio, pero puedo suscribirlas yo y creo que la mayoría de los compatriotas. Son «surprise free», como dicen los yanquis. Libres del elemento(s) inesperado(s), que siempre aparece, claro. Por eso nos revelan más del presente, que del imprevisible futuro. Y por eso mismo son valiosas.

«2-Es muy dificil cerrar una grilla de candidatos presidenciales tan temprano. Hoy los más expectanbles son Massa, Scioli, Capitanich, Cobos, Binner y bastante más atras Macri, aunque muy probablemente esta saga cambie total o parcialmente en dos años.

3- Muy probablemente el kirchnerismo resuelva las candidaturas – no solo las presidenciales – con una utilización masiva de las PASO…

4- El papel de Cristina Kirchner será de notable centralidad y se constituirá en gran electora de las candidaturas del kirchnerismo – y no solo las presidenciales- que muy probablemente sean más de una y compitan en las PASO.»

Los lectores alertas notarán que en la cuarta puse «kirchnerismo» en negrita, para enfatizar lo obvio: que Cristina será la gran electora de las candidaturas que acepten su conducción (Eso está implícito en las respuestas de Artemio, al incluir a Massa entre los candidatos). Hoy es evidente que el kirchnerismo es la realidad mayoritaria y hegemónica – ambas cosas – del peronismo realmente existente, y la primera minoría, lejos, entre las fuerzas políticas. Que eso se mantenga, es la pugna política actual más visible, y, sobre todo, el resultado, a favor o en contra, de la gestión de gobierno de estos dos años.

Por eso hice algo que aún los lectores distraídos se habrán dado cuenta: Separé la primera respuesta.Dice

«1-Con un mundial en el medio, el año 2014 será un año corto y sin grandes novedades para la política, pues nada sustancial sucederá antes del 13 de julio, tras la finalización.

La última mitad dependerá también en su extensión del mayor o menor éxito de la participación argentina en Brasil. Si se consagra Argentina campeón el espaldarazo al gobierno coronaría un año muy favorable al oficialismo.

De no suceder así, recién en el último cuatrimestre puede esperase alguna actividad de posicionamiento de los candidatos…«.

En esta respuesta me siento obligado a agregar las observaciones mías que advertí al comienzo. Empiezo de atrás para adelante: «alguna actividad de posicionamiento de los candidatos» ¿Cómo se llama lo que hace Massa hoy en el Barrio Náutico Albanueva? ¿Lo que hace Scioli cuando suma a hombres de De Narváez y recibe a De la Sota? ¿Las conferencias de prensa diarias de Capitanich?

Lo del «año muy favorable al oficialismo» asumo que está entre los deseos de un «Próspero Año Nuevo«. Comparto. Y no sólo porque soy oficialista, eh.

Pero «Con un mundial en el medio, el año 2014 será un año corto y sin grandes novedades para la política» me deja preocupado. Sé que es la sabiduría convencional, también en mi viejo barrio. Pero si eso es lo que esperan los que ponen su vida y sus expectativas en la política…

Una advertencia: A la «realidad» – esa convención filosófica de la que participa la economía, la política internacional, las ambiciones y los miedos – mucho, mucho no le importan los mundiales.


Música para el fin de semana

diciembre 28, 2013

En el último finde del año, comparto con ustedes algo que me hizo conocer Oscar Cuervo, «Muda la vana esperanza«, un estilo de autor anónimo – envidie, Don Francisco de Quevedo -, en la voz de Luciana Jury, hija de Zuhair Jury, sobrina de Leonardo Favio y cantante por derecho propio.


Los bonaerenses sean unidos…

diciembre 27, 2013

Colorados en Lujan 2Como he subido al blog muchas crónicas sobre el frente de batalla en el PJPBA (pongan «bonaerense» en el Buscador y verán), me siento obligado a comentar el último evento del año: la elección del Presidente del Congreso. Este es un posteo para adictos al pejotismo, entonces; el resto puede saltearlo sin problema.

La información está en Letra P, con las definiciones a cargo de Fernando Espinoza. Clarín y La Nación hacen hincapié en las diferencias, como corresponde. Se me ocurre que lo interesante es que esa discusión, que relatan con razonable precisión, no fue – como había circulado justamente en los medios – por una hipotética pretensión de La Cámpora a la Presidencia, para compensar lo poco que se les habia dado en el Consejo (La versión ya me parecía descolgada, porque La Cámpora no tiene congresales).

No. El debate fue porque el candidato de la Tercera Sección, Martín Insaurralde, que contaba con el apoyo de Othacehé y otros caciques de la Primera, fue cuestionado por Julián Domínguez. El argumento: si la primacía en el Concejo y en la Junta Electoral habían correspondido a la Tercera y la Primera Sección – el conurbano – el resto de la Provincia – las otras seis Secciones – debía estar representado adecuadamente en el Congreso.

Por supuesto, todos los presentes, con el hábito de mirar abajo del agua que se adquiere en la política, sentían que esto tenia que ver con la carrera por la gobernación en el 2015, donde Domínguez y Randazzo ya están instalados, e Insaurralde acaba de anunciar su intención.

Pero ese no es el punto que me interesa marcar. La 1° y la 3° tenían y tienen los votos para imponerse en el congreso. Pero obligar a la minoría a aceptar una decisión en la que no estaba conforme – y donde no se jugaba un poder decisivo – habría sido un error grave para el futuro. Por eso continúa en la presidencia del congreso la figura patriarcal de Díaz Bancalari, hombre de la Segunda. Creo que esta política de los viejos lobos del PJ bonaerense es una buena lección para los militantes jóvenes.

Hablando de jóvenes, es cierto que el PJPBA necesita darles más lugar. Su imagen, y sus ideas, necesitan ser refrescadas (Estoy proponiendo a algunos amigos que tenga una presencia más activa en las redes sociales. Escucharlas, por ejemplo). Pero algo que vale la pena debe haber ahí. Medio centenar de los peronistas más poderosos de la provincia – y funcionarios claves del Gobierno nacional como Bossio y Berni – se amontonaron hoy en un salón sin aire acondicionado de la Universidad de La Matanza. Eso es esfuerzo militante.


Cortes de luz y el kirchnerismo crítico

diciembre 26, 2013

corte

No me parece una buena práctica copiar los posteos de otros. Especialmente cuando sus blogs son muy visitados. Pero éste de Gerardo Fernández, me impresionó por lo breve y preciso. También porque Gerardo es un militante K, que viene del PI y del Frepaso; su crítica parte de un enfoque ideológico distinto del mío, pero me queda claro que vemos la misma realidad. Y, última razón, en un posteo reciente sobre otros problemas, mi amigo Rogelio Galliano planteaba:

«Será necesario hacer un balance del ”modelo». No con intención de “condenarlo” (al estilo ‘Opos’ + Clarín) ni tampoco la de “absolverlo” (como en la retórica de las ‘Ofos’ sobre la “década ganada”)… Nos interesa que el “balance del modelo” que proponemos esté enfocado en ”identificar, describir y estudiar sus limitaciones específicas” para intentar comprenderlas y reducirlas en el futuro«.

Sobre eso, agrego un comentario al final. Es decir, aprovecho para pontificar.

Dice Gerardo: «La mejor forma de apoyar un gobierno es no esconder bajo la alfombra sus falencias y entender que errarle en la gestión es parte del juego, que no siempre se es infalible y que a la postre, lo que va al disco rígido de la historia es la capacidad de corrección de las equivocaciones.

El kirchnerismo ha dado sobradas muestras de corregir en la acción sus errores. A veces lo ha hecho a tiempo, a veces tarde, a veces se ha encerrado en no tomar medidas que le significaron una hemorragia electoral, pero luego ha entendido y obrado en consecuencia. Esto es importante reconocerlo para plantear que se impone una solución drástica al problema de la energía domiciliaria pero también que hay un déficit de las áreas respectivas de control.

Hay que tratar de enfriar un poco la mirada: es cierto que hay una ola de calor equiparable sólo a la de 1947, tan cierto como que da cosita que a esta altura de los acontecimientos salgan el jefe de gabinete o el ministro de Planificación a hacerse los cojudos con amenazas a las empresas distribuidoras que, la verdad, nadie toma en serio y que si llegaran transformarse en una quita de licencia no cambiarían en mucho el panorama que estamos padeciendo. Los cortes de luz no son novedad porque verano a verano vienen ocurriendo, sólo se necesitaba una ola de calor un poco más extensa para todo volara por el aire ¿No se lo pudo calcular? ¿No se puede hacer nada ante empresas que prefieren pagar multas antes que realizar inversiones porque les sale más barato? ¿De que sirven las inversiones realizadas para contar con más electricidad en términos mayoristas si luego las distribuidoras no hacen lo que les compete a efectos de optimizar el servicio?

Hay datos en el área energética, como en el transporte público, que no son primicias sino remakes de películas que los argentinos hemos venido sufriendo capítulo a capítulo desde hace varios años y frente a esto no sirve ya la excusa ni la explicación del aumento en el consumo o lo millones de aires acondicionados que se vendieron ¿Es que nadie pensó que esos aparatos iban a intensificar la demanda?

Ha expirado el tiempo histórico de la explicación. El tipo quería laburo y lo consiguió, luego el aire y lo tarjeteó. Ahora pide energía eléctrica para encenderlo ¿Lo vamos a culpar? Nada de lo que está sucediendo estaba fuera de las probabilidades y las empresas vienen haciendo un jueguito por todos conocido.

En este drama, el único actor que puede modificar la trama es el Estado. Lamentablemente, hasta ahora no está a la altura de las circunstancias«.

Creo que es necesario tener presente que ningún gobierno, en ningún sistema social, es capaz de prever todas las contingencias. Chernobyl es un recordatorio adecuado. Igual, creo que se puede decir, sin injusticia, que la planificación no ha sido la característica de las gestiones kirchneristas. Desde 2003 a la fecha.

No es que otros gobiernos argentinos hayan tenido un compromiso mucho más fuerte con la idea. Salvo – para los memoriosos – el de Juan Carlos Onganía, que se tomó en serio el asunto, y creó organismos gigantescos con esa misión. Que no sirvieron para prever el Cordobazo, claro. Supongo que esos antecedentes, y otros en el gobierno de Alfonsín, influyeron para que Néstor Kirchner tuviera un prejuicio contra los planes, y prefería confiar en su instinto y su capacidad de improvisación.

Me parece un error, pero no lo veo como el central. La planificación no es la obra de un estadista genial, ni la tarea específica de un ministerio. Es el Estado en su conjunto el que planifica, a través de sus organismos y los cuadros de funcionarios permanentes, que interactúan con la realidad a través de lapsos que van más allá de las elecciones.

Me apuro a agregar que la conducción política le pertenece a los gobernantes electos, o el Estado queda en manos de mandarines que se perpetúan a sí mismos, y a los intereses de su casta. Pero los cargos electivos, y los nombramientos políticos deben rodearse de funcionarios de carrera, que son la memoria del Estado.

Entonces, la crítica fundamental que yo hago de la experiencia kirchnerista es que, salvo en algunas, pocas, áreas no se interesó en reconstruir el Estado. Prefirió, por inercia y por conveniencia política de corto alcance también, mantener el perverso esquema menemista de las concesiones. Que sólo podían mantenerse con subsidios.

Esto fue así sobre todo en los vitales campos del transporte y la distribución de energía. Terminaron uniendo los defectos de la gestión privada y de la pública. En primer lugar, la ausencia de inversión.

Ahora se reclama, o se amenaza, con la estatización. Puede ser inevitable, a la larga, porque la situación actual no es tentadora para inversores serios. Ni es razonable garantizarle los beneficios que exigirían. Pero hay que tener claro que, en lo inmediato, no solucionará nada. Las Empresas del Estado no se ponen en marcha de un día para el otro. Como tampoco organismos de control que no sean los «socios silenciosos» de los concesionarios.

Pero – como señala Gerardo, entre otros – el kirchnerismo siempre está dispuesto a hacer lo que tiene que hacer, cuando no le queda otro remedio. Es posible que se dé comienzo a la reconstrucción del sector, aunque, como en el caso de YPF, los frutos sólo se verán después de un plazo largo.

Si hay algo que me preocupa es que los opositores, con alguna probabilidad de ser los que reemplacen a los actuales equipos, dan por hecho que «tarifas realistas» serán la solución del problema (No es el caso de Miguel Peirano, debo decir, a quién recién escuché en TV; pero no cabe duda que es el «sentido común» de la Oposición). La experiencia de estos años en California – donde el abastecimiento de energía eléctrica tiene dificultades no muy distintas de las nuestras, en otra escala – demuestra que no es así.


Lo que dijo Kunkel y la transición kirchnerista

diciembre 26, 2013
Cristina
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El compañero Carlos Kunkel – hombre del riñón K, si ese órgano existe – hizo para Navidad unas declaraciones que tomaron todos los diarios (agregando «suele lanzar “globos de ensayo” del oficialismo para ver qué repercusión tienen» (Clarín), «su palabra anticipó cada dos años los pasos que daría el matrimonio Kirchner» (La Nación), entre otras especulaciones).

Veamos qué dijo, y qué desmintió luego la Presidente:

  • Que Cristina Fernández de Kirchner continuará haciendo política luego de finalizado su mandato, en diciembre de 2015, y podría presentarse en los comicios de ese año como candidata «a algún cargo».
  • Que la elección de autoridades del Partido Justicialista a nivel nacional se llevará a cabo en marzo, dentro de tres meses, mientras que la fórmula presidencial del Frente para la Victoria se va a definir en las PASO, primarias abiertas y obligatorias, de agosto de 2015.
  • Que, en ambos casos, lo mejor sería llegar a esa instancia con una “lista de unidad” alineada detrás de la mandataria. Sin Sergio Massa, hoy con el Frente Renovador: “Los que se fueron, que discutan con Macri. Si hay alguno arrepentido, bien, pero a la cola”.
  • Que, sobre las chances de Scioli y de Capitanich para ser los candidatos del kirchnerismo, Kunkel dijo que será la jefa de Estado quien dará la última palabra para formar esa deseada lista de unidad. «Cristina escucha a todos, no es cierto que no escucha, después ella define la lista en base a la que nosotros le presentamos. No veo que haya otra forma«.
  • Que «los que no estén de acuerdo con nuestra lista podrán presentar la propia, para eso es la democracia«.

Hoy la Presidente negó rotundamente que exista algún tipo de perspectiva para cualquier candidatura en 2015. «No hay ninguna posibilidad para ningún cargo electivo«. «Sucede que Carlos me quiere mucho«.

En el blog, entre otros lugares, vengo insistiendo hace tiempo que hemos entrado en la etapa más difícil – y quizás la más valiosa estratégicamente para el peronismo, porque si la maneja con acierto dará un paso decisivo en su institucionalización. Esto es así por la misma razón que hace del peronismo la fuerza política en mejores condiciones para garantizar gobernabilidad: su Jefe, aceptado como tal por la gran mayoría, es el hombre o la mujer que llega desde el peronismo a la Presidencia de la Nación.

Aclaremos que eso no es una inclinación particular del peronismo: tiene que ver con el presidencialismo inserto en nuestra Constitución… y en la cultura política argentina, desde que existe como tal. Recordemos que el mediocre Figueroa Alcorta derrotó las maniobras de nada menos que Julio Roca, simplemente porque tenía la Presidencia.

A los hechos. En realidad, a las expectativas – la Dra. Fernández, y la realidad, ambas damas, tienen el privilegio de los cambios imprevistos. Pero las expectativas influyen los hechos que producimos, van formando la realidad. Estoy a favor, me parece lógico y deseable, que el kirchnerismo, la versión dominante del peronismo desde hace 10 años, desde que llegó a la Presidencia, perdure como una corriente interna del peronismo cuando deje ese lugar. Ha aportado una militancia – y una parte de la generación dispuesta a asumir un compromiso político – que hoy no está expresada por ninguna otra corriente, o figura.

Ahora, el problema clave es que esa militancia se expresará – tiene que expresarse – en la lucha por mantener o imponer liderazgos. Esa es la política, en los seres humanos. En Argentina, inevitablemente significa la pugna por candidaturas presidenciales.

En La Nación de hoy aparece este cuadro de situación de la interna del kirchnerismo. Desde una mirada opositora, por supuesto, pero sensato y con buena información. Ahí habla de una «crisis de identidad» en Unidos y Organizados, la sigla que reúne a las agrupaciones kirchneristas (y cristinistas, si la distinción tiene sentido), una falta de rumbo. No es sólo «mala leche»; es que no está definida la candidatura a apoyar (Y alguna de las diferencias que menciona tiene que ver con que esas agrupaciones están mirando en distintas direcciones).

Corresponde señalar que todas las variantes del peronismo enfrentan esta necesidad de definir candidaturas. Aún los aparatos de la mítica Tercera Sección bonaerense – la Ciudad Santa del peronismo, desde que perdimos Rosario – necesitan un buen candidato para ganar. Y una buena política. E si non, non, dirían los viejos castellanos.

En el caso K, la propuesta de Kunkel aparece plausible. Más allá de las aspiraciones de Alberto Fernández  o algún otro, Cristina es la referencia inevitable de una corriente kirchnerista. Un cargo electivo, la pugna por él, brindarían, puede pensarse, concretarían esa referencia, y le darían permanencia en un gobierno peronista encabezado, también es inevitable, por alguien que se plantearía su propio liderazgo (Si no fuera capaz de hacerlo, tampoco lo sería de llegar a la Presidencia).

La reluctancia de Cristina, o por lo menos sus dudas, también tienen una base racional. Así como hay un voto «cristinista» importante – en la Capital alcanza a un 20 %, pensemos! – también hay un voto de, por lo menos, cansancio con la experiencia kirchnerista. Más allá de las convicciones de los militantes, y la propaganda de los medios afines, los resultados de Provincia de Buenos Aires, por ejemplo, han sido elocuentes. La Presidente, el peronismo en su conjunto, debe evaluar si está en condiciones de triunfar sin esos votos. Y va a hacerlo muy cuidadosamente. Perder está mal visto entre los peronistas.

Estas breves y superficiales reflexiones – no pretendan demasiado con este calor – estarían más que incompletas, falseadas, sino hiciera mención al desafío decisivo: mantener las variables económicas bajo control, evitar un empobrecimiento brusco de mayorías. Si eso pasara… como dicen los yanquis, se caen todas las apuestas. Todas.


La utopía difícil: Trabajo decente para jóvenes

diciembre 25, 2013

rosie-the-riveter

Dicen que soy convencional, pero en Navidad no quiero entrar en los detalles sórdidos de la política local. O en los de la internacional, más sórdidos todavía. Por suerte mi amigo Pablo Tonelli me hizo llegar en estos días uno de sus artículos didácticos. No trata de un tema navideño, es cierto: Describe la evolución del capitalismo de los últimos 40 años, y su impacto en la transformación, la degradación, del trabajo.

Pero encara, y nos ayuda a encarar, un problema clave para el futuro de la sociedad argentina (más que las elecciones del 2015): la falta de trabajo digno y estable para nuestros jóvenes. No con sentimentalismo, sino con definiciones. Además, se basa en trabajos de estudiosos argentinos, Julio Neffa, Emilio Pauselli, y Guillermo Pérez Sosto, que también es un amigo personal. Y rescata de uno de ellos una frase que quiero apropiarme “»No han visto a sus padres trabajar”, dicen los instruidos, y concluyen con sabiduría que lo que no han visto no se puede hacer. Esto inaugura un mundo en verdad notable, en donde todo el que no haya visto a sus padres tener sexo morirá virgen”.

TRABAJO DECENTE: ¿EXISTE ESO PARA LOS JOVENES ARGENTINOS?

Pablo Tonelli, economista

“No existe tal problema como la inserción de los jóvenes en el mundo del trabajo; el problema real es la escasez de trabajos para los jóvenes” (Emilio Pauselli, “La Cultura del Trabajo y la Danza de la lluvia”).

“El trabajo sigue siendo, en el imaginario social de los jóvenes, el principal articulador y facilitador de los procesos de afiliación y reafiliación social. Las aspiraciones de este segmento en particular en cuanto al futuro giran en torno al anhelo de conseguir un empleo “formal”, en “blanco”, a través del cual puedan percibir un ingreso monetario estable, gozar beneficios sociales, una jornada laboral no superior a las ocho horas diarias, lo que denominan como “un trabajo normal” (Guillermo Pérez Sosto, “Trabajo decente para la juventud argentina “Informe a la OIT)

He utilizado estas  citas de dos investigadores argentinos que hace mucho se ocupan del tema para introducir el objeto de esta nota desde un enfoque económico.  Comienzo con algunas precisiones: La noción de “trabajo decente” pertenece a la OIT (Organización Internacional del Trabajo) y abarca – según Julio Neffa, una autoridad local en temas de empleo – las siguientes dimensiones: trabajo productivo en condiciones de libertad, equidad, seguridad y dignidad, en el cual los derechos son respetados y cuenta con remuneración adecuada y protección social.

“Trabajo decente” sería una noción equivalente a la que utiliza la economía clásica para definir el salario, lo que David Ricardo denominaba el “precio natural” en torno al cual la retribución de los trabajadores oscilaba, o la retribución de la fuerza de trabajo en Marx, es decir equivalente a la canasta de bienes que aseguran su reproducción. Ese “precio natural” del valor del trabajo o esa “retribución de la fuerza de trabajo” debe entonces ponerse en el contexto de una sociedad. A tal efecto voy a sostener que el nivel de las remuneraciones formales al trabajo en la Argentina oscila en torno a ese nivel mencionado, y que la informalidad laboral consiste en pagar al trabajo por debajo de ese precio, por debajo de lo que el salario debería cubrir.

Siguiendo a Julio Neffa, lo que el autor denomina “corrosión del trabajo” es un proceso iniciado a mediados de la década del setenta, en la cual las potencialidades del régimen de acumulación del capital vigente entraron en crisis. Desde el fin de la Segunda Guerra Mundial hasta más o menos 1975, los “gloriosos treinta años” de expansión, marcan una etapa de preeminencia de la actividad industrial manufacturera, de constante expansión del consumo y la inversión privada que tuvo su correlato en un modelo de trabajo “que contaba con garantías de seguridad, gozaba de la garantía legal de la estabilidad y estaba declarado ante la administración del trabajo y el sistema de seguridad social. Los aportes correspondientes otorgaban una protección social que beneficiaba también a la familia del trabajador” (Neffa).

El contexto económico entra en crisis a partir de un conjunto de hechos concurrentes ubicados en los años setenta. En primer lugar, el abandono por parte de los EEUU de la paridad fija de su moneda con el oro y el consecuente “crack” de los tipos de cambio fijos atados a ésta, lo que generó  un fenómeno inflacionario global  y una dislocación de las paridades de las monedas. Se elevó sideralmente el precio del petróleo, hasta ese momento un insumo barato, que engrasaba las ruedas del sistema, las ganancias empresariales se debilitaron y la inversión productiva entró en crisis.  La inflación y la abundancia de recursos monetarios sin ancla en el oro dispararon la tasa de interés internacional a niveles inauditos, los capitales comenzaron a refugiarse en las colocaciones financieras ante la falta de alternativas de inversión productivas rentables.

En ese contexto las industrias emblemáticas de la expansión de posguerra: la automotriz, la de bienes de consumo durable y la textil, entraron en crisis. Los países centrales viraron hacia el neoconservadurismo, con Reagan y Thatcher como ejemplos. Se produjo la llamada “reacción neoliberal” en lo económico con sus conocidas premisas de desregulación, entronización del libre mercado y abandono del rol rector de los Estados. Creció la desocupación y se estancaron los salarios reales. En Japón nació el denominado “toyotismo”, por la empresa automotriz Toyota, que marcó la primera gran trasformación del mundo de trabajo: se impuso la llamada “acumulación flexible”, el modelo JIT, por las siglas “just in time”.

Este sistema irá paulatinamente desplazando al modelo tradicional de producción en cadena, centrado en un gran establecimiento fabril, con una estructura logística para el depósito de sus productos, el modelo llamado “fordista”, por estar inspirado en la fábrica Ford Motors y la elaboración de un único modelo, el Ford T., de un solo color, negro. Allí existía una cadena de producción manejada por trabajadores manuales de tiempo completo sujetos a una relación salarial estable y permanente, como he descripto. El toyotismo introdujo la flexibilidad laboral, la alta rotación de puestos de trabajo, la automatización en reemplazo del trabajo manual, y el “stock cero” de producción,  que elimina los costos de almacenamiento y produce lo que efectivamente se vende a partir de la demanda conocida. Este fue el inicio de la desregulación del trabajo.

Como es propio del sistema capitalista, este sistema – en su forma plena o bajo modalidades híbridas – se expandió en todo el mundo desarrollado porque permitió restablecer la tasa de ganancia y la inversión a costa de modificar estructuralmente a la baja la relación salarial y las condiciones de trabajo. Los grandes establecimientos se redujeron y porciones de la producción se tercerizaron a proveedores más pequeños, en una búsqueda constante de reducción de costos. La denominada “revolución informática” permitió luego intensificar estos procesos de automatización y relocalización de la producción.

La globalización posterior a la caída de la URSS y el ingreso de China al camino capitalista de otros países asiáticos menores acentuó aún más el fenómeno de la relocalización productiva a escala planetaria de las ET, empresas trasnacionales.

Todo esto proceso modificó radicalmente  lo que se conocía como “empleo típico”, propio del modo de acumulación “fordista”. Implicó, siguiendo nuevamente a Neffa,  la instauración de los contratos de duración determinada, que eliminan la obligación del contrato laboral permanente y permiten a los empresarios ahorrar salarios en tiempos de baja demanda o respondiendo a requerimientos estacionales, la naturalización del trabajo en domingos y feriados sin pago extraordinario, la proliferación de empresas de trabajo temporario ETT, o de servicios eventuales, EST, que “triangulan” la relación laboral. El trabajador realiza su actividad en el establecimiento que contrata los servicios eventuales como cualquier otro trabajador de la firma, pero su relación laboral es con la ETT. También aparece la generación de “pasantías” por tiempo determinado y renovables, que nunca finalizan con contratos definitivos. En resumen, la informalidad laboral ha sido una estrategia del capital para abaratar el costo del trabajo.

La desregulación y flexibilización laboral alcanzaron fuerte expansión en nuestro país bajo el régimen de Convertibilidad. Entre nosotros las empresas más concentradas de las cadenas de valor son las que ostentan una formalidad mayor en las relaciones laborales, pero la estrategia de abaratamiento de costos lleva a la subcontratación de productos o servicios o la venta de su producción a sectores menos capital intensivos y con diversos grados de informalidad laboral, lo que constituye un fenómeno de conjunto.

Dicha informalidad llega en la Argentina al 34,8 % en el entramado productivo, a pesar de haberse restablecido en los últimos años mecanismos propios de la tradición salarial “fordista”, como ser la vigencia de un salario mínimo, vital y móvil, ajustable, la reinstauración de convenios colectivos para la negociación salarial, el retorno de un sistema jubilatorio de alcance universal y la incorporación al mismo de los pasivos que no poseían aportes suficientes para acceder a la jubilación, políticas, que entre otras cosas sumaron más de dos millones de trabajos formales.

La informalidad citada se explica por la vigencia de Regímenes de Contrato  laboral específicos en algunas ramas, como la textil y la construcción, diferentes a la Ley de Contrato de Trabajo, y por la alta informalidad en las empresas más pequeñas de la cadena de valor (1 a 5 miembros). Es claro que identificar el problema de la informalidad global es condición necesaria a su resolución, pero ni remotamente suficiente.

Dentro de este problema, veamos a los jóvenes, objeto de esta nota. Según Guillermo Pérez Sosto “la proporción de ocupados jóvenes con empleo formal sólo alcanza al 30,4 %. La mayoría salta de trabajo en trabajo y son pocos los que conocen la protección legal y la seguridad social”. Y estamos hablando del 20 % de la Población Económicamente Activa (PEA) de la Argentina. ¿Por qué?

Emilio Pauselli afirma provocativo: “En el caso de los jóvenes, se acentúa la cantinela de que hay que recuperar la cultura del trabajo. “No han visto a sus padres trabajar”, dicen los instruidos, y concluyen con sabiduría que lo que no han visto no se puede hacer. Esto inaugura un mundo en verdad notable, en donde todo el que no haya visto a sus padres tener sexo morirá virgen”.

En la Argentina la tasa de desocupación juvenil más que duplica al promedio de la economía. La vulnerabilidad, pobreza e indigencia del sector juvenil superan los guarismos del conjunto de la población.

Así, como la regulación estatal permitió la incorporación de millones de trabajadores al sistema formal y sus imperfecciones, como la señalada vigencia de regímenes laborales por fuera de la Ley de Contratos de Trabajo alimenta la perpetuación de la informalidad en el sector textil y de la construcción, algunas de las políticas “focalizadas” al empleo juvenil que subsidiaban al empleador con el 75 % del salario del “empleo joven” creado constituyeron errores. Primero porque la remuneración elegida estaba por debajo de la remuneración al trabajo habitual en el área o la industria, induciendo a una “selección perversa” en detrimento de asalariados mayores también precarios, y luego estableciendo un horizonte de alta incertidumbre a la continuidad de la relación laboral eliminado el subsidio.

Sólo el despliegue de una política de desarrollo que genere valor agregado, con más industria y tenga como objetivo direccionar el empleo resultante, como empleo complejo, hacia los jóvenes, podrá comenzar a trabajar en la solución de este problema. Hay que crear oportunidades de trabajo que hoy no existen a partir de una fuerte decisión institucional.

Como afirma Pérez Sosto, discípulo de Robert Castel “La temática de la vulnerabilidad, precariedad y desafiliación de los jóvenes interroga a la sociedad, desde el punto de vista sociológico, acerca de las formas de garantizar su cohesión y desde el punto de vista económico, a propósito de su capacidad de reproducción de la fuerza de trabajo”. He ahí el debate.


Caloi y un Dios imperfecto

diciembre 24, 2013

Caloi Dios imperfecto

Uno de los amigos a los que envié como saludo de Navidad este video que subí a la madrugada – también es comentarista del blog, aviso – me mandó en respuesta este dibujo de ese gran artista y compañero, Caloi. Con esa frase! «Nosotros, en cambio, creemos en la existencia de un Dios imperfecto«.

Que da para pensar sobre la naturaleza del Universo y de su Autor, si es que no tienen razón los panteístas o Teilhard, que son lo mismo, que están en camino a eso… Demasiada larga la sobremesa para que me meta en el tema, pero lo comparto con ustedes.