el campo, política y gestión; para cerrar marzo

marzo 31, 2008

Entre las respuestas que provocaron las dos notas anteriores sobre el tema de las retenciones, hay una que me interesó en especial, porque echa luz sobre algo que trasciende al conflicto agrario que hoy sacude la Argentina: la relación entre «política» y «gestión«. A principios de año, empecé aquí a tocar el tema, en ocasión de los despidos de Macri. Acepto lo que dicen muchos, que con frecuencia se levanta la bandera de una «gestión eficiente» para tapar una mala política. Pero también es cierto, y los que queremos cambiar la realidad no debemos olvidarlo, errores o torpezas de gestión pueden convertir en desastrosa a cualquier política. Por eso pongo aquí las válidas observaciones de un amigo que conoce «de adentro» el Estado, las empresas y su relación, y por eso usa el seudónimo literario de Miguel Linares:
«Todos estos días he estado pensando qué lejos de la realidad se puede estar luego de más de 4 años de ejercicio de una función pública, pero además, me llama la atención la falta absoluta de:
* conocimiento de la realidad micro y macro del campo,
* sensibilidad política (a quién se le puede ocurrir, un mes antes de levantar la cosecha, decirles que van a cobrar un 25% menos; enrostrarles que «son los piquetes de la abundacia» aunque lo fuesen ¿para qué decírselo?)
* conocimiento de la economía «heterodoxa». La función principalísima de las retenciones es equilibrar las productividades relativas tan dispares entre la tierra y el capital puesto en la industria, permitir un tipo de cambio competitivo que haga viable la industria y la generación de empleo que esta implica. El aumento de los ingresos fiscales y la redistribución de ingreso que ellas permiten, son un efecto importante pero de segundo plano.
* racionalidad en el diseño y anuncio de las medidas (por qué no las anunciaron para la campaña 2009?).
* humildad y servicio en la acción de gobierno.
Te envio un abrazo.
Todavía les debo lo que pienso sobre la situación creada – una vez que ya se cometieron las macanas. Como el paquete se desenvuelve en estos días, para bien o para mal, y ya no hay tiempo para influir sobre los jugadores, esperaremos a que suceda… lo mejor que pueda suceder. Les comento, eso sí, lo que discutimos entre amigos: si Néstor chocará o no con un muro; mi evaluación personal es que no, no comerá vidrio… porque hasta ahora no lo ha hecho. Para los que conocen viejas historias (por ejemplo, Manolo), pasa por ver si en su formación política han influido más la FURN o Diego Ibáñez.

No es la economía. Es la política, estúpidos (Parte II)

marzo 29, 2008

Vale la pena escribir despacio. Un día después que subí la primera parte de este post, la Presidenta dijo en Parque Norte que “esto que se presenta como un conflicto con un sector económico parece algo más que eso, parece un conflicto político”. Me desconcierta un poco estar de acuerdo, pero igual me parece importante reflexionar por qué un enfrentamiento por intereses es más manejable que un conflicto político. Será simplemente que la lógica de un enfrentamiento por intereses lleva a medir lo que se quiere conseguir y cuánto se puede perder, mientras que – en nuestro país – la naturaleza de los conflictos políticos pasa por vencer y si es posible humillar al rival? Si es así, muestra que la política que hacemos en nuestro país es de muy baja calidad.

Eso sí: para mejorar la política que hacemos los argentinos – que estoy convencido es el camino para mejorar nuestra vida y nuestra patria – es necesario tener claros los hechos – los intereses que se enfrentan en este conflicto. O la política pasa a ser un juego vacío que se alimenta de consignas y prejuicios, y esa es su peor perversión.

Voy a usar los números de la Oficina Nacional de Control Comercial Agropecuario (ONCCA), que son los que tomó Montenegro en su columna de Crítica y reprodujo en su blog Homo economicus, en esta nota que tuvo importante repercusión. En realidad, son los que dan respaldo a la posición del progresismo bien pensante, que en aplastante mayoría (incluso en el mundo blogguero) considera a la protesta del “campo” y los cacerolazos de las ciudades una maniobra de los grandes grupos económicos que instrumenta a los idiotas útiles que no son progres. Yo no saco esa conclusión, por algo que conozco de la política real, por algo menos que conozco del interior argentino y, sobre todo, porque no creo que tanta gente sea idiota en lo que hace a sus intereses:

* Hay 74.115 productores registrados en la venta de soja. Pero 30.583 establecimientos producen hasta 60 toneladas al año. Son explotaciones de 20 a 25 hectáreas y representaron menos del 4% del total de la cosecha del año pasado.

* Si se agrupa a todas las explotaciones de hasta 1500 toneladas/año, se tiene al 96% de los establecimientos que levantaron el 40% de la cosecha.

* En el otro extremo, hay 2.817 explotaciones que acapararon el 60% de la producción sojera.

Esto quiere decir que el 3,8% de las explotaciones controla el 60% de la producción.

¿Y cuáles serían los chacareros que producen con el sudor de su frente el 60 % de la madre soja? Los datos son de Montenegro, con alguna pequeña corrección mía; no son precisos, pero el cuadro que dibujan es el real: Cresud, del que los yanquis acaban de comprar el 9 %, tiene 450.000 hectáreas propias, y administra otras 140.000 (unas cuantas en Brasil). Adecoagro tiene 200.000. El Grupo Bemberg 143.000. Fortabat 140.000. LIAG Argentina 120.000. El Grupo Werthein 100.000. La Biznaga 50.000. Jorge Blanco Villegas 26.000. Reyes Terrabusi 25.000. Los Grobo 17.700.

¿Qué es lo que muestra este cuadro (que repito, no es preciso; la propiedad de la tierra no es el factor decisivo, sino un insumo más. Los Grobo, por ejemplo, cosechan un porcentaje muchísimo mayor que la tierra de la que son propietarios)? Que la “oligarquía vacuna” ya está en la historia, junto a los guerreros del Paraguay y sus viudas. El agro es hoy una industria más, hegemonizada por la lógica del capitalismo moderno, es decir, el financiero.

Pero aquí está justamente el aspecto que me parece fundamental apreciar en este conflicto que está sacudiendo al gobierno: No es con Elsztain, Soros, Bemberg, Fortabat, Werthein. Menos aún con Grobocopatel o con Urquía. Por supuesto, en tanto empresarios del agro tienen, en este momento y en este tema, intereses enfrentados con el gobierno nacional (En otras áreas de la economía, están asociados). Pero al ser un conflicto de intereses, no es difícil de arreglar. ¿Alguien cree que los Kirchner no pueden hacerlo? Y, en mi modesta opinión, sólo viejos izquierdistas que sueñan con hacer la Revolución o ingenuos progresistas que sueñan con que alguien la haga se sentirán obligados a rechazar la idea, en principio. Cualquier gobierno debe negociar con el poder económico, salvo los que son simplemente sus agentes.

El conflicto que se transforma en político, y que sigue siendo el central, como puede darse cuenta cualquiera que lo vea por televisión sin anteojeras ideológicas, es justamente el enfrenta al gobierno con los productores pequeños y medianos del agro, con sus familias, sus acopiadores, sus proveedores, y los cientos de ciudades y miles de pueblos que dependen de ellos. Suman en el orden de un millón de argentinos. A buena parte de ellos, como a los tamberos, les está yendo mal, desde antes de estas nuevas medidas. A otros, como a más de 70.000 sojeros y a los vinculados con su actividad, estos años les han traído prosperidad (A no engañarse: como dice sabiamente Carlos Leyba, en Argentina la guita grossa viene de las privatizaciones y las concesiones, no de las cosechas). Todos, son sobrevivientes. Porque miles de productores tuvieron que abandonar el campo en los años malos. ¿Y es a estos gringos que el gobierno quiere meterles la mano en el bolsillo, para, como ven ellos, financiar el tren bala, ex piqueteros convertidos en funcionarios y aerolíneas que no vuelan? No me parece una jugada muy prudente, pero, bueno, yo no concurrí a la London School of Economics.

Claro, la cosa no es tan simple. Nada lo es. Los empresarios del agro, seguramente el sector más dinámico de la economía argentina, no tienen – no han construído – entidades que los representasen y acumularan poder político, como esa vieja oligarquía lo hizo en otra época de la Argentina. Y al enfrentarse en el gobierno con un sistema de decisiones concentrado y verticalista, han conseguido la adhesión de buena parte de las clases medias urbanas, al que ese sistema las fastidia profundamente. Pero para analizar la realidad que se ha abierto a partir de estos idus de marzo, hará falta otro post.

Continuará


No es la economía. Es la política, estúpidos

marzo 26, 2008

El 12 de marzo, hace dos semanas, cuando la Sociedad Rural, la CRA, Coninagro y la Federación Agraria anunciaron un “paro del campo” contra la política de retenciones anunciada el día antes, comenzó en Argentina un conflicto que – en ese momento – era gremial. Algunos puristas amigos míos, de centro izquierda y urbanos ellos, insisten que es, estrictamente, un lock out patronal. Yo lo llamo gremial porque era, en ese momento, un conflicto de intereses. Se enfrentaba de un lado el gobierno y del otro las bien diferenciadas organizaciones que, más mal que bien, representan los intereses también muy diferentes de los empresarios del “campo”, sojeros, ganaderos, tamberos, algunos apellidos tradicionales a los que les quedan extensiones de las que fueron repartidas por Roca o por Rosas, chacareros gringos del Sur de Córdoba y Santa Fe, sus proveedores, distribuidores… (y quién representa a los pools de siembra, que son un actor muy importante?) Realmente, era necesaria la destreza de un ministro educado en la Universidad de San Andrés y en la London School of Economics para conseguir su unanimidad.

Pero es importante tener claro, pienso, que – más allá de las torpezas que suelen cometer académicos brillantes cuando operan sin intermediación en la realidad – el enfrentamiento era lógico y previsible. Las retenciones – redescubiertas por Duhalde en el 2002 – son la pieza clave de la recaudación, que para este gobierno – que es también el anterior – es la base de su poder. Por supuesto, para cualquier gobierno los recursos son fundamentales; pero en el caso de los Kirchner el superávit y las reservas son más que una herramienta; han llegado a formar parte de su discurso legitimador, como lo fue la convertibilidad para Menem. Otro aspecto a tener en cuenta, para entender a Cristina y a Lousteau, es que diferenciar entre la gran explotación y el pequeño productor es mucho más fácil en el discurso que en la realidad de la recaudación; precisamente, la existencia de los “pools de siembra” agudiza esa dificultad.

Los empresarios del “campo”, esa realidad compleja y diversa, han sido durante estos años socios renuentes del gobierno. Su ideología, hasta su lenguaje, es muy diferente de los políticos urbanos y viejos militantes setentistas que dan el tono de la administración K; pero recordaban los años muy duros de fines de los ´90, se habían beneficiado con Duhalde – no tanto con la devaluación, pues también sus insumos son en buena parte importados; sí, espectacularmente, con la licuación de sus deudas con los bancos y con los monopolios agroquímicos – y los que sobrevivieron o aprovecharon la concentración de la explotación rural, ganaron mucho dinero con los Kirchner. Los resultados electorales del año pasado lo muestran con bastante claridad. Pero estas medidas les anunciaban, sin anestesia, que sus ganancias pasaban a depender por completo del arbitrio del gobierno. Y los del “campo” son humanos; grandes o pequeños, no les gusta que les metan la mano en el bolsillo (al contrario de sociólogos y periodistas progres, que jamás piensan en contratos y mucho menos en sobres)

Continuará


la estrella de Arthur Clarke

marzo 25, 2008

Estuve algunos días alejado de Internet y no comenté la muerte de Sir Arthur Clarke. Fue una noticia importante para mí, que había leído de pibe (en «Vea y Lea» ¿alguien la recuerda?) El fin de la infancia , su primera novela y quizás – espero me disculpe – la mejor. Después, Porrúa (en cuyo nombre haya paz) la publicó en Minotauro, una de las primeras editoriales dedicadas a la ciencia ficción en castellano (y también quizás la mejor). Después lo he seguido leyendo, en castellano y en inglés, con mayor o menor fascinación, pero siempre con el interés que despierta una mente inteligente.

Pero no sé si este blog – que se ocupa de política, economía, Argentina e Iberoamérica – es el lugar para escribir sobre algo que importa a los que compartimos una inclinación por un viejo sueño fáustico – el viaje espacial – que Mumford y C.S. Lewis desaprobaban. Entonces, simplemente les ofrezco, in memoriam, si quieren leer en castellano uno de sus cuentos, «La estrella«. Tiene su estilo literario límpido y el aguijón en la cola, que – les aviso – sobresaltará a mis amigos devotos. También tiene una introducción por Esteban Ierardo que no me convence, pero el editor de «El hijo de Reco» no es quién para cuestionar introducciones.


diferentes usos de la memoria

marzo 18, 2008

Hoy Laura Podetti me avisó que «conseguí la sala Borges de la Biblioteca Nacional para presentar el libro de Amelia. El 30 de abril a las 19 hs. Hablarán Ana Colotti, Ramiro Podetti, Horacio González y María Cristina Reigadas, con mi coordinación». Y me quedé recordando a Amelia Podetti y su apasionado combo de amor y polémica con Hegel (Yo la chicaneaba con los sarcasmos antihegelianos del Círculo de Viena, pero aún un empirista como yo tenía que reconocer que el viejo filósofo era el último que había tratado de enfrentar el Todo). Ella se enfrentaba a su vez al germano – a través de dos siglos – tratando de ayudar a elaborar una visión propia del Todo desde América, nuestra América. Siento que una muerte temprana – en 1979, Dios! – nos privó a todos de un pensamiento rico y, sobre todo, ambicioso. Se me ocurre que las tensiones de aquellos años aceleraron su fin, pero Amelia sería la primera en rechazar la victimización fácil.

La reflexión que quiero compartir con Uds. es que la memoria, que es también una herramienta, puede ser usada por una sociedad, un país, en dos formas. Una puede ser para construir un ideal estático, un mito, con héroes inmaculados y villanos muy malos – o, más pol. corr. – equivocados. Los viejos libros escolares de historia patriótica son el ejemplo clásico, pero hay muchas variantes modernas.

La otra es la que alude Borges (el libro se presentará en la sala que lleva su nombre, no?) cuando dice que nosotros creamos a nuestros antepasados. En esta, la función de la memoria es vincular. En Argentina hay muchos y buenos filósofos – es en las ciencias prácticas donde tenemos carencias – pero me queda la sensación que – en el tiempo de la muerte de Amelia – se interrumpe un proceso de… meditación colectiva que había tomado fuerza en los `60. ¿Será retomado?


Cuba, «La Nación», «Barcelona» y un blog

marzo 12, 2008

Hace algunas semanas, cuando anunció su nueva ocupación como columnista, prometí escribir sobre Fidel (y mi amigo Leo, desde Ibiza, me lo recuerda). Reconozco: es una de las muchas promesas pendientes que largué en algún momento en este blog como en «Reco». Eso sí, no me interesa repetir banalidades o slogans, así que voy a esperar hasta que sienta que tengo algo que aportar. Pero por casualidad, tropecé con la página de Yoani Sánchez, Generación Y. Sabía de ella por una nota en «La Nación», pero era el reportaje clonado que se hace al disidente del mes. Y yo respeto siempre y a veces admiro al que tiene el coraje de disentir en su sociedad, pero no los ayudan los medios que, como el diario de los Mitre, los encajan en el molde de su propio esquema (el del diario).

Y la revista Barcelona, que a menudo saca ironías muy punzantes (recuerdo un título «La distribución de ingresos ya se hizo. Lamentablemente, no alcanzó para los pobres«) se mandó en este último número una berretada de signo opuesto al de La Nación: en la nueva Cuba iban a hacer una campaña de analfabetismo y desnutrición, pero en compensación los cubanos iban a poder subir videos a YouTube… Pensaba en esas dos cosas mientras leía el blog de Yoani, que – de paso – no me fascina como análisis político: como argentino sin ilusiones, me pareció ingenuo. Pero también me parece un blog cubano, y creo que dice algo de lo que sigue en Cuba, por encima de los esquemas «democráticos» y los «progres». Hasta que me desengañe, si lo hace, Generación Y quedará entre las «Páginas» en la portada del blog


viejas fotos

marzo 12, 2008

Un amigo de muchos años, Ramón Vázquez, periodista, filósofo y nostálgico, me envió ayer una nota de Beltrán Mena, médico y columnista, que apareció en El Mercurio de Chile. Me pareció bueno compartirla:

«En los ochenta acostumbraba leer revistas de fotografía. Estaban dedicadas a la comparación de lentes y emulsiones, control de perspectiva, filtros, técnicas de revelado… Esas revistas profesionales transmitían un tácito desprecio por la fotografía de las Kodak Instamatic, del álbum magnético, del rollo gratis, de manera que fue refrescante leer un día la opinión entusiasta de un articulista acerca de la fotografía cotidiana y popular.

El autor del artículo afirmaba que esas miles de cámaras de plástico eran las verdaderas responsables de registrar la vida. Bautizos, paseos de curso, amores de verano y de invierno, el auto nuevo… Los humanistas del futuro volverían a esas fotos cuando quisieran asomarse a la verdadera vida del siglo XX. Porque no serían los paisajes metafísicos los que les dirían qué deseaban, qué buscaban los perdidos ciudadanos de nuestro tiempo.
La idea me asalta cada vez que alguien saca del bolsillo una cámara digital y registra el momento. Nunca se han tomado tantas fotos, nunca se han podido ver más rápido ni enviar con más prontitud.
Y nunca ha sido tan grande el engaño. La misma sobreabundancia hace que nada se conserve. Con ponerle un nombre al archivo damos por resuelto el asunto. Pero se van, se las lleva el viento binario. Las fotos se multiplican, pero no están en ninguna parte. Desaparecen con un cambio de computador o con un cambio de formato. El DVD de hoy será tan difícil de leer para el antropólogo del siglo XXII como para nosotros las cintas magnéticas de los 70.
La borrosa foto de la Kodak Instamatic nunca se tiraba. Y un día, ordenando un closet, uno encontraba una caja de zapatos. Una hora más tarde, alguien nos sorprendía, el closet aún sin ordenar, quizá riendo, quizá suspirando, pero habitantes del tiempo»

Me gustó. Pero también tengo ganas de copiar aquí la respuesta a mi amigo:

«Querido Ramón, por una vez estoy de acuerdo con vos. No tengo que esperar la inevitable degradación de los CDs, ni que Linux provoque la merecida quiebra de Microsoft. No. YA HOY ME RESULTA IMPOSIBLE ENCONTRAR EN EL FORMATO DIGITAL FOTOS ORIGINALES MÍAS CON PELO!, mientras que están disponibles – es cierto, un poco ajadas – fotos tradicionales en que aparezco con la cabellera completa.

Pero, mi querido amigo y compañero, la solución no está en renunciar a la tecnología, como pretendería, por ejemplo, Jorge Rulli. Al contrario, es necesaria una nueva invención. Como miembros del viejo Club Argentino de Ficción Científica, ambos sabemos que está, curiosamente, muy demorada: el viaje por el tiempo»


Capítulo II: la guerra que no sucedió

marzo 10, 2008

Cuando terminaba el post anterior, dije que lo iba a continuar el día siguiente. Está bien, había hecho notar la asombrosa armonía entre la posición oficial del gobierno argentino y la de los columnistas de los grandes medios (que en las democracias modernas, esto es, capitalistas, son poderes políticos de primer orden) y, lo más sorprendente para mí, que estaban de acuerdo en una postura razonable. Pero, para ser franco, que para eso sirven los blogs, no me imaginaba que en menos de 24 horas los presidentes y cancilleres de los países latinoamericanos, reunidos en la hermosa Santo Domingo, cerca de donde yo pasé mi luna de miel, iban a ponerse de acuerdo en esa postura razonable. Lo que había empezado con el dramatismo de una ópera, terminaba con las sonrisas y la rapidez de una comedia musical. El Hugo, siempre en el centro de la escena, se revelaba como cantor de merengues, y Uribe, en la imagen de galán latino, se abrazaba con todo el mundo y le robaba un beso a nuestra presidente.

Por supuesto, como las comedias tienen menos rating en los diarios que los dramas, ese mismo día, el sábado 8, bajaba bruscamente su espacio en las tapas en toda América, hasta en el no capitalista Granma. Y el domingo habíamos vuelta a la normalidad: el tema era una noticia más. En La Nación, Morales Solá decía que el resultado era justo, claro, pero Cristina Kirchner debía darse cuenta que la cercanía con personajes como Chávez no la favorecía; mientras que en Página 12, Verbitsky, el casi blogguero Mario Wainfeld y el resto, aplaudían la coincidencia de presidentes progresistas (Alan García es progre otra vez? Y Felipe Calderón? caramba) que había conseguido este triunfo para la paz y la democracia. En el plano internacional, el abuelo Fidel Castro Ruz, que ahora también es columnista, explicaba «El único derrotado es el imperialismo», y el resto de los medios internacionales… en la página 24.

Hablando seriamente: es cierto, ha sido un triunfo para la diplomacia de nuestros países. Ningún resultado sería peor para nuestra América que una guerra entre Colombia y Venezuela, especialmente si le añadimos la casi segura intervención de los EE.UU. (Y si alguien piensa que una guerra era imposible, porque sólo grupos minúsculos podrían fantasear con obtener ventajas de ella, está subestimando la estupidez humana).

Para Argentina, en particular, el hecho que el acuerdo se alcanzara en el seno del Grupo de Río tenía una ventaja adicional: implicaba la participación de México. Y México es el otro gigante de la «América antes española», y su presencia nos ayuda a equilibrar el peso de Brasil. Seguro, Brasil es nuestro socio inevitable, y la alianza con él es la piedra basal de cualquier política internacional argentina posible. Pero México, como Venezuela, son relaciones necesarias para que la alianza no se transforme en satelismo.

Entonces? Alejados los reflectores del escenario de la opinión pública, este episodio nos deja algunos temas para reflexionar los que nos interesamos por el destino de nuestras patrias. Un hecho puede ser sólo coincidencia: que Raúl Reyes, bombardeado en Ecuador, e Iván Ríos, el jefe de las FARC muerto a continuación, habían participado en negociaciones. Otro, si bien es de fundamental importancia, juega igual para todos los bandos: que Colombia sea el principal productor de cocaína en el mundo explica que las FARC sean la única guerrilla campesina que aún sobrevive en América; pero los paramilitares y el mismo gobierno de Uribe intervienen necesariamente en ese negocio. Y hablando de negocios, ¿será también casual que en estos días, según el Wall Street Journal, Massimo D´Alema, ministro italiano de Relaciones Exteriores anunció que la italiana ENI y la venezolana PDVSA invertirán entre 10.000 y 20.000 millones de dólares en la franja del Orinoco?

Las especulaciones pueden ser muchas, e Internet está lleno de ellas. Siempre digo que no creo en conspiraciones complejas, porque sé lo difícil que es hacer funcionar una simple. Pero hay un elemento en este drama, el rol de los EE.UU., al que aludí al final del post anterior, que salta a nuestra atención de la misma forma que la extraña conducta nocturna del perro en la famosa historia de Sherlock Holmes -«Pero, Holmes, el perro no hizo nada durante la noche»-«Esa fue la conducta extraña, Watson».

Entiéndame, amigos. No pretendo decirles que en la muerte de Raúl Reyes no hubo participación yanqui; hay elementos hasta técnicos que lo indican convincentemente. También parece evidente la mano de organismos de inteligencia norteamericanos en las historias difundidas después del hecho sobre los indicios que se habrían encontrado en la computadora de Reyes; pueden ser ciertas, claro, pero se parecen tanto a otras que se han difundido en las últimas décadas! Otra cosa sería absurda: Colombia es el teatro de operaciones más importante para los EE.UU. al sur de México; su compromiso, en dinero y en hombres, es oficial y voluminoso. Bush, y también McCain, Hillary y Obama lo han reafirmado. El esforzado Roberto Bardini ha publicado un inteligente artículo donde argumenta que, antes que el rol de Israel, Colombia juega en la América del Sur el papel que jugó Honduras en Centroamérica durante mucho tiempo. Colombia no es Honduras, ciertamente, pero Uribe no tiene otra opción política.

Pero todo estos razonamientos no cambian el hecho, testarudo como todos los hechos, que en esta crisis, que involucraba a su principal Estado cliente en América del Sur, gobernado por su aliado más cercano, y a su principal proveedor de petróleo regional, gobernado por su autoelegido antagonista, los EE.UU. tuvieron una postura discreta, fuera de los reflectores, y evidentemente positiva. (Evidente excepto para aquellos que creen que Bush es el diablo y que, como tal, su único objetivo es engañarnos. Yo creo que Bush puede ser una persona muy mala, pero no pienso que tenga interés en nuestras almas).

Mi conclusión tentativa es que EE.UU. no tiene una política para el hemisferio. Tiene una política de seguridad para la región, de la cual el organismo más importante es seguramente el Comando Sur, y una estrategia diplomática que el Departamento de Estado aplica coherentemente en casos como la crisis que acaba de terminar, pero eso no reemplaza el pensamiento estratégico que falta. Sin duda lo elaborará, cuando haya definido otros temas que hacen a su propio destino como sociedad, proceso de definición en el que está embarcado y del cual las próximas elecciones son simplemente la parte más visible. Un ejemplo, para hacer claro de lo que estoy hablando: los Tratados de Libre Comercio tienen aspectos negativos para nuestros países, en especial para los medianos como Argentina y grandes como Brasil; los hemos debatido. Pero también debemos tomar en cuenta las consecuencias para los norteamericanos, por la sencilla razón que ellos van a considerarlas.

Por ahora, después que en 2001 la administración Bush decidió involucrarse militarmente en Asia Central y Medio Oriente, los gobiernos latinoamericanos gozan de un margen de maniobra impensable en otras circunstancias históricas. Debemos saber usarlo.


Colombia, Ecuador, Venezuela y el Medio Oriente (I)

marzo 6, 2008

Aunque no creo – como repetí muchas veces – que el tamaño de los titulares de los diarios marque la importancia, no podía dejar de hablar de esto. Ni a mí ni a nadie que le importen los intereses y el destino de su patria puede dejarle indiferente la posibilidad de una guerra en Sud América, en especial una que llevaría fácilmente a una intervención directa de los Estados Unidos.

Igual, he tardado en escribir. Siempre digo que uno no debe hablar si no va a mejorar el silencio, y – en este caso, para mi asombro, el gobierno argentino no cometió imprudencias ideologizadas (salvo que se piense que viajar a Venezuela es malo en sí mismo. En todo lo demás, acompañó a Lula en encauzar y contener la crisis, manteniéndose en comunicación con el Departamento de Estado yanqui. O por qué creen que Shannon nos elogió?), y nuestros “formadores de opinión” en los medios no consideraron que su tarea era definir quiénes eran los malos.

Esto no es un sarcasmo dirigido a blancos fáciles como políticos y opinólogos. Los argentinos, y en general los hispanoamericanos, tendemos a ver la política internacional como una historia de buenos y malos, o de agresores y víctimas. Tal vez se deba a que ninguno de nuestros países ha tenido todavía protagonismo en las luchas por el poder mundial. Entonces, tendemos a tomar posiciones con mentalidad de espectador: éste es mi bando, el de los buenos! Aún cuando buscamos nuestro interés (buena parte del tiempo, por suerte), envolvemos la postura en un discurso principista menos hipócrita que el de los anglosajones, pero que nos ata mucho más. (En la guerra del Atlántico Sur, a Argentina le era difícil aceptar la solución de las tres banderas, porque las Malvinas son argentinas…)

Tal vez hemos madurado algo. O la imagen del Medio Oriente, con sus guerras en serio, (Chávez es el primero en evocarla, cuando dice «Colombia quiere ser Israel») puso sobriedad. Así, Morales Solá en La Nación, vocero de lo que pasa por derecha en nuestro país, denuncia, por supuesto, «la intromisión de Hugo Chávez en las cuestiones internas colombianas«, pero sentencia que «la decisión de Uribe de incursionar en territorio ecuatoriano es ciertamente reprochable. El respeto irrestricto de las fronteras nacionales es el método más valioso que ha encontrado la humanidad para preservar la paz entre los países« y reconoce que «Brasil, Chile y la Argentina se están levantando como un eje estabilizador de la potencial desestabilización«. La Embajada no lo habría dicho mejor.

No estuvo solo. Un sorprendente (para mí, que no recuerdo haber estado conceptualmente tan de acuerdo con un escrito suyo) editorial de Horacio Verbitsky en Pág. 12 denuncia, por supuesto, la reivindicación de Uribe de la doctrina de la guerra preventiva, que «destruye las bases jurídicas que permiten la existencia de una comunidad internacional organizada sobre principios racionales y con intenciones pacíficas. En su lugar consagra la ley del más fuerte«, y reivindica a «los presidentes de la Argentina, Brasil, Bolivia, Chile, Ecuador, Paraguay, Venezuela y Uruguay (que) coinciden en buscar una salida negociada, porque éste es el tiempo de la democracia y de los medios pacíficos y no el de la lucha armada para la toma del poder (et tu, Horacio?) y el establecimiento de la dictadura del proletariado«. Agrega Verbitsky: «desentonaron el presidente venezolano Hugo Chávez y el ex presidente de Cuba, Fidel Castro. Chávez ordenó por televisión enviar divisiones de tanques a la frontera colombiana. Es sólo una bravata verbal, … contribuye a la creación del clima bélico que para nada conviene a Sudamérica. Desde su retiro, Castro escribió que oye sonar “las trompetas de la guerra”. Está claro que no la desea, pero mentar su posibilidad es imprudente…» Nuevamente, la Embajada no lo habría dicho mejor.

Aún Oscar Raúl Cardoso , que no ha estado tan elocuente como cuando hace poco escribía sobre «Chávez y el sueño de la Gran Colombia», publica en Clarín «La «Doctrina Bush», de la mano de Uribe en la región«, marcando «una clara violación de la soberanía ecuatoriana por Colombia«, pero agrega «América Latina tendrá que analizar con detalle si los gobiernos de Ecuador y Venezuela permiten a las FARC utilizar sus territorios como lugares de ocasional santuario y refresco … Ofrecer refugio a una fuerza insurgente de un país vecino constituiría una clara intromisión en sus asuntos internos» Pfiuuu!

A pesar de algún tono irónico que se me escapa, me parece valioso y necesario que – sin abandonar nuestras ideologías y nuestros intereses – podamos examinar la realidad en toda su complejidad. Me hartan los amigos y no amigos que llenan Internet en particular con denuncias de esos agentes del Mal, Bush/Uribe o Chávez/las FARC (Ud. elige), frente a los cuales todos los demás son cómplices, instrumentos inconscientes o víctimas. No tengo dudas que los cuatro son tipos/entidades jodidas, pero nunca supe que el poder fuese ámbito de carmelitas descalzas.

Me parece interesante agregar a esta modesta recopilación el mensaje de un amigo que introduce algunas ideas menos convencionales que las que aquí se mencionan, que tiene que ver con su conocimiento del Medio Oriente. Edgardo Arrivillaga es un estudioso de política internacional y temas militares, a quien pregunté hace unos días sobre su opinión en cuanto a las posibilidad de una guerra abierta (tengan en cuenta que nadie puede sospechar en Edgardo simpatías por la guerrilla u hostilidad al Estado de Israel):

«No creo que llegue la guerra… No se empiezan con frases declamatorias “Ministro, envíe 10 batallones a la frontera!”…

La muerte de Reyes es la muerte de la opción negociadora en favor del ala dura de las FARC y también del ejército colombiano; ambos apuestan a lo mismo…

Curiosamente, esta crisis le da a las FARC una oportunidad para lograr legitimidad como actor político, pero para eso deben terminar con los secuestros y bajar su línea de exposición con el narcotráfico.

La entidad palestina tiene representación política, embajadores y celebra elecciones. Nada de eso se ve en las FARC, enorme grupo de tareas desde hace 60 años.

Colombia es el aliado norteamericano como lo es Israel, pero quien cumple el rol equilibrante de Egipto es Brasil.

Brasil ha ganado espacio porque es prudente y tiene un poder militar disuasivo real. Diplomacia competente, también profesionalismo militar.

Por una vez la posición de nuestra cancillería, que en general critico, fue la razonable. No podían hacer otra cosa y yo mismo podría haber redactado los puntos del acuerdo. Era algo de sentido común.

La posición argentina es inevitable porque es la posición del Brasil. Desde luego que esto liquida las fantasías bolivarianas. Nuestros intereses nacionales consisten en mantener bien lejos la balcanización de la América del Sur y formar un bloque de países moderados junto a Chile, Perú, Uruguay y obviamente Brasil. Es el MERCOSUR más Chile y el Perú.

Pero para esto hay que armarse y terminar con la política de los profetas desarmados o de chantas verborrágicos como D´Elía»

Creo de todos modos que algo falta en este repaso – como en Medio Oriente, una presencia que no se propagandiza pero está – el rol de los Estados Unidos en lo que pasó y en lo que puede pasar (dejando de lado a los que se limitan a señalarlos como la Fuente de Todo Mal). Pero este post es muy largo y voy a seguirlo mañana.

 


Macri y la inundación

marzo 1, 2008

Ayer, 28 de febrero, se inundaron algunos barrios de Buenos Aires. Esto sucede casi todos los años (aunque esta vez el agua volvió a cubrir la zona de Juan B. Justo y Corrientes, que hace casi un lustro que zafaba). Pero puede ser que los daños más notorios sean a las chances de Mauricio Macri en la política nacional.

No hay que engañarse: sus chances, en principio, no son malas. Si el clima político argentino cambia en el 2009 como lo hizo en el ´97, las alternativas a los K sobre la mesa no son tantas. Y Macri es el que puede sumar – como hizo en la Capital – al voto antikirchnerista una parte de los votantes peronistas.

A algunos, como a mí, puede fastidiarnos que los combates mediáticos que eligió dar sea contra los más débiles: los empleados con contratos basura, los cartoneros (la revisión de algunas concesiones estuvo mejor, pero no le dió tanto bombo. Y del juego no dijo ni hizo nada). Además, por supuesto, está en la Capital el progresismo bien pensante que rechaza automáticamente a una derecha racista y reaccionaria que le corta sus contratos. Sin embargo, para la mayoría de los votantes no son temas decisivos: los sectores medios sin conciencia social – y algunos de los que ostentan tenerla – prefieren los pobres a la distancia. Y los pobres (qué se le va a hacer, en su mayor parte son peronistas)… prefieren un gobierno que brinde servicios: salud, seguridad, por ejemplo, al progresismo que le brinde lindos discursos y festivales de cine independiente. Si la economía empezara a andar mal…

Pero ahí está la madre del borrego (ahogado): el votante de Macri espera que gobierne bien (y no entra en disquisiciones filosóficas sobre la naturaleza del bien). Y si el Mauricio no demuestra la muñeca necesaria…, se le viene la noche.

Por eso quiero compartir con Uds. esta nota de Silvia Mercado, en el sitio de Ignacio Fidanza. Tengo diferencias con ella, que alguna vez discutí en El hijo de Reco. Pero comparto – y me constan – sus juicios sobre la incapacidad en la gestión pública que están mostrando la mayoría de los gerentes de Macri. Y – más allá de las campañas y las estrategias mediáticas – un gobernante se prueba en la elección de sus colaboradores.