Leyendo estas declaraciones del ministro israelí de Defensa, Ehud Barak en Davos «No hacer frente ahora a Irán para evitar que tenga armas nucleares terminará siendo mucho más peligroso y costoso, tanto en término de dinero como de vidas«, recordé que mi amigo Eddie, nuestro corresponsal en Atlanta, me acercó esta nota de tapa de la revista de este domingo del New York Times: Will Israel Attack Iran? Un análisis muy completo, exclusivamente desde el punto de vista israelí.
No lo traduje – es largo, y no tengo la energía sobrante. Las traducciones de Google… no me convencen. Pero además se me ocurre que los que están en serio interesados en el tema pueden leer inglés. Probablemente ya lo han encontrado en la Red.
Pero quise compartir el link con ustedes, porque lo poco que he escrito sobre el asunto – en forma superficial, además – refleja mi opinión que el hecho que todavía no se ha producido un enfrentamiento armado, ni un ataque a las instalaciones nucleares de Irán, indica que los EE.UU. no perciben, por ahora, una amenaza directa a su seguridad ni a sus intereses vitales. Un vistazo a la actualidad política norteamericana, muestra que por todas las manifestaciones de solidaridad con Israel y compromisos con su seguridad, los EE.UU. no están ansiosos por aumentar el drenaje en hombres y recursos que ya les ha provocado el Medio Oriente.
Por supuesto, hay un poderoso lobby pro-israelí, que reúne no sólo a un sector de la colectividad judía sino a los neocon que apoyaron la aventura de Bush jr. en Irak. Pero salió demasiada cara, no tuvo los resultados que esperaban, y eso disminuyó sensiblemente su peso en la dirigencia norteamericana. Por ahora, los EE.UU. parecen conformes en llevar adelante, acompañados por los servicios secretos israelíes, una guerra clandestina de sabotajes y asesinatos para entorpecer el programa iraní. Y ejercer presión diplomática sobre sus aliados, entre los cuales, recordémoslo, estamos nosotros.
Pero hay otro actor en la escena, que mostró en el pasado capacidad de iniciativa propia. Y ese sí se siente directamente amenazado por una eventual capacidad nuclear de un estado que se proclama enemigo. Este año 2012 sería, según las evaluaciones de los expertos. la fecha límite para destruir el desarrollo nuclear independiente de Irán. No es que Israel esté unánimente decidido a atacar. A las posiciones del primer ministro Benjamin Netanhayu y del ministro de Defensa Ehud Barak se han opuesto públicamente, por ejemplo, el anterior jefe del Mossad y el Jefe del Estado Mayor. Pero los que tienen la decisión final son aquellos…
Entonces, un análisis realista debe asumir que un ataque «quirúrgico» es posible. «Quirúrgico» es cómo será bautizado por sus autores, si lo hacen. Pero ese mismo realismo me fuerza a pensar que probablemente destruirá algo más que laboratorios y facilidades de producción, si lo consigue, claro. Debilitará las barreras entre persas y árabes, entre Sunna y Shia, acercará a Pakistán – que ya tiene capacidad nuclear – al escenario del enfrentamiento…
También, el realismo indica que la guerra seguirá lejana, excepto por los imprevisibles atentados. En lo inmediato, todo lo que podemos esperar son marchas indignadas y posts más indignados aún, especialmente de nuestros amigos troskos. Pero el Islam ha sido en el pasado la identidad y la fuerza de la reacción contra expansionismos «occidentales». Como advertía Toynbee 90 años atrás, puede volver a serlo.