Cuchillos en Roma, comisiones en Washington. Problemas del César

marzo 31, 2017

El macrismo también marcha! El 1A, con tuits y Alfredo Casero

marzo 31, 2017

CASERO WANTS YOU

En este blog se han comentado, y en algún caso anticipado, las marchas opositoras de este marzo, tan generoso con ellas. Entonces, cabe que le dedique espacio a la del oficialismo, cómo no.

Es que hoy viernes finaliza marzo. Y mañana sábado 1° de abril está previsto que entre las 18 y las 19 tres columnas de los que apoyan al Presidente Mau se reúnan en Callao y Santa Fe, Corrientes y Pueyrredón, y Avenida Belgrano y 9 de Julio. A las 20 marcharán hasta la Plaza de la República. También habrá reuniones, se prevé, en diferentes esquinas y barrios de la Ciudad Autónoma (Acoyte y Rivadavia, Triunvirato y Olazabal, Avellaneda y Nazca, San Pedrito y Directorio, Plaza Devoto, San Juan y Boedo, Donato Alvarez y Rivadavia, Cabildo y Juramento…). Y quieren lograr lo mismo en plazas de todo el país.

En realidad, no hacía falta que les informe. Ya lo ha hecho Clarín, vocero y principal conductor del antikaismo, y también El Destape y Diario Registrado, órganos del kirchnerismo más ortodoxo. Como ven, la Grieta hace que el mismo hecho sirva para «dar manija» a los militantes de ambos lados.

Por eso mismo me parece que vale la pena mirarlo con atención. Para eso, tomo algunos párrafos de las crónicas clarinistas. Las más cercanas a la idea original, uno supone, sin entrar en el razonamiento de Platón.

Voy a hacer una propuesta y la voy a argumentar. Propongo hacer una marcha nacional ESTABILIZADORA. No de apoyo al Gobierno, sino a la democracia”. Ese tuit publicado el 10 de marzo fue el que, se dice, sirvió para motorizar la marcha del #1A de la que el Gobierno amagó con despegarse en público, pero luego se dejó ver fogonéandola, a pesar de un pedido de la UCR.

Los 140 caracteres salieron de la cuenta @Rex_Aluminio un hiperactivo tuitero que no revela cuál es su verdadera identidad, pero que en cinco años ya publicó 78 mil tuits, un promedio de 42 por día. Tres días antes desde otra cuenta habían convocado a la marcha, pero no tuvo el rebote del tuit mencionado. En la cuenta de @RexAluminio se destacan los lugares de convocatoria. El epicentro será la Ciudad y el obelisco, pero convocan en todas las provincias.

Y la elección de los lugares y los horarios no es casual. Es la misma que se había elegido para el 8N, la masiva marcha de noviembre de 2012 contra Cristina Kirchner. “Si a los chicos del 8N les funcionó, a nosotros también. Lo que funciona NO SE CAMBIA”, escribe el usuario anónimo, que también replica todas las muestras de apoyo de figuras públicas que adhieren, como el actor radical Luis Brandoni«.

Esto no es todo. En el mismo día Clarín nos cuenta, con el mismo eco en los medios K:

«Macri no estaba muy al tanto del currículum de Alfredo Casero, pero quedó impresionado por sus reflexiones sobre el rumbo del país, los conflictos piqueteros y la defensa de la institucionalidad. Varios funcionarios del área económica dan fe de haberlo visto fascinado con el actor: “Pero este tipo es increíble. ¿Lo vieron? ¿Vieron el nivel de adhesión que tiene con nosotros?”, cuentan que los sorprendió Macri antes del inicio de una reunión en la que se repasaron las variables de la economía.

Casero venía de dar entrevistas en Animales Sueltos y Código Político. El primer mandatario lo siguió desde la residencia de Olivos, poco antes de la medianoche. “Necesitamos muchos como él”, dijeron en su entorno cuando empezaron a trascender los elogios de Macri. Aunque tomaron distancia de la exagerada frase de Casero acerca de “defender a tiros si alguien quiere voltear al Presidente”, resaltaron su “compromiso republicano”. Los macristas que siguen las exposiciones en los medios creen que mucha gente -aun con disidencias puntuales, como las puede tener Casero- apoya determinadas iniciativas, pero no se anima a decirlo en público porque no son populares ni pensadas para el corto plazo». (La «espiral del silencio», de la que hablaba el compañero Artemio).

Para ser sincero, lo que encuentro interesante en ésto es la diferencia del lenguaje de signos, del etos de esta convocatoria con las opositoras, y también, parcialmente, con las que se oponían al gobierno kirchneristas, de las que se sienten herederos.

Las manifestaciones hostiles a este gobierno, desde el peronismo -aún las fogoneadas por los sectores de él que no quieren enfrentarlo con dureza- y desde la izquierda, son muy tradicionales en su lenguaje y en su estilo.

Y con los «cacerolazos» anti kirchneristas, ésta se parece en su uso intensivo, central, de las redes sociales. Pero se diferencia en el estilo frívolo, hedonista, que es la marca de fábrica del PRO. Que hayan levantado la figura de un personaje cómico de la farándula, aunque su lenguaje imite el tremendismo de un Sabsay, o un Baby Echecopar, muestra como un guiño que le resta seriedad.

Es deliberado, por supuesto, y está de acuerdo con los consejos de Durán Barba. Pero uno se pregunta si la situación económica es la adecuada para un estilo descontracturado.


De los votos de Cristina. Y de los de Macri

marzo 30, 2017

Hace pocos días dije en este blog: «Es bueno -en mi opinión- para el peronismo y para la política de nuestro país que Cristina Kirchner se presente a las elecciones de este año. No sólo, ni siquiera principalmente, su liderazgo, son las políticas y las ideas que han quedado asociadas indisolublemente con su gestión, las que deben ser medidas en la aceptación, y el rechazo, que despierten hoy en los argentinos».

Un apreciado comentarista del blog, Atilio, -uno de los que hace preguntas inteligentes- escribió «¿Ud. cree que en el voto a Cristina serían medidas sus políticas e ideas de gestión (como seria deseable) o tendría más vinculación con su figura? Ella despierta fervores, pero a la vez rechazos, igualmente fervorosos.

Y pensando ya en todo el país ¿se plantearán las distintas elecciones desde la diferencia entre este gobierno, por lo que hizo, está haciendo y hará, y el anterior por las políticas e ideas concretas que llevó adelante? O estarán relacionadas a simpatías o antipatías personales o de sector, o cuestiones locales?»

Merece una respuesta. Y me da ocasión para reflexionar en voz alta sobre un tema que me compromete, como ciudadano y como profesional.

Como esto último, me interesa despejar una verdad a medias, popularizada por distinguidos colegas y también por vendedores de humo. Es cierto que en las sociedades modernas, con un alto grado de anomia, ya no se puede hablar de un público. Son muchos, muchísimos, los públicos que va a encontrar cualquier mensaje o discurso masivo. Veganos, boquenses, ricoteros, ex alumnos del Newman,… Cada uno con sus sesgos, sus expectativas, sus prejuicios.

Ahora, es una verdad a medias -y por lo tanto una mentira a medias- que uno puede dirigir con precisión distintos mensajes a esos distintos públicos. Se puede… pero no es posible aislarlos. Los mensajes, cuando el comunicador hace bien su trabajo, son repetidos por los que los reciben. Eso se ve con más nitidez en las redes sociales, pero también en las colas del supermercado y los vestuarios de los gimnasios. Lo que uno encuentra en la realidad, entonces, es que sobre cualquier tema importante se impone un puñado de «relatos» -a menudo dos, rara vez más de tres o cuatro, bien distintos en sus lenguajes y valores- que se transforman en la «opinión pública» de grandes sectores de la sociedad. Que, por algún tiempo al menos, son parte de su identidad.

Eso sucede hoy con el «kirchnerismo» y el «antikirchnerismo». En sus formas más agudas, los que odian a los K, y los que odian a los que odian a los K, son característica de «minorías intensas». Pero, esto es la Argentina, son minorías muy numerosas, porque hay muchos odiadores. Además, el «anti K ismo» es la estrategia de propaganda del actual oficialismo -pues la economía no aporta- y la política de comunicación igualmente deliberada de los dos diarios de más circulación y su cadena de medios satélites.

Por su lado, el «kirchnerismo» cuenta con un aparato de medios menos importante, por lejos, pero reforzado por muchos comunicadores entusiastas en los numerosos y articulados sectores medios argentinos.

Resumo: Para mí, una teoría de «los dos diablillos», que considere a los K y a los anti K como fenómenos de la clase media urbana politizada (la menos y la más próspera, respectivamente), que dejan afuera a la mayoría de la sociedad, sería un error. En un nivel menos intenso, de simpatías y de antipatías, abarcan a una parte muy importante -entre las dos, claramente mayoritaria- de los argentinos. Después de todo, las gestiones Kirchner abarcaron doce años, y Cristina Kirchner fue Presidente por ocho de ellos. Es un tiempo largo para la vida política argentina.

Y CFK no es un mito, al que sus seguidores pueden atribuir contenidos diversos. Como dije en ese posteo, sus políticas y sus ideas están asociadas con su gestión. Que es lo bastante cercana -menos de dos años- para que los votantes tengan una opinión definida. Ella fue elegida en 2007 con el 46 % de los votos, y reelegida en 2011 con el 54 %. Conviene saber, y una elección legislativa en la provincia de Buenos Aires es mucho más informativa, y convincente, que cualquier encuesta- qué porcentaje de los argentinos se identifica hoy con ella.

Porque me resulta evidente que el otro protagonista principal del enfrentamiento argentino, el Presidente Mauricio Macri, no llegó a ese cargo por el entusiasmo popular con su persona. La mayor parte del 51 % de los votos que recibió en noviembre ´15, fueron contra el peronismo en su versión kirchnerista (o contra el peronismo a secas, pero es muy difícil distinguirlos para los que tienen menos de 30 años, una parte importante de los votantes argentinos).

El proceso de formación de esa masa opositora dio señales bastante evidentes a lo largo del tiempo. En 2009, un político hasta entonces desconocido y que ha vuelto a serlo, De Narváez, derrotó -justamente en elecciones legislativas en Buenos Aires- a una lista encabezada por Néstor Kirchner, Daniel Scioli y Sergio Massa. En 2011, ese voto se desperdigó en candidatos sin atractivo. En 2013, Massa se fue del PJ y venció al candidato elegido por CFK, Martín Insaurralde, también en Buenos Aires. Fue paulatinamente que Macri se instaló, ante los que iban a votar contra ese gobierno, como el que tenía más probabilidades de derrotarlo. Y así fue.

Esto no significa que Macri no conserva votos «propios». Una parte de nuestra sociedad, no tan pequeña, el «tilingaje» podría decir la tía Mirtha, se identifica con él. Además, hay siempre un voto «oficialista», porque, para los que no tienen compromiso político y sí urgencias, es el gobierno el que puede darles soluciones (salvo cuando el gobierno está cayéndose). Recordemos, aunque no les guste a las conciencias progres, que muchos interventores de gobiernos militares ganaron luego en elecciones libres en sus provincias. Y, tanto para el poder económico como para los que rechazan a la experiencia kirchnerista, Macri, con todas las objeciones que pueden hacerle y le hacen, es «lo que hay». Massa puede ser una opción para ellos, claro… si la alianza Cambiemos se derrumbase electoralmente. Lo que dejaría con poco espacio al proyecto de «volver al mundo» y «darle confianza a los inversores».

Mi convicción es, entonces, que el peronismo, y, más importante, la Argentina, necesitan saber cuál es hoy el respaldo al proyecto kirchnerista. Y cuál es el rechazo. No por curiosidad sociológica, sino porque es imprescindible saberlo para encarar su actualización o su reemplazo. Y la figura de CFK es mucho más convincente -vuelvo a usar la palabra- que cualquier reemplazante.

Y las experiencias de Duhalde y otros a partir de 2005 muestran que un peronismo que descarte la experiencia kirchnerista y no sume a los votantes que la valoran simplemente no tiene chance.

Hace unas décadas, representantes de la derecha más estúpida decían, en privado, que el problema de Argentina era que nunca había tenido una guerra (La tuvimos, y no nos fue bien). Curiosamente, ahora esa muletilla ha pasado a ser usada por otro sector, que dice que la Guerra Civil le sirvió a EE.UU. para definirse entre el Norte industrial y el Sur de las plantaciones. Y lamenta que no hayamos tenido una experiencia semejante.

Es una idiotez, por supuesto. El Norte ganó porque ya estaba industrializado, aunque el Sur tenía mejores generales. Pero es cierto que las sociedades necesitan enfrentamientos, con ganadores y perdedores, para definirse. Una victoria electoral, inconclusiva y efímera como es, es el único tipo de enfrentamiento que permite la supervivencia de Argentina como país.


Venezuela, por la cornisa

marzo 29, 2017

Después de una reunión de tres días del Consejo Permanente de la Organización de Estados Americanos (la OEA) -con 35 países- para «discutir la crisis venezolana», el resultado es: nada entre dos platos. No se aprobó ninguna medida concreta, ni siquiera los convencionales «pedidos de libertad de los presos políticos». Habitual en las reuniones de diplomáticos. Pero la diplomacia sirve para que se puedan ver las posiciones de los actores. Y a mí me da pie en este posteo, para acercarles algunas reflexiones menos coyunturales.

La carga, para aplicarle la «Carta Democrática» a Venezuela y, eventualmente, suspenderla, la llevaron adelante Estados Unidos, Canadá y … México. Lo que muestra que el «efecto Trump» no ha funcionado, al menos todavía.

Todo lo que consiguieron es que veinte países -entre ellos Argentina y Brasil- «respalden concretar una hoja de ruta para apoyar el funcionamiento de la democracia en Venezuela». Más vago, difícil.

Para los que les interesa determinar la posición de cada país, Efecto Cocuyo sintetiza aquí los discursos. Si se fijan, notarán que nuestro representante, Juan José Arcuri, fue uno de los más franeleros (¿Se reduce la influencia del lobby antichavista en la gestión Macri?).

Pero fueron los países del Caribe los que recalcaron su respeto por la soberanía nacional y la no-intervención, ideas que no estaban en los discursos de México y EEUU.Y algunos de ellos, la República Dominicana, El Salvador y Haití prefirieron votar con Venezuela, a pesar que el conocido senador estadounidense Marco Rubio amenazó con cortar la ayuda de EE.UU.

Igual, no da para considerarlo una victoria venezolana, aunque la exhuberancia del presidente Maduro lo lleve a calificarla así. La República Bolivariana está hoy, prácticamente aislada en la América del Sur. Y la simpatía de los que muchos que tienen antipatía a los yanquis, no le soluciona sus problemas inmediatos.

El apoyo de las masas que Chávez introdujo en la política de su país, y el del ejército, le ha permitido a la Revolución Bolivariana ir mucho más lejos que cualquier otro de los gobiernos pos neoliberales que surgieron, más o menos al mismo tiempo en la región. Pero eso mismo le impide retroceder, o acordar con sus enemigos (a los que no les interesa acordar, tampoco). El precio de la polarización. Por ahora, sólo tiene el camino de cornisa que durante décadas caminó Cuba, hasta que cambie la situación geopolítica (Eso sí, Fidel y su hermano mostraron ser conductores más cautelosos).

En un plano menos inmediato, quiero compartir con ustedes algo que rescataron dos veteranos luchadores por la unidad latinoamericana, Luis Vignolo y Julio Fernández Baraibar. Se los comento al final.

Es un fragmento de una entrevista a Alberto Methol Ferré, en diciembre del 2006, cuando Venezuela se sumó al MERCOSUR:

«¿Qué significa la incorporación de Venezuela al Mercosur?

Methol: El núcleo fundamental ha tenido una rectificación. Lo fundamental no es ya la unidad de Argentina, Brasil y Chile sino que la verdad básica es la alianza entre Argentina, Brasil y Venezuela. Eso es lo que ni Perón ni Vargas percibieron con total claridad, porque no había aún condiciones suficientes para poder pensarlo.

Estamos frente a la extraordinaria percepción y la nueva navegación de la historia venezolana, que por primera vez se lanza hacia el Atlántico Sur. Venezuela era originalmente un mundo antillano. Cuando uno va a Venezuela se encuentra con antillanos. Y el primero que le da un contexto continental suramericano es Bolívar, que le abre la ruta andina y llega hasta Bolivia.

Chávez en cambio inaugura la gran ruta del Atlántico Sur, es decir la alianza de Venezuela con Brasil y Argentina. Esto introduce un equilibrio nuevo. Hace medio siglo Argentina podía hacer una alianza más equilibrada con Brasil. Hoy no está en condiciones de hacerlo. En consecuencia gracias a la bipolaridad argentino-venezolana junto a la frontera con Brasil es que existe un mínimum de equivalencia posible para fundar una unidad común en serio. Una unidad entre hermanos sin hegemonías.

Venezuela en su camino del Atlántico Sur se lanza decisivamente a salvar el equilibrio del núcleo inicial argentino-brasilero. Esto constituye mejores y mayores condiciones de igualdad para la integración. Una integración entre desiguales termina en hegemonía. Una integración entre iguales, o más o menos iguales, termina en hermandad. Se trata de llevar una delicada política que evite una hegemonía brasilera, porque una hegemonía traería la destrucción de América del Sur y de América Latina como posibilidad. Sería una hegemonía más entre otras y llevaría al fracaso común. Tanto de quienes intenten ejercer esa hegemonía como de los que la resistan. Sería el mayor perjuicio para el destino de Brasil. Todos perderíamos. Hay que ayudar a la realidad. Y la realidad es que Venezuela suple las insuficiencias argentinas y permite una relativa mayor igualdad en asuntos básicos.»

Ustedes me dirán, naturalmente: ¿Qué tiene que ver este concepto con la Argentina de Macri, o el Brasil de Temer?. Nada, es cierto. Pero es necesario que un mayor número de argentinos lo tengamos presente. La etapa de los gobiernos integracionistas y razonablemente distributivos, que se impuso en América del Sur a partir del derrumbe de esos experimentos neoliberales que mencioné, ha concluido. Pero esta etapa -la simbolizada en los dos países más grandes de la región con esos nombres de Macri y Temer- promete ser más efímera. Aparte de la realidad global, menos propicia que en los ´90, son más incompetentes que Menem o Cardoso.


El peronismo se despereza, en vísperas del 30 de marzo

marzo 29, 2017

Sería una equivocación pensar que la realidad del peronismo hoy es (nada más que) un debate en torno a Cristina Kirchner en Buenos Aires: que juegue, que se borre, que se guarde. Pasa que eso -que tiene su importancia, eh- es la forma más fácil de conseguir espacio en los medios. Y demasiados políticos sienten que si no se los menciona ahí no existen.

Por eso quiero acercarles un vistazo rápido de lo que me parece significativo, para evitar un posteo por cada noticia. El resumen es: el peronismo se está despertando, después de largos años de somnolencia. Hasta diciembre ´15, las muestras de vida y vigor más claras se daban desde el gobierno (como siempre, cuando había un peronista ahí). Después… quedó bastante inerte, hay que reconocerlo. Escasez de bastones de mariscal, parece.

Empiezo por la parte menos activa de ese «gigante invertebrado» (la frase es de Cooke). Sin ánimo de crítica (desde afuera es tan fácil…). El Consejo Nacional del PJ es la representación formal de una estructura territorial que gobierna provincias y municipios. Que, como antes, dependen mucho de los recursos que se distribuyen del Ejecutivo nacional.

Por eso, ayer, en la primera reunión del año en Matheu 130, alertó por «una preocupante crisis económico – social”, y anunció que iba a “continuar siendo una oposición responsable y democrática de cara a la sociedad argentina”.

Nuestro deber es marcar las fragilidades y contradicciones de un Gobierno nacional que continúa sin encontrar el rumbo de la reactivación económica imprescindible, que permita la recuperación del empleo y la justicia social en nuestro país”.

«En este marco de análisis, el PJ Nacional entiende como totalmente justificado el paro general convocado para el 6 de abril por la CGT«.

Y, como se ve en la bonita foto de arriba, su «cara» mezcla imágenes de continuidad y discreta renovación.

Igual, también ahí se perciben señales de tormentas por venir. Me cuentan que don Gildo Insfrán, uno de los más doctrinarios, dijo en la reunión: «No puede ser que haya gobernadores que pidan permiso al Ministerio del Interior para venir a una reunión del partido opositor«.

De todos modos, las señales más fuertes vienen por otro lado. Ustedes saben, a lo mejor, que mañana jueves se cumplen 35 años del legendario paro general (y marcha) contra la Dictadura. Y si bien esta Argentina es distinta (por suerte), algunos sindicalistas han decidido recordarlo en forma práctica: el  «Barba» Gutiérrez, de la UOM, secretario de Interior de la CGT, y Víctor Santa María, del SUTERH y presidente del PJ Capital, entre otros, están impulsando el Movimiento por los Trabajadores (MPT) Saúl Ubaldini. La idea es acercarse a las dos CTA, de Hugo Yasky y Pablo Micheli. Y sumar a la Corriente Federal de los Trabajadores, que encabeza Sergio Palazzo, de La Bancaria.

Están pensando como antecedentes de su planteo al el programa de Huerta Grande de 1962, y los «26 puntos» de la CGT de Saúl Ubaldini de 1986, que, como dice Ámbito con horror, tenían un «franco sesgo nacionalista y estatista«.

Y ayer martes, en la UMET, las dos CTAs lanzaron la convocatoria a la marcha a la Plaza de Mayo del 30 de marzo, que iba a ser la fecha de un paro nacional hasta que la CGT resolvió hacerlo el 6 de abril. Los acompañarán en la marcha, sí, la Corriente Federal, la UOM, el SUTERH y algunos otros gremios. Algunos dicen que hubo un guiño de Pablo Moyano, de Camioneros. Como sea, las señales fundamentales las darán, como en ocasiones pasadas, los que vayan a la Plaza.


Messi: Cuando la mafia decide «diferenciarse del pasado»

marzo 28, 2017

En este blog casi no escribí sobre fútbol. Debo ser uno de los poquísimos argentinos que siente que no sabe bastante. (Eso sí, mi primera nota cuando ensayaba bloguear en la vieja página El hijo de Reco, fue sobre la Selección argentina y Messi. Era el 30 de junio de 2006…). Pero el tema de la sanción a Messi… me hace pensar en temas alejados del fútbol. Y algunos, de éstos, muy cercanos a nosotros.

Para algún marciano que no esté enterado:  en el (mal) partido de la selección ante Chile por las eliminatorias, a Messi se lo vio (como casi nunca) insultar a los árbitros. En el primer tiempo, se enojó con Dewson Silva, uno de los líneas. En el segundo, la bronca fue con el otro línea, Marcelo Vangasse, quien no sancionó una infracción que Leo consideraba que era. «Tomatela, la concha de tu madre», le dijo Messi, quien al final del partido continuó con su descargo. En el informe final del árbitro Sandro Ricci no hubo mención a los insultos. Y Chile dice que no hizo acusaciones (Les creo: Messi no fue el que les cobró un penal dudoso, ni les anuló un gol ídem).

La FIFA procedió de oficio. Y desde Zurich, el Comité Disciplinario decidió en menos de 24 horas aplicar una suspensión de cuatro fechas y 10.000 francos suizos al capitán argentino. Cuenta La Nación:

«La idea fue diferenciarse del pasado. Dejar atrás todo vestigio de privilegios y de decisiones tomadas fuera del marco de la ley. La posibilidad de aplicar todo el peso de la legislación vigente al capitán y emblema de la selección argentina fue la excusa perfecta para que esta nueva FIFA liderada por Gianni Infantino pudiera enviar un mensaje al mundo del fútbol. La sanción de cuatro partidos de suspensión a Lionel Messi lo dijo todo.

… La nueva FIFA de Gianni Infantino tuvo un solo objetivo: demostrar equidad y firmeza en la legislación deportiva ante un grande del mundo como la Argentina junto a su emblema y capitán, Messi«.

Claro, hay otras hipótesis, y La Nación también las menciona: «Que el desplante de Lionel Messi a los últimos premios The Best en Zúrich, que el mensaje de la FIFA a Marcelo Tinelli por su designación como director de selecciones nacionales enfrentado con Diego Maradona, que la idea de mostrar una posición firme frente a la Argentina luego de nueve meses sosteniendo los idas y vueltas políticos con el Comité de Regularización al frente..

Hasta el venerable The New York Times insinúa otra «La suspension podría ser casi una bendición para el Barcelona. Messi estará disponible este verano (el invierno nuestro) y si su ausencia hace que Argentina no entre en el Mundial, estará disponible el próximo verano, también«.

La gente es suspicaz. Pero a mí me parece posible que Don Gianni Infantino quiera cambiar la imagen de su Familia, digo de la FIFA. Otro prestigioso medio, la BBC hacía hace algo más de un año este listado de… manchas.

Como sea, estos titulares en los medios locales e internacionales me hicieron pensar en la intensa actividad que ha desplegado en estos meses el Poder Judicial brasileño. Y en otro más cercano, también.


Éramos pocos, y aparecieron los cordobeses

marzo 28, 2017

Este blog trata de ser reflexivo; no puede ni quiere ser un portal de noticias. Además, les debo un desarrollo sobre la (discutida) candidatura de Cristina Kirchner en Buenos Aires.

Pero… el peronismo no deja de producir novedades (El oficialismo ya da la impresión de haber perdido la iniciativa, lo que es una señal. Encima, va a una visita apropiada para la revista Hola, y le tiran con un pasado oscuro). Así, me parece que vale la pena acercarles este anuncio del peronismo cordobés (el 2° electorado nacional).

De la Sota no ha podido, desde 2003 -o antes, desde 1988, como podría contar Cafiero- superar el espacio «cordobesista». Pero ya con eso puede tener una base importante para la futura y decisiva discusión interna. Por lo menos, deja claro que la ilusión que CFK en el Congreso automáticamente alineará al conjunto de los legisladores peronistas es eso, una ilusión.

CÓRDOBA.- Desde que dejó la gobernación, hace poco más de un año, José Manuel de la Sota no mantenía una reunión masiva con dirigentes del peronismo provincial. Lo hizo hace 15 días con representantes del interior, aunque no confirmó ni descartó que fuera a ser candidato a diputado nacional. Su nombre como cabeza de lista ya lo dan como un hecho tanto en su partido como en Cambiemos. La oportunidad que analiza es posterior a las legislativas: llegar al Congreso para convertirse luego en líder de la oposición.

Las proyecciones son que a su triunfo en Córdoba se sumarían el de Santa Fe (el senador Omar Perotti es el encargado de la reorganización) y Buenos Aires, donde el PJ no kirchnerista espera derrotar a la lista de la gobernadora María Eugenia Vidal. «Los números en el Congreso no variarán significativamente, pero sí es una elección importante para el mapa político a futuro», dicen en el delasotismo.

El encuentro de De la Sota con los dirigentes fue con el «aval» de Juan Schiaretti y reunió a «peronistas de todas las líneas», comentaron los participantes, cuidadosos de mantener la buena relación con el gobernador, que tiene buena sintonía con el gobierno nacional.

De la Sota -que mantiene su alianza con Sergio Massa- fue «muy crítico» del gobierno de Mauricio Macri. «De las buenas intenciones a los resultados hay mucha distancia. Falta gestión», dijo. Por el lado de Schiaretti, los contactos con el ex intendente de Tigre son nulos.

El ex gobernador descartó cualquier tipo de alianza con Cambiemos en la provincia. «El peronismo va como Unión por Córdoba, eso está definido.» En ese punto hay coincidencia con Schiaretti, quien reitera que celebró la llegada de Macri, pero aclara que «a la hora de votar cada uno mantendrá su identidad».

Varios dirigentes coincidieron en que De la Sota insistió en que «no hay que adelantar la campaña porque la gente no está con ánimos». Definió como «inútiles» a varios funcionarios de Macri. Siempre el blanco de sus críticas es el jefe de Gabinete, Marcos Peña.

Una salida para que se disimulen las diferencias entre De la Sota y Schiaretti es que la campaña se «provincialice». Un referente delasotista confió a LA NACION que «defenderá la gestión en Córdoba y los objetivos alcanzados en todas las gestiones peronistas».

En el sector admiten que los casi 20 años en el poder son un logro, pero también el «talón de Aquiles». Reconocen que con De la Sota no hay que esperar un candidato «de baja intensidad porque nunca lo fue, pero tampoco buscará entorpecer la relación con la Nación».

En el peronismo proyectan que pueden regresar algunos ex kirchneristas y hasta varios que siguieron en su momento a Luis Juez. El actual embajador en Ecuador quiere volver al país. Además, se reunió con Peña para hablar de su regreso, pero no sólo Córdoba está en su mira.


Polémico Kicillof «No conviene que Cristina sea candidata ahora»

marzo 27, 2017

Estas declaraciones ya han sido comentadas en otros blogs políticos. No muchos -los cristinistas están incómodos con la idea, y el resto incómodos con Kicillof. Pero aparecieron en El Destape -un portal K ortodoxo si los hay, en el informado blog de J. R. Sentis, y -no podía faltar en ésta- el del tucumano Ricardo, que está muy de acuerdo con ellas.

Igual, voy a reproducirlas aquí. Porque reflejan un razonamiento inteligente en la búsqueda de una estrategia. Porque, además, muestran que Axel se siente seguro de sí mismo y de sus ideas, al plantear un tema tan delicado en un espacio, el de la política, donde los egos son tan sensitivos como una Venus flytrap. Y, sobre todo, porque yo, que no puedo ser calificado de cristinista ferviente, ni tampoco de kicillofista, no pienso que sea una estrategia sostenible. Como ya indiqué en un posteo muy reciente.

Voy a extenderme sobre el asunto, que lo merece. Pero por ahora, las palabras del Kici. Tomo la versión más completa que tengo –la de Ámbito– de lo que dijo el último ministro de Economía (Por alguna razón, Macri no ha llenado ese cargo):

El exministro de Economía y actual diputado nacional Axel Kicillof sostuvo que una candidatura de la exmandataria Cristina Kirchner le es «muy funcional» al Gobierno, y consideró que la elección de medio término debe ser para «plebiscitar» la gestión del presidente Mauricio Macri y no la de la líder del Frente para la Victoria.

«Al Gobierno le resulta muy funcional que esta elección se discuta en términos de si gana Cristina o pierde Cristina. ¿Este es un plebiscito a Cristina Kirchner en 2017? Si Cristina terminó de gobernar con un millón o medio millón en la plaza y se fue…Estamos plebiscitando a Macri», recalcó el dirigente kirchnerista, dando a entender que no es conveniente exponer a su jefa política ya que podría tergiversarse el sentido de esta elección de medio término, que tiene que ver con evaluar el desempeño del gobierno de Cambiemos.

En diálogo con radio Con Vos, Kicillof resaltó, en este sentido, que «una elección de medio término es por definición y por historia un test del Gobierno», por lo que pidió que el eje de la discusión electoral pase no por la imagen que la sociedad tiene de la ex presidenta sino por el impacto de las medidas del actual Gobierno en la sociedad.

«Esta elección tiene que ser: ´¿te gustó el aumento tarifario que tuviste? Votalo porque ya te prometió que te va a aumentar más´. ´¿Te gustó la devaluación? Metele porque ya dijeron que la devaluación viene después de las elecciones´, argumentó con ironía.

No obstante, aclaró que la decisión sobre una posible candidatura a senadora nacional de Cristina Kirchner «no está tomada».

Por otra parte, Kicillof cuestionó a Macri por haberse «borrado» de los homenajes por el 24 de marzo al participar de una visita de Estado en Holanda, y apuntó contra el Gobierno en general por el tratamiento que le viene dando a la causa de Derechos Humanos.

«(El secretario de Derechos Humanos, Claudio) Avruj dice defender los Derechos humanos de los vivos. Le recuerdo que las Madres y las Abuelas están vivas», sentenció.

En esta línea, cargó contra el intento de algunos sectores vinculados al Gobierno de minimizar la magnitud de la tragedia poniendo el duda el número de desaparecidos que los organismos de Derechos Humanos calculan en 30.000.

«Sería difícil que en la Alemania actual alguien vaya a negar el Holocausto o a discutir si hubo 6 millones de judíos muertos en el Holocausto. Sin embargo acá tenemos al gobierno de Macri poniendo en disputa si era una guerra sucia, si los Derechos Humanos son un curro, y esto revalidado por el bloque de diputados con el cartel», señaló Kicillof, en referencia a la controvertida foto en la que diputados del interbloque Cambiemos aparecieron con la leyenda «Nunca más a los negocios con los Derechos Humanos».

Consultado por el nombramiento y la permanencia del exjefe del Ejército César Milani en el cargo, pese a las acusaciones de organismos de Derechos Humanos por presuntos crímenes de lesa humanidad cometidos durante la última dictadura militar, Kicillof destacó que el caso está en la Justicia, y que si es hallado «responsable, habrá sido un error» del kirchnerismo.

No obstante, aclaró: «Hasta que se demuestre que Milani es culpable, Milani para mí es inocente».

En tanto, indicó que «si se le prueban» los delitos, «el kirchnerismo no tiene nada que ver» dado que las «denuncias a Milani son posteriores al nombramiento».

«Milani tenía la particularidad de que los crímenes de los que se le acusa no aparecían en el Nunca Mas ni en otros lugares. Es algo que hay que probarlo», agregó.

«Uno tiene una posición sobre determinadas persona, de repente de se lo acusa y yo tengo la presunción de inocencia.

Por supuesto que a medida que van a apareciendo elementos en sentido contrario, esa presunción de inocencia la va matizando», reconoció el diputado del Frente para la Victoria.


Trump tropieza

marzo 26, 2017

El amigo Otto Rock, autor del blog IKN, dijo hace unas semanas que no iba a reproducir ningún artículo con el nombre del Donald en el título. Uno simpatiza. La inundación de notas sobre el tipo es colosal. La mayor parte, con la intención de hacer un «trabajo de hacha», como dicen los gringos, porque los dueños de los medios, cuyo poder es formar opinión, toman a mal que alguien los toree. Pero por eso mismo también le aparecen muchos defensores, aún algunos que están muy lejos del patrioterismo estadounidense, un poco burdo, que es el mensaje del nuevo presidente.

Por mi parte, dije, y reitero, que no tiene mucho sentido evaluarlo como gobernante hasta que sepamos si podrá imponer sus políticas centrales o no. La pelea en Roma se ha puesto dura, mientras Xi, Vladimir, Ángela y, claro, Francisco, deben observar con interés, y algo de preocupación. Conviene que nosotros también tratemos de pescar algún dato entre tantas palabras.

No encontré nada que recomendar en los medios yanquis. Ahí la grieta es muy profunda. Pero entre nosotros, aunque Clarín se ha prendido en la demonización de Trump -casi como si fuera K, por Dios!- esta nota de José Siaba Serrate, al que ya cité en el blog, me pareció informativa. Supongo que es su entrenamiento como analista financiero. La copio, y al final agrego una observación que hicieron sobre el Donald, que me parece nos toca de cerca.

«Octava semana del presidente Trump en la Casa Blanca y primera tormenta seria en el firmamento político. De Washington, el chubasco se extendió a Wall Street. Frenazo, pues, para el rally de las acciones. El viaje del Dow Jones –de los 18 mil puntos a los 21 mil– es una travesía formidable demasiado deprisa; no obstante, nunca, desde que brotó el 9 de noviembre, se había puesto en duda la razonabilidad de su ascensión.

Lo que no pudo la Reserva Federal con dos subas de tasas lo consiguió la orfandad política que reveló la discusión por la reforma de salud. ¿Qué tan eficaz es el liderazgo del presidente Trump? Esa es la cuestión. ¿Es el Reagan bis que cotiza la Bolsa a precios récord, o un precoz pato rengo incapaz de forjar las alianzas que necesita para el tránsito de su agenda por el Congreso? De súbito, en el banquillo, la administración Trump debe rendir su primer examen. Mejor ahora y no a mayor altura.

En concreto, viendo las penurias del Trumpcare, ¿habrá recorte significativo de impuestos como se prometió desde el púlpito, o será otro afán a empantanarse? El mercado alcista que reina en Wall Street desde marzo de 2009 multiplicó las cotizaciones del índice S&P500 por 3,5. No padece vértigo. Sin embargo, jamás osó traspasar el umbral de precios, invisible pero crítico, dado por el múltiplo de 17 veces las ganancias esperadas para los próximos 12 meses. Respetó siempre esa frontera. Hasta que triunfó Trump, y desató la fiebre. La Bolsa hoy merodea una relación de 18 veces las utilidades anuales esperadas, y sabe que convive con una Reserva dispuesta a perseverar en la suba de las tasas de corto plazo.

El «Trump rally», la suba de la Bolsa que vimos recién, está en una encerrona si el presidente no cumple su parte. A decir verdad, aun si lo hace, las acciones no lucen baratas. Pero si se tacha la generala de la rebaja impositiva —porque se atasca sin músculo para zafarla—el dolor de cabeza será más que proporcional. Habrá que achicar la estimación de ganancias y aceptar un múltiplo más modesto. E inventar una historia sustituta que evite la depresión de los animal spirits. La prédica de la desregulación es mi favorita.

Trump es un solista, pero las reformas que propicia requieren de toda una orquesta para su ejecución. ¿Logrará constituirla? ¿Conservará la batuta? La elección se ganó con un programa molto vivace —Hacer Grande a los Estados Unidos Otra vez—que se integra con un repertorio de temas variado y exigente, pero sin haber escrito las partituras. Y, a fuer de ser sinceros, el núcleo duro del Trumpismo no alberga compositores de gran talento. Basta ver los decretos migratorios, simples estribillos en relación con las reformas en danza, que a los pocos días de emitidos fueron rechazados por jueces de primera instancia. Pese a su empeño, el gobierno no consiguió adecuar el marco legal en línea con sus intereses. No es perjudicial, pero denota una limitación grave para una gestión que pretende refundar los EE.UU. a su imagen y semejanza. ¿Si no puede lo sencillo, cómo avanzará lo más complejo?

Trump es republicano, y los republicanos despotrican contra el Obamacare desde antes de leer su primer borrador. El partido domina la Casa Blanca y ambas cámaras. ¿Qué operación podría ser más aceitada que la sanción de una nueva ley de salud? Error. Se admite que el Obamacare es una calamidad pero, a partir de ahí, las discrepancias mandan. La salud constituye materia complicada, dicen los expertos, no es tópico recomendable para la improvisación, pero Trump no llegó a presidente porque lo asustaran los desafíos. El Ejecutivo redactó un proyecto en secreto, y lo despachó al Congreso. La conmoción inicial fue advertir que la letra que Trump recitó en campaña, y la música que acercó Paul Ryan, el titular de la cámara baja, armonizan muy poco. Según el discurso de tribuna, la reforma no reduciría el universo que goza de asistencia —el Obamacare colocó a 20 millones de personas bajo su paraguas— pero la Oficina de Presupuesto del Congreso (CBO) estima que sólo en el primer año 14 millones quedarán sin protección (y 24 millones hasta 2026). Hay diputados republicanos que lo rechazan y otros a los que el plan les parece liviano, y pretenden ir más a fondo. La idea original, que se aprobara el jueves, hubo que posponerla, y al escribir estas líneas no se reunía la masa crítica para asegurar la votación.

Entiéndase bien: el malestar de la Bolsa no se debió a la calidad del proyecto, menguante con cada alteración que se le hace para ganar adhesiones (según la CBO), sino al fracaso del Ejecutivo en sumar las voluntades necesarias, y conducirlas a su objetivo.

Y si el pasaje en Diputados es tan intrincado, y para peor termina gestando un esperpento, el Senado será un imposible. No es casual que Breitbart News, la prensa militante, identifique el proyecto como el Ryancare y lo despegue a Trump, como quien escribe la crónica de lo que sabe una muerte anunciada. Y si, aun así, el Congreso le diese luz verde, sería una victoria a lo Pirro. ¿Qué tan popular será devolver a la buena de Dios a millones de personas cuando se vote otra vez en 2018? Es preferible fracasar pronto, rebobinar y empezar de nuevo.

No es el mejor aperitivo para esperar la reforma impositiva. Trump nos dijo que sería “fenomenal” y que, a esta altura, ya la tendríamos a mano. Hace bien en demorarla. Más vale que se garantice de antemano los apoyos para su pasaje. No será fácil. Los diputados republicanos tienen su iniciativa —la propuesta Brady-Ryan del Impuesto de Ajuste Fronterizo (BAT)—y los senadores, que se oponen, la suya.

El BAT, que no es ninguna improvisación, supone gravar las importaciones con una alícuota del 20%, y reembolsar las exportaciones a la misma tasa, a la manera del impuesto al valor agregado (pero sin serlo, y por ende, viola las normas de la OMC). Como lo que en definitiva grava es el déficit comercial al 20% aportaría, en principio, unos 100.000 millones de dólares al año y crearía el espacio fiscal para una baja de impuestos sustancial. Pero Trump, a la fecha, no se decide. En el papel, el dólar respondería con una apreciación rápida del 25%. Y ello choca con el énfasis del equipo económico en evitar “la manipulación de monedas” (o sea, un dólar fuerte). Quien observe una pizarra cambiaria entenderá que los mercados tampoco creen que la reforma vaya por allí.

¿Se podrá negociar una solución potable y que, a la par, posea poder de fuego? Trump ya envió su borrador de presupuesto, con podas de gasto a mansalva, pero se compensan con un gran salto en defensa y seguridad interna. Sería posible bajar los impuestos, empero, si se acepta que el déficit fiscal aumente (una objeción de muchos republicanos, aunque no del presidente). Viviremos en peligro, mientras la reforma tributaria y la política comercial no se definan. Al menos la primera está en manos profesionales, la dupla Mnuchin – Cohn, de larga militancia en Goldman Sachs y conocedores de lo que supondría un traspié».

La clave del asunto, creo, es que a los empresarios (muchos de ellos), las corporaciones, y los especuladores, pueden gustarles los anuncios y las intenciones de Trump, pero… al final juzgarán por los resultados de sus balances.

Justamente, leí ayer que KC Mathews, Vice Presidente senior del UMB Bank -hombre prudente si los hay- dijo de Trump “Trata de ser un CEO-presidente. Eso no funciona en política”. Tengo la impresión que eso se aplica también más al sur.


Y si Cristina no juega?

marzo 26, 2017

La incertidumbre sobre si Cristina Kirchner será candidata, o no, en las elecciones legislativas de este año en la provincia de Buenos Aires es uno de los temas más conversados, en privado, y menos discutidos, en público, en la política argentina.

Es lógico. Para sus partidarios fervientes -que son una parte muy importante del sector politizado de la sociedad- CFK es la conducción «necesaria y suficiente» de una opción política que los exprese. No sólo es el símbolo de la oposición más firme al gobierno macrista. También es la garantía, para ellos, que un futuro gobierno peronista tenga el contenido que ellos pretenden. Todo el resto sería «pejotista» o «peornismo», y lo ven con desconfianza. Cuando no los consideran simplemente traidores.

La posibilidad que ella no quiera ser candidata… prefieren no pensar en eso. Aún la idea de un candidato bendecido por Cristina… ¿Y si es Scioli, por ejemplo? No sería satisfactorio, para los «kirchneristas de paladar negro». Recuerdan, aunque preferirían no, que ella bendijo a Insaurralde en su momento. Y puso en las listas a Bossio.

Tampoco el sector de la dirigencia y los niveles medios del peronismo que no son partidarios fervientes de ella -también muchos, por cierto- se encuentra cómodo discutiendo en público el tema. Están más insertos, en general, en las internas peronistas que el primer sector, pero no les gusta reconocer que Cristina Kirchner tiene, en la provincia de Buenos Aires, mayor intención de voto, por lejos, que cualquier otra figura del peronismo. Ni analizar porqué ninguna otra figura nacional ha sido tan coherente en manifestar oposición a las políticas del gobierno actual.

Como sea, es difícil charlar en confianza con dirigentes políticos o sindicales del peronismo sin que mencionen en algún momento la sospecha que ella, finalmente, decidirá no ser candidata.

Tiendo a pensar -sin certeza, por supuesto- que es una fantasía. Creo que en muchos casos -entre los que rechazan su conducción- es lo que los gringos llaman «wishful thinking», una expresión de deseos. Por mi parte, con alguna experiencia en campañas, veo que ella es la única dirigente del peronismo que la está haciendo dirigida por afuera del mundo de la política. Donde habita la mayoría de los argentinos, por supuesto.

La hace en la provincia y fuera de ella. Es cierto que  -salvo las oportunidades que le ofrecen, generosamente, los jueces- es casi por completo a través de los redes sociales. Medio clave, o pregúntenle a Obama. O a Trump. Es difícil pensar que está haciendo campaña para nominar a algún otro.

Ahora, hay otro aspecto del tema que preocupa en especial a los políticos bonaerenses ¿Qué puede pasar si en el siempre álgido momento de la confección de listas -antes de dos meses- surgen desacuerdos insuperables?

¡Y en este momento de incertidumbres y recelos que La Política Online, muy visitado portal de noticias y chismes políticos, publica esta nota! Se las copio y comento al final.

«Los intendentes del grupo Fénix, cercanos a la figura de Cristina Kirchner, comenzaron a medir a Verónica Magario -intendente de La Matanza- para que encabece la lista al Senado, en caso de que la ex Presidenta decida no competir.

«Magario sería una buena síntesis ante todas las discusiones internas», dijeron desde el entorno de un intendente a LPO. Es que, incluso en ese grupo, hay algunos que insisten con que Cristina sea candidata pero otros ven prescindible la participación de la ex Presidenta en la próxima batalla electoral.

El intendente de Merlo, Gustavo Menéndez, y su par de Malvinas, Leonardo Nardini, salieron en los últimos días a insinuar que Cristina no debería competir. «Obligarla a jugar no es justo», dijo Nardini, una frase que pronunció entre elogios a la figura de la ex Presidenta. Menéndez fue más contundente: habló de dar el «trasvasamiento generacional» y lanzó: «Si no, es como ir a buscar a tu mamá cada vez que tenés un problema en la escuela».

La matancera atrae a sus pares porque no sólo gobierna el distrito más populoso de la provincia, sino que además fue electa como titular de la Federación Argentina de Municipios (FAM) y es de las dirigentes más opositoras a la gestión de María Eugenia Vidal.

Incluso, algunos intendentes van más allá de las elecciones de medio término y dicen que hacerla jugar en 2017 es un paso previo para instalar su candidatura a gobernadora en 2019, con el aval de los sectores más duros del kirchnerismo.

«La midieron y mide muy bien, pero ella no quiere ser candidata y no está haciendo nada al respecto. De hecho, las mediciones son de terceros, nunca de ella», reconocieron a LPO desde el entorno de Magario.

En la interna del peronismo provincial, Magario se mueve en tándem con el presidente del PJ, Fernando Espinoza, quien ya realizó un enigmático anticipo de su candidatura. El último fin de semana, se lanzó en las redes sociales con una promesa: «Desde el Congreso vamos a detener esta crisis y llevar soluciones a las clase media y a los trabajadores».

Desde el Fénix -que hace equilibrio entre los intendentes ultra K y los más moderados- otro jefe comunal admitió a LPO que Magario sería «una excelente candidata», aunque lanzarla ahora resulta «prematuro», porque todo dependerá de la decisión de Cristina Kirchner.

En ese grupo no avalan la eventual postulación de Florencio Randazzo, que alientan sus pares del Esmeralda. Por eso, en el Fénix ya piensan cómo conciliar con ellos y sugieren que pongan al segundo de la boleta. «Magario mide mejor que cualquiera de ellos, no hay más candidatos», admiten.

En ese sentido, consideran que sería una «buena síntesis» que a la matancera la secunde el intendente de San Martín, Gabriel Katopodis, ya que el jefe comunal de Lomas de Zamora, Martín Insaurralde, ya anticipó que no busca competir.

«Los Esmeralda están subidos a un caballo pero en calesita, siempre llegan al mismo lugar», definió a este sitio otro miembro del Fénix, más duro con la postura de sus pares, que se manifestó «harto de las idas y vueltas».

Tengo que decirles que esta no es una bola de Nacho Fidanza, el director de LPO. No menos de tres experimentados dirigentes del peronismo, de distintas líneas, han hablado de una posible candidatura en octubre de Magario, a pesar que es actualmente intendente de La Matanza. Un cargo más importante que senadora o diputada.

El motivo es la necesidad que el peronismo bonaerense muestre figuras nuevas, atractivas, y «con polenta». A las que no se les pueda preguntar «Vos, qué estuviste haciendo este año y medio?» Como muestra de la seriedad del asunto, ya se está mirando con atención al primer concejal de su lista en La Matanza, a quien, en principio, correspondería ocupar el cargo si V. M. lo dejara.

Por mi parte, quiero apuntar un hecho obvio: presentar la candidatura de Magario como «reemplazo» de CFK -aunque ella no se presentara en las próximas elecciones- es en contra. En el mundo de recelos, ambiciones y paranoia de la política, enfrentar gratuitamente dos identidades y posibilidades tan distintas, sólo es para armar roña, dirían en mi barrio. No por nada ella se apresuró a negarlo.

En un plano más general,  es bueno, es saludable -también en mi opinión- para el peronismo y para la política de nuestro país que Cristina Kirchner se presente a las elecciones de este año. No sólo, ni siquiera principalmente, su liderazgo, son las políticas y las ideas que han quedado asociadas indisolublemente con su gestión, las que deben ser medidas en la aceptación, y el rechazo, que despierten hoy en los argentinos.


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