¿El mundo se nos está cayendo encima? – 2da. parte

May 31, 2012

Advertencia: Esta segunda parte del post continúa el tema de la primera: explorar posibles consecuencias, para nosotros, de la Crisis global que atravesamos. Pero … es completamente distinta. Porque aquella especulaba sobre las consecuencias económicas; y ésta, sobre las políticas. Hasta puede servir como una ilustración de los vínculos y las diferencias entre la política y la economía, cosas que todos percibimos pero son difíciles de definir con precisión.

También corresponde que diga que, aunque escriba con mi habitual confianza, tengo más preguntas que certezas. Amigos míos, que por lo demás son personas inteligentes, han cuestionado el supuesto básico del enfoque que tomo; y es cierto que todavía no existe evidencia empírica: los encuestadores, los maestros espirituales de nuestro tiempo, no tienen elementos, al menos todavía.

Ese supuesto básico es muy simple de plantear: la Crisis está jugando a favor del gobierno actual y en contra de sus opositores. Y terminará por provocar, inevitablemente, cambios importantes en el discurso de cualquier propuesta opositora viable que pueda surgir.

¿En qué me baso? Esta Crisis financiera ha puesto por lo menos en peligro el proyecto de la Unión Europea, debilita y degrada los sistemas de protección social de los países europeos, y echa serias dudas sobre la sabiduría y hasta la honestidad de las instituciones financieras más importantes, norteamericanas y europeas, piezas clave del sistema económico del que hasta hace muy poco se llamaba “el Primer Mundo”. Las imágenes y crónicas muy simplificadas que relatan todo esto están en los medios masivos, reforzadas en nuestra gente por la memoria de lo que recuerdan como acontecimientos parecidos – lo sean o no – que nos sucedieron a nosotros, hace 10 años.

Como todos los acontecimientos históricos espectaculares, éste ha servido también para poner en evidencia cambios profundos que, por su propia naturaleza, se producen muy lentamente y son difíciles de percibir. Y fáciles de negar, por los que tienen un compromiso emocional con el “viejo orden”. Frente a la Crisis, el rol de los Estados Unidos como potencia hegemónica del sistema mundial aparece … desdibujado.

Sigue siendo todavía la nación económica y militarmente más poderosa. Pero surgen potencias emergentes y hasta países medianos que están en condiciones de desafiar algunas de las reglas de juego de ese sistema global del que los EE.UU. es el guardián autonombrado, o de utilizarlas en sus propios términos y para su beneficio. El caso paradigmático es, por supuesto, China. Junto a ella figuran, en el imaginario de los medios y también en algunas maniobras diplomáticas, Rusia, India, Brasil, ahora Sudáfrica – la sigla BRICS, invención marketinera de una consultora de inversiones, es la manifestación periodística del hecho. Pero no son ciertamente los únicos.

Esta descripción, un poco larga – quería hacerla precisa – tiene relevancia para nuestra realidad política, y no por un proceso racional de evaluación de políticas. O, por lo menos, no principalmente por ello. El factor clave es la inclinación fortísima de muchísimos argentinos – basta escuchar sus conversaciones, o leer los diarios de más circulación – de asumir que hay países “serios” o “exitosos”, donde “se hacen las cosas bien” y compararlos con las malas prácticas o las oportunidades perdidas de nuestro gobierno de turno.

Hay un trasfondo que ayuda a explicar esta característica: hasta mediados del siglo pasado – coincidentemente con la caída del primer peronismo – las numerosas clases medias de la Argentina moderna tenían – más allá de las ideologías políticas – la idea de Argentina como un país grande y próspero, y con un gran futuro asegurado. Y la experiencia de ese primer peronismo extendió esta confianza a las clases populares.

Había razones válidas que sustentaban esta creencia. Éramos un país al que todavía estaba llegando inmigración europea con una memoria muy cercana de pobreza, además de la devastación causada por la guerra. Y nuestro nivel de vida, de educación, nuestras ciudades, se comparaban muy favorablemente con los de nuestros vecinos en la América del Sur.

El siguiente medio siglo destruyó esa convicción. La continua y creciente prosperidad de la Europa Occidental, y luego el despegue de Brasil, invirtieron, lentamente, los términos de la comparación con nuestro progreso, lento e interrumpido por crisis periódicas. Ningún gobierno, civil o militar, después del ’55, logró mantener por un período largo la confianza en su proyecto, no ya de las mayorías, sino ni siquiera la de un sector importante de la sociedad. Ni aún el peronismo, cuando regresó en 1973, pudo dar estabilidad a Argentina.

Las esperanzas que en buena parte de los sectores medios suscitó el retorno de la democracia en 1983 se desvanecieron a los pocos años en medio de crisis económicas. Puede verse a la experiencia menemista – sugestivamente, su consigna fue “entrar al Primer Mundo” – como la última ilusión masiva de incorporarnos, mimetizándonos, a ese mundo “exitoso” que nos había dejado atrás. La desilusión fue lenta pero implacable, a través del desempleo, la recesión,… finalmente, el desastroso final de la Convertibilidad.

Todo esto se aplica a un porcentaje muy importante, probablemente la gran mayoría, de nuestro pueblo, independientemente de su adscripción política, de los candidatos que vota. Pero atañe más profundamente, es mi evaluación, a los sectores sociales tradicionalmente opuestos al peronismo.

Más allá del cuerpo doctrinario que ha quedado registrado en los escritos y en los discursos de Juan Perón, y de las muchas y muy diversas «actualizaciones» que distintos pensadores han elaborado, existe en muchos – ¿la gran mayoría? – de quienes nos identificamos como peronistas una actitud pragmática, de aceptación de la realidad como primer paso para transformarla. Que, vale recordar, tiene raíces en el pensamiento y en la actitud del propio Perón. Además, a una cierta inclinación por la tradición hispánica y un criollismo revalorizado del primer peronismo, ha ido creciendo una fuerte identificación con Latinoamérica, con nuestra América. También anticipada en escritos y en políticas de Perón, y en su insistencia en el «continentalismo».

Nada de esto sería decisivo – el pragmatismo es muy fuerte, sobre todo en uno -pero al mismo tiempo en este nuevo siglo los países de América del Sur están, casi todos, creciendo con pujanza, sus recursos naturales despiertan el interés del resto del globo, y asoma la posibilidad de tener una presencia articulada en el escenario global. Todo esto, y, por supuesto, el desprestigio del «modelo neoliberal», encajan muy bien con el relato oficial.

Mientras que los sectores sociales que han sido la base tradicional de las fuerzas políticas no peronistas o directamente antiperonistas, han tenido siempre una inclinación hacia Europa. No es necesario recurrir a las especulaciones de Enrique Larriqueta sobre las dos Argentinas, la «indiana» y la «atlántica», que habrían dado origen a las dos grandes fuerzas históricas, peronismo y radicalismo. Es un dato cuya comprobación empírica resulta muy evidente, especialmente en los tiempos del primer peronismo, cuando el rechazo a los «cabecitas negras» era más explícito.

Cuando ponemos la atención en los grupos que llevan adelante en nuestra sociedad la producción intelectual y comunicacional, los que mi amigo Manuel Barge llama el Estado Mayor de la Hegemonía Cultural, los propietarios de la «Verdad», entre los que son hostiles a este gobierno – la mayoría de ellos – la confusión y el malestar que provoca o acentúa la Crisis, la degradación de los paradigmas tradicionales, se hace lamentablemente evidente.

Lean esta nota de Marcos Aguinis, donde increpa a una «oposición ciega e irresponsable«, incapaz de «salvar la República y la democracia«, pues «el país está que arde» (todo textual – es el lenguaje de las viejas proclamas de un golpe militar), y hace un clamor desesperado «No se han dado cuenta de que China, por ejemplo, desde que se atrevió a dejar en la historia el fósil modelo colectivista de Mao, ¡aumentó 45 veces su PBI!«.

Tiene que estar desesperado un viejo socialdemócrata antiperonista por el crecimiento del PBI para preferir el modelo de un partido leninista que adoptó un capitalismo sin leyes sociales. No debe ser por la ausencia de corrupción, no? Ojo: no es en serio. China no ofrece a los sectores altos y medio altos de nuestra sociedad, y menos a nuestros intelectuales, un modelo atractivo y un estilo de vida fácil de imitar, como si lo hacían Inglaterra y Francia en sus tiempos de esplendor. O más recientemente lo ha hecho Estados Unidos, con el envoltorio plástico – mucho más económico y masivo – de Hollywood, Orlando y Miami, que es a lo que las elites y los sectores medios de Latinoamérica modernos pudieron acceder fácilmente.

No, no es más que una expresión de desesperación y bancarrota intelectual de los modelos admirados. Puede verse, con un lenguaje más elaborado y mejor construído, en esta columna reciente de la diputada Elisa Carrió «El oportunista, el tipo ideal que caracteriza al político actual, mediocre, insustancial, cobarde y advenedizo es la bala envenenada que la modernidad a través de la razón instrumental metió con carácter letal en el corazón mismo de la razón moderna«.

Terminando, quiero dejar bien en claro que no creo que estos son los elementos decisivos. Ni de la crispación de los opositores a Cristina Fernández de Kirchner, cuyo origen es lo que aparece como una dificultad insalvable, al menos en el corto plazo, para vencerla en las urnas. Ni de la suerte última de este gobierno, que depende, sobre todo, del acierto de su política económica.

Pero son, estimo, factores que influyen. En la suerte electoral del oficialismo, que por ahora no se enfrenta a una oposición que ofrezca modelos alternativos. Y, como señalé al comienzo, en la naturaleza de la oposición que finalmente surja con posibilidades, que tendrá que encontrar un modelo, un paradigma. Que no será el que sirvió a Alfonsín y también a la Alianza, muy similar al que fuera funcional a las fuerzas políticas españolas en su Transición en los ´70. Y que tampoco va a ser aquel con que deslumbró Menem, y todavía seduce a algunos intelectuales de origen peronista.


«Parásitos, buitres y otros agentes económicos»

May 30, 2012

(El título y la ilustración están en el post yanqui original. Uno es un peronista moderado, faltaba más)

Como digo en el post anterior, puede percibirse un cierto cambio en el viento global, motivado por el aparente fracaso de un sistema de pensamiento, y de valores, que rigió la economía de la mayor parte del mundo durante los últimos 30 años. Atención: no me refiero al contenido del post que aquí traduzco y copio. Es del blog Naked Keynesianism, de uno de esos prestigiosos profesores norteamericanos que curten la izquierda Demócrata. Nada nuevo. Lo significativo es que, en el marco de una contienda electoral en que la derecha de los Republicanos ataca duramente a un presidente que acusan de «socialista», ambos partidos sacan una ley para cobrar impuestos anticipados (no respetan la seguridad jurídica!) y prohibir entrar al país a quien renuncie la ciudadanía para eludir impuestos. Como en el texto también se menciona a un entrañable amigo de Argentina, puede ser de interés para nosotros. Y para el estudio que representa a nuestro país en Nueva York. De nada.

«La decisión del cofundador de Facebook, Eduardo Saverin, de renunciar a su ciudadanía norteamericana, dio lugar a una gran protesta, y a la decisión bi-partisana (un caso muy raro) de gravar con antelación y prohibirle que vuelva a entrar en el país (el Ex-Patriot Act). Esto no es un fenómeno único. Kenneth Dart, heredero de una empresa de espuma de poliestireno, y unos cuantos millones (miles de millones?), renunció a su ciudadanía de los EE.UU. y se convirtió en un ciudadano de Belice, una paraíso de capitales fugados, en la década de 1990 por la misma razón.

William McNeill diferencia entre los parásitos micro y los parásitos macro, y Saverin y Dart se encuentran claramente en esta última categoría. Los macro-parásitos también se benefician del huésped, y lo dañan en el proceso. Y evolucionan también. Dart es el dueño de un fondo buitre, que ganó millones (700 más o menos) con el default de Argentina en la década del 2000. Ahora, aunque no se ha publicitado mucho, su fondo buitre se ha cobrado 400 millones de dólares de los pagos griegos después del acuerdo de reestructuración de la deuda anterior.

Así es, allí es donde el dinero de los contribuyentes griegos presionados por los programas de austeridad de la UE y el FMI va. Los parásitos y los buitres existen, y seguirán prosperando en el capitalismo, pero no hay ninguna razón para que los gobiernos deban permitir que eso suceda. La impunidad de los parásitos, los buitres y otros tipos de agentes económicos resulta de la falta de regulación con la que las corporaciones pueden actuar, que ha sido la columna vertebral de la agenda neoliberal. Pero voy a dejar la discusión de las corporaciones para otro post.

PD: Alguien me recordó que lo que Bain Capital y otras firmas de capital privado hacen no es muy diferente de la conducta parasitaria se ha descrito anteriormente

(Este último palito es, claro, para Mitt Romney, exitoso ex CEO de Bain Capital. Recordé que estaban en campaña electoral, no?)


Soplando en el viento… (se lleva los dólares)

May 30, 2012

Esta es una noticia económica más. La trae un cable de AFP-Reuters, y la han tomado ya Infobae y el interesante sitio de Internet La Pista Oculta. Ha sido diseminada por mails de militantes entusiastas, pero hay que tener claro que, en sí, no implica ninguna transformación fundamental. Puede ser un hecho importante para una parte del comercio internacional, de alcance puramente técnico, como el acuerdo similar al que llegaron Brasil y Argentina para usar sus respectivas monedas y prescindir del dólar en sus intercambios. Pero, por algún motivo, resuenan en mi cabeza palabras a las que le puso música el gran Bob Dylan «la respuesta, amigo mío, está soplando en el viento«. O «Porque algo está ocurriendo aquí, pero no sabes lo que es, ¿no es así, Mr. Jones?«.

«Japón y China dejan de usar el dólar como moneda de cambio. Lanzarán un cambio directo entre yenes y yuanes en los mercados de Tokio y Shanghai desde el 1 de junio.

Ambos países iniciarán este viernes un intercambio directo de sus monedas para dinamizar el comercio y la inversión bilaterales, anunció este martes 29 el ministro nipón de Finanzas. Hasta ahora, se usaba un sistema que empleaba el dólar como valor pivote para determinar la tasa de cambio entre el yen y el yuan.

Según  la prensa japonesa, es la primera vez que Pekín acepta que su moneda se  negocie directamente con otra sin pasar por el dólar.
«A partir  del 1 de junio, la tasa de cambio yen/yuan será indicada de forma constante en ambos mercados, facilitando un intercambio pleno y directo  de divisas», declaró a la prensa el ministro, Jun Azumi, según Dow Jones Newswires. Azumi especificó que el nuevo régimen de intercambio de divisas se aplicará en las plazas de Tokio y Shanghai.

Al no usar el dólar como divisa intermediaria, «podemos reducir los costes  de transacción y hacer más útiles las monedas de ambos países»,  añadió el ministro. Alrededor del 60% de los intercambios chino-japoneses se efectúan actualmente a través del billete verde.

El  anuncio fue hecho después de que China y Japón, respectivamente segunda  y tercera mayores economías del planeta, firmaran en diciembre acuerdos  para facilitar y reforzar su comercio y las inversiones bilaterales. En virtud de esos acuerdos, Japón anunció en marzo la compra de obligaciones públicas chinas por primera vez, un acto simbólico del reforzamiento de los intercambios financieros entre las dos potencias asiáticas. Un organismo público japonés, por otro lado, estará habilitado para vender en China obligaciones niponas denominadas en yuanes.

China superó a Japón como segunda economía mundial en 2010«.


Elecciones internas del P. J. Capital y un tango melancólico

May 30, 2012

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Escuchando al inolvidable Julio Sosa aquello de «Uno … sabe que la lucha es cruel y es mucha«, les acerco la partitura de esta otra bonita pieza que nos ofrece el conocido conjunto del Partido Justicialista – Capital. Como en el video, pueden saltearse el aviso. De nada.

ACTIVIDAD

FECHA

CIERRE DE PADRON PROVISORIO

Lun 4/6/12

ENTRGA DE FORMULARIOS PARA AVALES

Lun 2/7/12

VENCE RESERVA DE IDENTIFICACION DE LISTA

Jue 12/7/12

PLAZO DE PRESENTACION DE LISTAS

Lun 16/7/12

EXHIBICION DE LISTAS

Mar 17/7/12

ENTREGA DE PROTOTIPO DE BOLETAS

Vie 20/7/12

FIN DE PLAZO IMPUGNACIONES

Mie 25/7/12

RESOLUCION DE IMPUGNACIONES

Jue 26/7/12

VENCE PLAZO DE REEMPLAZOS

Vie 27/7/12

OFICIALIZACION DE LISTAS

Lun 30/7/12

ENTREGA DE BOLETAS OFICIALIZADAS (en paquetes de 100)

Lun 20/8/12

LISTADO DE PRESIDENTES Y ViCE MESAS

Lun 27/8/12

ELECCIONES

Dom 2/9/12


#YoSoy132 – Estudiantes, política y Twitter

May 29, 2012

Interrumpo posts y comentarios sobre economía – está bien, es la víscera más sensible – pero está pasando algo que puede ser importante en México – el país es importante, la nación más grande entre las que hablamos castellano, la interfaz más estrecha con el mundo anglo – y los diarios locales todavía no traen nada (O casi nada; acabo de encontrar algo en LaNación). Algunos ya la llaman la «Primavera Mexicana» (¿les suena?). Y, a lo mejor, algo nos dice a nosotros.

La cosa empezó el 11 de mayo, con una visita a la Universidad Iberoamericana del candidato del Partido Revolucionario Institucional, Enrique Peña Nieto – que va muy adelante en las encuestas. Ese día, los estudiantes lo cuestionaron sobre su actuación como gobernador del estado, durante la represión que sufrieron manifestantes en el pueblo de San Salvador Atenco en el 2006 (un famoso incidente en México donde hubo dos muertes, cientos de arrestos, mujeres violadas y acusaciones de brutalidad policial). Peña Nieto justificó la intervención de los cuerpos de seguridad, pues, con ello, aseguró, se buscó restablecer el orden.

Mala jugada. El acto de campaña terminó con la huida del candidato luego de ser abucheado con consignas como «¡Asesino!» y «¡Telecandidato basura!», al tiempo que era perseguido por los jóvenes hasta la salida de la universidad.

Los que manejaban su campaña la hicieron peor: acusaron a los estudiantes de ser un «puñado de infiltrados y manipulados», y algunos medios, como ‘Televisa’, no reportaron el incidente.

La réplica de los estudiantes de la ‘Ibero’ – una de las universidades privadas más exclusivas del país – fue la creación de un video denominado ‘131 alumnos de la Ibero responden’, en el que se identificaron plenamente para demostrar que eran estudiantes y no «infiltrados» ni agitadores de otro partido.

El video circuló a través de redes sociales y trascendió fronteras. De ahí surgió en Twitter el hashtag #Marchayosoy132, y también #Yo soy el 132, no soy porro ni acarreado, y deseo un México justo y libre http://www.facebook.com/yosoy132, aludiendo a cualquier simpatizante del movimiento juvenil que ha tomado las calles de las principales ciudades del país en marchas a las que se han incorporado estudiantes de otras escuelas privadas y públicas.

Las reacciones… bueno, los diarios ya tienen el catálogo «Lo que sucedió en la universidad provocó que se detonara un chip en muchos estudiantes; es una visión de frescura de lo que está pasando en el país. Se liberó una voz que estaba callada desde hace mucho; ya era hora de que alguien dijera algo«, declaró una estudiante de la UIA.

«Este movimiento puede dar un vuelco a la campaña, ya que es un elemento que introduce una dimensión moral que había estado ausente ante un ambiente de corrupción«, explicó una analista.

Sin embargo, dijo un historiador «El despertar de conciencia está en una clase social; el activismo gana muchas cosas, pero no necesariamente las urnas«.

Más datos, y el video – que desde donde estoy no puedo subir – los pueden encontrar en el colombiano El Tiempo, y en el blog gringo Inca Kola News. La información concreta es que, según las encuestas, Peña Nieto tiene una intención de voto del 47 por ciento, muy por encima del 26 del candidato de la izquierda, Andrés Manuel López Obrador, y de Josefina Vázquez, del gobernante Partido Acción Nacional (PAN), que tiene el 25 por ciento.

La cantidad de jóvenes de 18 a 29 años registrados en el padrón electoral de México es de 24 millones, lo que representa el 30 % del electorado general. Para más de la mitad, 14 millones, el próximo primero de julio será la primera vez que voten en una elección presidencial.

Lo que no tengo idea es a cuántos de ellos va a influir estas manifestaciones y marchas. Pero hay algo cierto: Este movimiento tomó por sorpresa a la cúpula política, a medios de comunicación y a la sociedad en general, por su inesperada aparición y rápido crecimiento. Cuando nadie volteaba a ver a las universidades, ni a los jóvenes, surgió prácticamente de la nada, y la bronca se centra en el sesgo informativo de las cadenas de televisión a favor del candidato del PRI, y en la corrupción de la clase política.

«Parte de lo que estamos tratando de cambiar es que los medios transmitan la información como es, no solo lo que les conviene, que no se oculten cosas ni se distorsione la realidad. Los medios tendrían que trabajar para nosotros y no para sus intereses«, declaraba un estudiante de la UNAM.

No, no sé si esto va a ser una carta para López Obrador, si detrás está el Cartel de Sinaloa, el Cartel del Golfo o el Cartel de Washington (como algunos llaman cariñosamente a la DEA; después de todo, se insiste en que el PRI retomaría la vieja política de «vivir y dejar vivir» con los narcos). Lo que creo es que las reglas de juego de la política están cambiando, irreversiblemente.


En minería, algo importante

May 29, 2012

(Y no es la vecinita de Lucas Carrasco). En serio, la explotación minera en Argentina es un tema importante. Durante casi toda nuestra vida como nación más o menos independiente, por lo que no se hizo (Ya sé, hubo esfuerzos nacionales y acriollados; y Quiroga y Rivadavia tuvieron algunos choques por el Famatina. Pero en gran escala… cero al as). Luego, vino Yeltsin… er, Menem, y dio concesiones muy generosas, con salvaguardias legales por 30 años. Que los gobiernos posteriores no tocaron. Ni, seamos francos, ninguna fuerza política remotamente cerca del poder plantea modificar.

Así, tenemos mega minería, ambientalistas (que son un síntoma de modernidad), y exportaciones de minerales que convierten a Argentina en un actor mediano en el mercado mundial. Digamos que era hora, porque geología elemental indica que no hay motivo para que nuestra zona andina no tenga tanta riqueza potencial como la chilena.

En el blog he explorado el tema (vean en el Buscador) pero no es uno de los temas que más conozco, y por eso no es de los que más hablo. Pero me interesa el desarrollo de Argentina – no sólo su crecimiento – y hoy leo una noticia que puede ser muy importante para nuestro futuro:

La Secretaría de Minería, a través de dos resoluciones ya publicadas en el Boletín Oficial, determinó que las compañías mineras deberán crear departamentos especiales para definir el reemplazo de insumos importados por otros nacionales. Esto alcanza a las empresas beneficiadas con la ley 24.196, que fija el régimen de atracción de inversiones para la actividad.

La creación de departamentos de sustitución de importaciones apunta a priorizar la adquisición de maquinaria, equipos y repuestos, servicios e insumos de origen nacional y reducir las importaciones que necesita la industria. Por supuesto, la oportunidad tiene que ver con la política general de ahorro de divisas en que está empeñado el gobierno, pero lo que importa, en el largo plazo, es el fomento de una industria nacional proveedora de insumos a la gran minería. Que, a su vez, permita el desarrollo de una gran minería nacional.

Otro punto valioso, porque en esta actividad el transporte es un insumo clave, es que también deberán utilizar el servicio de fletes de empresas nacionales para exportar minerales o productos derivados, tanto de forma marítima, fluvial, terrestre o aérea.

Como siempre en el Estado, la clave está en los detalles y en la ejecución. Pero esta es una buena noticia, para empezar el día.


Una observación acerca de las ideas de Marcelo Diamand

May 28, 2012

Los comentarios forman parte de la naturaleza del blog (o de su esencia, si uno se pone en aristotélico). Si nadie comentara – porque no incita a hacerlo, o porque no se permite – ¿cuál sería la diferencia de ese blog con una serie de monólogos, breves o no tanto, congelados para siempre en papel o en bytes?

Eso no quiere decir – lo aclaré desde el comienzo – que me sienta obligado a subir todo lo que comentan. Después de todo, hacer un blog es fácil y gratis, y cualquier (otro) boludo – Feinmann dixit – puede tener el suyo. Como además no recibo dinero por hacerlo, mi privilegio es decidir qué cosas publico. Quiero opiniones distintas a las mías, y mejor si destruyen mis argumentos: aprendo y alejo el aburrimiento. Pero trato de evitar las tonterías, especialmente si son repetitivas; los ataques personales, especialmente si no tienen nivel; las bajezas (que detecto)… Digamos que los foros online de los diarios me muestran con claridad lo que no quiero aquí.

Eso sí, voy a hacer una advertencia a mis colegas blogueros, de diferentes persuasiones ideológicas: Nunca asuman que un comentarista, aunque piense muy distinto de ellos y además evidentemente tenga pocas luces, no puede aportar nada. Si tienen el tiempo, lean lo que escribió, por las dudas.

Esto me lo recordó un comentario al post anterior que envió Alcides Acevedo, un «liberista» – en el sentido que Croce usaba el término – de escasas luces y bastante agresividad que – lo peor de todo – se repite. Iba a descartar su último opus – le había autorizado algunos en el último mes, y ya había tenido que omitir sus repeticiones – cuando encontré una observación que – por lo menos a mí, que no soy economista profesional – encontré de interés acerca de las ideas de Marcelo Diamand.

(El ingeniero Diamand – para los que lamentablemente no lo conocen – fue una figura central del pensamiento económico industrialista en nuestro país. Sería muy injusto tratar de sintetizar sus ideas en un post breve, subido apresuradamente antes de irme a dormir; búsquenlo en Google – hay bastante -, y al menos lean esto).

Ahora, yo me sentía en deuda con este tema. El habitual comentarista Mariano Tcuyo blog es una de las voces articuladas del empresariado rural – había cuestionado duramente en una ocasión las ideas de Diamand sobre las distintas productividades en nuestro país del agro y de la industria, y la necesidad de compensarlas con distintos tipos de cambio. El hecho evidente que las retenciones en vigor son, en la práctica, una forma de tipo de cambio diferencial, y que hayan sido la base del esquema que inició Lavagna en la gestión Duhalde pero amplió y consolidó Néstor Kirchner, no mejoraba su humor. Me sentía impulsado a contestarle, pero no tengo el tiempo ni la formación teórica para hacer un trabajo a fondo.

No es que Alcides A. lo haya aportado, por supuesto. Pero encuentro interesante una parte del comentario que envió:

«Veamos, dice el Sr. Abel: «El dinamismo de nuestra economía está dado – si mis percepciones son correctas – por nuestras exportaciones, y el mercado interno, el estímulo al consumo, y la ampliación del empleo operan como un factor de equilibrio y distribución».

Los peronistas son duros como la piedra. ¿El dinamismo viene dado por nuestras exportaciones? ¿las de soja? ¿las de minerales? ¿las de la industria automotriz a Brasil con un 80% de componentes importados?

Es una lástima que no se detengan (porque no tienen la capacidad) de leer a los profetas de la economía Nac&Pop, por ejemplo el señor Diamand…

Este señor explicaba muy bien qué era la restricción “externa” y (sin proponérselo) daba la pauta de por qué un mejoramiento en los salarios lleva a la crisis:

  1. Aumentan las importaciones (básicamente de tecnología)
  2. Se reducen los saldos exportables por aumento del consumo interno (como se puede ver con las patéticos cierres de las exportaciones de leche, carne y trigo)«.

Las primeras preguntas tienen como respuesta, claro, un terminante sí. Las exportaciones de commodities son las que proporcionan una parte muy significativa de las divisas que permiten las importaciones de tecnología; y una parte, no tan decisiva, pero muy importante de la recaudación que permite estímulos al consumo, políticas sociales (que son la mejor forma de estimular el consumo) y contar con un Estado si no fuerte, por lo menos no tan débil como el de otros gobiernos democráticos de nuestra historia reciente.

La industria automotriz argentina está articulada con la brasileña, a través de un comercio administrado durante los últimos treinta años. Proporciona empleo bien remunerado y es un clarísimo ejemplo de lo que llamo en ese post un factor de equilibrio y de estímulo a la actividad económica.

Es la segunda parte de lo que dice que – además de mostrar su adversión al mejoramiento en los salarios – me ayuda a darle una respuesta – muy parcial, claro – al planteo de Mariano T:

Podemos coincidir en que la existencia de dos niveles distintos de productividad en un mismo país no es sostenible en el tiempo (de la misma forma que no es sostenible en el seno de la Unión Europea), y que distintos tipos de cambio no es una forma ideal de equilibrarlos. Pero lo que ese argumento omite es tomar en cuenta un hecho en que los mismos ruralistas insisten: la actual productividad agraria no es un don eterno de la naturaleza; es el fruto de revoluciones tecnológicas en que el I.N.T.A. y otros organismos del Estado tuvieron un rol fundamental, además de, es necesario reconocerlo, la capacidad de innovación y esfuerzo del sector empresario más «schumpeteriano» con que Argentina cuenta: el productor rural (que no es el mismo que el que alquila su campo, también hay que decirlo).

Y si la producción agraria tuvo ese salto en productividad – siempre insisto que hace cincuenta años la soja era un cultivo exótico para la cocina japonesa – no hay ningún motivo para que la industria no lo tenga… si aplicamos las políticas correctas.

Aquí llegamos a la otra percepción. Obvia, pero no había sido capaz de elaborar la respuesta: La tensión entre el mercado exportador y el consumo de nuestro pueblo en la producción rural – carne, trigo, leche – no es un descubrimiento del ingeniero Diamand. Se puede encontrar las pujas provocadas por ello en las actas del Cabildo de Buenos Aires del siglo XVIII (aunque el comercio fuera dentro de las posesiones de la Corona española). Si bien no es un consumo con una gran elasticidad – a quien le aumentan el sueldo al doble no va a consumir el doble de pan – el problema, hasta ciertos niveles de producción, es real.

Pero hasta un discípulo de Hayek – o de Lenin – debería darse cuenta que ni la soja ni los minerales son productos donde el consumo popular es un factor significativo.


¿El mundo se nos está cayendo encima?

May 28, 2012

La frase del título es, como seguramente todos tienen presente, la que usó la Presidente el 10 de mayor por primera vez. «No nos caímos del mundo, el mundo se está cayendo encima nuestro, ese mundo que nos decían que teníamos que seguir«: la advertencia apareció, con razonable fidelidad, en todos los medios locales (Si pongo el enlace con Ámbito, es porque me parece apropiado que sea con el diario filokirchnerista dirigido a los empresarios o, como los llama cariñosamente Lucas Carrasco, al «lumpenburguesariado»).

Ahora, el discurso habitual de Cristina incluye expresiones concisas y terminantes. Lo suyo no son las frases floridas e imprecisas, en el viejo estilo de los oradores políticos que inmortalizó Ricardo Balbín. Pero tampoco es frecuente en ella, ni en general en ningún gobernante que no esté pidiendo «sangre, sudor y lágrimas» a su pueblo, usar expresiones que aluden a una catástrofe.

Es cierto que, como fué correctamente resumido en el título de la noticia «Cristina estaba pidiendo sensatez en los reclamos salariales y que los empresarios reinviertan«. Un auditorio difícil, para esos pedidos. Conociéndolos de muchos años, puedo afirmar que los muchachos gremialistas, en general, son sensatos. Pero su definición de sensatez puede variar con la del gobierno. Y los empresarios… me temo que el primer instinto de la mayoría de ellos, al escuchar ese tipo de anuncios, es volcarse al efectivo, en dólares.

De todas maneras, mi intención no es explorar la eficacia del discurso. Ni tampoco analizar la presente coyuntura en particular. Existe un estado de nerviosismo y preocupación en los siempre sensibles sectores medios y altos de Argentina – tienen experiencias históricas que los justifican – del que es síntoma y causa parcial la escalada del dólar, y es «fogoneado» por los medios opositores. Sobre ese tema subí el sábado un artículo, y también recomiendo el excelente post de Mariano en Yendo a menos.

Pero mi convicción es que lo que los analistas financieros llaman los fundamentals de la economía argentina, los números de las exportaciones y la recaudación, siguen siendo satisfactorios, no hay un proceso de endeudamiento desbocado, así que no creo en la posibilidad – salvo errores lindantes con la locura – de un descalabro próximo. Sobre el particular, propongo leer el cauteloso y pesimista análisis reciente de Orlando Ferreres, a quien nadie podría acusar de simpatizante kirchnerista.

Me interesa plantearles a Uds. mis inquietudes sobre la situación a que alude la Presidente, la caída del mundo encima nuestro, en dos planos: el económico y el político (Manolo Barge también se interesó en el tema aquí, pero su enfoque es conceptual). Por eso esta vez no voy a pontificar: estas son preguntas.

No encuentro un análisis preciso – temo que no existe – de las posibles consecuencias en los próximos años, de la Crisis global que atraviesa el mundo desarrollado sobre nuestra economía (Algunas comentaristas del blog – nuestro amigo Oti, por ejemplo – y pensadores «antisistema» creen que habrá un agravamiento inevitable de la Crisis, implicito en la naturaleza del capitalismo financiero en esta etapa; que eso obligará a reestructurar toda nuestra economía; y le dan la bienvenida. Es posible. Pero todavía no sucedió). El punto álgido hoy está en Europa, el agujero que sigue destruyendo capitales. Hay una recuperación, muy débil. en los EE.UU., y Japón sigue estancado. De todos modos, el consumo del mundo desarrollado no ha descendido mucho: lo prueba el hecho que los valores de los productos exportables siguen altos, en particular el petróleo.

La economía china enfrenta problemas estructurales, consecuencia de su mismo desarrollo. Pero su crecimiento no se ha detenido, como tampoco el de los países emergentes en general (incluyendo Argentina). Los precios de los granos siguen altos, en general. Y se afirman los biocombustibles. En los próximos años, entonces, la proyección más probable indica que seguiremos viviendo en el mismo mundo capitalista en que estuvimos hasta ahora, pero con mucha menos autosatisfacción y convicción en la sabiduría de sus recetas de parte de los países desarrollados. A lo que yo le doy la bienvenida. Y presenciando algunas caídas muy dolorosas, aún desde un nivel bastante alto, en Europa.

De todos modos, la Unión Europea en su conjunto representa, en el promedio de los últimos años, el destino de menos del 25 % de nuestras exportaciones (en realidad, nuestro comercio exterior está bastante diversificado. Y el gobierno nacional está empeñado en desarrollar nuevos mercados). Tampoco la U.E., y esto siempre debemos tomarlo en cuenta, es un destino principal para las exportaciones de nuestro socio clave, Brasil. En realidad, también en el promedio de los últimos años, el cliente más importante de los productos brasileños es China, luego Argentina, y después EE.UU. (Así es: estamos estrechamente vinculados; ellos son, a la vez, uno de nuestros principales clientes ¿O a qué creen que se deben las expresiones del canciller Antonio Patriota que recogió Artemio?).

No comparto, entonces, el fatalismo que Lucas Llach expone aquí. Tiene mucha razón cuando dice que un dólar paralelo muy por encima del oficial (¿más del 25 %?) es un factor que opera en contra de la inversión, y no contribuye a moderar la inflación. Pero ya estamos conviviendo con una inflación alta – no en comparación con la experiencia histórica pre-convertibilidad, pero sí en relación a los países vecinos – y la inversión se dirige solamente a nichos de alta rentabilidad.

No es una situación ideal – la he criticado bastante – pero la experiencia de los últimos cinco años, por lo menos, muestra que Argentina ha podido seguir creciendo en estas condiciones. El dinamismo de nuestra economía está dado – si mis percepciones son correctas – por nuestras exportaciones, y el mercado interno, el estímulo al consumo, y la ampliación del empleo operan como un factor de equilibrio y distribución.

Entonces ¿no hay peligro? Yo no diría eso. Es cierto que no veo, en lo inmediato, repercusiones peligrosas de la Crisis del mundo desarrollado en nuestro país. Pero eso puede ser mi miopía. Por eso invito las opiniones de quienes sepan más.

Además, les recuerdo que, en la tradición argentina, nosotros somos muy capaces de crearnos nuestros propios problemas graves. Y hay un peligro cierto y muy evidente implícito en el esquema actual: que la inflación en curso deje atrasado el valor del dólar, tal como – con unas reglas de juego muy distintas, sucedió al final de los ´90. Algunos dicen que esto ya ha sucedido. No estoy convencido de ello: ciertamente no es así en muchos de las actividades agrarias, por ejemplo. No lo es para las explotaciones mineras y petrolíferas (donde los problemas son de otra naturaleza).

Pero… el ajuste – que está en curso – del tipo de cambio, más lento o más rápido, incide necesariamente en la puja distributiva. Es decir, es un problema de naturaleza política. Eso va en la segunda parte del post.

(Continuará)


El «latinoamericanismo mitológico», la integración real

May 27, 2012

Ayer, motivado por las declaraciones del presidente de Uruguay en un acto por el 25 de Mayo, subí un post artiguista. En realidad, el que hizo artiguismo fue Mujica.

Un frecuente visitante y colaborador del blog, Rogelio Galliano, comentó aquí de una «enorme hipoteca» que se habría propuesto levantar el Presidente José Mujica, y dió algunos ejemplos. Yo le contesté «Rogelio, creo que tu enfoque está profundamente equivocado. No hay “hipotecas” – es decir, deudas con garantía de inmuebles – que esté obligado a levantar Uruguay. O Chile. O Brasil. Ni tampoco Argentina«.

Él contestó a su vez, aquí, aclarando que su referencia a «hipoteca», o mejor «lastre» era con los propios uruguayos, que en algunos medios se mostraban muy hostiles a Argentina. Yo, como «administrador» del blog, estimo que es mejor no meterme a discutir en las columnas de comentarios (aunque muchas veces no resista la tentación). Igual que los jueces, que hablen por sus sentencias. los blogueros deberíamos hablar sólo por nuestros posts. Además, y sobre todo, nadie ganó nunca una discusión, según lo ve el que discutía con él.

Pero Rogelio es un tipo inteligente con el que además compartimos algunos ideales. Y su crítica, que encuentro desacertada, pienso que sirve para obligarme a precisar algunos conceptos, muy importantes.

Porque él dice, como resumen: «La actitud más apropiada para armonizar nuestros intereses comunes es reconocer con realismo cuál es la situación en cada momento y no deformarla con un latinoamericanismo mitológico e irreal” ¡Totalmente de acuerdo! Pero creo que es necesario tomar en cuenta que cada uno verá «la situación» desde un determinado punto de vista, desde su país, cuya identidad, historia y prejuicios se han formado a la larga de bastantes generaciones. La matriz cultural desde la que se hace la política, como apunta muy acertadamente ahí mismo el Canilla.

Por caso, ejemplos de ese latinoamericanismo mitológico e irreal están incluídos en su primer comentario en el post. Creer que un uruguayo, desde un patriotismo localista, va a sentir como una «hipoteca enorme» el refugio en 1955 a los aviadores que habían bombardeado Plaza de Mayo. Para un uruguayo, probablemente, si lo recuerda, sería como un ejemplo del tradicional asilo político a los derrotados de una contienda civil argentina. Es más fácil que registre – los medios locales le refrescarán – que Perón hostilizó al Uruguay en su primer gobierno. Para un argentino, especialmente para un argentino peronista, el hecho abre una herida en su memoria, pero no especialmente con el Uruguay. Al menos, no noto que haya afectado nuestro turismo hacia sus playas.

Y es probable que ni el argentino ni el uruguayo del común tengan presente que Perón – con un latinoamericanismo concreto y realista – normalizó definitivamente la situación de límites con el Uruguay con un tratado generoso. Especialmente si nosotros y los uruguayos que se sienten argentinos orientales no nos esforzamos en marcar la vigencia de esa actitud. Los herederos de esos aviadores no lo van a hacer.

Otro ejemplo de latinoamericanismo mitológico e irreal, es asumir que los otros países latinoamericanos deben asumir como propia la causa de Malvinas. No la han aprendido en la escuela primaria ni derramaron sangre por ellas. Su solidaridad no es automática, es el fruto de esfuerzos diplomáticos conscientes y laboriosos, de tomar en cuenta causas caras a cada uno de ellos. Facilitados, tal vez, por una memoria de la Patria Grande.

En este tema, otra «irrealidad» sería suponer que Chile no iba a ayudar, bajo cuerda, a Gran Bretaña en la guerra de las Malvinas en 1982. Menos de 4 años antes, Argentina y Chile estaban listos para ir a la guerra … entre ellas. Y en abril del ´82, había manifestantes pelotudos en nuestras plazas que coreaban «Tero. tero, tero Hoy le toca a los ingleses y mañana a los chilenos«.

Actualmente el Presidente de Chile, Sebastián Piñera, no sentimental él, repite en todos los foros internacionales el apoyo de Chile a los reclamos de Argentina, y hay fuerzas militares conjuntas de Chile y Argentina en algunos escenarios. No habría nada más mitológico e irreal que pensar que eso es «natural», y se da de casualidad y no por un cuidadoso trabajo en reforzar intereses comunes.

De todos modos, el plano más conflictivo es, siempre, el económico. Rogelio menciona un tema clave «es muy dificultoso cerrar el acuerdo de intercambio de información tributaria que impida que sean el paraíso de los evasores fiscales y principal canal de la fuga de capitales de Argentina«. Uruguay, seguramente, no limitará la actividad financiera, que le da buenos dividendos, sin obligar a ningún argentino a llevar dinero allí, ni tampoco desalentará a las pasteras en su territorio, si el Mercosur, es decir, Argentina y Brasil no le ofrecen alternativas satisfactorias.

En realidad, tampoco Brasil, ni Argentina, harán nada que perjudique sus intereses… salvo que su integración les brinde mejores posibilidades. Pensar lo contrario… eso sí sería irreal.

El comentario de Rogelio rescata, con razón, un hecho bien real: la hostilidad muy presente en muchos uruguayos hacia Argentina. Aparte de la bronca con el «estilo porteño» que muchos en Latinoamérica identifican con los argentinos en general ¿qué creíamos que iba a pasar, después del bloqueo en Gualeguaychú? (Yo pienso que el bloqueo fue una estupidez insigne, pero no importa. Aunque hubiera sido una medida inteligente ¿cómo la iba a tomar el uruguayo medio?).

En resumen: el romanticismo tiene su lugar en política, como en la vida, pero trato de no incluirlo en mis análisis. Por eso, lo que encuentro «mitológico e irreal», para seguir usando esa frase, es pensar que Argentina, su seguridad y sus intereses, no necesitan de alianzas sólidas con el resto de la América del Sur. Que su futuro no requiere, sí o sí, la construcción de estructuras políticas, militares, culturales y económicas comunes en la región.

Como esta convicción no es todavía compartida por muchos niveles de decisión en los gobiernos sudamericanos, ni por una parte significativa de nuestros pueblos – y es posible que lo que está pasando con la Unión Europea desaliente el respaldo a procesos de integración – creo que una tarea política importante es difundirla. Y analizar los pasos prácticos para construir esa realidad.


Un buen festejo del 25 de Mayo

May 26, 2012

En general, no me entusiasmo con festejos y aniversarios. Son ritos necesarios, en animales sociales como somos los humanos. Pero el tiempo y las repeticiones desgastan todo, y vacían de significado. Y no quiero interrumpir la discusión en curso en el post anterior sobre el dólar, tema caro a los argentinos. Pero…

De vez en cuando, algunas palabras – que no tienen porqué ser elocuentes, o altisonantes – dichas por alguien que se ha ganado una cierta autoridad moral para decirlas, renuevan un viejo discurso. Y siento que un festejo formal se convierte en algo más, y quiero compartirlo con quienes puedan sentirlo así.

Fué, de todos los lugares, en la embajada argentina en Montevideo. Allí el presidente del Uruguay, José Mujica, reiteró ayer una vez más la solidaridad de su país con el reclamo argentino por la soberanía sobre las islas Malvinas. «Tenemos que estar juntos, no para aplastar a nadie, no para aplastar al pueblo malvinense, sino para reconstruir el nosotros que todavía está por hacerse«.

«Porque el mundo se globaliza y se aprieta cada vez más ¿Qué vamos a hacer en ese concierto los latinoamericanos atomizados, que tienen la misma tradición, la misma lengua, una historia parecida? Cuando el mundo se estruja, tenemos la necesidad de tener un alero que nos proteja, y ese alero es una política en común que podamos construir«.

Me gustó, y me expresó, qué quieren que les diga. Hasta banco la ironía bonachona del Pepe, cuando dijo «En el reclamo de Islas Malvinas no somos desinteresados, después discutiremos si son argentinas o son uruguayas. Al fin y al cabo, en tiempos de la colonia, las Malvinas se atendían desde el puerto de Montevideo«.

Como argentino, tengo que reconocer que tiene un buen argumento. Después de todo, los primeros gobernadores de las Malvinas fueron nombrados antes de la creación de la República Oriental del Uruguay, por un gobierno de Buenos Aires, una de «las demás Provincias Argentinas, á que siempre perteneció por los vínculos más sagrados que el mundo conoce«, según dice la Ley de Unión del 25 de agosto de 1825, después de la victoria de los Treinta y Tres. No es así, Canilla?