El ARSAT-2 y la ley de Desarrollo de la Industria Satelital argentina

septiembre 30, 2015

Nuestro segundo satélite geoestacionario Arsat-2 está en órbita. Se desacopló del cohete Ariane 5 y ahora se prepara a emprender el largo viaje a su destino definitivo, a 36.000 kilómetros de la Tierra. Como el Arsat-1, fue fabricado por la empresa estatal rionegrina INVAP. Está en condiciones de ampliar la cobertura de servicios de telecomunicaciones a todo el continente americano, norte y sur.

Ya subí la historia de este satélite hace pocos días. Y si ponen en el Buscador del blog (en la columna de la derecha) las palabras ARSAT, INVAP, TRONADOR, encontrarán mucho material sobre este tema (Resuena conmigo. Creo que la exploración espacial es el equivalente de las catedrales medievales para nuestro tiempo). Esta tarde estuve ocupado y no tuve tiempo para escribir. Y todos los medios, aún los opositores, con mayor o menor mezquindad, les darán los detalles.

Quería acercarles el texto del proyecto de ley de Desarrollo de la Industria Satelital argentina que la Presidente Cristina Fernández de Kirchner anunció recién que enviaría al Congreso. Lamentablemente, no está todavía en la Red, o no lo pude encontrar. Una página en Télam me confundió en un primer momento y subí algunos fragmentos, pero después me di cuenta que se trataba de Argentina Digital (Igual, vale la pena leerlo; lo encuentran aquí).

Por eso, eliminé lo que había subido (disculpen, suscriptores), y prometo comentarlo cuando acceda a él.


Nuestros amigos chinos

septiembre 30, 2015

banco central chino

Recién leía en Noticias Argentinas una noticia relevante a los temas económicos que estábamos discutiendo en el blog:

«El presidente del Banco Central, Alejandro Vanoli, viajará en los próximos días a Lima con el objetivo de obtener la renovación del «swap» de monedas con China destinada a fortalecer las reservas internacionales que administra la autoridad monetaria. Así lo indicó a NA el embajador chino en la Argentina, Yang Wanming, quien precisó que en la capital peruana Vanoli se entrevistará con autoridades del Banco Central chino«.

Vanoli va a asistir ahí a las Reuniones Anuales de las Juntas de Gobernadores del Grupo del Banco Mundial y del Fondo Monetario Internacional, que se desarrollarán en Lima entre el 5 y el 12 de octubre. Nada sorprendente entonces que lo aproveche para negociar con las autoridades financieras chinas. Me hace un poco de ruido que nos enteremos a través del embajador, pero ya nos hemos lamentado antes sobre las falencias en comunicación de nuestro gobierno…

Y Yang Wanming ha sido amable en sus expresiones: «Suscribimos el año pasado un acuerdo de ´swap´ que estuvo muy bien usado; ahora casi ya se ha agotado, y la parte argentina tiene deseos de ampliar este acuerdo«. El embajador también reveló que los presidentes Cristina Kirchner y Xi Jinping trataron el tema al reunirse en Nueva York en el marco de la Asamblea General de las Naciones Unidas.

Télam recoge aquí otras declaraciones suyas, con énfasis en lo diplomático: «Siendo Argentina una relevante economía emergente, miembro del G20 y una potencia de peso en la región, la parte china siempre otorga gran prioridad al desarrollo de las relaciones sino-argentinas desde una altura estratégica y con una visión de largo plazo«, Reiteró además el apoyo de su país a «la posición argentina respecto a la soberanía de las Islas Malvinas y la reestructuración de las deudas soberanas«.

Estas buenas relaciones con China le han permitido hasta ahora a Argentina un margen mayor de acción en una situación global en que los países emergentes – y la mayoría de los que ya emergieron – están enfrentando problemas financieros. Y estimo que su apoyo fue decisivo para la victoria diplomática que significó la aprobación por las Naciones Unidas del cuestionamiento a las prácticas de los fondos buitres.

Por supuesto, toda moneda tiene dos caras. Expresé algunas reservas hace tiempo en el blog, con China: ¿nuestra nueva Inglaterra? Y en la misma página de Noticias Argentinas, una de las estrellas de la blogosfera argentina, Nicolás Tereschuk, advierte que, para China, el principal interlocutor, sigue siendo… los Estados Unidos. Y viceversa, como apuntan los chinos.

Seamos prudentes, pero no nos preocupemos demasiado. En el plano económico, el planeta es efectivamente multipolar. Además, no es que nosotros no conversamos con los gringos del Norte. Después de todo, y solo como un ejemplo menor, el candidato con más chances para las próximas elecciones hace pocos días le propuso una «agenda positiva» al embajador de Estados Unidos en la Argentina, Noah Mamet.


Cazando el fantasma de la devaluación

septiembre 29, 2015

fantasmaInterrumpo la discusión sobre política internacional con un breve posteo. Es que ayer mencioné en El tipo de cambio y un suicidio ideológico, el caro, inútil y desastroso esfuerzo que está haciendo el Banco Central de Brasil al ofrecer «contratos de futuro» con un precio del dólar por debajo de las expectativas. Donde tiene que pagar la diferencia con el precio que alcanza, más alto, días o semanas después.

Dije que aquí en Argentina teníamos experiencias tan absurdas como esa: durante el ministerio de Martínez de Hoz en el Proceso, y en el gobierno de Alfonsín… En ambos casos fue para defender un tipo de cambio (no necesariamente «atrasado»; en los ´80 no lo estaba). También podría haber dicho que hay casos como éste en la historia moderna en casi todos los países. El origen de la fabulosa fortuna de Soros se rastrea a cuando le dobló el brazo al Banco de Inglaterra. Y había pasado lo mismo medio siglo antes!, cuando la primera gran devaluación de la libra esterlina.

Como era de esperar, las dos hinchadas de amables comentaristas se lanzaron a la pelea. Algunos con mejores argumentos técnicos que otros, pero todos con la consigna de aguantar los trapos. Los anti K, que vienen gritando ¡La devaluación es inevitable! desde hace más de cinco años, sintieron que el blog de Abel reconocía la verdad de su Credo. Los kirchneristas no sólo se sienten obligados a defender cualquier cosa que haga este gobierno, sino que, además, ya que la devaluación la pide gente mala, deducen que es una cosa Mala, necesariamente.

Bueno, quiero decirles un par de cosas, breves. Una, el gobierno argentino está devaluando el peso. Lo viene haciendo desde hace doce años. El nombre técnico es «flotación administrada», pero, tomando cualquier período largo, ha flotado siempre hacia abajo. Y desde 2008 el ritmo de la devaluación ha sido cada vez mayor.

La discusión en serio entonces no es si se devalúa o no. Es la relación entre el precio del dólar, y de otras divisas, con los de otros bienes que Argentina necesita importar. Y, claro, los que exporta. Es un tema donde se necesita información mucho más amplia y detallado que la que yo tengo. Comparar los precios de los chiches electrónicos en la calle 42 de Manhattan con los que tienen en Frávega no da datos válidos.

También me parece necesario aclarar que no estoy diciendo que cualquier esfuerzo por defender el valor de la moneda propia es perjudicial, o destinado al fracaso. A la larga, es imposible mantener un tipo de cambio rígido: la experiencia global es terminante. Pero puede ser razonable mantenerlo durante un período determinado, para evitar variaciones perjudiciales a la economía. Además, los ataques especulativos existen (Mencioné a Soros recién, no? Y por cierto no es el único especulador. Su nombre es Legión). Lo que planteé, y repito ahora, es que el costo de mantener un valor dado, o aún un determinado ritmo, puede llegar a ser más alto que el perjuicio de la devaluación. Debe ser medido cuidadosamente.

Ustedes dirán, tal vez, que no me juego. Bueno, como profesional, yo cobro por mis sugerencias. Pero, en homenaje a los pacientes lectores de este blog, daré gratis un par de consejos: El dólar oficial, en los montos autorizados por la AFIP para la tenencia, es una buena inversión, como lo son los valores ajustados a ese valor. El dólar blue … es demasiado caro. Hay inversiones mucho mejores para conservar el valor. Dirán que son obvios, pero ¿qué esperaban si son gratis?


Obama, Putin y Siria

septiembre 29, 2015

obama_putin_meeting

Me comprometí en el posteo anterior a acercar más material sobre políticas económicas para Argentina – creo que en el corto plazo, lo que resta de la 2° década del siglo, es el tema decisivo. Y la demanda de los visitantes me obligará a subir al menos una encuesta, u otros datos de la gran carrera de octubre.

Pero… los argentinos debemos acordarnos que el resto del mundo existe. Y que aún en las partes donde no tenemos intereses cercanos ni mucho conocimiento, pasan cosas que nos afectan.

Nuestra Presidente habló ayer en las Naciones Unidas, por ejemplo, de «una telaraña de intereses externos» de los que conocemos poco, excepto que Argentina no participa en ellos. Pero que causaron hace 21 años una herida a nuestra sociedad: el atentado a la AMIA (¿y el anterior a la embajada israelí?) CFK reclamó la colaboración de Estados Unidos, como antes la de la República Islámica de Irán. Ninguna de esas dos partes da bolilla, como era de esperar.

De todos modos, está bien que el gobierno argentino se esfuerce en reivindicar su postura y sus intenciones. No somos lo bastante poderosos para ignorar las opiniones ajenas. Además, ese asunto no quedará fuera de las disputas políticas, aunque sea en forma indirecta. En la campaña presidencial norteamericana, es probable que los republicanos – más allá de lo que piensen en realidad – cuestionarán el acuerdo con Irán, para arrebatar votos pro israelíes a Obama.

Estoy seguro que al gobierno argentino en 1995, y a los que lo siguieron después, les hubiera convenido tener mejor información sobre lo que estaba ocurriendo en el Medio Oriente y los propósitos de las Grandes Potencias.

Como sea, el hecho importante que acompañó esta Asamblea de la ONU – después de la visita del Papa Francisco, que en lo inmediato podrá reflejarse en conductas individuales, pero no en la de los estados; y de la de Xi Jinping, que con la habitual discreción china se sabe poco de lo conversado – fue el encuentro de Vladimir Putin con Barack Obama, después de dos años sin reuniones formales.

Los medios internacionales hacen hincapié en el tema sirio, y por esta vez creo que tienen razón. La guerra civil en Ucrania parece estar bajo control, y se ha llegado a un statu quo que nadie reconoce pero tampoco se esfuerzan en cambiar. NATO ha rechazado nuevamente las exploraciones de Georgia por algún tipo de vinculo…

Los análisis más completos – no que dicen mucho – los leí en el Washington Post y en la BBC. Ambos enfatizan las diferencias entre los enfoques del yanqui y del ruso. Tomo partes de esta última para ahorrarme el trabajo de traducir:

«Diferencias fundamentales sobre Siria entre Putin y Obama

Los presidentes de EE.UU., Barack Obama, y de Rusia, Vladimir Putin, se reunieron en el marco de la Asamblea General de la ONU en Nueva York después de sus respectivos discursos en los que expusieron sus diferentes posturas sobre cómo hacer frente a la crisis de Siria. Con una agenda muy amplia, ambos mandatarios se reunieron durante 90 minutos.

El tema más espinoso de la reunión bilateral giró en torno a Siria, en particular, sobre el papel del presidente sirio Bashar al Asad para acabar con la guerra civil que ya dura cuatro años. «Los rusos ven a Al Asad como un baluarte contra los extremistas (del autodenominado Estado Islámico); los estadounidenses ven a Al Asad como un elemento que aviva las llamas de un conflicto sectario».

En sus respectivos discursos, Obama y Putin habían dejado claras las diferencias que tienen en torno al manejo del caso sirio y sobre todo el papel que puede jugar su actual presidente, Bashar el Asad.

Putin advirtió que ha sido un «enorme error rehusarse a cooperar con el gobierno sirio y sus fuerzas armadas que están valientemente combatiendo el terrorismo».

Obama afirmó que trabajaría con cualquier nación (incluyendo Rusia e Irán, subraya la versión del Washington Post) para resolver el conflicto que empezó en 2011, un coletazo de la llamada «primavera árabe». Pero «tenemos que reconocer que no puede haber, después de tanto derramamiento de sangre, de tanta matanza, un regreso al status quo anterior a la guerra».

La diferencia de posiciones hace que Rusia apoye directamente a las fuerzas gubernamentales. Mientras, además de participar en bombardeos contra EI, Washington se ha dedicado a armar a los opositores más moderados del gobierno de Damasco.

Una estrategia que, sin embargo, fue criticada e incluso ridiculizada por el mandatario ruso en vísperas de su encuentro con Obama. «El objetivo inicial (de EE.UU.) era entrenar entre 5.000 y 6.000, luego 12.000, pero al final sólo se entrenaron 60 y sólo cuatro o cinco están realmente peleando», dijo el mandatario ruso en una entrevista con la televisora estadounidense CBS. «El resto simplemente desertó con sus armas estadounidenses para donde el Estado Islámico«.

El inconveniente principal, según yo lo veo, es que el aliado principal de EE.UU. en este conflicto es Arabia Saudita, mientras que el de Rusia es Irán. No será fácil, para ponerlo suavemente, que todos se pongan de acuerdo.

Igual, estoy razonablemente seguro que, a pesar de las diferencias, han llegado a un acuerdo tácito para mantener bajo control la guerra civil en Siria. Después de todo, como aparece en la misma nota de la BBC «Ambos presidentes … pidieron a sus ejércitos que inicien conversaciones para evitar conflictos en caso de que lleven a cabo operaciones en Siria«.


El tipo de cambio y un suicidio ideológico

septiembre 28, 2015

naufragio

Esta madrugada subí un interesante posteo de Contradicto sobre las previsibles políticas económicas de Daniel Scioli y el enfoque (sugerido) para su aplicación.

Hasta ahora, la reacción de las dos hinchadas principales ha sido – con distintos niveles de seriedad, eso sí – la previsible: los kirchneristas se lamentan por la – también previsible – desmovilización. Para los anti K, por supuesto, nada servirá si no se vuelve a la racionalidad económica, tal como la explican La Nación y Clarín.

Este tema da para mucho más, y trataré de acercar material interesante. Pero me parece que – antes de «lo que debe hacerse», tema en que economistas y filósofos no se ponen de acuerdo, y sólo los resultados dan una guía cierta… después – es necesario tener muy claro «lo que no debe hacerse».

Desde hace años vengo diciendo que el mayor mérito de las gestiones K no ha sido el aumento del consumo, ni siquiera el del empleo: lo fundamental es que no han chocado el barco.

En este tiempo, creo, y lamento, que en Brasil están chocando. Con políticas «racionales», con instrumentos «aceptados por la economía moderna». De los que tenemos experiencia aquí, eh: se aplicaron, en formas diferentes, en los ´70 y en los ´80. Y hay un riesgo que se vuelvan a aplicar ahora, con las mejores intenciones, claro. Por eso copio esta nota de Eleanora Gosman. Se publicó hace pocos días en Clarín, que no se destaca por su información económica (A veces Ieco tiene datos más precisos). Pero es muy descriptiva de algo que está pasando en nuestro vecino del norte. Amplío mis observaciones al final.

«Hay una única explicación para la intensa volatilidad del mercado de cambios en Brasil. Como señaló un agente financiero, el problema es que se está frente a “un ataque especulativo”. Solo de esa manera se entiende que después que el dólar trepara por la mañana del jueves a 4,25 reales, terminó su día cotizado a 3,99.

Semejante sube y baja con la divisa norteamericana fue cortado luego de que el Banco Central se comprometiera a continuar con sus perdidosas operaciones de contratos de cambio en dólares a futuro.

Para tener una idea de la enorme rentabilidad que esa clase de timba le deja a las empresas privadas, nacionales y extranjeras, basta ver el comentario de una institución, el Crédit Suisse.

La entidad contó que uno de sus clientes, la firma de alimentación JBS (el mayor frigorífico de Brasil, con negocios en todo el mundo incluida Argentina), logrará resultados “memorables” en el tercer trimestre de este año.Nada tiene que ver con la eficiencia, la productividad ni cosas por el estilo. Se debe a la visión financiera de la compañía que optó por “protegerse” de las devaluaciones del dólar mediante contratos de cambio. 

Aplicó a ese tipo de instrumento lo que serían unos 3.000 millones de dólares al cambio actual. Y se llevó como premio 400 millones de dólares.

Estos gigantescos beneficios de 15 % son pagos que hace el Estado brasileño. Es que en julio el Banco Central retomó una “costumbre” que había suspendido en marzo último: celebrar contratos en dólares a futuro para “estabilizar” la cotización del dólar que, ya para mediados de año, parecía desmadrarse.

Estas operaciones (que se montan según se afirma para proteger a los financistas y empresas de las desvalorizaciones de la moneda brasileña) tienen un costo fiscal (son, simplificando, apuestas a que el dólar no aumentará su valor en reales para una fecha dada).

Como el Banco Central siempre pierde, debe pagar a los apostadores privados y el dinero sale de un único lugar: el presupuesto. “Las pérdidas con contratos de cambio ya inflaron el déficit presupuestario del gobierno en 1% del PBI”, afirmó la consultora Capital Economics.

Los nuevos cortes y aumentos de tributos decididos por el gobierno de Dilma Rousseff alcanzarán solo para cubrir ese gasto financiero«.

Este esquema tiene alguna similitud con el que aplicó aquí el Joe Martínez de Hoz para sostener la «tablita» devaluatoria… hasta que se hizo insostenible y empezaron las quiebras de los bancos en 1978. También a partir de 1985, en el gobierno de Alfonsín, se compensó a los bancos para absorber la emisión (esa sí que era «descontrolada»: terminó en la hiperinflación) creando el entonces famoso «déficit cuasifiscal».

(Lo que se mencionaba en la nota del frigorífico brasileño me hizo recordar que en los ’80 los supermercados locales estaban entre los negocios más rentables. No por sus ventas; porque, al vender al contado y pagar a entre 30 y 90 días, hacían diferencias fabulosas con el dinero).

Los economistas informados marcarán muchas diferencias entre estas dos políticas y las que se aplican en Brasil. Pero tienen tres puntos fundamentales en común: 1) se hacen para evitar una devaluación; 2) se hacen para mantener la rentabilidad del sistema financiero; 3) fracasan.

La experiencia argentina con estos desastres es la razón última de mis elogios al oficialismo. Es cierto también que Menem tuvo apoyo popular porque dio diez años de estabilidad, aunque con desempleo y recesión, a un país que venía de estos desastres. Pero el esquema del Turco, la Convertibilidad, nos condujo a la madre de todos los naufragios. Los Kirchner no encontraron necesario un corset como ese, y aumentaron el empleo y el consumo. Y, aunque han cometido errores ¿quién no? se han mostrado libres de esquemas ideológicos rígidos, y en particular de la superstición más peligrosa: la economía que defienden los economistas «serios».

Por eso quiero haber mi módico aporte para advertir: cuidado con los Lebacs y con las ventas de dólares. No favorezco una devaluación – porque tengo claro que no soluciona nada, al transferirse de inmediato a todos los precios. Mi preocupación es más puntual: tratar de evitar una devaluación, en el largo plazo, es inútil. Hay que medir muy cuidadosamente los esfuerzos que se hacen para demorarla.


Con fe, con optimismo, con Scioli

septiembre 28, 2015

Scioli

Esta laaarga campaña electoral (tranquilos; ya falta poco) ha hecho que la mayor parte, por lejos, de la discusión política se concentre en quién va primero, las chances del segundo, si el tercero se acerca… Y se dedique menos energía a preguntarse qué debe hacer el próximo gobierno.

Es natural. Ambos lados – porque son dos los principales que se enfrentan el próximo 25, aunque en los candidatos la polarización no se haya (aún) producido – piensan en términos o de defender las conquistas de estos 12 años, o de corregir los desastres de esta dictadura K. El hecho que el próximo gobierno va a hacer sus propias conquistas/desastres – inevitable – no está asumido por las minorías intensas. Que son las que discuten de política.

Hay algunas excepciones (Este blog trata de ser una de ellas). Y ayer mi amigo Contradicto, ferviente kirchnerista si los hay (es joven), posteó un análisis audaz. No sólo enfoca lo que puede ser un gobierno Scioli a partir de lo que está proponiendo (ya desde hace tiempo) el candidato, sino que además asume algo que es evidente, pero que los verdaderos creyentes evitan comentar largo por temor a la blasfemia: que la gestión K ha dejado tareas pendientes.

Me gustó mucho, breve como es, y se lo copio aquí. Eso sí, me provoca algunas dudas, que procedo a detallar al final. Dice Contradicto:

«Si los escenarios más previsibles de cara a 2016 son:

  • asunción a la presidencia de Daniel Scioli,
  • programa económico con foco en el apalancamiento de pymes industriales,
  • baja en los niveles de virulencia en el comienzo del mandato Scioli para lograr los favores hijos del buen trato,

entonces podemos decir que nos estaremos encaminando hacia una suerte de proceso de sintonía fina macroeconómica.
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La sintonía fina es, fundamentalmente, aburrida, tediosa, demasiado bajo perfil. No por eso es menos confrontativa. Bien entendida, la sintonía fina a la que nos referimos creará nuevos adversarios: los grupos económicos concentrados que durante los últimos 12 años no encontraron dificultades en mantener los ejes centrales de su rentabilidad y matriz de negocios inmaculada.
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El kirchnerismo abrió varios frentes, pero no abrió todos. Y los que potencialmente van a abrirse van a ser silenciosos, camuflados.
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Pasaremos, sirva la metáfora, de la guerra mundial, abierta y a bombazo limpio, a una suerte de guerra fría en la que el protagonista no será el Noveno Batallón de Infantería Aerotransportada sino algo así como los Agentes de Cipol: unos tipos con mucha información sobre el armamento enemigo, sus planes, sus tácticas y sus objetivos.
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Una suerte de diálogo y consenso en el frente, mientras enterramos en bolsas a muertos por envenenamiento y piola rusa en los fondos.
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¿Entenderán los sectores más combativos del enfrentamiento, los que tienen sus niveles de adrenalina discursiva altísimo, los chicos que llenan el Patio de Palmeras, los que tuitean “Randazzo sí pero Scioli no”, esa minoría intensa, que lo que viene es morder el tiento para ocuparse de un enfrentamiento que el kirchnerismo esquivó durante años?
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Es un enfrentamiento que no llena plazas, que no infla los pechos ni hace bullir la sangre. Pero a esta altura es crucial e insoslayable.
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Ojalá las mayorías puedan entender esta nueva lógica, que necesita menos de soldados pertrechados, valerosos y dispuestos a dar la vida por la jefa que de agentes inteligentes, bien informados, técnicamente idóneos, éticamente íntegros, flexibles en los medios pero insobornables en los fines.
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¿Podremos mandar a los Tenientes Larroques a cuidar los nietos (chitos la boca si es posible) mientras le asignamos misiones casi imposibles a los Coroneles Kicillof?
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Parece una pregunta ociosa. Pero es políticamente medular«.

Estoy de acuerdo con Contradicto que en la etapa que viene será desesperadamente necesaria la sintonía fina. Algunos recordarán que estuvo planteada ya hace tres años, pero las circunstancias políticas la hicieron imposible. En unos meses, esas circunstancias la harán imprescindible. Por ejemplo, para moderar la inflación sin provocar recesión.

Ahora, yo creo que en su posteo mi amigo está sobreestimando algunas dificultades. Y subestimando otras.

Le preocupa demasiado, me parece, a él y a comentaristas varios, la militancia K a la que Scioli no le ofrece épica. En mi opinión, la militancia es importante, es necesaria, pero no es un factor de poder autónomo. Surge y se manifiesta según las políticas que lleva adelante un gobierno y los enemigos que enfrenta. Siendo la Argentina como es, sabemos que cualquier gobierno encontrará enemigos. Si las eventuales políticas de Scioli consiguieran mantener un razonable nivel de empleo y paritarias libres – ambas cosas van juntas, obvio – no le faltarán intereses que lo ataquen. En ese caso, a su gobierno le será más valioso el apoyo del movimiento obrero, por ejemplo.

Por lo demás, es seguro que un Presidente Scioli tendría oposición interna en el peronismo ¿Cuál no? ¿O alguien cree que CFK no la tiene? El estímulo para la unidad lo dan los adversarios externos. Que no van a faltar.

Por otro lado, creo que aplicar «sintonía fina» es mucho más fácil de decir que de hacer. Creo, sí, que el candidato se da cuenta que cualquier viraje brusco en las políticas aplicadas hasta ahora sería peligroso y contraproducente. Scioli ha sido claro en sus discursos, y la realidad brasileña, entre otras, también ha sido clara sobre las consecuencias.

Pero eso no significa que el Estado que tenemos – en particular la maquinaria económica que deja Kicillof (claramente mejor que la que encontró, hay que decirlo) – está a la altura de la tarea que se requiere. Mucho más difícil que diseñar buenas políticas: aplicarlas y controlarlas.


La República de Catalunya

septiembre 27, 2015

empresariado.catalan

Hoy hubo elecciones regionales en Cataluña, que se convirtieron en una suerte de plebiscito sobre la secesión de España. Porque el Presidente de la Generalitat catalana, Artur Mas, y los partidos que pretenden, en público al menos, la independencia lo plantearon así, y los que se oponen no pudieron ni supieron evitarlo. Con el 94% de los votos escrutados, el frente Juntos por el Sí, conformado por los dos partidos mayoritarios de Cataluña, obtiene 62 diputados, por debajo de los 68 que se consideran mayoría absoluta. Para iniciar el proceso de separación, el oficialismo necesitaría el apoyo de la CUP, fuerza independentista y anticapitalista de izquierdas que no quiso integrarse en la lista de Mas y que hoy logró diez escaños. Lo que significa que los partidos que plantean la independencia sí tienen la mayoría absoluta, si se ponen de acuerdo, y podrían empezar el proceso de autodeterminación.

Es cierto que la suma de los votos de ambas listas separatistas no alcanzó el 50 por ciento. Juntos por el Sí obtuvo el 39% del sufragio y la CUP, el 8%.

A la cabeza de las fuerzas que rechazan la independencia se situó el partido de centro-derecha Ciudadanos, con 25 diputados. Le sigue, con 16, el Partido Socialista de Cataluña (PSC).

Más detrás quedaron el Partido Popular (PP) de Mariano Rajoy, y la alianza en la que está integrada Podemos, Catalunya Sí que es Pot, ambos con 11 escaños.

Los catalanes acudieron hoy en masa a las urnas y batieron récord de participación, con más del 77 por ciento. Son diez puntos más que en las últimas celebradas en la región, en 2012.

Desde afuera, lo que uno puede apreciar es que los partidos «españoles» – de «derechas» o de «izquierdas» – no han logrado sumar fuerza en esta elección. Son los partidos regionales – a favor o en contra de la secesión – los que expresan la voluntad de la mayoría del electorado catalán.

Hasta ahí, la noticia. Me pareció un tema lo bastante importante como para no pasarlo por alto. En cuanto a mi posición en el asunto, tengo un cierto compromiso emocional con una idea de España – de la que nuestra identidad latinoamericana es en parte heredera. Y, en general, no estoy en favor de dividir naciones  para crear pequeños estados en torno a un idioma y a una historia más o menos legendaria: históricamente, han sido las Grandes Potencias – celosas defensoras de su unidad – las que estimulan su formación. O la provocan.

Pero uno no puede crear una «voluntad de destino en común» por decreto. Son los pueblos y sus líderes los que pueden hacerlo. Y España está teniendo problemas en ese especto. Mi familia allá vota por el Bloque Nacionalista Galego, así que…

Entonces, quiero reiterar aquí algo de lo que dije en ocasión del referéndum del nacionalismo escocés:

«El nacionalismo, la afirmación de la identidad nacional frente a enemigos, ha sido la fuerza más poderosa en la historia moderna (Sólo en los últimos años está siendo desafiado, en algunas regiones de tradición islámica, por la identidad religiosa). También es verdad que Europa tiene una tradición de locuras y masacres en nombre de la Nación inigualada en cualquier región del globo.

Durante 31 años, de 1914 a 1945, murieron 80 millones de personas y se clausuró una etapa de la civilización llamada occidental, por conflictos desatados por los nacionalismos europeos. Y todavía perduran identidades no reconocidas, muchas artificiales, y odios, todos muy reales.

Pero todo eso no debe ocultarnos el hecho que es el protectorado militar norteamericano instalado en la parte occidental después de 1945 – y el protectorado soviético en la oriental – más el desarrollo posterior de la Unión Europea, lo que ha hecho obsoleta para sus estados nacionales su tradicional misión de matarse los unos a los otros. El derrumbe de la URSS y la desintegración de Yugoeslavia hicieron que las guerras locales y su amenaza volvieran a Europa, pero las fuerzas armadas de sus estados más poderosos se dedican a conflictos coloniales limitados.

¿Hace falta subrayar que los partidarios entusiastas de una Escocia independiente, como los de una República de Catalunya, dan por hecho que permanecerán en la Unión Europea, y en su Parlamento?

El punto es, entonces, que la posibilidad, la misma idea, de estos separatismos europeos se da bajo el “paraguas” militar de los EE.UU. y el supraestatal de la Unión Europea, que han reemplazado en la práctica ciertas funciones tradicionales del Estado Nación. En particular, la defensa. Por eso los pequeños países que surgieron en los Balcanes y los que salieron de la órbita soviética se apresuraron a pedir el ingreso a la UE. También por eso se acercan a ella Ucrania, como, inevitablemente, lo hacen los países de la región que no confían en las benevolentes intenciones de Putin.

Y es el poder militar, y el peso económico, de la Federación Rusa el que mantiene una paz inestable entre Armenia y Azerbaiján, influye en su vieja esfera en Asia Central y controla, más o menos, el tradicional polvorín del Cáucaso. Además de proporcionar, como en menor grado lo hace Irán, un contrapeso potencial, y un interlocutor, al poder hegemónico de los EE.UU. en Medio Oriente.

A pesar del hecho nuevo de los procesos de integración, entonces, este es un cuadro que en líneas generales cualquier estadista del siglo XIX – antes de las borracheras ideológicas – Metternich, Canning, Cavour, Bismarck entenderían perfectamente.

Ahora, creo que lo que nos debemos preguntar es ¿qué significa este cuadro para nosotros, los argentinos? Ciudadanos de un país cuya superficie continental es la 8° en extensión del planeta, y es militarmente débil. De ahí mi insistencia en que la posibilidad de una Argentina independiente, dueña de su destino, sólo puede darse en el marco de una alianza sólida en la América del Sur, en particular con Brasil«.


Donde fue el 54 % de Cristina

septiembre 27, 2015

Entre-Perón-y-Trotsky

Fernando Rosso es un dirigente del PTS – Partido de los Trabajadores Socialistas que de vez en cuando me hace llegar por Twitter alguno de sus análisis. No hace falta aclarar que sus supuestos y los míos son muy distintos, lo que no permite desarrollar un debate que sirva para llegar a algunas conclusiones. Por supuesto, siempre se puede polemizar, pero hasta ahora ningún canal de TV nos lo ha propuesto, así que no tengo que decidir si aceptaría.

Esto no quiere decir que no los encuentre interesantes, eh. En el último de ellos, publicado en La Izquierda Diario, reconoce que las últimas encuestas señalan la posibilidad de un triunfo en primera vuelta de Daniel Scioli y el Frente para la Victoria. Como era de esperar, no comparte el «bilardismo» peronista. Además, afirma que ese posible gobierno, y la eventual coalición que lo sustente, sería mucho más débil que la que Néstor Kirchner pudo formar en 2003 y, con los inevitables cambios, pudo durar hasta ahora. Puede ser, o no. Como dijo alguien, predecir es muy difícil, sobre todo el futuro.

Por mi parte, encuentro a los hechos más estimulantes que los argumentos teóricos. Y en el último tuit de F.R., uno de sus otros interlocutores, Javier C, señala una coincidencia que me parece interesante: El 54 % de CFK en 2011 se parece demasiado al 39 % DS + 15 % SM.

Me parece interesante porque creo que es algo más que una coincidencia. No se trata de una suma lineal, tampoco. Como apuntan tanto Artemio López como Omar Bojos, los votos que acompañan a De la Sota en Córdoba han acompañado a Cristina Kirchner cuando no tenían una lista «cordobesista». Y en el triunfo de Massa en Buenos Aires en el 2013 seguramente había votos del PRO, como había dirigentes del PRO en su lista.

No importa. No estoy pensando en los dirigentes – no son tan importantes, excepto como candidatos. Me enfoco en los votantes, y me parece evidente que hay votantes kirchneristas – que no distinguen entre peronismo y kirchnerismo, y les parecería absurdo plantear esa diferencia: el kirchnerismo es el peronismo que conocen. Y también hay votantes que no tienen un problema de piel con el peronismo, ni con algunos de sus dirigentes, pero cuestionan – o les fastidia – el estilo y/o el gobierno kirchnerista. Se me ocurre que una buena descripción de esos votantes la hizo el Conurbano: el «Pibe Gol». Y, agregué yo, la novia y la vieja del Pibe Gol, cuando posteé en julio ’13 El que va a decidir la elección en Buenos Aires.

Creo entonces que esa «coalición de votantes», no armada ni conducida por ningún dirigente en especial, se va a manifestar en la primera vuelta. O, quizás, en la segunda. Es cierto, sí, que una suma de votantes no es lo mismo que una coalición de gobierno. Esa es otra historia.


Bolivia, Chile… ¿Malvinas?

septiembre 26, 2015

mar-bolivia

Carlos Pagni, desde sus tiempos en Ámbito Financiero, es uno de los periodistas políticos que vale la pena leer. No todas las veces, claro. Su columna en La Nación, si bien le dio una audiencia numerosa, lo obliga a ajustarse al relato que tanto sus lectores como sus jefes exigen. Además – porque eso que señalo no es un problema exclusivamente suyo, por supuesto – una columna casi diaria obliga a menudo a llenarla con tonterías. Los blogueros frecuentes sabemos de eso.

Dicho todo eso, nobleza obliga a recomendar su breve nota de hoy. Se las copio y agrego una observación muy corta:

«Un éxito secreto de Francisco

La Corte Internacional de La Haya reconoció la obligación de Chile de dialogar sobre la salida al mar de Bolivia. Se impuso así una peculiaridad del derecho anglosajón: la flexibilidad para buscar la justicia más allá de la fría letra de un tratado. Chile sostiene que la cuestión fue cerrada por el acuerdo de 1904.

La diplomacia de Evo Morales, apoyado por todos sus opositores, obtuvo una victoria. Y también fue un éxito para el papa Francisco, que en Bolivia pidió que se dialogue sobre el mar. Antes encomendó al rector de la UCA, Víctor Fernández, un seminario con intelectuales bolivianos y chilenos sobre el tema. Es imposible calibrar cuánto influyó sobre los jueces. Pero es evidente que envolvió a la posición boliviana con un manto moral. Los chilenos quedaron perplejos.

Bolivia recurrió a la Corte Internacional porque desde 1948 los países de la región adoptaron ese tribunal para sus conflictos. Aunque no es el caso de la Argentina y el Reino Unido, Morales comparó su caso con Malvinas. Y el Papa se fotografió con un mapa de las islas pidiendo el diálogo. ¿Continuará?»

El seminario a que hace referencia Pagni fue seguido desde su mismo comienzo en este blog, cuando mi amigo Humberto Podetti anunció su concepción. Vale recordar que también participaron académicos peruanos. Y los chilenos no estaban perplejos, aunque tampoco eufóricos, claro.

La situación que la historia – y una guerra, hace 33 años – han creado entre Argentina y Gran Bretaña es distinta. Porque es distinta la relación entre los dos países. Pero la no tan discreta intervención de Francisco ha tenido algunos éxitos en sitios lejanos. Y algunos fracasos. Los que rezan, recen por él.


Las farmacéuticas, el capitalismo y el Estado

septiembre 26, 2015

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En estos días se desarrolló en las columnas de comentarios del blog una discusión sobre empresarios, márgenes de ganancia y regulaciones estatales. Otra vez. Por un lado la hinchada K y por el otro algún liberal económico – todavía quedan – más la hinchada cualunquista, que enarbola la efigie de José Pyme, empresario y mártir. Consideren este posteo un aporte a esa discusión.

El disparador fue una noticia en La Nación, sobre Martin Shkreli, director ejecutivo de la farmacéutica Turing, que podría ser el hombre más odiado en estos momentos en Estados Unidos.

Todo empezó cuando Turing Pharmaceuticals adquirió los derechos de Daraprim. Ese fármaco, desarrollado en los años 50, es el mejor tratamiento para una infección parasítica relativamente rara conocida como toxoplasmosis.

Personas con sistemas inmunes debilitados, como los pacientes con sida, dependen del medicamento que, hasta hace poco costaba alrededor de $ 13.50 la dosis. Pero Shkreli, el joven director ejecutivo de 32 años, anunció que iba a cobrar US$ 750 por pastilla. 5.000 % de aumento es como mucho, aún para la cultura pro empresaria yanqui, y se ha ganado el odio en las redes sociales. Es el hijito de puta del mes.

Ahora, no conviene hacer juicios generales basándose en casos extremos. Por eso busqué un informe más o menos reciente – de fines del año pasado – sobre la industria farmacéutica, preparado por la muy británica y nada zurda BBC. Lo comparto con ustedes y después acerco una noticia y alguna reflexión.

«Imagine una industria que genera el margen de utilidad más alto y a la que no es extraño que multen por malas prácticas. Agregue acusaciones de colusión y sobreprecios e inevitablemente pensará en la industria bancaria.

Pero la industria en cuestión es responsable del desarrollo de medicinas que salvan vidas y alivian el sufrimiento.

Las compañías farmacéuticas han desarrollado una amplia gama de medicinas conocidas por toda la humanidad, pero han lucrado enormemente al hacerlo y no siempre bajo parámetros legítimos.

El año pasado, el gigante estadounidense Pfizer, la compañía de drogas farmacéuticas más grande del mundo por sus ingresos, alcanzó un 42% de ganancias.

En Gran Bretaña, por ejemplo, hubo un escándalo cuando el regulador de la industria predijo un aumento del margen de beneficio de las compañías de energía de 4% a 8% este año.

El año pasado, cinco farmacéuticas obtuvieron una ganancia de 20% o más: Pfizer, Hoffmann-La Roche, AbbVie, GlaxoSmithKline (GSK) y Eli Lilly.

Con algunos remedios a más de US$ 100.000 por tratamiento completo, y cuyo costo apenas alcanza una mínima fracción de ésto, no es difícil darse cuenta del porqué.

El año pasado, cien destacados oncólogos de todo el mundo escribieron una carta abierta para disminuir el precio de los medicamentos contra el cáncer.

Brian Druker, director del Instituto Knight y uno de los firmantes, pregunta: «Si ganas US$ 3.000 millones al año con (la droga para el cáncer) Gleevec, ¿no podrías ganar US$ 2.000 millones? ¿Cuándo se cruza la línea de ganancias excesivas?»

Y no pasa sólo con estas drogas. Entre abril y junio pasado, la firma Gilead vendió US$ 3.500 millones por Sovaldi, una nueva medicina contra la hepatitis C.

Las farmacéuticas justifican sus altos precios argumentando que sus costos en investigación y desarrollo (I&D) son altísimos. En promedio, sólo tres de diez drogas lanzadas al mercado son rentables, y una de ellas se convierte en éxito de ventas. Muchas otras ni siquiera salen al mercado.

Pero las farmacéuticas gastan mucho más en el mercadeo de sus remedios -en algunos casos, incluso el doble- que en desarrollarlos. Además, el margen de utilidad ya toma en cuenta los costos de I&D.

La industria argumenta que el valor de las medicinas también debe ser considerado. «Las drogas ahorran dinero a largo plazo», dice Stephen Whitehead, director ejecutivo de la Asociación de Industrias Farmacéuticas Británicas.

«Ejemplo: la hepatitis C, un virus que requiere trasplante de hígado», explica. «Con un tratamiento a unos US$ 55.500 por 12 semanas, 90% de los pacientes están curados, nunca necesitaron cirugía y pueden seguir sosteniendo a sus familias. Es un ahorro gigantesco».

Poder cobrar un precio alto no necesariamente significa deber hacerlo, especialmente cuando tiene que ver con la salud, dicen los críticos. A los accionistas de las grandes farmacéuticas no les preocupa demasiado ese argumento.

Las grandes farmacéuticas también dicen que cuentan con tiempo limitado para generar utilidades. Las patentes generalmente son otorgadas por 20 años, pero entre 10 y 12 de ellos se gastan en desarrollar la droga a costos de entre US$ 1.500 millones y US$ 2.500 millones.

Esto deja entre ocho y diez años para hacer dinero antes de que la fórmula pueda ser utilizada por compañías de medicinas genéricas, que las venden por una fracción del precio.

Un éxito de ventas puede recuperar en unos meses los costos de desarrollo.

Cuando se termina la exclusividad, las ventas caen un 90%. «A diferencia de otros sectores, la lealtad a una marca se esfuma cuando la patente expira», explica Joshya Owide, director del área de salud de GlobalData.

El gobierno británico podría ahorrar más de US$ 1.500 millones anuales si sus doctores recetaran genéricos, según un estudio.

Por eso las firmas farmacéuticas hacen esfuerzos extraordinarios para extender la duración de sus patentes, con «pisos completos de abogados» dedicados a este propósito, cuenta un ejecutivo de la industria. Para una medicina que provee US$ 3.000 millones trimestrales, incluso un mes extra vale la inversión.

Algunas compañías, incluida la británica GSK, han sido acusadas de tácticas menos honestas, como pagar a los genéricos para que atrasen sus lanzamientos. Como la pérdida en ventas de una farmacéutica es mucho mayor a las ganancias de los genéricos, puede ser un buen arreglo para ambas partes.

Pero las farmacéuticas han sido acusadas de cosas mucho peores… y lo han admitido. Hasta hace poco, pagar comisiones a los doctores por prescribir sus remedios era algo aceptado y común para las grandes farmacéuticas, pese a que la práctica no es bien vista e incluso es ilegal en muchos lugares.

GSK fue multada por soborno en US$ 490 millones en China en septiembre y ha sido acusada de prácticas similares en Polonia y Medio Oriente.

Las reglas respecto de regalos, becas educativas y auspicio de charlas, por ejemplo, son menos claras, pero representan prácticas comunes en EE.UU.

Un estudio reciente mostró que los doctores que recibían pagos de compañías farmacéuticas eran dos veces más proclives a recetar sus drogas. Y esto puede ser una de las causas del gasto excesivo de los gobiernos en remedios. Un estudio reciente de Prescribing Analytics sugiere que el Servicio Nacional de Salud británico podría ahorrar hasta US$ 1.585 millones anuales si los doctores recetaran la versión genérica de ciertas medicinas.

También se acusa a las farmacéuticas de complicidad con las farmacias para cobrar más por sus remedios y publicar datos que destacan más lo positivo que lo negativo. Y se les ha encontrado culpables de etiquetar mal y promover erróneamente varios medicamentos, con multas millonarias como resultado.

Parece que las recompensas son tan grandes, que las farmacéuticas siguen empujando los límites de la legalidad.

No sorprende que la Organización Mundial de la Salud hable del «conflicto intrínseco» entre las metas empresariales legítimas de las farmacéuticas y las necesidades médicas y sociales del público«.  (completo aquí)

Creo que, más allá de la indignación moral, los términos del problema están claros. Los laboratorios de las grandes farmacéuticas producen drogas valiosas – además de muchas variaciones que sólo sirven para aumentar los gastos médicos. Y cada «consumidor» sabe que el precio de no conseguir la droga que necesita puede ser infinito: su vida.

Como en el negocio de las otras drogas, las ilegales, hay demasiado dinero en juego. La ética de muchos médicos no se ha probado inmune (como tampoco la de muchos reguladores estatales, si vamos al caso).

Algún Estado – aún con pocos recursos – como Cuba, ha conseguido hacer una industria médica interesante, y exportar con beneficios. Pero su producción, y su investigación, es una fracción mínima de la de un gran laboratorio. Ningún sistema de salud, en el mundo, puede apoyarse en un solo proveedor, más allá de sus simpatías o antipatías ideológicas.

Por eso me parece un camino correcto el que apunta esta noticia:

«12 de setiembre 2015. Los ministros de Salud de Unasur acordaron la creación de un comité internacional para negociar de manera conjunta los precios que los Estados pagan a los grandes laboratorios por medicamentos de alto costo y garantizar, así, el acceso de la población a los tratamientos. El ministro de Salud argentino, Daniel Gollan, calificó la decisión de “histórica”. “Veníamos trabajando en la resolución, con los equipos de los distintos países, desde hace dos meses y medio, y además con una coincidencia del 100 por ciento entre los equipos de la región. Eso es algo llamativo, porque estamos hablando de distintas políticas, y sin embargo la coincidencia en esto es absoluta porque el problema es muy grave para todos. Hemos decidido actuar fuertemente con unidad de acción histórica. Nunca antes se había dado en reuniones del Consejo Unasur tanta unanimidad y ejecutividad”.


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