un adiós a Enrique Oliva

febrero 28, 2010

Enrique Pedro Oliva (François Lepot) murió ayer, 27/02/2010. Mañana 1º de marzo a las 14.30 horas hará su último recorrido al cementerio de Chacarita. (Su familia, seguramente por indicación suya, pide que no envíen ofrendas florales, y donar el equivalente al Comedor Infantil “Estrella de Belén”, del Barrio YPF, Manzana 22, Casa 46, C.A.B.A., tel. 5236-5276, www.comedorestrelladebelen.blogspot.com

Tenía 86 años y la suya fue una vida plena. Era abogado, doctor en Ciencias Políticas, licenciado consular, escritor, ensayista y periodista, docente. Fue funcionario del CONICET cuando Perón lo creó en 1951. También fue fundador y rector de la Universidad del Neuquén, la actual Universidad Nacional del Comahue.

Lo conocí – como muchos – a través de sus crónicas, porque fue corresponsal de Clarín en Europa, donde escribía bajo el pseudónimo de “François Lepot”, por más de 15 años.

Pero también es parte de la historia del peronismo, y de las luchas argentinas: estuvo vinculado a la Resistencia Peronista (dirigió el periódico “El Grasita” y colaboró en muchas publicaciones clandestinas) y a la guerrilla Uturunco. Estuvo exiliado en los cincuenta y en los setenta; él fue preso en 1960, y su hijo en 1976, y tuvo a su hija y a su yerno secuestrados durante el Proceso.

Cabe señalar, porque a veces el peronismo se acuerda de los suyos, que entre 1991 y 1999 fue asesor presidencial con rango de Secretario de Estado. Pero eso no lo hizo olvidarse de los que no tuvieron la suerte de ser famosos, y trabajó para que se reconociera una pensión a los militantes de la Resistencia que quedaban vivos.

Escribió de todo: libros, ensayos, crónicas, notas, no sé si posts. Siempre con un estilo bien “nac&pop”, cada vez más juvenil. Me pareció este breve artículo una forma adecuada de recordarlo.


el peronismo bonaerense elige estrategias

febrero 27, 2010

La mayor parte de los blogs politizados argentos se han volcado a la peronología. Lo que no está mal, por supuesto, ni es ocioso: el peronismo es un hecho argentino – o la forma argentina de un hecho universal – que está imbricado en nuestra historia y dice mucho de nuestra sociedad. Pero a veces siento que se han puesto demasiado intelectuales, y están haciendo sociología o ciencia política (un oximoron si los hay). No estoy pensando, claro, en los blogs de combate, que se dedican exclusivamente a relatar las horribles maldades de los K o de los anti K, según en qué tribuna estén. Ni tampoco en blogs como el del Ing. Sbariggi, que siguen de cerca la interna.

Pero es una tendencia que nos alcanza a todos. Yo mismo, que en el post anterior me permití criticar por demasiado teóricos a los referenciales Artemio (cuando se pone el sombrero de analista) y Manolo, pasé por alto durante un mes una pelea concreta, un debate orgánico que se dió en el seno del PJ bonaerense, y es mucho más revelador de los dilemas reales de una fuerza política que cualquier elaboración que yo pueda hacer.

Como saben los que siguen las noticias políticas de los diarios – una pequeña minoría, lo que muestra la sensatez básica de la sociedad – el próximo 28 de marzo se realizará una elecciòn en Pinamar para elegir exclusivamente a quien completará el período que dejó vacante el intendente Roberto Porretti tras su destitución en febrero de 2008. También es sabido que el gobernador Scioli, y los consejeros que le responden, se inclinaron en la reunión del Consejo del PJ provincial por apoyar en esta ocasión a Blas Alberti, ex intendente, referente del vecinalismo local, y aparente favorito.

El presidente del partido, Balestrini, y los consejeros que le responden a él, votaron por apoyar al destituído Roberto Porretti y, en principio, impusieron su posición. Ahora, lo interesante son los motivos de ambas posturas. El sciolismo, para llamarlo así, recordó que esta es la única elección prevista en Buenos Aires en todo el año 2010. Que Alberti, con sus votos propios más los del peronismo, muy probablemente ganaría. Y que al justicialismo de la Provincia le viene muy bien una victoria, para retemplar su ánimo.

Los argumentos de Balestrini también merecen atención. El vicegobernador señaló que el triunfo de Alberti no sería del peronismo. Fundamentalmente, iba a ser un éxito del vecinalismo. Después de la elección, el candidato triunfante no tendría ninguna limitación para negociar por su cuenta con la línea que le pareciera más conveniente en el 2011. Por ejemplo, con De Narváez. Más que un triunfo electoral, era el punto, el PJ bonaerense necesita mantener unida a su tropa, y sus legisladores, para hacer los acuerdos y alianzas que resulten necesarios en conjunto.

Ahora, los diarios de ayer dieron cuenta de un nuevo desarrollo: «A 24 horas del fallo judicial que establece un procesamiento por extorsión contra el ex intendente de Pinamar, Roberto Porretti, el Consejo del PJ bonaerense apuró su dimisión como candidato al municipio y propone a la concejal Roxana Di Pascuale en reemplazo del funcionario investigado«. Esto sirve para mostrar que las estrategias no se discuten en una mesa de arena; los tiempos judiciales, y – más importante – el malestar de la sociedad con la sombra de la corrupción, condicionan en este caso, como en niveles más altos, lo que los dirigentes pueden hacer.

Pero me sigue pareciendo un ejemplo válido de algunas opciones estratégicas que el peronismo – y también otras fuerzas – deben encarar ¿no es así, Manolo?


Artemio, Manolo y los empates

febrero 25, 2010

El que empezó – por lo menos donde yo me enteré – fue el habitualmente bien informado Artemio López, que habló de un empate catástrofico en este post. Ahí cita sesudamente a Gramsci y a García Linera y define lo que es una «situación de cesarismo». Pero confieso que yo me quedé sin entender cuál era el empate (Para peor, sentí que a Gramsci lo tomó en un mal día del italiano. Que Julio César era progresivo y Bismarck regresivo… Con el debito respeto, una insigne pavada).

Fue entonces  que Manolo agarró la pelota, y dedicó varios posts al concepto de «empate catástrofico» (este es el último). Como siempre, aportó una visión sofisticada y realista del peronismo del conurbano, del rol del sindicalismo, y valiosos enfoques intelectuales de Orson Scott Card y Rodolfo Walsh. Pero yo – con todas las limitaciones del típico político argentino (en situación de retiro, además) – sigo sin entender de qué hablan.

Mirando la escena política, no veo por ningún lado algo que llamar un empate (Imagino que no estamos hablando del divertido entremés en el Senado, no?). Sí veo una situación de incertidumbre, pero tengo que decir que es algo muy diferente. Y más estimulante, aunque nos provoque algo de angustia.

Quedan en pie, como señala muy acertadamente Manolo, dos grandes y tradicionales identidades políticas argentinas, el peronismo y el radicalismo. Que sirven de refugio ¿paraguas? a aparatos políticos territoriales poderosos, que en muchos casos siguen usando las venerables siglas del PJ y la UCR. Pero esas identidades no abarcan todo el espectro político nacional. Quedan al margen espacios políticos importantes, en el «centro izquierda» y «centro derecha», en la jerga de moda, donde se ubican fuerzas que hoy son decisivas para inclinar la balanza. Y que pueden legítimamente esperar a ser algo más en el futuro.

Más importante: esas dos identidades tradicionales no son homógeneas – para ponerlo suavemente – ni sus liderazgos están definidos. En el «espacio radical» ya se declaró el combate entre dos gladiadores muy distintos: el vicepresidente Cobos y la Dra. Carrió. Con una clara posibilidad que la contienda se defina en favor de un tercero, Ricardo Alfonsín (muy difícil, claro) o, más probable, alguien inesperado «con tonada provinciana».

En el peronismo… la situación está aún más abierta. Porque lo que está por definir no es solamente el liderazgo futuro y la oferta política, sino también algo más profundo: el equilibrio entre las realidades sociales que se reconocen en su nombre y su historia. El sindicalismo, los aparatos políticos del conurbano, los aparatos políticos provinciales, los sectores medios progresistas que se identifican con las figuras de Néstor y Cristina, los sectores medios que se identifican con el peronismo tradicional y odian a Néstor y Cristina… Y los marginados, que generalmente votan al peronismo, especialmente al peronismo oficialista, a veces por historia, pero siempre porque es la única entidad con poder que realmente trata de conseguir sus votos.

En mi meditada opinión, es casi imposible que el liderazgo futuro del peronismo quede en las manos de Kirchner. Más allá de la evaluación que merezca, hay una razón muy práctica que opera en su contra y que ya mencioné en otros posts: Esos aparatos políticos peronistas. y, menos abiertamente, el sindicalismo necesitan que el candidato a presidente que apoyen no les reste votos en sus propias contiendas, que definen su poder y su existencia. La conciencia que hay un rechazo mayoritario en la población a los K está generalizada, y motiva las conductas que ya contribuyen a desgastar su poder, dentro y fuera del peronismo. Determinan actitudes de gente muy distinta, como el senador Verna y el juez supremo Fayt.

Al mismo tiempo, el liderazgo de Kirchner, aún desafiado, es muy real. Tiene detrás el poder de la Presidencia, clave desde siempre en la política nacional (o como fue que Figueroa Alcorta desbancó a Roca?), tiene muñeca, audacia y voluntad política. Más decisivo (porque esas cosas las tenía Menem al fin de los ´90 y no le alcanzaron), no hay otro liderazgo potencial hoy capaz de articular todas esas realidades del peronismo. Y de despertar nuevas esperanzas en la sociedad.

Por eso, la incertidumbre, en este sector en particular: ¿ Permitirá, forzará el humor popular el surgimiento de un nuevo liderazgo (porque el «óleo sagrado de Samuel» aparece cuando el pueblo pide un rey; como dicen Manolo y Nicolás, cuestión de Fortuna y Virtú) ? ¿ Será capaz la dirigencia del peronismo (cuyo fuerte nunca ha sido la conducción orgánica) de elaborar una estrategia común que lo reemplace eficazmente ? Si no sucede, ahí aparece mi angustia: No por una posible derrota – no me gusta, pero en política se gana y se pierde – sino por una posible división del peronismo.

Sería una pérdida para él mismo, por supuesto. Pero más grave para la gobernabilidad argentina, a la que un peronismo unido presta un servicio esencial. No, en mi opinión, por una mística habilidad de los peronistas para gobernar, sino porque no hay otra fuerza política que contenga, y una en un proyecto político, realidades sociales tan diferentes. Creo que es necesario – no suficiente – para gobernar un país tan diverso.


Orlando Zapata Tamayo

febrero 24, 2010

Hoy han pasado otras cosas importantes, pero no quería dejar de comentar, aunque sea brevemente, ésta. El vínculo es con un blog cubano, que inevitablemente ha tenido cierta fama mediática, pero no es el «disidente» convencional.

Quiero aclarar que, en general, apruebo la política de los gobiernos argentinos – y de la mayoría de sus fuerzas políticas – razonablemente solidaria con el gobierno cubano. Porque la presión la hace Estados Unidos y es nuestro interés en Latinoamérica no permitirles – en lo posible – que ellos sean los custodios de la legitimidad democrática. La Guerra Fría terminó hace mucho, Cuba no participa – excepto simbólicamente – en el juego de poder de la política internacional. Además, está muy claro que Raúl Castro, en el fondo, Fidel, juega un rol estabilizador en nuestra región. Historias anteriores… no propongo el olvido, pero como recomendaba el Dr. K, una «benigna negligencia».

Pero Zapata Tamayo, de quien conocía muy poco hasta saber de su muerte, ha hecho una declaración con ella. No creo que deba pasarse por alto. El gobierno cubano puede seguir, seguramente lo hará, insistiendo que no tiene opositores, sino agentes pagos de USA y de la «mafia de Miami». Que sólo así puede explicarse que alguien disienta de una Revolución tan justa y necesaria, y de la sabia conducción de los hermanos Castro. Eso sí, será difícil hacer creer que un mercenario lleva adelante 80 días de huelga de hambre… porque le pagan.

Me viene a la memoria esa crónica del siglo pasado que es la saga de El Padrino. En particular, recuerdo cuando Michael Corleone, de visita en La Habana, es testigo de la muerte de un joven cubano, que, al grito de «Viva Fidel«, se inmola atacando un auto de la policía de Batista. Eso lo convence que los planes del viejo mafioso judío, claramente inspirado en Meyer Lansky, fracasarán. Creo que dice algo sobre lo difícil que es vencer a gente que está dispuesta a morir.


militantes y políticos

febrero 24, 2010

Ayer estuve almorzando con un amigo con quien me une una vieja historia de militancia en el peronismo, pero que ha estado alejado de la política activa por bastantes años. Las reflexiones que cambiamos dan para escribir largo, pero – como se ve en los últimos días – mi trabajo y las reuniones políticas – que están volviendo – me quitan tiempo.

Así que ahora toco un sólo tema de la conversación, tal vez el más importante. Hablamos de la participación popular en la política y ambos reconocimos que el fenómeno más notorio es el rechazo y la hostilidad que muchísima gente, desde la clase media baja (bien baja) hacia las de ingresos más altos muestra abiertamente  por Kirchner y Cristina.

Por supuesto, también veíamos cómo había surgido una militancia kirchnerista – que antes no existía – en los últimos dos años. Aclaro, por si es necesario, que no nos referíamos al activismo político del PJ o de otros sectores. El activismo puede ser K o anti K, pero sus códigos son otros.

Ahora, los politizados son una pequeña minoría. Algo que mi amigo – que por razones familiares conoce de cerca la militancia social – me confirmó – yo tenía algunas impresiones en ese sentido – es que hay entre los jóvenes muchos militantes sociales. Y muchísimos más que están dispuestos – ante una convocatoria casual – a brindar su tiempo y su energía en causas nobles. Pero – y esta es la característica más común – siempre que no huelan en el llamado un toque político. Si lo perciben, se alejan.

Esta no es una actitud que alguien de mi generación y mi historia, para quien la política ha sido el criterio ordenador de la militancia, entiende fácilmente o puede compartir. Casualmente, ayer también recibía uno de los mails de la persistente «Agenda de Reflexión», que esta vez traía un artículo de Paolo Flores d’Arcais, un filósofo, periodista y editor italiano de la izquierda cuestionadora. El tema es El declive de la Social Democracia Europea, y recomiendo leerlo. Pero sus conclusiones abarcan más que eso. Ahí decía «Los políticos de derechas y de izquierdas acaban por tener intereses de clase que en lo fundamental resultan comunes – en lo general: el razonamiento siempre tiene sus excepciones en el ámbito de los casos individuales – dado que todos ellos forman parte del *establishment*, del sistema de privilegios«.

Para evitar cuestionamiento de mi amigo Harry, reiteraré que no pertenezco a las «almas bellas». Tengo claro que no puede hacerse política en una sociedad moderna sin recursos, propios (muy raro) o brindados por terceros interesados. Y no es realista pretender que los políticos sean monjes. Pero tampoco tenemos derecho a asombrarnos si quienes convocamos, si no es con un contrato, nos exijan estándares un poco más elevados que los que hoy mostramos.


lo cortés no quita lo cuahtémoc (III)

febrero 23, 2010

Este título lo usé por primera vez para referirme al cruce entre Hugo Chávez y Juan Carlos de Borbón – y a lo que me parecía su trasfondo – en una de esas conferencias iberoamericanas. Pero me parece apropiado cuando, como en el post anterior, marco, en un blog crítico de los K, sus pasos positivos en política exterior. Materia que es uno de los puntos más flojos de sus dos gobiernos.

Aquí tengo otro, paso positivo, digo:

El cuadro (se entiende, no? Argentina está recibiendo de Bolivia  gas natural a razón de 2,4 millones de metros cúbicos diarios. Se  prevé que en marzo aumente a 5 millones, y que llegará a 27 millones entre 2017 y 2026), bastante impactante, me lo hizo ver el invalorable IKN, cuyo interés es comentar el sólido desarrollo que está experimentando la economía boliviana. Pero la noticia está en Clarín de ayer.

Valoro esto en su aporte al manejo de la provisión de energía para Argentina, en particular considerando la inclinación por el uso de gas natural desarrollada en los ´90, en la asunción, equivocada, que Argentina sería un país con exceso de producción gasífera. Pero me parece también valioso por la integración que estimulará entre la economía boliviana y la nuestra. Tenemos un interés concreto y egoísta en su prosperidad.

(Seguro. La provisión a Brasil es y será mayor. Y qué esperaban? Construyamos una base industrial comparable a la que hay en San Pablo y después hablamos)


lo cortés no quita lo cuahtémoc (otra vez)

febrero 22, 2010

No quiero interrumpir el debate que puede abrirse sobre obra pública en el post anterior (es uno de los temas claves para evaluar a un gobierno – y muy concreto, además), pero Mauri Kurchard, el de Derek dice, acaba de enviarme este mail, y, creo que es justo, cabe reproducirlo:

«Para vos que sos especialista en temas internacionales… Las ex colonias británicas del Caribe también apoyarán a Argentina en su reclamo sobre Malvinas

Yo estuve en Belize y se muy bien que haber logrado que ese pais se prinuncie contra Inglaterra es fenomenal. Tenés que agregar que son 16 votos mas en cualquier foro diplomático. Un aporte del peronismo a la Causa Malvinas»

El único error evidente de Mauri es llamarme «especialista en temas internacionales». Sólo soy alguien que está convencido que si no nos interesamos en esos temas, estaremos a la dudosa merced de los que sí se interesan en ellos.

La evaluación del resto queda para los reales expertos, y los diletantes, que también aportan algo. Eso sí, sugiero que se abstengan de incluir alusiones a que se trata de países con pocos o ningún lazo cultural con nosotros y de piel más oscura que la de esos comentaristas; eso le cabe también a la gran mayoría de la población del mundo. Y tengo la impresión que los más proclives a hacer esas alusiones son los que en algún momento han pensado que era una lástima que las invasiones inglesas de 1806 y 1807 fueran derrotadas.


Peronismo, kirchnerismo y obra pública

febrero 22, 2010

Un mantra que hoy repiten muchos dirigentes del PJ – cada vez más, da la impresión – es «Yo no soy kirchnerista, no soy ………. ista (en los puntos suspensivos poner el nombre que en ese momento agita el periodismo; Duhalde, Reutemann, etc., etc.); soy peronista«. En realidad, muchos que no somos dirigentes, como yo mismo, también lo decimos. Y como este pretende ser un blog de reflexión, se me ocurrió que valía la pena reexaminar el asunto. Ultimamente subí muchos posts de coyuntura.

No me interesó hacerlo desde la doctrina; se lo dejo a gente más inclinada a la filosofía que yo. Y, después de todo, el peronismo siempre ha querido validarse desde los hechos, desde la experiencia concreta de los hombres y mujeres que lo viven. Por supuesto, hay inmensas diferencias entre los gobiernos de Perón y los de Néstor y Cristina, como las hay entre Perón y Kirchner. Pero no corresponde comparar diferentes circunstancias históricas, más que diferentes personalidades.

Había empezado a pensar en el asunto, cuando recordé que en la blogosfera había leído algo que me pareció… iluminador. Hay algunos blogs que son algo más que una expresión personal y una forma de comunicarse (que no es poco). Es cuando agregan conocimiento profundo e información cuidadosa sobre algún tema, y le mezclan amor por eso sobre lo que escriben. Uno es Conurbanos, y el sujeto de sus posts y de su amor es el Gran Buenos Aires, en especial esa Zona Sur que los que están en política llama la Tercera, pero que es mucho más que una división política (Corresponde decir también que es uno de los blogs con una evaluación favorable de lo que Kirchner ha hecho).

Lo que encontré ahí, es y no es sobre el Gran Buenos Aires. Pongamos que es una descripción de una realidad peronista que llegó a ser y de un futuro frustrado un poco por el odio y mucho por la mediocridad, pero permanece como una muestra de lo que podemos hacer. No los peronistas, los argentinos. Hace poco escribí «el pueblo … vota a quién le despierta ilusiones para el futuro». De un post de Conurbanos copié este fragmento que, como un cuadro de Santoro, dibuja un sueño que hoy es retro, pero sirve como inspiración.

«Si tuviera que explicar, supongamos a un turista, el significado del peronismo en materia de obra pública, no dudaría ni un segundo: lo subiría a un auto y lo llevaría a Ezeiza, donde se encuentra, en pocos kilómertros cuadrados, un resumen de buena parte del ideario peronista del «período clásico»: Autopista Ricchieri, Aeropuerto Internacional, Centro Atómico, el Barrio Uno, Hospitales, un Centro Deportivo, las piletas populares, viviendas del Fo.Na.Vi, caminos asfaltados, un bosque con más de dos millones de árboles de distintas especies, y si tenemos tiempo, muy cerca de allí, Ciudad Evita: un pueblo pensado para que vivan allí más de 50 mil habitantes, con todas las comodidades del caso. Todo ello, con el plus de tratarse de obras que fueron gestadas pensando en que pudieran ser utilizadas por familias de trabajadores. (Visitantes al blog mencionaron además el majestuoso Hogar Escuela Evita, y que toda la zona de Ezeiza se diseñó como un corredor alternativo al del norte, con todo lo que eso implica).

Luego, le explicaría que los gobiernos que sucedieron a Perón, se encargaron eficazmente de la degradación material de toda esa infraestructura. En el caso de las piletas, por ejemplo, hasta se tomaron el trabajo de bombardearlas desde el aire, por orden expresa del Almirante Isaac Rojas. En cuanto al hermoso bosque de casi 600 hectáreas (ideado, como tantas otras obras, por el General Ingeniero Juan Pistarini), como no lo pudieron hacer desaparecer, lo abandonaron a la buena de Dios. Durante décadas, sus caminos se fueron deteriorando, y muchas de las especies que habían sido traídas de Europa por el mismo Pistarini, se perdieron para siempre. Lo que había sido concebido como un lugar para que se cumpliera un derecho de los trabajadores -el de la recreación- se fue convirtiendo en un enorme descampado salpicado de ruinas…»

Como les dije, Conurbanos es benévolo con el oficialismo, y además es justo. Agrega también: «En febrero de 2009 (tarde pero al fin), el Gobierno Nacional puso en manos del Ministerio de Desarrollo Social la recuperación del área (bosque + piletas + complejo deportivo).
Ya se pusieron en valor un total de 200 hectáreas, y se supone que para fines de este año tendrían que estar en condiciones las 400 restantes, que conforman el Centro Nacional Recreativo de Ezeiza.

Lo reallizado hasta la fecha no es poco: se ha recuperado buena parte del bosque, el sector de parrillas y mesas, y se hicieron a nuevos los caminos afaltados, y el sector de juegos para niños, con materiales reciclados. También hay un centro de exposiciones. En síntesis, hoy día se ha vuelto a convertir en lugar excelente, donde ir a pasar un lindo día con la familia o con amigos. Obviamente, no hay que pagar un mango»

Me consta personalmente que esto es cierto: Los municipios, Ezeiza, Esteban Echeverría, aportan para ello, pero los recursos los pone la Nación, directamente y a través de los planes «Argentina Trabaja». Y creo que esto puede, y debe, contarse en el activo kirchnerista.

Como dije en otros posts, el Ministerio de Desarrollo Social trabaja – también dije que no se le caían muchas ideas – y hay muy poco aroma de corrupción hoy, si recordamos las historia de ese ministerio. Eso mismo no puede decirse  de las obras públicas financiadas por este gobierno, pero eso forma parte de las más firmes tradiciones de nuestro empresariado nacional.

Lo importante es lo que falta: Por todos los recursos que se han volcado a la obra pública desde 2003, y han sido muchos, qué poco es lo que hay para mostrar a un turista, o a un compatriota, como eejemplo de lo que se puede hacer…


Malvinas, petróleo y petroleras (parte II)

febrero 19, 2010

En la primera parte de este post, mencioné a algunos círculos argentinos, que quisieran «llegar a un acuerdo con los ingleses para una explotación conjunta de posibles hallazgos petroleros en el Atlántico Sur». Hoy, en Clarín, Andrés Cisneros desarrolla los argumentos para este pensamiento: «Hay dos posiciones sobre Malvinas. La primera, llamémosla tradicional o solamente juridicista, reclama discutir soberanía, ya, ahora, desde el principio mismo de cualquier negociación. La segunda, realista o pragmática, advierte que Gran Bretaña se niega a siquiera hablar de soberanía y propone que, dejando debidamente salvaguardados nuestros derechos, al menos no perdamos, también, algún acceso a los recursos que contienen los territorios bajo disputa … la filosofía del todo o nada siempre termina en nada para el más débil de los dos «.

La Historia nos repite, una y otra vez, que si el más débil trata de negociar con «realismo y pragmatismo» – sin una estrategia también realista para equilibrar las relaciones de poder (desarrollo, alianzas, capacidad de disuasión, o mejor, una combinación de ellas) – termina en la olla. La historia reciente de Malvinas puede ser un caso de manual: desde los intentos de Alfonsín de «negociar y presionar» a la «política de seducción» de Menem a el «endurecimiento» de los Kirchner, todos tropiezan con el mismo escollo: Quien avanza con los hechos consumados es Gran Bretaña.

(Alguno preguntará cuál fue la «presión» que intentó Alfonsín: No muchos recuerdan que Caputo amenazó con otorgar permisos a las entonces activas flotas pesqueras de los países satélites de la Unión Soviética. Los ingleses empezaron entonces a otorgar licencias de pesca … desde las Malvinas. La prosperidad de los kelpers, y, más importante, el hecho que las islas ya no fueran un gasto excesivo para la Defensa británica, data de ese entonces).

Un camino obvio para la búsqueda de alianzas, para la construcción de un sistema de intereses que empiece a equilibrar al inglés – es decir, obvio excepto para aquellos argentinos que parecen pensar que nuestra ubicación en América del Sur es un lamentable error geográfico, y nuestro lugar natural sería el uno de los estados norteamericanos, eso sí, sin negros – es con los países vecinos, con los que ya hemos avanzado, imperfectamente, con el Mercosur. Concretamente, los otros dos que tienen costas y puertos en el Atlántico Sur, Brasil y Uruguay.

Ahora ¿qué estamos dispuestos a aportar los argentinos a esa eventual alianza? Si es declaraciones, eso es lo que conseguiremos. Los uruguayos, en particular, que no tienen petróleo pero cuya posición estratégica es un factor en la ecuación, saben que al gobierno argentino no le importaron los intereses uruguayos cuando un paquete de votos estuvo en juego en una provincia (remember Botnia!). Los brasileños… Itamaraty no aprueba de gestos románticos, y lo bien que hace.

No hay una respuesta simple, que reemplace al trabajo paciente de años. Pero hay una herramienta posible. Una herramienta que, justamente, el gobierno al que pertenecía el embajador Cisneros malvendió. Y el actual gobierno no ha hecho nada, hasta ahora, por recuperar: Una empresa petrolera estatal.

¿Cómo se usa? Lean esta noticia de Reuters «Caracas, 10 de febrero. Venezuela adjudicó la inversión más grande de petróleo en los 11 años del gobierno de Hugo Chávez – a un consorcio conformado por la española Repsol, entre otras, y a otro que incluye a la estadunidense Chevron – la participación en el desarrollo de los bloques Carabobo 1 y 3, respectivamente, de la faja petrolífera del Orinoco.

El ministro de Energía y Petróleo, Rafael Ramírez, nombró a las compañías ganadoras de la licitación convocada por el gobierno venezolano durante un acto celebrado en el palacio presidencial de Miraflores, transmitido en cadena por radio y televisión, y al que asistió el presidente Hugo Chávez. Repsol participará en el bloque Carabobo 1 junto con la malaya Petronas y las indias Indian Oil, ONGC, y Oil India.

En cada uno de los proyectos, los consorcios crearán una empresa mixta con PDVSA, que mantendrá 60 por ciento de participación, debido al proceso de nacionalización en el sector petrolero iniciado en 2007

Los resultados muestran victorias para ambos lados. Las compañías petroleras se ajustaron a las duras condiciones establecidas por Caracas, mientras queVenezuela suavizó los términos fiscales, en otra señal que el «nacionalismo de recursos»  se ha visto debilitada por la caída de los precios en todo el mundo»

¿De qué nos sirve esto a nosotros, aparte de mostrarnos que el capital viaja a donde encuentre los mejores réditos, sin preocuparse por los discursos? Argentina no tiene una Faja del Orinoco, con una expectativa de 235.000 millones de barriles. Que yo sepa, tampoco la tiene España, que sin embargo construyó una petrolera nacional; y un paso importante en esa construcción lo dió más de 10 años atrás, cuando compró la argentina YPF. La que desde hace tiempo – vean ésto que subí en julio del año pasado – despierta el interés de China.

Mi amigo Harry afirma que Petrobras y PDVSA tienen acciones de Desire Petroleum, una de las empresas que explorará en Malvinas por cuenta de Inglaterra. Si es así, no debe sorprendernos, ni escandalizarnos. El negocio petrolero, desde los tiempos del viejo Rockefeller y de Armand Hammer, es lo más parecido al mundo de los piratas desde que Henry Morgan llegó a gobernador de Jamaica. Las empresas petroleras nacionales son como corsarios, que roban y saquean para sus naciones… además de ellas mismas, claro.

Quizás el gobierno de Cristina Kirchner de un paso en pro de la recuperación de YPF. Ojalá, pero será un paso. La reconstrucción de una petrolera nacional, como la de cualquier empresa del Estado en serio, es algo que los argentinos no hacemos bien desde hace décadas. Desde que nos hemos dedicado a convertirlas en fuentes de negocios privados, malvenderlas, y concesionarlas.

Pero es un objetivo razonable, si tenemos la constancia y la voluntad suficiente durante varios gobiernos, que Argentina cuente con una petrolera que – idealmente en sociedad con Petrobras y PDVSA, con una participación para ANCAP ? – pueda explorar y perforar en la cuenca malvinera y en el sector antártico.


Malvinas, petróleo y petroleras

febrero 19, 2010

Sobre Malvinas, ya he escrito hace tiempo. También sobre petróleo, y he actualizado mis reflexiones sobre ambas cosas en este blog. Ahora, Argentina enfrenta una coyuntura donde ambos temas se unen para presentarle un desafío como Nación.

En estos días estuve muy ocupado y no pude hacer un trabajo de recopilación de datos y de análisis. Tampoco soy un estudioso a la altura de la tarea. Pero quiero repasar con ustedes algunas ideas.

De todos modos, Federico Bernal publicó en Página12 una nota muy completa (aunque trate las hipótesis, salvo en el título, como si fueran datos seguros) sobre el interés de Gran Bretaña por el petróleo de Malvinas, que recomiendo lean completa. Los antecedentes diplomáticos más recientes, las acciones de los gobiernos de Néstor y Cristina Kirchner están detallados en esta nota de LaNación. Es un resumen detallado y hecho con buena leche, para provenir de un medio opositor. Yo criticaría más severamente la débil reacción argentina ante el ensayo de Constitución europea y la posterior sanción de un acuerdo de carácter constitucional durante la gestión de Ángela Merkel a la cabeza de la Unión Europea, en la que las Malvinas se declaraban territorios de ultramar británicos asociados a la U. E. Pero la política internacional no ha sido el fuerte de los gobiernos K.

Quiero empezar con unas observaciones que me envió mi amigo Gerardo González, que me parecen útiles para que los que no somos expertos entendamos las líneas generales del problema

«El petróleo de la cuenca del Mar del Norte se agota en un plazo cierto, y con él una carta fuerte de Gran Bretaña como potencia mediana. La expectativa que tienen es encontrar a la altura de las Malvinas una lenteja, una cuenca petrolífera submarina, como las que encontró Brasil a la altura de Santos.

Distinguir entre enanos y gigantes: los kelpers y las pymes petroleras escocesas son avanzadillas, pelotones de exploración. Si en Malvinas, en la próxima exploración / perforación, descubren una lenteja mediana, entra British Petroleum y eso se transforma en un emirato feliz.

Pero, ojo, si descubren una lenteja grande, aumentan exponencialmente las probabilidades que tengamos medianas o grandes en el resto de nuestra plataforma, porque es el mismo territorio geológico.

Auguro que las lentejas están en el Atlántico Sur profundo, no en las costas. Fijate en Nigeria y en la cuenca de Santos. O Texas y el Golfo de Méjico, vecinos. Esas simetrías no son casuales.

Pero la explotación en alta mar es carísima. Por ahora. En un plazo no mayor de 8/10 años, el bushell de petróleo valdrá el doble y de ahí para arriba»

Estas observaciones de Gerardo encajan con una especulación, nunca declarada abiertamente pero siempre presente en algunos círculos argentinos, de llegar a un acuerdo con los ingleses para una explotación conjunta de posibles hallazgos petroleros en el Atlántico Sur.

Si no sirve de otra cosa este enfrentamiento, es útil para mostrar que no es posible una colaboración de este tipo entre dos naciones soberanas sobre un territorio en disputa. La misma dinámica de la situación lo hace imposible, aún para aquellos que estén dispuestos a que el rol argentino siga siendo facilitar el acceso a sus recursos naturales para su explotación por otros.

¿Qué puede hacer Argentina entonces? Las restricciones al tránsito de buques hacia las Malvinas que ha adoptado el gobierno (lo que la prensa británica llama «bloqueo») son legítimas y adecuadas… en el corto plazo. Pero tienen limitaciones claras. Lo de Botnia es casi un caso testigo en muy pequeña escala de las limitaciones de este tipo de medidas. Terminan perjudicando mucho a terceros, y muy poco al objeto de la medida.

¿Solidaridad diplomática, en la ONU, en Latinoamérica? La tendremos… en el plano de las declaraciones. Pero Argentina no tiene hoy alianzas lo suficiente fuertes para que la acompañen en represalias significativas contra Gran Bretaña, y menos contra la Unión Europea. Én los otros dos países cuya ubicación geográfica los convierte en factores del problema, en Chile… es muy dudoso que Piñera tome una posición audaz en nuestro favor. Y Uruguay… somos hermanos, pero seguro que habrá alguien que se acuerde de lo de Botnia, justamente.

Me parece importante que tengamos claro que la fuerza militar – más allá de detener buques mercantes intrusos en nuestras aguas territoriales – no es una opción para nosotros. Al margen de las crìticas – válidas – que pueden hacerse al gobierno por el estado de indefensión en que se encuentra Argentina, aùn si tuviéramos el equipamiento que tienen Chile o Venezuela, nuestro país no podría amenazar creíblemente con usarlo. Hoy no tiene el peso político, el respaldo internacional ni las alianzas que le permitirían hacerlo.

No me interesa «tirar pálidas», ni corresponde hacerlo. Nuestra diplomacia, la solidaridad del resto de Latinoamérica, aún el Comité de Descolonización de las Naciones Unidas, son herramientas débiles… pero son aplicables por un largo período de tiempo, si mantenemos coherencia. La presión que puede hacerse con ellas no sería decisiva para los cálculos de las empresas petroleras, que están habituadas a los juegos arriesgados… Pero aquí, si hay petróleo para extraer, tendrán que invertir sumas fabulosas en infraestructura. Y los argentinos somos 40 millones, y los kelpers 3 mil. Para hacer negocios, les conviene con ellos. Pero el enfrentamiento con nosotros (nuevamente, si mantenemos coherencia) puede ser màs perjudicial, para una inversión que deberá amortizarse en un laaargo tiempo.

No voy a mencionar el «interés estratégico» de la OTAN en el Atlántico Sur; no hay submarinos islámicos en el Pasaje de Drake. Y no es sitio para las guerras asimétricas que hoy preocupan a los estados mayores.

Argentina entonces debe desarrollar no un objetivo – eso está; para nosotros, no puede ser otro que las Malvinas vuelvan a ser argentinas – sino una estrategia a largo plazo, que cuente con el respaldo de todas las fuerzas políticas y pueda ser acompañada por la diplomacia de la mayoría de los países de la América del Sur. Para eso, deben dejarse de lado tanto los intentos de seducción con ositos Winnie the Pooh como las declaraciones altisonantes vacías de contenido real. La «cultura malvinera» que algunos diarios atribuyen a los Kirchner – y ellos mismos en algún momento reivindicaron – no sirve de mucho si sólo consiste en repetir entre nosotros «Las Malvinas son argentinas».

Después de la guerra franco prusiana de 1870, los patriotas francesas tenían un lema en relación a Alsacia-Lorena «No mencionarlas jamás; no olvidarlas nunca». Algo extremo para nosotros, que nos conviene insistir en los foros internacionales y que no debemos ser chauvinistas (aunque más no sea para construir una alianza sólida en la América del Sur): pero no es un mal ejemplo para tenerlo presente.

Hay otra herramienta importante que debemos recuperar, pero eso corresponde en un post aparte.

(Continuará)


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