Una propuesta opositora

noviembre 30, 2009

EduA es un frecuente comentarista de este blog, es un ingeniero con experiencia en empresas de alta tecnología, es un pequeño empresario rural, es radical y es un duro crítico del gobierno K (las calificaciones no están puestas en orden de importancia). Al mismo tiempo, es un tipo muy lúcido, con la inteligencia concreta que tienen los ingenieros (cuando son inteligentes, lo que no es siempre) y es uno de los que he tratado de entusiasmar para ver si podemos construir un lugar en la Red – portal, blogs linkeados – que sumen ideas y discutan proyectos concretos para Argentina, un sitio que tenga claro que ninguna propuesta es neutra en política, que todas llevan a una definición ideológica inevitable, pero que pueden ser impulsadas por argentinos con identidades y compromisos políticos diferentes.

El grueso de lo que subo a continuación es un comentario que hizo hace muy poco en este blog, en un debate con AyJ y el Lobo estepario, pesos pesados de la blogosfera, ampliado en un mail privado. Si lo pongo en una entrada por separado es porque es un planteo concreto, que merece la chance que algún decisor, ahora o en el futuro, lo tome en cuenta, pero además porque me permite hacer un comentario político sobre oposición y oficialismo. Uno es incorregible

Investigación y Desarrollo, en sentido amplio, se aplica a la ciencia – que profanamente divido en básica y aplicada; de la primera se ocupa el Estado en todos los países; muy pocas empresas la hacen también (IBM – que tiene varios premios Nobel en su plantilla -, AT&T, algunas que otras francesas y yankis, y muy poquitas más)-; de la segunda, la ciencia aplicada, en los países exitosos se ocupan ambos, Estado y empresas, en distinto grado, La tecnología es hija directa de la ciencia aplicada, como lo es el diseño industrial. En la Argentina tenemos muy poca investigación básica y algo más de aplicada, pero poquísima en el ámbito de las empresas – sean éstas privadas, mixtas o estatales. Y la gran multiplicación de las economías desarrolladas se produce cuando la tecnología llega a las empresas, sea porque éstas la generen o la retribuyan mediante regalías (en el caso en que haya sido creada por el Estado), simplemente porque desde ahí se genera el valor agregado que repercute en la sociedad por los mecanismos propios del mercado.

El ejemplo de la Comisión Nacional de Energía Atómica es muy bueno, pues marca el fruto de una luminosa y rara coherencia a lo largo décadas, con todo tipo de gobiernos, aun a pesar de que la saga empezara con el loco Richter. Empezó porque Perón tuvo visión, siguió porque los que lo sucedieron la compartieron, aun a regañadientes en algún que otro caso. Pero también es bueno entender que la CNEA ha sido posible por las universidades nacionales de primer nivel que la fueron alimentando de materia gris. Es decir, es producto de una visión de país, que tiene etapas, que se construyen unas sobre otras.

También hay que entender que una de las formas de ver a la Investigación y Desarrollo es evaluar la capacidad de producir valor agregado para el conjunto. Por cada peso invertido, el resultado debe mostrar un beneficio neto. ¿Quiere decir que es la única forma de medirla? No. Pero sí revela que son necesarios AMBOS enfoques. Y que hay que apuntalar la capacidad de generar ese valor agregado, en grado mucho mayor al alcanzado hasta ahora, que es bastante, pero mucho menos que el que habría debido ser.

Rafa, el Lobo estepario, comentaba el caso coreano. El modelo de los “chaebols” fue impulsado por una dictadura y se construyó sobre un bajo nivel de sindicalización. Por ende, en este sentido no es un ejemplo aplicable para la Argentina. Pero sí lo es que el Estado condicionó completamente ciertos apoyos e incentivos a que hicieran Investigación y Desarrollo. El resultado, hoy, 20, 30 años después es el que Rafa describió y que valoró en cuanto a que el valor generado quedaba para los coreanos. Concuerdo: cuando empezaron, sólo producían arroz, pescado y tungsteno. Hoy Samsung factura más que IBM o Hewlet Packard; unos 115 mil millones de dólares, contra 110 y 95 respectivamente. ¿Impresionante, no? Podría poner otros: el otro día mencioné a la Fiat de hoy; pero son ejemplo de lo mismo la Cuba que fabrica vacunas y las exporta, o la Embraer brasileña.

Entonces, ¿por qué no hacer lo mismo aquí? Se debe hacer política activa induciéndolo. Hoy se tienen los recursos para hacerlo, pero no la visión ni las ganas. Se puede argumentar que la escasa burguesía industrial argentina no es propensa. OK. Induzcámosla. Los ejemplos de los fabricantes de maquinaria agrícola, aun a los tumbos, lo muestra claro (dicho sea de paso, esas empresas conformaron el CIDETER, que es un centro conjunto de I+D, creado por las empresas y hoy está apoyado por el Estado). Este ejemplo debe multiplicarse. ¿Que los argentinos no pueden? Yo creo que sí.

Por eso insisto con que lo importante es la visión: reconocer el valor latente donde está, para apoyarlo, o para crearlo. La CNEA es tan buen ejemplo como la maquinaria agrícola o la genética de semillas. Y que no basta, aunque esté estupendamente bien, sólo con inaugurar un laboratorio de nanotecnología (como hace poquito, por el presente gobierno, en un rapto fugaz de lucidez) si luego no hay políticas adicionales que potencien socialmente lo que allí se cree. Las oportunidades están ahí, la inteligencia la tenemos. Lo que menciono debería ser un desafío central del próximo gobierno.

Esto de incentivar, seducir a las empresas para que hagan I+D debe ser una política de Estado que esté sustentada en una ley cuyo corazón esté protegido por mayorías especialísimas, por lo menos equivalentes a las requeridas para concertar el llamado a modificación de la Constitución Nacional. Es la única manera de que se dé una señal de largo plazo. Pues, si no, ¿aún existiendo incentivos, va a haber empresas que inviertan en esto? No sucederá, por la volatilidad que tienen estas cosas en la Argentina. Hay que remover la volatilidad de raíz. Ése es el único modo.

Edu, hasta aquí escucho y aplaudo. Estás desarrollando, con mejor información técnica, algo que yo sostengo desde hace tiempo. Pero discrepo con vos en un punto: “una ley cuyo corazón esté protegido por mayorías especialísimas, es la única manera de que se dé una señal de largo plazo” Quiero hacer claro algo: pienso que una ley así sería una buena idea, y mostraría una señal de… madurez en los partidos políticos que la apoyen. Pero las leyes de esta envergadura no son más que las reglas de juego que las fuerzas sociales de un país aceptan en un momento dado.

Lo que nos hace falta en Argentina es el sector comprometido, en su ideología y en sus intereses, con un proyecto que, vos mismo lo señalás, debe ser impulsado desde el Estado, en íntima vinculación con las empresas. (Intimidad no es sinónimo de corrupción, pero, seamos realistas, brinda muchas oportunidades).

¿La Derecha realmente existente? De corrupción sabe bastante, pero todavía se aferra al discurso del ajuste y de la asignación de recursos por el mercado. ¿La izquierda y el progresismo? Su discurso es pro-ciencia y tecnología (salvo los que han comprado un ecologismo anti industrialista), pero no han impulsado demasiados esfuerzos concretos en esa dirección. Los nichos que alimentan la mayoría de sus cuadros están en las ciencias sociales y los medios. Y tiene problemas para vincularse con el empresariado. Cuando alguno de ellos lo hace, suele terminar como empleado.

¿Las fuerzas políticas nacionales? Vos juzgarás lo que hace el radicalismo, y, más importante, lo que puede hacer. Desde el peronismo, que es la que yo conozco, creo que este tema explica, mejor que ningún otro, mi actitud actual: Un profundo fastidio por lo que no se hace, al mismo tiempo que un reconocimiento realista que lo poco que hoy se hace está impulsado por el gobierno que hemos sabido conseguir.

La seguimos.


pensando en Honduras

noviembre 30, 2009

En la blogosfera hoy se comenta, con diversos grados de entusiasmo, la elección de Pepe Mujica en Uruguay. Importante y cercano como el tema es, yo prefiero invitar a pensar en la elección de Porfirio Lobo en Honduras. Porque se aprende más de las cosas que salen mal que de las que salen bien.

Sale mal, me interesa señalar, para la «civilización iberoamericana», esa difusa identidad que cuestionadores intelectuales y adversarios geopolíticos, como Huntington, perciben mejor que la mayoría de nuestros compatriotas. El tema no pasa, por supuesto, por si Zelaya es bueno o malo para Honduras. Sino por la necesidad de reglas estables y aceptadas por la gran mayoría, y por el resto de los países miembros, para el juego político.

Y como dije en este blog el 30 de junio: «El acuerdo básico en que descansa la politica en los países más o menos serios es que los militares están para hacer la guerra y – en algunos casos, como en China y en Cuba – dirigir empresas estratégicas. Pero no para interpretar ni reformar constituciones, que, como dijo un pensador argentino, “no es asunto del arma de caballería“.»

Otras de mis previsiones en ese post no se vieron confirmadas por la realidad, esa vieja testaruda. Por eso conviene enfrentar los hechos como aparecen a hoy:

1) Latinoamérica no es un área importante para la política norteamericana. Ni siquiera el creciente protagonismo de Brasil ha hecho que se perciba en sus círculos de poder la necesidad de establecer una estrategia única. La política de USA para los países de la región sigue siendo determinada por sus equilibrios internos. No es sorprendente. Durante décadas el factor más persistente en su política hacia Cuba, y, desde la caída de la URSS, el decisivo, ha sido la colectividad cubana en Florida y su peso electoral.

2) Brasil ha jugado fuerte en esta crisis, y los límites de su influencia han quedado muy claros. Pero no estoy seguro que pueda hablarse de una derrota brasileña. 10, aún 5 años atrás, hablar de su influencia en América Central era una fantasía. La región era coto exclusivo de USA, y, a lo sumo, de México.

3) La capacidad de Chávez de influir en los acontecimientos en su vecindad geográfica se ha mostrado como mucho menor que la brasileña. Menor aún que la de Argentina o de España, cuyo respaldo diplomático fue cortejado por Zelaya y por el gobierno yanqui. No existiendo ya – afortunadamente – una generación de jóvenes dispuestos a matar y morir por la Revolución, como tuvo Castro, su influencia se limita al micrófono. Y a los petrodólares, de los cuales los norteamericanos tienen muchos más.

4) El hecho más indiscutible y brutal: se ha fortalecido, al menos por ahora, el golpe de estado hondureño.

Justamente ayer Manolo publicó uno de sus provocativos posts sobre «Técnica del Golpe de Estado», el clásico maldito de Curzio Malaparte. Yo le decía:

«Sin duda, un libro extraordinario. Su descripción de los «golpes» de Trotsky, de Mussolini, de Pilsudsky,  de los «contragolpes» de Stalin y de los socialdemócratas alemanes… Una pieza de la literatura política clave del siglo XX, aún con sus falencias. Porque Malaparte estaba enamorado de la «técnica» del golpe de estado – que describió como nadie – y omitió analizar las condiciones que lo hacían posible. La jactancia de Trotsky «las condiciones no importan» era sólo una jactancia vacía, y la historia subsiguiente del troskismo lo demostró. En Argentina tuvimos un caso típico: la sangrienta tragicomedia de Gorriarán Merlo en La Tablada.

Hay un libro posterior de Edward Luttwak, Coup d’Etat: A Practical Handbook que no tiene la originalidad y brillantez del italiano, pero analiza las condiciones para los golpes que estudió Malaparte: un país dividido por mitades entre izquierda y derecha, enfrentadas a muerte, como en la Europa de entreguerras (Y, agrego yo, como la Argentina de 1955, dividida entre peronistas y antiperonistas).

Luttwak procede a analizar la metodología, un «manual práctico», de los golpes del Tercer Mundo, que caracterizaron la etapa histórica siguiente: una sociedad donde la política, el control del Estado, se disputa entre elites, con la masa de la población alienada del poder. El de Honduras evidentemente se inscribe entre estos.

La lección para nuestros gobiernos, para nuestras sociedades, de estos dos autores y, con más elocuencia, de la realidad, parece ser muy clara:

Lección «Malaparte»: encontrar mecanismos para desactivar, al menos en sus aspectos más simbólicos, es decir, más políticos, los enfrentamientos que invulucren a grandes porcentajes de la población. El Congreso, caras nuevas en política, son herramientas tradicionales.

Lección «Luttwak»: incorporar rápidamente a los sectores excluídos a la actividad política y al imaginario nacional. Esto lo hizo hace mucho en Argentina el peronismo y, a pesar de sus muchos errores, es la causa que todos los golpes que se dieron contra él no afectaron su supervivencia hasta hoy.


carta desde las Europas de la mente

noviembre 30, 2009

Como se deja ver en el post anterior, soy de los que consideran que el nombramiento de una figura anodina como primer Presidente de la Unión Europea ha sido, peor que un error político, una desubicación histórica en lo que hace a la construcción de una Europa para este siglo.

Me explayé sobre esto en conversaciones privadas, lo que llevó a que recibiera un jugoso mail de mi amigo Harry. Los que han leído sus comentarios en este blog saben que, además de un antikirchnerismo de piel y una tendencia a sarcasmos contra provincianos y progres (aclaro que los primeros los ha reconocido como un error desgraciado; los segundos no) une un conocimiento extenso de política internacional en general y de Europa en particular. Lo adquirió, entre otras ocasiones, con una estadía en el Viejo Continente desde fines de los ´70 hasta bien entrados los ´90, y se nota.

No estoy del todo de acuerdo con lo que dice aquí – o, más precisamente, creo que hay elementos importantes faltando – pero me pareció que valía la pena reproducirlo.

Coincido con vos en el tema europeo. El continente eligió no ser protagonista. La candidatura de Máximo D´Alema era irreprochable y su pasado comunista, una banalidad. Porque Giorgio Napolitano, el  presidente, es un veterocomunista, hijo bastardo de los Saboya y a quién le interesa eso. Allí el enfrentamiento es dentro de la derecha, la que gira hacia el centroizquierda liberal de Fini – una lección para los derechistas argentinos – y el carisma de Berlusca que aún en decadencia es convocante.

Yo pensé que los british sacrificaban a Blair para tener al laborista británico ad honorem D´Alema, pero todo ha terminado en figuras de segunda línea. Europa sigue empeñada en una construcción lenta. Miterrand, a quien respeto cada vez más cortó la discusión en su tiempo diciendo “Señores: hagamos una Europa de dos velocidades, el que llega a la primera posición voila, el resto a la segunda»

Cuando Alemania cedió la presidencia del Parlamento Europeo a Simone Veil también fue muy inteligente, elegían a una intelectual judía resistente, sobreviviente y francesa pero de origen alemán y Giscard ya les había planteado «el primer presidente no puede ser alemán, hay que buscar el híbrido»

… Veo que la retrocesión es mundial en materia de política concreta…

Acá el tema central es Brasil, dado que la Argentina  es y será visceralmente antiamericana, no creo que eso se remonte por Obama, se parece mucho a Kennedy en sus vacilaciones y confirma plenamente la disección de Aron en la Republica Imperial.

El problema es que nuestro país no puede quedarse sin USA y sin Brasil y solo con  la ventriculización chavista.

La Unión Europea es blanda y busca ponerse TODAVÍA sus pantalones largos!, para USA no somos creíbles ni ellos lo son para nosotros, tratemos de no pelearnos con Brasil, porque si gana Mujica en Uruguay  no será una victoria tupamara como creen los imbéciles, será una nueva victoria de Brasil.

El  flanco débil de Chávez es haber comprado el problema iraní sin ninguna ventaja para Venezuela.

Como nosotros cometemos un error al hacer de la AMIA una especie de Malvinas de izquierda, esos totems que coartan la libertad de acción internacional…


Notas de viaje: Europa, Milán y ferrocarriles

noviembre 29, 2009

Tardé mucho en retomar estos posts después de los que escribí sobre España,  a pesar que EduA me insistía. Una mezcla de pereza y humildad, que me decía que no iba a hacer un aporte que valiese la pena a la literatura de viajes por Italia, comparado con Sterne y Goethe, por ejemplo.

Fue cuando la Unión Europea decidió – o soportó, sería la palabra? – que su primer presidente fuese un perfecto desconocido, elegido por serlo, que me decidí a pulir y publicar las notas que había garabateado en momentos del viaje. No iban a ser más triviales que esta elección, y – a lo mejor – servían para hacer claro que yo sentía que Europa, vieja y ablandada como está, se merecía algo mejor que esto (No me refiero al Sr. Herman Van Rompuy en particular. Hasta puede ser que, en una de esas ironías que los dioses disfrutan, el tipo llegue a existir. Es que me parece, por parte de la Sra. Merkel, el Sr. Sarkozy, y algún otro que haya participado en la decisión, una falta de respeto a la idea de Europa).

Algo muy menor, lo confieso, también influyó. Por un montón de años he usado tarjetas de crédito, sin más problemas que alguna demora en el envío del resumen. Recién recibí un llamado del banco emisor de la que usé en Europa, que me avisa que van a tener que reemplazarla porque fue clonada. Sí, allí. Una anécdota trivial, claro, pero siento que equilibra un poco cuando me veo obligado a insistir en el respeto que los automovilistas europeos, sin excepción, muestran por las reglas de tránsito…

Llegué a Milán por casualidad. La intención era visitar la Liguria, origen de la familia de mi esposa, pero no había vuelos directos de Barcelona a Génova en el horario que nos convenía. Cuando nos propusieron una escala en Milán, un par de horas para tomar un Campari en la Plaza del Duomo y seguir por tren a Génova, hubo un grito de !

Ahora, mi fuerte no son las descripciones. Puedo decir que pasear por las calles de su centro es como hacerlo por Alvear o por Quintana, en la Recoleta, pero sin el elemento careta. Esto es, en esas avenidas de Buenos Aires, los que caminan por allí dan la impresión que van (también) a observar y a ser observados. En Milán, sus habitantes y los turistas dan la impresión que se ocupan de sus asuntos.

Por lo demás, son italianos. Del norte o no, son casi tan ruidosos (espamentosos, diría mi madre, gallega sobria) como los porteños. Y las mujeres de Milán son las más elegantes que vi en Europa. Los mozos que atienden en bares y restaurantes son, como en toda Italia, rapidísimos y precisos (aunque la primera vez hayan cometido un error, con buena intención. Pedí un «Americano» y me trajeron ese horrible café que toman los yanquis. Lo solucionó enseguida cuando dije «Campari») Menciono esto porque los argentinos solíamos estar orgullosos del oficio y sabiduría de nuestros mozos, en altri tempi, comparados con los de otros países de Latinomérica. Bueno, los italianos les ganan hoy a los mejores nuestros de las buenas épocas, antes de las pasantías).

¿Necesito mencionar la imagen del Duomo, a través de esa inmensa plaza? Ustedes la ven, en la foto que encabeza esta entrada. Por otra parte, la Scala es casi modesta. Impresiona – tal vez, en ese contexto – menos que nuestro Colón.

Una palabra sobre los ferrocarriles: La terminal, impresionante. Su arquitectura no es demasiado diferente que la de Retiro y Constitución, pero está limpia. No tuvimos problemas con la seguridad (como tampoco en Génova, Florencia, ni siquiera en Roma), aunque la policía no se hacía demasiado visible. No hubo ladrones, aunque sí buscas (Bueno, eso no desconcertaría a ningún argentino). Los trenes, modernos. Y salen a horario, en homenaje tácito a Benito.

Pero… en la atención al público… boletería, oficina de equipajes… se percibe el estilo displicente del empleado público. Así es, uno descubre que, después de varios mandatos de Berlusconi, los trenes siguen siendo del Estado. Tal vez deberíamos invitar una delegación italiana a una excursión en el Roca, por ejemplo, para mostrarles lo que hemos logrado con nuestra combinación de gestión privada y supervisión estatal.


Charlie Boyle quiere que me actualice doctrinariamente

noviembre 28, 2009

y tiene razón. Mis temas favoritos son política e historia, y he encontrado pocos libros – muy importantes, sí, pero pocos – que me actualizasen mucho, escritos después de «Historia de la Guerra del Peloponeso», de Tucídides. Por eso es que leo algunos blogs inteligentes, como el suyo (y el del Criador de Gorilas, que, lamentablemente, abandonó).

Eso sí, de cuando en cuando, encuentro algún post que me supera, como éste . Por eso, le comenté «Un post fascinante. Solamente en el blog de Manolo, y no muy a menudo, había leído un texto tan lleno de ideas con las que estoy en desacuerdo, y que al mismo tiempo me iluminasen aspectos de la realidad»

El siestero me replicó con este otro post Los compañeros George Orwell, Manolo y Abel B. deberán ser sometidos a una actualización doctrinaria, que entiendo menos (eso que «no existe un telos kirchnerista», por ejemplo, … Boyle es una persona educada y no lo usaría en el mismo sentido que le darían en mi barrio). Pero – ahí está porqué hay que de leer a gente culta – ese post, donde hace una larguísima cita de Zygmunt Bauman, me ha servido.

Bauman forma parte de una selecta biblioteca personal, de autores con nombres franceses, en general, que he decidido no leer. Y esa cita, donde emplea largos párrafos con aburrida prosa, para decir una banalidad «George Orwell està anticuado«, me confirma la sabiduría, también personal, de mi decisión.

Al margen, considero que es una banalidad equivocada. «Cazando un elefante», de Orwell, es uno del medio centenar de libros posteriores a Tucídides que dicen cosas no triviales sobre política.


Dubai y el camello del Sr. Obama

noviembre 27, 2009

Un tanto para la blogosfera, y van… El comentario más preciso – hasta ahora – «Nadie se la vió venir…», lo hacen en CalculatedRisk , donde reúnen una buena cantidad de links sobre el asunto. Aquí el alerta local lo dió nuestro amigo AyJ, seguido de cerca por Manolo.

Es un poco temprano para los análisis serios, que empezarán a hacer los economistas cuando recobren el aliento (No tengo expectativas muy altas. Todavía no encuentro un desarrollo teórico original sobre la Crisis global que justamente estábamos dando por superada… Keynes, Schumpeter, còmo se los extraña). Por ahora, la descripción más concisa, y relevante para nosotros, la hacen, naturalmente, en Bloomberg.com (la lucidez del bolsillo propio). Empieza «Dubai shook investor confidence across the Persian Gulf after its proposal to delay debt payments risked triggering the biggest sovereign default since Argentina in 2001 / Dubai sacudió la confianza de los inversores a través de todo el Golfo Pérsico luego que su propuesta de demorar los pagos de su deuda amenaza con provocar el default soberano más grande desde el de 2001 de…¿cuál era el nombre?»

Recomiendo que se aguanten la traducción al mexicano de esta nota de Robert Fisk y que la lean. Muestra (la lucidez inglesa sobre sus viejas colonias) algo de la posible cocina de esta decisión. Y brinda algunos datos que los profesionales y los aficionados a la polìtica global deben empezar a tomar en cuenta, abandonando ese mundo centrado en el Atlántico Norte (USA + Europa Occidental) que ya se está quedando… anticuado. Este párrafo, por ejemplo:

«Existen, sin embargo, dos realidades básicas sobre Dubai, que, de manera nada sorprendente, no han logrado figurar en la especulación de los mercados internacionales ni en los análisis financieros de los periódicos. La primera es que Dubai puede descubrir muy pronto que es un satélite, no de su capital, Abu Dhabi, sino de India. Los más importantes comerciantes de Dubai son de nacionalidad india y tienen el monopolio no sólo del oro, sino hasta el de las librerías. El patio de recreo del jeque Mohamed está a sólo dos horas en avión del oeste de India. Hasta 1962 (hay que ser viejo para entender el mundo económico de los emiratos), la rupia india era la moneda oficial de la región del golfo Pérsico, incluido Kuwait» (Rastros del British Raj, claro. Pero ahora con nuevos dueños).

Por mi parte, sólo puedo agregar una… inquietud. No es más que eso. Pero parte de un hecho muy evidente: Los Sres. Obama, Brown, Sarkozy, la Sra. Merkel y la dirigencia política y económica, representada por ellos, de ese mundo centrado en el Atlántico Norte ha adoptado frente a la Crisis global una política de encarar solamente las medidas imprescindibles, eligiendo entre ellas las más convencionales, minimizando los cambios en el esquema de poder económico. Los japoneses han sido fanáticamente prudentes desde 1945. Y los chinos, con algunas excepciones muy precisas, desde que Confucio los adoctrinó.

Es natural, y defendible. Dejando de lado que nuestra generación, como muchas otras, cuando joven se enamoró de la idea de la Revolución – y algunos sectores del poder se creyeron que había un peligro serio que la hicieran y reaccionaron monstruosamente; dejando de lado episodios menos trágicos como los jóvenes y algunos pendeviejos que creen que los Kirchner están haciendo la Revolución… la mayoría de las personas no quiere revoluciones, si no se ven arrastradas a ellas. Reformas serias en las relaciones de poder – una revolución es eso – no se hacen sin costos graves, y la historia muestra que tienen consecuencias impredecibles. Napoléon no era diputado a la Convención. Las privatizaciones de Yeltsin no estaban en los planes de los que asaltaron el Palacio de Invierno.

Obama, entonces, evidentemente, pese a las críticas de Krugman y de sus propios seguidores más jóvenes, ha elegido la estrategia preferida por los grandes bancos (era esperable, dadas las relaciones históricas del Partido Demócrata con Wall Street), aceptando, por ejemplo, las cifras de desempleo, a cambio de recuperar la «salud financiera» de la economía. Las caídas de A.I.G., Lehman, el incremento de la emisión monetaria… son vistos como precios de una estrategia prudente. Ahora, una vieja leyenda árabe habla de un camello al que su dueño cargaba y cargaba, sin consecuencias aparentes. Hasta que la última brizna de paja le rompió la espalda. Me pregunto – no es más que una inquietud – si Dubai será esa brizna de paja para el camello global.


un comentario sobre la Ley de Medios ¿lo qué?

noviembre 26, 2009

En su momento me pronuncié en este blog a favor de la reforma de la Ley de Medios Audiovisuales, sin demasiado entusiasmo, eso sí. Dije «es un buen paso. Sus aspectos positivos: en el plano cultural, la legalización de emisoras independientes; en el político, la derrota de un grupo económico que adquirió demasiado poder a través de los medios que controla, compensan muy positivamente, me parece, el aumento en la capacidad de influencia que le da al Ejecutivo nacional, incremento que es – por razones tecnológicas y jurídicas – más formal que real«.

Sigo pensando lo mismo. Separo la actual batalla de Papel Prensa, que me parece un conflicto estúpido e innecesario por el control de una papelera mediana, que sólo sirve para alimentar el mito del Kirchner que se apodera de todo el poder. Lo llamo un mito no porque crea que al Néstor no le gustaría: el punto es que no puede.

Resumiendo mi opinión sobre esa ley, afirmo que la experiencia local e internacional de los Estados indica que una ley discutida a la luz pública – imperfecta, naturalmente – es infinitamente mejor, y se presta menos a abusos, que una disposición legal obsoleta, veinte veces modificada por decretos y resoluciones administrativas. Los negocios y los negociados florecen en la oscuridad legal. Y si fue impulsada por una coalición coyuntural, sin «consenso» ¿cómo creen que se aprueban las leyes que afectan intereses en el mundo real?

Eso sí, también recordaba en ese post el resumen magistral de Daniel Paz  ”– Esta ley, ¿nos impedirá tratar a los televidentes como idiotas? – No. – Entonces ¿por qué estamos en contra? ”. Puedo decir que tampoco garantiza que el Estado, en su accionar cotidiano, se acerque a la intención de democratizar los medios que se proclamaba para aprobar la ley.

Por lo menos, eso es lo que me parece después de leer esta nota de Pablo Sirvén, a quien considero uno de los críticos de espectáculos más legible. Dice «las (radiodifusoras) que están percibiendo una poderosa inyección de dinero público son, asombrosamente, las emisoras porteñas más importantes de la Capital: Radio 10 y Radio Mitre. La primera se ufana de ser la emisora más oída del país; la otra forma parte del Grupo Clarín, que el Gobierno hostiga casi a diario. Hay una tercera, Radio Belgrano, del ex banquero Raúl Moneta, que también se acogió al beneficio»

«El beneficio se llama Programa de Recuperación Productiva (Repro) y lo otorga el Ministerio de Trabajo de la Nación a aquellas empresas que se consideren en «situación de crisis». «Este programa -aclara el instructivo que deben llenar las compañías que aspiran a recibirlo- brinda a los trabajadores de las empresas adheridas una suma fija mensual no remunerativa de hasta 600 pesos y por el plazo de 12 meses, destinada a completar el sueldo de su categoría laboral, mediante el pago directo por Anses.» Claro que para acceder a él «las empresas deben acreditar la situación de crisis por la que atraviesan, estipulando las acciones que piensan desarrollar para su recuperación y comprometerse a no despedir personal».

Hasta agosto último, los subsidios transferidos al sector privado por parte del Estado se elevaban nada menos que a 32.643 millones de pesos. El Repro en particular reparte entre 1493 empresas (casi todas pymes) 197.382.250 pesos»

No estoy haciendo una crítica al Ministro de Trabajo. Tomada me parece uno de los ministros más eficaces, si tenemos presente que son colaboradores del Presidente. Y – como aclaré muchas veces – no conozco a fondo la realidad de los medios. Digamos que es un recordatorio más que el Estado es – desde Sumeria acá – una burocracia que administra intereses y conflictos complejos. Y los «relatos», como «la lucha contra los monopolios de la comunicación», o «el enfrentamiento con el autoritarismo kirchnerista»… son relatos.


el «matrimonio gay», la Iglesia y los gobiernos

noviembre 25, 2009

Aclaro: sobre el así llamado «matrimonio gay», no voy a opinar aquí. Ya lo hice, al pasar, en un comentario en el blog de Manolo (Irónicamente, yo le estaba aconsejando que no pusiera tanto énfasis en el tema), y me di cuenta de las pasiones que el asunto despierta. No es para opinar «al pasar». Tengo una idea formada sobre el asunto, pero, bueno, la mía es una opinión y siento que para expresarla con legitimidad debo hacer un análisis profundo para el que hoy no tengo tiempo ni ganas.

Tampoco voy a hablar de Macri. Lo he hecho otras veces (recientemente aquí y aquí) y no quiero insistir, no sea que Fernando Laborda me acuse de conspirar con Artemio  para destruir el liderazgo alternativo que Mauricio tiene «en los sectores socioeconómicos más bajos de la población«.

Lo que me surge ahora – un blog es mucho un tema de impulsos – es una reflexión sobre un tema del que la reprimenda de Bergoglio a Macri es un episodio muy menor: Lo que la iglesia católica le pide  a los gobiernos, nominalmente católicos, que hagan en relación a conductas humanas que su doctrina y su filosofía desaprueban. Temas menos… mediáticos que el «matrimonio gay»: el divorcio, el aborto.

Desde ese enfoque, me parece una berretada muy gallinácea el «motivo» que, según P12, un macrista le atribuye al cardenal  «Quiere ser papa y que hayan habilitado el matrimonio gay en su propia diócesis complica sus planes«. Han pasado y pasan cosas más serias en otras diócesis, alguna de Alemania por ejemplo, y no me parece que sobresalten demasiado a la Jerarquía. Hay algo de «viveza» en la interpretación que impide entender la lógica de las instituciones, que impide entender buena parte de la realidad.

La lógica que guía a la Iglesia en estos casos se enfrenta con uno de los principios esenciales de la Modernidad – que ella acepta en otras ocasiones  – y que estaba incluído en el artículo 19 de la Constitución, mucho antes que la agregaran el Pacto de San José de Costa Rica y banalidades varias: «Las acciones privadas de los hombres que de ningún modo ofendan al orden y a la moral pública, ni perjudiquen a un tercero, están sólo reservadas a Dios, y exentas de la autoridad de los magistrados«.

(Estrictamente,  se me ocurre que Bergoglio tiene razón… en el plano jurídico. Lo poco que sé de derecho me lleva a pensar que es … raro que una magistrada en lo contencioso administrativo local declare inconstitucionales dos artículos del Código Civil. Pero este no es un problema jurídico). Y la Iglesia tiene oficio suficiente para saber que toda legislación tiene límites en la realidad. El aborto, un tema mucho más grave, está despenalizado… de hecho. No hay ninguna madre presa, ni tampoco un médico, por lo que figura en los códigos como un delito.

La clave, me parece a mí, reside en algo que a lo mejor los laicos y los no creyentes pueden pasar por alto: la iglesia católica se aferra a una concepción que ve en el Estado un rol de magisterio, que considera que los gobernantes «deben dar el ejemplo». Encuentra tan grave como la muerte de un embrión humano el que la legislación no lo considere un crimen.

Como un ejemplo más mundano y trivial, la iglesia italiana no tiene dificultad en perdonar los pecados de Berlusconi como lo de cualquier otro de sus compatriotas (que si no los cometen, les gustaría hacerlo). Pero debe denunciarlos públicamente cuando se hacen públicos. Sería un error considerarlo una hipocresía. El pecado es el «escándalo».

Ahora, me parece que en esta sociedad posmoderna que vivimos en Occidente el concepto de «escándalo», como el de «la moral pública», están cada vez más desactualizados. Si alguien lo duda, sugiero que vean los programas de TV de mayor audiencia. El rol magisterial del Estado, el rol (hipócrita, si se quiere) ejemplificador de los gobernantes… fueron. Aún un ciudadano de la Modernidad como yo debe preguntarse si no hemos perdido algo. Y, con un criterio más pragmático, hay que preguntarnos si es una sociedad sustentable en el tiempo.


un aporte, en la línea de los comentaristas

noviembre 24, 2009

que enriquecieron los últimos posts. El esforzado Alejandro Pandra (que hoy lanza Misión Patria Grande en el local de Calzado; que sea con fortuna y virtú) publicó hoy en Agenda de Reflexión un trabajo del Ing. Gustavo Barbarán, de la Comisión Nacional de Energía Atómica, sobre el Desarrollo nuclear argentino.

Los invito a leerlo, pero, para los apurados, comparto este pequeño ejemplo de vinculación entre política, independencia y desarrollo.

«Crisis en el abastecimiento mundial de Molibdeno-99

Este radioisótopo es el más usado en medicina nuclear (terapia y diagnóstico), con más del 80% de participación de un negocio que se estima en casi 4 mil millones de dólares anuales. La producción convencional de Mo-99 se realiza a partir de la irradiación de uranio enriquecido al 90%, donde por fisión, se extrae el Mo-99 con la pureza necesaria para fines medicinales. El principal productor mundial de Mo-99 es Canadá, que a raíz de problemas en sus reactores de producción de radioisótopos, detuvo la producción provocando una crisis a corto plazo en el abastecimiento de este insumo.

Lógicamente la tecnología de enriquecimiento de uranio está en manos de unos pocos países que restringen al máximo el desarrollo de este tipo de tecnologías bajo el supuesto de que son susceptibles de ser utilizadas para la fabricación de armas nucleares – así se entiende la presión internacional ejercida a Irán en los últimos meses por querer iniciar el desarrollo de tecnologías de enriquecimiento de uranio. Estados Unidos está restringiendo cada vez más la exportación de uranio al 90%, por razones de la seguridad interna de ése país, aún cuando éste sea usado para la producción de Mo-99. La producción de radioisótopos en países que no posean la tecnología de enriquecimiento será cada vez más difícil.

Argentina, siempre en consecuencia con su política de desarrollo nuclear autónomo y no proliferación, desarrolló la tecnología para la producción de Mo-99 mediante uranio enriquecido al 20%. Si bien ese uranio enriquecido también es provisto por Estados Unidos, no está sujeto a las políticas restrictivas que se aplican al uranio al 90%. Esto permitió a Argentina posicionarse sobre dos ejes. El primero como abastecedor a nivel regional – cuadruplicando la producción en menos de un año para proveer a Brasil y el resto de Suramérica, que se abastecían desde Canadá – y como proveedor de esta tecnología, exportando a países como Egipto y Australia, con posibilidades a otros lugares.

Este posicionamiento hubiese sido imposible sin una política tecnológica nuclear de defensa de los intereses argentinos de un desarrollo de tecnología nacional«


Petróleo, agro y blogs: algunas ideas

noviembre 23, 2009

Abro mi blog al regreso de un viaje familiero a Córdoba (de paso ¡qué hostil está la Docta al peronismo! o, para ser más preciso ¡qué anti oficialismos nacional y provincial están los cordobeses (la mayoría) que ya votaron contra ellos!), y quedo impresionado. 32 comentarios (y contando) en el post del 20 de Noviembre, varios de ellos más largos que la entrada, no es raro. Desde que comencé en julio ´07, hubo bastantes casos así. Y tampoco es inusual que muchos comentaristas muestren información y experiencia más completas que las mías.

Lo que me impactó fue la seriedad con que se encararon los temas planteados y los que surgían. Sin eludir la discusión ideológica que planteaban (estaban Anón.Bost., «desde Mompr.» y Manolo!), se encararon (también por ellos tres) las realidades de la producción y la inversión, sin lo cual lo otro son eslogans vacíos.

Les agradezco a todos, y me saco el sombrero. Quiero, no resumir, no estoy en condiciones, aprovechar la corriente de ideas que surgió para abrir algunos… canales, que, a lo mejor, si bastantes están de acuerdo, servirán para el riego (esta metáfora se la podría vender a Marcos Aguinis; es más de su estilo).

, voy a plantear una idea que toqué con EduA y algún otro amigo en mails privados: un lugar en la Red – portal, blogs linkeados – que sumen ideas y discutan proyectos concretos para Argentina, asumiendo que ninguna propuesta es neutra en política, que tienen una definición ideológica inevitable, pero que pueden ser impulsadas por argentinos con identidades y compromisos políticos diferentes. Hay un eco de la vieja «Estrategia» de Enrique Guglialmelli, para el siglo XXI.

Ya sé, amigos, que la planificación en serio es tarea de estructuras con presupuesto y técnicos con dedicación completa, y que estas son condiciones necesarias pero no suficientes. Se requiere además capacidad de ejecución, realismo y olfato político, y algún favor de los dioses, también. Lo que no tenía el CONADE, por ejemplo. Pero el requisito previo es un país cuyos dirigentes «vean» la necesidad. Creo que ahí algo, un poquito, podemos hacer.

, hablando de instituciones para el mundo tecnológico que habitamos, como hicieron sobre todo AyJ y EduA, creo que hay un aspecto fundamental, sociológico, no técnico: la receptividad de los empresarios a la innovación.

Sobre esto, hay algo evidente, mal que nos pese a nosotros los industrialistas: la industria argentina, salvo algunos rubros muy específicos como la bio, no desarrolla tecnología, y es renuente a incorporarla. Las razones son complejas: económicas, históricas, culturales. Son las que son. Cambiarlas, que es necesario, requerirá tiempo. Por ahora, necesitamos, mal que les pese a los troskistas de derecha (que abundan en Argentina, se llaman a sí mismos liberales), más empresas estatales o para estatales como el INVAP. Gracias a Dios y a algunos argentinos que la tenemos.

En el agro – para ser más precisos – en los empresarios rurales, la actitud es muy diferente (pese a las fantasías góticas de algunos economistas de izquierda que hablan de una raza inmortal de vampiros estancieros). El productor agrario ha incorporado en menos de 50 años tres revoluciones tecnológicas que han cambiado totalmente los modos de producción: la soja (sí chicos, en los ´60 era una planta extraña que comían los japoneses; aquí no existía); las semillas transgénicas (quién dijo que en las revoluciones no hay daños colaterales), y la siembra directa. En la ganadería, los feedlofts y las nuevas razas adaptadas a las zonas marginales están cambiando ese negocio en formas que Don Juan Manuel no reconocería (aunque estoy seguro que las aplicaría rápidamente). A menudo digo que en Argentina el empresarios schumpeteriano es el chacarero.

Se me ocurre entonces la (valiosísima) tarea de (principalmente) extensión que realizan el INTA y organizaciones del agro debe ser seguida por la intensificación de la investigación y desarrollo en el agro y en lo agro-industrial. Es difícil, la (bien ganada) hostilidad hacia el gobierno de los empresarios rurales a partir del año pasado hace casi imposible, con Alarcón o sin ella, una relación madura. Y las conducciones políticas de la protesta agraria tampoco han mostrado habilidad para negociar bien. Podemos sí empezar a discutir en la Red como debería hacerse esa tarea de IyD. Después de todo, nada hay más efímero que los gobiernos, salvo las conducciones políticas.

, creo que Gerardo González ha hecho una muy buena síntesis del argumento por el petróleo «las “nuevas energías”, eólica, solar, mareomotriz, geotérmica, uso de desechos, hidrógeno, y alguna más, son carísimas o poco rendidoras comparadas con el petróleo y el gas. La energía es tema de costos, inversiones y rendimiento.

Las únicas alternativas (prácticas) a las fósiles son la hidroeléctrica y la nucleoeléctrica, que se desplegaron a lo largo del Siglo XX. La dendroenergía (madera y carbón) es nefasta ecológicamente«. Agrego que la energía nuclear, a pesar de las fantasías comunes al final de los ´40, no es adecuada para los vehículos. La pila atómica portátil permanece en la armadura de Misterix.

Entonces: la mayoría estamos de acuerdo que nuestro país necesita una petrolera en serio, con capacidad de búsqueda y explotación. Y resulta difícil entender porque una estructura estatal – salvo por el poder mágico de la propiedad accionaria – deba ser más ineficaz, o más corrupta en sus prácticas, que una de las grandes petroleras «privadas», varias veces mayor que la más grande empresa del Estado que podamos tener (Nada en el razonamiento de Adam Smith lo indica). Por supuesto, tampoco hay motivos – salvo por el poder mágico del pensamiento progre – que lo sea menos.

Por eso, me parece útil – esa era la idea del post – que discutamos medios y fines para la recuperación de YPF. Me parece inevitable que se haga – probablemente por este gobierno, a pesar de lo que opina mi amigo GG – o por el próximo. Repsol ha explotado sin pruritos los yacimientos de fácil y mediana extracción, y no ha invertido en búsqueda. Està más cercana a desprenderse de su «inversión»; algo dije hace poco. Y debemos tener presente que YPF, bandera nacional como es, sólo debe ser un instrumento para los intereses argentinos.

Y no sería un político si no pensara, también, que este es uno de los pocos temas cuya carga simbólica puede trascender la polarización K / anti K.