Hoy cierran las listas de candidatos

junio 22, 2019

Este texto lo publiqué hoy a la mañana en un portal de noticias. Por la política del medio, destinado a otro público del de este descuidado blog, evita la definición partidaria (no pretende ser «objetivo», por supuesto. Ese animal, político, no existe). Pero a pesar de eso -o gracias a eso- dice algo que puede ser de interés a todos los que estamos preocupados en este cierre. Ahí va:

AgendAR no va a informar sobre las idas y vueltas y subidas y bajadas. No es que no sean importantes. Lo son. Se trata de los hombres y mujeres que van a legislar para la Nación, las provincias y los municipios. Pero ese tema ya ocupa mucho espacio en los medios. Mucho más del interés que despierta en la mayoría de nuestros ciudadanos. Es sobre eso que queremos hacer un breve comentario.

Ante todo, tomemos en cuenta que la confusión y el «revoleo» de nombres, y algunas anécdotas picarescas sobre figuras que saltan de un partido a otro, y también algunos, no muchos, ejemplos de lealtad a las convicciones frente a maniobras poco defendibles, todo eso son olitas en la superficie. Las opciones en el escenario político argentino son claras y coherentes. Más que en muchos otros países, incluso los europeos.

En este año electoral 2019 se enfrentan dos grandes coaliciones políticas. Una de ellas, Cambiemos, que ahora se llamará Juntos por el Cambio, ha estado gobernando por los últimos 3 años y medio, y el actual Presidente aspira a la reelección. Esto en un país presidencialista. A favor o en contra, es difícil tener dudas sobre lo que puede y no puede hacer.

En la principal, por lejos, coalición opositora, el Frente de Todos, hay un claro predominio, por su peso electoral y por la historia de sus principales dirigentes, del peronismo. Una fuerza política con una realidad compleja y diversa, es cierto, pero que durante 14 años, después del derrumbe de la Alianza, desde comienzos del 2002 a fines de 2015, gobernó la Argentina. De esos 14 años, 12 y medio corresponden a los sucesivos mandatos de Néstor y Cristina Kirchner. Y su actual candidato a Presidente, Alberto Fernández, fue Jefe de Gabinete durante esos gobiernos por 5 años y 2 meses. También, los juicios sobre ese período pueden ser positivos o negativos, pero permite tener una idea sobre las posibilidades y límites de esa coalición.

Las personas y las fuerzas políticas cambian, y más aún el mundo que las rodea. Las realidades de la economía internacional y la geopolítica de 2019 no son las que el PRO esperaba cuando se lanzó a la aventura de construir Cambiemos. Y están aún más lejos del mundo en que se movieron esos gobiernos peronistas. Resulta bastante evidente que los últimos despliegues políticos significativos -la candidatura presidencial de Alberto Fernández, la a vice de Miguel Pichetto- tienen que ver con esos cambios en el entorno global. Pero podemos reiterar que la identidad de esas dos coaliciones está bastante definida, para lo que es la política moderna.

Las «terceras fuerzas» pueden cumplir un rol importante, especialmente si ambas grandes coaliciones quedaran cerca de un empate. Pero la polarización ha tendido a debilitarlas y disolverlas. Es un fenómeno tradicional en Argentina. No tiene nada de nuevo.

Si esto es así ¿cuál es el sentido de ese baile de nombres y de egos, que culmina hoy sábado 22 a las 24 horas, cuando «se cierra el sport»? Sucede que la política es una actividad absorbente, en tiempo y en dedicación, y la hacen los políticos. Que se profesionalicen es inevitable -la política en serio no puede ser «part time»-, pero, en contraste con la mayoría de las profesiones, cada dos o cuatro años se juega su carrera, casi su misma identidad.

(Ese prejuicio, bastante hipócrita, en buena parte de nuestro pueblo contra los «políticos profesionales» hace que es frecuente que muchos lleguen a esos cargos electivos porque no son políticos. Se han hecho conocidos por otros motivos. Pero… si se los toman en serio, están obligados a profesionalizarse. A convertirse en políticos, bah).

Además de una reflexión general, este comentario tiene que ver con las PASO, las Primarias Abiertas Simultáneas y Obligatorias para las que hoy es el cierre de las candidaturas.

Como ninguna fórmula presidencial se decide en ellas, aparece la conclusión fácil que sólo son «una gran encuesta». Un derroche gigantesco de recursos y esfuerzos. No es así; aún en esta versión muy imperfecta -y manipulada desde las conducciones políticas nacionales y provinciales- permite la expresión de realidades locales, en los niveles más cercanos a los problemas e inquietudes de los ciudadanos «de a pie».

Por supuesto que las PASO se originaron en las necesidades políticas de ese momento de un gobierno. Toda legislación electoral fue impulsada por gobiernos que esperaban beneficiarse, o al menos no perjudicarse por ella. Y es cierto también que son el escenario para pequeñas vanidades y ambiciones. Es que ellas también son la materia prima de la política, además de proyectos e ideales. Es una actividad de seres humanos.

Lo que propongo a mis compatriotas es que en lugar de suprimir las PASO, las mejoremos. Para conseguir eso, no hay que redactar proyectos. Se empieza por dedicar un poco de tiempo y esfuerzo -sin llegar a profesionalizarse- a participar en las fuerzas políticas.

Termino con una frase atribuida a Toynbee «Los que no se interesen en la política, tendrán su merecido castigo. Serán gobernados por gente que se interesa en la política«.

ooooo

Y para todos los amigos y amigas que hoy están (estamos) involucrados aunque sea de lejos en este cierre, agrego una advertencia más relevante para nosotros. Está en el Evangelio «Muchos son los llamados, y pocos los elegidos».


Cierre de fórmulas – El Pichettazo

junio 11, 2019

No puedo vencer mis pulsiones. Aunque trato de seguir los cierres de lista con la mirada fría que se merecen, el anuncio de hoy del Mauricio me hizo subir a las redes sociales mis opiniones. Las emprolijo y las vuelco en el blog (otra pulsión).

  1. La fórmula Macri-Pichetto es imaginativa y modestamente innovadora. Menos que la fórmula Fernández-Fernández, pero podría decirse que para el estilo convencional de los partidos argentinos, es una «nueva política». No la que propagandizaban Durán Barba y Peña, pero esa ya estaba en el almacén de los recuerdos.
  2. Me dicen que Lavagna irá con Facundo Manes. No tengo confirmación, pero en cualquier caso uno no espera originalidad política de don Roberto.
  3. Las primeras reacciones en las redes (de los politizados) «bardeaban» al radicalismo. Es cierto que es un poco humillante para el único aparato nacional de Cambiemos, pero… no olvidemos que sus propias autoridades pedían ampliar las alianzas. Con peronistas que sumaran más votos q M.A.P., seguramente. El inconveniente es que nadie con votos y futuro se siente tentado a subirse al barco de Macri, con averías y cerca del final de su viaje.
  4. En mi muy falible opinión, esta jugada no cambia el escenario. Pichetto era el hombre más poderoso del «aparato» peronista en 2016 y 2017, como broker de los gobernadores. Ahora… es un voto en el Senado. El suyo.
  5. La misión del candidato Pichetto será la de tratar de tender puentes con los gobernadores peronistas y sumar dirigencia media local para Macri. Le auguro poco éxito.
  6. Porque eso, como todo lo demás en este año electoral, ya depende de los votantes. Y de lo que los dirigentes, más los poderes fácticos, piensen que harán los votantes. Las negociaciones, aún la de los Fernández con Massa, ya son un aspecto secundario, de interés sólo para los que aspiran a algún cargo (La decisión que podía tomar el Sergio ya la tomó, cuando dinamitó el proyecto / fantasía de Alternativa Federal).
  7. Ahora, los gobernadores, sindicalistas, empresarios y todos nosotros los politizados estaremos tratando de anticipar lo que decidirán los no politizados (la gran mayoría de los argentinos).
  8. A hacer campaña, gente. Si algo dejan claro estos recientes juegos de sillas, es que las campañas para esta elección, aún no han comenzado.

La Vidal de los candidatos

junio 4, 2019

Mariú Vidal

Homero decía de Ulises que era «fecundo en ardides». No llegó a conocer a nuestros políticos, y a sus operadores. Pero uno tiene alguna experiencia -y algunas culpas- y entonces no puede hacerse el sorprendido. Si me siento impulsado a escribir algo rápido, es porque en la última maniobra que Macri y Peña lanzaron hace algunas horas, veo un doble fondo. O que está desfondada.

El 12 de abril, hace menos de dos meses, el presidente Macri firmó el decreto 259 prohibiendo las «listas colectoras». Esas colectoras son parte de esa fecundidad electoral a la que me refería: en este caso, que las boletas de gobernadores, intendentes, candidatos de distintos partidos, puedan ir «colgadas» de las boletas de varios candidatos a Presidente. Hay bastantes antecedentes de esto en los últimos años: el más notorio, el radical Gerardo Morales, que llegó hace 4 años a gobernador de Jujuy colgado de las boletas de Macri, de Massa, y no recuerdo si de algún otro.

Los fundamentos del decreto eran que «las listas colectoras provocan inequidad entre los competidores» y «conspiran contra la emisión de un voto informado y afectan seriamente la calidad del proceso electoral como un mecanismo eficaz de rendición de cuentas y de elección entre alternativas de gobierno«. Un motivo que aparece más auténtico es que los que votan a esas listas colectoras, NO están votando -por definición- al presidente que quiere ser reelegido, sino a otro rival ¿Porqué habría de ayudar a ese rival a sumar los votos que pueda juntar la candidatura a gobernador(a)?

Bueno, ayer hubo otro de esos volantazos que estamos viendo en estos días agitados. Y que seguiremos viendo hasta el 27 de octubre. Una cadena nacional de medios oficialistas, más algunos opositores, nos informaron que lo que conocíamos como especulaciones y «operetas» era una decisión tomada, nomás:

«El presidente Mauricio Macri ; el jefe de Gabinete, Marcos Peña; la misma gobernadora  bonaerense, y el jefe de gobierno porteño, Horacio Rodríguez Larreta, (observen el orden de importancia) decidieron que Vidal también será la candidata a gobernadora de Alternativa Federal, además de Cambiemos.

También se informa que el presidente en persona habló del asunto con los gobernadores Juan Schiaretti y Juan Manuel Urtubey, que también se mostraron de acuerdo. «Sólo falta -agregan, casi sin aliento- la palabra de Sergio Massa«.

En el plano legal, esto depende de que algún juez o jueza declare inconstitucional ese decreto 259, pero es sabido que la justicia argentina es comprensiva con las necesidades del poder. El problema es otro, y paso a exponerlo.

Para este volantazo, no se buscaron excusas en la «calidad del proceso electoral» y se justificó con aparente franqueza. En la provincia de Buenos Aires no hay balotaje. Y las encuestas indican que la gobernadora María Eugenia Vidal puede ser derrotada por la fórmula anunciada -Kicillof-Magario- debido al «arrastre», hacia abajo, de la candidatura presidencial de Macri.

A la etiqueta «Alternativa Federal» la jugada le soluciona una dificultad existencial: sin un candidato conocido en la provincia de Buenos Aires -casi 40% del electorado-, no tiene chances en una elección nacional. La gobernadora Vidal… acompañando la boleta del ganador de las hipotéticas PASO de Alternativa Federal, sería un regalo del cielo. O de otro origen.

Ahora, la duda que me inquieta: ¿tiene sentido que Macri y sus colaboradores más íntimos perjudiquen las chances que conserven de conseguir la reelección, la continuidad en el poder nacional, para ayudar a la reelección de Mariú? Fíjense que no estamos hablando de las PASO, sino de la definitiva, la que se juega el 27/10.

La imaginación, también fecunda, de los politizados -sobre todo de los periodistas- inventará respuestas: El macrismo juega al balotaje! No le importa sacar menos votos en la 1° vuelta, perder el «arrastre» que pueda tener Vidal, porque en la 2° vuelta Alternativa Federal le devolverá el favor y llamará a votar por Macri.

Supongamos que sí, que los cuatro alternativos, incluso Massa, cumplan con solemnes compromisos, jurados ante Magnetto ¿los votantes les harán caso? Son más veleidosos que Massa. Todo esto, sin tener en cuenta el riesgo que corre Cambiemos al disminuir, aunque fuera por poco, sus votos. Si la fórmula peronista le saca una ventaja mayor a 10 puntos, puede ganar en primera vuelta.

No. No tengo una explicación convincente de esta jugada. Sólo me inclino a decirle a mis compañeros, a los dirigentes tanto como a los militantes, lo mismo que señalé en un posteo anterior, referido a otra jugada: No se coman los amagues.


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