Lecciones de Bolivia – Los dilemas de Evo

septiembre 30, 2011

(Marcha indígena en Bolivia. Cortesía del blog trosco «El Diablo se llama Trotsky)

Cuando están crujiendo las economías y las sociedades de los países desarrollados del Atlántico Norte, puede parecer extraño volver la mirada a los problemas de Bolivia. Mis motivos, como de costumbre, son prácticos: Es un país vecino nuestro, el más extenso después de Brasil. La colectividad de ese origen es una de las más numerosas, y creciendo, en nuestro país, y juega un humilde pero importante rol en nuestra economía, como fuerza de trabajo en la construcción y como productores hortícolas. Y por sus hábitos de frugalidad, ahorro y esfuerzo es la que más se acerca en nuestro país a la mítica burguesía que según Weber dio origen al capitalismo. Además, sus problemas arrojan luz sobre los nuestros. El indigenismo, claro, que es un factor menor pero no trivial en nuestra realidad. Y, sobre todo, la represión.

Tal como he sido acusado, este blog ha mirado con simpatía a Evo Morales desde el comienzo. Es cierto que no ha sido por los motivos que lo convirtieron en ídolo de la progresía internacional. Como resumí hace un par de años, «Evo Morales, mucho antes de ser político, se dedicó al (muy humilde) negocio familiar del cultivo de coca. Contribuyó a organizar a los otros colonos aymará que cosechaban como él en San Francisco, Cochabamba, y llegó a ser el máximo dirigente de una federación de campesinos cocaleros que se resistía a los planes gubernamentales para la erradicación del cultivo de la hoja de coca. Piensen en él como una versión aymará de Buzzi o de Llambías. Ahora, como político, tiene más el estilo Kirchner.

No soy un conocedor profundo de lo que fue el Alto Perú, y antes el Tahuantisuyo, y juzgar a Evo es, en última instancia, una prerrogativa de los bolivianos. Pero les sugiero que lean – si se manejan en inglés – el siguiente informe Bolivia: The Economy During the Morales Administration . Para los que no dominan el idioma, o no tienen tiempo, les traduzco el primer párrafo “El crecimiento económico de Bolivia en los últimos cuatro años ha sido mayor que en cualquier otro momento en los últimos 30, un promedio del 5,2 por ciento anual desde que la actual administración asumió el cargo en 2006. El crecimiento del PIB previsto para 2009 es el más alto en el hemisferio“. Y las cifras no son del Center for Economic and Policy Research, sino de fuentes oficiales, incluído el Fondo Monetario Internacional«.

Seguí en el blog las buenas noticias sobre su gestión de la economía boliviana, como por ejemplo aquí y aquí. Pero mi adhesión tiene una base ideológica, y una buena síntesis está en esta crónica del discurso de su campaña por la reelección, en 2009, y que yo subí al blog:

Aeropuertos, represas, rutas asfaltadas, fundiciones de minerales, grandes puentes sobre los ríos amazónicos, una computadora para cada maestro, comunicaciones baratas para todos, polos de desarrollo, industrialización del litio y del hierro, plantas de geotermia, exportación de energía eléctrica, plantas de etano, etileno, metanol, ampliación de la nueva línea aérea estatal. E, infaltable, la propuesta estrella de la campaña electoral del MAS: la compra de un satélite de comunicaciones a China, por 300 millones de dólares, bautizado Túpac Katari en honor al caudillo aymara que se rebeló contra la colonia española en el siglo XVIII.

Evo Morales sintetizó punto por punto, en su largo último discurso de campaña en El Alto, el programa desarrollista y modernizador con el que mañana, según todas las encuestas, será ampliamente reelegido para cinco años más a cargo del Poder Ejecutivo.

Bajo este “optimismo tecnológico”, el viceministro de tecnología, Roger Carvajal, dijo hace pocos días que en los quince años de vida útil del satélite, los bolivianos deberán capacitarse para construir otro que sea 100% boliviano. Y la propaganda del MAS anuncia que “Bolivia ingresa a la era espacial de las comunicaciones”.

Quienes en el cierre de campaña del jueves esperaban un discurso “ancestralista” o antimoderno se equivocaron. En su lugar, el primer presidente indígena de Bolivia buscó proyectar la imagen de un país desarrollado y moderno, lleno de fábricas estatales, donde “el campo sea más desarrollado que la ciudad”, y la gente pueda ir “con su coche o en avión a pasar un fin de semana a la Amazonia”.

Una Bolivia donde “el Estado tenga sus propias fábricas de cemento. En ese momento, empezaremos a pavimentar caminos, de cantón a cantón, de provincia a provincia, de comunidad a comunidad”, anunció Evo Morales quien ayer inspeccionó la entrega de ingenios a las cooperativas mineras y una fábrica de tractores instalada en Cochabamba.

Varios “turistas revolucionarios” extranjeros se mostraban algo sorprendidos por el tono desarrollista del discurso, alejado de sus apelaciones eco-comunitarias a favor de la Pachamama en el exterior. Pero los bolivianos de a pie aplaudían cada una de las obras anunciadas o ya realizadas, para dar el “gran salto industrial”.

Por supuesto, agregué yo, eran promesas electorales. Pero cuáles promesas un dirigente hace, y su pueblo recibe con entusiasmo, creo, es un elemento a tomar en cuenta.

Eso sí, los que estamos a favor de un desarrollo nacional debemos tener muy claro que una pregunta que los pueblos nos pedirán contestar aiempre es ¿A quiénes favorece? En la Bolivia de este siglo, con una vigencia étnica y cultural de quechuas, aymarás, y otras comunidades, con una historia de discriminación y explotación feroz – que fueron las que justamente aseguraron la permanencia de esas realidades separadas -, con el desprestigio tanto del capitalismo liberal como de experiencias precariamente estatistas y la total inadecuación del «estado obrero imaginado por intelectuales pequeño burgueses» caro a los troskistas… era inevitable que Evo o cualquier otro líder popular se volcase al mito indigenista, al socialismo comunitario.

Atención: otra cosa a tener claro es que «mito» no es «engaño». Es una creación simbólica que no es la realidad, pero motiva y condiciona lo que los hombres hacen.  Por ejemplo, la constitución del Estado Unitario Social de Derecho Plurinacional Comunitario de Bolivia. La afirmación étnica que implicaba, el rescate de tradiciones y símbolos ancestrales, sirvió para el orgullo de las comunidades postergadas de Bolivia. Compensaba, a mi juicio, que entre las tradiciones rescatadas hay algunas con carga negativa. Por ejemplo, una «justicia popular» bastante parecida al linchamiento. Después de todo, la justicia formal no ha sido casi nunca justa en ese país.

Ahora, el problema básico del indigenismo extremo, del reconocimiento de identidades nacionales separadas para cada tradición cultural – vigente, en muchos casos; reinventada, en otros – es que a las nacionalidades les resulta muy difícil, si no imposible, reconocer una autoridad por encima de ellas, que sienten necesariamente ajena (Echar un vistazo a la Unión Europea). Esas nacionalidades fabricadas pueden convertirse entonces en enemigas de la Nación, del patriotismo.

No estoy diciendo que eso es lo que sucede hoy en Bolivia. No estoy juzgando – no estoy autorizado para hacerlo – si el reclamo de la Asamblea del Pueblo Guaraní, apoyado por la Confederación de Pueblos Indígenas de Bolivia (CIDOB), oponiéndose a que una carretera atraviese el Territorio Indígena y Parque Nacional Isiboro Sécure, es válido o no. Sólo, al ver quienes proclaman, a la distancia, claro «¡Viva la lucha de los pueblos indígenas del TIPNIS! ¡Por la defensa de su derecho a la autodeterminación nacional!«, me da mala espina. Porque estos muchachos son piedra. Cada vez que ellos apoyan, sinceramente, una causa, los apoyados terminan masacrados y triunfantes los peores intereses.

En serio: la convivencia de nacionalidades distintas en el mismo territorio es problemática. El Imperio Otomano lo manejó durante siglos, con métodos brutales. Pero otros imperios, más recientes, han usado y usan las nacionalidades como un instrumento contra la consolidación de Estados Nacionales fuertes. Además, claro, de su uso en la lucha política interna. Cuando los tobas, los Qom, llevaron su justificada protesta a la Avenida 9 de Julio, quien les proporcionó baños químicos y otro apoyo logístico fue ese defensor de los pueblos originarios, Mauricio Macri.

Por eso no me horroriza demasiado la represión que autorizó o permitió el gobierno de Evo Morales. La fuerza es la «última razón de los reyes«, y de los Estados. Es hipócrita, además de imbécil, afirmar que no deben usarla en ninguna circunstancia. Especialmente, si los que la condenan con más indignación, la aprueban de inmediato y sin dudar cuando los «buenos», «democráticos» y/o «revolucionarios» reprimen a los «malos», «totalitarios» y/o «reaccionarios».

Pero que no me horrorice no quiere decir que no la considere un grave error, o que sus autores no deban ser castigados. Las fuerzas militares o de seguridad son hombres – a veces mujeres – a quienes el Estado confía armas, o autoridad para disponer su uso. Siendo la naturaleza humana como es, su impunidad agrava los problemas.

Y el hecho que Evo es el gobernante legítimo de Bolivia, y que los intereses de su etnia, mayoritaria, requieren buenas comunicaciones para el comercio hacia Brasil y hacia Argentina, no le permite usar cualquier herramienta para imponer su autoridad. Otros gobernantes han perdido su legitimidad y el apoyo de su pueblo por ese camino. Tengo que decir, aunque suene localista y «partisano», que la política de Néstor Kirchner proclamada a partir de 2003 – «no criminalización de las protestas» – ha sido acertada. No porque lograse el sueño imposible de impedir toda represión, o todo abuso, pero si consiguió el objetivo razonable de disminuir los choques, y de abrir un cauce a los reclamos. Evo Morales debería lograr igual resultado, porque eso será beneficioso para Bolivia, y para toda América del Sur.


EE.UU. presiona a Argentina ¿por qué será?

septiembre 29, 2011

Las tapas de Clarín y LaNación mostraron en estos días titulares sobre el veto norteamericano de créditos de organismos internacionales destinados a nuestro país. No comenté el tema en el blog: porque no tengo información que no se pueda encontrar en 5 minutos con Google; porque hoy LaNación – que será cipaya pero tiene buenos periodistas – hace un informe amplio y informado, desde el enfoque yanqui, claro; y, en el fondo, porque pienso que es una buena noticia, generalmente hablando.

Por supuesto, es lamentable que algunos proyectos valiosos, si lo son, sean demorados o cancelados por la falta de la financiación prevista. Pero pienso en la situación general: a Argentina no le conviene endeudarse más. En este contexto de la Crisis global, no habrá financiamiento externo para ningún país en los grandes montos y los larguísimos plazos que requieren las obras de infraestructura que nosotros necesitamos. Tendremos que hacerlas por nuestra cuenta, si podemos.

Y para emprendimientos menos ambiciosos… Argentina no tiene hoy un problema de falta de capitales. En todo caso, carece de un sistema bancario y de inversiones que los haga accesibles. Al menos, esa es mi fundada opinión, compañero Boudou.

Entonces, el motivo de este post es simplemente jactarme. Porque para la izquierda, incluso nuestra izquierda nac&pop, el asunto no le sorprende. Ellos son Malos, y nosotros, como todos los pobres, somos Buenos. Por eso es inevitable que nos acosen. Pero con eso no explican por qué ahora se acentúa el asunto, mientras que en los tiempos de Bush jr., el Malísimo, las presiones o eran por otro lado o practicaban, como recomendaba Kissinger, una «benigna indiferencia».

Para Clarín, así como para una buena parte del satelismo local, la explicación es también sencilla: los malos modales de los Kirchner, que incautan aviones y reconocen palestinos. No explica por qué Brasil, que ha hecho cosas más audaces, no sufre consecuencias. Pero bueno, son «relatos» políticos.

Más seria es – hasta donde yo estoy informado – la imprevisión de Cancillería, que se ha enfocado en la influencia de los lobbies políticos yanquis en la relación con Argentina y ha descuidado tener en cuenta la profunda y larga – no menos de 30 años, si no más – imbricación del establishment financiero, el arquetípico Wall Street, con el Partido Demócrata.

Por eso puedo pronunciar las insoportables palabras «Se los dije». En un post que subí el mismo día de la elección que ganó Obama, el 4 de noviembre del 2009, decía, en una polémica con, claro, Manolo Barge;

“Ese es el punto central: Obama se está postulando para el trabajo de defender los intereses de U.S.A., no los nuestros ni mucho menos los de los bienpensantes del mundo entero … Algunos de sus asesores sobre política económica están muy cerca o directamente metidos en instituciones financieras muy fastidiadas con la conducta de nuestro país, y eso debe preocupar a Argentina. ¿Tengo que recordar que Barack Obama nos salteó en su única gira previa a las elecciones por América Latina?«.

Si ganan los Demócratas – con sólidas relaciones con el mundo financiero de la Costa Este – y Obama logra estabilizar rápidamente la economía yanqui (lo dudo), Argentina podrá recibir presiones muy fuertes”.

«Es cierto; la vieja máquina de Chicago del Boss Daley es un factor decisivo si soy un Demócrata y quiero llegar a ser Presidente de USA. Pero para ser Presidente de USA (observá el matiz) la máquina de los banqueros de la Costa Este tiene un peso significativo, también. El único elemento objetivo que tengo ahora para medirlo son los que rodean hoy a Obama. Y ahí veo, con preocupación, a las cabezas de la Task Force Argentina”.

Aclaro – especialmente a mi buen amigo Eddie, que desde Atlanta, Georgia está trabajando por la reelección de Obama – que con todo esto no estoy diciendo que esa no sea la mejor opción para Argentina. Los precandidatos del GOP… son un poco preocupantes, especialmente en esta etapa. Y creo que las fuentes yanquis que hablan en esa nota de LaNación que cité al comienzo son sinceros… en sus términos «La Argentina es un país amigo. Lo que sí pretendemos es solucionar problemas que llevan tiempo sin respuesta«. Pero es necesario tener claro qué es lo que tenemos delante.


El club de los peronistas

septiembre 28, 2011

En la columna de comentarios de un muy reciente post sobre el triunfo de Carlos Soria en Río Negro, una visitante, Flavia, respondió así a uno de los míos: «Abel, con esa respuesta … ha entrado en el camino de “cerrar filas hacia adentro que ya el resto no nos suma” iniciado hace meses por A. López. Una lástima«.

Enseguida, otros cuatro visitantes aportaron sus distintos enfoques, cuestionando o bancando lo que decía Flavia. Pero siento que es un tema lo bastante importante para que trate de desarrollar mi posición (además de preguntarme quién será ese xenófobo A. López. Hmm…).

Empiezo por decir, ya que el tema eran los cuestionamientos que recibe Soria, que ninguna crítica, ninguna denuncia, aún la más sincera, se hace en política – o en los medios masivos, que son espacios políticos – desde criterios abstractos, en el vacío. Siempre nos indignan más algunos delitos, crímenes o «lamentables necesidades» que otros. Para poner un ejemplo bien peruca: los fusilamientos de la «Revolución Libertadora» nos afrentan más, a nosotros, claro, que los de la Revolución Cubana.

Yendo a cosas más actuales, la oposición «republicana» encuentra insoportable el manejo de la «caja» por el kirchnerismo para comprar voluntades, y aún más la aparente indiferencia de buena parte de la sociedad. El no muy lejano episodio de la «tarjeta Banelco», cuando se denunció que los senadores se repartían fajos de billetes facilitados por la SIDE del presidente De la Rúa para aprobar una ley, es una anécdota ya casi olvidada.

Cualquiera con un poco de calle puede citar cientos de ejemplos. Pero para hacerlo bien amplio, recordemos todas las denuncias del troskismo de los crímenes y los atropellos de la burguesía. Les salen muy fácil, porque no tienen el poder suficiente para cometer algunos realmente pesados. Y la represión de los marineros de Kronstadt, en el único momento histórico que lo tuvieron. bueno… el mismo Trotsky explicó que ya no eran, cuatro años después, los mejores hijos de la clase obrera. Había muchos reclutas campesinos, y, encima, ucranianos.

Entonces, planteo un cinismo completo? No, entre otras cosas porque es un pésimo instrumento político. Un militante inteligente debe estar consciente de los errores y delitos de «su lado», o no podrá convencer salvo a los muy tontos. Que quedan pocos.

Por mi parte, y como posición ética, debo medir las consecuencias de mis acciones y actuar o apoyar a los que pueden hacerlo. Tener presente todos los crímenes que se cometieron por nobles ideales y con las mejores intenciones – leer bastante Historia viene bien -, y, por eso, privilegiar la sabia máxima de Hipócrates «Primero, no dañar». Pero sin dejar de tomar decisiones, sabiendo que no hay decisiones que no dañen a nadie en algo. La inacción también puede dañar, a veces para peor.

Vale también recordarse a sí mismo que nadie puede saber todas las consecuencias, porque la historia no termina nunca, y no dejar que eso lo inmovilice. Ése es el precio de ser hombre – o mujer – y no, como decía Aristóteles, un animal o un dios.

Toda esta filosofía es sólo una introducción, y, francamente, se justifica en que tenía ganas de ponerla. Sobre el punto en cuestión, quedó en claro en el post que a Soria lo cuestionan desde fuera y desde dentro del peronismo. Me pareció más interesante analizar los motivos de esos sectores, y que nos decían hoy sobre la realidad del peronismo y de la coalición que apoya al gobierno, que juzgar si esas críticas eran justas o no. El juicio que importa en los hechos lo hicieron ese domingo los ríonegrinos, cuando lo eligieron gobernador.

Pero ni haber ganado las elecciones, ni que el gobierno nacional lo apoye, termina con la discusión política. Las diferentes posturas son válidas, y cada una expresa una toma de posición y una estrategia.

La izquierda y el centro izquierda que apoyan al gobierno se identifican – dije en el post – por la crítica al peronismo como fuerza política y a muchos de sus dirigentes. Es legítimo, es parte de la política, y, la verdad, pienso que le viene bien al peronismo y a esos dirigentes. Salvo que pensemos que no tenemos ningún defectito criticable.

(Puedo pensar que es una estrategia limitada, que se parece a la de la oposición que ahora se desintegra, que también se centró en una crítica al kirchnerismo. Se me ocurre que ese es el argumento central detrás de las chicanas de Ramble. Pero eso es otra historia, y otro post).

Desde el peronismo… estoy de acuerdo con lo que comentó Horca. Una militancia joven que no critica a los dirigentes medios y que no cuestiona ninguna jugada de la conducción superior… No es una militancia sino una salida laboral.

Si en algo expreso fastidio personal, es con los que tratan la política como un deporte espectáculo y critican o condenan a los que se juegan… desde ninguna parte. «Yo no puedo aceptar … tal cosa«, me parece válido, digno, si se dice lo que se está dispuesto a aceptar, en nombre de qué fines. Pero tengo que reconocer que esa es la actitud legítima de la mayoría del pueblo, que no se interesan en la política y juzgan cuando votan. Pero esos no comentan en el blog.

(Además, ya Toynbee les advirtió que tendrán su merecido castigo: Serán gobernados por los que se interesan en la política).

En cuanto a la naturaleza del peronismo y quiénes están adentro o no, creo que mi posición la dejé clara muchas veces en el blog. El peronismo lo armó un tal Juan Domingo Perón entre junio de 1943 y febrero de 1946. Después, lo que era y lo que iba a ser lo decidieron todos los millones que se identificaron como peronistas. Y, creo, lo van a seguir haciendo.

POSTDATA: Para los que quieren evaluar en particular a Carlos Soria, les sugiero este test que propone mi amigo Omar Bojos: ¿Qué actitud va a tomar él con el acuerdo firmado por el gobernador radical por el que la provincia se compromete a ceder 254.000 hectáreas a una empresa estatal china, con liberación de impuestos?


Quiero transmitir una invitación

septiembre 27, 2011

Es del compañero Antonio Caló, Secretario General de la UOM. que con la Comisión de Familiares de Caídos en Malvinas e Islas del Atlántico Sur, «invitan al acto de homenaje a los “Cóndores”, en el 45º aniversario de ese acto de reafirmación de la soberanía sobre Malvinas, Georgias del Sur y Sándwich del Sur.

Será el miércoles 28 de Septiembre de 2011, a las 11:00 hs., en la sede de la Seccional Capital de la U.O.M., Avda. Hipólito Yrigoyen 4265, Ciudad de Buenos Aires.

El 28 de septiembre de 1966, 18 jóvenes trabajadores y estudiantes peronistas tomaron el control del vuelo 648 de Aerolíneas Argentinas y, a la altura de Río Gallegos, obligaron al piloto a volar a Malvinas. El Douglas bajó y se clavó en la pista embarrada. Desplegaron siete banderas argentinas. El “Comando Cóndor” rechazó la intimación a rendirse. Pasaron la noche en el avión. En la madrugada cantaron el himno y se entregaron al capitán de la nave de Aerolíneas. El gobierno de Onganía los encerró en la cárcel de Ushuaia, cumpliendo penas de hasta tres años de prisión.

Eran:

Dardo Manuel Cabo (25 años, jefe del grupo, periodista y trabajador metalúrgico)

Alejandro Armando Giovenco (21 años, estudiante y subjefe del grupo)

Juan Carlos Rodríguez (31 años, empleado)

Pedro Tursi (29 años, empleado)

Aldo Omar Ramírez (18 años, estudiante)

Edgardo Jesús Salcedo (24 años, estudiante)

Ramón Adolfo Sánchez (20 años, estudiante)

María Cristina Verrier (27 años, periodista y autora teatral)

Edelmiro Ramón Navarro (27 años, empleado)

Andrés Ramón Castillo (23 años, empleado)

Juan Carlos Bovó (21 años, obrero metalúrgico)

Víctor Chazarreta (32 años, metalúrgico)

Pedro Bernardini (28 años, metalúrgico)

Fernando José Aguirre (20 años, empleado)

Fernando Lisardo (20 años, empleado)

Luis Francisco Caprara (20 años, estudiante de Ingeniería)

Ricardo Alfredo Ahé (20 años, estudiante y empleado)

Norberto Eduardo Karaciewicz (20 años, obrero metalúrgico)

Se hará entrega de reconocimientos a los sobrevivientes, y a los familiares de los “Cóndores” fallecidos«.

Por las cosas que a uno le llegan cuando es joven, tengo un compromiso emocional con esa aventura. Sobre el tema escribí algo, hace justo cinco años, y luego hablé de unas historias posteriores, aquí, en el blog.

Me basta decir ahora que eran compatriotas, valientes y que hicieron un gesto por su patria sin derramar una gota de sangre y poniendo en riesgo solamente sus vidas.


Recomiendo a la competencia

septiembre 27, 2011

Pónganlo como un tema de conciencia: Habitualmente robo ideas y estímulos de otros blogs, para desarrollarlos a mi gusto. Pero a veces, como ahora, no tengo tiempo. Apenas si para contestar algunos comentarios en el último post, reconocer que tengo una contestación pendiente para cosas que dicen en el anteúltimo. Y recomendarles un par de posts que en otro momento habría utilizado sin escrúpulos para preparar míos (Tal vez lo haga todavía, ojo).

El blog de Gerardo Fernández es más visitado que este. Pero se me ocurre que algunos de mis visitantes no son habitués del suyo (Él es progre-kirchnerista. Buen tipo, a pesar de eso). Aquí toma el (valioso y estimulante) reportaje que le hicieron a Carlos Altamirano, y hace una aguda selección (en negrita) de sus frases, que terminan dando una visión más cercano a la política real que la que deja el original. Para no perderlo.

En este otro post, en el blog Estructura Desequilibrada, Best Seller hace un excelente trabajo al sintetizar un documental «Trabajo de adentro» que relata como fue el origen y desarrollo de la Crisis financiera en EE.UU. Bueno para repasar y tener claro las etapas. Y la nota (2) que agrega dice más que toda una colección de artículos económicos y politológicos las relaciones de poder detrás de la fachada.


Todo lo sólido se desvanece en el aire. Algo, se lo roban

septiembre 26, 2011

Me dejó pensando esta noticia que leí ayer en LaNación sobre algo que está ocurriendo en Europa: «Un insólito efecto de la debacle: el robo de cables, estatuas y techos.  LONDRES.- Apagones, cortes en las comunicaciones telefónicas y largas interrupciones en el servicio ferroviario se registran en toda Europa a raíz de la más insólita repercusión de la crisis económica: el robo organizado de la infraestructura pública.

El fenómeno está directamente relacionado con el espectacular incremento del valor de los metales. El precio del cobre, por ejemplo, se triplicó desde 2008 alcanzando ahora los 9000 dólares por tonelada. La misma cantidad de plomo se vende por 2000 dólares.

Esto desató una «fiebre ferrosa» que lleva a bandas de delincuentes a recorrer el continente recogiendo a su paso todo aquello que contenga metal. No importa si se trata de cientos de metros de cables de electricidad y de teléfono, señales de tráfico, tapas de alcantarillas, mástiles y antenas para la comunicación por celular y hasta techos completos de edificios públicos.

Tan sólo la semana pasada, 100.000 hogares se quedaron a oscuras, diez trenes tuvieron que ser cancelados y 175 sufrieron demoras de hasta 35 horas (entre ellos, el que une Londres con el aeropuerto de Stanstead) por el robo de 650 metros de un tendido de cable de transmisión de 275.000 voltios.

La situación del otro lado del canal de la Mancha no es mejor. A la ferroviaria estatal francesa SNCF, este tipo de delitos ya le ha causado pérdidas de 40 millones de dólares en lo que va del año. En Bélgica, provocaron 48.000 minutos de retraso de trenes durante los últimos doce meses. En Italia, los estragos ocasionados son tan grandes que la operadora Ferrovie dello Stato decidió asociarse con las firmas de telecomunicación Telecom Italia y Enel para tomar medidas preventivas a un costo anual de 20 millones de dólares… (La nota completa aquí)«.

Manuel Barge ya lo había citado en un post. A él, como a mí, le impresionó el parecido con lo que ocurrió aquí, entre nosotros, después de la Crisis del 2001. Quizás también se le ocurrió ponerlo en una entrada por separado, con el título «Cartoneros del Primer Mundo«, pero ambos tuvimos pudor.

Reflexionando sobre el tema, creo que lo más importante no es lo que puede haber de similar en ambas situaciones. Después de todo, no debemos olvidar que todavía Europa es mucho más rica que nosotros, y aún sus marginales, si tienen la ciudadanía, tienen acceso a más recursos que los nuestros. Las Grandes Potencias en ese continente pueden darse el lujo – sujeto a la aprobación de Potencias aún más grandes, claro – de guerras imperialistas/intervenciones humanitarias.

Creo que es más significativo como símbolo del «fracaso social del sistema capitalista en la sociedad postindustrial«, para usar la expresión de Xavier Antich. Mucho mejor que cualquier serie de televisión. El sistema fracasa en mantener una razonable estabilidad en la economía, y con eso aumenta la expulsión del sistema de más y más personas. Que ya las estaba marginando cuando las cifras de la economía crecían raudamente. No es sorprendente que los más audaces o más desesperados de los marginales encuentren su nicho en la delincuencia. También allí irán inversores.

Esto no borra, salvo para los muy ilusos, el fracaso previo del socialismo al estilo soviético. O la esterilidad de las «izquierdas» europeas. Es toda la sociedad postindustrial, parece, la que no encuentra formas de defender el único patrimonio que al final cuenta, sus hombres y mujeres.

Nosotros, en América del Sur, tenemos la suerte que todavía tenemos pendiente la construcción de una sociedad industrial moderna. Pero vale la pena que miremos al final del camino, y reflexionemos sobre las soluciones que tendremos que inventar. Al menos, Europa no parece estar haciéndolo.


El triunfo de Carlos Soria

septiembre 26, 2011

Me meto en este tema, tan reciente, con el debido respeto al pueblo de Río Negro, que por 28 años, desde el retorno de la democracia, decidió ser gobernado por el Partido Radical. Y que ayer le dió un triunfo muy categórico al candidato del Frente para la Victoria, Carlos Soria. En todas esas oportunidades, sus razones habrá tenido, y no le corresponde a un porteño, sin información especial, discutirlas.

Me parece interesante analizar esta elección y sus consecuencias desde un punto de vista nacional. En principio, es otra victoria más del oficialismo; hasta los medios opositores la consideran como tal. Y el ministro del interior y el presidente del bloque justicialista del Senado nacional acompañaron al candidato triunfante en su festejo.

Pero una parte no insignificante de la coalición que ha acompañado los gobiernos de Néstor y Cristina Kirchner no la siente como tal. Horacio Verbitsky dedicó su editorial del domingo – el día de la elección – en Página 12 a cuestionar al candidato y la decisión gubernamental de apoyarlo «la proximidad con Soria marca un serio déficit cualitativo. El candidato es uno de los personajes más oscuros de la larga década menemista-duhaldista y pesan sobre él cargos éticos y políticos ilevantables…«.

Hasta ahí, no sería demasiado importante. Muchas veces Verbitsky ha criticado duramente a personajes del oficialismo, que han seguido allí. En general, puede decirse que la gran mayoría de la izquierda comprometida en el apoyo al kirchnerismo encuentra su razón de identidad en la crítica al peronismo como fuerza política y a sus dirigentes. La izquierda que estuvo con Kirchner y se alejó lo hizo con el motivo o el pretexto que «Kirchner se recostaba en el PJ«.

Pero esto trasciende, me parece, a la distinción entre peronistas y aliados. Una parte de la militancia kirchnerista rechaza con idéntica dureza a Carlos Soria, a quien ven cercano al duhaldismo y ajeno a lo que ellos entienden como «el proyecto». Los que navegan la blogosfera peronista encuentran que la actitud frente al ahora gobernador electo se convirtió en una distinción entre «kirchneristas auténticos» y «peronistas movimientistas» (¿Es necesario remarcar que esas expresiones van entre comillas?).

Un bloguero de indudable cristinismo, y azote del progresismo además, publicó ayer este fragmento de la diatriba de Verbitsky «Pocos días después de la emboscada de Avellaneda, la entonces senadora CFK reveló que Soria había ordenado un seguimiento e investigación sobre todas las actividades suyas y de Néstor Kirchner, e identificó inclusive a los tres agentes encargados de la tarea.

Luego de los asesinatos y de la denuncia de Cristina, Soria renunció a la SI y Duhalde adelantó para abril los comicios de octubre de 2003. Desde entonces Duhalde y Soria mantienen una relación indestructible. Inclusive el año pasado y ya en campaña por la gobernación. Soria dijo que coincidía con muchas políticas del gobierno, pero que su corazón estaba con Duhalde». No me parece probable que a esta altura el corazón de alguien otro que su esposa Chiche y su familia esté con el Dr. Duhalde, pero tampoco creo que ese episodio haya sido olvidado por la Presidente.

¿Entonces? No sólo Alicia Kirchner, Amado Boudou y Gabriel Mariotto, realizaron actos en Río Negro en favor de Soria. Como dije arriba, Randazzo y Pichetto – rival de Soria en la interna ríonegrina – viajaron para acompañarlo en el triunfo. Se me ocurre que la explicación es obvia, desde la realidad del peronismo – o del peronismo kirchnerismo, dirían los puristas – hoy.

Es indiscutible la adhesión popular con la que cuenta Cristina Fernández. Todas las encuestas serias, y especialmente la mega encuesta del 14/8 lo muestran. No hay otro posible candidato presidencial en el peronismo o fuera de él que se acerque remotamente. Pero los gobernadores e intendentes que han sido o serán legitimados por sus electorados no son dirigentes de un «cristinismo» o del «proyecto». Han sido formados en el peronismo – la mayoría – o en otras fuerzas políticas, más allá de la lealtad, mayor o menor, que profesen a la Presidente. Y de que, por sus propios intereses, respalden una gestión que por ocho años ha brindado estabilidad y crecimiento a Argentina.

Esta situación – que no tiene nada de novedoso, además – no representa un problema para el ejercicio del gobierno nacional. Alguien que aprendió política al lado de Néstor Kirchner no tiene problemas para manejarse en esa situación. Y la Presidente ha mostrado, en  la confección de las listas de todo el país, voluntad y capacidad para intervenir en las decisiones más sensibles de los sistemas de poder locales. La tradición verticalista del peronismo, que hace a la gobernanza, como la llaman ahora en Davos, está intacta.

Sí me parece que representa un problema, y un desafío, al sector de la militancia que rechaza a Carlos Soria y que, se me ocurre, es heredera de algunas tradiciones de la izquierda del peronismo. (No, no estoy hablando del sindicalismo. Aunque desde el punto de vista social lo sea, todos sabemos que siempre hubo en el peronismo una militancia combativa y rebelde que no se llevó bien con la dirigencia sindical). Ese sector hoy siente que Cristina es su garantía frente a los aparatos del justicialismo, de los que desconfía profundamente.

Pero ella, como Presidente, debe gobernar el país, lo que no implica siempre dejar contentos a los militantes. Sobre todo, gobernar es manejarse con lo que existe, y elegir con mucho cuidado lo que se puede cambiar. Igual, siempre los troskistas dirán que está virando a la derecha :=). La militancia a que me refiero deberá desarrollar liderazgos capaces de ganar elecciones locales, o quedará identificada con el progresismo, en su vocación de minoría esclarecida.

(Es curioso. Pero es el mismo e impertinente consejo que le doy a la izquierda real, el sindicalismo. Los aparatos están muy bien, pero mientras no sean capaces de ganar elecciones locales, no recuperarán el legendario 33 % de las listas nacionales).


Otro cartel: José Ignacio Rucci

septiembre 25, 2011

El post anterior me hizo recordar los afiches que desde hace bastantes años pega por estas fechas mi amigo Osvaldo Agosto, que estuvo muy cerca de Rucci antes que lo mataran. «José Rucci: Asesinado por Argentino y Peronista«. Vale. Como también es válido el recuerdo de su familia y de sus amigos, y el lugar que tiene su figura – me consta – en la UOM y en el movimiento obrero peronista. Yo también lo recordé en este blog hace 3 años, cuando se cumplían 35 de su muerte, pero no puedo menos de pensar que las batallas en que participó concluyeron hace mucho. Hoy, claro, el sindicalismo enfrenta otras, pero no son las mismas.

Los intentos de utilizarlo para objetivos políticos menores me parecen patéticos. Y los que tuvieron que ver con su muerte, de un lado o del otro… en no muchos años todos habrán accedido a la proscripción que ninguna corte puede anular.

Voy a copiar dos párrafos de una nota que escribí hace 5 años, cuando blogueaba antes del blog. 5 es menos que 38, pero aún ese lapso bastó para desactualizarla. Igual, estas cosas siguen pareciéndome ciertas:

«Antes del golpe militar del ´76, de la represión, hubo una guerra civil en nuestro país. Empieza mucho antes, con el odio clasista que provocó la irrupción del peronismo, con las bombas y fusilamientos con que se quiso combatirlo. Pero cuando comienza la década del ´70 ya había mutado en forma sorprendente: un enfrentamiento claro y mortal entre dos sectores que, en su mayoría, levantaban ambos banderas peronistas. De un lado, la Tendencia Revolucionaria y las organizaciones armadas que la conducían; del otro, la derecha peronista y, aliado a ella por los ataques del común enemigo, el sindicalismo. Rucci fue una de las muchas bajas de esta guerra»

«Quiero recordar al Petiso con una foto que todos los que estábamos vivos entonces tenemos grabada: el primer regreso de Perón en el ´72, el Viejo que desciende del avión bajo la lluvia, los dirigentes lo rodean, Rucci sostiene el paraguas. Perón tenía su sonrisa legendaria y los ojos alertas del que prevé las batallas que se avecinan. En los demás rostros hay en algunos preocupación, en otros alegría mezclada con temor: también veían las batallas que empezaban. En Rucci… hay una sonrisa jubilosa que le parte la cara. Él era peronista y estaba contento que Perón había vuelto a la Patria«


Un cartel en la noche

septiembre 24, 2011

Los fines de semana disminuyen las visitas a los blogs. Y también disminuye – al menos en mi caso – la voluntad de escribir textos complejos sobre la política argentina, que es compleja. Iba a subir algo que otro había escrito sobre México, que nos tocaba de cerca, o castigar a un neoconservador que trataba de rescatar para su bando a Heinlein y ¡a Oesterheld!. pero haciendo zapping en blogs, encontré esto de Artemio López la polémica sobre la delación bajo tortura, de montoneros al gulag . Y quería proponerles que lo lean.

No tiene nada que ver con nuestra realidad actual, aunque «relatos», delirios y oportunismos varios traten vincular ese momento con el que vivimos. Artemio y yo, que a lo mejor estuvimos por ese tiempo juntos en alguna plaza – separados por un corralito, eso sí – lo sabemos. Leyendo el post, me sentí como un pasajero, en un tren o en un ómnibus, que medio adormilado ve pasar un cartel a su lado, que le trae recuerdos inquietantes.

En el mundo de hoy hay pueblos a los que sus circunstancias y la Historia los ponen en situaciones no tan distintas de las que vivimos. Y locos hay en todas partes; hace pocos días apareció uno en Noruega, de los lugares inesperados. Pero el elemento de coraje, locura e instinto de muerte que muestran el «hombre nuevo», la tortura y la pastilla de cianuro ya no están presentes en forma masiva en nuestra sociedad. De paso, el post deja claro por qué Mario Eduardo Firmenich, por toda la capacidad de la política para reciclar, no encontró lugar en la argentina.

(Sólo algo que quiero discutirte, Artemio. Irrefrenable, porque los que vivimos ese tiempo no nos lo sacamos de encima. Decís «siempre tuve la espontánea teoría que suponía la decisión del asesinato de Rucci , como un efecto de la fusión FAR-Montoneros, específicamente la influencia ideológica de las FAR sobre la conducción histórica de Montoneros«. Hmm… Francamente, no tengo ninguna información real sobre el asunto. Pero lo dudo. Hubo también las muertes de Vandor, Alonso, Coria, Klostermann,… Por todo el romanticismo guevarista de la FAR, su marxismo los inclinaba menos al asesinato político. En el origen mediato de Montoneros, había algunos antecedentes de ese lado… Y, además, siempre los odios peores son con los que se tiene cerca. Unos cuantos venían de la J.O.C., la Juventud Obrera Católica).


armando el kirchnerismo

septiembre 23, 2011
(cliquear encima para ampliar)

En unos días sale un libro Kirchnerismo para armar. 26 miradas jóvenes sobre el movimiento político que cambió a la Argentina (yo cuento 28, pero es un detalle menor). Otros detalles son que tiene su propia página web, para descargar la presentación, seguirlos en Twitter,… y que, naturalmente, está en Facebook. Al mismo tiempo, está asociado el nombre de la editorial Peña Lillo, que lo vincula a una historia muy rica y muy intensa.

Claro, lo importante es lo que uno va a leer allí. Viendo los nombres, de los que unos cuantos me obligo a leer sus blogs en el poco tiempo que le dedico (a los ajenos), tengo muchas ganas. Sé que no voy a encontrar «pensamiento único» y sí pensamientos.

Por ahora, lo que me dejó pensando es lo que dice aquí Gerardo Fernández (juntar las dos cosas es cosa mía, de perverso) «Falta un libro de los kirchneristas que no somos jóvenes. Falta un libro que hable de los de 50, un libro que hable de los que no somos jóvenes ni nos la damos tampoco de jóvenes (¿Hasta qué edad uno es joven? Entre otros logros, el kirchnerismo parece haber prolongado indefinidamente el concepto de juventud) …

Falta un libro que cuente las historias de los que nos arrimamos al kirchnerismo cuando ya casi estábamos entregados a criar hijos con la mayor dignidad posible porque nos habían metido de una patada en el culo en nuestras casas al hacernos creer que siempre la democracia posibilitaba que entre los políticos y las corporaciones te cagaran y te defraudaran. Falta un libro para los que fuimos pibes en la dictadura y nos hicieron mierda la cabeza y sobrevivimos como pudimos. Como siempre dice Cristina, ser joven y militar hoy es una papa, es cómodo, correcto, fácil. Pero esto no nació de un repollo. Las luchas estuvieron siempre ahí, surfeando olas, traiciones y defraudaciones. Me escucho en 1988, en 1992, en 1995, en 1998 haciendo interminables editoriales en la radio, pescando en el desierto, recibiendo un llamado emocionado porque había puesto un tema de Silvio Rodríguez a sonar ante tanta porquería pop. Veo militancia puteando y marchando incansablemente contra el Punto Final, la Obediencia Debida y todo el recule alfonsinista.Veo la Plaza de Mayo llena contra el indulto de Menem. Veo las marchas en los tiempos del «Perro» Santillán, veo mucha militancia en tiempos duros, de minoría. Veo las esperanzas con el «Grupo de los Ocho» y el dolor por la muerte de Germán Abdala. Veo una trás de otra las derrotas, pero igual seguíamos adelante…«

Desde hace mucho tiempo – bah, desde 2003 – que vengo señalando que Néstor Kirchner construyó una coalición que era, de algún modo, la inversión de la que Menem había armado diez años antes. Así como el Turco juntó al peronismo con el «establishment» y los sectores medios impacientes con la política y enamorados de lo que aparecía en ese tiempo como la «modernidad», el Pingüino, desde que se lanzó a construir su candidatura decidió sumar a lo que podían ofrecerle los aparatos del justicialismo a la izquierda moderada, no dogmática – o escarmentada por los fracasos del dogma – y, con menor definición ideológica, los sectores que se definían por su rechazo al menemismo. El espacio que había ocupado el Frepaso, y que se identificaba con los organismos de derechos humanos.

Si juego con el libro y el post de Gerardo, es porque se refieren a dos realidades, aunque muchos de los que escriben en Kirchnerismo para armar tengan trayectorias más breves pero parecidas, y bastantes afinidades en lo que valoran y en lo que rechazan. Pero es una generación diferente, y sus experiencias los formaron distintos.

No estoy pensando en la generación más joven de los que hoy militan, para quienes el peronismo que conocen es la experiencia Kirchner. También en los que empezaron a militar en la decadencia de Menem o durante la Alianza, me parece ver un estilo diferente al del etos del militante que siguió peleando por causas que parecían perdidas. Como decía de ella misma una bloguera relapsa, son más «realpolitiker». Impacientes con los discursos y la ineficacia del Frepaso, encuentran en Kirchner y en el peronismo una capacidad de realizaciones concretas que resuena con ellos. No que los veteranos no valoren lo concreto, pero noto en ellos una desconfianza ideológica nacida de viejas peleas y frustraciones.

Puedo estar equivocado. De todos modos, estoy hablando de la militancia kirchnerista, que es hoy casi sinónimo con la militancia peronista, pero es sólo una parte del peronismo como fuerza política. Los aparatos territoriales en las provincias, el sindicalismo… siguen siendo su base fundamental. Y no han sido más transformados por la experiencia Kirchner que por la de Menem (No digo que no han sido transformados. Digo que no más).

Igual, esa militancia kirchnerista es, junto a Cristina, la autora del «relato», del discurso que hoy el peronismo le dirige a la sociedad. Y con el que incorpora a los nuevos militantes. El discurso más tradicional del peronismo – que todavía está vigente en el sindicalismo, por ejemplo – ha quedado deslegitimado cuando el peronismo antikirchnerista se asoció con el menemismo (Aún los nostálgicos de la experiencia Menem – que algunos quedan – se ven forzados a reconocer, si se los acorrala, que el discurso menemista tiene mucho menos que ver con el tradicional del peronismo que el de Néstor y Cristina).

(Una nota al pie, hablando de discursos tradicionales, para los que curten esa onda: Hoy a las 19:30, en Nicasio Oroño 566, a 3 cuadras de la cancha de Ferro, va a hablar el Gallego Alejandro Álvarez, que ya militaba cuando a Framini le negaron su triunfo en Provincia de Buenos Aires, en 1962. No voy a poder ir, pero les aviso que está diciendo que «el Movimiento Nacional ha recuperado una Conducción Estratégica en la persona de Cristina» y que «hemos avanzado, de una manera impensada hace pocos años, pero tanto el Gobierno (Poder Ejecutivo) como todo el sistema institucional (Poderes Legislativo, Judicial, organizaciones de la sociedad como la CGT y medios de comunicación que no responden al Régimen) no detenta hoy mas que un 15 % del poder de decisión real. Más del 80 % de la actividad económica está en manos de empresas extranjeras«. Si digo que el peronismo hoy tiene un sólo discurso…)

Estas reflexiones, un poco deshilvanadas, surgen del hecho que todavía no he terminado de elaborar, a mi gusto, el «cuadro de situación» conque los vengo amenazando, sobre el peronismo hoy. La militancia, el sindicalismo, los movimientos sociales, los aparatos territoriales en provincias y municipios, y el gobierno nacional encabezado por Cristina Fernández… forman parte de la fuerza política hoy decisiva de Argentina. Pero no alcanzo a verlo como el partido hegemónico sobre el cual Manolo Barge está escribiendo una fascinante serie de posts.

El peronismo, como fuerza política, insisto, no ha cambiado significativamente desde sus derrotas en 2009, o, para el caso, desde su triunfo en 2007. Hay dos hechos nuevos, hasta cierto punto: la oposición ha seguido derrumbándose, al no haber evaluado ni entendido los cambios provocados por esta «experiencia Kirchner». Y se ha fortalecido la candidatura de Cristina. Como siempre le digo a mis amigos estructuralistas, todo bien con el análisis, pero se necesitan buenos candidatos.

Y si es cierto que Cristina Fernández necesita del peronismo realmente existente para triunfar – indudable -, también es cierto que muchos intendentes del conurbano bonaerense, y algún gobernador, necesitan para ser reelegidos acompañar en la boleta a Cristina. No todos, seguro, pero los bastantes para que el triunfo del peronismo dependa de ella.

Pero esto es el 23 de octubre. ¿Cómo se articularán esas realidades en los próximos cuatro años? Voy a tratar de escribir mis impresiones, pero sospecho que va a ser el tema de libros que aún no se han escrito.


A %d blogueros les gusta esto: