la burguesía nacional y la soja

julio 30, 2010

Como dije en la entrada anterior, el tema de la “burguesía nacional” es demasiado importante y complejo para analizarlo en un post breve. Pero también está metido, en nuestro país, en una vieja discusión ideológica, que arrastra relatos e imágenes elaborados por el análisis marxista en la Inglaterra victoriana y en la Alemania de Bismarck. Por eso, aunque los comentaristas hicieron aportes razonados y agudos, me pareció que casi todos ellos tenían en mente una determinada idea de cómo debería ser una burguesía nacional.

Por eso quiero indicarles un sujeto socio-económico argentino que reúne las condiciones que habitualmente se asocian con ese concepto: Un sector empresario dinámico y numeroso que ha incorporado innovaciones tecnológicas fundamentales, que ha modificado también las relaciones tradicionales entre la propiedad de los medios de producción y su utilización, y que es un jugador importante en el mercado mundial de sus productos. Sobre todo, se trata en su gran mayoría de empresarios nacionales, que invierten en el país. Algunos de ellos están extendiendo sus explotaciones a países vecinos; los más innovadores, exportan su tecnología a países muy desarrollados. Pero no han mostrado ninguna inclinación masiva – al contrario de lo que sucedió en otros rubros de la economía – a vender sus empresas a inversores extranjeros.

Otro aspecto importante para ubicarlos en la la tradicional concepción de una «burguesía nacional» es que son muchos, decenas de miles, y de niveles patrimoniales muy diversos. Entre ellos están algunas de las fortunas más importantes de la Argentina actual, pero la mayoría de ellos estaba hace diez años «en la lona», aunque hoy son muy prósperos. De paso, e inevitablemente, han adquirido poder político (pusieron 13 diputados nacionales en la última elección).

Por supuesto, estoy hablando de los empresarios rurales, en particular de los sojeros. Los que han llevado adelante tres transformaciones profundas de la actividad agropecuaria. La primera, la soja en sí, una planta exótica para nosotros hace 41 años. Luego, los cultivos transgénicos: durante una década, EE.UU. y Argentina fueron, respectivamente, 1° y 2° en extensión cultivada con esas semillas (Ya sé, Rulli: son los siniestros productos de Monsanto. Ahora ¿quién dijo que la Revolución Industrial fue benéfica para la ecología y la salubridad pública en la Inglaterra del siglo XIX?). Recién ahora estamos siendo superados por nuevos actores, en particular Brasil. Y tercera, la siembra directa. Esta sí anunciada como protectora de la fertilidad del suelo.

Tienen poco que ver con los viejos terratenientes de la Pampa húmeda. Ni están vinculados necesariamente con las sociedades anónimas que poseen hoy la mayor parte de las propiedades. Porque se ha separado la actividad agropecuaria de la propiedad del suelo: Hoy la tierra es un insumo más, que se alquila. Los más grandes productores, los Grobo, no están ni de lejos entre los propietarios de mayor cantidad de hectáreas.

No voy a hacer aquí la apología de los «chacareros». Se las dará Héctor Huergo, de Clarín Rural, que nos dice que están liderando la Revolución Verde de las pampas, en una Argentina condenada al éxito. También pueden escuchar la otra campana, de Eduardo Basualdo, que los identifica con los que se quedaron con las tierras con Rosas y con Roca, cual raza de vampiros inmortales en una novela para adolescentes.

Este es un post y no un análisis. Basta decir que resulta claro que la soja no crea muchos puestos de trabajo por sí misma, y está desalojando a muchos compatriotas de sus tierras para arrojarlos a los asentamientos en el Gran Buenos Aires, el Gran Rosario y otras ciudades (Como en la Inglaterra de las primeras transformaciones de la Edad Moderna, cuando Sir Tomás Moro decía que «las ovejas se comían a los hombres«). Por supuesto, la actividad sojera puede estimular la industria de maquinarias, de almacenaje, y todas las asociadas al transporte, pero para eso se necesita que el Estado cree las condiciones apropiadas. Como siempre, sólo la interacción del Estado y la iniciativa privada ofrece posibilidades para el desarrollo sostenido.

Quiero remarcar que durante todo el conflicto asociado con la resolución 125 insistí en señalar que el gobierno se estaba enfrentando a un sector social, mucho más que a unos intereses determinados. Y a menudo dije en este blog que el empresario schumpeteriano, es decir, innovador y que asume riesgo, en la Argentina de hoy es el empresario rural. Puedo estar equivocado, claro, pero si los visitantes – salvo y parcialmente AyJ – no lo tomaron en cuenta en la discusión del post anterior se debe, creo, a que tradicionalmente se mezcla el concepto de «burguesía nacional» con una alianza de clases.

Esta es posible, por supuesto y ha sido tradicionalmente un objetivo del peronismo, pero nunca es automática. Los luchadores gremiales que luego fueron llamados los Martíres de Chicago no encontraron fácil acordar en 1886 con el pionero industrial Andrew Carnegie. Ha sido necesaria en todos los países del mundo la lucha gremial sostenida a lo largo de décadas para crear las organizaciones que pueden – con la ayuda de las circunstancias generales y, nuevamente, del Estado – equilibrar en algo el poder de las patronales.

Para los que prefieren la enseñanza visual simplificada, la película F.I.S.T., con Stallone, que da una versión romántica de la historia del sindicato de Camioneros, el yanqui, claro, puede ser una buena ayuda para entender las reglas de esa pelea.

Resumiendo: No sirve que nos quejemos de la ausencia de una clase empresaria con objetivos nacionales. El objetivo primordial de un empresario es ganar dinero, o deja de serlo. Por supuesto, las circunstancias históricas – el café tenía un mercado más inestable que la carne y el trigo – pueden ayudar a que unos empresarios sean más proclives a aceptar riesgos y a diversificarse que otros. Pero la tarea de integrar la función empresarial con los fines de la comunidad, «la grandeza de la Nación y la felicidad del pueblo», para usar un lenguaje antiguo, es de la sociedad en su conjunto. Para lo que necesita un Estado eficiente, con políticas coherentes para el largo plazo. No lo tenemos.

Medidas puntuales como las retenciones – implantadas por Duhalde y manejadas con habilidad y prudencia por Kirchner – salvo un breve lapso de estupidez en el 2008, han sido una forma de trasladar recursos del agro al resto. Pese a los alaridos de los ruralistas, no han sido asfixiados. Pero no son sustentables en el tiempo si no son reconocidas como legítimas por los que aportan, ni reemplazan esas políticas de largo plazo que no tenemos. Repito lo que dije antes: No es una asignatura pendiente de los Kirchner, sino de todos nosotros.


la burguesía nacional y el Big Mac

julio 28, 2010

No quiero interrumpir el debate del post anterior, especialmente a partir de la intervención de un viejo compañero, Mario de Tandil. Y la temática de la «burguesía nacional» es demasiado importante y compleja para analizarla en un post breve.

Pero se mencionó en un comentario a Blaquier y sus recientes declaraciones de apoyo a Kirchner, que hacen eco a otras de Franco Macri, y no resisto el impulso de hacer eco, a mi vez, de este gráfico que ha rescatado el imprescindible Manolo de The Economist, y de citar también, en el otro extremo de la bloguería, al economista Lucas Llach:

«Generaciones de argentinos hemos pagado el azúcar muchísimo más de lo que cuesta para beneficio de un puñado, con la excusa de defender a los pobres cañeros (habría que ir a fijarse cuánto han recibido de esa protección). Lisonjeamos y hasta admiramos a una aristocracia, la de los Carlos Pedros y los Mauricios, construida a costa de sacarle unos centavitos de impuesto a cada argentino que se toma su mate dulce y se come su dulce de leche, y un poco más que unos centavitos a cada uno que se compró un Fitito o un Spazio de baja calidad a precios exorbitantes.

… Podemos discutir si proteccionismo o no proteccionismo, pero esa discusión debería ser sobre el porcentaje del arancel común, no sobre dos “regímenes especiales” que han subsistido a los gobiernos de todos los colores. No es casualidad que se trate de industrias con pocos actores y, por lo tanto, con mucha mejor capacidad para coordinar el lobby»

Fuera de estas anécdotas, tengo claro que ningún empresariado nacional, industrial o agropecuario, se formó con carmelitas descalzas en ningún país del mundo. Pero hay un criterio de razonabilidad para medir los esfuerzos que hace una sociedad para favorecer la «acumulación inicial». Si el índice que publica The Economist – que son adversarios de siempre de políticas industrialistas que no sean las inglesas, pero tienen muy buen nivel de análisis – es relevante, un tipo de cambio muy competitivo no alcanza a desarrollar la industria argentina, aunque la haya hecho crecer. Eso es en lo que han fallado los gobiernos Kirchner.

(Aclaración para legos y/o gente de buen paladar: El Índice Big Mac es elaborado por la publicación británica The Economist a partir de una investigación no científica, para comparar el poder adquisitivo de los países donde se vende la hamburguesa Big Mac de McDonald´s, lo que quiere decir casi todos. Toma en cuenta lo que cuesta una hamburguesa Big Mac, que la cadena McDonald’s prepara fanáticamente igual en todos lados, con los mismos insumos, para estimar los costos en cada país y saber si las monedas están subvaluadas o sobrevaloradas con respecto al dólar estadounidense.

Si uno toma en serio ese índice, nos informa que de los 24 países (más la zona del euro) investigados, Noruega es el que tiene los costos más altos y Argentina los más baratos, en dólares estadounidenses. Y ¿saben qué? un vistazo superficial a la realidad nos dice lo mismo)


El acto por Evita: impresiones sobre el peronismo hoy

julio 27, 2010

Puedo estar de acuerdo con los que dicen que es difícil entender al peronismo. Lo único que les observo es que tampoco es fácil entender a los seres humanos. Digo esto porque ayer hubo un acto peronista muy importante, encabezado por Néstor Kirchner, y yo – que en general soy crítico de la gestión K – lo vi con muy buenos ojos, mientras que Conurbanos, un inteligente y pasional blog que ha apoyado al gobierno en muchas ocasiones, criticó el planteo del acto y a su organizador más importante.

Ojo: esta diferencia no tiene nada que ver con la que plantea Artemio López desde su blog con Susana Viau desde Clarín, sobre la presencia que tendrán los trabajadores organizados (sus dirigentes) en el próximo diseño electoral. Es un tema importante y que hace al futuro (en general, estoy de acuerdo con los argumentos de Artemio) pero se irá resolviendo en cada coyuntura según la relación de fuerzas y la construcción que se haya hecho, en el tradicional estilo peronista. Sólo debo decir que no le envidio el trabajo al que tenga que armar la lista de la Provincia de Buenos Aires, con ¿16? diputados nacionales «a salir»…

Con el Conu, estamos enfocando realidades distintas y más profundas del peronismo. Cita el Conurbano: «El Evitismo es uno de los inventos más inteligentes y perversos que concibió la oligarquía para alimentar al antiperonismo… Quienes hayan conocido, leído o estudiado a Eva Perón, saben que no hay libro, discurso, párrafo o renglón en el que pueda suponérsela postulando objetivos diferentes a los de Perón. Quienes digan amar a Evita, pero no a Perón deberían leer más, estudiar más, hacer memoria, o ¡hacer terapia!«, y agrega «no sabía que la CGT ahora era evitista«. No, Conu: aunque Evita sea un ícono en los sindicatos peronistas, nunca se les ocurrió verla separada de Perón. Pero es cierto – y creo que es a lo que apunta – que para muchos, muchos de los agrupamientos y activistas que ayer marcharon, Evita es un Mito. Y Perón no lo es.

Mi posición explícita a favor del acto surgió de mi apoyo a sus objetivos “el rol de los trabajadores como columna vertebral del peronismo“ y «el trabajo en blanco, con salario digno, como derecho garantizado desde el Estado para toda la población”. Y de la evaluación que una demostración de fuerza exitosa ayuda a que estén más cerca. Pero hay algo más, y tiene que ver con lo que me parece es el eje de la preocupación del Conu.

Mientras miraba esas largas columnas, encabezadas por los gremios de la CGT y cerradas por agrupaciones como 26 de Julio y 8 de Octubre (que no toma su nombre del cumpleaños de Perón) pensaba que hace algo  menos de 40 años que los que levantaban esas banderas se mataban entre ellos.

Está claro que la realidad social de esas fuerzas es muy distinta de la que marcó ese trágico enfrentamiento, que abrió la puerta a la dictadura del ´76/83. Los trabajadores organizados no son los mismos de aquel tiempo. Porque están más débiles, pero también porque han aprendido mucho. Y las organizaciones armadas que hegemonizaban la Tendencia Revolucionaria… no están. Los «movimientos sociales», como se les llama ahora a los que fueron piqueteros, no tienen nada que ver con esas estructuras, formadas en su mayoría por jóvenes de clase media que venían del catolicismo o del marxismo. Son básicamente los sindicatos de los desempleados, los desprotegidos. Y aunque sus dirigentes sean a veces «cuadros» políticos de larga experiencia, deben manejarse con un criterio sindical: Proteger a sus bases y obtener beneficios para ellas. O dejan de tener a quienes dirigir.

Es cierto que esos dirigentes tienen en muchos casos un discurso y un pensamiento de izquierda, a menudo distinto, y enfrentado, con la vertiente más tradicional que domina en los sindicatos peronistas (También diferente, claro, del «peronismo de centro izquierda» de los discursos de Cristina y del «populismo intelectual» de Carta Abierta). Pero en el peronismo ha habido un pensamiento rebelde y cuestionador de jerarquías desde su mismo comienzo, que justamente late en las palabras de Evita. Me parece valioso, y esperanzador, que sindicatos y movimientos sociales puedan construir juntos, como ayer marcharon, unidos por el más peronista de los vínculos: intereses comunes. La actualización doctrinaria viene después.

Por supuesto, esta es solamente una parte – la más delicada, por razones que hacen a la historia – del trabajo de armonización que debe hacer el peronismo para conservar su vigencia como fuerza nacional. Pienso en los intendentes del Gran Buenos Aires, que deben lidiar con Moyano a cargo de la presidencia del PJ provincial y también como empresario de la limpieza urbana. Si ahora le agregamos su alianza con los ex piqueteros, es como too much… Y eso es sólo el Conurbano. Las distintas realidades políticas de las provincias del Centro, el Norte y la Patagonia… Estaba tomando un café con mi amigo Osvaldo Agosto, que me aseguraba – frente a mis dudas – que el Peronismo Federal sería capaz de construir una alternativa nacional. Sería preferible que fuera así. Por las dudas, digo.


Augurios de guerra

julio 26, 2010

Hace dos semanas me referí, de pasada, a las reflexiones de un veterano bloguero, el Dr. Fidel Castro, que alertaba sobre un inminente conflicto con desastrosas consecuencias para toda la humanidad. Debo decir que no le dí demasiado crédito. Creo que aludí a una crisis en Octubre de 1962 – otra guerra que no sucedió – a las fantasías de un viejo combatiente, y decidí que la noticia más importante tenía que ver con las tensiones en el seno de la Unión Europea, el experimento más ambicioso en integración supranacional del último siglo, y que ahora está decidiendo su destino.

Pero hoy, día emblemático también para él, donde se conmemora la aventura romántica de unos dirigentes estudiantiles que él encabezó, el asalto al Cuartel de Moncada, Fidel vuelve a insistir con el mismo tema.

«Las noticias que se publican cada día, van confirmando nuestras apreciaciones acerca de la gravedad de los peligros que se ciernen sobre la humanidad … Nadie nos puede, tampoco, privar del derecho a soñar que aún es posible que nuestra especie sobreviva a las difíciles pruebas que nos esperan en un futuro muy próximo»

Ojo: no está hablando de las fantochadas peligrosas que juegan Uribe y Chávez. Hace 15 días – en realidad, desde hace varios meses – Fidel preveía, con detalles, un inminente ataque de EE.UU. e Israel a Irán. Se hace eco de advertencia que hicieron otros con un tono más convencional y moderado, por ejemplo Mevdevev, hace tiempo, pero les agrega tremendismo e inminencia.

Sigo pensando que ese conflicto no es inevitable, y que – si sucede – no desatará una guerra que ponga en peligro a la especie humana; salvo aquella parte que reside en el Medio Oriente. Pero esta insistencia me hace pensar ¿Sabe algo que nosotros no sabemos?


El acto por Evita

julio 26, 2010

Hay cosas que uno oyó en su infancia y quedan, grabadas, simbolizando memorias y emociones, aunque sean sólo un reflejo o un eco de lo que evocan. Sin esfuerzo, puedo escuchar con los oídos del recuerdo el fragmento de una frase «… los 20:25, hora en que Eva Perón entró en la inmortalidad» y me trae todas las imágenes y vivencias de la década del ´50 en Argentina.

Sigue siendo así. A pesar del musical de Webber y Rice, de la novela de Tomás Eloy Martínez, de los dibujos de Carpani, de Madonna y de los políticos de todos los matices que se cuelgan de su nombre, o alzándose sobre todos esos agregados, Evita es un símbolo peronista.  El 26 de Julio es una fecha ritual del peronismo. Y, en un movimiento rico en símbolos y ceremonias que ha hecho propias, una marcha de antorchas en homenaje a Eva es un rito tradicional.

La que se hará hoy a las 18 horas es especial. La convocatoria está encabezada por la Confederación General del Trabajo y el Movimiento Evita, y, con un recorrido inverso a las marchas realizadas tras el fallecimiento de Eva, partirá desde el Ministerio de Desarrollo Social – Avs. Belgrano y 9 de Julio -, donde ella hizo el renunciamiento a la vicepresidencia en 1951, e irá hasta la sede de la central obrera, «para subrayar el rol de los trabajadores como columna vertebral del peronismo«, explican los organizadores.

Justamente, la organización se encaró en los plenarios de la Corriente Sindical que conduce Hugo Moyano, así como en las reuniones de las 62 Organizaciones – Regional Capital. Y también en el seno de las organizaciones sociales del kirchnerismo aliadas al Movimiento Evita, como La Cámpora, Martín Fierro, Descamisados y 26 de Julio…

Como reproduce Página 12 – con aprobación y, me parece, un poquito de desconcierto – Fernando “Chino” Navarro, del Movimiento Evita, dice: “Reivindicamos que los beneficios sociales deben darse pero apuntando al pleno empleo, al empleo en blanco; sostenemos que ese debate que empezó con la 125 puso blanco sobre negro, el Gobierno pagó un costo alto y ahora hay que ir por la inclusión”. Juan Carlos Schmid (Dragado), de la mesa chica de la CGT, afirmó: «será una demostración concreta de que el movimiento obrero y los sectores populares deben protagonizar un rol importante de cara al proceso electoral del 2011”.

El acto final será sobre Paseo Colón e Independencia, con el escenario en dirección a la Casa de Gobierno. En ese contexto, será una demostración de fuerza. Otro paso en la articulación entre el sector mayoritario del peronismo sindical – siguiendo al que se dió el 11 de marzo en Ferro – y los sectores que hoy expresan una izquierda peronista, con – estimo – una presencia importante de la dirigencia política que hoy banca al gobierno.

Es parte del posicionamiento para la batalla electoral del 2011, por supuesto. Pero las elecciones y las candidaturas pasan. Más importante me parecen las políticas en torno a las cuales se trazan las alianzas y se afirman como banderas. Porque después es más difícil arriarlas. La síntesis que copio la hizo uno de los dirigentes de esa izquierda (que no me abarca), Marcelo Koenig, secretario general del Movimiento Peronista Revolucionario “Hay un eje articulador que es el eje del trabajo digno para todos, trabajo en blanco, con salario digno, como derecho garantizado desde el Estado para toda la población” y es una síntesis que me cabe. Mucho más importante, creo que Perón y Evita la hubieran aprobado.


Los votantes de Macri

julio 25, 2010

Inevitablemente, he subido en estos días algunos posts que tocaban las vicisitudes del Jefe de Gobierno de los porteños. Bueno, toda la blogosfera politizada lo ha hecho, y nos hemos cruzado en comentarios y debates, a lo mejor más de lo que el personaje justificaba (Igual, recomiendo este articulo de José Natanson, que combina muy bien el análisis político con el psicológico).

Pero, para ser franco (no Franco), lo que quedó en mi mente es la pregunta de uno de los visitantes a este blog: «no entiendo su notorio interés en clasificar a Macri y la eterna disyuntiva del peronismo o no peronismo”.

Y quedó en mi cabeza porque me parece que apunta al real interés del tema. Que no es el dirigente en sí (todavía recuerdo la cruel descripción de un anterior visitante al blog: «es Freddo Corleone«), sino quienes lo votaron. En la Ciudad de Buenos Aires, de cerca de 1.800.000 votantes, el 2° distrito electoral de Argentina, el 24 de junio de 2007 lo votó el 61 %. Está bien, se trata de un electorado veleidoso en sus decisiones, y había circunstancias especiales.

Pero el 28 de junio del año pasado, la fórmula de su partido encabezó la elección, con el 31 % de los votos. Lo primero que salta a la vista es la drástica disminución, por supuesto, pero tiene la explicación clara en la gestión y en la ausencia de ella. Si hubiera mantenido el porcentaje anterior, los porteños, en lugar de veleidosos, serían acusados de masoquistas.

Ahora, es necesario tener en cuenta que ese 31 % es una parte muy importante de la población. Y, aquí estoy planteando una opinión muy personal, no me parece una parte muy diferente al 34 % que votó, en esa misma fecha, una boleta impresa con el rótulo de Unión Pro en la Provincia de Buenos Aires. Psicológicamente, quizás sean muy distintos. Pero como candidatos… Mauricio Macri y Francisco De Narváez tienen un aire de familia.

Ahí está, sostengo, el interés de la clasificación. Esos votos ¿pueden ser considerados «de derecha»? Me inclino a decir que sí, si se entiende por derecha una categoría más amplia y diversa que la caricatura que muchos en la izquierda entienden por ella. Pero, como ha sido señalado en esos posts, no pueden incluirse fácilmente en alguno de los lados del clivaje peronismo / no peronismo. Es un tema interesante para analizar, de aquí a octubre de 2011.


Una posición laica contra el matrimonio homo

julio 25, 2010

Columnistas: Fernando Del Corro y el príncipe Ipu

A propósito de mi post sobre el tema mencionado en el título, un amigo mío me hizo la siguiente observación: «Abel, lo que decís es muy interesante y está bien escrito, pero no me queda claro si estás en contra o a favor del matrimonio entre personas del mismo sexo«.

Un cuestionamiento válido. Lo único que puedo contestar es que instintivamente rechazo el asunto, pero racionalmente me doy cuenta que es parte de un desarrollo en la cultura en que estamos inmersos, que trasciende  las batallas legales y aún las políticas. También percibo que hay aquí un fuerte elemento generacional. Salvo minorías ideologizadas, se puede decir que a la mayoría de los mayores de 50 años no nos gusta la idea del matrimonio homosexual, mientras que la gran mayoría de los menores de 30 no tienen problemas con el asunto.

De todas formas, y como la corrección política gay-friendly que comparten el kirchnerismo y el Grupo Clarín ha limitado el debate, quiero copiar la apasionada opinión que me envió un amigo, Fernando Del Corro, periodista, profesor de Historia y marxista de los de antes, y – de paso – la de un comentarista anterior.

«Estoy completamente en contra del matrimonio gay, y no me importa la opinión de Bergoglio y del conjunto de los religiosos. De paso, tampoco creo en el fin del marxismo, en todo caso se derrumbó una forma de aplicación. Pero la cuestión central es que el matrimonio forma parte de la estructura social indispensable.

La idea de que todo vale esta ligada a una sociedad consumista e individualista que va camino del caos con una estructura monoparental apoyada en la mujer. La violencia social está muy ligada a esta ruptura de la organización social. No existió sociedad alguna que funcionara en medio del caos parental. No es cierto que el matrimonio lo hayan inventado los romanos ni los católicos. Las registraciones en las arcillas sumerias de matrimonios son cuantiosas, los iroqueses tenian legislación familiar, al igual que los incas, aunque diferentes. Los egipcios también. Los romanos le pusieron el nombre que significa calidad (monium) de mujer (mater). Los viejos judíos ni que hablar. Además si los putos son una minoria con derechos ¿por qué no habilitamos a las minorías de poligamos o poliandras?

Todas las viejas culturas se derrumbaron por su inviabilidad económica, producto de la concentración de la riqueza, y de los gastos extraordinariamente elevados del aparato militar, pero también del descalabro social. Siempre recomiendo leer las lamentaciones de Ipuwer, el noble egipcio que hace mas de 4.000 años nos contó la degradación y caida del imperio antiguo»

El Papiro de Ipuur (Ipuwer papyrus en inglés) es un poema del Antiguo Egipto preservado en 17 fragmentos de papiro. También es denominado Lamentos de IpuurLamentos de IpuwerAdmoniciones de Ipuwer, etc.

Aunque la época de la composición del poema se desconoce, algunos eruditos han sugerido que se escribió durante el Primer periodo intermedio de Egipto, o entre el final de la Dinastía XII y el Segundo periodo intermedio de Egipto, de ca. 1850 a 1600 a. C.

Ipuur (Ipu ur), «el príncipe Ipu», partidario del viejo orden, describe un Egipto «en un estado de caos, un mundo revuelto donde el pobre se hace rico, y el rico pobre. Ciertamente, las mujeres están estériles, no se concibe … y la guerra, el hambre y la muerte están por todas partes«.


apunte para la blogosfera culta

julio 22, 2010

Con Pierre Ostiguy, un gringo talentoso y original que ha elegido como su campo de estudio al peronismo y al antiperonismo, yo tenía una pequeña dificultad. Al ser quebecois, lo confundía con uno de los escritores franceses modernos que, por un principio de economía de esfuerzos, había decidido no leer (Un prejuicio por el que tal vez debería ser condenado por el INADI: tiendo a pensar que inventan palabras nuevas y usan un estilo complicado para describir temas sobre los que escribieron con mayor profundidad, entre otros, Moliere o Montesquieu).

Pero lo descubrí a partir a partir de su mención habitual en los blogs politizados más intelectuales: Ezequiel, Artepolítica, La Barbarie, Omix. y en sitios más oscuros como Página 12. Y debo decir que lo encontré lúcido e interesante (es decir, opina muy parecido a mí en muchas cosas 🙂 ).

Para beneficio de lectores apurados, aquí subo una síntesis quizás apresurada e injusta (todas lo son) de su pensamiento. Sostiene Ostiguy «que la arena política o el “sistema de partidos” argentino es, fue y continúa siendo estructurado como un espacio bi-dimensional y más precisamente, por lo menos desde 1945 hasta el 2002, (recientemente señaló que cree que lo sigue siendo) como un doble espectro político.

Esta estructura para la competencia partidaria o entre líderes ha resistido y sobrevivido a varios cambios de régimen, calamidades económicas y actores políticos sin duración institucional. En realidad, las posiciones en el espacio político bi-dimensional argentino son mucho más estables que las mismas instituciones partidarias; una posición abandonada dentro de él lleva a la creación de un nuevo actor partidario para llenarla.

La dimensión perpendicular al eje izquierda-derecha, a su vez muy presente en la Argentina, está claramente arraigada en el clivaje social, político, político-cultural y sociocultural entre el Peronismo y las fuerzas opuestas a éste, o “anti-Peronismo”. Tanto el Peronismo como el anti-Peronismo, además, se extienden plenamente desde la izquierda hasta la derecha, creando asi un doble espectro político en la Argentina. Ese clivaje principal, por lo demás, ha sido notoriamente difícil de caracterizar ideológica y políticamente, complicando también el análisis comparado de los sistemas de partidos. Esa división se debe entender — de modo más general — como un conflicto y contraste entre lo “alto” y lo “bajo” en política.

Los conceptos de “alto” y “bajo” en la política y la dimensión alto-bajo tiene que ver con modos de atraer (y entonces relacionarse) con la gente en modos sociológicamente diferenciados. Los políticos en lo alto son “bien educados,” comedidos y “como debe ser”, tanto en modales como en procedimientos institucionales. Los políticos en lo bajo subliman menos y tienen menos inhibiciones, son más crudos, prácticos, terrenales y personalista, tanto en modales como institucionalmente. La dimensión alto-bajo es enteramente neutral o perpendicular en relación al eje izquierda-derecha (en contraste con el eje autoritario/libertario de Kitschelt o el clivaje materialista/post-materialista de Inglehart).

Juntas, las dimensiones alto-bajo e izquierda-derecha conforman un espacio bidimensional muy útil para caracterizar ciertas arenas políticas y estrategias empleadas por los políticos. El concepto de “bajo” provee además una definición no controvertida y muy intuitiva del populismo. Llama la atención también sobre el descuidado fenómeno del anti-populismo»

Interesante ese concepto de espacio bi-dimensional (que otros llamarían matriz). Ahora, ¿dónde ubicaría uno allí al ya no tan joven Mauricio Macri?


Izquierda, derecha y un éxito de Macri

julio 21, 2010

Hace mucho tiempo que quiero escribir, en primer lugar para precisar mis ideas, sobre los vínculos entre izquierda, derecha y peronismo en Argentina. Algo subí varias veces a este blog, y comenté en otros, pero encarar ese tema seriamente requería, requiere, más tiempo y capacidad de reflexión del que tengo disponible.

Porque tanto la izquierda como la derecha han tenido expresiones muy diferentes y a veces opuestas en las últimas décadas en nuestro país. Y no hace falta remarcar las transformaciones que sufrió (sufre) el peronismo.

La deuda, en primer lugar conmigo mismo, sigue pendiente. Pero mi lúcido amigo Ezequiel Meler acaba de subir dos posts que, unidos al artículo de Julio Burdman que copié hace muy poco aquí, simplemente me desafían a decir algo.

En el primero de esos posts, , Ezequiel analiza críticamente la situación de la izquierda en el mundo actual, citando a Vattimo y Tattián, a partir de una determinada visión de la derecha actual: «Desde mediados de los años setenta, la noción de “derecha” ha sido crecientemente monopolizada por los pensadores neconservadores ligados al resurgimiento neoclásico. Para ellos, el gran enemigo era el Estado, y en él, el entero orden social emanado de la segunda posguerra. El estancamiento y la inflación eran resultado del déficit fiscal de un agente estatal que se había extendido demasiado en sus funciones específicas, y que debía dejar su lugar a la inversión privada.

Esta nueva revolución conservadora tuvo sus epígonos más importantes en Margaret Tatcher y Ronald Reagan. Pero su mayor éxito residió en el campo de la cultura: la capacidad de impregnar el sentido común dominante … y llevó a sus sucesores, inclusive aquellos que procedían del tronco progresista, a aceptar una autolimitación para gobernar que en la práctica los privaba de dicho ejercicio, dejándoles la mera función de administrar. Es drama puede observarse tanto en el socialismo español o francés como en el “nuevo laborismo” británico.

Esta nueva derecha, convertida en pensamiento único por la derrota estratégica, política e ideológica, por no decir cultural, de los viejos modelos (de izquierda), vio en el Estado de Bienestar a su primordial enemigo, y se ha dedicado con notable ahínco a desarmarlo, pieza por pieza. Frente a ello, gran parte de la vieja cultura de izquierda se convirtió en una cultura de resistencia, de preservación de lo público«.

Vale. Creo que es una síntesis válida de la lucha política de los últimos 40 años en las sociedades del Atlántico Norte. Que, como Meler sería el primero en señalar, ha tenido su contrapartida – en un nivel más berreta, claro – entre nosotros: Alsogaray, Martínez de Hoz, Cavallo simbolizan tres etapas distintas en el desarrollo de una nueva derecha argentina, desplazando otras proyectos anteriores: el tradicional conservadorismo liberal antiperonista, el ideal de la Nación Católica que la Iglesia impulsó a partir de los ´30 y que parte de su jerarquía nunca abandonó del todo, el industrialismo autoritario que sobrevivía en sectores del viejo partido militar. Entiéndame, no estoy diciendo que los sectores que se identificaban con esos proyectos perdieron todo su poder (aunque la etapa Menem-Cavallo los descalabró), pero sí que ya no pudieron impulsarlos.

Pero… como toda síntesis, esa deja afuera elementos importantes. En EE.UU., por ejemplo, no se puede entender su desarrollo político si no se entiende que Reagan supo convocar al patriotismo tradicional norteamericano, ultrajado por la derrota en Vietnam y el aparentemente débil progresismo de Carter. Eso le dió los votos de una parte importante de la clase obrera yanqui, que hasta entonces seguía a los Demócratas.Y también fue Reagan quien forjó una alianza sólida con los sectores más religiosos de su sociedad. Aún hoy, los estados «rojos», los que votan Republicano, son en general los más tradicionales, la «América profunda».

Se dirá que poco que ver con nuestra derecha, o lo que se llama ahora con recato «centro derecha». Y es cierto. Pero en esa descripción se encuentra un eco de lo que solía llamarse la «derecha peronista». No estoy ahora – ya lo dije – en condiciones de profundizar sobre la realidad de la izquierda y la derecha en el peronismo. Puedo adelantar que creo evidente que desde el comienzo coexistieron en él esa pasíón por la justicia y la igualdad que son los mejores valores de la izquierda, con la afirmación de la identidad, del patriotismo y de los valores tradicionales que solían identificarse con la derecha. Justamente, desde el enfoque de los «liberals» que describe Burdman.

¿Dónde va esta reflexión? ¿Y por qué hablo de un «éxito de Macri» cuando sus aliados, su padre y su propia torpeza política se unen para golpearlo? Bueno, en el segundo post que me referí, un análisis de la coyuntura, Ezequiel dice»el sueño macrista de una derecha moderna, urbana, aséptica y exitosa se encuentra al borde del más vergonzante de los naufragios«.

Y es en eso que yo no estoy de acuerdo. Ese «sueño de una derecha moderna, urbana, aséptica y exitosa» continúa en pie, aunque Mauricio tambalee. Hace un año, ganó las elecciones en la Provincia de Buenos Aires, con la candidatura aún más aséptica de Francisco De Narváez, y en la Capital Federal, aunque aquí sus votos disminuyeron mucho en relación a su momento más feliz. Es decir, ganó en los dos distritos electorales más grandes. Y, lo que preocupa más a un peronista tradicional como yo (y como bastantes más), al que el progresismo de los Kirchner deja frío, los sectores del peronismo que ya se han definido contra el liderazgo K no han podido ofrecer hasta ahora una propuesta claramente distinta de la que enarboló el macrismo.

Mis amigos peronistas anti K, por supuesto, discutirán furiosamente esta afirmación. Pero me parece significativo que en una divisoria de aguas tan importante en el plano cultural como la ley del matrimonio homosexual, los votos de los «peronistas disidentes» no se repartieron en una forma muy diferente de la de los «peronistas oficialistas» (Y que no me digan que la Senadora Negre de Alonso no se hubiera jugado sin el respaldo de los Rodríguez Sáa. El punto es que ni el Adolfo ni el Alberto tomaron una posición clara). Puede decirse que si el «peronismo federal» es acusado por el aparato mediático oficialista de ser la derecha, ciertamente no es la vieja derecha peronista. Ni tampoco, por supuesto, la izquierda peronista. No tener una definición clara es casi una marca de fábrica de Mauricio Macri. Por todos sus problemas, puede jactarse de haber hecho escuela.


Para hoy 20 de julio

julio 20, 2010

Pensé que era oportuno traer estas declaraciones de Don Franco. Porque como dice nuestro Martín Fierro «Un padre que da consejos   Más que padre es un amigo«


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