«profundizar el modelo»

octubre 31, 2010

Mi amigo Luciano Chiconi, de Desierto de Ideas, escribe como los dioses (los egipcios; los griegos eran más bien ágrafos) y vuelca su talento en algunos de los análisis más agudos que se pueden encontrar en la blogosfera politizada. Conservo en Páginas – en la columna de la derecha de este blog – un post suyo, breve, sobre «Peronismo de izquierda» que me sigue pareciendo un enfoque lúcido de una realidad que ha sido difícil de entender aún desde adentro del peronismo (y ni qué hablar desde afuera).

Eso sí, alguna vez pensé que había quedado enganchado en la crítica  al progresismo, a su discurso y a su (falta de) práctica. Ta´ bien, es justa y necesaria, pero si uno se dedica a desmenuzar un pensamiento superficial, es difícil no terminar diciendo cosas superficiales.

Bueno, Luciano me ha tapado la boca. En su último post hace, al pasar, una enumeración de lo que es, en términos peronistas, «profundizar el modelo». Seguro, es una lista de objetivos, pero, créanme, es importante tenerlos claros. Extraigo la lista:

«… lograr operativamente que la AUH llegue a los 2 palos de pibes que no la cobran … crear empleo en un modelo que «ya no puede incorporar más» para crear condiciones mínimas de expansión de la base productiva … ir por el blanqueo laboral hasta las últimas consecuencias … implementar un plan de seguridad pública alejado de prejuicios ideológicos … mejorar el servicio de transporte público … crear una política de crédito hipotecario para gente de carne y hueso, con salarios de carne y hueso …»

Agrego preguntas y respuestas para un político: ¿Ayudarán a que el peronismo gane las elecciones del año que viene? Seguro, aunque menos dramáticamente de lo que podría pensarse: La gente no vota conscientemente por sus intereses, y sí por sus ideas y prejuicios. Y buena parte de los favorecidos directamente por políticas como estas, ya votan por el peronismo. A lo mejor más importante, harán que valga la pena ganar.


“la transmisión del mando se hizo en la plaza” Parte II

octubre 29, 2010

Releyendo lo que escribí y los comentarios, temo haber dado la impresión – demasiada síntesis – que pienso que la interna peronista se ha detenido milagrosamente, y todos cerrarán filas en torno a Cristina hasta octubre del año que viene. O que el peronismo dejará de ser uno de los lugares – quizás, solo quizás, el más importante – donde los intereses económicos internacionales y algunos nacionales dan batalla por obtener ventajas y control, determinando así los proyectos de país que serán posibles.

No creo nada de eso. Los intereses, como el sol, siempre están. El peronismo no es – nunca lo fue – una estructura monolítica y disciplinada (gracias a Dios!). Y Cristina Fernández, por herencia y por su propio derecho, cuenta con la hostilidad o por lo menos la desconfianza de una fracción importante de los votantes del peronismo. Después de todo, el «antipersonalismo» es en Argentina tan antiguo y casi tan fuerte como el «personalismo», en todas las fuerzas políticas importantes que han existido. Encarnación Ezcurra ya se peleaba con los «lomos negros»…

Lo que señalo es que no queda tiempo ni espacio político para el desarrollo en el peronismo de otra candidatura. Y no la habrá, salvo catástrofe (O, como dicen los yanquis, «un acto de Dios». Será su herencia calvinista, que identifican los actos de Dios con catástrofes). Incluyo entre las «catástrofes» políticas, una decisión de la propia Cristina, excluyéndose. Humanamente respetable, en quien ha sufrido una pérdida que la mayoría de nosotros sólo puede imaginar. Pero privaría al peronismo de la única candidata que hoy tiene asegurado el triunfo en la interna. La real, no la formal, la que está legislada para agosto. Y que tiene, hoy, muy buenas perspectivas de triunfo en octubre.

Tiene asegurado el triunfo, considero, en esa interna real – que ya ha comenzado – 1) porque las fuerzas que respaldaban a Néstor, incluyendo la CGT – especialmente la CGT – hoy no tienen otra opción con posibilidades reales. Esta es la fuerza de Cristina, dicho sea de paso, frente al sindicalismo: necesita su respaldo, pero ellos también necesitan que no se debilite o desgaste. Esto debería tranquilizar a los que, deliberadamente o no, agitan el fantasma de un «desborde sindical». Ya Moyano, siempre rápido, envía señales y se reúne con la UIA.

Los movimientos sociales kirchneristas hoy cumplen el rol de sindicatos (estatales) del desocupado y del excluído. Están y estarán con su candidatura.

En cuanto al progresismo no peronista – que no serán millones, pero se hacen notar – los tiene incondicionalmente de su lado. La bancan a ella con más entusiasmo que a Kirchner, con muchísimo más que al peronismo. Para muestra basta este botón de J.P.Feinmann. Nos irrita mucho a los peronistas, es cierto, pero no lo bastante, hoy, para irnos de la plaza.

Y 2), el otro sector interno con poder real, territorial, los gobernadores e intendentes, estarán en su gran mayoría con ella. Algunos con gusto y otros a disgusto, pero la apoyarán. Lo que Artemio López les recuerda desde hace tiempo a los kirchneristas («Lo primero es ganar. Y lo segundo. Y lo tercero. Porque si no se gana, no se puede hacer nada«) los peronistas lo saben en sus genes. La necesidad básica de los que juegan su destino en las urnas, lo repetí muchas veces en este blog, es un candidato a presidente que les ayude a ganar. Y hoy no tienen ningún otro instalado, ni a instalar sin una interna feroz.

El fracaso del «Peronismo Federal» fue el no saber o poder instalarlo en tiempo. En ese sentido, la muerte de Kirchner simplemente resaltó una situación que ya existía.

Todo esto no quiere decir, remarco por si hace falta, que Cristina Fernández tenga garantizada la reelección, aún con un buen gobierno. Las candidaturas que se definían por su negación de Kirchner, en primer lugar la de Carrió, se desvanecen (Aquí también se acelera un proceso que ya había comenzado. El odio, aunque tentador, no es un buen material de construcción por sí solo). Pero la Unión Cívica Radical puede cumplir su rol histórico de reunir, con banderas positivas, el voto no peronista (ayudada por el cansancio con demasiados años de gobiernos de nuestro signo). Y la memoria de los fracasos de los gobiernos de signo radical queda más lejos en el tiempo.

Igual, les resultará más difícil. No lo tendrán a Kirchner para polarizar y reunir a casi todo el voto opositor (Si nunca me convenció el «mito» artemista del 40 % + 1, no es porque creía que el peronismo oficialista no podía reunirlo. Estaba convencido que un candidato opositor superaría el 30 %. Y todavía es posible).

De todos modos, la preocupación mayor que tengo es una que quiero compartir con ustedes, y en especial con el amigo Artemio. Porque en un post de estos días, castigó duramente a Rosendo Fraga por agitar el fantasma de la gobernabilidad en riesgo. Es posible que R.F. lo haya hecho – o no – con un hilito de baba corriéndole por la comisura de los labios. Es cierto que la receta que él propone, «ser la presidente de todos los argentinos«, huele a seguir el sendero luminoso de Fernando De la Rúa.

Pero la gobernabilidad es, debe ser, la preocupación central de todo gobierno. Como seguramente lo fue de Néstor Kirchner, allá en los primeros meses después de mayo de 2003. Y en los siguientes también. El gobierno no ha perdido solamente al único ministro de Economía en serio que hemos tenido desde que renunció Lavagna, allí por 2005. Ha perdido a su decisor principal. Principal, no como podría creer la mayoría por la envergadura de las decisiones tomadas. Sino por la cantidad. Es este un caso en que, en un sentido muy diferente al de Hegel, la cantidad se transforma en calidad.

La tarea del Estado, en todos los niveles con alguna responsabilidad, es tomar decisiones en forma cotidiana y constante, sin interrupciones. Conforme se asciende en los niveles de poder, las decisiones son más importantes, pero la naturaleza de la tarea no cambia. Cuántos dólares comprará el Banco Central; cuánto dinero se le envía a qué jurisdicción para cuál proyecto; a quiénes se apoya para gobernador; etc.; etc.; etc,

Y en nuestro sistema, la responsabilidad última es de la Presidencia de la Nación. Como decía en el escritorio de Truman «La culpa termina aquí«. El Presidente puede tratar de supervisar todas – sabiendo que nunca lo va a conseguir – (recuerdo la confesión de un director de banco de moral elástica al que yo auditaba: «No me preocupan las cosas que yo hago. Lo que me quita el sueño es lo que pueden hacer otros que yo no me entero«) o delegar en quienes tiene confianza. Ambos estilos han sido practicados por gobernantes exitosos. Ambos, también, han llevado a grandes fracasos.

Como de costumbre en la Historia, no hay garantías. Eso sí, generalmente los alcahuetes llevan al desastre. Como aporte personal, me comprometo a seguir muy crítico en este blog.


«la transmisión del mando se hizo en la plaza»

octubre 28, 2010

Titulo esta entrada con la frase que dejó en un comentario en el «Adiós, Kirchner» un kirchnerista leal, Desvinchado,  porque me parece que expresa un hecho. Que a algunos les puede gustar mucho, y a otros despertar un fastidio muy grande, pero tiene toda la contundencia que puede tener un hecho en la política.

Cristina Fernández de Kirchner es hoy la precandidata del Partido Justicialista, y sus aliados, para 2011. Con todo lo que significa eso en el peronismo, donde la Presidencia implica también la jefatura politica (el período de diciembre ’07 hasta ayer, fue, con el más breve de mayo a octubre de 1973, las únicas excepciones que recuerdo). Esto, por supuesto, no surge solamente de la voluntad, el deseo de la militancia que se reunió para despedir a Néstor Kirchner, aunque ese ha sido y es un factor importante.

Tampoco brota de la decisión de la CGT, significativa como es (Ni por supuesto de la adhesión, sentida como es, de los socios menores de la coalición que apoyó al ex Presidente, los movimientos sociales, el progresismo filoperonista, los organismos de DDHH). Refleja en todo caso el instinto político de Hugo Moyano, que percibió de inmediato que no había ninguna otra candidatura posible.

Mi evaluación personal es que el apoyo a una eventual reelección de Cristina será también la decisión del resto de la dirigencia peronista «realmente existente»: los gobernadores y los intendentes de los grandes distritos. Salvo una catástrofe imprevisible, pero de eso más adelante. Por un motivo muy simple, que el mismo Carlos Pagni, no kirchnerista él, percibe claramente: «el antikirchnerismo murió con Kirchner«.

Muy cierto. El «Peronismo Federal», que ya tenía un futuro dudoso al no haber podido instalar todavía una candidatura, acaba de perder su razón de ser. Ya no está el gran polarizador, que al juntar su propia fuerza, ofrecía también la oportunidad para que los quedaban fuera de ella pudieran unirse en oposición a él. La hostilidad a Cristina, que existe, claro, no es lo suficiente fuerte para armar una corriente, ya no una candidatura, en el peronismo. Y no crecerá en los muy breves meses disponibles, a menos que se la riegue desde el Gobierno (esa es la catástrofe a que me refería).

Pagni es sólo uno, tal vez el más articulado, de los que ya se dan cuenta de esto y empiezan a mirar en dirección a Scioli, para construir una «candidatura de unidad». Pero me parece que esos «hopefuls», dirían los yanquis, están ignorando, dejándose llevar por los deseos, una realidad no ya del peronismo sino de la política. Scioli podía ser un creíble candidato a Presidente en dos circunstancias: si ganaba legitimidad derrotando a Néstor Kirchner en una eventual interna, o si era el candidato acordado con el mismo N.K.  si las encuestas indicaban que el peronismo iba a una derrota en octubre del 2011.

Hoy ya no tiene ninguno de esos dos caminos abiertos. Para el resto de los gobernadores, es uno de ellos. No le regalarán nada. Y Scioli, que ha construído un capital político de la prudencia, optará por ser el candidato del peronismo para ser reelecto en Buenos Aires, donde tiene hoy todas las chances.

En este blog, como los que me visitan a menudo ya saben, «pienso en voz alta». Si lo hago hoy, un poco a disgusto porque no siento que es el momento que corresponde, con una parte importante del pueblo llorando por Kirchner (no lo hubiera creído, tiempo atrás) me dirijo más para mis amigos kirchneristas, que para el resto del peronismo. Hoy es necesaria su prudencia.

Continuará


Una victoria póstuma

octubre 28, 2010

Néstor Kirchner, y Cristina, eran y son mirados con hostilidad o por lo menos con desconfianza por la mayoría de la «opinión pública» internacional. Es decir, por los medios de comunicación más importantes de EE.UU. y Europa. Que ahí sí son «formadores de opinión», cuando tratan un tema, Argentina, América del Sur, del que el ciudadano promedio que los lee sabe poco y le interesa menos. Es un costo, claro, porque los políticos de los países poderosos, aunque tengan sus propias fuentes de información, se mueven en esa «opinión pública» ya formada.

Pero es en buena parte inevitable, y, en realidad, para los peronistas es desde hace mucho una marca de autenticidad. Es como si la crítica de esos medios indicara que algo se está haciendo bien. Otro elemento, distinto, es el hecho que los Kirchner nunca terminaron de tener una buena imagen en la Izquierda europea y en la norteamericana. Por supuesto que eso también es una tradición peronista, pero en el caso de ellos era más notorio, ya que su discurso y sus políticas se acercaron más que ningún otro gobernante «del palo» a las suyas. A pesar de la aprobación generalizada en esos medios a sus políticas de derechos humanos, siempre fueron tratados con reserva.

Bueno, Néstor Kirchner acaba de conseguir una victoria. The Guardian, The Manchester Guardian cuando fue fundado en 1821 por escoceses no conformistas, ha sido desde entonces un órgano coherente de la Izquierda, duramente crítica del poder imperante pero que nunca rompió sus lazos con él (es Gran Bretaña, después de todo). Ahí le acaban de rendir este homenaje, y mucho más allá del convencionalismo de las necrológicas, estimo que quedará como un juicio objetivo de su gobierno para la «opinión pública progresista». Que también es un factor a tener en cuenta.

(Agradezco a Desde Mompracem por traer a mi atención esta nota. También a AyJ por lo del TheEconomist, pero ese es menos terminante. La responsabilidad por errores que haya en la traducción es todo mía)

«Néstor Kirchner: héroe de la independencia de Argentina

La muerte del ex presidente de Argentina es una triste pérdida. Su desafío audaz al FMI preparó el camino para el progreso de América del Sur  – Mark Weisbrot

La repentina muerte de Néstor Kirchner es una gran pérdida, no sólo para Argentina sino para la región y el mundo. Kirchner asumió como presidente en mayo de 2003, cuando la Argentina estaba en las etapas iniciales de su recuperación de una recesión terrible. Su papel en el rescate de la economía de Argentina es comparable al de Franklin D. Roosevelt durante la Gran Depresión de los Estados Unidos. Al igual que Roosevelt, Kirchner tuvo que defenderse tanto de poderosos intereses adinerados como de la mayoría de los economistas, que insistía en que sus políticas llevarían al desastre. Ellos se equivocaron, Kirchner acertó.

La recesión de Argentina de 1998-2002 fue, de hecho, comparable a la Depresión en términos de desempleo, que alcanzó a más del 21%, y pérdidas de producción (alrededor del 20% del PIB). La mayoría de los argentinos, que había, hasta entonces, gozado de niveles de vida entre las más altos en América Latina, fueron empujados por debajo del umbral de la pobreza. Entre diciembre de 2001 y enero de 2002, el país sufrió una devaluación masiva, un default de su deuda récord mundial – 95 mil millones, y el colapso del sistema financiero.

Aunque algunas de las políticas heterodoxas – que en última instancia aseguraron la rápida recuperación de Argentina – se iniciaron en el año anterior al que Kirchner asumió la presidencia, tuvo que seguirlas a través de algunos desafíos difíciles para hacer de la economía de su país la de más rápido crecimiento en la región.

Un reto importante vino del Fondo Monetario Internacional. El FMI había contribuido a provocar el colapso – mediante el apoyo, entre otras malas políticas, a un tipo de cambio sobrevaluado con endeudamiento a cada vez mayores tasas de interés. Pero cuando la economía de Argentina, inevitablemente, se derrumbó, el FMI no ofreció ninguna ayuda, sólo una serie de condiciones que impedirían la recuperación de la economía.

El Fondo estaba tratando de conseguir una oferta mejor para los acreedores extranjeros. Kirchner se negó con razón a sus condiciones, y el FMI se negó a renovar la deuda de la Argentina. En septiembre de 2003, la batalla llegó a su punto culminante cuando Kirchner temporalmente entró en mora con el FMI en lugar de aceptar sus condiciones. Este fue un movimiento extraordinariamente valiente – ningún país de renta media había defaulteado nunca al FMI; sólo un puñado de estados fallidos o parias como Irak o Congo. Eso es porque el FMI era visto con capacidad de cortar incluso los créditos comerciales a un país en situación de impago.

Nadie sabía a ciencia cierta lo que iba a suceder. Pero el FMI dio marcha atrás y renegoció los préstamos.

Argentina continuó creciendo a un promedio de más de 8% anual hasta el 2008, sacando de la pobreza a más de 11 millones de personas, en un país de 40 millones. Las políticas del gobierno de Kirchner, incluyendo la búsqueda por el Banco Central de un tipo de cambio real competitivo y estable, y una línea dura contra los acreedores defaulteados – no eran populares en Washington, o entre la prensa de negocios. Pero funcionaron.

El éxito de Kirchner en su enfrentamiento con el FMI llegó en un momento en que el Fondo fue rápidamente perdiendo influencia en el mundo, después de sus fracasos en la crisis económica asiática que precedieron el colapso argentino. Se mostró al mundo que un país puede desafiar al Fondo y vivir para contarlo, y contribuyó a la consiguiente pérdida de influencia del Fondo en América Latina y los países de ingresos medios en general. Dado que el FMI era la avenida más importante de la influencia de Washington en los países de bajos y medianos ingresos, también contribuyó a la disminución de la influencia de EE.UU., en la «independización» de América del Sur.

Kirchner también desempeñó un papel importante en la consolidación de esta independencia, trabajando con los gobiernos de izquierda de Brasil, Venezuela, Ecuador y Bolivia. A través de instituciones como la UNASUR (Unión de Naciones Suramericanas), MERCOSUR (el bloque sudamericano de comercio), y numerosos acuerdos comerciales, América del Sur fue capaz de alterar su trayectoria de forma espectacular.

Este bloque unido respaldó con éxito al gobierno de Bolivia frente a un desafío extra-parlamentario de la derecha en 2008, y más recientemente, apoyó al de Ecuador en ese intento de golpe allí, hace unas semanas. Por desgracia, no tuvieron éxito en el golpe militar del año pasado en Honduras, donde el apoyo de EE.UU. para el gobierno golpista fue decisivo. Argentina, junto con UNASUR, sigue negándose a permitir a Honduras en la OEA, a pesar de un fuerte cabildeo de Washington.

Kirchner también se ganó el respeto de las organizaciones de derechos humanos por su voluntad de enjuiciar y extraditar a algunos de los oficiales militares acusados de crímenes de lesa humanidad durante la dictadura de 1976-1983 – revirtiendo las políticas de los gobiernos anteriores. Junto con su esposa, la actual presidenta Cristina Fernández, Néstor Kirchner, realizó una enorme contribución para ayudar a mover la Argentina y la región en una dirección progresista. Estos esfuerzos no le valieron mucho favor en Washington y en los círculos de negocios internacionales, pero la historia lo recordará no sólo como un gran presidente, sino también como un héroe de la independencia de América Latina«


¿Enemigo? No. Algo más impersonal y peligroso

octubre 27, 2010

El Financial Times (FT) es un periódico internacional de negocios desde hace 122 años. Hoy publicó en su «primera plana» online la siguiente nota:

«La muerte de Kirchner provoca una reacción del mercado

La repentina muerte de Néstor Kirchner, el belicoso ex presidente de Argentina, provocó un rally en los mercados financieros internacionales, ante la perspectiva de un régimen más favorable a las inversiones en uno de los principales productores mundiales de commodities. Continúa «


Adiós, Kirchner

octubre 27, 2010

Cuando él era un militante joven, ya era costumbre gritar en los actos peronistas el nombre del caído y gritar PRESENTE! Nunca es del todo así, pero tampoco deja de ser cierto. Corresponde.


Roubini, Marcó del Pont y dudas varias

octubre 26, 2010

Algunas noticias en los diarios de hoy me dejaron pensando. Una de ellas me arrancó uno de mis infrecuentes tweets: «Atención a la mala onda de Roubini. Los economistas q aspiran a ser estrella, se convierten en dateros. Apuesta a que nos irá mal«.

A la presidente del Banco Central, Mercedes Marco del Pont, persona con más responsabilidades, le arrancó un comunicado: «Los errores de Roubini«. Y siento que vale la pena analizar el asunto un poco más de lo que permiten 140 caracteres.

Nouriel Roubini es un economista formado en la Universidad de Bocconi y en Harvard, que enseña en la Universidad de Nueva York, con experiencia en el F.M.I., el Banco Mundial y en el gobierno norteamericano. Un buen curriculum, un tipo respetado en su profesión, pero no diferente de otros miles de economistas… hasta que en 2006 tuvo la lucidez de pronosticar en un artículo el final de la burbuja inmobiliaria en EE.UU., un final que arrastraría al conjunto de la economía. Y la suerte que los medios, siempre a la busca de Nostradamus, lo convirtieran en «el gurú que predijo la Crisis».

A partir de eso, el monto de sus honorarios se multiplicó por 50, su foto y la de sus parejas aparecieron en las revistas de papel satinado, y todos los que arman seminarios para ejecutivos, desde Buenos Aires a Nueva Delhi, quisieron tenerlo como conferencista… con un jugoso estipendio, claro.

Nada de esto es inmoral. Es la economía del espectáculo, no la del conocimiento. Pero es parte de la naturaleza humana, también. Uno se pregunta como reaccionarían Musgrave, Elemaco, Sirinivasa, Ana C., alguno de nuestra blogosfera económica se sacase esa lotería.

Pero hay un elemento a tomar en cuenta. Alguien que ha conseguido fama y fortuna por una predicción acertada, va a tratar de seguir acertando. Y Roubini – que hace cuatro días avisó que la «tozudez» del Banco Central Europeo acabará con «cualquier posibilidad de recuperación» para los países del Sur de Europa (anche Italia y España) – ahora nos tiró pálidas a nosotros.

«El crecimiento hoy en la Argentina es artificial, desde el punto de vista de que hay un exceso de estímulo a la demanda, debido a que se aplica una politica monetaria y fiscal expansivas, y esto está provocando inflación, que podría rondar 30% en el 2011. La inflación excesiva atenta contra el tipo de cambio real. Es así que el peso (en términos reales) se terminará apreciando y por lo tanto se limará la competitividad. En consecuencia, habrá «nubarrones» en el crecimiento, que se desacelerará, ayudado por el contexto externo en el que se prevé una pérdida de velocidad de la recuperación mundial»

Suena como el menos imaginativo de los columnistas de LaNación, no es cierto? Y para un buen kirchnerista, no debería haber dudas: Roubini dice eso porque es parte de la Gran Conspiración Magnettista, que odia a este gobierno porque está llevando adelante con éxito un modelo de desarrollo con inclusión social.

Mercedes Marcó del Pont, que es kirchnerista ex oficio pero además es una economista de muy buen nivel y no come vidrio, sabe que Roubini expresa, y probablemente se basa en, el consenso profesional de muchos economistas del mundo desarrollado, que no tienen una buena opinión del manejo técnico de la economía argentina. Tomó lo bastante en serio el diagnóstico para elaborar una respuesta:

«Algunas ideas que expuso demuestran cierto desconocimiento del comportamiento de las variables de la economía argentina. La evaluación debe realizarse en el marco de lo que se ha observado en la región durante la crisis de los últimos dos años, seguida por el fuerte ingreso de capitales en las economías emergentes y el aumento notable del precio de los commodities. En este escenario, la Argentina logró sostener la paridad nominal de su moneda mientras que en la mayor parte de la región hubo fuerte apreciación.

En relación a las reservas, es un error sostener que cayeron. No sólo no han caído sino que, por el contrario, luego de haber cancelado deuda por US$ 6155 millones, aumentaron US$ 4.100 millones, pasando de US$ 47.700 millones a principios de año a casi US$ 51.900 millones en la actualidad. Y se nutren del saldo comercial, no de recursos financieros de corto plazo, y menos aún de deuda tomada por el sector público«.

Bien razonado. Puedo agregarle a Mercedes – porque me cae simpática, qué le voy a hacer – algunos datos sobre economistas y pronósticos que refuerzan su posición. Walter Molano, otro prestigioso datero, emm, analista bursátil, socio y jefe de investigaciones de BCP Securities, especialista en Latinoamérica – y cuyos informes aparecen regularmente en la página de Roubini, justamente – publicó en agosto del 2008 «La Argentina: ¿caen los Kirchner?«, un explosivo artículo donde anunciaba: «ya no es una cuestión de «si» los Kirchner serán derrocados, sino de «cuándo» lo serán«.

Recuerdo que provocó un sarcástico post de Artemio. Pero Molano era sólo uno entre los varios que en Wall Street avisaban en ese momento que era muy alto el riesgo de un nuevo default argentino, entre ellos… Lehman Brothers. Por supuesto, después supimos quién defaulteó.

Bueno, ese mismo Walter Molano ¡hoy dice que nos ve fenómeno! En un reportaje (de buen nivel, además) en el Cronista, dice:

«– ¿Cómo ve posicionada a la Argentina respecto de la región?

– Su economía real está muy bien: tiene tipo de cambio competitivo, buena infraestructura, y cuentas públicas en buenas condiciones. Es cierto que no tiene buena imagen, pero la ha estado mejorando mucho en estos últimos meses, gracias al canje de deuda. El canje fue un gran éxito y cambió la imagen del país. Hace seis meses, Venezuela y Argentina eran considerados los países más peligrosos y tóxicos de los emergentes. Hoy en día Venezuela está sola con esa reputación, y Argentina se ha recuperado mucho.

– ¿Podrá volver a emitir deuda a tasa de un dígito?

– Sí. Y al ritmo que va, quizá pueda lograrlo antes de fin de año. Yo paso mucho tiempo visitando clientes en Europa y Asia, y la gente está teniendo una imagen muy positiva sobre la Argentina. Creo que si sigue a este ritmo, antes de fin de año puede colocar montos importantes: u$s 1.000, u$s 1.500 y hasta u$s 2.000 millones, fácil»

UELQC (Usted elige lo que cree). Bueno, siempre es así. ¿Por qué entonces me he quedado pensativo? Por una palabra con ecos inquietantes en Argentina: inflación. Y, especialmente, por los motivos que da Marcó del Pont en ese comunicado para tranquilizarnos:

«Cuando se habla de la inflación – agregó la presidenta del Banco Central – parece haber cierto desconocimiento sobre la evolución de dos causas claves en la explicación de la historia de las aceleraciones inflacionarias en la Argentina, que son los desequilibrios fiscales y las crisis cambiarias». En este sentido, Marcó del Pont defendió la existencia de un superávit primario del 2% del PBI. «Hoy existen pocos países del mundo con esta solidez fiscal»

¿Qué es lo que me preocupa de ese argumento, que, con ligeras variantes, es el que ha usado el Gobierno desde, al menos, 2006? Que es una falacia. Afirma que, dado que las causas de la inflación han sido en Argentina factores que hoy no existirían, esto que está ocurriendo no es «inflación». El aumento de precios debe deberse a otro fenómeno, por ejemplo, los formadores de precios que – al contrario de políticos y periodistas progres – son gente muy codiciosa. Entonces, no es «inflación»; en todo caso, será otra cosa, «sarasación», tal vez. Eso sí, a la gente de a pie le provoca el mismo fastidio.


Industria, empleo y barras bravas

octubre 26, 2010

Ayer, en la sede de la UOM Capital se hizo un acto en defensa de la industria nacional y por la producción limpia. La ministro Débora Giorgi y varios secretarios generales, Caló, Amicone, Lobais, más Bonetti como dueño de casa, usaron argumentos que no son usuales en los pronunciamientos de la UIA – ni de Greenpeace, si vamos al caso – pero que eran más adecuados para un auditorio con una gran mayoría de delegados fabriles: el empleo digno, la capacitación, la salud… Por negligencias varias, no lo filmamos. Pero este folleto (iluminado por la Farolera) da una idea de lo que se planteó allí.

Me siento satisfecho de haber colaborado en su realización. Pero, la verdad, lo que más me gustó fue la intervención del secretario general de las 62 Capital, Alejandro Amor (hombre de Municipales) que dijo que los dirigentes sindicales debían revisar su actuación y algunos hábitos, y cabía especialmente hacerlo frente a la muerte de Mariano Ferreyra (recordada al comienzo del acto) y los ataques al movimiento obrero a que dió lugar. «No podemos aspirar al poder político y mantener barras bravas». Conociendo al sindicalismo, bah, conociendo el poco gusto de los argentinos por la autocrítica, sé que requirió coraje decirlo.


La guerra cambiaria

octubre 25, 2010
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El mundo sigue andando, mientras nosotros enfrentamos nuestros dilemas locales. Eso sí, los cambios muy rara vez son tan dramáticos como quieren convencernos los editores de periódicos. Por eso, siempre insisto en que, más que el titular del día, uno debe tratar de discernir si esos cambios son acumulan, y en qué dirección. Este post trata de llevar al lenguaje de la gente de a pie – entre los que me cuento – algunos problemas globales que afectan el destino de nuestro país.
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El fin de semana pasado dió un buen ejemplo de como los titulares, sin decir mentiras, esconden lo importante. Los ministros de Economía y banqueros centrales del G-20, el grupo de los principales países desarrollados y en desarrollo (estuvo nuestro joven ministro de economía, el Amado Boudou, porque Argentina es miembro, recuerdan?) cerraron su reunión en Gyeongju, Corea del Sur con un acuerdo para una reforma del Fondo Monetario Internacional. La Nación dice que es «profunda«, el Financial Times afirma que es «histórica«, el ministro de Hacienda de Brasil Guido Mantega (los cariocas son efusivos) anuncia que crea un «nuevo Fondo«, mientras que Pueblo en línea (el órgano del gobierno chino) se limita a señalar, con reserva oriental, que es un acuerdo «destacado«. El director del Fondo, Dominique Strauss-Kahn, también resaltó su importancia, pero, bueno, es su cargo.
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En la opinión de este humilde blog, es nada entre dos platos. Pero como no soy una autoridad, les sugiero que evalúen por sí mismos (en especial los miembros de la blogosfera económica, pero no sólo ellos). La nota de La Nación que linkeo arriba es un buen ejemplo de periodismo económico: es breve y razonablemente completa.
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Repasando las otras fuentes, sólo se pueden agregar puntos menores: Argentina pierde poder de voto con esta reforma (en serio, es muy menor: del 0,86 % nos iremos, quizás, al 0,82 %); Gran Bretaña está inquieta porque está más cerca de perder su asiento en el Directorio («tu pompa de ayer, es una con Nínive…» les había advertido Kipling). Un poquito más importante es que EE.UU. conserva su poder de veto: tiene el 17,67 % de las cuotas, y para las decisiones clave se requiere una mayoría especial del 85 %.
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Pero nada de esto es significativo: el F.M.I., con o sin el aumento de las cuotas, no es un Banco Central global. Su rol es, desde hace bastantes décadas, el de auditor de los Estados deudores, cuya tarea es atestiguar que están haciendo las políticas correctas. Correctas, claro, de acuerdo al criterio de los inversores. Nuevas caras en el Directorio no cambiarán, no pueden cambiar, esa realidad.
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No resisto a la tentación de citar el resumen el resumen que hizo Gary Tanashian, uno de los dateros, emm, analistas bursátiles más escuchados en USA: «Mientras tanto, el mundo no se va a acabar, pero se está realineando. El capital se asusta porque gran parte de él sabe que ha sido creado de la nada por un sistema que depende de la confianza implícita para que no termine en una gran inflación. Hace todo más intenso el hecho de que Bernanke admite que la Reserva Federal está manipulando el mercado de bonos del Tesoro…«
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No estoy diciendo que esos ministros de Economía y banqueros perdieron su tiempo, y que Boudou debería haberse quedado aquí (En realidad, es mejor que viaje y desarrolle contactos internacionales, en lugar de armar peñas para gente dudosa). Este tipo de modificaciones menores en los mecanismos de ajuste del sistema global son justamente el trabajo de ellos, y es necesario. Pero es un error o un engaño presentarlos como cambios.
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Como en la historia de Sherlock Holmes, lo importante del G20 es lo que ha renunciado a hacer. No se plantea tomar medidas para evitar la «guerra cambiaria» que, justamente, Guido Mantega fue de los primeros en advertir. Anuncia, eso sí, que se «avanzará hacia un sistema bancario que esté definido considerablemente por las fuerzas del mercado y en el que no se produzcan devaluaciones de divisas para ganar competitividad«. Es decir, la idea es que las devaluaciones las hará la Reserva Federal, imprimiendo dólares.
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Estamos a las puertas (ojo: todavía no entramos) de la pesadilla de los estadistas de EE.UU. y Europa Occidental, formados a la sombra de la Gran Depresión de los ´30, que crearon los acuerdos de Bretton Woods y el mismo F.M.I.: el escenario de países desarrollados que tratan de luchar contra el desempleo y colocar sus exportaciones, devaluando sus monedas, y creando barreras paraarancelarias. Y como todos hacen lo mismo… el comercio internacional cae drásticamente. (Ricardo Arriazu da aquí una historia breve de esa época).
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Todos los actores son conscientes de este peligro, pero es muy difícil evitarlo (Aclaración para los que, como Manolo, gustan de la Teoría de los Juegos: es el clásico «problema de los comunes»). Porque también todos – todos los que pueden tomar estas decisiones – saben que los países que se aferraron más al valor de su divisa en esos años – Inglaterra, por ejemplo – son los que sufrieron más la Depresión. Hoy, la Unión Europea parece peligrosamente cerca de asumir ese rol.
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Por suerte, este es un problema, en primer término, para los grandes jugadores. Los países emergentes, como se les llama ahora, no contamos ni remotamente con un mercado que pueda reemplazar a los que la Crisis financiera marchitó en el Atlántico Norte y en Japón. Es cierto que a China a veces se lo considera como un país emergente, pero uno tiene la impresión que Beijing puede cuidar de sus propios intereses (Mantengamos buenas relaciones, eso sí, en todo lo que no sea permitirles ahogar nuestras industrias. A China, por lo que se ve, no le gusta aparecer aislada en los foros internacionales).
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En este escenario de «pre-guerra», nuestro socio principal, Brasil, ya está tomando medidas preventivas para evitar el ingreso de capitales que provoquen una excesiva valuación del real. Argentina… se enfrenta a una situación delicada. Por un lado, tenemos una experiencia muy reciente y dolorosa sobre los peligros de un retraso en el tipo de cambio (Hoy escuchaba a Débora Giorgi hablar sobre eso). Por el otro, acelerar el ritmo de la devaluación del peso echaría combustible a un proceso inflacionario que ya impacta en varios rubros clave, como los alimentos.
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No hay recetas simples. El valor de nuestra moneda, en relación a las de los países con los que comerciamos, debe ser vigilado con toda atención. Es necesario reconocer que en estos años no se ha hecho un mal trabajo en ese sentido. Nuestro país debe seguir haciéndolo, en una situación más peligrosa.

Lucha sindical, tercerizados, muertes: un resumen

octubre 24, 2010

La muerte de un militante político de 23 años, y la suerte del movimiento obrero en Argentina – dos temas muy distintos, que esta semana se cruzaron – me hicieron escribir tres entradas seguidas. Esta noche, visitando Finanzas Públicas, encontré un comentario de el bosnio, que usa un ejemplo muy concreto para resumir en un párrafo lo más importante de lo que yo quiero decir:

«Moyano reclamó por tercerizados en Techint y viene reclamando por tercerizados desde hace años, con violencia, si se quiere, al usar presión física, pero sin muertes, ni ocasionadas por quienes reclaman ni por quienes reprimen.

Por parte de Techint la represión se limitó a difamar por la prensa, a desligitimar el reclamo, a utilizar la ventriloquía politica que permite a un actor social con poder conseguir que un político defienda sus intereses sin decirlo. Pero no hubo muertos. Esta Argentina y este gremialismo puede lograr avances contra ese poder económico, sin muertes. Apoyemos ese camino«


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