¿Cuál es el lugar de los kirchneristas críticos?

marzo 31, 2010

(Me parece que este es un tema, que requiere que uno aclare desde dónde habla. Mi posición, como se sabe, es la de alguien que no es kirchnerista. Podría decirse, con justicia, que soy un peronista crítico. Además, creo que es necesario señalar que en este post no hablo de Kirchner, sino de kirchneristas. No creo que puedan aportar mucho en este tema los anti K rígidos, o los que están a favor de Kirchner porque piensan que es un conservador astuto e inescrupuloso. Hay algunos)

La idea inicial de este post me la dió este otro, de Luciano. Comienza con un fragmento de un reportaje a Graciela Camaño, dejando claro que le gustaría que la inteligencia y la muñeca política de la Negra estuvieran de su lado. Y culmina con un durísimo anàlisis de las posiciones de la militancia K en lo que ellos viven como la madre de todas las batallas, el enfrentamiento con el Grupo Clarín: «No veo nada más allá del horizonte que no sea blandir teorías de los medios con un olor a era mesozoica que mata. Hasta me parece verlos desorientados cuando Clarín no exista más. Habituados a la cultura milenaria de la resistencia, digamos que estudiar y prepararse para la creación organizada nunca fue el fuerte de las representaciones que manifestaron elevarse como traductoras de lo popular».

No es un pensamiento mío, simplemente porque en el área de la comunicación política mi formación es más utilitaria y menos académica que la de Luciano (y además, como peronista tradicional, debo reconocer en el kirchnerismo un manejo un poco menos elemental del que es habitual en los gobiernos de nuestro signo: veánse las provincias). Pero coincido en esa crítica básica a la actitud de esa militancia: lo suyo es la lucha contra los Malos destituyentes, la construcción se la dejan a Cristina y sus funcionarios. No es de extrañar: veo en èl a uno de los analistas políticos más lúcidos de la blogosfera. Pero hay una diferencia: él es kirchnerista; yo, no.

Al no ser tampoco un surfeador de la Red a tiempo completo, no lo vi a tiempo para comentar. Pero Artemio lo subió a su blog, y ardió Troya. Los kirchneristas enragè, que tienen a Ramble como nave insignia aunque se permita heterodoxias como sugerir alianzas con herejes, cuestionar a Heller como candidato o… copiar posts como ese, le dieron para que tenga. Neoduhaldista es lo más suave que le dijeron. Bueno, ya algunos de los comisarios políticos voluntarios del kirchnerismo lo habían castigado en su blog, «Desierto de Ideas«.

Está bien, Luciano, que ha sido lo bastante audaz para afiliar a Nadal al peronismo, hace rato que expresa su fastidio con el «progresismo ravolucionario». Pero han sido unos cuantos los blogueros que han mantenido posiciones en el pasado y en el presente favorables a las políticas del gobierno, los que salieron – hasta con dolor – a criticarlo en las primeras semanas de marzo (no en esta última, que el gobierno repuntó. Es un país ciclotímico).

Nicolás Tereschuk, por ejemplo, críticó el discurso de Cristina del comienzo de las sesiones (con buenos argumentos). Y Mariano, en Cartoneros, escribió «Le estamos regalando a Chiche Duhalde el rol de «sensatez», de la persona que pide «poner paños fríos». Se entiende? En lugar de jugar un rato de víctimas salimos desesperados a evitar que alguien crea que lo somos. No, débiles jamás. Y nos embocan de nuevo… Porque encima uno puede entender el empecinamiento como una virtud de luchador aguerrido y valiente, pero hasta cierto punto. Un poquito de equilibrio racional no viene mal tampoco«. Después moderó, pero porque percibía indicios que Kirchner, en lugar de jugar todo o nada a una reelección, pensaba en un candidato que pudiera sumar. Y también escribió una crítica de 678, el programa insignia del kirchnerismo, màs benévola que la de Luciano pero que igualmente marcaba sus falencias.

Ezequiel Meler, por supuesto, es otro que puede ser llamado un K crítico.  Y hasta Lucas Carrasco, azote de los sojeros, pidió aquí por mayor racionalidad.

Por más que yo la valore, hay que tener claro que es la actitud de una minoría. El discurso típico de la militancia K está más cerca de “Recuperamos la alegría porque somos los únicos que le podemos dar un sentido épico a nuestra militancia… No es tiempo para dudar. Cada uno debe saber de qué lado quiere estar» Ojo, esto no lo dice Kunkel, o D´Elía. Es el discurso de Agustín Rossi, uno de los políticos más inteligentes entre las nuevas figuras – y de los que mejor negocia, dicho sea de paso – en un acto en Rosario. Y, pensándolo bien, está claro que no es un discurso para el PJ bonaerense, ni pare el activismo de los movimientos sociales. Sin sarcasmo, voy a decir que es un discurso para militantes pequebú. Y no le pongo sarcasmo, porque son un elemento muy importante en toda construcción política. La Juventud Peronista en su momento de mayor convocatoria a fines de 1972 y principios de 1973 era, en una clara mayoría, pequebú.

Claro, también ese ejemplo histórico me sirve para tener claro que una militancia surgida de los sectores medios con un discurso revolucionario no es la base más sólida para sostener un gobierno. Pero eso Kirchner lo tiene muy claro. Entonces, no creo que tenga sentido criticar demasiado rigurosamente a esa militancia entusiasta, aún si, como yo, se cree que la continuidad de los K no es la mejor opción para el país, ni siquiera para la continuidad de los aspectos positivos de su gestión. Porque la decisión final sobre cómo sigue este no la tendrán los analistas ni los militantes, sino los votantes. Yo tengo mi evaluación, Artemio publica otras, pero la realidad es quien nos lo va a decir.

En cuanto al tema del post, el lugar que puedan tener los kirchneristas críticos, mi opinión la di en un comentario en uno de los posts citados, que incluía una preocupación por el alejamiento de militantes valiosos molestos con el autismo de arriba. Yo decía más o menos así: «Ud., entiendo, tiene un compromiso racional y emotivo con el proceso que comenzó el 25/5/03, sin fanatismo. Y ahora tiene dudas sobre si la estrategia actual no lleva a una derrota, con consecuencias muy negativas. Incluye, también, supongo por esos errores estratégicos que percibe, un juicio muy crítico sobre Kirchner.

Le digo esto para comparar con mi actitud, por si sirve: Mi compromiso histórico, racional y emotivo, es con el peronismo, también sin fanatismo. Desde ahí, Kirchner/Cristina es un episodio, del que siempre fuí crítico, pero al que reconocí y reconozco muchas cosas positivas. Creo, como Ud., que esta estrategia es muy equivocada, pero… los que están al timón son ellos, y su trabajo es decidirla. Las críticas que Ud. o yo podamos hacer sabemos que no serán escuchadas. Pero ese no es, lamentablemente, un defecto exclusivo de los Kirchner. Por lo general el que está arriba no escucha nada que no sea «Sí, Jefe/a». Así estamos.

La tarea imprescindible, la de los peronistas de a pie y sentados en general, es de buscar quiénes pueden aspirar a reemplazarlos en su momento (Dic. ´11), que no empeoren y, a lo mejor, mejoren la perfomance. En eso estamos, me parece (en la forma inorgánica, quilombera y bastante oportunista de siempre).

Sólo algo le puedo asegurar con bastante certeza: Si esos compañeros cuyo posible alejamiento le preocupa son peronistas… duerma sin frazada. No se van a ir por fastidio con Néstor, sino cuando y si vean una apuesta mejor»


la «Máquina de Dios» y Fredric Brown

marzo 30, 2010

Hoy los científicos de la Organización Europea de Física Nuclear hicieron colisionar dos haces de protones en el más grande acelerador de partículas del mundo, instalado en Ginebra, y llamado, con una arrogancia ingenua, la «máquina de Dios». Más bien la veo como un equivalente en nuestros tiempos de alguna Catedral de la Edad Media europea. Quizás la de Toledo, que también incorpora en sus piedras cierta arrogancia.

El significado de la cosa lo explica – tanto como se puede hacerlo en 320 palabras – María Teresa Dova, la física de la Universidad de La Plata que encabeza el grupo argentino participante. Les invito a leerla, es muy breve, aquí. Mientras espero los desarrollos, que probablemente leeré en Futuro, el suplemento científico de Pág. 12, les traigo este cuento clásico de Fredric Brown. Habla de otro experimento:

EL FIN

El profesor Jones trabajó en su teoría del tiempo, durante muchos años.
– Y he encontrado la ecuación clave – informó a su hija, un día.
El tiempo es un campo. Esta máquina que he diseñado puede manipular,
e incluso invertir, dicho campo.
Oprimiendo un botón al hablar, prosiguió:
– Esto debe hacer correr el tiempo hacia hacia tiempo el correr hacer debe esto.
Prosiguió, hablar al botón un oprimiendo.
Campo dicho, invertir incluso e,
manipular puede diseñado he que máquina esta. Campo un es tiempo el
.Día un, hija su a informó – clave ecuación la encontrado he y –
Años muchos durante, tiempo del teoría su en trabajó Jones profesor el.

FIN EL


Obama en Afganistán – 2da. parte

marzo 30, 2010

Columnista apropiado: Eddie/Matt/Marmaduke. En realidad, Eddie/ comentó hace menos de una hora en el post Obama en Afganistán, pidiendo disculpas por meterse – a mi pedido – en un tema donde otros visitantes habían hecho alarde de erudición. Leyéndolo, me di cuenta que era un post de primer nivel. Da información y opinión, dejando muy claro desde dónde opina. Transcribo sus dos comentarios sobre el asunto, agregando apenas algunos links.

«No creo que el viaje de nuestro Presidente a Kabul tenga que ver con el Seguro de Salud; la Administración confía en que a medida que se puedan usar las nuevas medidas la gente comprenderá que los beneficia y que no afectará la suerte de los Demócratas en las elecciones intermedias de noviembre.

Lo de Afganistán tiene que ver, por lo que pude averiguar, con algo más serio: la impasse – por llamarla de alguna manera – con Israel. Se sabe que el vicepresidente Biden fue a Israel a detener un ataque a Irán que era inminente. y que, en nombre de Obama, amenazó a Netananyahu con darle a Irán información que podría perjudicar a Israel. Ahora que vino a Washington, parece que Bibi volvió a amenazar a Obama con el ataque. Fue entonces cuando Obama miró su reloj y le contestó: “Mis hijas me esperan para la cena; los guardias les mostrarán la salida, buenas noches, Mr. Netanyahu”, se levantó y, junto con su gente, dejo a los israelíes “mirando sin comprender” que no se puede amenazar al Presidente de USA, mucho menos en la Casa Blanca.

Los periodistas se quedaron alelados cuando vieron salir a los israelíes solos, sin Obama ni algún funcionario menor, sin declaración final, sin nada. Obama le ordenó a Rahm Emanuel, el Jefe de Gabinete, que después saliera a contar lo sucedido. En el New York Times de hoy hay una nota importantísima, describiendo como USA ha entendido que la causa palestina esta tan difundida en el Medio Oriente que los gringos serán vistos siempre como enemigos a derrotar mientras no domen a Israel. (Hay también una nota en el suplemento dominical de opinión describiendo un “hipotético” ataque israelí a Irán de modo de confrontar a USA con un “fait accompli”.

Este es un buen momento para Obama para ajustar cuentas con los sionistas más fanáticos de este país que NO son los judíos sino la derecha cristiana del Partido Republicano. Los judíos de USA, en realidad, estamos muy divididos: los sionistas de extrema derecha (a quienes AIPAC les baja línea) están rápidamente dejando de ser mayoría y los grupos más críticos de la política de Israel (agrupados en “J Street” y organizaciones similares) estamos creciendo, tanto en apoyo dentro de la comunidad como en la simpatía de la Administración Obama.

Desde la campaña electoral Obama ha venido insistiendo que Iraq fue la guerra equivocada, que había que irse y que había que terminar la tarea interrumpida en Afganistán. Ahora fortalecido en el frente interno (habiendo conseguido, como él mismo dijo, lo que no pudieron ni los dos Roosevelt, ni Truman, ni LBJ, ni Nixon -sí, Nixon- ni Clinton) con el pasaje del HCRB, se está mostrando con energías suficientes para retomar su proyecto.

Nota casi marginal: la derecha israelí está furiosa con Rahm Emanuel, a quien llaman “el mayor traidor en la historia del pueblo judío”. Caramba, lo consideraban “su hombre” en la Administración. Rahm no sólo es judío; Rahm es oficial del ejército de Israel…

P.D.: Transcribo -por considerarlo interesante- esta nota publicada en el New York Times de hoy, marzo 29:
«El teniente general Keith W. Dayton (USA Army), a cargo de entrenar fuerzas de seguridad palestinas en la Ribera Occidental, cuenta una historia sobre sus tareas en Iraq inmediatamente después de la caída de Sadam Hussein. Estaba encargado de un equipo que buscaba armas pero, en las paredes de los cuarteles de la Guardia Republicana, encontró otra cosa: dibujos de la mezquita Al Aqsa, en Jerusalem, con una serpiente estrangulando su domo. La serpiente tenía escrito “Israel”. El general dice que lo impresionó muy profundamente ver tanto fervor por el tema en un lugar tantos cientos de millas alejado de Jerusalem. Se dio cuenta, dice, cuan importante es la cuestión Palestina-Israelí en todo el mundo musulmán«


Otro homenaje necesario: el 30 de marzo

marzo 29, 2010

Las 62 Organizaciones Gremiales Peronistas de la Capital Federal, que encabeza el compañero Alejandro Amor, van a rendir homenaje al 28° aniversario del 30 de marzo de 1982 con un acto en el auditorio de la U.T.A., en Moreno y Deán Funes, también mañana, a las 19:30.

Si a alguien le parece una manifestación sectorial, les invito a leer este texto de Víctor De Gennaro, de la CTA, de hace pocos años (rastreado, por supuesto, por Manolo Barge):

«El 30 de marzo fue un vendaval. Miles y miles de trabajadores en ese día de 1982, expresamos el repudio a la dictadura militar por las calles de la ciudad de Buenos Aires. No esperábamos ni tanta gente ni tantos palos cuando enfilábamos para Plaza de Mayo. Era cierto, la dictadura ya venía en caída, y el año anterior probamos lo que significaba ganar las calles, cuando Saúl Ubaldini encabezaba nuestra columna en la llegada a San Cayetano el 7 de Agosto de 1981; trataron de frenarnos en la cancha de Vélez Sársfield, pero se terminó doblegando a la fuerza policial.

Por eso, otra cosa distinta sería Plaza de Mayo: el mayor símbolo del poder del pueblo en la historia y la cultura nacional.

Cuando se tomó la decisión de marchar aquel 30 de marzo en aquella reunión de la CGT Brasil, que desde 1980 había sido la referencia de todas las resistencias de los trabajadores, yo representaba a las agrupaciones gremiales peronistas, ámbito donde nos constituíamos para organizar la resistencia aquellos compañeros de sindicatos que se encontraban auto intervenidos por colaboracionistas al régimen. Fue impresionante y, como siempre, las imágenes que desde el poder tratan de recordarnos ese día están asociadas a la represión bestial.

Claro que lo fue, no sólo por la secuela de miles de presos en un solo día, sino también por el asesinato del compañero Benedicto Ortiz en Mendoza.

Siempre tienen que mostrar lo que nos debilita. Lo que oculta el poder popular. Como con las fotos, las palabras y las imágenes de ese 30 de marzo: sólo quieren que veamos la represión; como en la única foto que quedó en todos los archivos, pero, como en aquel día, hay otra realidad que descubrir y amar hasta enorgullecernos.

Otra cosa fue lo que yo ví y viví, ese día: la solidaridad de la gente, que nos abría la puerta de los edificios, para “guardar” a los que quería “cazar” la cana, la solidaridad y acción en cada comisaría, entre los presos, o la de los abogados o los de derechos humanos. Como siempre recuerda Nora Cortiñas, de Madres, que a pesar de todos los prejuicios con los que habían querido dividir a los organismos y los trabajadores fue recibida, con el fervor y el apoyo de todos, cuando reclamaba libertad.

Muy distinta, también, son las fotos que me quedaron a mí, en la memoria o en la piel: la columna que formamos en las avenidas Belgrano y 9 de Julio, con Saúl, Ricardo Pérez, Godoy y tantos otros a la cabeza que con la consigna Pan, Paz y Trabajo, iba camino de adueñarse de la Plaza.

La tenían que parar, como fuera, pero ya los días de la dictadura estaban contados. Y pensar que hay algunos que creen y siguen repitiendo como loros las palabras del periodista Bernardo Neustad que la dictadura se acabó porque los militares perdieron las Malvinas. Es cierto, eso apresuró la caída (casi huída), pero lo que los derrotó, fue la resistencia popular de todos esos años, que tuvo sus formas, sus métodos; jalonado, edificado, en tantas y tantas luchas ocultas...»

Buenas noticias para Víctor. Encontré esta imagen, aquí.


Homenajeando a Alberto Methol Ferré

marzo 29, 2010

Los amigos de Misión Patria Grande me han hecho llegar este anuncio

Mañana martes 30 de marzo, puntualmente a partir de las 18.30 horas, en el Museo Jauretche de Sarmiento 362, Buenos Aires, MISION PATRIA GRANDE organizará un homenaje al pensador y patriota oriental Alberto Methol Ferré, fallecido en los últimos meses del año pasado, luego de haber dedicado toda su vida y su obra fecundas a la unión y emancipación de los pueblos iberoamericanos.

Los oradores serán Gerardo González, Marcelo Gullo, Roberto Bardini, Luis Vignolo y Alejandro Pandra.

M.P.G. se propuso, en su documento fundante, aportar a «la creación de un gran espacio suramericano sin el cual la Argentina no tiene destino – no sólo un acuerdo arancelario, no un mero mercado común, sino una patria grande, una sola entidad política estatal, una única gran nación«, una causa noble con la que yo también me siento comprometido (y sobre la que tengo pensado reflexionar en un próximo post).

Alberto Methol Ferré…, bueno, una síntesis de su pensamiento está en uno de los títulos que aparecen bajo el nombre de este blog: en la Patria Americana.


Obama en Afganistán

marzo 28, 2010

Entré en Internet para dedicar unos minutos a responder los recientes comentarios al último post (que han sido definitivamente copados por un largo, informado y fascinante debate entre Ariel y Ram, con algunos aportes de Eddie/ y el Lurker, sobre la 2da. Guerra Mundial) y encuentro esta noticia que – curiosamente – no vi hasta ahora en los diarios locales online, ni siquiera en esos lugares más alertas que son los blogs.

Ojo: éste es un blog de reflexión, y no se me ocurre competir con las agencias de noticias: no podría, además. Pero me parece importante distinguir entre noticias que son más de lo mismo, como ésta, y las que parecen indicar o confirmar desarrollos futuros.

Por supuesto, como jugada política es de manual. El manual yanqui, que es el que sus políticos deben aplicar. Después de obtener una victoria importante, al hacer aprobar una reforma del sistema sanitario identificada con su administración, Obama debe enfrentar que cerca de la mitad de los votantes están irritados con esa reforma y con él. Por eso, se «envuelve en la bandera» y visita a las tropas, pues en su país todavía el patriotismo supera las divisiones internas (¿se nota una cierta envidia? Y sí, aunque yo tenga una pésima previsión sobre la guerra afgana).

¿Le resultará? No tengo la bola de cristal. Quizás Eddie/ pueda comentarnos cómo se lo vivió allá. Pero lo que creo que indica es que un ataque a Irán, o un agravamiento del conflicto, no parece estar en los planes del gobierno de USA. Si eso fuera así, la visita a Afganistán sería irrelevante. Si es así, ese es un dato importante para el escenario internacional.

Sobre los recientes comentarios en el post anterior… han alcanzado un nivel de erudición en armamentos que me supera, aunque algo he leído sobre esa guerra. Lo que quiero rescatar como una observación que trasciende a esas batallas y aún a lo militar, está en estas observaciones de Ram (he sacado los puntos técnicos, que son la base del argumento específico):

«Las primeras campañas, justamente las exitosas, de Alemania fueron desarrolladas en inferioridad de condiciones en algunos aspectos claves – sus fuerzas blindadas eran mayoritariamente livianas y en algunos modelos de tanques, directamente inservibles …

Sin embargo, se impusieron en toda la línea … básicamente por una conducción táctica en el terreno, que preservaba importantes márgenes de autonomía en la operación directa, el uso concentrado de las unidades mejor equipadas y el amplísimo grado de comunicación por radio entre unidades, entendiéndose por unidades a cada tanque, cada avión y cada grupo o grupito de infantería, artillería, etc.

Un esquema centralizado pero a la vez muy flexible y rápido. … A esa flexibilidad se le oponían fuerzas superiores en los papeles (Francia y Rusia, por lo menos) pero con sus mejores unidades dispersas, sin autonomía en el terreno y con mandos que se “habían quedado en 1916″.

Ram concluye, entonces, que la clave de los avances alemanes se daba en la libertad y creatividad que la tradición del ejército alemán permitía a los mandos medios y al tipo en el campo de batalla (Downing, entre otros, opina lo mismo) y no a las estrategias elaboradas por el Estado Mayor y mucho menos a una «conducciòn genial» de Hitler. Señala que bastan los errores gravísimos de Dunquerque y de Kursk para descalificar esas teorías.

Se me ocurre que alguna relevancia tiene esta afirmación para los problemas del ejército yanqui en Afganistán. En realidad, también para la política local, no es así, Manolo?


la tecnología, los ejércitos y los blogs

marzo 27, 2010

Después de algunas entradas de análisis político actual, y de un par de posts que, con sus comentarios, repasaron una parte de la historia de sangre y derrotas que ocurrió hace algo más de 30 años, subí ayer uno breve. un poco casual, que tomaba un hecho del presente, el satélite SAC-D Aquarius construído en Argentina, y lo miraba como un ejemplo de lo que somos capaces de hacer en el futuro los argentinos si aplicamos la coherencia y la continuidad que mostramos en la CNEA y en INVAP (agregando, como es mi estilo, una nota de caución – no económica, política – con la anécdota en la asamblea sindical en que preguntaban sobre el precio de la carne).

Los comentarios fueron trazando su propio camino, en el estilo bloguero, y entre otras cosas se desarrolló, gracias en particular a Ariel, un fascinante debate sobre la tecnología y la estrategia de los ejércitos rusos y alemanes en la 2da. Guerra. Hay que reconocer también que, como sucede habitualmente, los que han estudiado o leído mucho sobre un tema hacen afirmaciones puntuales y precisas, con muchas reservas (como Gerardo G, cuando en un comentario al final habla del tema de los municipios). Las generalidades terminantes surgen de los que han leído algo del asunto.

Pero, bueno, llegamos al fin de semana, donde, todos los registros lo indican, disminuyen las visitas a los blogs y yo – que no soy un experto – voy a relajarme y divagar con mis propias generalidades. Prometo plantear al final, tomando el ejemplo de EduA («volviste, papá!», como diría Coppola), algunas ideas constructivas.

Empiezo diciendo que no comparto la visión de Clausewitz como el filosófo de la guerra. Ciertamente, es uno de sus grandes pensadores, en el pesado y minucioso estilo alemán. Pero creo que es el filósofo para los ejércitos de masas y sus generales, tal como existieron entre Napoleón y el final de la 2da. Guerra Mundial. Un breve momento en la historia de la guerra. Para los conflictos que se desarrollan desde entonces, los nombres son muchos, y ninguno ha adquirido status de autoridad indiscutida: no ha habido tiempo para decantar. Cabe señalar que el más citado es el vietnamita Giap (Tiene la autoridad que dan las victorias).

Si vamos a pensar sobre la guerra en general, como conflicto armado de voluntades, bueno, no creo que muchos expertos en serio cuestionarán el lugar prioritario del chino Sun Tzu, como señala Manolo. Y yo me animo a proponer como el estudioso moderno que ha hecho los aportes más racionales a una actividad frecuentemente irracional, el nombre del inglés Liddell Hart.

Otra afirmación terminante en esos comentarios que no me convence: «Hitler fue un genio de la guerra«. Indiscutiblemente, Hitler mostró una intuición extraordinaria en decisiones puntuales, como, por ejemplo, su decisión de apoyar las ideas de Guderian sobre la Blitzkrieg, frente a generales demasiado conservadores; o cuando, antes, percibió que ni Inglaterra ni Francia estaban dispuestas a pelear para impedir el rearme alemán. Pero también cometió imprudencias dífíciles de creer; sobre todo, contra toda la experiencia alemana sobre las consecuencias de una guerra en dos frentes, decidió atacar a la Unión Soviética antes de doblegar definitivamente a Inglaterra. AyJ señala otros errores, más puntuales y menos conocidos. Si se piensa que fue Alemania quien declaró la guerra a EEUU. y no a la inversa, después de Pearl Harbor, se puede decir que Hitler garantizó que perdería la 2da. Guerra.

Recuerdo haber encontrado, creo, en un libro de David Downing, una percepción interesante sobre el nazismo: Hitler y su ideología, un producto patológico del romanticismo alemán frente a la crisis de Europa, conjugaba con la toma de decisiones audaces y sorpresivas en el momento, y a también con desarrollar sueños ambiciosos en términos de siglos y milenios: los colonos germanos cultivando su Lebensraum en las fértiles llanuras de Ucrania, o la Raza Superior nietzcheana con una moral de Señores. Pero no se adaptaba bien a la noción de proceso, a una estrategia de pasos prudentes encaminados a un objetivo de mediano plazo. Es una idea interesante para reflexionar sobre ella. Porque me parece que a nosotros los latinoamericanos, con un trasfondo cultural completamente diferente, puede hacérsenos la misma observación.

Hablando de moralejas que pueden sacarse de experiencias europeas, hay una mucho más básica: Cualquier tonto que mirase un mapa geográfico, de población, de industria entre los años 1870 y 1950, podía decir que el surgimiento en esos mismos años de una Gran Potencia capaz de eclipsar al Imperio Británico en suave declive y rivalizar con el único rival posible, los EEUU., dependía de un acuerdo sólido entre Alemania y Rusia. Sólo la increíble estupidez del Kaiser Guillermo II, algunos ministros del zar y, por supuesto, de Hitler fue capaz de impedirlo.  Y también, como el obstáculo profundo, el racismo mediocre de las masas blancas semieducadas de las grandes urbes germanas, que necesitaban desesperadamente sentirse superiores a los «brutos» del Este.

¿Está claro por que hablo de moralejas? Un vistazo a un mapa económico de la América del Sur deja claro que la clave de la construcción de una potencia pequeña a mediana – capaz ciertamente no de rivalizar con EEUU. y China, a lo sumo de evitar que le pasen por encima – radica en un acuerdo sólido entre Brasil y Argentina (que tome en cuenta al resto, eso sí). Nuestros políticos han sido, en los últimos 30 años, menos estúpidos que lo que fueron hace un siglo sus colegas de cerca del Elba y del Vístula: han percibido el hecho evidente, y no han cometido torpezas ilevantables. El problema radica en su falta de ideas y de capacidad de previsión – el oficio de Itamaraty y la muñeca de Lula no alcanzan para suplirlas, especialmente si nosotros no tenemos políticas para el resto hispanoparlante. Y, tengo que decirlo, los restos de un racismo estúpido, que necesita sentirse superiores a los morochos brasileños. No está ya tan extendido, después que la prensa internacional empezó a cantar las loas de Brasil (los estúpidos también son cholulos). Pero sabemos que algo queda.

Habiendo divagado, a esta altura de la noche y ya preparado espiritualmente para el fin de semana, no me queda energía para ideas constructivas. Pero cumpliré con mi palabra: las tomaré de otros.

Mi amigo Manuel Barge escribió en los comentarios de ese post una frase que considero describe el problema más serio de Argentina: «el problema no son los tecnólogos, y su capacidad; sino la inexistencia de una burguesía que genere aplicaciones a los descubrimientos«. Tiene razón Manolo, y solucionarlo llevará generaciones.

No es una solución, pero una política inteligente para integrar las fuerzas armadas al esfuerzo de la Nación la sugiere Ezequiel Meler en su post Fuerzas armadas, estado y proyecto nacional: entre otras misiones, que aporten al desarrollo de la infraestructura y al progreso tecnológico. También en esa larga columna de comentarios Ariel, AyJ, Manolo han dado ejemplos de como los ejércitos realizaron brillantemente esas tareas ante la dura necesidad de la guerra moderna.

Y en Argentina, que no tuvimos ese tipo de estímulo, Ezequiel nos recuerda que «fue un militar, Enrique Mosconi, el ideólogo y primer director de Yacimientos Petrolíferos Fiscales. Fue otro militar, Manuel Savio, el primer director de Fabricaciones Militares y de SOMISA. ¿Se acuerdan del Pulqui? Bueno, un proyecto de esa naturaleza, producto de la inteligencia cordobesa, no hubiese sido posible sin la insistente prédica de hombres de armas como Mosconi y Savio«.

Buen finde.


los satélites, la carne y la tensión

marzo 25, 2010

Con algunos amigos de la blogosfera hemos estado conversando sobre una idea: Un sitio en Internet donde reuniéramos hechos, desarrollos, propuestas que – por encima o por abajo de la pelea política cotidiana, que asumimos y respetamos – sirvan como «elementos para la autoestima argentina» (pensando que la autoestima es tan necesaria para los países como para los adolescentes) o, tal vez, «signos de vida (nacional)«.

Seguro que en un lugar destacado de cualquier lista así estará el satélite SAC-D Aquarius, uno de los más desarrollados del mundo y hecho completamente en nuestro país. Como dicen los muchachos de Futuro

«Los satélites son quizás el mayor símbolo del desarrollo tecnológico alcanzado por el hombre. Y la Argentina tiene el mérito de ser un país de cultura espacial, hacedor de tecnología y proveedor de información satelital para la región. Un ejemplo reciente: tras el terremoto en Chile, Conae facilitó mediante el satélite Cosmo SkyMed en tiempo real imágenes de radar muy precisas de las rutas, puentes y caminos de la región afectada.

El SAC-C fue el primer satélite hecho en la Argentina para la observación de la Tierra. En órbita hace nueve años –un record de longevidad–, es el hito tecnológico que posicionó al país en el exclusivo club de los fabricantes de tecnología satelital. Mientras Brasil (la serie Cbers) y Venezuela (Simón Bolívar) mandan a construir sus satélites a China y Chile (proyecto SSOT) se los compra a Francia, la Argentina los fabrica acá»

Ahora, una advertencia que nos cabe (por lo de aprender en cabeza ajena): Esta semana un alto funcionario del Ministerio de Economía fue invitado para disertar en la asamblea de un gremio industrial (moyanista, para más datos). El funcionario, sin demasiada historia en el peronismo, se sintió obligado a dar un discurso fuertemente oficialista. Y, como recién venía de Bariloche, hizo una rapsodia emotiva sobre las maravillas del satélita y la tecnología argentina, logros de este modelo industrialista, con inserción social, etc. etc…. Al final, uno de los delegados se levantó y preguntó «Con todo respeto, compañero. Todo eso está muy bien, pero me puede decir por qué la carne cuesta 25 $ el kilo?»


Mis respuestas, y algunas memorias

marzo 25, 2010

El post sobre el Día de la Memoria tuvo, como era de esperar, sus comentarios. No tantos como tuvieron otras entradas sobre política o economía, pero con una carga emocional grande, también como era de esperar. No voy a contestar cada uno por separado (salvo, por mail, a alguien al que se lo borré). No cabe, porque hablan desde lugares muy diferentes. Voy a comentar, sí, la sensación que me producen esas voces tan distintas (a las que les reconozco y agradezco que han hablado, a veces con dureza pero con el respeto que el tema merece), y me meteré en algunas discusiones que se dieron.

Lo primero que se me ocurre es que en este tema, como en ningún otro, se perciben las diferencias en edad de los que opinan. No en sus juicios; yo – que viví e hice política en esos años – estoy más cerca en mis opiniones – sobre este tema – de los dos comentarios de Ignatius, que declara haber sido un niño entonces, que de cualquier otro de los que escriben. Pero hay actitudes… la del espectador que juzga no es, no puede ser, la del que sintió los entusiasmos y los miedos de ese tiempo. Y ambas son diferentes de las de aquellos – que habiendo vivido o no esos años – sus emociones y sus luchas tienen que ver con las consecuencias de la tragedia. En sus términos, con la búsqueda de verdad y justicia. Por eso en el post que le dediqué al Día de la Memoria, quise poner el mensaje de Jorge Derra, uno de ellos. No es mi pensamiento, que volqué en el post de hace justo un año. Pero me pareció que era una voz que debía ser escuchada, y que lo que decía valía la pena (pese a la observación de Artemio, al que contestaré más adelante).

Lo que me parece falta en los comentarios es una apreciación clara del abismo, de la discontinuidad que significaron el Proceso militar y el gobierno de Alfonsín en la forma de pensar la política y sus límites. Las memorias de dirigentes escritas antes de los ´70, hablan con toda naturalidad de complots para matar a Perón, por ejemplo, y, si no los reivindican como una manifestación de convicciones democráticas, los presentan como errores explicables por la pasiones de los tiempos. Y, como he dicho en otra parte, para la gran mayoría de los que militábamos en los ´60 y los ´70 la Democracia era una trampa burguesa, gorila o judeo-sionista, según a qué «orga» se pertenecía. Los derechos humanos eran una consigna solamente para el sector moderado de los movimientos de homosexuales.

La violencia sigue siendo habitual en Argentina, aunque mucho menos que en otros países americanos. Y la tortura tampoco ha desaparecido. Pero demos gracias que, por ahora, el asesinato no es considerado por ningún sector una forma aceptable de hacer política.

Hay también algunas observaciones puntuales que quiero hacer. Cine Braille dijo «Hay que separar el golpe de la lucha contra la guerrilla«, y creo que todos estamos de acuerdo: Son dos cosas diferentes, aunque algunos puedan sostener que una era necesaria para la otra. Pero pienso que, en el plano ético, la diferencia es de signo diferente al que plantea Cine B. Ojo: tiene razón, y lo plantea con la buena fe que todos los que lo leemos tenemos clara, que la lucha contra la guerrilla, que la mayor parte de la población – también de los peronistas, en 1975 – aprobaba, no debe servir de justificativo para el golpe.

Vale. Pero golpes de estado hubo muchos en nuestro país. La represión a la guerrilla después de 1970 y hasta 1976 no había sido diferente en su naturaleza a la que se había ejercido contra peronistas desde el ´55, y contra radicales, anarquistas o sindicalistas en otras épocas. Más extendida, seguro. Pero nada nuevo en la cruel historia argentina. La lucha contraguerrillera en Tucumán fue bastante similar a la que se daba en otras geografías tropicales de nuestra América. En 1976 surge un hecho nuevo, del que estos párrafos dan algunos ejemplos: «70 fusilados tras la bomba en Seguridad Federal, 55 en respuesta a la voladura del Departamento de Policía de La Plata, 30 por el atentado en el Ministerio de Defensa, 40 en la Masacre del Año Nuevo que siguió a la muerte del coronel Castellanos, 19 tras la explosión que destruyó la comisaría de Ciudadela forman parte de 1.200 ejecuciones en 300 supuestos combates donde el oponente no tuvo heridos y las fuerzas a su mando no tuvieron muertos. Depositarios de una culpa colectiva abolida en las normas civilizadas de justicia, incapaces de influir en la política que dicta los hechos por los cuales son represaliados, muchos de esos rehenes son delegados sindicales, intelectuales, familiares de guerrilleros, opositores no armados, simples sospechosos a los que se mata para equilibrar la balanza de las bajas según la doctrina extranjera de «cuenta-cadáveres» que usaron los SS en los países ocupados y los invasores en Vietnam«.

Rodolfo Walsh, por supuesto, no era un «opositor no armado» sino un combatiente. Pero en esta Carta a la Junta Militar pone el dedo en la llaga: la operatoria represiva estaba copiada de los métodos usados por otros ejércitos sobre una población extranjera. Ese fue el límite que se cruzó en 1976.

También quiero meterme en la discusión entre Andrés y Manolo. Comparto el enfoque de mi amigo Manuel Barge, y los hechos que plantea son innegables. Pero asimismo es cierto lo que dice Andrés, que hombres de la «derecha» peronista participaron del Proceso. No en cargos tan expectables como hombres del radicalismo, el socialismo y la democracia cristiana, por ejemplo, pero estuvieron allí.

Hay un hecho que quienes hacían política antes de 1973 saben perfectamente, pero que ha sido exitosamente borrado del «pensamiento correcto»: las Fuerzas Armadas eran un actor principalísimo en la política argentina, aceptado como tal por todos los demás sectores, aún por sus circunstanciales adversarios. Roca fundó su poder en el ejército de línea, e Irigoyen lo combatió apoyándose en el Partido Radical que construyó… y las conspiraciones de oficiales amigos. 1890, 1905, fueron las más importantes de las asonadas radicales. Agustín Justo armó el Partido Militar en la década del ´20, y después de su muerte, en la del ´40 Perón llegó a conducirlo y se apoyó en él para producir la más importante revolución social en la historia argentina.

Después del ´55, y de ahogar en sangre el intento de Valle, el partido militar se convierte en el «partido del orden» que la Derecha argentina no pudo construir. Con sus divisiones internas, claro. Los radicales estaban más cerca de los «colorados», y por eso Ilía termina derrocado por los «azules» de Onganía. Pero los peronistas no perdieron la esperanza de recuperar al Ejército para la causa nacional. Aún alguien que difícilmente puede ser clasificado en la «derecha» peronista como Arturo Jauretche siempre defendió esa posibilidad. Y supo publicar un periódico, «Sargento Cruz», para alentar esa postura.

Hasta el mismo Perón – que nunca se hizo muchas ilusiones al respecto – mantuvo, tan tarde como 1972, la tesis de los tres caminos para recuperar el poder: la vìa electoral, el golpe militar y la guerra revolucionaria. Lo reiteró en «Actualización doctrinaria», la pelìcula que todos vimos en los ´70.

Por eso es explicable y defendible que dirigentes peronistas – contra quienes se descargó el golpe, aunque seguramente con más ferocidad a los que se sospechaba de apoyar la guerrilla – mantuvieran una actitud expectante, y trataran de abrir canales de negociación. En los dirigentes sindicales, ésto era un deber de supervivencia de sus organizaciones.

Otra cosa es cierta, y forma parte del pasado oscuro del peronismo: Montoneros no se convirtió en la poderosa fuerza político-militar que llegó a parecer sin despertar odios en muchos de los militantes de aquellos años, borrando a veces historia de luchas en común. También era explicable que lo viesen, en la jerga de aquel tiempo, como «el enemigo principal», más que a los militares. Algunos de estos militantes terminaron convertidos en asesinos y torturadores, Muchos, no.

Asumido esto, queda en pie lo que plantea Manolo: por todo el valor y la nobleza de la lucha, en esos años, de los organismos de derechos humanos, y el sacrificio inútil de la «contraofensiva» montonera, fue el peronismo la fuerza política que enfrentó primero a la dictadura, y fue el sindicalismo peronista la fuerza social que le hizo frente. Por lo menos, hasta la Guerra de las Malvinas. Después… sucedió como en Europa, que el antifascismo creció mucho después del ´45.

Me queda pendiente el comentario del Señor de Ramble Tamble, que – con un criterio político práctico que me cae muy bien – señala que la unidad que pide Jorge Derra está bárbara como ideal, pero la política siempre es un «recorte» en torno a posiciones enfrentadas, y que es necesario elegir. Muy cierto, Artemio. Pero tenga en cuenta que, si el criterio del «recorte» son los Derechos Humanos, ésto incluirá a una minoría pequeña, convencida y – estoy seguro – valiosa, de la sociedad. Pero una minoría. Ud., como encuestador, está en condiciones de comprobar esta afirmación.


Día de la Memoria

marzo 23, 2010

Establecer un feriado oficial – inamovible – para que reflexionemos sobre una tragedia de nuestra historia es una idea que no termina de cerrarme. Pero no es exclusivamente argentina. Unos cuantos países, desde Ucrania, con el Día de la memoria de las víctimas de represalias políticas, hasta Chile, con el Día del Ejecutado Político, creyeron conveniente hacer lo mismo.

Eso sí, sigo teniendo dudas sobre si – allí y aquí – se consigue… direccionar las reflexiones en el sentido que querrían los que firman los decretos. Mi mujer, que trabaja en en una escuela secundaria del Estado, me contó hoy que en la clase de plástica – que a iniciativa del Centro de Estudiantes se dedicó al tema – los trabajos de los flacos y flacas versaban sobre la hoja de cannabis, denuncias del aborto ilegal, unos cuantos dibujos eróticos… Represión tiene otros significados, para otras generaciones. La cara de Bob Marley estaba más presente que la del Che Guevara.

Igual, uno es del tiempo que le tocó vivir, y no corresponde que no me haga cargo de lo que me toca. El año pasado reflexioné un poco largo sobre el asunto, y contesté comentarios. Hoy… un amigo me envió este mail que escribió Jorge Derra, a quien no conozco pero sé que es lo que tradicionalmente se llama «un militante del campo popular» que trabaja en Escobar. No es mi pensamiento, pero es de lo mejor que he encontrado en estos días, repletos de declaraciones altisonantes. Copio algunos párrafos:

«Son pocos los 24 de Marzo que he faltado a la plaza. Estuve ahí, incluso antes que se recuperara la democracia. Cuando falté fue por compromisos laborales que los trabajadores en ocasiones no podemos evitar.

He visto muchas plazas, algunas en las que éramos pocos, muy pocos y otras donde éramos muchos y sentíamos que había oportunistas que sobraban.

Pero más allá de las diferencias en el tiempo, la plaza siempre tuvo un eje conductor, un nervio central que nos unía a todos los 24 de Marzo. Siempre fue una celebración de la memoria, una reivindicación militante de los que faltan, un tiempo robado a las disputas, a la puja entre quienes habitamos territorios similares en la confrontación de fondo…

En los últimos tiempos ese sentimiento se ha perdido de vista y predomina la incomprensible voluntad del enfrentamiento, que reniega del carácter heterogéneo y amplio de ese profundo sujeto histórico de nuestro país. Los desaparecidos.

Los desaparecidos son integrantes de un espectro amplio de la política de nuestro país, que va desde el centro hasta la izquierda trotskista, pasando por el peronismo y otros partidos.

Desaparecido es Edgardo Sajón, un periodista que no se puede definir de izquierda sino mas bien lo contrario, también Mario Abel Amaya un joven diputado radical, y los compañeros del sindicalismo combativo no siempre de pensamiento de izquierda y los peronistas y los compañeros de las organizaciones armadas, estudiantes, amas de casa, religiosos, empresarios.

Esta heterogeneidad, lejos de disipar o confundir la figura de los desaparecidos, la ha fortalecido en la sociedad.

Así ha sido hasta que algunos han decidido que los desaparecidos y la marcha del 24 de Marzo son lo que ellos piensan que son y que los demás son traidores, entreguistas o lo que se les ocurra decir.

La frenética degradación de la política nacional, en todo los niveles y en todo el espectro, ha transformado el que era el único acto de unidad verdadera del arco nacional y popular, en una contienda feroz por demostrar quien es más…»

POSTDATA: hay otros dos mil ciento noventa y seis días para recordar. Manolo lo hace, aquí.


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