También Jorge Rulli. Se va una generación y una honestidad

mayo 6, 2023

Murio Jorge Rulli, un personaje legendario en un movimiento rico en leyendas. Fue uno de los primeros dirigentes ,sino el primero, de la juventud peronista, cuando la juventud no era una categoría política. Comenzó su historia en 1955 a los diciseis años juntando con otros, latitas de betún, llenarlas con azufre y potasio y ponerlas en fila en el riel del tranvía, en la Resistencia Peronista. Después, nunca dejo de luchar por lo que creía, hasta su muerte. Más tarde llevó junto a Pancho Gaitán una carta de Perón a Mao, sin embargo fue uno de lo pocos que criticaba abiertamente la deshumanización comunista.

Su historia la contaran otros que la compartieron o la estudiaron a fondo, aquí solo voy a repetir lo que dije esta mañana cuando me entere de la muerte de Américo Rial: Se está yendo una generación que representa un eslabón decisivo en la historia que llega a nosotros y que formó la identidad de esta Argentina.

Quiero agregar una polémica que tuve en estas paginas con Rulli en Enero de 2011. Es injusto porque la mayor parte del texto es mío pero creo que a Rulli no le importaría, le gustaba una buena pelea y que le discutieran de frente. Y para equilibrar agrego un link a la página que recoge sus ideas y su lucha.

«Jorge Rulli se ha ganado hace tiempo mi respeto, como el de muchos otros, por su trayectoria y su honestidad. No tengo motivos para cambiar de opinión. Tampoco estoy de acuerdo – es necesario decirlo – con su pensamiento, y la forma en que lo desarrolla. Pero lo respeto, y por eso me sorprendió cuando el martes pasado comentó en un post mío de hace casi dos años que lo mencionaba:

«Abel, creo que tienes todo el derecho del mundo a no compartir lo que pienso y propongo. Lo que no tienes es derecho a distorsionarlo. Sé perfectamente que desde pensamientos urbano modernizantes las propuestas alternativas, cuanto más en la medida que pretenden visiones rururbanas, pueden ser fácilmente ridiculizadas. Por ello y porque hemos hecho un gran esfuerzo por acompañar las denuncias con propuestas sensatas y graduales, y porque consideramos falto de sentido el continuar cun un crecimiento y una falta de planificación demográfica que lleva a inevitables colapsos, me preocupa que mi pensamiento sea al menos comprendido» (A continuación da su editorial del domingo 2, que los invito a leer).

Jorge, es muy cierto que mi pensamiento puede ser descrito, simplificando un poco, como «urbano modernizante». Y que no he dado demasiado espacio en lo que escribo en mi blog a los argumentos en defensa de tu posición en defensa de la ecología y de una agricultura familiar. Pero no creo haber distorsionado lo que pensás. Te mencioné bastantes veces en mi blog, la primera en el mismo mes que lo empecé, y luego aquíaquíaquí, y aquí (vos también podés rastrearlo, poniendo «Rulli» en el buscador que está a la derecha), porque aunque tu peso en el mundo de los «aparatos» políticos que conozco es muy menor, el del pensamiento ecologista que vos compartís y divulgás con pasión, es muy importante en la cultura actual.

Te agrego algo, estuve buscando, para subirla al blog, una propuesta tuya, un texto breve, que leí en algún medio que me pareció un buen ejemplo de lo que planteás – y de lo que los ecologistas como sector deberían plantear: una política de cambios moderados en las medidas económicas que actualmente estimulan la sojización, una política encaminada a obtener el apoyo de los sojeros que cultivan pequeñas extensiones. Y en esa propuesta estaban ausentes las denuncias al «progresismo desarrollista».

Pero no pude rastrearla en Google y los otros buscadores. Y espero que no lo tomes como una agresión si te digo que textos breves tuyos, sin denuncias ideológicas, son bastante difíciles de encontrar en la página del Grupo de Reflexión Rural o en tu blog. Bueno, yo tampoco soy demasiado conciso cuando me pongo a escribir.

Para los que no forman parte de esta discusión – esperé a subirla al domingo, donde se supone que hay más tiempo para leer, debo aclarar mi referencia a «denuncias ideológicas». Copio la primera parte de ese texto de Rulli, que no se diferencia de la mayoría de los otros que ha escrito:

«En el contexto del nuevo modelo colonial corporativo que configura una Argentina agro exportadora, una Argentina que apuesta por la biotecnología, la producción de biocombustibles y por la minería con cianuro en los mercados globales, ha sido necesario para el sistema improvisar una dirigencia desde la izquierda quebrada y a veces no tan quebrada, ya que muchos de los supuestos del marxismo han devenido útiles al desarrollismo más duro, tal como es el caso de Lula y de Dilma. En la Argentina, ese neodesarrollismo poscolonial amigable con las corporaciones, en este caso a cargo de buena parte de la izquierda travestida, ha abusado de los DDHH como ideología, para justificar sus atrocidades del presente. Pero recordemos y tengamos presente una vez más, que no estamos hablando de la derecha, una derecha que es torpe e inoperante como Macri, estamos hablando de gente como Kunkel, como Duhalde el bueno, como la Garré, Hebe, y como los cientos de intelectuales de Carta Abierta y de la Cámpora, que llenan los cuadros de Radio Nacional, del Canal 7, del Canal Encuentro, de Radio Cooperativa, de Radio del Plata, de la radio de los porteros como Aliverti, de Página 12 y de Tiempo Argentino, de Revista 23 y de todos los que vienen del PC codovillista como Heller, Sabatella y Filmus, así como del PRT ERP como Maria Seoane, Anguita y tantos otros. Este sistema de dobles discursos se apoya de modo decisivo en el Asistencialismo que se posibilita con los recursos de las agro exportaciones. Para la izquierda en el Gobierno, sin embargo, es importante ocultar que están alimentando los cerdos de China y los motores de Europa con el hambre de nuestros niños y la muerte por desnutrición de pueblos originarios, ancianos y muchísimas criaturas. De allí los escenarios constantes de simulación, de allí los discursos tramposos, de allí la enorme inversión en publicidad«.

Puedo entender, y hasta compartir, parte de la crítica a esa «izquierda travestida«. Mi historia no es tan larga como la de Rulli, pero es bastante larga. Pero no creo que las mejores propuestas para una nación, o para un planeta, se hagan desde la pureza ideológica (En realidad, ese es justamente el error de la izquierda). Ni que la honestidad y la sinceridad personales garanticen que las propuestas funcionen.

De todos modos, no menosprecio a la ideología del Grupo de Reflexión Rural. Forma parte, como dije antes, de una corriente poderosa en la cultura actual. Que si no tiene expresiones políticas significativas en nuestro país, influye en todas, en todo el mundo occidental (Recuerdan el Mensaje ambiental a los pueblos y gobiernos del mundo, de Perón en 1972?). Y considero que aportan un elemento valioso, para contener el desarrollismo y el consumismo inconscientes.

Por mi parte, yo estoy con la Argentina que apuesta por la biotecnología, la producción de biocombustibles, y por la incorporación de tecnología propia a los procesos productivos. Creo además que sería muy útil para nuestra patria que, además de las batallas políticas que damos, hubiese centros formadores de opinión en esa dirección, con la convicción que el Grupo de Reflexión Rural pone para impulsar sus ideas. Después de todo, estoy convencido que la agricultura familiar y la protección del medio ambiente son metas razonables para países prósperos y razonablemente justos, como nosotros podemos serlo, creo, si ganamos esa apuesta.»


Otro adiós. Este, a Américo Rial

mayo 6, 2023

Ayer me enteré a traves de un amigo que había muerto Américo Rial. Un militante, un periodista » de los de antes» y un amigo. He publicado cosas de él en el blog ( vean en el Buscador) aquí linqueo solamente una anécdota que contó del 24/03/76. Una fecha ya lejana pero menos que la parte de su historia que quiero recordar ahora.

Américo a principios de la década del 60 fue uno de los jóvenes nacionalistas argentinos – entonces numerosos -que se dieron cuenta que ese discurso era sólo una copia de viejas ideas europeas. Junto a Andrés Castillo, Dardo Cabo, Ricardo Ahe, Rodolfo Pfaffendorf fundaron el M.N.A. el Movimiento Nueva Argentina y se integraron al peronismo. Todos ellos en distintas formas fueron protagonistas de la épica y la tragedia de fines de los 60 y comienzos de los 70.

Se está yendo una generación, no es la del peronismo fundacional, pero representa un eslabón decisivo en la historia que llega a nosotros y que formó la identidad de esta Argentina.


Mi adiós a María Cristina Verrier

abril 30, 2023

Ayer me enteré de su muerte, y me sacudió. No la conocí en persona, aunque teníamos un amigo cercano en común. Pero siento que, de alguna forma le debo una parte de lo que soy.

En septiembre de 1966 yo era un joven con alguna, poca, inquietud intelectual, pero no estaba interesado en la política argentina. La veía como una danza algo torpe de militares y civiles caretas. Mi patriotismo era irreflexivo. Ese mes un grupo de jóvenes lanzó el Operativo Cóndor, el secuestro y desvío de un avión de Aerolíneas Argentinas durante la dictadura de Juan Carlos Onganía para aterrizar en las islas Malvinas, mientras el marido de la reina Isabel estaba en Buenos Aires.

Fue sobretodo una aventura de jóvenes, aunque el Lobo Vandor por la UOM y Hector Ricardo García por Crónica, algo aportaron. Fue un gesto de patriotismo y reivindicación. Por el que no hubo que pagar vidas, ni argentinas ni inglesas. El único precio lo pagaron esos muchachos, a los que Onganía les hizo comer algunos meses en cana.

Después fui amigo de algunos de ellos, que ya no están. María Cristina, en pareja con Dardo Cabo, pensó el plan y puso también su cuerpo en ese vuelo. Les debo a todos ellos empezar a sentir que la política podía ser, entre otras cosas, un compromiso patriótico. Gracias, compañera.


10 años del papado de Francisco. La iglesia encara un mundo post occidental.

marzo 10, 2023

Este fin de semana y el lunes, cuando se cumplen 10 años del día en que el cardenal Jorge Bergoglio fue elegido Papa, los medios e internet estarán llenos de notas sobre el asunto. No aspiro a competir con ellos. La mía es una mirada muy laica. En realidad,la intención de este post es especular sobre algunas corrientes profundas en las que navegan tanto la “barca de Pedro” como todos nosotros.

Cuando fue elegido en ese día , hace diez años, Francisco dijo :”mis hermanos cardenales han ido a buscar obispo al fin del mundo. Encuentro esa frase iluminadora. Una mayoría de los cardenales habían decidido elegir a un argentino, el primer Papa latinoamericano. Hasta se puede agregar que es el primero no europeo en muchos siglos, (porque el que inicia la serie San Pedro fue un inmigrante del Medio oriente en Roma) . La iglesia católica fue la nodriza  y maestra de lo que se llama civilización occidental, nacida en Europa. Con elementos del pasado grecorromano y la religiosidad monoteísta del Oriente contribuyó a forjar una nueva identidad. Y hasta el Renacimiento y Reforma fue la institución rectora de esa sociedad.


Después,siguió siendo uno de sus actores claves, defendiendo valores tradicionales. Hasta la primera parte del siglo XX , un escritor tradicionalista, Hilare Belloc podía afirmar “La Fe es Europa y Europa es la Fe”

Esa sociedad, mejor dicho sus potencias dominantes eligieron el suicidio en 1914, cuando desataron la primera guerra mundial.

Atención: lo que hoy se llama Occidente , los EEUU ,la UE, Australia, Nueva Zelanda….. sigue siendo un actor clave en el escenario global .Pero Europa es post-cristiana. En sus iglesias hay más turistas que fieles.

Así,la Iglesia Católica Apostólica Romana , que fue, y sigue siendo, defensora de valores tradicionales de occidente, a partir de mediados del siglo pasado empieza un proceso de apertura hacia otras religiones y otras culturas. Juan XXIII y el Concilio Vaticano II son los primeros pasos de este diálogo. Que lleva hasta Francisco. El Papa argentino se ha reunido con respeto y apreciación con las cabezas de otras iglesias cristianas y otras religiones. Insiste en reconocer los valores de otras culturas y otros caminos hacia Dios.

En un plano más político, que un jesuíta nunca dejará de tomar en cuenta, hoy el Colegio de Cardenales es más diverso, en sus orígenes que nunca en toda la historia de la iglesia.

Este camino que me animo a llamar post-occidental se hace más notorio al recordar el momento de la elección de Francisco. Acababa de renunciar un pontífice, el primero en 800 años. Y no cualquier pontífice, un teólogo alemán de los más sutiles y profundos. Su diálogo con el filósofo Habermas, por ejemplo, muestra una actitud lúcida y crítica de la fase actual de la modernidad europea. Benedicto XVI al dimitir, más alla del escandalo de pedofilia, parece estar diciendo que las respuestas europeas ya no alcanzan para el mundo. Ni para la Iglesia.

La elección de Francisco entonces, me gusta pensar que es una apuesta de la Iglesia que latinoamerica, la hija mestiza de occidente, puede ser un puente (pontífice significa constructor de puentes) hacia la unidad del mundo en el que ya estamos viviendo.


Quiero agregar algo que ha sido notorio desde los primeros momentos de su papado. Con palabras, gestos y hechos hace explícita la vocación por los pobres y excluidos. Está, por supuesto, ha sido una preocupación de la iglesia desde siempre.
Su Fundador, recordemos, insistía que de los pobres era el reino de los cielos y que es más facil que un camello pase por el ojo de una aguja que un rico entrará en él.
Muchos miembros de la Iglesia tuvieron esto claro desde los primeros siglos y hasta fueron elevados a la santidad, pero no han sido tanto los pontífices que lo plantearon como la preocupación central de su magisterio.


¿Será una tendencia tan profunda y decisiva como la apertura al mundo no cristiano, no europeo al que me he referido?
No lo sabemos.
Cuando ya a mediados del siglo XIX la iglesia se preocupa por la cuestión social y surgen sindicatos y uniones católicas de obreros, ser trabajador, ser obrero era una identidad. Y una identidad orgullosa. Ser pobre, ser excluido no es una identidad, es una situación.
¿Podrá eso ser la semilla de algo más?
Mi impresión, por lo que valga, es que Francisco se esfuerza en ello. Que Dios lo ayude.


El fútbol, equivalente moral de la guerra

diciembre 19, 2022

Este es uno de los títulos, y de las ideas, menos originales que subí al blog. Y eso que me copio bastante. Así que sólo voy a escribir algunas observaciones breves que se me ocurren ahora, programo el post para mañana y me voy a dormir. La emoción también te deja cansado.

Eso sí, mantengo mi costumbre de empezar aclarando los tantos. El fútbol es esfuerzo y es arte, pero no es, no puede ser, lo que pedía el filósofo que buscaba un equivalente moral de la guerra. No obliga al esfuerzo organizado de toda una sociedad, de una nación. No exige a todos ese esfuerzo. Los que ponen el cuerpo y el alma son los jugadores, el DT, el cuerpo técnico. Los demás, alentamos, a lo mejor mantenemos algunas cábalas.

Pero el fútbol, bah, los Mundiales, cada cuatro años, pueden conseguir una emoción colectiva, un entusiasmo generoso, porque no tiene ni pide ninguna recompensa más allá de esa emoción. En un país amarga, venenosamente dividido como el nuestro -y como bastantes otros- esos muchachos corriendo detrás de una pelota, nos unen a (casi) todos por encima de cualquier grieta. Y, si son hábiles, geniales en algunos momentos, como lo son los nuestros, y los dioses del fútbol nos sonríen, nos dan la alegría del triunfo. Sin muertes, sin destrucción, a lo sumo alguna patada. Sí, en eso es el equivalente moral de la guerra.

No crean, no me creo, que esa emoción colectiva que vemos en las calles «supera las divisiones». No. Un montón de nosotros se aferra a sus odios digitales (lo pongo así porque se nota sobre todo en twitter). Y se seguirán aferrando, porque forma parte de su identidad. Son Unos porque no son como los Otros.

Pero esa emoción que sentimos nos recuerda que es posible tener un amor en común. Y el amor no siempre es más fuerte que el odio -bah, la mayoría de las veces no lo es- pero nos hace sentir mejores. Y hasta nos ayuda a serlo.


El ingreso básico universal, como admisión de derrota

julio 6, 2022

El tema del ingreso o salario b. u. ya está presente en Argentina como bandera política de algunos líderes y sectores muy vocales, aunque, como dice Silvina Batakis «ni siquiera está resuelto en países desarrollados«.

Pero es razonable pensar que, como concepto, es parte de una tendencia global que ya se manifiesta con fuerza desde hace un par de décadas y que se impondrá en distintas formas. Hace tiempo que una de las instituciones más conservadoras del capitalismo realmente existente, el Fondo Monetario Internacional, insiste en todos sus planes que las reformas que pide -las de siempre- deben incluir «protección para los sectores más vulnerables«. Esto es, no se debe dejar que se mueran de hambre o de frío. Detrás está la asunción que esos sectores son inempleables.

Ese es el motivo por el que encuentro que el IBU es, para ser sincero, un proyecto bastante deprimente. No es el sueño «hippie» europeo de jóvenes liberados de obligaciones viajando por el mundo y participando de emprendimientos voluntarios. En los países más desarrollados -vemos hoy anticipos en las afueras de París, en algunos barrios de Berlín- formaría «ghettos» urbanos con agua corriente, electricidad y wifi, pero encerrados en la falta de oportunidades y la violencia. En los países que comparten zonas prósperas con un Estado pobre, como Argentina… lo que ya tenemos en el AMBA, en Rosario, en el Gran Córdoba, más extendido y, se supone, mejor organizado: la economía informal con el IBU reemplazando o reforzando a los distintos planes sociales.

No sé ustedes, pero a mí no me entusiasma ese futuro.

Como sea, esta reflexión casual que me interesa compartir apunta a que, como proyecto, es una admisión de derrota.

Para el peronismo fundacional, eso es evidente. «El peronismo reconoce una sola clase de hombres, los que trabajan«, «la dignidad del trabajo«,… En un plano más práctico, el (cuasi) pleno empleo fue un dato fundamental del esquema económico que desarrolló Perón y que continuó vigente después de su caída, hasta 1975/76 (menciono 1975 porque el «Rodrigazo» no destruyó el empleo, pero hizo evidente las tensiones internas de ese modelo).

Desde un enfoque menos parroquial, el IBU es una admisión de derrota para la Izquierda tradicional. En sus orígenes, no figuraba la búsqueda de intelectuales politizados (que ya existían) y graduados en ciencias sociales tratando de encontrar un «sujeto histórico». Su sujeto estaba ahí, presente y combativo: los trabajadores industriales. Y el más importante de sus Padres Fundadores, don Carlos Marx, veía como el desarrollo del capitalismo los agrupaba y organizaba en las fábricas, y les daba conciencia de clase. El problema es que el capitalismo siguió desarrollándose…

Dejo estas reflexiones para desarrollar, si les interesa, a quienes tengan mejor formación filosófica y más inclinación por teorías sociales que yo. Mi enfoque tratará de ser más práctico: el IBU asume, de entrada, que una parte numerosa de nuestros compatriotas no tiene lugar ni función que cumplir en la actividad productiva, en una economía capitalista competitiva. Y como el socialismo ha sido archivado -salvo en algunos enclaves tropicales con discurso socialista y capitalismo informal- se postula una economía popular. Que deberá ser subvencionada por el Estado, con el IBU, claro, pero también garantizándole mercados.

Quiero ser justo, porque hay gente que respeto en la «economía popular»: ya existen muchos emprendimientos que se pueden agrupar en ese marco, y contribuyen a hacer más soportable, más humana, la vida para muchos y muchas que están fuera del «mercado del trabajo». Pero veo dos realidades negativas: un Estado pobre, como el nuestro, da subvenciones muy pobres. La AUH fue una medida importante, que ha hecho mucho más por las madres y la niñez que cualquier discurso; pero no sacó a nadie de la pobreza. Y no es una «pobreza digna», es pobreza amarga ¿Por qué lo haría el IBU?

Hay algo todavía peor, para mí. Es reconocer a una parte de la población «innecesaria». ¿Puede haber algo más insultante que no ser necesario? Es falso, además: las sociedades modernas necesitan, y necesitarán más, gente que trabaje en salud, en educación, también -lamentablemente- en seguridad (No para la guerra, como sucedía hasta mediados del siglo pasado, con los ejércitos de reclutas: la guerra moderna requiere tecnología, no carne de cañon).

Para un país extenso, con gran parte de su territorio poco poblado y sus recursos no explotados, como el nuestro, es todavía más chocante asumir que no tiene empleo, no tiene destinos para una buena parte de su población. Pero eso es lo que pasa, eh. Los altos sueldos de la explotación petrolera en el Sur no están estimulando ninguna migración desde el AMBA.

Por eso pienso que el IBU, o sus equivalentes, son un mal proyecto, pero un futuro posible. No por mucho tiempo, me inclino a creer. En el largo plazo, el futuro será de los países, las sociedades, capaces de convocar y usar las energías y capacidades de sus hombres y mujeres. Sería una lástima que Argentina -que aparece bien dotada con ellas- no encuentre la forma de emplearlas.


La Plaza y las Malvinas

abril 2, 2022

Por los 40 años del inicio de la única guerra convencional que Argentina libró en más de un siglo, se ha comunicado mucho. Muchísimo. También yo escribí algo para AgendAR, tratando de decir que esa guerra, por más que sea una herida en la memoria de muchos, es parte de una historia. Y la historia sigue.

Igual, no quería que terminara el día sin poner algo en el blog. No quería repetirme, creo que desde hace 13 años subo una reflexión cada 2 de abril, por eso acerco este video, basado en una investigación de María Sofía Vasallo y Juan Natalizio. Un poco demasiado «binario» para mi estilo: yo no separo tanto entre sinceros e hipócritas. Creo que está más mezclado en cada uno de nosotros. Pero es valioso: muestra el protagonismo de «los de a pie», los que van a Plaza de Mayo a aplaudir o protestar. Y está Saúl Ubaldini una buena elección para simbolizarlo en alguien.

o


El silencio de los verdugos, 46 años después

marzo 24, 2022

Sobre el 24 de marzo de 1976, lo que vino después, y también sobre lo que pasó antes, se ha escrito mucho, bibliotecas enteras. También en este blog; hay un texto, una especie de resumen de mis reflexiones y preguntas sin responder, que vengo reposteando en distintas ocasiones desde 2009, cuando lo subí por primera vez.

También lo voy a hacer ahora, porque me lo recordó, en forma tangencial, una decisión que tomó hoy el Ministerio de Defensa, de subir a su página web copias digitales de actas y resoluciones de la Junta Militar, del período 1976/1983. Datos valiosos para historiadores, pero no responden a una pregunta que me hago.

Pero antes, un comentario actual: el consenso sobre el que se edificó la «democracia post 1983», para llamarla de alguna manera, fue el rechazo al horror del período anterior. Parecido, lo digo desde hace mucho, al «consenso antifascista» que encuadró la política en Europa Occidental después de la 2da. Guerra.

Como ahí, tuvo una cuota bastante grande de hipocresía, y un sector nostálgico lo despreció… en silencio. Porque no nadie puede desafiarlo abiertamente sin condenarse a la marginalidad política. Además de los que se movilizan e indignan, una mayoría de la sociedad no hace nada de eso pero rechaza con fuerza ese pasado y sus horrores.

También allí, como acá, se desgastó con el tiempo. Como todo. Pero sigue vigente. Sin embaro, es para preocuparse, un poco, que la grieta política lo haya limado algo. Hasta este año, algunas fuerzas de la coalición hoy opositora se sentían obligadas a hacerse presente en las manifestaciones de hoy. Esta vez, hasta donde vi, estuvieron solo sectores de la coalición hoy oficialista y, por su lado, sectores de la izquierda. No es una buena señal, aunque hoy no se perciba, ni remotamente, el riesgo de una intervención militar en la política. Hay valores, símbolos, que conviene que sean comunes, aunque haya quienes prefieran que los «otros» no manchen la pureza de sus ideales.

Bueno, ahora ese texto repetido, y mi pregunta:

ooooo

Estoy frente a la computadora y me siento ambivalente. No tiene que ver con mis ironías sobre las efemérides, ese pretexto para recordar. No necesito pretextos ni tampoco aniversarios. Para mi, para muchísimos argentinos, es fácil recordar un tiempo que fue muy importante en mi vida y en la de los que vivimos en esos años. Aún para los que no militaban – no todos estaban politizados en ese tiempo.

Por eso siento que no corresponde quedarme en silencio. Por el otro lado, no tengo ganas de repetir frases hechas. Cuesta emocionarse con los “relatos” – aunque sean ciertos – porque uno sabe también que son instrumentos políticos. Hay algunos amigos que uno recuerda, hay gente de la que uno le hubiera gustado ser amigo, esas son las muertes que hacen real la tragedia. Pero hay que tener más talento que el que tengo yo para escribir sobre ella.

No voy a profundizar ahora sobre la construcción de ese relato, de la memoria social que se ha formado, aunque puede ser un buen punto de partida para una reflexión. Porque el consenso de la gran mayoría de la sociedad argentina y de todas las expresiones políticas legitimadas en la condena a la dictadura de ´76/´83 y sus métodos es similar al consenso antifascista con que se edificó por más de medio siglo la política en Europa Occidental a partir del ´45. En ambos casos hay amnesias deliberadas, y una porción de hipocresía, consciente o inconsciente. Pero en los dos ha sido – hasta ahora – una base estable sobre la que se avanzó.

Eso sí, hay una diferencia que hace dificil analizar el caso argentino en la misma forma. Por toda la muerte y la destrucción de la Segunda Guerra Mundial, los europeos – salvo algunos sectores muy minoritarios – no recuerdan el Gotterdammerung de los fascismos con el odio y el dolor que dejan las guerras civiles (aún en los países donde fueron eso: Italia, Francia,…). El argentino se parece más – salvando las distancias – al relato del Holocausto judío, en que se ha transformado para los familiares de las víctimas de la represión, militantes de los derechos humanos, y una buena parte de la juventud, en una instancia del Mal Absoluto que continúa vigente y los confirma en su identidad de víctimas y luchadores. Esto puede verse, sin ir más lejos, en las marchas que se hacen hoy.

Se me ocurre que la libertad de un blog personal es un sitio adecuado para preguntar qué es lo que hizo que esa mirada sobre esos años siga tan presente en la política, y en las emociones de hoy. Porqué tiene mucha más vigencia lo que pasó en Argentina que la represión igualmente brutal de la guerrilla en Brasil o en Perú.

Este no es un blog políticamente correcto, como lo saben los que lo leen. Las historias que se han convertido en el canon de los intelectuales progresistas, y que repiten en todas las ocasiones adecuadas medios “del palo” como Página 12, por ejemplo, me parecen incompletas y convencionales. Tienen razón, es cierto, en señalar el carácter excepcional de las masacres que se llevaron adelante entre 1976 y 1980, pero creo que no aciertan en lo que las distingue de una larga historia de sangre y represión. Y no encaran, o lo hacen superficialmente, por “corrección política” o mala conciencia, el fenómeno de la guerrilla.

Porque en Argentina el peronismo – un proceso de reivindicaciones sociales que tuvo sus rasgos autoritarios y represivos, pero que fue excepcionalmente pacífico y respetuoso de las instituciones para la historia latinoamericana – provocó en sus adversarios un odio de clases feroz. El bombardeo de civiles en la Plaza de Mayo el 16 de junio 1955, que causó cientos de víctimas, es un ejemplo de ese odio y de esa ferocidad. De algún modo, el punto más alto.

Más de una década después, en medio de una guerra civil larvada, surgieron organizaciones que – interpretando a su modo las experiencias de Cuba y de Argelia – desarrollaron el asesinato de sindicalistas, de policías y de militares como un instrumento de lucha y propaganda política. Y una parte de la juventud que compartía el espíritu revolucionario de la época – eran los tiempos de la Revolución Cubana, de la guerra de Vietnam – que provenía de los sectores populares desengañados de conducciones negociadoras, y en mayor número de las clases medias y altas, se identificó con sus banderas de lucha y heroísmo. Un poco antes o un poco después, eso sucedió en toda Latinoamérica. En todos los países la represión fue feroz y exitosa. E implicó retrocesos graves en la situación social y política de las mayorías.

Pero… en Argentina hubo un elemento distinto. No tengo respuestas, no creo que sea serio hacer psicología de sectores sociales definidos con categorías abstractas. Pero creo que vale la pena tratar de distinguir los factores racionales y previsibles – también sanguinarios, crueles – de la represión, de los que no lo eran. Alguna vez dije – hablando de nuestra generación – que no hubo sorpresas: todos fuimos a ver “La batalla de Argelia“. También los asesores franceses en represión y tortura la pasaban en los cuarteles. Pero en Argelia fue un ejército extranjero el que aplicó esas técnicas.

En Latinoamérica – una civilización con muchos valores admirables – las abismales diferencias de clase crean en algunos países casi dos mundos extranjeros entre sí. En Argentina hay algo de eso, pero no tan acentuado. La represión sobre los pobres la ejercieron históricamente (la ejercen) las policías bravas, la mano de obra habituada a la violencia y al uso prepotente del poder. La Liga Patriótica ha quedado en la historia. En la persecución al peronismo de gobiernos militares y civiles – acordémonos del CONINTES – hubo un elemento clasista. Pero nunca descontrolado.

Y golpes de estado hubo muchos en nuestro país. La represión a la guerrilla después de 1970 y hasta 1976 no había sido diferente en su naturaleza a la que se había ejercido contra peronistas desde el ´55, y contra radicales, anarquistas o sindicalistas en otras épocas. Más extendida, seguro. Pero nada nuevo en la cruel historia argentina. La lucha contraguerrillera en Tucumán fue bastante similar a la que se daba en otras geografías tropicales de nuestra América. En 1976 surge un hecho nuevo.

Se puede resumir diciendo que en los ´70 hubo numerosos grupos de militares – hombres jóvenes, en general de clase media y un nivel de educación mediano – que fueron impulsados por sus superiores a secuestrar, torturar y asesinar a miles de hombres y mujeres en su mayoría también jóvenes y en buena parte de su misma clase social. Y lo hicieron sin objetar, con muy pocas excepciones. Es cierto que una mayoría de los desaparecidos eran trabajadores sindicalizados. Pero los militares que ejecutaban la represión no eran en general de la clase de los patrones, ni se pensaban como defensores de la patronal. Seguramente que el caso era distinto en los generales que lo dispusieron y sus asesores que diseñaron esta mecánica “contrarrevolucionaria”. Pero esas cosas son habituales en la Historia, como lo saben los que la leen. Lo que no es tan frecuente es encontrar que un ejército se pueda volcar sobre sus propios compatriotas, en la mayoría de los casos sobre la misma clase (media) de la que era parte. En Chile, sí… Pero allí no fue tan masivo ni tan prolongado. Y las diferencias sociales eran más acentuadas allí que aquí. Aquí algunas víctimas tenían apellidos con «prestigio social» como Alsogaray (estaba en la guerrilla) o Holmberg (no lo estaba). Sobre todo, algunas eran madres, o mujeres embarazadas. No se llegó al último horror, no se mataron niños, no como política. Pero sus bebés eran «botín de guerra».

ooooo

Lo que me pregunto frente a esta historia argentina, cuando leo las instrucciones burocráticas, racionales de la «lucha contra la subversión» es cómo se llegó a formar, no al bruto o al torturador vocacional, sino a hombres jóvenes que no se habían incorporado a las Fuerzas Armadas para esto, y no encuentro en los archivos ni en la literatura relatos convincentes.

Los organismos de derechos humanos y las agrupaciones vinculadas a ellos le siguen exigiendo al Estado «la verdad sobre la represión», aunque muchos de sus miembros están o han trabajado en el Estado en todos estos años. Pero no creo que la tenga el Estado. Pueden aportar hombres que eran jóvenes en ese tiempo y formaron parte de la represión. Pero permanecen, casi todos, obstinadamente callados.


Un peronista despide a otro: Pancho Gaitán le dice adiós a Roberto Digón

febrero 23, 2022

«Roberto Digón,

Se nos fue otro compañero y amigo.

Roberto había nacido el 27 de julio de 1935. Compartimos, por razones generacionales, similares etapas históricas. En 1955, ambos teníamos 20 años, nos incorporamos a la Resistencia Peronista. Él en su barrio de Caballito en la Ciudad de Buenos Aires y yo, en mi Ciudad de Córdoba.

No sabíamos en ese momento, la existencia el uno del otro. Pero fuimos parte de un fenómeno nacional. Una etapa similar en todo el país, donde la juventud trabajadora argentina de aquellos años, que habíamos sido parte de los “Únicos Privilegiados”, nos incorporamos a la militancia política ante el derrocamiento del gobierno más democrático que había vivido el país hasta ese momento, con la participación protagónica de la clase trabajadora.

Ambos coincidimos en comprender que la respuesta estaba, precisamente, en la clase trabajadora y ese fue el eje de nuestra militancia, asumiendo el Movimiento Obrero como fundamento del desafío de intentar reconstruir el poder popular, para lo que había que luchar por el “Retorno de Perón al país y al poder”, en la expectativa de retomar la senda de un proyecto nacional, popular y revolucionario que reinstalara a Argentina en el ejercicio de la soberanía nacional con justicia social.

La militancia en el Movimiento Obrero lo ubicó a Roberto como pieza clave junto a hombres que fueron vanguardia señera de la etapa: Sebastián Borro, Ricardo De Luca, Juan Eyeralde, Jorge Di Pascuale, Amado Olmos, Lorenzo Pepe, Benito Romano y tantos otros. En la “interna”, confrontábamos con compañeros a los que contradecíamos
categóricamente, aun reconociendo la calidad de su formación y compromiso, tales como Augusto Vandor, José Alonso, Juan José Taccone, o Paulino Niembro.

La sede del SUETRA, (Empleados del Tabaco) – en Bolivia 384 del barrio de Flores en la Capital Federal – se convirtió, bajo su conducción, en unos de los centros de discusión, de elaboración de ideas, de formación y difusión del movimiento sindical y político del Peronismo, en el que la mayoría del Movimiento Obrero y político ejercía su praxis.

Muchas ideas innovadoras, propuestas políticas y candidaturas se pergeñaron en esa sede y bajo su liderazgo. Desde ahí y de sindicatos como el del SUTERH (Encargados de Edificios), con la Comisión de los 25, conducida por Los Robertos (García, del Sindicato de Trabajadores del Taxi y Digón, de Empleados del Tabaco), se logró ser parte importante de la Conducción del PJ Metropolitano y contar con una bancada de Diputados Nacionales que se destacaron en el Congreso Nacional, como fueron los casos de Roberto García, Germán Abdala de ATE y el propio Digón, en la década de los ‘80 y ‘90 del siglo pasado.

Ya en la participación política de las “62” en las elecciones de 1973, la actividad política de Digón en los debates internos fue fundamental para lograr designar a Ricardo De Luca, de Obreros Navales, y a otros dirigentes, como Diputados Nacionales. El sindicalismo combativo siempre tuvo en Digón uno de sus arietes fundamentales.

Roberto tuvo la grandeza de reconocer, mas allá de opciones defendidas por cada cual, que lo fundamental para el éxito de los trabajadores era su unidad en la CGT, a la que representó como Secretario de Relaciones Internacionales en importantes eventos, en particular en la OIT – Organización Internacional del Trabajo – así como en su brazo político, las “62 Organizaciones”.

Practicó la solidaridad activa con militantes y dirigentes de distintas opciones internas, cuando estos tuvieron que enfrentar momentos difíciles producto de la confrontación social en las calles o en sus gremios y por ello pagaron con prisión o persecución que sufrieron la mayoría de los dirigentes en distintos momentos de la historia de lucha del Movimiento Nacional.

Tanto los CONINTES en la década de los ‘60; como los presos afiliados a los distintos gremios; como, finalmente, los miembros de la “Comisión Nacional de los 25”, fuente sustancial en la confrontación con la Dictadura Cívico Militar impuesta en nuestro país a partir del 24 de Marzo de 1976.-

Roberto Digón, en tu ausencia, seguirás siendo ejemplo y referencia de los nuevos militantes sindicales que irán asumiendo la posta de la defensa de los derechos de los trabajadores. Descansa en paz.-

San Javier, Córdoba. 10 de febrero del 2022.
Carlos ‘Pancho’ Gaitán
Militante Peronista del M.O.»

ooooo

Copio esto que Pancho me hizo llegar, sin pedirle permiso. Porque Digón, y también Pancho, son parte de la historia de uno. De un tiempo en que el peronismo era, sobre todo, la expresión política y social de los trabajadores. Ha cambiado, sí, porque el mundo, y el trabajo, han cambiado mucho. Pero la memoria sirve para tener identidad.


Perón, a 47 años. Sigue

julio 1, 2021

Supongo que es mi historia lo que hace que los días 1° de julio suba algo de Perón a mi blog personal. Eso hace inevitable que repita mucho de lo que ya dije antes. Este video, por ejemplo, lo subí en el 2014. Y desde que lo vi por primera vez -estaba en celuloide- pronto habrá pasado medio siglo…

Sucede que uno es su historia, y también lo que uno hace con su historia. El equilibrio entre reflexión y acción, entre convicciones y consecuencias. Por eso en esta larga exposición del Viejo encuentro algo más que lo que escuchaba hace 50 años. Sin dejar de oír lo de antes, por supuesto. Perón siempre muy claro y didáctico; se puede estar en desacuerdo con lo que dice; se puede estar furiosamente en contra, pero hay que ser muy pelotudo para no entenderlo.

El punto que me interesa marcar es que esta filmación era una herramienta más de un jefe político en los momentos decisivos de una larga batalla por volver al poder. Uno de los mensajes -cartas, cintas grabadas- que durante 18 años fueron su única y poderosa arma, que enviaba a interlocutores y grupos muy diversos. Y «el medio es el mensaje» como ya decía McLuhan entonces. En este caso, lo filmaba el grupo «Cine Liberación», de Fernando Solanas y Octavio Getino; hablaba para ellos y para el público militante que la iba a ver (los cortos fragmentos agregados al final lo muestran). Y para ese momento de la Historia: los mitos movilizadores eran Vietnam, Cuba, el mayo francés,… Uno puede escuchar cómo habla para ese público y al mismo tiempo refirma planteos que hacen a su pensamiento y su estrategia.

Mi idea en este posteo no es sacralizar nada. Más bien, me fastidian los que intentan tomar un momento, un episodio de Perón y del peronismo y tratan de hacer creer que eso es el peronismo. Sucede que ya tiene una larga historia. Como la Argentina, con una historia aún más larga, de la que salió el peronismo. Y como las historias personales, está también lo que hacemos con ellas.

En las historias colectivas, debe dar algo de humildad saber que luego vendrán otros, que harán cosas distintas. Y esa es una especie de triunfo.

¿Algo permanente? Para mí, lo encuentro en una frase del Viejo, que ya no recuerdo si está en este video «no debiera nacer el que no tenga una causa noble por la cual luchar».


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