Tunez, Egipto y el futuro

enero 29, 2011

No voy a competir con las agencias de noticias, y no tengo tiempo para tratar de analizar lo que esta sucediendo ahora (Habran notado que ni siquiera alcance a transformar el teclado de esta PC para que incluya el acento del castellano).

Solo quiero acercarles algunas ideas sobre raices de largo tiempo, y sobre lo que va a suceder, si estoy en lo cierto, en adelante.

Los pueblos de religion musulmana y lengua arabe que habitan en el arco que va desde Marruecos al oeste hasta Irak al este tienen una identidad cultural rica y una historia gloriosa. Sus sabios conservaron y enriquecieron el pensamiento griego, y le sumaron descubrimientos hindues y de las viejas culturas orientales y sus propios aportes. Todo ello les permitio ser maestros de Occidente, en la Edad Media europea.

Sus guerreros compitieron con los de la Cristiandad durante muchos siglos en valor y ferocidad (eso es lo que los hombres llamamos gloria, habitualmente). Como dijo Borges de otros orientales «Tantas veces los corrimos  Tantas veces nos corrieron«…

Pero hay una creacion socio-cultural peculiar de Occidente que no desarrollaron: el Estado Nacion. Esa institucion que surge primero en Francia y muy poco despues en Hispania e Inglaterra, pero que recien en el siglo XIX se expande por el globo, imitado hasta en Japon y luego en China, y que se desarrollo en forma independiente con matriz religiosa en la Persia de los Safawi (siglo XVII), nunca echo raices profundas en el mundo arabe.

El peso muerto del Imperio Otomano y, sobre todo, el colonialismo europeo, que aprovecho los frutos de la Revolucion Cientifica y despues de la Revolucion Industrial, no le dejo desplegar sus experiencias nacionales, que a su vez le habrian permitido beneficiarse con esos mismos frutos, como lo hizo, por ejemplo, Japon.

Todo esto es historia. Pero pienso que determina la forma de las luchas de hoy. Los paises del mundo arabe, que – como los latinoamericanos – son fruto de la desintegracion de un imperio decadente (ellos, del otomano; nosotros, del hispano), y cuyas independencias politicas son por lo general mas recientes que las nuestras, no tienen bases solidas, ni han conseguido formar alianzas de intereses comunes. Ni la vision inspiradora de un Nasser ni la voluntad cruel de un Saddam lograron triunfar: fueron derrotados por las armas y los recursos de Occidente.

Tan solo Ataturk – musulman pero no arabe – pudo construir un Estado razonablemente fuerte y moderno: la Turquia actual.

Si busco en estos antecedentes la clave de lo que puede pasar, es por un hecho del que estoy convencido: los pueblos necesitan una estructura que exprese una identidad, un nosotros. Grupos menores en cualquier sociedad pueden – en sus vidas personales – prescindir de ella: los muy ricos pueden ser internacionalistas (en este tiempo, generalmente lo son). Y en las clases medias, determinados sectores pueden reemplazar el patriotismo por una idea abstracta: el «proletariado», los «mercados», el «mundo libre» o fantasias por el estilo.

Los pobres, lo sabia Disraeli, no pueden darse ese lujo. Necesitan una patria, un colectivo del que formar parte y sentir propio. En el mundo islamico, donde – insisto – el Estado nacion es una creacion reciente, la identidad basica no es un pais sino una religion. Como nuestros paisanos hace siglo y medio, que se llamaban a si mismos cristianos mas a menudo que argentinos, un musulman es ante todo un miembro de la comunidad de los creyentes.

Si EE.UU., la Potencia que hoy define los intereses de «Occidente», continua enfrentando las experiencias nacionales arabes o tratando de contenerlas con dictaduras corruptas… las clases medias de esos paises podran entusiasmarse con «revoluciones de colores». Pero los pueblos seguiran a los partidos islamicos, como en el Libano o en Palestina.

En el corto plazo, EE.UU. – e Israel – podran pensar que no son enemigos temibles en el plano militar. El problema es que hay mas de mil millones de musulmanes, y creciendo rapidamente. Y el mundo arabe es su corazon simbolico. El Islam puede ser lo que movilize la reaccion anti occidental, como lo fue en otros momentos de la Historia.

La unica alternativa que percibo, en el largo plazo, a un islamismo militante anti occidental es la consolidacion en su seno de estados nacionales fuertes, apoyados en el patriotismo de sus pueblos.

Pero tambien es cierto que los liderazdos de esos Estados, o Estado, dificilmente puedan afirmarse sin mostrar victorias sobre los enemigos que los han humillado. Bueno, la Historia nunca da respuestas faciles.


La mirada de Alemann

enero 26, 2011

Adaptando las palabras de don Vito Corleone, que seguramente las adopto de algun sabio anterior «Escucha a tus amigos, pero escucha mejor a tus enemigos«. Juan Alemann, el secretario de Hacienda del Proceso, puede ser visto como arquetipo del Enemigo tanto por los kirchneristas y por la Izquierda como por los peronistas tradicionales y los nacionalistas. Yo prefiero pensar en el como uno de los cuadros mas coherentes de un proyecto que desde fines de la Segunda Guerra Mundial trata de integrar a nuestro pais – en una posicion subordinada, of course – al sistema de poder global que tiene su eje en el Atlantico Norte.

Este proyecto tuvo en no pocos momentos de nuestra historia casi la suma del poder. Y, atencion, aun hoy conserva poderosas herramientas. Ni siquiera la Crisis global que se manifiesta con fuerza desde 2008 lo ha enviado al «basurero de la historia», simplemente porque en el Atlantico Norte todavia es hegemonico (Mas sobre esto en un proximo post).

Pero nunca pudo imponerse por completo en Argentina, y la «culpa» no la tiene solamente el peronismo. Es significativo que el sector al que Alemann pertenece, que es por poder economico y vinculos internacionales la cabeza natural de la Derecha argentina, no llego a construir una expresion politica solida, y tuvo que apoyarse exclusivamente en el «partido militar». Cuando el P.M.  se autoderrota, este proyecto solo logra una parte considerable de sus objetivos explicitos – privatizaciones, desregulacion – en la no prevista experiencia menemista.

De todos modos, me es imposible negar la inteligencia de Juan Alemann. Era a lo mejor coherente que, en un enero un poco monotono, la columna periodistica mas interesante que tuve ocasion de leer, el mismo dia que empezaba mi viaje, fue esta que escribio en LaNacion. Les recomiendo leerla, aunque a muchos les choque el «relato» tan diferente de la version «nac&pop» de las dos ultimas decadas. No importa, porque lo interesante es como la evalua el, desde su posicion. Su vision es tambien distinta de la que difundia el elenco estable de columnistas de LaNacion, y que se encontraba en el discurso de la dirigencia de la Oposicion.

Alemann dice, entre otras cosas: «Entre 1990 y 1998, el producto bruto interno creció un 60%. Luego bajó un 20% hasta 2002, y a partir de allí aumentó un 70%. La cuenta total arroja un plus del 126%, y por habitante, algo más del 100%. Aun ajustando algunas cifras del PBI (cuyo cálculo nunca es exacto), el crecimiento ha sido fenomenal, muy superior al histórico (que en el siglo pasado fue, en promedio, del orden del 3,5% anual, con un mucho mayor crecimiento poblacional que en las últimas dos décadas).

En este contexto, y conforme al «modelo» de los Kirchner, el Estado creció mucho. En sus tres niveles (nacional, provincial y municipal) requería menos del 30% del producto bruto interno en 1990, mientras que ahora está cerca del 40%. Teniendo en cuenta el crecimiento del período, esto significa que en términos absolutos y reales (sin tener en cuenta la inflación), el sector público gasta el triple que hace 20 años, cubriendo la casi totalidad con ingresos genuinos. Además, por el drástico corte de la deuda pública y la reducción compulsiva de intereses, se redujo la carga de los mismos a una fracción de lo que era antes.

Esto permitió implementar políticas sociales que en otras épocas hubieran sido financieramente imposibles: el otorgamiento masivo de subsidios a familias muy pobres; el aumento de las jubilaciones mínimas (muy por encima de la inflación); la incorporación al régimen jubilatorio de unos 2,3 millones de personas que habían cumplido con la edad requerida, pero no con los aportes; el subsidio a 3,5 millones de menores; el regalo de 500 pesos a los que perciben la jubilación mínima y el creciente subsidio a las tarifas de servicios públicos esenciales (electricidad, gas, agua, transporte público), que beneficia fundamentalmente a personas de menores ingresos»

No importa, repito, la explicacion que Juan Alemann proporciona de este desarrollo, en la que da un rol fundamental a esas privatizaciones y aperturas. El sigue siendo un cuadro de ese proyecto, y su vision filosofica tampoco ha cambiado (Y hasta podemos encontrar en ese texto algunas criticas que uno puede considerar validas, como por ejemplo en le tema de la construccion de viviendas). Lo importante, estimo, es que un referente de la vieja «derecha liberal» percibe que la realidad economica argentina ha cambiado decisivamente, y que tambien lo ha hecho el panorama global, como indica en este parrafo:

«La aparición de China y luego de India y otros países, como grandes compradores de commodities que la Argentina exporta. Gracias a ello, el precio internacional de la soja aumentó a más del doble. Pero el fenómeno no sólo afectó a cereales y oleaginosas, sino a toda suerte de metales y minerales que la Argentina produce y exporta en creciente cantidad, e incentivó inversiones en minería. Esto permitió también que la recesión mundial de 2009 tuviera poco impacto en la Argentina, ya que, a diferencia de la crisis del 30, cuando los precios de nuestras commodities se derrumbaron, esta vez se mantuvieron relativamente altos. Los términos de intercambio se modificaron dramáticamente a favor de nuestro país por la suba del precio de las commodities que exportamos y por la baja en el precio de computadoras y productos conexos, que importamos»

Entonces, mas que discutir sus planteos, lo leo como al representante de un proyecto historico que percibe que la politica, es decir, la lucha por el poder, se dara en un escenario diferente en este nuevo siglo. Recordemos tambien la frase favorita del gran adversario de la Familia Corleone, Don Barzini «Nada personal. Solo son negocios«


¿Se puede perder? – La nueva alianza

enero 24, 2011

Estoy lejos y sin demasiado tiempo para comentar lo cotidiano. Comparto el escenario que describe aqui Nestor Sbarrigi, y esta aguda reflexion de Ezequiel Meler. Por eso mantengo lo que afirme en el post anterior, de una semana atras. Pero no quiero dejar de acercarles algunas reflexiones pendientes. Porque omo dije en el primer post de esta serie, no me gusta esta excesiva confianza en una victoria del oficialismo en las elecciones de este año. Que tienen la mayoría de los oficialistas, claro.

No me gusta como estrategia electoral. Fue una herramienta útil para el peronismo K, después de su derrota del 2009 en distritos decisivos, para mantener su voluntad de lucha, cuando los medios ya lo daban por muerto. Pero hoy que sus chances de triunfo, en cualquier análisis realista, son muy buenas, y la fantasía favorita de los opositores es que la Presidente no se presentará a la reelección, puede ser contraproducente sentirse seguro.

Después de todo, en derrotas históricas del peronismo, en 1983, en 1997, los peronistas estábamos confiandos, nueve meses antes, que íbamos a ganar. No fue por eso, claro, que perdimos, pero sospecho que esa confianza, que muchos no peronistas sintieron como soberbia, ayudó.

Y menos me gusta por sus consecuencias en el clima político interno. Con aliados progres o sin ellos, si creemos que ganamos seguro, la pelea interna se convierte en la ocupación principal de los que tienen ambiciones. Y quién no las tiene?

Entonces, procedo con un posible escenario, que habria llevado a una derrota del oficialismo en las elecciones de octubre. No es una prediccion. Como dicen en mi barrio, no tengo las bolas de cristal. Y creo que es demasiado tarde para que suceda lo que describo (Otra sabiduria barrial: «No avivar giles»). Pero me permite opinar sobre lo que pienso son algunas realidades de la politica argentina.

Tengo que decir que el escenario al que aludo es tan simple y obvio que resulta hasta significativo que los poderes concretos mas enfrentados al actual gobierno no hayan hecho esfuerzos coherentes y sostenidos para impulsarlo. Porque todas las encuestas serias, y esas encuestas definitivas que son las elecciones nacionales que hubo bianualmente desde 2005 en adelante, muestran que los votantes del «peronismo K» y de sus aliados son  consistentemente menos que los que votan a alguna de las variantes surgidas del radicalismo, incluyendo, claro, la UCR, sumados a los votan a los candidatos del peronismo «no K». Es cierto que hay que contar en este ultimo grupo, para que la suma resulte, a los votantes capitalinos de Macri. Pero es razonable: en lo nacional, no tienen otra.

Hay un obstaculo evidente: se trata de identidades politicas muy diferentes. En algun momento, la hostilidad que muchos argentinos sentian, y expresaban, por Nestor Kirchner, hizo pensar a buena parte de la dirigencia que la polarizacion se iba a dar naturalmente, en una segunda vuelta. Pero esa hostilidad dejo de ser un factor decisivo con la muerte de Kirchner, si no antes. Y ahora, estoy convencido, es demasiado tarde para que esa «nueva alianza» se construya. Ademas del hecho evidente que Rodolfo Terragno no es Raul Alfonsin.

Lo interesante, si estoy en lo cierto, es que esa imposibilidad muestra que imaginar que los arreglos politicos, y las candidaturas, pueden ser frutos de decisiones de cupula, apuntaladas por sumas inmensas de dinero, es una fantasia de quienes nunca han hecho politica en serio. Un acuerdo, un candidato, funcionan si hay una parte importante de la poblacion que esta esperando, consciente o inconscientemente, eso que se le ofrece. Y esa… disposicion no se crea de un dia para el otro. Duhalde fue el dirigente que trato de convertirse en el hombre que pudiera expresar esa disposicion, la del acuerdo radical – peronista… anti K. Y ha quedado muy claro que no tuvo exito.

A esta altura, la maniobra «aliancista» posible es que los votantes que dieron su apoyo a las diversas candidaturas del «peronismo anti K» y similares (de Narvaez), sean llevados a apoyar una candidatura presidencial de Mauricio Macri. Y aun eso aparece dificultoso a esta altura de enero, por lo menos a la distancia.

Eso si, quiero enfatizarles que el hecho que la jugada obvia opositora ya no sea viable, a mi entender, no significa que respondo en la negativa a la pregunta Se puede perder? Seguro que es posible. Y en Argentina, recordemos, nuestra tradicion es que los proyectos de poder vigentes no son derrotados por sus adversarios politicos sin que antes se derroten a si mismos. Peron y la innecesaria pelea con la Iglesia, Alfonsin y su incapacidad de entender las realidades economicas… Si, siempre se puede perder.


El tema Scioli

enero 17, 2011

Echar un vistazo el domingo, en papel o por Internet, a las columnas políticas de Clarín, LaNación y Página12, y – desde hace algún tiempo – a algunos blogs, es un hábito de la mayoría de los que estamos en o cerca de la política o el Estado en Argentina (los más dateros agregan Perfil). Eso sí, tengo que decir que no están muy interesantes en estas semanas, y la culpa no es sólo de enero.

Esas columnas tienen que ver con la coyuntura, que no aparece emocionante. Un oficialismo con la candidatura presidencial y de la mayoría de las provincias… previsibles. Una oposición que no termina de instalar candidatos, ni opciones novedosas… Aunque Julio Blanck, en Clarín, y Carlos Pagni, en LaNación, aportan voces más nuevas y pienso más agudas que los voceros de siempre, no pueden hacer mucho con ese material (Verbitsky, siento decirlo, es parte de lo aburrido: criticar a los empresarios rurales y a la Sra. Cecilia Pando, no es realmente novedoso).

Pero el esfuerzo de Pagni – si bien algo retorcido; Polito lo satiriza cruelmente aquí – tiene un mérito indiscutible: muestra la posición clave de Scioli en la coyuntura (Blanck hace algo muy similar, aunque se siente obligado a mencionar a Sanz). Eso sí, al contrario de Ramble, yo no pongo énfasis en sus especulaciones sobre la vicepresidencia y el 2015. Es el rol central que ocupa Scioli en los argumentos de Pagni – en realidad, en los de buena parte de la fauna política – lo que me llama la atención.

Porque nadie ha llamado «polémico» a Scioli. Lo más cruel que le dijeron es líder de la corriente Aire y Sol del oficialismo; es gobernador de Buenos Aires, candidato a la reelección con buenas encuestas, ha manifestado su apoyo a la reelección de la Presidente, y acompaña sin diferenciarse, excepto en algunos matices de estilo, las políticas del gobierno nacional.

Y sin embargo, para muchísimos progresistas – corriente muy importante, hasta mayoritaria, en la militancia K – Scioli aparece como «el sapo» que temen les hagan tragar. Hasta un kirchnerista razonablemente histórico, y astuto, como D´Elía ha decidido que su posicionamiento pasa por un desmesurado ataque a don Daniel. Debo decir que Eva Row, figura maternal de la bloguería K, ha encontrado necesario defender a Scioli con una conmovedora parábola.

Más interesante todavía, son algunos sectores del poder económico – la nota de Pagni lo hace tan claro – los que se aferran desde hace largos meses a Scioli como la última y mejor esperanza para detener la catástrofe: la continuidad K. Y este es el factor que echa luz – me parece – sobre todo lo demás.

En mi opinión, la mayor parte de los grupos económicos más poderosos y dinámicos no tienen un problema tan de fondo con las políticas asociadas a las dos gestiones Kirchner – sus beneficios en los últimos años han sido altísimos, y, en cuanto a la posición ideológica, estas declaraciones de principio de Paolo Rocca, el CEO de Techint, hacen muy claro que no hay incompatibilidad básica. Y no es creíble que el discurso «setentista» que adoptan a menudo muchos que apoyan al gobierno de Cristina – discurso que Scioli no comparte, lo que le enajena a los militantes nostálgicos – sea el problema con estos sectores. Su preocupación no son los discursos.

El problema, en ese nivel, es el poder (Un personaje, bastante desagradable pero muy inteligente, Vladimir Lenin, decía «Todo es ilusión, menos el poder«). El desarme de las AFJP demostró a las corporaciones, por si les quedaban dudas, que los Kirchner tomaban medidas que harían vacilar a gobiernos más temerosos de los «mercados». Y, a pesar de algún juego de insinuaciones de campaña electoral, Cristina Fernández no aparece como una «débil mujer».

Scioli, como iniciador de políticas para la Nación, es una cantidad desconocida (Y Menem y Kirchner mostraron que, en el peronismo al menos, los hombres que llegan al nivel más alto del poder político pueden dar algunas sorpresas). Pero toda su trayectoria muestra una capacidad de diálogo y buenas relaciones con el poder económico que permite abrigar expectativas razonables a decisores que no quieren arriesgarse con candidaturas no respaldadas por encuestas serias ni a un radicalismo imprevisible.

Mi posición: El discurso «setentista» no es el mío, pero tampoco comparto la hostilidad automática a ese discurso (que también tiene sus raíces en esa época). La viví, y mi reacción emocional más fuerte es dolor por los errores que los argentinos cometimos. Y la decisión de tratar de ayudar a que no se repitan.

En cuanto al tema central, las relaciones entre el poder político y el económico: Tiendo a pensar que, en el mediano y largo plazo, una nación, para ser viable, no puede permitirse una hostilidad implacable entre ambos. El poder político debe ser el que traza los objetivos, y procurar lo que se llamaba «el bien común», pero manteniendo una relación razonable de colaboración mutua con el poder económico. Que no es realista pensar que puede ser reemplazado o cooptado por amigos. Además, éstos siempre tratarán de ser amigos de cualquiera que tenga el poder.

Eso sí, este cuadro es peligrosamente incompleto si deja afuera a los otros sectores de la sociedad. En particular, la hostilidad – a veces, hasta histérica – de nuestro empresariado hacia el poder sindical, al contrario de lo que sucede en sociedades más equilibradas, es lo que hace hoy poco realista imaginar un gobierno que tenga la buena voluntad de los grupos económicos importantes, sin que perjudique los derechos de los trabajadores, y hasta los intereses legítimos del pequeño empresariado. Los últimos años de la experiencia Menem deberían haber sido una demostración clara de esto, hasta para el empresariado rural, que pagó un precio muy alto en un gobierno «pro capitalista». Hoy están incomparablemente mejor, y no es sólo por la diferencia de precios.

Por eso dejo aclarado que apoyo la reelección de Cristina Fernández en la Nación y de Scioli en la Provincia de Buenos Aires. Con el criterio que según Pagni tiene un efecto suspensivo, pero que a mí me parece muy peronista, y muy realista: Cuentan con el consenso.


¿EE.UU. y Europa en el sendero luminoso de De la Rúa?

enero 16, 2011

(Comienza la 2° quincena, en el Hemisferio Sur hace calor, y disminuirán visitas. Pero uno, si tiene un rato libre, no deja de subir opiniones o cosas que le llaman la atención. Tengo que pensar como pueden ordenarse, para aprovechar los comentaristas de lujo que tengo. Por ejemplo, después de escribir el post anterior, leo esto en el Financial Times:

El peligro de default en U.S.A.

Fue la más sorprendente de las advertencias. Si los EE.UU. no consiguen poner sus finanzas en orden «vamos a tener una situación europea en nuestras manos, y posiblemente peor«, afirmó Paul Ryan, el nuevo presidente republicano del comité de presupuesto de la Cámara de Representantes.

Las consecuencias de no hacer frente a la carga del aumento de la deuda serían graves, dijo la semana pasada a una audiencia de expertos en presupuesto y prestigiosos economistas en una reunión en Washington. «Vamos a tener los disturbios en las calles, vamos a tener defaults, vamos a tener todos esos feos problemas«, como «los jóvenes franceses lanzando cócteles Molotov a los autos y quemando escuelas, porque la edad de jubilación se mueve de 60 a los 62 años«.

Hoy por hoy, los EE.UU. toman prestado alrededor de 40 centavos de cada dólar que gasta. Frenar el déficit presupuestario ha sido la misión declarada de Mr. Ryan, una estrella en ascenso de los republicanos, durante varios años. Pero este tipo de llamadas a la acción se han multiplicado en Washington en los últimos meses, iniciando lo que algunos dicen es el más feroz debate sobre la política fiscal y presupuestaria en las últimas décadas.

Los riesgos son grandes. Si el gobierno exagera con la austeridad, recorta demasiado y demasiado rápido los gastos, podría abortar la recuperación económica en ciernes (¿Remember Machinea?). Pero si el sistema político no puede forjar algún tipo de consenso sobre las medidas para restaurar el déficit de EE.UU. a niveles sostenibles, el riesgo es potencialmente mayor: una crisis de deuda soberana en la mayor economía del mundo.

(El artículo original es mucho más largo y detallado que los párrafos iniciales que traduje. Como Financial Times a veces es poco generoso con sus notas, pueden acceder también por aquí)


«La fria Europa está sintiendo el calor de la brisa de China»

enero 15, 2011

Esa poética expresión la escribió la semana pasada Liu Xiaoming, el embajador chino en Gran Bretaña, y la reproduce el órgano oficial de su gobierno, el Diario del Pueblo, en un informativo artículo donde detalla la visita del vicepremier Li Keqiang a Europa.

Don Li estuvo en Inglaterra, Alemania y España, firmó tres acuerdos comerciales por un poco más de 20 mil millones de dólares, anunció inversiones chinas a llegar y llamó a que las firmas europeas inviertan en China, especialmente en las regiones del centro y del oeste. Don Liu, que evidentemente es un estudioso de sus clásicos, había escrito que China está haciendo lo que recomienda un antiguo proverbio sobre «el envío de carbón cuando nieva«.

The Economist, tradicional vocero del establishment británico, tiene como podía esperarse una visión menos poética «China tiene buenas razones para ayudar a Europa, su mayor mercado de exportación y una fuente importante de tecnología y know-how. La compra de bonos europeos ayuda: a detener la caída del euro que encarece las exportaciones de China, a proteger sus inversiones denominadas en euros, y a la diversificación de las reservas chinas que prefieren que no sean todas en dólares. Sin embargo, la escala de la compras de bonos no está clara (¿les suena?). Sin duda, no ha sido suficiente para calmar el pánico en los mercados«.

Y agrega con inocultable fastidio «En octubre pasado las autoridades italianas hasta pusieron linternas chinas y bañaron el Coliseo de Roma en luz roja comunista para dar la bienvenida a un alto dignatario chino. Es una señal de lo rápido que China está creciendo, y la rapidez conque Europa se ha quedado atrás, que los líderes europeos deben aferrarse para su salvación a un país que, por más que sea muy grande, su economía es el tercio del tamaño del de la Unión Europea«.

Los que quieran ver los comentarios europeos originales pero en nuestro propio idioma, pueden ir a El País. Pero, más allá del sarcasmo «La semana pasada nos brindó una versión posmoderna de «Bienvenido Mr. Marshall«, con el Gobierno poniendo alfombras a Li Keqiang, representante del nuevo imperio chino«, sólo agrega una visión amarga: nada va a salvar al gobierno socialista, y se viene la Derecha… (que tampoco hará nada, claro).

Atención: No estoy diciendo que estas actitudes de China aseguran que Larry, de los 3 chiflados, pierda su apuesta. El dijo que «Europa se dirige directo a un colapso económico-financiero de proporciones gigantescas. Es inminente el mayor default de la Historia«, y puede ser cierto. La Unión Europea no puede mantener el nivel de vida y consumo que, durante algunos años, brindó a sus ciudadanos (en porciones muy desiguales, claro).

Pero tengo algunas dudas. Aunque el reparto haya sido injusto, la mayoría de los europeos logró una calidad de vida y una seguridad que sus abuelos no soñaron. No abandonarán fácilmente las instituciones que identifican con esa realidad. Y, aparentemente, las potencias emergentes del Asia perciben ventajas en que esa Unión, su mercado, no se derrumbe. Son condiciones que no se dieron en un colapso mucho menor, el de la economía argentina en el 2001.

Dejando de lado intentos de mirar en la bola de cristal, es importante para nosotros que tomemos en cuenta que la crisis en la Unión Europea, con sus características especiales, tiene lugar en un sistema global interconectado – en el que también estamos nosotros.

Y hablando de interconección les dejo con un cuadro ya viejo, donde se hace una extrapolación de los vínculos aéreos entre Europa y China.


¿Qué quiere decir «viento de cola»?

enero 14, 2011

Preparando valijas y pagando facturas, no tengo mucho tiempo para el blog (Tengo semiescrita la continuación de la aclamada serie «¿Se puede perder?» y algo sobre kirchnerismo, nada menos). Pero mientras, quiero hacer un aporte a la cultura general.

Se ha hablado tanto del «viento de cola» en el caso argentino, desde que explica todo sobre la gestión Kirchner a que no existe, que quise acercarles, gracias al gringo bueno de IKN, un ejemplo adecuado: son las cifras, proporcionadas por su Banco Central, de las exportaciones chilenas – país emergente ordenado y con seguridad jurídica si los hay – del año 2000 al 2010, por volumen y por su precio en dólares. No más preguntas, señor juez.


No pibe. En esta, estoy con Artemio

enero 13, 2011

Ese día voy a estar lejos. Pero no importa. Javier Martinez va a tocar el sábado 15 de enero a las 22 hs en Sala Bodega del Teatro Auditorium, Boulevard Marítimo 2280, Mar del Plata. Y todos los que sentimos el blues nacional escuchando su voz, de alguna manera estaremos presentes. Por ahora, tienen Avellaneda Blues en este post de Ramble, o el otro temazo aquí arriba.


Una pregunta pendiente ¿Qué es el progresismo?

enero 12, 2011

No quiero interrumpir el debate sobre biocombustibles (un soplo de realidad, por Dios!), pero mientras pueda quiero mantener la rutina de los posts. Y el destacado bloguero y comentarista AyJ me había hecho la pregunta del título, en uno de los muchos y más largos debates donde resonó en este blog esa cuestión existencial de la blogosfera politizada (Este último había empezado con una broma mía).

No contesté en ese momento, porque no sigo continuamente al blog, y la discusión se puso muy interesante (El comentario de Galliano sobre una reunión en el año ´66 me puso nostálgico. Y me pregunté ¿Pero todas se hacían en locales de la Iglesia!?)

Tomo la pregunta ahora, voy a ser franco, porque me sirve para ilustrar una cuestión de enfoque, que siempre pienso que son claves: Algunos pueden tratar de contestarla mostrando los objetivos y las banderas que tiene o le atribuye al progresismo; otros – frecuentemente graduados en ciencias sociales – prefieren analizar el origen o la ocupación de los progresistas.

Yo, que en el fondo soy un tipo de barrio, prefiero, siempre que puedo, señalar el asunto sobre el que se pregunta y decir: Eso que está ahí. En este caso, creo que es fácil, por lo menos de primera intención: El progresismo es la identidad política de los hombres y mujeres que se asumen como tales. Al ser política, caben las distinciones. Están los dirigentes, o «referentes», que son los que más claramente se definen como progresistas; están los militantes, que son los que elaboran el discurso y llevan adelante las discusiones (por lo menos en los blogs); y está la masa, que son los que votan con alguna consistencia las opciones que se presentan como progresistas.

Los encuestadores y otros hombres sabios dirán cuántos son (y nos dan respuestas distintas, según los tiempos). Pero hay algo que se puede decir, con el método empírico que prefiero: son muchos. Y muy visibles, porque son articulados, y son una parte muy influyente de la «opinión pública» (Schumpeter – mucho más sabio que yo – decía que se encontraban en el sector de la sociedad cuyos trabajos tenía que ver con la manipulación de símbolos, sobre todo).

Ojo: debo aclarar que no hay que confundir influencia con poder. Si uno lee, por ejemplo, la sección internacional de Clarín percibe que su sesgo es fundamentalmente progresista. Pero eso no significa que el progresismo decida el manejo o la estrategia del diario.

Mis lectores progresistas, de los que aparentemente tengo bastantes, quizás piensen que mi enfoque es desconsiderado, o prejuicioso. Créanme que no es así. Esa mirada, decir eso que está ahí, señalando a una realidad social que todos podemos observar, más allá de nuestras preferencias e ideologías, es como empiezo siempre cuando alguien pregunta ¿Qué es el peronismo?


Sobre el futuro de los biocombustibles, y de Argentina

enero 12, 2011

El tema de la guerra civil kirchnerista – entre peronistas K y progresistas K – se ha vuelto un poco pesado, por lo menos para mí. Ojo: no digo que sea trivial, pero prefiero hacer una pausa antes de tratar de aportar nuevos enfoques. En lo que hace al lado práctico de la cosa, recomiendo este post de Omix El vice de Scioli. Y prometo decir algo sobre la sombra que se cierne sobre la Capital, cuando sea algo más que una fantasía de enero.

Ahora, quiero volcarme a algo constructivo. Y para eso este artículo de The Economist que me acercó mi amigo EduA es ideal. Porque no sólo habla de un desarrollo reciente que puede ser clave para Argentina – desde el enfoque modernizante (neo desarrollista sería un término más preciso, tal vez) que Jorge Rulli me atribuía hace poco – sino que describe industrias prebendarias, que ¿alguien se sorprende? no son un fenómeno local.

El mundo después de la nafta. Los biocombustibles están de vuelta. Esta vez puede ser que incluso funcionen.

Hacer algo que la gente quiere comprar a un precio que puede pagar. No es una estrategia de negocio revolucionaria, pero una que la industria de biocombustibles de Norteamérica, hasta la fecha, evitó. Ahora una nueva tanda de empresas piensan que tienen la tecnología para cambiar el juego y hacer beneficios no subvencionados. Si ellos pueden hacerlo de forma fiable, y en gran escala, los biocombustibles pueden tener mucho más éxito en liberar al mundo de los combustibles fósiles que han tenido hasta ahora.

El incentivo original de los biocombustibles – década de 1970 – fue fastidiar a los jeques del petróleo. Con el tiempo, la oportunidad de luchar contra el calentamiento global aumentó el atractivo original. Hacer combustible de las plantas de una manera económica y se puede conducir automóviles sin emisiones netas de dióxido de carbono, y sin pagar grandes sumas a esos árabes malos. Una gran idea a todas partes, entonces.

Lamentablemente, en EE.UU., no funcionó así. En primer lugar, el combustible no era nafta. En cambio, fue el etanol, que almacena menos energía por litro, tiende a absorber agua y es corrosivo: la gente lo usará sólo si es barato o si se los fuerza a través de la mezcla obligatoria. En Brasil, que se volcó a los biocombustibles después de la crisis del petróleo de los ‘70, el precio del etanol llegó a ser lo suficientemente bajo como para que el combustible encontrara un mercado, gracias a las plantaciones de azúcar y destilerías de alta productividad que usaban la pulpa que queda cuando el azúcar se extrae de la caña. Como resultado, Brasil es una superpotencia en biocombustibles.

El etanol en Norteamérica es en su mayoría a base de maíz, que es menos eficiente, y a menudo se produce en destilerías alimentadas por carbón, por lo que es ni tan barato ni tan respetuoso del medio ambiente. Sin embargo, la agroindustria estadounidense, que conoce un buen negocio cuando lo ve, utilizó su influencia política para tramitar las subvenciones y los aranceles que hizo al etanol de maíz rentable y que mantiene alejado al producto de Brasil

El artículo de The Economist continúa diciendo “Esto es lo que las empresas que trabajan en una nueva generación de biocombustibles desean cambiar. En lugar de etanol, planean elaborar hidrocarburos, moléculas químicamente mucho más similares a las que ya usan trenes, automóviles y aviones” Y describe algunas líneas de desarrollo en curso. Los que pueden aprovechar esta parte, seguramente dominan el inglés.

Lo que me parece interesante para todos es la recomendación que hace EduA: “los responsables de energía, agricultura y ganadería, y ciencia y técnica, además de producción, deberían salir corriendo a ponerse en contacto con algunos de los que el artículo menciona para traerlos a la Argentina o instalar líneas de Investigación y Desarrollo en el sentido de estos proyectos. Notá el protagonismo central que tiene el Brasil en varios de ellos


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