La marcha de las mujeres y la política

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De la violencia contra las mujeres escribí unas cuantas veces en el blog. La más reciente fue unos meses, y no tenía nada que agregar. Ayer, muy temprano, subí la convocatoria a la marcha, como un testimonio solidario, muy breve. Es que sentía que era un gesto fácil ¿quién iba a criticarla públicamente, fuera de los desahogos venenosos y cobardes en el anonimato de Internet? Uno teme a la «corrección política», que banaliza todo.

Me equivoqué. Seguro, desde los partidos políticos y desde los medios masivos se acompañó a la manifestación, con mayor o menor entusiasmo y sesgando según sus agendas. Pero algunos militantes políticos, entre ellos varios de los que firman con su nombre y no se escudan detrás de un nic, la criticaron. Me motivaron para criticar a las críticas, que es lo que procedo a hacer.

Hay una crítica básica a los reclamos de esta marcha. Que tiene algunos puntos de contacto con esa reserva que tenía, tengo, con la solidaridad fácil.  La violencia contra las mujeres es una cosa asquerosa que «todos» repudian públicamente, inclusive las estructuras y los medios de comunicación que naturalizan otras injusticias. Entonces, se dice, hay que luchar contra todas las injusticias, no privilegiar la que el sistema repudia.

En la mayoría de los casos, esta crítica es sincera: con eso quiero decir que no oculta una actitud machista consciente del tipo que la hace -casi nunca es una mujer. No los estoy criticando a ellos por «machistas inconscientes», eh. Yo tengo actitudes machistas conscientes, cedo el paso a las mujeres, nunca me ofrezco a lavar los platos, y no me atormento por eso.

No. Yo critico a esa crítica por pelotuda. Primero, porque el repudio público no les significa tanto a las víctimas, si los femicidios continúan, si las instituciones -en particular los juzgados y la policía- no dan respuestas rápidas y eficaces no sólo a la violencia -lo más grave- sino también a otros problemas que las mujeres sufren por ser mujeres.

Segundo, y más general, porque esa crítica a «sectarizarse en el combate a una sola injusticia», se le hizo también a los negros estadounidenses, a los judíos europeos, a todos los que eran perseguidos por un motivo o pretexto especial. Reaccionaron mal, les recuerdo.

Entonces, decir a las que luchan por reclamos feministas que no pueden esperar soluciones hasta que termine «el sistema capitalista que nos oprime a todos», o por lo menos el gobierno de Macri, justifica una respuesta de esas activistas: «¿Por qué no te vas a lavar tus órganos genitales?». Me consta que hay muchas mujeres que luchan por esos reclamos y que no tienen ningún problema con el sistema capitalista (ganan bien). Hasta algunas apoyan a Macri. ¿Y? ¿Se plantea un examen de ingreso previo a las marchas?

Críticas más precisas se han hecho a esta manifestación, y a otras recientes. Esta sí la han hecho mujeres, militantes de esta causa. Recomiendo este texto, escrito con nobleza. En estas marchas aparece a menudo un sectarismo de signo inverso, que rechaza cualquier otro valor que la versión, angosta y fanática, que ese grupo sostiene.

Existe. Y perjudica a esa causa que dice defender. Pero el extremismo siempre aparece -lean historia, o miren a su alrededor- cada vez que una minoría empieza a sentir como una injusticia lo que antes veía como «la forma en que son las cosas». Las mujeres son una minoría muy grande -alrededor del 50 %- pero, en su conciencia, y en la realidad del poder- han empezado a sentirse y reaccionar, por lo menos en Occidente, como todas las minorías a lo largo de la historia. Algunas mujeres son fanáticas. Eso también pasa con algunos negros, blancos, orientales, judíos, musulmanes, cristianos. Hasta con peronistas. Es una característica humana, bah.

Buena suerte, compañeras. El fanatismo de algunas de ustedes es un problema. Pero menor que la indiferencia de muchos hombres.

42 Responses to La marcha de las mujeres y la política

  1. Daniel Eduardo Arias dice:

    Es realmente difícil añadir algo a todo lo añadido al respecto, pero Abel lo logra.

    Una pequeña corrección demográfica: por ser más resistentes a enfermedades, menos propensas a accidentes y más longevas que los hombres, en general las mujeres suelen ser el 51% de la población humana, lo cual las pone como primera mayoría, más que primera minoría.

    Los hombres sólo son mayoría brevemente en las posguerras, cuando misteriosamente se un poco elevan los nacimientos masculinos sin que nadie sepa cuál es el motor biológico oculto, El fenómeno es medible, sin embargo, y permite elucubrar que el objetivo podría ser compensar en la siguiente generación las recientes pérdidas de soldados, todavía mayoritariamente hombres, en general jóvenes y en plena edad reproductiva.

    Dejo de lado mi fanatismo demográfico con una pregunta: ¿cómo puede ser que la humanidad destrate a las mujeres como a una minoría, cuando la mayor parte del tiempo son una mayoría?

    En nuestra historia reciente, son las madres y abuelas de los desaparecidos las que han llevado la batalla a lo largo de las décadas, sin parar. Los padres de esos chicos se han muerto primero, o entraron en depresión casi irreversible porque no lograron persistir en esa lucha que fue, la mayor parte del tiempo, totalmente desesperada.

    De modo que celebro a estas mujeres en pie de guerra contra el machismo. Me molesta, como a Abel, el fanatismo de algunas, pero hay que fumárselo: es reactivo frente a milenios de abuso masculino. Quien se diga libre de culpa, que se ligue la primera piedra, por mentiroso.

    Lo que no es reactivo sino inherente es la tremenda persistencia de las muieres. Lo que me hace pensar que, vengan como vengan la economía y la política -que según el camarada Vladimir Ilych es economía concentrada-, las mujeres, hoy tratadas como ganado, sobre todo si son pobres, terminarán ganando. No hay modo de que no ganen. Y espero celebrar con ellas el día en que queden presos un maltratador serial que ascendió a femicida, y el juez y los canas que le permitiieron hacer ese camino sin grandes obstáculos.

    Guardo champagne para descorchar ese día. Que llegará, cómo no. Y más rápido que tarde.

  2. Pablo Etchevehere dice:

    Yo estoy de acuerdo con la marcha y parar los femicidios y la protesta es una erramienta util para ello. Muchas mujeres ayer no pararon o adhirieron silenciosamente. Porque? porque a mi entender en el amplio horizonte femenino desconfían de las entidades organizadoras y las consignas feministas. Las mujeres rechazan a las feministas extremas y éstas desprecian al resto de las mujeres a las que califican de sometidas., En el siglo XIX las mujeres argentinas estaban sometidas, castigadas y generalmente golpeadas, robadas y cautivadas y estas prácticas propias de los indios de la Pampa tambien eran compartidas por gauchos y citadinos. Pero llegó un visionario, que muchos aun critican, llegó Sarmiento y puso a la mujer a la cabeza de la educacion argentina. Rozas al que muchos veneran por varias causas había mandado fusilar una mujer embarazada por el solo delito de convivir con un sacerdote, y Sarmiento había traído el método de las mujeres normalistas de los Estados Unidos y puestas a educar, la maestra normal se convirtió en el símbolo de la educacion argentina. Y esa es la salida a tanto crimen contra la mujer, la educacion y el respeto, sin esos parámetros, se pueden hacer mil marchas mientras mueren mil mujeres.-

  3. ADA E IDO dice:

    La marcha esta muy bien. Creemos que han servido de algo en todo este tiempo. lo que observamos es que el analisis suele ser corto. En nuestra humilde opinion el machismo es el vehiculo que en este caso , el de las mujeres, se usa para dar rienda suelta a algo que esta pasando con el virus de la violencia. Hay mucos temas en esto. pareiera qu elas posiciones son o es el patriarcado, o es aquello de lo que hablo Freud en el malestar de la cultura, o el capitalismo. Tal vez habria que ser mas especifico que usar ess grands palabras contenedoras pero de limites tan inciertos que no explican mucho sobre la situacion. Tambien esta la histeria de la comunicacion moderna. La sensacion que tienen todos es que cada dia matan mas mujeres. La curiosidad nos movio a buscar estadisticas. No habia nada anterior a 1997 , de esos años hasta el 2002 se mueve entre los 400 asesinatos, llega a un pico de 582 en el 2002 y luego baja. en el 2015 fueron 285. Por ahi suena medio frio decir esto , en todo caso tan frio como dar porcentajes de cualquier cosa. Sin embargo , creemos que el problema mas incisivo y el que llena de miedo a todo el mundo es la validacion de la violencia en la cultura. La violencia como look y como dadora de identidad. siempre tuvimos la sensacion de que es como si estuvieran entrenando gente para una guerra loque esta pasando.

  4. David (idu) dice:

    Se dice que el problema es educativo y cultural.

    Un país que tiene como ídolo nacional al semental machista Maradona, al aclamado en las canchas: el violador Bambino Veira, o que se deleita con las estampitas de San Barreda, no parece encaminarse hacia el respeto a las mujeres. Ni a nadie.

    Generaciones vendrán tal vez mejores. Si algo nos hiciera ir cambiando. Por ejemplo lo de ayer. Pero mucho más.

    Mientras tanto continuarán los femicidios.

  5. Capitán Yáñez dice:

    Pues a partir de hoy hay un pollerudo menos, así que en lo que a mí respecta las dos simpáticas muchachas de la foto subirán al bondi si pueden… y si desean viajar sentadas que se sienten el piso.
    ¡Qué tanto…!

  6. Nancy Giampaolo dice:

    El hecho de salir a la calle es significativo y rebosa dignidad, pero como mujer no me siento representada por el vacío de contenido que tiene el colectivo niunamenos. Mucho slogan y poca profundización. Dejando de lado a la extremistas y las que mal usan la causa para vendetas personales, hay muchas mujeres que participan con la mejor intención, pero que no muestran capacidad para armar un discurso homegeneo, claro y, sobre todo, verdaderamente eficaz. Ante la carencia de argumentos que no se basen en la arenga anti macho, anti Iglesia, pro diversidad sexual, censura del piropo y calificación del aborto como un derecho sobre el propio cuerpo en vez de una medida a tomar en casos donde no quedó otra, más que una marcha vindicatoria de una minoría parece una movida destinada a seguir segmentando a las clases medias y populares en vez de unirlas por el bien común. Se está hablando mucho desde el «´genero» sin saber siquiera de qué se habla. Si tenés tiempo, leete esta nota, y si tenés más tiempo piepeá la página que vale lapena http://katehon.com/es/article/realidades-asexuadas-la-ideologia-de-genero-contra-el-sexo.

    Saludos

  7. David (idu) dice:

    Epa, Pablo !!!

    Mencionar en un sólo comentario al Gran Maestro y al matador de Camila O’Forman en este ámbito es toda una audacia!!!

    Saludos

  8. David (idu) dice:

    Gorman

  9. Uno dice:

    Me gustó mucho este post al respecto del tema:

    http://tallerlaotra.blogspot.com.ar/2016/10/algunas-cuestiones-sobre-la-instalacion.html

    Ver en Clarín y La Nación las tapas llenas de la manifestación y temas relacionados, me hace pensar que algo no está bien con cómo se está encarando la cosa. Se imaginan a medios equivalentes de USA cubriendo de la misma forma el tema de la violencia contra los negros? Pienso que los medios se están fagocitando el tema este del #niunamenos, vaciándolo de contenido. También me gustó mucho la reflexión que hace acerca de la morbosidad de contar hasta el último detalle los hechos violentos, y qué efecto se busca con eso.

    Por otra parte, en cuanto a los argumentos de «pidamos por todos, no sólo por las mujeres», les diría la famosa frase de Cristina, modificada «ármense un celectivo y reclamen», en eso me saco el sombrero, es un mérito de las mujeres organizadas haber llegado a esta instancia.

    Pero dicho lo anterior, también me parece importante entender, que la violencia machista, o directamente la violencia, es también muy perjudicial para los hombres. El hecho de que mueran muchos más hombres que mujeres víctimas de homicidios, nos dice que es más probable que un hombre participe de una pelea con armas que una mujer, o que intente resistirse a un robo con más frecuencia que las mujeres, todos comportamientos inculcados al hombre por la cultura dominante. Por eso, me encantaría que hubiera un colectivo parecido al de #niunamenos, por una sociedad menos machista, o menos violenta, que incluyera a los hombres como víctimas. Si lo queremos pensar en términos de minorías, sería algo así como una minoría de hombres no violentos.

  10. Uno dice:

    Por cierto Abel, ofrecerte a lavar los platos, o que las mujeres que lo hacen habitualmente te lo exijan, sería un logro de todo esto 🙂

    En ese aspecto pienso que estamos mejorando. Personalmente me ocupo de la mayoría de las tareas en mi casa, y en mi grupo de amigos pasa lo mismo en muchos casos. Las mujeres ya vienen con otro chip.

  11. Capitán Yáñez dice:

    Mi estimado… lo de «pollerudo» viene a cuento porque antes de mi primer matrimonio supe vivir dos años en soledad (¡grandiosos tiempos, en retrospectiva… de no ser por ésa inigualable bendición que son los hijos!). ¡Cómo los extraño (a aquellos tiempos)… sobre todo ahora que, de vejete, ya no quiero más hijos -con tres basta y sobra- y mi «adorable» segunda esposa ya no puede concebirlos… al menos «naturalmente», lo cual es un glorioso alivio!.
    De aquellos tiempos de soltería conservo la costumbre de cocinar, lavar los platos, la ropa, encererar y etc… costumbre no siempre valorada por las féminas que marchan contra el «machismo».
    Ergo: ahora que soy jovato, a la hora del sexo («hacer el amor») al que le duele cabeza es a mí… arreglátelas como puedas… y no me vengas conque «no me comprendés», «no me contenés» y etc. etc.
    Si vamos a la selva… vamos todos, sin distinción de «género». Si no quieren «caballeros»… pues en lo que a mí respecta no los tendrán.
    La chancha y los veinte no corren.

  12. David (idu) dice:

    «indignadxs»

    Andá, Cuervo !!!

    – El «regodeo escabroso», ¿es lo que le gusta a los medios y al capitalismo, o al morbo del cerebro límbico del ser humano?

    – Si la foto no recortaba la palabra «machista», ergo era para quedar bien (falsamente, porque es La Nación), con la progresía. Y si con el mismo encuadre recortaba la cara, dirías, Cuervo, que «la recortaron porque era morocha». No tiene solución.

    Ley de medios (nueva y severamente restrictiva) ya !!!!

  13. Pablo Etchevehere dice:

    De ninguna manera, un ámbito se vuelve hostil cuando no se ejerce la verdadera libertad con homestidad y aqui si lo hacemos y el ámbito deja de ser hostil para convertirse en amigable.

  14. capitán, en brasil no hay pollerudos; (casi) todos serían feministas!
    hombres (tirando a jóvenes) sentados; mujeres (incluyendo viejas señoras y embarazadas) paradas (en bondis con choferes de fórmula 1).
    e tudo bem.
    pero no es sólo machismo sino el sálvese quien pueda, xq incluye a viejos y ciegos.
    tonces, dale, seguí siendo como el de la mancha.

  15. toda/os somos hombres no violentos!

    hace raaato que los medios se fagocitaron el tema, como el de la inseguridad.

    un distractivo tan útil como en su momento la guerra de malvinas.

    y claro, que no tiene naaada que ver con el capitalismo caníbal de nuestro mundo conocido, ni con el mamarrachismo abyecto en que se vive hoy en la argentina!

  16. Mariano T. dice:

    La próxima marcha feminista debería ser para equiparar la última diferencia legal entre hombres y mujeres: La edad de la jubilación. Es una grosera conjura para sacar antes a las mujeres del campo laboral, y debería ser abolida pronto como método de lucha contra el machismo.

  17. David (idu) dice:

    ¿O sea que se habla de femicidios para distraernos del mamarrachismo abyecto?

    ¿O por el capitalismo caníbal?

    Si no se pubicara nada sobre el tema, ¿estaría todo mejor?

  18. David (idu) dice:

    Puede ser Pablo:

    Entonces los recortes de comentarios a los que me enfrento a menudo (jamás por algún insulto o descalificación, sino como bien aclara Abel, por mi compulsión verborreica) vendrían a ser responsabilidad mía…

    Interesante enfoque.

    Saludos.

  19. claudia dice:

    Gracias por el vínculo, Nancy, el artículo es una joyita imperdible. Más abajo, el Cuervo dice algo concurrente, aunque desde registro personal y político y sin la batería conceptual de Andrade y Alain de Benoist, por supuesto. A decir verdad, se trata de un tema centralizado hoy en agendas que abordamos, mayormente, desde la ignorancia más rampante (porque no era una temática frecuentada a gusto por muchos) . Saludos.

  20. claudia dice:

    Hay dos puntos en el análisis del Cuervo, planteados casi a sobrevuelo, que me parecen extremadamente relevantes:
    a) los individuos particulares, lanzados como tales, a cometer delito. De género o del tenor que fuere. Sus derechos y obligaciones para consigo, los otros y el Contrato Social suscrito. Porque no todo es presencia o ausencia estatal gravitando en la prevención y comisión del delito. La responsabilidad particular parece elidida en las reflexiones, sumergida en colectivos que pueden o no serle pertinentes. Porque cuando el individuo retrocede en la introspección de su rol y atribuciones, no hay contención estatal que alcance. Hay una responsabilidad individual que no puede ser disuelta en el trasfondo genérico, aún cuando sea muy funcional hacerlo para agitar aguas de terror social.
    b) las aberraciones. ¿Qué pasa cuando legislamos / editorializamos tomando como referencia lo aberrante, es decir, lo excepcional, lo que no es promedio social? Saludos.

  21. Esther dice:

    En la movilización de Mar del Plata una mujer llevó un cartel que decía (no lo recuerdo literalmente):
    «Disculpe las molestias, es que nos están matando».
    Me quedé congelada ante la pantalla del televisor: una síntesis clarísima. «Nos están matando». ¿Qué puede decirse, criticarse o debatirse ante una mujer que ha sufrido violencia de su pareja, ante los familiares de una chica asesinada? Creo que nada. Yo, por lo menos, nada.
    Distinta es la cuestión ante los oportunistas “famosos y ricos” (incluyendo ciertos políticos y ciertos periodistas). Distinta, también, la cuestión ante quienes son militantes/activistas de distintas causas con fundamentos políticos o ideológicos: allí sí vale y corresponde el debate, si se considera que hay que dar ese debate.

    ¿Qué pienso? Que la violencia contra las mujeres es una de las formas del ejercicio perverso del Poder sobre los más débiles. No se abusa de los niños por cuestión de género sino porque son más débiles ante los adultos. No es una cuestión de mayorías y minorías. No importa el número: importa si cierto colectivo es más débil que otro. Después de todo, la inmensa mayoría de la población mundial depende de su subsistencia del trabajo, la jubilación, los planes sociales, la caridad… pero, como colectivo, ¿es tan fuerte como el 1% de los exhorbitantemente ricos y poderosos? ¿Quién ejerce el poder?
    Esa condición de debilidad, en cualquiera de los casos, es una construcción histórica, social, cultural. Digo, en una sociedad en la que se considere que los niños o los dementes son el canal de comunicación más directo con los dioses, los niños o los dementes no constituirían un colectivo más débil que otros.
    Conozco poco de la organización social y cultural de nuestros pueblos originarios; conozco más de la vertiente europea, y allí la mujer ha sido considerada inferior, oprimible, débil, desde hace miles y miles de años (y no es la única, por cierto). Conjeturo que el origen está en el útero: controlar a las mujeres es controlar la reproducción. Como controlar al que produce trabajo (sea esclavo, siervo, trabajador fabril, lo que fuese) es controlar la producción.
    Poder.
    Poder.
    Poder.
    Un extenso entramado tridimensional de flujos de poder. No, cuatridimensional: la historia (el tiempo) de la sociedad sí importa. A veces ese entramado se percibe sólo desde y hacia la trinchera particular en la que uno está; a veces se percibe en forma más amplia; como bien escribió Dormidano, luchar por la inclusión excluyendo no es buen negocio; pero esa mirada más amplia requiere de ponerse a discutir y discutir y discutir. No de “cerrar trincheras”.

    No me gusta homologar la violencia de género con la violencia sobre la mujer. Los integrantes de la comunidad trans sufren tanto o más violencia que las mujeres. Más, mucho más. Y los hombres también pueden sufrir violencia sólo por ser hombres. Digo, la violencia de género es una categoría más amplia que la violencia sobre la mujer.

    Estoy en contra, militantemente, de todas esas clases de violencia de género, como también lo estoy en contra de cualquier violencia relacionada con la orientación sexual. Que existan grupos feministas más radicalizados de lo que me gusta no tiene por qué hacerme cambiar de idea. Al fin y al cabo, no le confío ni una pizca al triunvirato de la CGT, pero si por milagro convocaran a un paro o movilización pidiendo reapertura de paritarias y ley anti-despido, adheriría sin pensarlo dos veces (también pertenezco al colectivo “más débil” de los trabajadores…).

    Por último: la sociedad patriarcal nos atraviesa a todxs. Necesariamente. Creo que la violencia extrema, la de golpear o asesinar a una mujer, tiene un origen más profundo que una cuestión de género. Una movilización no detendrá a un hombre violento. Ni dos movilizaciones, ni mil. Pero sí es importantísima por otros motivos. Porque visibiliza, ayuda a crear conciencia (estos debates en los blogs son una bienvenida muestra de ello, nos pongamos o no de acuerdo; hace veinte años ni se hablaba del tema…), hace que como sociedad disculpemos menos a los violentos (algo habrá hecho esa mujer…), aunque más no sea para “no quedar mal”. Le da a la mujeres que son víctimas de violencia apoyo, sustento, las ayuda a permitirse el romper con el círculo vicioso de una pareja golpeadora (y con eso, quizás, salvar su vida). Y ayuda a poner límites a lo que es un aspecto vergonzosamente indignante: el que sean los propios agentes del Estado los que se sumen a esa violencia, ejerciéndola o aceptándola como válida o minimizándola (fuerzas de seguridad, jueces, profesionales hospitalarios).

    Hay otros aspectos de esta sociedad patriarcal que no pasan por el extremo de la violencia física pero que están ahí, en todos lados, porque todxs estamos atravesados por esta cultura, como decía antes. Una forma sencilla de pensar esta cuestión puede ser detenerse en una de las expresiones que más comúnmente usamos, la mayoría de las veces como insulto grave (aunque a veces en forma cariñosa o admirativa): “hijo de puta”.
    ¿Cuántos nos detenemos a pensar qué estamos diciendo cuando decimos “hijo de puta”?

    Abrazos,
    Esther

  22. Esther dice:

    Ja, Capitán… Igualar derechos es también igualar obligaciones, ¿es así? ☺☺☺
    En realidad la sociedad patriarcal también ejerce efectos negativos sobre los hombres, también les quita libertades y derechos. Vaya, ese viejísimo y todavía sostenido «los hombres no lloran»… ¿Y por qué no deberían llorar, me pregunto?

    Abrazos!
    Esther
    PD: confieso que sí me gusta que un caballero me ceda el asiento en el colectivo.

  23. Esther dice:

    Lo leí, Nancy. Y no me gustó. Desde el vamos, confunde «identidad de género/sexual» con «orientación sexual», y esa es una confusión que no puede permitirse alguien que escribe sobre este tema. Por seguir, aparece un amonotonamiento de frases de distintas personas, sin aclaración alguna a la existencia de una variedad de epistemologías feministas que no son coincidentes entre sí. Eso también me llamó la atención. El resto del artículo me preocupó. Mucho.
    Intentando encontrar referencias del autor y husmeando en el sitio, encontré otro artículo:
    «La Ideología de Género al servicio del mal y del dinero, por Diego Pappalardo»
    Cuyo título ya me resultó atemorizante. Lo hallé replicado, bajo el rótulo de «firma invitada», en otro sitio:
    http://infovaticana.com/blogs/firma-invitada/la-ideologia-de-genero-al-servicio-del-mal-y-del-dinero-por-diego-pappalardo/

    Tras leer una serie de artículos publicados allí sobre el Mal y la Ideología de Género se me aclararon las ideas con respecto al artículo inicial, el que linkeaste.

    Y sí, se expone una ideología distinta a la de la aceptación de la multiplicidad de géneros y de que la diferencia entre ellos es diferencia pero no desigualdad. Y es una ideología con la que estoy en profundo desacuerdo.

    Un abrazo,
    Esther

  24. David (idu) dice:

    Está bueno lo que decís, Esther.

    Lo que me cuesta digerir es el neologismo «todxs» en que una consonante se convierte en una vocal o dos, a gusto.

    Pero peor es la «@»

    Todo en el abrumador altar de la corrección política.

    Algún día la RAE deberá terminar con los géneros gramaticales. Será un gran triunfo feminista: No más «él» y «ella».

    No sé en cuánto detendrá a los femicidas, pero no cuesta nada probar, ¿no?

    Saludos

  25. Eugenia (mem) dice:

    Comparto tu pensamiento, Esther. Especialmente de acuerdo con que luchar por la inclusión excluyendo no es buen negocio y por eso se requiere una mirada más amplia, no percibir el entramado desde y hacia la trinchera particular «cerrando trincheras»… Estoy profundamente en desacuerdo con lo que plantea Daniel Eduardo Arias cuando dice que vengan como vengan la economía y la política las mujeres terminaran ganando. Ningún triunfo está asegurado, eh (ni el de la lucha de las mujeres ni el de ninguna lucha). Creer que sí lo está es determinista. No creo en el esencialismo y el determinismo de los triunfos inexorables. La indeterminación es la que permite entender los desafíos de la hora para construir las victorias políticas. Saludos.

  26. claudia dice:

    A ver… hay profusión de textos (mayoritariamente, vía internet) que pueden enriquecernos, dejarnos indiferentes o despertarnos interrogantes. Y una puede, o no, buscar las raíces configurativas de cada texto o sitio, descartando aquellos que no pertenecen a nuestra familia ideológica. Es una opción. El artículo traído por Nancy, surge de un sitio claramente católico, nacionalista, y ruso que tiene particular fijación conspiracionista con el Neoliberalismo. Pero así como hay subidos en el sitio, panfletos creacionistas, también hallamos una entrevista a Cérise en la que, si prescindimos de sus delirios esotéricos, podemos encontrar ciertos hallazgos expositivos respecto del Capitalismo, que guardan correspondencia racional con otros textos que nadie, por aquí, osaría contradecir. Por eso no descarto por filiación, si la temática me aporta algo. Ya que no pocas veces, en círculos que una no transitaría ni borracha, se descubren perlitas expositivas que sí pueden internalizarse. Por ejemplo, una vez, buscando material para un cuento sobre la Ahnenerbe, la palabra clave me llevó a un sitio ideológicamente espeluznante en el que, sin embargo, hallé la más acertada crítica literaria sobre Lovecraft . De la misma manera, este artículo referido por Nancy, reedita la controversia «género-conductismo» y la abre, lo que lo vuelve interesante o, como mínimo… inquietante. Saludos.

  27. Esther dice:

    Je, en realidad la RAE fija como media docena de géneros gramaticales…
    La cuestión de «las/los» nunca me convenció. Lo uso sólo cuando estoy obligada laboralmente (sí, justo eso… lo políticamente correcto).
    Pero sí me gusta el «lxs». No sé de dónde surgió ni por quién, pero se utiliza para ir más allá de «lo femenino y lo masculino». La «x» implica a todos los géneros, incluyendo a los diferentes integrantes de la comunidad trans, a los intersexos, y otros, a los que no incluye el «los/las»; se utiliza la «x» justamente porque introduce una construcción de tres consonantes que es anómala en nuestro idioma, no podés pasarla por alto al leer y es imposible de pronunciar de un tirón; en otras palabras, su función es obligar al lector a detenerse un microsegundo y registrarla, a prestar atención.

    Abrazos,
    Esther

  28. Esther dice:

    Claro que hay distintos tipos de artículos en ese sitio, Claudia. Que se pueden encontrar verdaderas perlitas en todos lados, eso también es cierto. Eso no quita que este artículo no me agrad, y menos aún me agraden otros que hallé por su causa.
    Un abrazo,
    Esther

  29. Muy triste la división entre «razonables» y «fanáticas», mucho más funcional al divisionismo machista que a la lucha de las mujeres.

    A diferencia del reaccionario machista, que se hace el escandaliado por el femicidio con el que obtiene un formidable poder de amenaza sobre las mujeres que lo rodean, las feministas NO desconocemos a nuestras fanáticas.

    Porque las pintadas «de odio» que enumeran en el artículo sobre el ENM son la denuncia de los crímenes de odio, pero también de los discursos de odio «leves» que aguantamos todos los días.

    ¿Enumera algún autor, alguna vez, los fundamentalismos machistas que se encuentra a diario? Los invito a este urgente y muy necesario ejercicio de perspectiva.

    Nuestras fanáticas no son un problema, son quienes empujan el movimiento hacia adelante, quienes expresan la furia de las que siguen secuestradas en sus propias casas, en centros clandestions de violación o incluso en su propio silencio culposo.

    Es una ejercicio de la jerarquía masculina el sentarse, tan campantes y amables, a pedir que abjuremos de los comportamientos incómodos.

    Las mujeres humilladas, las golpeadas, las asesinadas y las que pintan paredes, son todas las mismas mujeres.

    La versión agnosta y fanática de nuetsro movimiento es: ni una sola muerta, ni un solo golpe, ni un solo insulto, ni un solo desprecio.

    Si ese es el «extremismo», cómo podemos llamar a la sociedad femicida de otra forma que no sea terrorimo.

    Suponiendo, claro esta, que queremos sostener algun tipo de honestidad intelectual o de coherencia ideológica.

  30. Mariano T. dice:

    El femicidio es matar mujeres, y hay otras formas de violencia machista menos cruentas pero igual de repudiables, y castigables.
    Pero estadísticamente no es una cuestión de hombres contra mujeres. La mayor parte de la gente, de ambos sexos, no es capaz de ejercer violencia contra nadie, de ningún sexo. Ni tiene que sentirse más o menos culpable en función de su sexo o género.
    Tampoco existe una «sociedad femicida», sinó desequilibrios individuales en un relativamente pequeño grupo de personas. La mayor tendencia masculina a la violencia como método se ve en la proporción de varones asesinados, o de varones en las cárceles (ambas abrumadoras). Pero eso no califica a ni uno de los que no practican la violencia. Es tan absurdo y perverso decir «Los hombres golpean», como «Las mujeres no sirven para ésto o aquello»
    Las feministas no se hacen cargo de las fanáticas, me consta. En todo caso solo lo hacen las propias fanáticas. Que de ninguna manera son comparables, hasta ahora, con un golpeador, no equiparo cosas, pero hacen que se le lleve menos apunte al movimiento.

  31. Mariano T. dice:

    Los pueblos originarios tampoco eran una pinturita. Basta ver el sexo de las sacrificadas en los volcanes por los aymarás, o la crónica del funeral y entierro del Cacique Painé, durante el cual fueron sacrificados caballos de pelea, ovejas y 71 mujeres, incluyendo a la concubina más joven del cacique.

  32. No hay «desequilibrados» hay una cultura que fomenta el desprecio por las mujeres.

    Si todavía no te diste cuenta, o preferís vivir en la negación, problema tuyo.

    Y decir «los hombres nos golpean» es una denuncia mientras que decir «las mujeres no sirven para esto o aquello» es repetir lo que se viene diciendo hace siglo.

    Si no te das cuenta de la diferencia sos demasiado burro para hablar de este tema como si tu opinión tuviera algún valor (no lo tiene).

  33. Acá tenés lo que dicen los «desequilibrados».

    Impresionante como se parece a cómo hablan muchos «equilibrados» que seguro son buenísimos porque sólo lo dicen y no lo hacen (que nos enteremos).

    http://www.bigbangnews.com/policiales/Escalofriante-los-audios-misoginos-de-Zalazar-que-anticiparon-los-femicidios-20161026-0031.html

  34. Mariano T. dice:

    Si no entendés la diferencia entre los dichos de Salazar y los dichos de la gente normal(por más que sean hombres) es que sos, además de fanática, burra. Igual tu opinión tiene valor, como muestrario de como piensan las que pintan paredes y ejercen actos de vandalismo. Una ventana a la idiocia.

  35. Los dichos de Salazar se los escuché a muchos «hombres normales».

    A lo mejor además de burro sos sordo, porque se lo dicen mucho más a otros hombres que a las mujeres.

    Gracias por demostrar cuántos aparecen con comentarios «amables» y «ubicados» y en realidad es un mantito de disimulo de cuánto les gusta insultar y sentirse superiores.

    No soy fanática, es que repiten los comportamientos tan calcados unos de otros que es imposible no darse cuenta.

    Y además lo digo, para que se aviven las mujeres y se espanten los varones 🙂

  36. Qué loco que los tipos como vos nunca nos traen ideas sobre cómo hacer que los jueces no excusen a los asesinos, maltratadores y violadores.

    Nunca una observación o un consejo sobre cómo desmantelar las redes de trata.

    Nunca una idea sobre cómo trabajar el laicismo en el Estado, la desviación de fondos púlicos a la iglesia católica y su eterna campaña anti-aborto.

    No, sólo opinás sobre las paredes pintadas una obviedad tan grande que nos hacés perder el tiempo a todxs.

    No te creo nada, no te importa un bledo el movimiento de mujeres, sólo sentir que sos más vivo y podes darnos consejos.

    PD: en la puta vida pinté una pared. Por tipos como vos es que me planto sin lugar a dudas del lado de las mujeres que sí lo hacen.

  37. Mariano T. dice:

    Ratificás todo lo que dije con tus palabras. No necesitaría agregar nada más. Solo que ahora traés temas nuevos (vieja táctica, no podés hablar de DDHH si no te vi condenar el genocidio armenio), muy interesantes, que se podrían debatir entre gente racional, no es tu caso.

  38. Claro que ratifico tu prejuicio, si sólo viniste a confirmarlo. Acá te dejo para que te desasnes y te pongas un poco al día:

    http://elmeme.me/julia_kaiser/6-frases-erroneas-sobre-la-violencia-de-genero-que-tenemos-que-dejar-de-repetir_127420

  39. Mariano T. dice:

    LAs autoras tienen más argumentos, no son burras como vos. Es un avance.
    Me hace ruido el punto 5, porque implica falacias y generalizaciones. No tengo porqué sentirme culpable de que otros agredan mujeres, como no tengo porqué sentirme culpable de los crímenes cotidianos de cualquier tipo.
    El punto 6 también, particularmente esta frase:
    «Podés ser feminista y no ser igualitarista si estás en contra de un tipo de desigualdad pero a favor o indiferente a otros, pero no podés ser igualitarista sin ser feminista»
    A favor de qué tipo de desigualdad? No será por el único privilegio de género que existe en la legislación, que es la jubilación de las mujeres 5 años antes que los hombres?
    Por eso deja esa ventana abierta?
    Prefiero ser igualitarista. Y no te discrimino, de ser hombre, en vez de energúmena serías energúmeno.

  40. Pobrecito, es obvio que si no insultás y tratas de humillar no podés dirigirte a quien no concuerda con vos.

    Me alegra que te sientas culpable, porque ese no es el objetivo del feminismo sino el resultado de tu cola de paja.

    Lamento que estés tan cómodo en tu ignorancia, sobre todo lo lamento por las mujeres que tengan que lidiar con vos en persona.

    Saludos.

  41. Dejo un poco más de material, esta vez a cargo de un hombre blanco con carrera profesional a ver si así suena más «racional».

    No para Mariano T. que es un caso perdido de militancia neomachista, pero sí para quien esté realmente interesadx en cómo viene la mano:

    http://www.marcha.org.ar/enrique-stola-los-dominadores-no-renuncian-dominar/

  42. Mariano T. dice:

    Jamás insulto primero. A nadie de ningún género (no discrimino)

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