La economía política en las Primarias Abiertas

agosto 10, 2013

Ajedrez

¿Cristina Fernández como la candidata oficialista en 2015? ¿Sergio Massa se afirma como la alternativa? Digamos que las dos afirmaciones nos parecen al menos un poco prematuras a la mayoría de los politizados (los no politizados no piensan mucho en el tema, todavía). Pero las campañas electorales, para los que participan intensamente, funcionan como los mercados: anticipan los acontecimientos previstos.

Supongo que es por eso que hoy puedo leer en el blog de Artemio López, destacado encuestador y adalid kirchnerista

«El oficialismo … es el espacio político partidario que dispone hoy mismo de mayor cantidad de candidatos a la presidencia para el año 2015, dada la multiplicidad de alternativas que están disponibles para seleccionarlos, todas , impulsadas por la gran autoridad política que dispone la Presidente. Veamos las variantes disponibles:

 1- la construcción de un candidato respaldado por la Presidente,
2- la competencia de varios respaldados por Cristina en las PASO ,
3- la reelección de Cristina Kirchner para el período 2015-.2019«.
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Y en el blog de Marcos Novaro, Director del Centro de Investigaciones Políticas (CIPOL) y columnista de La Nación, esto otro:

«Las encuestas hablan de una importante tendencia a la polarización del electorado bonaerense entre opciones peronistas, que muy probablemente terminará siendo todavía más intensa en estas elecciones que la vivida cuatro años atrás, cuando Néstor Kirchner fue derrotado por De Narváez sumando entre ambos algo más de 60% de los votos en ese distrito.

Mientras que la lista oficial viene creciendo por impulso de Scioli y Cristina, la que lidera Massa lo hace a costa de De Narváez, pero también de Stolbizer y Alfonsín. El lema del Frente Renovador a favor del voto útil … parece estar dando resultado. Con independencia de la común procedencia y otras muchas coincidencias que ha habido hasta hace muy poco, y seguramente seguirá habiendo o volverá a haber en el futuro, entre los principales candidatos del FPV y del FR«.

Aunque no puedo dudar del cristinismo ferviente de mi amigo Artemio, sospecho que el profesor Novaro no está jubiloso con esta demostración de lo que él llama «pluralismo peronista«. De todas maneras, uno se pregunta si esta… anticipación de escenarios es la estrategia más conveniente para esos dos grandes espacios políticos argentinos en que se ubican, respectivamente, los dos opinantes. Después de todo, estamos hablando de una elección primaria, que además se hará mañana, recién.

Igual, ambos dos se ganan (bien) la vida como consultores. Y es cierto que las encuestas, que no alcanzan para definir ganadores cuando las diferencias son pequeñas, sí sirven para indicar las inclinaciones de grandes sectores sociales. Además, aunque tiene razón mi amigo Manolo y estas primarias servirán para demostrar o cuestionar liderazgos locales, y irán formando una cultura política, en el largo plazo, en las provincias donde se aplican en el nivel local – lo que dice Novaro en La Nación de hoy es una tontería académica – … esos liderazgos locales no van a tener mucho peso en la selección de candidaturas nacionales para el 2015. Nunca lo tienen, en el corto plazo.

Las dudas que me despiertan este tipo de afirmaciones vienen de otro lado. A los teóricos más brillantes del ajedrez hay que recordarles a veces «Las negras también juegan«. En política hay que decir «La realidad también juega«.

Pensaba esto porque otro amigo, Pablo Tonelli, colaborador asiduo, me acercó un juego intelectual. Dibujó un escenario económico posible y, basado en declaraciones de los candidatos a estas elecciones, especula cómo lo enfrentarán en el Congreso (Para el oficialismo, diseña un curso de acción basado en cómo enfrentó en el pasado circunstancias parecidas).

Tengo que decirles que Pablo es peronista, y juega decididamente para el oficialismo. Eso sí, el escenario que elige imaginar, y donde pone a los candidatos, es bastante más pesimista que el que les gusta escuchar a la militancia K en campaña. Pero, como a la realidad le importa muy poco el optimismo de los militantes…

Y les confieso también que, en mi blog, América del Sur tendrá que esperar. A pesar que se levantó una reunión justamente con un consultor, más joven que esos dos, llamadas telefónicas no me dejaron tiempo ni para revisar las notas que tenía enlazadas. Suerte que llegó lo de Tonelli.

Me esforzaré para prepararles para mañana un cuadro de situación. Como siempre ante una elección, no quiero desperdiciar una oportunidad para que la realidad me desmienta.

ECONOMIA POLITICA DE LAS P.A.S.O.

Pablo Tonelli, economista

Esta breve nota intenta hurgar en el pensamiento económico de las principales fuerzas que disputan las Primarias Abiertas Secretas y Obligatorias, e interpretar los intereses que las mismas defienden o expresan, ya que la Cámara de Diputados será la caja de resonancia de numerosos debates. Para hacer esto voy a realizar un breve análisis interpretativo de la coyuntura local y establecer supuestos sobre la evolución de los mercados internacionales, los que podrán o no verse convalidados a posteriori. Los supuestos son para robustecer este pequeño ejercicio de ficción.

En la escena local el problema radica en la sustentabilidad del superávit comercial externo, estimado en aproximadamente U$S 11.000 millones, y en la solidez de las reservas, cercanas a los U$S 37.000 millones (proyección de moderado optimismo a fines de 2013). Las Reservas son amenazadas fundamentalmente por:

  • El déficit energético, que se traduce en una discusión sobre los alcances de los subsidios (ya que se paga caro en dólares y se subsidia en pesos),
  • El creciente monto de pagos en concepto de turismo al exterior de los argentinos con capacidad de ahorro,
  • Las cancelaciones de la deuda privada de empresas residentes en el país,
  • Las cancelaciones de la deuda pública y por las importaciones de bienes, las que se abonan a los 90 días.

Como enseña la experiencia histórica argentina, la restricción externa, es decir la escasez de dólares, no es un problema económico, es una cuestión de sustentabilidad política.

Supongamos un escenario internacional más complejo que el presente a los efectos de este ejercicio: En éste caso hipotético EEUU finalmente decide abandonar la política expansiva que la Reserva Federal (FED)  viene implementando, adquiriendo títulos a razón de U$S 85.000 millones mensuales para sostener el gasto público en una economía deprimida. Esto puedo ocurrir porque los directivos de la FED  se convencen de que el ciclo económico se ha revertido y EEUU vuelve a transitar el camino del crecimiento, o porque finalmente los halcones del déficit fiscal como los llama Paul Krugman han ganado la partida. Esto se expresa en una elevación de la tasa de interés internacional, que ya viene reaccionando hacia arriba, aunque muy moderadamente aún.

Supongamos además que a este efecto se le suma una muy buena cosecha norteamericana de soja y una desaceleración del crecimiento de China. Como consecuencia de estos factores el precio internacional de los commodities baja, entre ellos el de la soja y el maíz y como consecuencia el sector agrícola exportador, que posee stocks acumulados, porque ha retenido cerca de un 40 % de la producción de la campaña anterior en silos-bolsa, enfrenta precios unos 20 % inferiores a la anterior campaña.

El problema de coyuntura, visto desde el último trimestre de este año, sería entonces: Menor oferta de divisas a la vista, mayores pagos de deuda externa a presupuestar, porque los niveles de crecimiento del 2013 adicionarían aproximadamente U$S 3.000 millones más en 2014 para el pago del cupón ajustado al crecimiento del PBI, que se agregan a las demandas de dólares ya descriptas: energía, turismo, cancelaciones de deuda externa privada.

Supongamos (este es un mero ejercicio, repito) que el Gobierno decide operar sobre esa coyuntura económica adversa en resguardo de las Reservas Internacionales adoptando instrumentos específicos. Por ejemplo, decide ampliar a 180 días el pago de las importaciones, lo que genera problemas, pero le permite hacer caja transitoria de reservas, y a su vez decide ampliar la política de tipos de cambio múltiples, obligando a liquidar por un mercado diferenciado (seguramente próximo al nivel del “blue”) los gastos de turismo, tanto de residentes que demandan dólares como de turistas extranjeros  e incluye en este segmento las transacciones financieras, esto es los pagos de deuda privada y los ingresos de capital. Todo ello sin alterar el control de cambios.

No se crea un mercado libre, es un segmento por el que se liquidan determinadas transacciones que actualmente se cursan por el MULC, Mercado Único y Libre de Cambios. El objetivo de estas medidas es simple: Evitar la pérdida acelerada de reservas cuyo ritmo de  deterioro en ese supuesto se haría insostenible.  Para ello se  intenta por un lado revertir el signo de las transacciones turísticas, fuertemente deficitarias, encareciendo el turismo de argentinos en el exterior y abaratando el turismo en Argentina. Cursar las operaciones financieras por este nuevo mercado tiene el objeto de desalentar la cancelación de créditos ligada a la percepción de los grandes operadores de la existencia de un retraso cambiario. A su vez otorga incentivos al ingreso de capitales que el mercado actual desalienta.

Supongamos (reitero que este es un mero ejercicio) además que el Gobierno retoma la política anunciada y luego abandonada en 2011 de pasar de subsidios generalizados a subsidios focalizados y se plantea un esquema paulatino de reducción de las pérdidas de reservas por el déficit energético, reduciendo los subsidios a la energía.

Ya estoy escuchando a los grandes medios de la Argentina y a los voceros de las instituciones patronales del “campo” afirmar que estas medidas, que en este ejercicio ficcional propondría el Gobierno, sólo constituyen “parches” que no solucionan nada. Si los enfrentamientos del Gobierno y la Mesa de Enlace han sido duros con altos precios internacionales y buena rentabilidad no es necesario ser un observador esclarecido para inferir que con caída internacional de precios y disminución de las ganancias la propuesta unificadora del sector será proponer una macro devaluación que compense plenamente esa caída. Devaluación que en un esquema ortodoxo deberá ser seguida de una contracción del gasto público y la demanda interna para contener la puja distributiva. Es decir, el conjunto de la sociedad deberá pagar ajustando sus empleos, salarios y actividades para que el sector agrícola no pierda ingresos.

¿Qué hará la oposición en esta ficticia coyuntura propuesta?

En primer lugar: la UCR y Stolbizer.

Referentes como Cobos o el radicalismo cordobés se alinearán sin matices a que la solución para restaurar el equilibrio macroeconómico perdido sea la devaluación y el ajuste interno. Ricardo Alfonsín y Margarita Stolbizer, que se opusieron a la Resolución 125, seguramente apoyarán esta idea de devaluación y ajuste en general, pero matizarán la propuesta de reducción de los subsidios  a las tarifas de los servicios públicos y al gasto social, manteniéndolos en su nivel presente. Seguramente esto alivia a las buenas conciencias. El problema es que si se reduce el salario y el empleo la demanda de subsidios sociales crecerá, es decir aumentará más que proporcionalmente.

No creo que dentro del FAP el socialismo de Hermes Binner tenga una propuesta muy diferente a la de este último sector del radicalismo. Lo mismo vale para Prat Gay o Carrió, siendo generoso. Ajuste puro y duro o ajuste con matices, pero ajuste al fin, un poco como la derecha y la socialdemocracia europeas. El problema para Victoria Donda y Libres del Sur en una coyuntura así tiene más que ver con una visita al psicoanalista que con opciones políticas.

El PRO será el abanderado “a lo Rajoy” de una política de fuerte devaluación y ajuste, qué duda cabe. Ya Federico Sturzenneger lo adelantó. Obviamente se encolumnarán en esta postura los diputados del PRO bonaerense que accedan a la banca de la mano del Frente Renovador de Sergio Massa y también lo hará De Narváez, quien incluso se ha manifestado contra el actual nivel del gasto social al estilo de los vigilantes del déficit fiscal en los EEUU, integrantes del Partido Republicano.

Veamos el Frente Renovador entonces como un todo. Su principal referente sostuvo ante el Consejo Interamericano de Comercio y Producción que “el sector que más aporta a la Balanza Comercial es con el que peor estamos….el que sufre más fricciones”. ¿Quién de sus referentes económicos tendrá más peso en una situación límite, en que las papas quemen? ¿Economistas de cuño heterodoxo, separados por matices con el Frente para la Victoria, como Miguel Peirano o Ricardo Delgado? ¿O el inefable Martín Redrado? Me da la impresión que la tentación de ser la expresión de los sectores tradicionales del poder en una coyuntura así sería irresistible para Sergio Massa. La política y las alianzas son las de Redrado, la ortodoxia, el establishment, “compensar” (que fea palabra) los  efectos sociales del ajuste, la tarea asignada a los otros. Así las cosas a De Mendiguren le llevaría años volver a dar un charla en una Cámara Empresarial Pyme…

No he mencionado a ningún referente de izquierda. Todavía resta ver si la encomiable y ardua tarea militante del FIT por poner un diputado nacional tiene éxito. Creo que éste se opondría a todo y a todos y todas siguiendo una vieja tradición trotskista; de todas maneras su posición no es relevante en una coyuntura de discusión abierta del poder.

El propósito de este ejercicio ficcional es suponer una situación límite, porque en ella se ve en qué canasta se ponen los huevos. Tiene un fuerte efecto demostración ¿Será así? Bueno, creo que la experiencia nacional permite sostener que muchas veces la realidad supera a la ficción,  o a la economía-ficción, como en este caso.