Una vieja batalla argentina. Que no está perdida

N S S

Ayer subí un posteo sobre la Cumbre de Seguridad Nuclear, en «política internacional«. No trataba sobre la nuestra (no estamos jugando en esa liga); la intención era dar una idea de un tema -el combate contra la proliferación de armas nucleares- de interés para las Potencias, y de los distintos niveles de prioridad que le dan al asunto.

El habitual, y muy informado sobre temas científicos, comentarista Daniel Arias aportó un análisis de cómo las políticas de seguridad de los EE.UU. han impactado e impactan sobre nuestro desarrollo tecnológico. Y cómo esos imperativos de seguridad de la Gran Potencia acompañan intereses económicos.

Entonces, este posteo tiene dos partes distintas: Les actualizo, brevemente, nuestra participación en la Cumbre (sobre ese tema en general los medios locales han ampliado su cobertura. Clarín hoy reproduce en parte el artículo de El País que les acerqué ayer).

Luego, -como muchos no leen las columnas de comentarios- les copio aquí, mínimamente editado, el comentario de Daniel. Es largo, pero recomiendo mucho leerlo. Es la crónica actual de una batalla argentina por el desarrollo tecnológico propio. Una batalla de muchas décadas, que hoy enfrenta malas perspectivas, seamos realistas, pero que debemos seguir dando. Porque de ella depende, en buena parte, ser una Nación y no solamente un territorio.

Al final, toco los dos aspectos en un comentario mío. Mucho más corto, eh.

Leemos: «El presidente Mauricio Macri ratificó hoy en Washington el compromiso del país en el «uso pacífico de la energía nuclear» y explicó que la Argentina «avanzó en un proceso de reconversión para que todos los reactores trabajen con uranio de bajo enriquecimiento».

En la Sesión Plenaria de la IV Cumbre de Seguridad Nuclear, Macri aseguró que «es necesario tomar todas las medidas para proteger los materiales nucleares de organizaciones terroristas y criminales» y afirmó que «puede lograrse mucho en seguridad nuclear, sin obstaculizar el uso pacífico» en el campo de la energía y de la investigación.

«La Argentina está consolidando un proceso de reconversión, en el que todos nuestros reactores trabajan con uranio de bajo enriquecimiento».

El Presidente aseguró que «la Argentina es hoy un país libre de uranio altamente enriquecido» y que como miembro de todos los mecanismos de control de material sensible y de los regímenes de no proliferación, «hoy es capaz de exportar material nuclear«.

Hoy mismo la Casa Blanca, amablemente, dio a publicidad un «Fact sheet« donde confirma la afirmación del Mauricio, y agrega antecedentes: «Los Estados Unidos y Argentina han colaborado durante años para eliminar las existencias de uranio altamente enriquecido (HEU) de Argentina. Desde que se inició este esfuerzo cooperativo, más de 40 kilogramos de uranio altamente enriquecido se han eliminado de Argentina.

Antes de la Cumbre de Seguridad Nuclear de 2016, quedaban aproximadamente 4 kilogramos de uranio altamente enriquecido que no era elegible para ser devuelto (!) a los Estados Unidos debido a su forma y composición. Argentina fue capaz de eliminar todo su uranio altamente enriquecido, ya que convirtió su producción de isótopos médicos para el uso de uranio de bajo enriquecimiento (LEU) en 2002 y convirtió su último reactor de HEU a LEU en 2008.

En esta Cumbre Argentina anunció la disposición de su HEU restante. El Departamento de Energía de EE.UU. y la Comisión Nacional de Energía Atómica de Argentina han cooperado en diluir y desechar este material en Argentina.

Después de haber completado este proyecto, Argentina – y toda la América Latina y el Caribe – se consideran libre de HEU, lo que se entiende en el sentido de que ningún país tiene más de 1 kilogramo de uranio altamente enriquecido«.

Dice Daniel (Arias, no Scioli): «Desde que se fue nuestro ilustre visitante Obama, se congeló el ARSAT-III (tiro por elevación contra INVAP, 600 de cuyos 1500 expertos trabajan en el área espacial). Dentro del abanico de ramas tecnológicas de INVAP, la que creció en forma más rampante fue la espacial.

Es obvio que INVAP tiene otro cliente espacial, la Comisión Nacional de Actividades Espaciales, creada y dirigida por Franco Varotto (fundador de INVAP en otros tiempos, y justamente para enriquecer uranio). Pero la CONAE vive históricamente con bajos presupuestos y sus proyectos se demoran mucho. No parece que INVAP vaya a poder retener su masa crítica de constructores de satélites con la terminación de los SAOCOM.

Insisto: los tiros van contra INVAP. Carga con el pecado original de haber construido la planta de enriquecimiento de uranio de Pilcaniyeu, bajo las narices mismas de la CIA y del embajador Schlaudemann.

Por eso luego que un presidente electo más bien demudado (Alfonsín) y el presidente saliente de la CNEA, el Alte. Castro Madero, anunciaran en 1983 que un país que salía de una guerra reciente contra el Reino Unido estaba enriqueciendo uranio, las carreras del jefe de estación de la CIA en Buenos Aires y de Schlaudemann debían tener, como opción más ventajosa, el “sapukku”.

Pero INVAP carga con otra cruz más: la de ser nuestro último fabricante real de material bélico o dual.

Lo hecho en materia de radares fue rápido y efectivo: partiendo de cero, un primer radar 2D colaborativo que ya cubre el 100% de las rutas aéreas argentinas (sorry, Raytheon, pardon, Thales), y un 3D militar enorme pero transportable en container, y con un alcance efectivo de 480 km. Siguen versiones portátiles de menor alcance del 3D, y sobre todo -y esto sí es esperanzador- el primer radar de apertura sintética (antena fija) del hemisferio sur, que es el del satélite SAOCOM. Si podés hacerlo inmenso y en banda L, seguramente podés también hacerlo en miniatura en una banda de mayor frecuencia y ponerlo en la nariz de un caza, o de un drone, o de un misil.

A no olvidar que también INVAP dio algunos pasos en la aeronáutica dura y pura, y por eso, como diría Obama si hablara latín, “delenda est”. El elefante republicano tiene memoria larga, pero también el burro demócrata, y sabe bien adónde patear.

La acción de INVAP dentro de FAdeA fue demasiado corta como para mostrar resultados, pero estos barilochenses no dan puntada sin hilo y siempre terminan lo que empiezan, y suele salirles bien.

Con la FAdeA no llegaron a los titulares porque realmente les tocó ganar la maratón con un adoquín atado en cada zapatilla. Inevitablemente es más difícil resucitar un fiambre muerto en 1983 que parir un bebé nuevo. Tras otros traspies de otras administraciones kirchneristas, INVAP compartió la plana de la FAdeA (Fábrica Argentina de Aviones), tratando de sacarla con proyectos cortos, viables y útiles de la indecible ruina física y financiera en que la dejaron Menem, De la Rúa, los 5 presidentes de puerta giratoria, Duhalde, la Lockheed Corporation y el US Marine Corps, que vigiló el enorme predio desde 2005, asegurando el derrumbe -obra del óxido y el tiempo, no de las armas- de 58 de los 60 enormes galpones llenos de maquinaria avanzada. En los otros dos, nuestros presidentes más entreguistas y la Lockheed jugaban a construir aviones IA-63 Pampa. Como 12 aparatos en 15 años, wow.

Los planes de INVAP fueron muy conservadores y racionales. Primero remotorizar y rehacer la aviónica del Pampa III, y construir nuevos hasta tener una fuerza efectiva de 40. A ese valor “de corte”, el aparato habría sido económicamente competitivo en el mercado mundial.

Como para salir de pobre hay que trabajar para socios grandes, otro acierto fue colocar a FAdeA como aviopartista de Embraer en el proyecto KC-390, un transporte militar destinado a complicarle el mercado mundial al Hércules y al Galaxy. Brasil aceptó sin problemas la tercerización de todo un segmento electromecánicamente complicado del avión: el cono de cola, con el empenaje y las rampas de carga.

Y así empezó a entrar plata legítima a la fábrica. No es poco decir: FAdeA vivía de changas, manteniendo los IA-58 Pucarás (cuyas células ya no aguantan más la vejez), los IA-63 Pampa, los Embraer T-27 Tucano comprados a Brasil, y los escasos Hércules y Fokker F28s y F27s que todavía logran volar. Una buena ida fue repotenciar el vetusto Lockheed Martin P-3B Orion, único avion de patulla maritima de la Aviación Naval Argentina (COAN). Fuera de ello, para llegar a fin de mes, FAdeA hacía mantenimiento y pintura de aviones comerciales argentinos.

Otro proyecto aún más interesante fue el entrenador primario IA-73 de UNASUR, en el que participaban como accionistas y aviopartistas los países de la región. Era (¿es?) un biposto lado a lado (facilita el aprendizaje) con una célula de materiales compuestos (cuadruplica la vida útil de una de aluminio, y elimina virtualmente sus costos de mantenimiento). Aviónica de la buena, además. Y decenas de PyMES tecnológicas repartidas en toda la región como fabricantes de partes. Lindo aparato, realmente bonito, y como solía decir Michel Dassault, “un avión bello vuela bien”.

Pero los que volaron fueron los accionistas. De los 9 anotados iniciales en 2012, en 2014 quedaban 3: 50 aviones para Argentina, 24 para Venezuela y 18 para Ecuador. Vergonzosamente, el primer presidente en recular fue Dilma Rousseff, que ya iba para atrás ante el golpe blando que enfrenta el PT desde que Lula descubrió el petróleo pre-sal. Brasil comunicó que no compraría el aparato, aunque no se negaba a que el BNDES -estatal- siguiera financiando el proyecto. Obviamente, Brasil -cuarto fabricante mundial de aeronaves- iba a ser el cliente principal, y le daría lustre al proyecto: a fecha de hoy su entrenador multipropósito Tucano sigue siendo el mejor aparato de célula metálica del mundo en su tipo. Flor de chapa iba a tener el IA73 en su fe de bautismo.

El proyecto sigue formalmente vivo, pero la creación de la empresa AERO-UNASUR se paró por falta de apoyo de (je) los bancos centrales, y Pratt & Whitney de Canadá se olvidó de contestar si suministraba los motores turbohélice (los mismos que usa el Tucano). Se lo puede remplazar por el motor ucraniano Ichvenko-Progress, pero algo me dice que el diablo va a meter la cola ahí también.

El tener fabricación propia de un buen entrenador primario y un todavía aceptable entrenador secundario, como es el Pampa, le daba futuro a la fábrica y sobre todo a la formación de pilotos de combate, aunque no tengas cazas o aviones de ataque a los cuales subirlos, Eso desgraciadamente se resuelve más fácil: importando. Un caza viejo lo sustituís, si te dejan. Un piloto que deja la FAA y se va a una aerolínea no lo sustituís, salvo que tengas con qué. Y son años.

Pero la cola del diablo es larguísima: la intención inicial argentina de anotarse como partista local del formidable Saab-Gripen sueco fabricado en Brasil se malogró porque la aviónica original tiene componentes que la OTAN considera prohibidos de adquisición o uso por la Argentina, la sustitución de los viejos Mirage III interceptores y Dagger (Kfir israelíes) por el caza chino-paquistaní supersónico CAC JF-17 quedó en la nada. La idea de sacar del cementerio los viejos Kfir dados de baja por Israel puede ser absurda u obligatoria, según se mire. Seguramente es ambas cosas, pero no parece que vaya a suceder.

Es evidente que si el menguado Bush sufría de “target fascination” con Afghanistán e Irak, la diplomacia de Obama es capaz de seguir mucho más blancos simultáneos, e irlos derribando uno a uno, sin ruido y silbando bajito. Y en Sudamérica está teniendo éxito tras éxito. Pero tiene límites: Brasil no se baja ni a palos de su programa de uranio enriquecido, y máxime con la plata que puso en la enorme planta de enriquecimiento de Resende.

Con todo, si INVAP y el kirchnerismo hicieron algo realmente notable e invisible en materia aeronáutica, todavía no llegó a término. Hubo tarea previa: desbrozar el terreno del vedettismo de cada Fuerza Armada, que quería construir (tradúzcase como “importar”) su propio drone, y establecer dos aparatos únicos para todas las fuerzas, te guste o no, según autonomía de vuelo y capacidad de carga.

Pero hoy dormimos sin frazada. Hemos llegado a puerto. FAdeA ha pasado a ser dirigida por un radical lechero y cordobés. Nadie podrá acusar a la fábrica de actuar con mala leche, pero no veo un gran futuro mientras esto dure.

¿A qué viene todo esto, si estábamos hablando de enriquecimiento de uranio? Bueno, en 1983 y operando a través del canciller Caputo, la embajada puso a dieta de muerte a la Comisión Nacional de Energía Atómica (CNEA), aún al costo de quedarse sin Atucha I (rota a fuerza de suspender paradas de mantenimiento) y sin Atucha II, 1110 megavatios con un factor de disponibilidad del 95% o más, eso en pleno alud de apagones en los veranos de 1987 y 88. Pocos eventos tecnológicos se volvieron inmediatamente políticos: los apagones contribuyeron como ningún otro factor a esa sensación de “¿Adónde está el piloto?” que permitió que el microcentro sacara de juego a Alfonsín con dos hiperinflaciones al hilo.

Al dejar sin sus proyectos propios a la CNEA, quedó colgada del pincel INVAP (autora de la planta inicial de enriquecimiento). Casi el 100% de las entradas de INVAP provenían de proyectos como contratista principal de la CNEA. La CNEA se negó a morir, nunca sabré cómo, pero los daños de Alfonsín, corregidos y aumentados por Menem 1.0 y 2.0, De la Ruina, los 5 grandes del buen humor y Duhalde fueron terribles, especialmente en pérdida de recursos humanos.

INVAP por su parte logró no morirse por varias decisiones estatales: la del estado egipcio, en primer lugar, ya que ganó el contrato por la construcción del reactor de Inshas, en vecindades del Cairo, y trascartón volvió a ganar otro de menor potencia pero mayor chapa: el OPAL de Australia, en Sydney. Hay que reconocer que también fue decisivo el salvavidas de 15 palos verdes que le consiguió a su hija díscola, la empresa INVAP, el mentado y nunca suficientemente elogiado Franco Varotto desde la CONAE para que la PyME barilochense, que había dejado en la calle al 70% de su planta y estaba en trance de cierre, se pusiera a construir satélites.

Señores, Obama fue a Bariloche a ver cómo volver a aplicar la receta de matar al ternero hambreando a la vaca.

El contratista oficial de construcción de centrales nucleares de la Argentina es NA-SA, cuyo plantel directivo dimitió en masa después de que el ministro de la Shell (perdón, de Energía) dejó en la calle a 2500 tipos altamente calilficados para construir nuevas centrales y remozar viejas (Atucha I puede repotenciarse y tirar 30 años más, pero la quieren desguazar, y Atucha III, una Candú canadiense-china que la Argentina puede construir de memoria y los chinos financiaban a full)… bueno, no se va a hacer. ¿Y del reactor CAREM, en construcción? Dios proveerá.

Pero estimados, NA-SA es, como toda empresa nuclear argentina, altamente INVAP-dependiente, en buena medida porque no hay reactor u obra que los barilochenses no hayan entregado en tiempo y forma, lo que los vuelve una oveja blanca en nuestro mundillo atómico.

Lo que es interesante es pensar que en los buenos años pasados, además de repolentear la planta de enriqucimiento de Pilcaniyeu (que es tecnología de los años ’50, la más fácil pero la más costosa en energía), desarrollamos dos vías más de enriquecimiento desde la CNEA, que tercamente sigue investigando: una de centrifugadoras, como la de los brasileños en Resende, llamada cariñosamente “la Moulinex”, tecnología de los ’70 y ’80, la más usada en el mundo) y otra de láser (la más futurista, y la que promete menor costo energético). A ésta vía los cerebros de la CNEA la llaman “la lamparita”.

Dado que la Argentina necesita enriquecer uranio al 4,5% para un pequeño CAREM “de demostración” o una central grande tipo PWR china o rusa (paradas), lo de bajar el costo en energía de producir energía no es un tema menor. Vamos a necesitar bastante uranio pero no muy enriquecido. Hay que añadir un poco de enriquecido al 20% para los reactores de fabricación de radiosótopos, rubro en el que somos el proveedor de mejor reputación mundial, acostumbrado a pasarle como topadora por encima a la oferta francesa, japonesa, china, coreana… y estadounidense. De hecho, la última ranada de INVAP fue venderle a una farmacológica yanqui (Coqui-Pharma) dos reactorcitos para fabricar tecnecio 99m, que allá falta y aquí sobra. Eso debe haber dolido en la Gran Democracia del Norte: ya no saben hacer un aparato que ellos mismos inventaron, como el reactor de pileta abierta…

De modo no necesitamos de plantas de enriquecimiento de gran tamaño, don Obama. La idea de que la Argentina haga una bomba atómica de uranio no despeina a nadie. ¿No sería mucho más fácil, barato y sencillo hacer una implosiva de plutonio? Y creáme que teniendo el 8vo territorio del mundo por superficie, y tan lleno de lugares desérticos, podríamos disimularla un tiempo. Ud. lo sabe y en este foro casi todos también. La gilada no.

Lo que Ud., don Obama, quiere es que no tengamos ninguna tecnología nuclear, punto. Y si para eso hay que barrer con NA-SA, la CNEA, INVAP y la pléyade de PyMES surgidas o recapacitadas para lo nuclear con la epopeya (perdón por la aparente desmesura, no lo es) que fue terminar Atucha II, al diablo con todas ellas.

Dado que INVAP a esta altura es una empresa dual, dado que tiene varios proyectos aeroespaciales y de control de grandes superficies, lo de frenar la CNEA es matar dos pájaros de un tiro. Si éste le sale bien, cae también INVAP.

Es todo el proyecto nuclear el que está en peligro. Lo interesante es que el encargado de ejecutarlo es un ministro de la Shell (perdón, de Energía) en un país con un déficit de generación de base de alrededor de 4000 megavatios. Que precisamente, por ser generación “de base”, imprescindible 24×7, debe ser necesariamente térmica o nuclear.

Pero dado que desde 2008 somos importadores netos de petróleo, y de gas mejor ni hablar… ¿qué mejor que la Shell para administrar este déficit? Después de todo es una empresa que no tiene yacimientos argentinos, hace únicamente “downstream”: compra (no importa si afuera o adentro), refina y distribuye.

Lo que sí debería recordar el gobierno es que los apagones desatan descontrol social y su equivalente fino, mucho más dañino: hiperinflaciones«.

Mi comentario: Parece claro que el gobierno de Macri no comparte el entusiasmo por la tecnología nacional, ni su política de ajuste permitirá la subsistencia de la mayoría de los proyectos. Pero creo que hay una razonable posibilidad de dar una batalla -una retirada, en realidad cortando pérdidas- hasta que la orientación del Estado cambie. La continuidad de Lino Barañao puede ser un gesto vacío -hoy lo es- pero el hecho mismo de hacer el gesto indica que hay una necesidad política de no parecer antagónico a la comunidad científica.

En cuanto a los proyectos, mi sugerencia es que los argentinos debemos diferenciar la capacidad de producir uranio enriquecido, en cantidades apreciables, u otros materiales radioactivos de uso bélico, de otros desarrollos tecnológicos nucleares, o no nucleares de potencial uso bélico.

Digo esto aunque coincido con Daniel en que para algunas empresas estadounidenses, con muy buenas relaciones con su Departamento de Defensa, preferirían que nos dedicáramos, exclusivamente, a proveer supermercados.

Y también que algunos expertos en el área consideran que esas capacidades que menciono al principio son una carta de negociación de Argentina -una de las muy pocas que podría tener- en el juego del poder mundial.

No estoy de acuerdo. Sobre determinados armamentos, nucleares y biológicos, hay una cierta paranoia en los centros del poder mundial. Justificada.

Para usar la (potencial) capacidad nuclear como arma de negociación, es necesario que los líderes del país estén locos. O lo aparenten convincentemente, como en Corea del Norte. Aunque los argentinos podemos ofrecer algunas buenas imitaciones, no nos creerían. Se vive demasiado bien en Buenos Aires.

Por supuesto, sería ingenuo creer que EE.UU. vería con buenos ojos desarrollos tecnológicos «pacíficos». A ningún empresario le gusta la competencia, como ya explicaba Adam Smith. Pero los formados en la tradición «anglosajona» saben que todo bien con el oro, pero el hierro es el metal decisivo.

8 Responses to Una vieja batalla argentina. Que no está perdida

  1. Ariel dice:

    No me metí en los comentarios del post anterior, así que comento un par de cosas acá, ya que se habla de varios temas sobre INVAP que casualmente consulté con gente de ahí (se ve que estamos todos con las mismas preocupaciones) y alguno sobre FADEA, que recopilé estos días:
    – Lo de la suspensión del ARSAT 3 quedó en el limbo de las propuestas impopulares que no saben como manejar, así que no saben si es una amenaza concreta al laburo, aún. Parece que si va a haber un retraso.
    – Si parece que suspendieron el programa de radares de apertura sintética de baja altura (los que mencionaba Daniel del SAOCOM), que tiene cero visibilidad para el gran público, es estratégicamente importantísimo y se lleva puestos 400 puestos de trabajo directos e indirectos. Esperemos que no afecte todo el programa de radares.
    – Hasta ahora no tocaron el programa SARA (el de los drones a ser producidos por FADEA) y sigue adelante.
    – De FADEA me llega por un lado la suspensión del programa IA-100, un entrenador básico aún más chico que el IA-73, y al mismo tiempo que lo están presentando en FIDAE, la feria de armamento que se organiza anualmente en Chile (ahora mismo) y que está por volar el prototipo.
    – Los de Embraer apretaron y parece que sigue el programa KC-390.
    Todo esto que cuento es de todos modos para tomar con pinzas, porque nada es seguro y mucho depende de cómo se acomoden las piezas en todos los niveles en el próximo año.

  2. Rogelio dice:

    Abel:

    Dice Arias:

    » la Comisión Nacional de Actividades Espaciales, creada y dirigida por Franco Varotto (fundador de INVAP en otros tiempos, y justamente para enriquecer uranio)».

    Varotto se llama Conrado y no Franco.

    Para superar un poco el exceso de personalismo tóxico hay que recordar que tanto CONAE como INVAP son «instituciones creadas y conducidas orgánicamente en la Nación Argentina», de lo cual depende su rumbo y continuidad como parte de una política nacional A largo plazo su existencia no dependerá de ningún liderazgo iluminado/a por más méritos que pretenda.

    Y una pregunta:
    Barañao
    Qué opina Lino Barañao (y en general el sector social ligado a CyT) sobre estas cuestiones ?

    Saludos

  3. Jose G. dice:

    Conrado Franco segun Wikipedia.

  4. claudiad dice:

    Impresionante post, gracias Abel y Daniel Arias. Como alguien de pasados remotos diría… sigan educando al Soberano.
    Ahora bien, salta que en anterior período faltó buen manejo de prensa oficial sobre esta temática. Quizás porque el periodismo científico es demográficamente reducido o, lo que es probable, porque el periodismo extenso está sobreexcedido en formaciones de sociales y no estaba en condiciones de secundar semejante material de análisis. Convengamos en que a los efectos de elevación de carreras políticas, las ciencias duras son áridas para utilizarlas como motor de inspiración electoral. De ahí la morosidad para visibilizarlas. Pero así como Uds. aquí lo hacen didáctico, con el debido empuje oficial, habría sido posible instruir e involucrar a los argentinos en esas campañas de desarrollo.
    En fin, tampoco hay que menospreciar la capacidad retardatoria de las burocracias intermedias que esconden, subrepticiamente, su verdadero peso. Y que pueden obstaculizar financieramente presupuestos significativos al operar como intérpretes.

  5. Eduardo dice:

    Gracias por el Post, Abel y Daniel. Claros y siempre educadores de lo que ocurre en nuestra patria a nivel Científico – Tecnológico.

  6. CV dice:

    «la intención inicial argentina de anotarse como partista local del formidable Saab-Gripen sueco fabricado en Brasil se malogró porque la aviónica original tiene componentes que la OTAN considera prohibidos de adquisición o uso por la Argentina»

    El problema para la adquisición del Saab-Gripen fabricado en Brasil en no es (creo) la OTAN, sino el Tratado de Lisboa.

  7. […] Mas información de Tecnologia 5 de Abril – Una vieja batalla argentina. Que no está perdida. Ayer subí un posteo sobre la Cumbre de Seguridad Nuclear, en “política internacional“. No trataba sobre la nuestra (no estamos jugando en esa liga); la intención era dar una idea de un tema -el combate contra la proliferación de armas nucleares- de interés para las Potencias, y de los distintos niveles de prioridad que le dan al asunto.> Fuente: El blog de Abel https://abelfer.wordpress.com/2016/04/01/una-vieja-batalla-argentina-que-no-esta-perdida/ […]

  8. El Canilla dice:

    En octubre todos cantamos a Victor Heredia

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