De la corrupción

Este es uno de esos temas que sentiría… deshonesto evitar, porque forma parte, importante, de la campaña actual. Y cómo. Al mismo tiempo, me causa fastidio porque nadie de los que están participando en esa pelea se interesa en la corrupción como lo que es: una patología de la actividad económica y de la política, un fenómeno para analizar en serio y ponerle límites.

Es demasiado evidente que todos los que la denuncian entre nosotros están construyendo un relato que atribuye toda la corrupción al adversario; dejan afuera todos los datos que no sirvan para eso, y «ajustan» alguno incómodo. Y, para peor, el bando que recibe los ataques, que necesariamente es un oficialismo, el nacional, o alguno de los «subnacionales» que, como en el caso de la Capital es opositor al primero, la forma que encuentra para hacerlo es apuntar a corrupciones mayores del adversario.

No contribuye a darle a nuestro pueblo una idea de la política como actividad noble, por cierto. Pero tampoco encara la corrupción de frente. Es un insulto más que se usa en la pelea. El debate se parece al que se da en torno a la «inseguridad», en una versión todavía más berreta. Pensándolo bien, no es sorprendente. Después de todo, la corrupción es una de las variantes de la delincuencia.

Entonces, para no limitarme a la queja, les vuelco cosas que ya dije en el blog, hace algo más de cinco años. A fines del 2008, cuando Carlos Pagni, recién incorporado a La Nación, aprovechaba acusaciones sobre Siemens y el gobierno de Carlos Menem para manchar también al gobierno en funciones. Como ven, nada es muy nuevo en el escenario local. De todos modos, como las auditorías las hago sólo como profesional, mi opinión es sobre la corrupción en sí, como patología:

«La corrupción que consiste en el intercambio de beneficios entre los funcionarios de un Estado y empresarios privados existe en todos los tiempos y en todas las sociedades, en diferente grado. En estos días (2008, cuando se desató la Crisis) los diarios están llenos de ejemplos en el Primer Mundo, justamente cuando sus bolsillos sufren. Y a la frase favorita de nuestro medio pelo “Pero allí van presos”, sólo cabe agregar “… cuando pierden”. Tal como aquí. El origen de la fortuna de la familia Kennedy no huele exactamente a rosas. No profundicemos en los vínculos entre Obama y la «Chicago Machine». Ya lo harán otros, si le va mal.

Nadie que haya visitado Cuba puede ignorar que su pueblo, amable y solidario, practica con entusiasmo el mercado negro y el robo al estado. Y setenta años de socialismo sentaron las bases en la vieja Unión Soviética de mafias que el feudalismo siciliano tardó siglos en formar.

Sigo con lo obvio: la corrupción es un delito que acompaña a la vida humana en sociedades, y si no se le pone límites, destruye a la sociedad. Para combatirlo, es necesario encararlo con realismo, sin hipocresía y sin anteojeras ideológicas.

… Voy a citarme a mí mismo para hacer claro el contexto en que veo el problema: El poder económico en serio siempre se construyó en relación con el poder del Estado, desde las ciudades italianas del Renacimiento, pasando por los “trusts” yanquis que surgen después de su Guerra Civil, hasta la China actual. Y en Argentina esto tiene una larga tradición que empieza con algunos virreyes, se nacionaliza con la Primera Junta y se afirma con Roca y el reparto de tierras … La corrupción, entonces, no es un problema sólo moral sino económico … ¿Dónde se trazan los límites, si la sociedad no lo hace? Y cómo se trazan los objetivos – tarea fundamental de la política – si ella está influída (condicionada) por los negocios?».

La pregunta, por supuesto, está dirigida a toda nuestra sociedad. Y en particular a los politizados. Todavía no le hemos dado respuesta.

35 Responses to De la corrupción

  1. Juan Carlos dice:

    Comparto absolutamente que si no se le pone límite a la corrupción, destruye a la sociedad. Hay ejemplos de sobra en la historia del mundo.

    En el caso concreto de Argentina, un paso posible sería someter a juicio por jurados todos los relacionados con corrupción donde intervenga algún funcionario, electo o designado. Incluido, desde ya, el poder judicial. Mejor aún con una mecánica abreviada, donde los jurados puedan ver como se fabrican/fabricaron demoras como pedir 200 testimonios idénticos e inútiles. Hay experiencias y es una forma eficiente de introducir gente nueva, de afuera, en el núcleo duro de la impunidad, tan propia de la corrupción.

    Pero en la pregunta sobre la «influencia» o «condicionamiento» de la política por parte del poder económico está contenida la respuesta: solo se puede combatir la corrupción si la sociedad, comenzando por el Estado, es capaz de controlar la plutocracia y solo en esa misma medida logrará disminuirla. Sino, a lo sumo se logrará que sea «legalizada» con leyes aprobadas por el legislativo (AFJP, Pacto Fiscal) o maniobras del poder judicial (demasiados ejemplos!), funcionales siempre al dinero. Lamentablemente, no creo que estos quieran jurados de afuera!

  2. CineBraille dice:

    A veces no hace falta ser gobierno Abel, alcanza con tener poder de bloqueo en un cuerpo legislativo, como se nos transparentó a los marplatenses esta misma semana, video incluido
    http://www.0223.com.ar/nota/2014-5-20–le-vamos-a-cobrar-que-nos-acompanen-saben-que-las-campanas-valen-plata

  3. Ezequiel Gaut dice:

    Juan Carlos, ¿qué sociedad fue destruida por la corrupción? Pregunto en serio, no es chicana.
    Me parece que hay dos maneras de mirar la cosa: la corrupción, nirada desde un punto de vista moral, iguala distintas corrupciones cuyos efectos son distintos (un retorno en una obra pública es lo mismo que una valija en el senado para aprobar, digamos, la ley de flexibilización laboral; ambos son corrupción).
    Este modo, el moral, es el modo Carrió de mirarlo. Por supuesto, jamás se podría combatir la corrupción desde semejante amplitud. Lo que sí se puede es empezar a mirar las distintas corrupciones desde el punto de vista del efecto que tienen… que varía y mucho. En el caso que cité, aunque un funcionario se quede con un retorno grande, aún si es más plata que la que aquellos diputados recibieron en las valijas, el daño es menor. Por eso abogo por entrarle a la cosa desde el punto de vista del efecto y no desde la moral.
    La corrupción es como estar con la amante: hacés lo mismo que con tu esposa, pero de manera secreta… (y es más divertido)
    El retorno es parte del intercambio económico, pero es la parte que no se tiene que ver. No sé como el Estado tendría que atacar el tema; ni siquiera sé si en verdad lo tiene que atacar. Pero la política está desprestigiada por esto, y eso nunca es buena noticia.

    saludos a todos,
    e

  4. Carlos G. dice:

    Aclaración innecesaria: me parece que el post debiera llamarse «De la corrupción en el ámbito del manejo de la cosa pública»
    También hay corrupción, innegablemente, en el ámbito de las relaciones y negocios privados.
    Como las cucarachas y las ratas, la corrupción está donde se encuentren los seres humanos.

  5. Juan Carlos dice:

    Vale tu pregunta Ezequiel, claro que si.

    La cuestión es definir que es «destrucción» de la sociedad, ya que siempre hay un núcleo de ganadores y un montón de perdedores.

    La sociedad argentina se destruyó en el 2001 – o termino de – cuando la gran mayoría de los argentinos perdimos trabajo, ahorros, esfuerzos de años para beneficio de unos pocos. Y más hondo aún, los que más perdieron fueron los que menos tenían, los que más lo necesitaban.

    La corrupción es un problema moral, que implica injusticia, desconfianza, violencia en definitiva. Va mucho más allá de su impacto económico directo, corrompe las relaciones entre los seres humanos, nos aísla y hace que nos veamos como enemigos.

    Y es igualmente corrupto quién vota leyes con la Banelco que el que pide coima en una obra, todos nos arruinan la sociedad.

    Carrió no hace un planteo moral, es un vómito nomás…

    Abrazo,
    jc

  6. Juan Carlos dice:

    Claro Carlos, está en todos lados. Y en todos lados genera los mismos efectos destructores de nuestras relaciones, de la sociedad.

    La diferencia es que no somos cucarachas, nosotros sabemos que es la mugre y que pasa cuando la desparramamos.

  7. jorge dice:

    Que cqsualidad Abel, que después de 500 años de capitalismo, en tus ejemplos no dejes afuera a Cuba, China y URSS, algo así como para que nadie quede excluido de la corrupción.- Un sistema que se basa más en acumular que en producir, no podría conducir a nada diferente, y si le damos bola al Francés iríamos para atrás y la concentración sería aún mayor.- Descartado (o en el banco de suplentes) el demonio del Socialismo, que nos quedaría, rezar???
    De cualquier manera, tranqui que seguiremos votando al Peronismo (desde la izquierda diría el Colorado), por lo menos los que no creemos que cuanto peor, Mejor!!!
    abrazo

  8. casiopea dice:

    No estoy de acuerdo en abordar la corrupción desde el punto de vista de los efectos. Abre camino a montones de valoraciones que complican la cosa. Si un cana acepta una coima para dejar pasar una infracción de tránsito y después ese conductor que estaba borracho atropella a alguien, lo pueden acusar de homicidio. No me parece correcto. La corrupción no se puede erradicar del todo, pero promover con leyes que se cumplan la probidad de todos los miembros de la función pública es el único camino posible. Si los funcionarios no aceptan cometas, los empresarios van a dejar de ofrecerlas apenas uno de ellos sea denunciado por lo que es para la ley un delito. O por lo menos, se van a cuidar mucho antes de hacerlo. Un comienzo es promover la transparencia. La gente es mucho más prolija cuando sabe que todo lo que hace puede ponerse en la vidriera. Pero lo fundamental es que una masa crítica de la sociedad en su conjunto esté convencida de que la corrupción, lejos de favorecerla, se le vuelve en contra en la forma de gastos impropios de dinero público, faltantes en los hospitales, delito impune, etc. Todavía estamos lejos de eso. La otra pata es hacer leyes que sean cumplibles, no regulaciones esquizofrénicas que hacen casi imposible para alguien mantenerse dentro de la ley o que premian el incumplimiento, como los blanqueos.

  9. Ezequiel Gaut dice:

    Carlos, con absoluto respeto, disiento. Pienso que lo que destruyó a la sociedad argentina en el período Menem – 2001 fue la estructura macroeconómica, no la corupción. No se trata de la plata que algunos dirigentes se llevaron en un sobre. Efectivamante, es igualmente corrupto quién vota leyes con la Banelco que el que pide coima en una obra, pero solo desde un punto de vista moral o, si querés, categorial. Esa es la diferenciación que estaba tratando de establecer antes. Me parece que atacar la cosa diciendo «todos nos arruinan la sociead», puede ser, pero estar en contra de la corrupción de ese modo es como estar en contra del pecado. Así definida, con esa amplitud, no se podría nunca establecer una lucha política contra la corrupción. Y eso es lo que me preocupa, porque, es verdad lo que decís, de la corrupción viene la desconfianza y la violencia. Pero me parece que si vamos a pensar que toda corrupción es equivalente, nunca vamos a poder empezar a resolver nada.
    Imaginate que un médico le digera a un paciente «si, ud está enfermo», y no pasara a mayor detalle… ¿como llega a curar?
    No llega.

    abrazo,
    e

  10. Juan Carlos dice:

    A ver Ezequiel. ¿Acaso no propuse algo bien concreto en mi primer comentario?

    Claro que hay que estar en contra de la corrupción, de toda la corrupción, aunque es evidente que no toda tiene la misma gravedad. Por supuesto que hay que priorizar, buscar que cosas se pueden, efectivamente, mejorar.

    La madre Teresa dijo que «los problemas del mundo no están en nuestras manos, pero para los problemas del mundo tenemos nuestras manos» . Si buscás «La idea de la justicia» de Amartya Sen, verás que comienza citando a Dickens, que dice que nadie busca vivir en un mundo perfecto, pero que todos nos indignamos por las injusticias evidentes, que se pueden resolver.

    Así que manos a la obra, ALGO seguro que podemos hacer, y mejor que lo hagamos pronto.

  11. Juan Carlos dice:

    Bueno lo tuyo Casiopea.

    El problema es como lograr que nos involucremos como sociedad. Hoy en día está tan metida la idea de que el Estado es mal administrador que no somos capaces de exigirle nada.

    Y nos joden los privados, cuya corrupción toma formas más opacas. Una prepaga te demora o niega un servicio de salud, una telefónica no te comunica, un supermercado te culea mal con los precios… pero a nadie se le ocurre que estas también son formas de corrupción. Ganan más a costa tuya, que pagás y no recibís lo que necesitás.

    Hace unos años en Dinamarca hubo manifestaciones para que no BAJARAN los impuestos porque tenían conciencia que sin plata los servicios del estado iban a desaparecer o disminuir.

    HAY QUE PARTICIPAR!

  12. Gerardo González dice:

    Jesucristo echó violentamente un día a los cambistas de moneda que armaban sus mesas en el mismo templo de Salomón. Corrupción privada tolerada por el poder de los rabinos, que suponemos onerosa.
    Por supuesto que hay corrupción hasta en Dinamarca, pero eso no es el tema.
    En la Argentina la corrupción lejanamente mayor es la pública. Los legisladores de Flamarique, los yabranes de Menem, y el kirchernismo que, como dice la doctora Carrió, es el más corrupto de la historia nacional.
    De uno a diez Dinamarca tiene 0,5 y esta tierra bendita 9,5.
    Un caso como de Boudou no resiste dos días allá, ni en la mas pequeña alcaldía.
    Es falaz decir que los empresarios argentinos son corruptos, porque solo lo son cuando coimean a los funcionarios.
    Si un empresarto está infiltrado por la corrupción adentro, se funde.
    Las mediciones internacionales nos ponen al tope de la venalidad pública en Ibeoroamérica.
    El Papa dice que la corrupción pública es el Anticristo, porque disuelve la sociedad que gobierna. Pudre todo.
    En este tema no hay medias tintas: se está a favor o en contra.

  13. julio dice:

    ..según Pepe Num, la corrupción la concretan,
    numeros más, verso menos:
    -5% ladrones de gallina.
    -10% políticos.
    -15% politicos con empresarios.
    -70% evasión impuestos de grandes empresas, mayoría multinacionales en nuestro caso argento;
    aquí, otra vez, caemos en lo mismo,
    bancos,paraísos fiscales, casinos, financieras..
    Aquí intervienen todos los poderes y organismos controladores,
    dentro de lo legal;
    dentro de lo ilegal, reina la calle.

    De todas maneras, mientras más se industrializa un país,
    menos margen de robo existe,
    la cabeza está ocupada por un espíritu creativo,
    nos vamos culturizando -con bolsillos y panzas llenas-;
    desde los oficios, pasando por los profesionales,
    llegando a los directivos/dueños y
    los líderes-conductores sociales;
    desde los UIA, los sindicalistas, jefes policiales, curas,
    presidentes de clubes,
    hasta los vecinos referentes barriales o rurales.
    Trabajo VS especulación.

    ¡Aguanten el Gauchito Gil y Bairoletto!

  14. casiopea dice:

    De acuerdo. Lo que tiene que cambiar es «la gente», que incluye a políticos, ciudadanos, canas y empresarios. Eso es largo y difícil, pero se empieza por cumplir y hacer cumplir la ley.

  15. José Mercado dice:

    «… , y si no se le pone límites, destruye a la sociedad.» ¿ Por ejemplo ?

  16. Ignatius dice:

    Ezequiel, ¿no resulta demasiado maniqueo plantear el abordaje de la corrupción como si tus dos argumentos fueran los únicos?

    Como tal vez ésa sea tu apuesta ideológica pretendés bloquear otras miradas con tu pretensión totalizadora, porque la verdad es que tenés que ser muy deshonesto intelectualmente para epitomizar un complejo entramado de tensiones y posiciones extendidas masivamente en la sociedad sólo en una forma extrema de oportunismo y gatopardismo como es la de carrió, que en definitiva es la otra cara de tu misma moneda.

    Afortunadamente existen muchas otras herramientas, caminos y bifurcaciones para reflexionar, actuar y corregir una problemática que nadie puede negar, evidentemente a vos y quienes piensan en tu misma sintonía sólo les queda esquivar el bulto con sofismas.

    «Pero la política está desprestigiada por esto, y eso nunca es buena noticia.»

    Y además ahora, según vos, resulta que «la política» es la pobre víctima.

  17. Politico Aficionado dice:

    La Dra. Carrió, aparte de tener unos cuantos trapitos sucios que lavar respecto a su actuación durante la dictadura, jamás probó una sóla de sus innumerables denuncias.

  18. Mariano T. dice:

    Mi idea sería una amnistía general condicionada.
    Todo aquel que se autodenuncie por un acto de corrupción y denuncie a cómplices y contrapartes, no tendrá castigo penal, salvo el patrimonial. Puede ser durante un período de un año. El que resulte denunciado por un «arrepentido» queda exluído de la amnistía, aunque confiese, y podrá ser procesado.
    O sea que si A coimeó a B, o viceversa, el que confiese primero zafa, el otro va en cana.

  19. Abel B. dice:

    Estimados:

    Gracias por sus aportes. A un posteo demasiado corto para el tema, un resumen de mi posición elaborada en otro momento, ustedes lo enriquecieron con un debate inteligente, y agregaron algunas precisiones que le faltaban.

    En honor a la verdad, tengo q excluir de mi elogio esta vez al de recién de Mariano T y al de Gerardo González. Como sé que son dos tipos inteligentes, supongo que GG quiso ensayar una parrafada a lo Carrió. Y que MT no es abogado, ni nunca investigó nada. Para hacerle una pregunta hipotética: Con esa ley, si yo confesara que compré mi casa con un crédito «regalado» del BHN (no lo tuve, lamentablemente), el juez mandaría detener a Aníbal Reinaldo?

    Ahora, hay una pregunta que hicieron dos comentaristas que creo debo tratar de contestar: ¿Qué sociedad destruye la corrupción?

    Podría citar ejemplos muy visibles: Nigeria, que no puede tener fuerzas armadas mínimamente eficaces. El desafío que el narcotráfico representa para Colombia y para México. La falta de cohesión de la mayor parte del mundo árabe frente a Europa, EE.UU. e Israel…
    Pero creo que un buen ejemplo es Argentina. La falta de respeto a las normas, la indiferencia por lo público, jode a un país que tiene los recursos humanos y materiales para ser mucho más de lo que es.

    Abrazos

  20. casiopea dice:

    La furia que sienten los nigerianos por lo de las nenas se parece a otras broncas que hemos vivido nosotros. Pero no hemos podido deshacernos ni de la corrupción, ni de las acusaciones gratuitas de corrupción. Ojalá que a ellos les sirva para algo esa rabia. Pero puede que en camino quede descuartizado el Goodluck Jonathan….

  21. Mariano T. dice:

    Me parece que contesta a algo que yo no escribí. En ningun momento hable de prescripción.
    Aunque coincido con los que piden que por ley, la prescripción recien comienza cuando el sospechado deja la función pública

  22. Abel B. dice:

    Mariano… abre el paraguas por algo que no dije. (Por si le interesa: actualmente la jurisprudencia es que la prescripción recién comienza cuando el ÚLTIMO de los posibles sospechados en el caso deja la función pública).

    No estoy obsesionado con viejas corrupciones. Puse esa de ejemplo para mostrarle que la corrupción es más compleja y sutil que la que se ve en las películas y se lee en Clarín ¿Alguno de los favorecidos con los créditos de favor le dio un «diego» a Reinaldo? Apuesto a que no; lo recibieron por su posición política o periodística.

    Aún en la corrupción más burda, las valijas o sobres con dinero en negro – la menos común, de lejos, en el Estado – el que va a juicio es en Argentina casi siempre el funcionario o ex funcionario. Por la Ley Ilía, no tiene presunción de inocencia: debe DEMOSTRAR que no es culpable. No es el caso del empresario ¿cómo se prueba que es de él el dinero en cuestión?
    Las ocasiones, muy raras, en que van a juicio los privados son cuando el empresario es torpe y codicioso y comete otro delito: evasión impositiva (eso sucedió en el caso IBM-Banco Nación).

    Entonces, si el abogado del ex funcionario le aconsejara confesar para librarse de la pena – en la ley que Ud. propone – ¿el juez imputaría a la empresa basado en su palabra?

    Considere esto un informe de auditoría para ayudarlo con su proyecto de ley, Mariano T. Recibirá por mail mi factura. Naturalmente, con un descuento por comentarista frecuente.

  23. Si nos ponemos a tratar de diferenciar la corrupción pública de la privada, corremos el peligro de caer en una trampa, puesto que ambas están profundamente entrelazadas.
    Existe una estrecha relación entre el dinero y la política: dinero para hacer política, política para hacer dinero. De ello se ha seguido en todas las democracias occidentales, una expansión patológica de la ilegalidad de la vida pública que ha involucrado, además de a los partidos,a la Administración Pública, al mundo empresarial y, a la vez, a amplias capas de la población ligadas por relaciones clientelares al mundo de la política y diversamente partícipes, por connivencia o con resignación, de la política de la corrupción. Un conflicto semejante mina en su raíces a la democracia representativa, además de al estado de derecho, dado que incide en aquella separación entre esfera pública y esfera privada, entre Estado y sociedad, entre poderes económicos y poderes políticos, sobre cuya base nació el Estado moderno como estado político representativo. Pues la representación es política sí y solo es representación de los intereses públicos y generales, mientras que deja de serlo si se degrada a representación de los intereses privados y personales del líder o si en cualquier caso está orientada y condicionada por esos intereses. Es claro que la corrupción política equivale a la violación de la ley por parte de los poderes públicos. En este sentido. supone una ruptura del paradigma del Estado de Derecho, que exige la sujeción de los poderes públicos a la ley, como también del sistema democrático, ya que la corrupción significa un doble Estado, y como fenómeno estructural comporta la lesión de todos los principios democráticos: la publicidad, la transparencia, la responsabilidad, la visibilidad del poder. Por lo tanto, la corrupción, la ilegalidad del poder en general, violan el principio mismo del Estado de Derecho y de la democracia. De las colusiones ocultas entre intereses públicos e intereses privados puestas en práctica por la corrupción tradicional, se ha pasado a la mercantilización de la esfera pública a su directa apropiación privada. De ello resulta una regresión, premoderna y preliberal. a la confusión entre propiedad y soberanía propia del estado patrimonial, agravada por el hecho de que la actual confusión se aprovecha de la acción conjunta de dos poderosos factores de legitimación: la concepción puramente política de la democracia como voluntad omnipotente de la mayoría y la idea neoliberal de la falta de límites a los poderes de la empresa. Ferrajoli, Luigi. Principia iuris. Teoría del derecho y de la democracia. 2. teoría de la democracia. Trotta. Madrid. 2011. páginas 175/178.

  24. guido dice:

    La cuestión es que la separación entre lo público y lo privado no hace a la naturaleza del estado moderno excepto en su importantísima función de mito fundante y fuente de legitimación (no es el gobierno -los grupos que manejan el gobierno- quien te fuerza a aceptar la resignación de tu soberanía personal: es el fantasma del interés colectivo). La corrupción, en ese sentido, hace más visible lo que al fin y al cabo es «el» estado: una arena donde disputan intereses y recursos los grupos sociales.

  25. Mariano T. dice:

    El acomodo es una forma de corrupción, pero al lado de lo que vemos desde los 90 es casi una nimiedad.
    Que los funcionarios deban probar el origen se los bienes que adquieran posteriormente a su nombramiento es una excelente disposición, no sabía que era de Illia pero no me extraña. Al que no le guste, ninguna de esas funciones es carga pública, ndie los obliga.
    En cuanto a los privados, lo que sugiero es que la primera de las dos contrapartes que cante, zafa. Si es el funcionario que dice «Roggio me dio cien lucas para tal o cual cosa», y los devuelve, el que queda imputado es Roggio. Calculo que con un solo testimonio no alcanza, pero es una buena punta para empezar la investigación.
    Para terminar, una coima bien planificada y ejecutada es indetectable salvo que alguno de los culpables cante.
    Todos saben que con tras primera certificación de una obra, o el adelanto para acopio de materiales hay que separar el monto pactado, ahcerlo csh, y a la tarde pasa un señor de parte del «arquitecto» con un maletín vacío a buscar la parte.
    El arquitecto es «hablen con Julio» que no es Grondona.

  26. Abel B. dice:

    Guido: un buen bonapartista no puede aceptar que el estado sea sólo una arena.

    Lo mío sería un neo bonapartismo; acepto que una forma de describir al estado puede ser una arena donde luchan los sectores… SI tenemos presente que un sector, y no de los menos poderosos, es el que formamos los funcionarios del Estado. Cuyo trabajo es mantenerlo funcionando.

  27. Abel B. dice:

    Es cierto que es mejor no obsesionarse con viejas corrupciones. Pero tampoco la pavada, Mariano. «Desde los 90…» !

    La carrera empresaria de don Alfredo Yabrán – que mi amigo Gerardo vinculaba con Menem – empieza en los ´60, todavía en relación de dependencia, se afirma en los ’70, y florece – se transforma en una leyenda – en los ´80.
    En los ´90 tropieza con las tres hermanas: Hubris, Ate y Nemesis.

  28. Guido:
    Al hacer visible la corrupción lo que realmente es el Estado moderno -que en todo caso no sería tan moderno, según lo caracteriza Ferrajoli- ¿por qué no aprovechar la ocasión para un ajuste de cuentas contra los corruptos, que tan en evidencia quedan? ¿Por qué la sociedad debe renunciar a ello, aceptando que quien ha sido receptor de la soberanía personal, los desproteja, cuando, como dice Hobbes : » Se sobreentiende que la obligación de los súbditos respecto del soberano durará lo que dure el poder de este para protegerlos, pero no más que eso».

  29. guido dice:

    Claro, ese sector social es muy importante. Grave sería, sin embargo, pensar que la burocracia es el estado.

  30. guido dice:

    Por supuesto Daio, a los corruptos hay que meterlos presos. En ese sentido en mi patria chica estamos de parabienes. Hace unas pocas semanas 60 empleados de tránsito (puestos por los radicales) fueron procesados por sostener durante años una verdadera industria de carnet de conducir truchos. Y hace apenas unos días la presidente del consejo deliberante, la también radical (y hasta ayer nomás futura intendenta clavada) Vilma Baragiola fue filmada intentando recibir una «colaboración» del sindicato de camioneros a cambio de apoyarlos en una excepción que reclaman para derrumbar un chalet protegido como patrimonio arquitectónico. Es decir, en pocos meses, 60 empleados infieles y una carrera política trunca. No es mala marca para una ciudad mediana. Aunque solo sea la punta del iceberg. Y es que todos sabemos lo que es la UCR, con la mayoría de los cargos de planta del país (herencia de un inicial triunfo al comenzar la democracia), producto de su proverbial nepotismo y desapego por los intereses colectivos.

  31. Guido:
    Bueno, parece que han comenzado a partir del 83, algo es algo. Que esa limpieza llegue también a los integrantes de las demás fuerzas democráticas. Espero que el trabajito no lo esté realizando Covelia.

  32. jorge dice:

    Abel, una apostilla, el caso IBM-BNA, les salió mal pero lograron retardar la informatización del Banco 10 años, y la privatización pegó en el palo, la corrupción quedó a la vista, pero hicieron daño!!!

  33. El Gus dice:

    Mirá, lo común es que los ejemplos «bajen», son pocos los casos que «suben».
    Esta sociedad, lleva años viendo, gente de guante blanco, choreando y tambien gente del monton tambien (caso barras o violencia lumpen vinculada mas o menos a la politica), sin que pase de la denuncia y jamás el castigo hasta que en virtud de cajoneos, dilaciones y prescripciones queden en nada. Este es un dato de la realidad y si te gusta mucho este gobierno pensa en de hace 20 años, no tengo problema.
    Esto, mostrado a diario (desde hace más de 20 años) por los medios de comunicación, me refiero al proceso completo, o sea, delito /irregularidad/ impunidad.
    Habida cuenta de esto, sinceramente pensas que no es un factor que contribuye (junto con muchisimos otros), a que un pobre le clave 2 corchazos a otro para robarle una bicicleta oxidada?
    Claro que no es tan directo, pero este tipo de situaciones provocan anomia social, y asi vamos….

  34. […] en el Estado y la puesta de límites – sobre lo que he vuelto a escribir hace pocos días aquí – es un tema legítimo de la política. Podemos reconocer que es una asignatura […]

  35. […] Lijo dispuso su indagatoria, aquí. Sobre el tema de la corrupción y la política, un poco antes, aquí. Y en esos dos posteos, bastante recientes, resumía cosas que había dicho antes. Después de […]

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