Cuando leí declaraciones particularmente idiotas de Roberto Lavagna en La Nación del jueves no me sentí impulsado a comentarlas. Tengo un cierto respeto intelectual por él desde que leí, bastantes años atrás, su trabajo «La enfermedad mexicana«, que anticipó la falacia estructural en las experiencias de apertura a la globalización financiera como la del menemismo. Y, además, tengo algunos amigos entre quienes impulsan su candidatura a Senador por la Capital en las próximas elecciones. No me despierta ningún entusiasmo, pero el panorama es tan pobre… ¿por qué voy a desalentarlos? Después de todo, Raúl Alfonsín había observado, famosamente, que «A hacer política y a coger no se aprende de viejo«.
La cosa es que mi amigo Jorge Landau se sintió ofendido personalmente, como apoderado del Partido Justicialista y como técnico electoral, por sus afirmaciones. Y decidió contestarlas. Leemos, entonces, en Noticias Argentinas:
«1.- Los resultados de las elecciones del 2011 fueron corroborados por los casi 100.000 presidentes de mesa elegidos por los jueces electorales y por los fiscales de las siete formaciones políticas participantes en la eleccion de ese día y en el escrutinio provisorio, que se dio a conocer durante el día 23 de octubre de 2011.
2.- Esos guarismos fueron ratificadas por las cifras definitivas a través de los veinticuatro jueces electorales de todo el país en los escrutinios realizados durante los treinta días posteriores a las elecciones en presencia de los fiscales de todos los partidos participantes.
3.- Tanto en las veinticuatro audiencias realizadas en cada provincia como en la audiencia final que se realizara en el Juzgado Federal uno de Capital Federal los apoderados de las siete alianzas y partidos suscribieron las actas finales de escrutinio sin formular protesta alguna y consintiendo tanto el procedimiento utilizado como el resultado.
4.- Tanto la Cámara Nacional Electoral como la Asamblea Legislativa realizada el 10 de diciembre ratificaron los resultados.
5.- Los observadores internacionales acreditados y la prensa internacional presente, las ONGs enviadas volcaron en sus informes la limpieza de los procedimientos utilizados y la legitimidad de los resultados obtenidos.
6.- No es original Lavagna en su mala fe. Luego de las elecciones de 2007, la diputada Carrió y el diputado Adrián Perez hicieron una denuncia en el juzgado federal de La Plata respecto a la sustracción de boletas en las elecciones de la Provincia de Buenos Aires. La denuncia fue sustanciada por la secretaria electoral del juzgado y quedó evidenciado para quienes participamos del escrutinio definitivo que la incidencia entre el robo de boletas denunciado y el resultado final fue irrelevante.
Por eso cuando en el año 2009 el FpV perdió las elecciones curiosamente no se generó ninguna denuncia en la Justicia. En el 2011 la contundencia de los números hizo que ningún reclamo se hiciera.
7.- Lavagna no solo ignora y tiene mala fe sino que evidentemente no comprende la dimension de sus dichos ya que afirma que nosotros organizamos un gigantesco fraude del que fueron participes desde las 100.000 autoridades de mesa designadas por la justicia hasta los fiscales de todos los partidos, pasando por 24 jueces electorales, 24 fiscales electorales, secretarios, prosecretarios, Cámara Nacional Electoral, Correo, etc. Un disparate.
8.- El paso de los años le habrán hecho olvidar que por primera vez en la Argentina vamos a cumplir treinta años continuados de vida institucional durante los cuales hemos realizado quince elecciones nacionales y que cada vez los procesos electorales son más transparentes.
Hoy – por las reformas impulsadas por la Presidente Fernández de Kirchner – los candidatos se seleccionan a través de elecciones primarias garantizadas por el Estado, todas las fuerzas políticas tienen espacios iguales en los medios de comunicación y la participación de los jóvenes se amplía a los dieciséis años.
El respaldo obtenido por la presidente en el 2011 para ejecutar su mandato es enorme. La diferencia de respaldo con las fuerzas opositoras es inédito en la historia argentina. No se puede desacreditar el sistema electoral de tu país porque el pueblo no te respalde.
Podremos decir como Tato Bores: «que no se queje del espejo el que tiene la cara fea».
El blog de Abel 
Reblogged this on La primavera de los pueblos.
Abel:
Recordarás que en otra época «el pálido» se hacía llamar «economista del peronismo».
Hoy sería más problemático si denunciara que el fraude electoral se produjo en 2007 y que por eso le robaron las elecciones presidenciales como candidato de la UCR (salió tercero).
En fin, sabemos que a Monsieur Carrefour no le cae del todo mal el ridículo y se le anima al espejo siempre y cuando la Société Général y la Unión Europea – sus mandantes primarios – se lo retribuyan.
Saludos
Tengo respeto por Ud y sus amistades, Big Chief, no así por el pálido, porque yo creo que en el peronismo las disidencias se pueden dar con las personas pero nunca con las bases de su pensamiento. Por otra parte lo de Landau pone en negro sobre blanco, clarito y al pie, la respuesta necesaria a semejante despropósito verbal, para alguien que en una puja electoral dependiendo de a que alianza se incorpore, a lo sumo puede aspirar a un muy honroso tercer puesto, y ese tal vez sea el motivo de su exabrupto.
Siendo el siguiente un análisis muy simple, en estas elecciones legislativas nacionales, en la CABA se debe desagregar la potencia electoral del PRO, tal vez no tanto como lo que ocurrió en las el 2011, dado que las listas del FAP tuvieron el arrastre de la candidatura presidencial, y para mi el PRO debería volver a su piso del 30/35%, entrando en competencia directa con nuestro núcleo duro de la CABA que anda entre el 32/38%, dejando para el tercero en discordia, el FAP en función de sus alianzas y cabezas de lista, un margen bastante amplio que va desde el 15% al 25%, con la desventaja para PRO y FAP que comparten el mismo electorado, y lo que uno gana, lo pierde el otro. Por ello es de suponer que un muy buena alianza FAP en la CABA con Pino y el pálido en cabeza lista pueda alcanzar ese 25%, llevando al PRO al 30%, para beneficio de nuestra lista, donde sin duda debe haber una muy buena selección de las cabezas de lista para lograr o superar el piso, ademas de suprimir los vedetismos típicos del dístricto para ir con una lista de unidad que no disperse votos.
Nunca menos y abrazos
ABEL: La frase de Alfonsín que citás (excelente, yo no la conocía) explica perfectamente la boutade de Lavagna. O lo apuraron para que dijera algo como para que la gente no lo olvide o él mismo se planteó la necesidad de hacerlo, vaya a saber. Y entonces, bueno, dijo lo que dijo: una burrada. No creo que merezca otra cosa más que nuestra compasión.
Eddie
Lavagna es otro integrante de la tribu de economistas que tienen su cuarto de hora y con eso se creen que la política es fácil, tipo Alsogaray, Cavallo, López Morfi o Boudou. En general duran 5 minutos, salvo Alsogaray, que duró 30 años gracias a que los golpes de estado impedían que la democracia hiciera su selección darwiniana.
¿Lavagna?.
Bueno, bastaría comparar la Argentina de Lavagna con la de Felisa, Amado y compañía.
¿Cual pálido? El a.k. o el d.k., porque yo recuerdo el 2002 hasta el 25/05/03 donde en los negocios no se escuchaba el volido de una mosca, ni el pedido de un cliente, mientras los grandes la levantaban en pala y todo era si Sra. Krueger, si Sr. Sing.
Nunca menos y abrazos
Estimados:
Yo comprendo q este es un año electoral. Pero piensen q muy pocos visitantes de este blog seràn convencidos por consignas simples. Ya tienen las propias.
A Daio, por ejemplo, tengo q recordarle q Lavagna fue el (exitoso) ministro de Duhalde y de Kirchner; ninguno de los dos seguidores de La lectora provisoria. Y q coexistió con funcionarios emblemáticos como Ricardo Jaime. Inclusive, nuestro amado Boudou fue gerente en el ANSES en sus tiempos.
Y a Norberto, q el vuelco en el consumo comienza con el plan Jefas y Jefes de Hogar, esbozado en enero del 2002 durante la fugaz presidencia de Rodríguez Saá e implementado por Duhalde. En contraste a los doscientos mil beneficiarios de los planes de Menem, recortados por la Alianza, se extendió a dos millones de argentinos con un criterio de asignación universal. Al menos en teoría bastaba no tener trabajo, ser jefe de hogar y tener chicos en edad escolar.
Los relatos son necesarios. Pero si uno quiere hacer polìtica, le conviene no creérselos demasiado.
Abrazos
Por algo lo mantuvo Néstor. ¿No?
Precisando mis dichos, me refería a cuando había ministro de economía.
Podíamos decir también que Néstor fue un exitoso presidente de la gestión Lavagna, y sería más acertado.
Veo que es un entusiasta admirador de Lavagna, Daio. ¿Le interesaría conversar con mi amigo Alberto Iribarne? Promueve la candidatura de don Roberto a Senador por Capital.
Creo haber dicho en mi primer comentario, que a pesar de mi pésima opinión sobre Lavagna como persona, y debo recordar el pago de favores vía el Grupo Greco, y de su actuación en el para mi, el gobierno mas servil de los últimos tiempos a las corporaciones y los organismos internacionales a pesar de su asistencialismo, que es un remedio de emergencia para «contener a la negrada», sería una muy buena dupla de centro izquierda con otro que no goza precisamente de mi favor, como es Pino. Dejo en Ud. discutir si el gobierno del riojano, el de De La Rua o el de Duhalde se llevan el premio, pero mandar al 50% de nuestros compatriotas por debajo del límite de pobreza a cambio de nada para nosotros, los de a pie, no me parece una performance aceptable para mis parámetros.
Nunca menos y abrazos
A claro, cuando Nestor daba las ordenes y el pálido las ejecutaba, a regañadientes, y tratando de discutirlas, pero obligado las ejecutaba, solo que ahora se conversan y se ejecutan en consenso.
Nunca menos y abrazos
«(…) solo que ahora se conversan y se ejecutan en consenso.»
Gracias Norberto. Un buen chiste nunca está de más. La alegría es salud.
Mientras no se entere la Secretaría de inteligencia, porque el Alberto ahora, el ex ministro de justicia de Néstor, está en el bando de los malos. Cuántos, ¿No?
Para no limitar el debate a esas dos minorìas intensas, Daio y Norberto, contestaré aquí a CineBraille, que plantea una descalificación general de los economistas como políticos.
En uno de los ejemplos que da, me permito disentir. Alsogaray no era un economista, sino un político: Y uno de los que provocó cambios profundos en la política de nuestro país. En mi opinión, muy negativos, pero profundos.
La Derecha argentina puede distinguirse perfectamente entre la de antes y la de después de Alsogaray.
Abrazos
Recuerdo que fue Felisa, la que ordenó el pago al grupo Greco, incluyendo el pedido en el proyecto de presupuesto:
Haz clic para acceder a caso_greco_feb.pdf
ABEL:Me temo que la polémica que aquí se plantea entre Norberto y Reviriego parte de una base falsa: que los políticos deben ser coherentes en el tiempo respecto a sus actos. Eso los haría casi héroes. El problema es que los héroes pueden ser útiles para el anecdotario de la Historia pero para gobernar no sirven. Un gobernante debe ser oportuno y útil, no heroico. Los héroes son buena carne de cañón para los actos escolares pero los problemas permanentes exigen otra clase de gente. Eso no descarta que, en situaciones excepcionales, aquellos se puedan transformar en estos; hay casos comprobados. Es mi humilde opinión.
Eddie
ja Iribarne era el que pedía mesura y responsabilidad a los dirigentes opositores en el 2007 ante las ‘denuncias al boleo’ (sic) de fraude. Me pregunto que pensara de Lavagna ahora?
Al poner la firma en un expediente convenientemente armado por el pálido y su gente dentro del Mecon, vamos Daio, haga memoria de a quien respondían los Greco y el pálido, ¿no es una vieja amistad de sus correligionarios?
Nunca menos y abrazos
Norberto:
Cuando se remite al Congreso el proyecto de presupuesto, asignando recursos para pagar a los «amigos» Greco, están las firmas de Néstor y Felisa: ¿se le habrá pasado a Néstor? Si no se les pagó, fue debido única y exclusivamente, a que dos senadores radicales lo denunciaron, en la cámara, en los medios y ante la justicia.
Creo recordar, y Ud. no me va a desmentir, que eso estaba armado por el anterior ministro, es decir el pálido, puede que haya sido un favor económico, que por una distracción derivó en un favor político a sus amigos con boina, pero Ud debe recordar muy bien lo comprometido que quedaron en la investigación del tema tanto el ex ministro como sus topos dentro del ministerio, sino de donde sacaría yo esa versión, que por supuesto está en las páginas de todos los diarios del momento. Si Ud quiere opinar en contrario, hagalo, pero es claramente deshonesto para con su inteligencia, ni Nestor ni Felisa debían nada a dicho grupo, como si radicales y pálido, y como dice en las novelas policiales, «cherches la femme».
Nunca menos y abrazos
Norberto:
«chercher des raisons ¿et ce sont les droits de l’homme?:
En las primeras horas del 25 de abril de 1980 una patota policial a cargo del subcomisario Rodríguez de Coordinación Federal irrumpe en el tradicional restaurante Pedemonte, de Av. de Mayo, y se lleva detenidos a tres comensales de una mesa: Héctor Greco, José Greco y Jorge Bassil. Las detenciones, que se prolongarían hasta más allá de finales de la dictadura, habían sido decididas horas antes en una reunión en la Casa Rosada en la que estuvieron el presidente Jorge Videla, sus ministros Albano Harguindeguy y José Alfredo Martínez de Hoz, el secretario de Programación Guillermo Walter Klein y el presidente y el vice del Banco Central Adolfo Diz y Alejandro Reynal. En ese encuentro cumbre también se definió la intervención del tambaleante Banco de Los Andes y de las otras cuarenta y cinco empresas que eran propiedad de los tres detenidos. Ese accionar del gobierno de facto es el desencadenante de un conflicto entre los sobrevivientes y herederos del grupo Greco contra el Estado, que actualmente se disputan judicial y políticamente unos 600 millones de pesos.
[…] Hasta hoy, es una cuestión abierta. El ex ministro ha cometido algunos errores graves, como la tontería de lanzar acusaciones vagas de fraude. Pero acierta al procurar identificarse con la lucha contra la inflación, que empieza a ser, […]