Los trabajadores que votaron por Macri

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El título de este posteo -como toda síntesis- puede ser engañoso, por lo que deja sin analizar. En la Argentina de hoy, «trabajador» incluye una realidad distinta, y mucho más diversa, que aquella a la que se dirigía Perón cuando en 1947 -en el Teatro Colón!- proclamó los Derechos del Trabajador. Ni hablemos de la iconografía de Carpani, que nunca representó al obrero real pero era inspiradora.

En este tiempo el trabajador está en una situación muy diferente si está en blanco, si tiene sindicato y obra social, y, en ese caso, cuál es la obra social que lo cubre… Además, los motivos que lo pueden haber llevado a votar por Cambiemos en la última elección son también diversos: desde la valoración de lo que hizo Macri (y Bianchi) en Boca hasta el rechazo visceral al kirchnerismo (En este caso, probablemente primero votó por Massa y el 22 de noviembre a Macri).

Como sea, es evidente que muchos trabajadores votaron por el Mauricio. La población argentina no se compone en un 51 % de patrones y rentistas. Y ahora, con el gobierno macrista en funciones y dictando DNUs, es visible que las movilizaciones más numerosas se componen de la clase media urbana. Esto también hay que matizarlo: algunos movimientos sociales -los sindicatos de los más pobres-, y -naturalmente- los gremios del sector público, el más afectado a hoy, se están moviendo. ATE anunció que prepara un paro nacional, y UPCN (al menos en el ámbito de Cultura), encabeza y organiza la protesta del sector.

De todos modos, el hecho evidente es que en la calle es el progresismo clase mediero, parte de la coalición que conforma el FpV, el que, por ahora, hegemoniza las movilizaciones contra el nuevo gobierno. Esto provoca introspección y angustia en la blogosfera K y en algunos columnistas del palo.

Por mi parte, aunque valoro la presencia en las calles, tanto como la batalla cultural y la propaganda -uno trabaja en esto último- considero que el factor más importante son las estructuras con organización y capacidad de presionar. Los bloques legislativos del PJ y el FpV, si se mantienen unidos, la tienen. Más inmediato, en el mes que empieza este lunes los docentes -gremio de clase media si los hay- comienzan sus paritarias. Veremos.

Mientras, los invito a considerar el tema del título: ¿Por qué muchos trabajadores votaron por Macri? Mi amigo Juan Carlos Lafosse me acercó hace algunas semanas artículos que pueden echar luz sobre el asunto, pero estos días tan coyunturales hicieron que los dejara a un lado. Ahora les acerco un fragmento de un reportaje a Francois Dubet, francés, referente de la sociología de la educación, que habla sobre los atentados del 13/11 en París. A pesar de todo eso, creo que lo que dice ilumina algo que está pasando en todas las sociedades modernas. Cualquiera que se interesa en política, o en el futuro, debe tomarlo en cuenta.

«…–En su último libro «¿Por qué preferimos la desigualdad?», usted afirma que las sociedades actualmente optan por la desigualdad, ¿por qué?

–Esa fórmula de que la sociedad elige la desigualdad es un poco excesiva. Pero muchos individuos, como vos y yo, desarrollan conductas que sí van a generar desigualdad. Podemos observar un gran rechazo hacia las teorías igualitarias. La sensación que tenemos de nuestra igualdad fundamental sigue siendo importante, pero ya no se puede traducir como un deseo de igualdad social. Por supuesto que el desarrollo desigual tiene causas económicas, objetivas, pero hay algunas desigualdades que son muy importantes desde el punto de vista del individuo.

–Es decir que no se desprenden de un nivel estructural.

–No provienen de una ley general del capitalismo. Más bien se trata de estrategias de desigualdad, como decidir vivir con gente que es como nosotros. De hecho, las desigualdades urbanas provienen de ese modelo: barrios ricos, medios y medios bajos. A los pobres se los reduce a guetos, se los descarta aunque no haya ninguna política que crea los guetos. El otro mecanismo es el de la obsesión por la distinción.

–¿En qué aspectos concretos se despliega esa obsesión por distinguirse?

–Uno de los casos más serios es el de las desigualdades escolares. En Francia, el sistema escolar formal es muy igualitario, sin embargo, las familias buscan alcanzar la mayor desigualdad posible para sus hijos: el valor del diploma es su rareza. Ahora es muy difícil hacer políticas culturales igualitarias porque las familias buscan la desigualdad. A mí me sorprendió mucho esto en Chile: Michelle Bachelet propuso una política escolar más bien igualitaria pero los ricos no quieren esto… y es normal; tampoco lo quieren las clases medias… y no es tan normal. Pero resulta que las clases populares tampoco lo quieren, porque prefieren soñar con una competencia igualitaria. En el fondo el modelo de igualdad de oportunidades se transforma en el modelo de justicia.

–¿En qué se diferencian los modelos de “igualdad de posiciones” e “igualdad de oportunidades”?

–De una manera muy grosera, los países del Norte –Francia, Alemania, Inglaterra y Estados Unidos– hasta 1980 tenían el propósito de reducir cuanto les fuera posible la desigualdad entre los más ricos y los más pobres. La izquierda, el movimiento obrero, los sindicatos, la socialdemocracia tenían el objetivo de reducir la distancia entre ricos y pobres. En cambio, desde hace 30 años, ya no se trata de reducir las desigualdades sino de lograr que todos tengan las mismas posibilidades de llegar a la cima, subir esa escalera. Es un modelo meritocrático que se impuso por completo. El tema central de este modelo es la lucha contra la discriminación: contra las mujeres, las minorías, migrantes, etcétera.

–¿Qué consecuencias trae la adopción del modelo de igualdad de oportunidades?

–En primer lugar, el problema es que acepta las grandes desigualdades porque provienen de una competencia equitativa. La segunda consecuencia es que se acusa a los individuos de ser responsables de las desigualdades: si el rico se volvió rico fue gracias a él, si el pobre sigue siendo pobre fue por causa de él. Este modelo es esencial hoy y esto explica que en Estados Unidos las desigualdades sociales se hayan duplicado y nadie discute esto, ni siquiera en las clases populares.

–¿Por qué tampoco las clases bajas lo ponen en cuestión?

–Porque dicen que son las reglas del juego. Este es un cambio muy importante, que crea nuevas políticas y explica la gran dificultad ideológica de la izquierda en todas partes. En Europa, la izquierda no desaparece pero se está reduciendo; hay que recordar que hubo una “izquierda norteamericana” que era socialdemócrata y que ya no existe más porque hemos modificado la visión de las cosas. Esta es una de las razones por la cual muchos pobres votan por los partidos liberales: la idea de una competencia equitativa les parece más justa que la idea de reducir las desigualdades.

–¿Cómo logra instalarse esta idiosincrasia de las desigualdades?

–Este modelo se instala porque la búsqueda de las igualdades sociales se basaba en mecanismos de solidaridad y fraternidad. Si quiero que estas personas sean mis iguales, si quiero pagar por ellos, me tengo que sentir cerca de ellos, semejante a ellos.  Mi hipótesis es que este sentimiento de solidaridad se deshace hoy por tres razones.

–¿Cuáles?

–La primera es la mundialización de la economía. Esto hace que las economías no sean más sistemas nacionales integrados sino que se internacionalizaron. A veces eso está bien, de hecho a los chinos, indios y brasileños les parece que eso está bien porque aumenta la riqueza, pero a los europeos no les parece tan bien porque están más en una posición defensiva. El segundo es un cambio cultural: la idea de solidaridad se basaba en el trabajo de las instituciones que creaba subjetividades comunes. Como la Iglesia, la gran escuela pública argentina que nunca estuvo para generar igualdad escolar sino que estuvo ahí para formar hombres, mujeres, campesinos argentinos, y nunca prometió la igualdad de oportunidades. La tercera razón, muy importante en el Norte (en Europa y en otras partes), es la transformación de la Nación. El sentimiento de fraternidad se basaba en la idea de una nación culturalmente homogénea, en realidad era más una novela que una realidad, era más una representación. En cambio, hoy con el flujo inmigratorio sabemos que las naciones no son más culturalmente homogéneas y, por eso, el imaginario de fraternidad se deshace. En todos los países de Europa, por ejemplo, se dice que ya no quieren pagar por los musulmanes, (los «otros»)…»  (completo aquí)

44 Responses to Los trabajadores que votaron por Macri

  1. Político Aficionado dice:

    Había leído esta nota y me provocó cierto grado de incomodidad. Describe una sociedad que abandona las banderas de Libertad, Igualdad y Fraternidad de la Revolución Francesa o nuestro «Para que reine en el pueblo el amor y la igualdad»..
    No son mis principios.

  2. Carlos G. dice:

    Habìa leido algo al respecto y comparto que un porcentaje importante de los integrantes de los sectores màs desfavorecidos por el sistema aceptan «las reglas del juego», èsa es la explicaciòn de porquè tantos votan en contra de sus propios intereses.
    Lo que no entiendo còmo podrìa lograrse la mentada igualdad de oportunidades cuando el acceso a la informaciòn y al conocimiento (y a la calidad del conocimiento) es basicamente desigual en el origen.

  3. Jose dice:

    «Es un modelo meritocrático que se impuso por completo» Claro que quiero un sistema meritocrático. Que el médico que atienda haya llegado por «mérito» y no por «cuotas igualitarias» o por «discriminación positiva».

  4. Rodrigo dice:

    Tema muy interesante! Yo había puesto algo en mi blog, escrito por Natanson:

    CONTRA LA IGUALDAD DE OPORTUNIDADES

    Salvo los liberales utópicos o fundamentalistas a la Milton Friedman y unos pocos comunistas remanentes, casi todos coincidimos en que el modelo ideal combina una sociedad relativamente igualitaria (que asegure la paz social) y relativamente meritocrática (que asegure el progreso). La cuestión, como bien dice José Natanson, es cómo y en qué proporciones. Hoy me interesaba citar in extenso un artículo de Natanson, porque me parece muy pedagógico y además toca cuestiones centrales:

    “Partiendo de la premisa casi diríamos filosófica de que los seres humanos somos diversos y que no tiene sentido pretender que todos deseen, hagan o ganen lo mismo, el liberalismo busca construir una única línea de largada, como la que contiene a los corredores de cien metros, las manos en tierra, la flexión elástica de las rodillas, antes de que el disparo habilite la competencia. Por eso el énfasis igualitarista está puesto en evitar las discriminaciones de cuna y remover los obstáculos que enturbian la carrera.

    Una metáfora posible es la del fútbol. ¿Por qué los pobres son tan buenos jugadores como los ricos? Porque el fútbol es un deporte que no exige una inversión inicial, alcanza con algo de espacio y una pelota, y que está básicamente al alcance de cualquiera (mismas condiciones para todos), y porque se despliega en función de un reglamento que no distingue el origen social de los participantes (reglas claras). Para los liberales, la desigualdad –considerada, insistamos, una derivación natural de la misma esencia humana– genera un proceso de competencia que, como la selección natural de las especies, hace que las sociedades progresen. La desigualdad es, en definitiva, justa, porque es resultado del sacrificio y la autosuperación, una idea que puede parecer contra-intuitiva pero que está bien afianzada en el rincón meritocrático del argentinean dream: mi hijo el dotor.

    Frente a este planteo, el enfoque de la igualdad de resultados sostiene que la desigualdad no es un dato inconmovible de la naturaleza sino una construcción social reformable. Por eso, en lugar de enfatizar las posibilidades de circulación entre una posición social y otra procura acortar la distancia que las separa: más que apuntar a que los hijos de los inmigrantes lleguen a ser, pongamos, abogados exitosos, el objetivo es que la brecha que aleja al obrero del abogado se achique o, al menos, se vuelva tolerable.

    Consideradas en sus derivas más extremas, ambas nociones han producido todo tipo de crueldades, del terror estalinista a las guerras emprendidas por las democracias liberales en Medio Oriente. Pero se trata, bien miradas, de dos perspectivas diferentes de justicia, que a su vez implican una determinada visión del rol del gobierno y sus políticas públicas. La igualdad de oportunidades, al menos en sus interpretaciones más progresistas, asume la necesidad de construir un piso social para que luego los individuos puedan competir libremente, lo que supone enfrentar las discriminaciones por motivos de raza, lugar de nacimiento y género, combatir la pobreza y, sobre todo, garantizar educación pública de calidad, mientras que la igualdad de resultados, al menos en sus interpretaciones más moderadas, apuesta a un sistema de seguridad social poderoso, la acción del Estado como distribuidor del ingreso y, sobre todo, una estructura impositiva progresiva, dentro de la cual el impuesto a las ganancias, una de las grandes creaciones políticas del siglo XX y al que le estamos debiendo un desagravio, ocupa un lugar centralísimo.

    Si la concepción liberal de la igualdad de oportunidades considera que las sociedades progresan por vía meritocrática (competencia asegurada por el mercado), la perspectiva de la igualdad de resultados cree que lo hacen a través de la construcción colectiva de bienes públicos (solidaridad garantizada por el Estado); si el liberalismo define a los individuos en función de lo que los distingue (su identidad), la igualdad de resultados los concibe por lo que tienen en común (su posición en la estructura social). Por eso el liberalismo considera a las clases sociales como el equivalente a la belleza de Moria Casán, el encanto paisajístico de Mar del Plata o la resistencia peronista: mitos del siglo XX.

    Experiencias

    Decíamos que la igualdad de oportunidades está de moda. Y en efecto, por su apelación al progreso individual, el recurso retórico a la segunda persona del singular (“quiero que estés cada día un poco mejor”), el objetivo explícito de su política social, que no es reducir la desigualdad sino eliminar la pobreza, y desde luego su programa económico, orientado a desmontar el entramado de controles, regulaciones e intervenciones heredado del gobierno anterior, el macrismo sintoniza cristalinamente con esta perspectiva, evocada por el presidente en dos oportunidades en su discurso de asunción. El hecho de que buena parte de su gabinete esté integrado por funcionarios que ocuparon altos cargos en empresas privadas (“hombres exitosos”) subraya esta línea de superación que está en la base del enfoque liberal de la igualdad de oportunidades.

    Sin embargo, la experiencia histórica indica que los países más liberales son también los más injustos. Estados Unidos es más desigual que Alemania (Gini de 0,469 contra 0,283), del mismo modo que Gran Bretaña (0,328) es más desigual que Francia (0,305), mientras que en América Latina el liberalismo chileno (Gini de 0,521) generó una sociedad más inequitativa que el cuasi-socialismo uruguayo (0,403) (nótese que se trata en todos los casos de países que, con sus más y sus menos, funcionan, lo que demuestra que ambas concepciones pueden resultar en cierto modo positivas) (1).

    ¿Por qué los países más liberales son más injustos que aquellos que apostaron a un Estado fuerte, una economía intervenida y una estructura impositiva más exigente? Más allá de los procesos históricos concretos, el enfoque de la igualdad de resultados, en tanto apunta a mejorar las condiciones de una posición determinada de la pirámide social, lleva naturalmente a establecer relaciones con quienes se encuentran en ese mismo lugar: su consecuencia es el cambio social por vía de la acción colectiva, al estilo de los socialismos, los populismos o las revoluciones del siglo pasado, mientras que la perspectiva de la igualdad de oportunidades empuja a los individuos no a cambiar la circunstancia de un grupo o clase social sino sencillamente a superarla. Mientras que en el primer caso el resultado es la impugnación más o menos reformista, más o menos revolucionaria del statu quo, en el segundo es una apuesta individual, como mucho familiar, a encontrar una salida.

    Pero además la igualdad de resultados mejora también la igualdad de oportunidades. Siguiendo con la metáfora espacial, es evidente que si la distancia entre un lugar en la escala social y otro es chica entonces será más fácil atravesarla. “Al revés de lo que dice la leyenda –escribe François Dubet, uno de los grandes especialistas en el tema– hay más movilidad social en Francia que en Estados Unidos. El llamado a la igualdad de oportunidades no dice nada de las distancias que separan las condiciones sociales, y estas pueden ser tan grandes que los individuos no lleguen a atravesarlas nunca, con excepción de algunos héroes de los cuales uno se pregunta si no serán el árbol de la fluidez que no deja ver el bosque de la inmovilidad, o sea, héroes de pura propaganda” (2).

    Los datos acompañan esta afirmación: en Estados Unidos y Gran Bretaña, entre el 40 y el 50 por ciento del nivel socioeconómico de los padres se “transmite” a sus hijos, mientras que en países como Dinamarca, Noruega o Finlandia este determinismo se reduce al 20 por ciento (3). El estudio más completo sobre igualdad de oportunidades elaborado en Argentina, que como señala Marcelo Zlotogwiazda no casualmente fue elaborado por FIEL (4), concluye que la movilidad social entre generaciones es menor aquí que en los países desarrollados.

    Final

    Los funcionarios provenientes de la empresa privada probablemente tengan mucho que aportar a la gestión pública, como revela, por citar un caso extemporáneo, la interesante gestión de Miguel Galuccio, ex gerente de Schlumberger, al frente de YPF. Por confianza personal, inclinación ideológica o convicción política, Macri ha apostado a ellos para ocupar lugares centrales de su gobierno, lo que reintroduce la cuestión de la igualdad de oportunidades en el debate público. (…)

    Concluyamos entonces con una de las respuestas más sugerentes, la que proporciona John Rawls en su famosa Teoría de la justicia (5), donde trata de establecer cuál es el grado ideal de igualdad de una sociedad determinada. Rawls propone un ejercicio teórico sencillo: imaginar una sociedad en la que sus integrantes decidan libremente el nivel de igualdad deseado, pero con una trampa: aunque libres y racionales, los individuos desconocen el lugar social que ocupan. Este “velo de ignorancia” respecto de su posición en la pirámide social, el hecho de no saber si son pobres o ricos, conduce, dice Rawls, a una sociedad más justa: por el temor a resultar desfavorecidos, los ciudadanos, incluso los ex gerentes de multinacionales, las estrellas deportivas y los herederos, coincidirán en la necesidad de construir un umbral mínimo de satisfacción para todos y en aceptar la prosperidad de los que más tienen siempre y cuando lleve a un progreso social que genere también beneficios para los demás»

    1. Datos del PNUD.

    2. François Dubet, ¿Por qué preferimos la desigualdad? (aunque digamos lo contrario), Siglo XXI, 2015, y Repensar la justicia social. Contra el mito de la igualdad de oportunidades, Siglo XXI, 2014.

    3. Miles Corak, “Do poor children become poor adults? Lessons from a cross country comparison of generational earnings mobility”, Discussion Paper Nº 1993, IZA.

    4. FIEL, “La igualdad de oportunidades en la Argentina: movilidad intergeneracional en los 2000”.

    5. John Rawls, Teoría de la justicia, Fondo de Cultura Económica, 1979.

  5. argentina, venezuela, brasil (las discusiones con los antipt, además de la corrupción siempre incluyen el asistencialismo parásito y su contrapartida coxinha: los ej. de ascenso social x mérito; el estado, nada que ver en eso!).

    y bolivia: el alto contra evo!; ecuador: ahora correa tiene opo en el pueblo.

    será que?… es sólo el capitalismo!

    y que con el «ascenso» automáticamente se mira hacia abajo sólo por la preocupación de que la base se achique?!

    en mi simple análisis de izquierda/progre? preocupada por el tema no cierra del todo la variable clase mediabaja/baja votando a derechas o centros, pero lo explico con la implacable desinformación educativa de la midia.

    son los (x ahora) dólares moviendo los medios, la droga, las iglesias caballo de troya, los bienes innecesarios…

    hasta degradaron palabras como solidaridad y sindicato, los walessa, eeuu, jpablo 2do y cia…

  6. Juan el Bautismo dice:

    …hay que pelearla desde el unico momento en que somos todos iguales: la guarderia, el jardin de infantes, el pelotero, el arenero del parque.
    Sino despues terminas naturalizando y cediendo toda la vida. Un perdonavidas bah.
    Asi llegamos a aberraciones como estas y otras peores, como los pobres devolviendo el millon de pesos que encuentran en la calle, y asi.. Una cosssa de locos

  7. vale dice:

    Yo creo que la escuela no solo puede sino que debe igualar oportunidades de acceso a la cultura, posibilidad de pensar críticamente y fortalecer la convivencia desde el respeto por la diversidad en el aula. Si esto estuviese bien contemplado por la educación, el punto de partida, en cuanto a conocimientos y capacidades estaría garantizando entonces la igualdad de oportunidades en la adquisición de conocimientos.
    Ahora bien , cuando la escuela se transforma en una institución de adoctrinamiento, donde los conocimientos son herramientas que muchas veces se refieren a culturas lejanas, ya no lo es tanto, cuando la escuela imparte conocimientos ( en lugar de transmitir), cuando disciplina en lugar de ejercer la autoridad real del saber y del saber hacer (transmitir); cuando ignora que un chico aprende desde que nace y no cuando ingresa a la escuela y que en contextos desiguales, esos aprendizajes previos determinan formas de aprehender diferentes, me parece que , estamos frente a una escuela que masifica , enajena y no propicia la inserción en la cultura, acentuando entonces la desigualdad social.
    Nuestra escuela todavía, se sostiene, sobre una brecha cultural profunda, más basada en la «representaciones » culturales de los que enseñan que en la realidad de la que parten los chicos y a la que pueden aspirar.
    En nuestras escuelas argentinas ( muchas de ellas no conozco todas), en el momento en que los chicos ingresan, se juzga, según el contexto cultural de donde provenga , o la ocupación de los padres o el aspecto con que se presenta, la posibilidad de un futuro exitoso o no de la trayectoria escolar y estos «estigmas» antojadizos , si se quiere condicionan mucho esas posibilidades.
    Si bien los conocimientos están establecidos de antemano ( nuestro sistema educativo es vertical), el modo de transmitirlos es lo que debería cambiar en cada uno para no dejar «agujeros» en la subjetividad y esto que parece tan complicado, para un docente es algo muy sencillo y debería formar parte de la cotidianeidad de las prácticas en el aula. La responsabilidad de la escuela es reducir la brecha, no acentuarla, precisamente para garantizar la igualdad de oportunidades en el acceso al conocimiento, donde cada docente es un artista , un artesano, pintando 22 cuadros con diferentes estrategias y esto no es más que lo que muchos docentes hacen todos los días, aunque otros eligen lo más cómodo, enseñar grupalmente lo mismo a todos y luego evaluar lo aprendido a todos por igual.
    Los estigmas de la infancia , son los problemas que nos encontramos después en la sociedad adulta, prejuicios de unos, exclusión de otros ( con la consecuente reacción frente a esa injusticia), que nos acompañan a lo largo de la vida y que no tienen que ver con la inteligencia, ni con la capacidad de unos y otros, sino con la capacidad del maestro para hacer lo que hace, fundamental y también con los que planifican las políticas educativas a nivel central.
    Y concuerdo con josé en la forma de entender la «meritocracia» que en algún punto es lo que intento transmitir con este mensaje. los mecanismos institucionales republicanos para ejercer la meritocracia son tan variados como nefastos para generar desarrollo de un pais y pese a que cambian los gobiernos, este enemigo invisible permanece intacto, veo con desagrado que en los partidos , también pasa.
    saludos

  8. Raúl C. dice:

    No sé si no entiende o se hace el que no entiende.

    Las ‘cuotas igualitarias’ y la ‘discriminación positiva’ existen para que pueda llegar la persona intrínsecamente dotada pero impedida por problemas socioeconómicos, de nacionalidad, étnicos, etc.
    A esa persona se le da una ‘igualdad de oportunidades para entrar’ que ‘naturalmente’ no tiene, pero para ‘llegar’ tiene que aprobar los mismos exámenes y pasar los mismos filtros que los demás.

    Y en cuanto al sistema meritocrático… primero hay que dejar de lado a todos los que ‘llegan’ por familia, clase social, colegio o universidad a los que concurrieron, relaciones sociales, ideología, intereses que defienden… Una vez descartados todos esos, quizá quede alguna gente ‘meritoria’.

    La mayoría de los nombramientos del gobierno actual son ejemplos perfectos de lo que digo: ‘compañeros de colegio de’, ‘amigos de la infancia de’, ‘compañeros de facultad de’, ‘hijos de’, ‘sobrinos de’, ‘socios de’, ‘CEOS de’, ‘cónyuges de’, ‘hermanos de’… Aparte de los ‘militantes’, que son legión (costumbre que se le endilga a los K.).
    Por favor, qué terrible curro el de la meritocracia.
    Y por si no se convenciera con eso, mire el principal ejemplo: Mauricio Macri.

  9. victorlustig dice:

    raro esto de la rive gauche, quien mas hizo posiblemente por la igualdad de oportunidades fueron Sarmiento y Peron con la educacion (quizas Sarmiento por otros motivos, pero no es el caso aca).
    Y, Eva definiendo el peronismo como reparacion.

    Ahora bien, esta implicito en lo de fraternidad etc que debe existir una minoria ilustrada, algo asi como un Huxley y rebelion en la granja, ponele, ya Lenin y Stalin tuvieron que hacer algunos mas iguales que otros. Esto es solo otro ropaje.

    Descreo un poco de cualquier accion afirmativa, implicita en los comentarios, siempre le encuentran la vuelta, en los boards simpre hay una o mas minorias y los que deciden son los de siempre.

    Por que los trabajadores votaron etc, simple, vieron que los mas iguales que ellos, con su lenguaje, no les resolvian los problemas, se transformaban en los de arriba, ejemplo Larroque y Miceli, Kiciloff diciendo estigmatizante, los patios blancos de la Rosada (no es mia esa descripcion) Cabandie y la cana, y, siguen las firmas.

  10. Raúl C. dice:

    «Pero además la igualdad de resultados mejora también la igualdad de oportunidades.»

    No entiendo cómo se puede negar esta gran verdad.

  11. Raúl C. dice:

    Por eso es muy cierta la cita de Dubet de más abajo (a través de Natanson y de Rodrigo):

    «Pero además la igualdad de resultados mejora también la igualdad de oportunidades.»

    No son cosas separables.

  12. Silenoz dice:

    Debo reconocer que me rompe un poco -bastabte- las talpoe’ esto de intentar explicar nuestra particularidad recurriendo a “cherri piking” de estudiosos extranjeros –mostrando una cierta debilidad por los franceses bai de uei- por que entiendo que siempre queda una zona sin cubrir , dando así intentos de análisis cortos, incompletos. No descartaría que en nuestra carencia no influyan los intentos para desbaratar los “revisionismos” más allá de la pertinencia de los mismos… en fin.. no quiero ser demasiado “carta abiertista”

    Si bien reconozco que cierto culto a la individualidad y cuasi xenofobia son rasgos que influyen, me parece que estos caracteres son viejos y de larga data Es curioso el rasgo xenófobo por que fue y es muy claro con paraguayos, bolivianos -anche uruguayos en menor medida- pero no sucede con coreanos y chinos (los africanos generan una simpatía por su «exoticidad»). Y la diferencia, a mi entender, es por que estos últimos, a diferencia de los limítrofes, ingresan con “recursos monetarios” que les dan oportunidad de ganarse el mango con emprendimientos personales, lo que revelaría cierta idealización del cuentapropismo, fenómeno que comenzó para los ’60 aprox. y, más allá de las “profesiones liberales”, insuflado por sectores sindicados como “trabajadores” alla mediados de siglo pasado, siendo la “xenofobia” por «estrato social monetario» antes que color o precedencia

    Como sea, el tema es explicar cómo es que sectores perjudicados por esta restauración hayan sido capaces de votarlos a sabiendas que le meterían la mano en el bolsillo en forma descarada y tan artera. Nadie puede adjudicarse desconocimiento y recurrir a que fueron estafados en su buena fe.

    Hoy muchos se sorprenden por que un gobierno de derecha haya podido acceder democráticamente al gobierno, pero es muy probable que muchas “gentes” hubieran votado anteriormente este tipo de restauraciones si hubiesen tenido la posibilidad de hacerlo, los golpes de estado evitaron esta expresión quizás temerosos de una carencia legitimadora de base, pero me parece que mucha gente concuerda con este tipo de «vuelta al orden»

    Se me ocurre como cierta evolución histórica del unitarios vs federales y que, desde mediados del siglo pasado, mutó hacia un antagonismo entre orden y pulcritud republicana vs desorden insustentable populista. Al final de cuentas todas las restauraciones llevan motes de libertad y vuelta a una armonía perdida.

    La fase «stop» que se impuso la mitad más uno de la sociedad reflejaría además la imposibilidad de superar el modelo primario exportador pero buehhh…. no es fácil dejar atrás décadas de educación sarmientina

    Por eso, yo voto al tilingo pero «ojalá que gane scioli» ¿no?

  13. Raúl C. dice:

    Es cierto que esto nos trae cierta incomodidad.
    Porque nos suponemos ubicados en esa, digamos, mitad de la gente que quiere que los de más abajo de uno estén mejor de lo que están (frente a la otra mitad que no lo quiere o que ni piensa en eso).
    Pero igual el de Dubet me parece un enfoque muy realista (¡sobre todo en Argentina!).
    Como ‘individualista anti-egoísta’ pienso que aquí influye mucho la variable ‘tiempo’.
    Me parece imposible vivir en estado de ‘solidaridad’ o ‘colectividad’ permanente. Pero también me parece imposible el estado de egoísmo permanente. Por lo menos, mientras sigamos organizados en sociedades y naciones…
    Creo que aquí el peronismo (tanto el kirchnerismo como otras variantes) es la fuerza política que mejor se manejó (o que más se encontró) con esa contradicción: el Estado y el sindicato organizan el ‘momento solidario’ y sus logros dan como resultado que va surgiendo el nuevo integrante de la clase media: es el ‘momento individualista’, de familia, hogar, confort, estudios superiores, vacaciones, auto…
    Un delicado equilibrio dinámico.

  14. Raúl C. dice:

    Agreguemos que dentro de los inmigrantes de países limítrofes, los bolivianos dedicados a los cultivos han alcanzado (por ‘prepotencia de trabajo’) un estatus social similar al de los coreanos y chinos.
    En cuanto a los paraguayos y bolivianos que pueblan la industria de la construcción, observemos que en muchímisos casos son de esa nacionalidad los capataces y contratistas, bien incluidos entre nuestras capas medias.
    En el caso de los peruanos, una gran cantidad se dedica al comercio (por ejemplo, gastronomía) y también exhiben una importante movilidad social.
    Cada vez más la ‘xenofobia’ que queda es por ‘estrato social monetario’ más que por origen.
    Si recordamos que estamos en un mundo ‘globalizado’ y gobernado por ‘el mercado’, esto no es ninguna sorpresa…

  15. […] esto va para justificar una excepción. Voy a marcar un aspecto en Los trabajadores que votaron por Macri, que, me parece, queda de lado en las discusiones políticas argentas. Muy ideologizadas, con un […]

  16. vale dice:

    Vitorlustig (de sarmiento paso)….con perón concuerdo, pero no olvidemos que Perón, para lograr esto en sus planes quinquenales, reformó enteramente el estado , generando en primer lugar fuentes de trabajo con salarios apropiados y la mayor cantidad de empleos posibles, en primer lugar derechos del trabajador, organizaciones sindicales, etc.
    En segundo lugar fortaleciendo la familia.( planes de vivienda; garantía de empleo; obras sociales, hospitales públicos impecables, etc.)
    En tercer lugar transformando la educación en relación a las necesidades del estado, (no de finlandia ni usa) y en cuarto lugar generando de este modo confianza en las instituciones del estado, por ser estas de calidad , estabilidad,y además de mucho prestigio aqui y en el exterior.
    En los años 50, las escuelas del estado , los colegios, las universidades, eran de excelencia y los colegios privados de segunda categoría, por aquellos tiempos a los privados iban los repitentes.Las escuelas del estado estaban abarrotadas de solicitudes y competían entre ellas por la calidad de la oferta.
    Esto no se logra importando modelos de finlandia entendés?. vamos peor…
    saludos

  17. David (idu) dice:

    El francés Dubet escribe para el Primer Mundo europeo progre.

    Nuestra realidad difiere bastante.

    Para la cultura europea (como lo muestran las películas «Dos días, una noche» y «El precio de un hombre», ambas francesas y bienpensantes), la tragedia es perder el trabajo y tener que vivir del seguro de desempleo.

    Eso crea gran angustia y devastación anímica y de autovaloración en las personas.

    Diferente es aquí, en que «trabajar» (o no) en el Estado parece ser el mayor de los los logros posibles.

    O bien cobrar un buen plan social sazonado con changas en negro parece ser por su parte, un logro aceptable.

    Quedo a la espera de las puteadas de rigor.

  18. Silenoz dice:

    La típica mirada donñarosista que confunde la pretensión de un orden social -la meritocracia- con “expertis” para desempeñar una tarea.

    Un orden meritocrático tenderá a igualar las oportunidades pero no elimina las injusticias ya que sólo redistribuye las chances de estar o pertenecer en los grupos más aventajados, de hecho sociedades catalogadas como meritocráticas como podrían ser ciertos países desarrollados, son más justos por la capacidad que tiene los estados de redistribuir la riqueza y NO por el merito.

    Otro problema radica en saber si el mérito es la forma más justa de definir quién merece alguna recompensa y si debería ser el único o el que prima; de acuerdo al mérito ¿quién debería ser mejor recompensado una enfermera o un ejecutivo de cuenta del JP Morgan? O, mejor dicho y de acuerdo a su retribución ¿tiene más merito este ejecutivo que dicha enfermera?

    Además el “meritoso” no sólo se lleva todos los premios sino que además interviene en las reglas de juego que establecen la competencia. Al premiar con todo al ganador, deja con pocas o nulas recompensas a aquellos que se equivocaron estigmatizándolos por el sólo hecho de haber fallado en esa oportunidad

    Una meritocracia a ultranza es anti democrática por que priva a los menos «meritosos» en la participación de modificar un orden legal e institucional impuesto por esa vanguardia virtuosa que tiende a cerrar el círculo de acceso a sus propios integrantes y herederos

    Y lo más importante, un orden de este tipo tiende a ser insustentable a mediano y largo plazo por que suponiendo que en algún momento histórico todos tienen las mismas posibilidades, el mecanismo de retribución de este orden a los “ganadores” volvería a crear una sociedad desigual, ‘tons ¿cómo se resuelve esta nueva desigualdad? ¿sacándoles los premios habidos por su mérito?

  19. Silenoz dice:

    Si, igual prima y mucho los rasgos autóctonos locales (en el resumible cabeza negra) y del exterior.

    Es notable como algunos al menos de los nuestros que, a pesar de haber logrado un ascenso social importante, sin embargo hacen denodados esfuerzos por demostrar que NO SON como sus rasgos identitarios indicaría, a primera vista, el sentido común clase mediero tilingo

    Y notable en el caso de los orientales, quizás el haber llegado con un poder adquisitivo superior a muchos de los que «creen ser lo que nunca serán» no les impide lograr alguna empatía a pesar de su cerrazón u «hosquedad» que en otras circunstancias probablemente generarían alguna caza de brujas

  20. ricardo j.m. dice:

    si el hijo del patron quiere ser medico con ese merito alcanza en la meritocracia real

  21. Esther dice:

    Bueno, muy bueno, Sile.

  22. Esther dice:

    El artículo es interesante, pero ¡me gustaron mucho más los comentarios!

    Para no extenderme diciendo lo que otros ya aportaron y muy bien, sólo algunos apuntes sueltos:

    1. Vale leer el artículo completo de Página. Allí Dubet analiza otras cuestiones de interés si es que deseamos analizar por qué se votó como se votó.

    2. ¿Se acuerdan de Macri cuando inauguró el monumento a Perón? Allí afirmó estar de acuerdo con los postulados peronistas, aunque sólo se refirió a “la justicia social”, la cual definió como “igualdad de oportunidades”.
    (Si se pretende dar batallas culturales afirmaciones como esta son, justamente, las que NO pueden dejarse pasar. Sin embargo se dejó pasar…)

    3. Los argentinos no nacemos zonzos, nos hacen zonzos, y desde la cuna.

    Esta frase no es literal, lo sé, pero expresa a Jauretche diciendo, hace medio siglo, lo que hoy leo en toneladas de páginas académicas de educadores, sociólogos, etc.

    La igualdad de oportunidades es imposible: la única forma de lograrla sería… ¿cuál?

    Vero explica, en su primer comentario, cómo el sistema educativo es una gran maquinaria de congelar desigualdades. Lo que dice es refrendado por cualquier investigador en educación medianamente serio.
    Aún más: existen mecanismos de naturalización que operan desde, sí, desde la cuna. Todos aprendemos de nuestro entorno desde el canal de parto y lo hacemos en función del medio en el que estamos.
    Así que, ¿cómo se le daría iguales oportunidades a todos, si esos “todos” crecen y se forman en ambientes desiguales que los marcan profundamente?

    4. Reafirmo, una y otra vez, que citar a la teoría de la evolución para explicar qué sucede en las sociedades humanas es harto peligroso.
    De hecho, si vamos lo suficientemente atrás con la igualdad de oportunidades, tarde o temprano nos encontraremos con el evolucionismo social de Spencer.

    5. Santos Guerra es un prestigioso educador español, dedicado más que nada a estudiar los sistemas de evaluación en las instituciones educativas e ideológicamente crítico de la educación neoliberal. Tengo algunas diferencias con él, pero son menores frente a los aportes que ha hecho.
    Una de sus ideas fundantes es que la evaluación, más que ser una cuestión técnica, es una cuestión ética.
    Ética.
    ¿Para qué se evalúa?
    Llevémoslo a la famosa meritocracia. ¿Y qué diablos se mide cuando se mide “mérito”, a quién se beneficia y a quién se perjudica, cuáles son los objetivos y qué dice esa teoría con respecto a una sociedad humana, digo, “humana” de “humanidad”?

    6. Dejo enlace a un slideplayer basado en sus propuestas:
    http://slideplayer.es/slide/5406587/

    Ver las imágenes de las diapo 7, 8 y 9: son bien representativas de algunas de las cosas que aquí se han dicho. Valen para el sistema educativo, valen para otros sistemas sociales.

    Abrazo,
    Esther

  23. victorlustig dice:

    donde dije Finlandia yo?
    estas mezclando cosas
    reformar el estado no implica salarios apropiados
    la mayor cantidad de empleos posibles tampoco es bueno, en todo caso la mayor cantidad de empleos posibles que sean economicamente logicos, no estabamos en depresion, asi que cavar zanjas y taparlas no era necesario
    y, disculpame, los establecimientos son en funcion de las necesidades del pais, no del estado, son cosas distintas, no estabamos en un pais comunista, donde quizas podes decir pais estado partido, no es lo mismo.
    que vayamos peor o mejor? a 3 meses? estas medio intoxicada de relatos.
    Y, mejor no hablemos de calidad educativa, 12 10, 5? años y? ni siquiera hablo de PISA, que es estigmatizante, ponele

    PS Sile, quien te dijo que vote a Macri? y si, lastima que no gano Scioli, hubiera sido mas divertida aun las justificaciones, fijate Sta Cruz y TdF, ellos en proporcion echan mas gente en un entorno donde el gobierno provincial es mucho mas importante como empleador, estos de Cambiemos son unos hdp, ah, no cierto, son del FpV, y, una con apellido Kirchner

    los kumpas que leen aca, que opinan, no los he escuchado quejarse de eso, ah, esos, como los que hacian ellos hace dos años, eran despidos buenos

  24. Jose dice:

    «pero para ‘llegar’ tiene que aprobar los mismos exámenes y pasar los mismos filtros que los demás.» JaJaJa… Eso es lo más cómico que he escuchado en mis 35 años en educación. Demuestra que los «bienpensantes teóricos» desconocen la realidad. La disparidad con la que ingresan a un territorio «libre de ideologías de igualdad» se nota, por ejemplo en cada examen de una universidad. Observe simplemente cuantos alumnos reprobaban los ingresos en La Plata o en la UNCPBA y cuantos son «CBC crónicos» en la UBA.

  25. Jose dice:

    La típica mirada «igualista» ¿usted se atendería con un médico de promedio general 5? ¿o lo consideraría «medio médico»? ¿Sabe usted que para elegir especialidad y residencia en un hospital especializadp se evalúa por orden de mérito?

  26. Jose dice:

    ¿22 cuadros? No en la Provincia de Buenos Aires.y menos para un profe.

  27. vale dice:

    Es verdad José, solo promediaba….

  28. vale dice:

    Al mencionar a finlandia no me refería a vos victorlustig , sino a nuestra política educativa, mencionada por maría eugenia Vidal a partir de 2016…Ella quiere que la educación en la provincia de buenos aires desde este año «produzca» niños como los de finlandia, ( lo dijo ella, no lo dije yo)

  29. Politico Aficionado dice:

    Coincido con Ud Esther, muy interesantes los comentarios. Hace ya muchos años Marx (con perdón), planteaba que aún si a los capitalistas se los expropiaba de sus posesiones, durante varias generaciones,su sistema de relaciones y el know how acumulados, les permitirían volver a pasar al frente.
    O sea que esto de la igualdad de oportunidades no es tan simple como parece.

  30. Raúl C. dice:

    Mucha pretendida ironía, pero no demostró nada.

  31. Raúl C. dice:

    Así suele ocurrir…

  32. Raúl C. dice:

    ‘Capacidad de los estados para redistribuir la riqueza’. Fundamental.

  33. Raúl C. dice:

    Como ya se dijo, la meritocracia es un gran curro cuando tienen muchísimas más probabilidades de ascender los que tienen el origen social, relaciones, etc. ‘adecuados’.
    Usted como paciente no tiene posibilidad de saber qué calificación tiene el médico que lo atiende, así que su planteo es abstracto.
    Más todavía, aunque fuera un médico de puntaje 10, usted no sabe si realmente lo merece o fue favorecido por diversas circunstancias. Y si tuviera puntaje 5, lo mismo al revés.
    Otra cuestión que hace que su planteo sea abstracto: con los médicos ‘de 10’ (suponiendo que lo merecieran) usted atiende una población de 1 o 2 millones de personas (que lo puedan pagar, además). Para atender a 40 y tantos millones va a necesitar muchos más médicos… y eso ocurre en todo el mundo.

  34. Mariano T. dice:

    Muy interesante. Me parece que al leerlo despierta, en mí al menos, la necesidad de diseñar una sociedad en el punto medio.

  35. Mariano T. dice:

    Esa es la característica del emigrante. Nadie se muda, o al menos poca gente, para estar igual que allá. la noción y ambición de progreso personal los diferencia enseguida de sus pares de barrio. Incluso se crea un prejuicio en contra del trabajador argentino de los estratos más bajos, que favorece al inmigrante.
    Por eso el momento de mayor ascenso social que tuvo la Argentina(1900-1970) fue con la potencia del inmigrante y la primera generación nacida acá. Después ese ascenso perdió fluidez, tal vez en los 70.
    Ese fenómeno se esta reproduciendo con la inmigración limítrofe, pero la escalera es más larga ahora.

  36. Mariano T. dice:

    La escuela estatal fue mejor que la privada, entre 1870 y 1980 o un poco más. Después cambió pero no por mejora de la privada (que hubo por diferenciación no por promedio), sino por debacle de la estatal, que sigue estando un poco peor cada día.

  37. Silenoz dice:

    Bueno yo creo que el «punto medio» lo recontra pasamos… Si hay algo que sobra es el «medio pelo» ja ja….

  38. Silenoz dice:

    Ahhh mirá vo’ Marianote…. ‘tons fomentemos la inmigración (preferentemente la escandinava un neo sarmientismo ponele) e inmediata reproducción de «criollos» y así recuperaremos el estado de bienestar de aquellos años…. Sumados a los tarifazos y super alza generalizada de precios llegaremos a la «pobreza 0″…….

    Delicias del pensamiento mágico rentista

  39. Raúl C. dice:

    No tengo elementos para juzgar la calidad de la educación a lo largo de las épocas, pero sí puedo señalar una *leyenda urbana* que atraviesa décadas y décadas.

    Siempre ‘la educación antes era mejor’.

    Cuando yo iba a entrar al secundario toda la gente decía: ¿vas al Nacional tal? Sí, hace muchos años era muy bueno, pero decayó mucho…
    Y así se hablaba de TODOS los Colegios Nacionales, Liceos, Comerciales, etc. etc.

    Las generaciones anteriores a la mía añoraban un pasado educativo dorado que ‘no existía más’…
    Ese pasado siempre estaba compuesto por: profesores eminentes, estricta disciplina, los chicos ‘aprendían más, leían más, estudiaban más’, etc.

    Uno, en esa tierna edad, observaba un poco a los que habían tenido esa ‘educación de excelencia’… y se permitía dudar mucho.
    Leyenda urbana.

  40. vale dice:

    entre 1880 y 1945, podríamos decir que la escuela estatal funcionaba como privada, ya que si bien fue incluida en nuestra constitución primera como derecho «individual» ( no social) fuertemente determinada por el estado para «educar» y «disciplinar» al «buen salvaje» ( no pensando en sus derechos ciudadanos en igualdad de condiciones con los demás) prescribía , de acuerdo a la ubicación geográfica, quién podía acceder y quién no y qué era lo que podían aprender ( fundamentalmente disciplina) y algunos contenidos que a criterio de sarmiento, eran fundamentales para que el estado funcionara según el diseño acordado.
    Si bien en 1950, Perón modifica las cosas, aún continuaba la escuela funcionando de esa manera, pero iguales contenidos para todos y sin azotes ni autoritarismo, aunque la autoridad del docente era incuestionable, en esa escuela, por primera vez, la participación de la familia era considerada indispensable y había alianza y confianza entre familia y escuela, además de achicar la brecha entre la oferta entre los sectores público y privado, lo cual permitió, que el nieto del peón llegara a ser «doctor» del patrón de estancia.
    En aquellas épocas quedó demostrado que no es tan inútil, reforzar el sector público, ya que en educación, (bien conducido por un estado fuerte) superó con creces al privado , en salud no se podría lo mismo ( o si?), porque pese a ser el sistema de salud mixto también, los mismos médicos atendían de la misma manera al sector público en los hospitales y al privado en sus consultorios.
    El deterioro, comenzó bordeando los 70 más o menos ( quizá un poquito antes).
    saludos

  41. Mariano T. dice:

    Yo me refiero a los bolivianos y paraguayos, ni leer sabes.

  42. Mariano T. dice:

    El deterioro educativo esta medido y es evidente. Y no es que los privados mejoraron tanto ni que el resto de America Latina nos alcanzó(o superó)por su constante progreso. Somos nosotros.
    Aca en PBA se ha ensanchado muchísimo la brecha entre escuelas públicas, centro y periferia.
    La mujer que trabaja en casa mandó sus hijos a la escuela parroquial.»los otros padres tambien se interesan en la escuela»

  43. Raúl C. dice:

    Para los padres que trabajan (casi todos), la ventaja de las escuelas privadas es la cantidad de días de clase por no tener problemas de paros docentes, y no por la calidad.
    No hay estudios serios sobre el tema de la calidad, por lo que he visto.

  44. vale dice:

    Nuevamente lo «siniestro»
    Estuve leyendo los mensajes a los que en el último post , Abel nos remite del diario la Nación.
    Me pareció horripilante que un adulto argentino diga respecto a nuestros chicos, «que los maten a todos»; basados en una contingencia como es la clase social, donde cualquiera de nosotros puede estar el año viene a su mismo nivel socioeconómico.
    Atendiendo la calidad de los mensajes y la ausencia absoluta de conciencia crítica ( que obviamente incluye la auto-crítica) , con el agravante que algunas personas que escribieron ahi, son docentes de la escuela pública en provincia de buenos aires, me confirma que, la baja calidad educativa que tiene nuestro país y sin ofender a nadie, se basa en la ausencia de empatía y confianza en las posibilidades de «algunos» chicos para salir adelante por parte del docente; ya no diría que condiciona, sino que determina su futura relación con el conocimiento. Nada se aprende desde el desprecio…El deterioro educativo entonces, está más relacionado con los prejuicios del docente que lo imparte, que con ninguna otra cosa.
    recordemos que, la Ley de protección a la infancia, tiene peso Constitucional, balear a un niño que baila en la calle, es lisa y llanamente un DELITO, achacable obviamente al estado que sigue actuando como cómplice en el día de hoy, desde la persona de Patricia Bullrrich «MINISTRA DE SEGURIDAD» quien esta mañana se acercó al hospital, únicamente para encontrar cómplices del nuevo «verso» que esgrimirá para justificar este nuevo comportamiento delictuoso, al que nos tienen acostumbrados, diciendo que «a esos niños los mandan los padres a cometer el delito de enfrentar a la policía a quien le querían robar una moto»
    cuando en realidad de cualquier manera el estado ha violado una vez más , la constitución .
    «cria cuervos y te sacarán los ojos», esta «pandilla vándala que nos desgobierna y nos corrompe….una vergüenza estar forzado a aceptar que nos «representen» realmente es muy angustiante….son impresentables.
    saludos

Replica a Mariano T.

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