Medio siglo es mucho tiempo para nosotros, poco para la historia. Igual, yo que leía la revista «Más Allá» no puedo dejar pasar la fecha: las fantasías del pibe quedan adentro del hombre. Y, aunque está claro que los anuncios del siglo pasado de dos «Eras», la Atómica y la del Espacio, fueron ingenuos o prematuros (como la explosión demográfica o – dicen algunos incrédulos – el calentamiento global), ese sueño fáustico sigue, para quienes quieren soñarlo. (En la leyenda original de Fausto, antes que el sentimentalismo alemán de Goethe metiera a Margarita, lo que él le pedía al diablo era el poder de transformar la arena en oro, y volar entre las estrellas).