Leyendo a Santa Fe y a Mendoza

Repetía en los últimos posteos que «las encuestas eran herramientas valiosas para medir el peso numérico de las esperanzas y temores en una sociedad fragmentada«. Bueno, hoy tuvimos primarias en Santa Fe y en Mendoza, que, además de ser un camino institucional y civilizado para seleccionar o confirmar candidatos, funcionan como una gran encuesta previa a las elecciones definitivas.

Entonces, estos escrutinios incompletos que es todo lo que tenemos esta noche, me tientan a escribirles algunas reflexiones rápidas. Si uno no fuera audaz, no estaría en política.

Miguel Del Sel está juntando en Santa Fe hasta ahora un 34 % de los votos. Le da una clara ventaja sobre los candidatos sumados del Frente Progresista – el oficialismo provincial – que suman 31 % y sobre Omar Perotti, con 22 %, que representó bien, en una situación difícil, al peronismo de la provincia y al oficialismo nacional.

Estos resultados no aseguran que el próximo sucesor de Don Estanislao López sea Del Sel (uno conserva una débil esperanza que no, por los santafesinos). Pero si están diciendo:

• Que hay muchos santafesinos que votan por una opción política que se puede clasificar – si uno está alerta frente a la pedantería de las clasificaciones – como «populismo de derecha». Y que puede imponerse frente a un oficialismo provincial y al nacional. Sería un fenómeno local… si no fuera que no hay pruebas que allí sean de una especie diferente al resto de los argentinos.
• Que no necesitó para su triunfo el apoyo de los aparatos más tradicionales y más poderosos de esa provincia: el socialismo, el radicalismo, el peronismo (Tuvo apoyos menores: el de la vieja, casi desvanecida, Democracia Progresista, y descontentos de los tres grandes. Y, por supuesto, muchos recursos no oficiales).
• Que el asesor de Mauricio Macri, Durán Barba, parece haber leído bien las encuestas santafesinas. (Digo «parece» porque no estoy seguro que esté en lo cierto al descontar el aporte de Carlos Reutemann. No importa. Tampoco puedo asegurar que esté equivocado). Eso significa que se confirmará la estrategia actual del Jefe de Gobierno de Buenos Aires – salvo que sufra una catástrofe imprevista el próximo domingo – y que la propuesta de la Gran PASO Opositora que publicita Julio Blanck e ilusiona a Sergio Massa, se desvanece. Por ahora.

En Mendoza, el resultado fue el esperado. Pero más del esperado. Con los números que tengo hasta ahora, Alfredo Cornejo, que junta a toda la oposición al gobierno nacional y se apoya en el aparato territorial del radicalismo, tiene el 52,1 %. Adolfo Bermejo – la mayor parte del PJ territorial más la figura de Scioli – el 17,1 %. Guillermo Carmona – el kirchnerismo más aliados – 10,7 %. Y Noelia Barbeito, del FIT 7,7 %.

Como les dije, este resultado estaba previsto, aún en los cálculos del peronismo. Y Mendoza es una provincia con tradición conservadora. Pero es un llamado de atención que sea la segunda derrota en estas primarias de un oficialismo provincial. Se pone en cuestión una «ley» de la política en todos los países donde hay mecanismos democráticos: los oficialismos locales tienen ventaja, a menos que la economía esté en crisis, que no es el caso aquí. Por lo visto, lo de Salta fue la excepción, hasta ahora.

Para el Frente para la Victoria, la lección es muy clara: necesitará la suma de todos sus votos «propios», los de Bermejo, de Carmona y los de Matías Roby – las tres listas que presentó en las primarias – y tratar de sumar otros para pelear la elección definitiva. Me parece que el oficialismo nacional debe aplicar esta lección – tiene mejores chances, eso sí – más allá de Mendoza.