Roca

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«¿Qué tipo de operación implica recuperar a Roca por los tres principales matutinos porteños con días de diferencia en un momento preciso de nuestro presente?» Es una pregunta de mi amigo Ezequiel Meler, historiador. Yo contesté «Tal vez tenga que ver que hoy se cumplen 100 años de su muerte. La superstición digital de la que hablaba Borges..

La cosa es que yo también quería subir algo al blog sobre uno de los hombres claves de nuestra historia. Pero ya publiqué el viernes acerca de otro hilo importante, el mapuche, y se llenó de comentarios con investigación histórica y delirios actuales. Este fin de semana subí sobre los candidatos del PJ y sobre el desarrollo industrial, que me parecen más actuales para la discusión.

Pero me inspiró la pregunta de Ezequiel, porque cuando escribimos de historia estamos tratando de influir el presente. Y el futuro. Entonces les copio algo de Don Arturo Jauretche, fragmentos de su libro Ejército y Política, que escribió en 1958, que me parecen útiles para entender lo que cambia y lo que permanece en los debates políticos argentinos. Los temas no resueltos (Tomo estos fragmentos de la Agenda de Reflexión, Roca y la Cuestión Nacional, del lamentado Alejandro Pandra).

«En la revolución del 74, el Ejército Nacional liquida definitivamente los restos del ejército de facción de Mitre y en la Revolución del 80, la oligarquía porteña es derrotada y el Ejército Nacional impone, conjuntamente con la capitalización de Buenos Aires, un concepto de unidad del país frente a la hegemonía porteña.

Con la presidencia de Nicolás Avellaneda se insinúa la formación de la oligarquía nacional que sustituirá a aquélla. Ésta tendrá la misma adhesión que los vencedores de Caseros al liberalismo de importación, a las doctrinas económicas detrás de las cuales avanza el interés británico, y tal vez una mayor venalidad caracteriza su gestión.

Pero representando en cierta manera la unidad del país, no puede estar del todo ajena a los intereses del interior y a las tentativas industrialistas que comienzan a recobrarse, y de una manera imprecisa y discontinua comienzan a aparecer las primeras tentativas defensoras de un posible desarrollo nacional autónomo.

La gravitación ejercida por el ejército trae de nuevo una preocupación de Política Nacional incompleta y parcial, pero que es ya algo: la preocupación de las fronteras. La conquista del desierto, la integración de la Patagonia, la formación de la marina, las contingencias limítrofes con Chile y la ocupación militar de los chacos y Formosa aseguran los límites a que nos ha reducido la “victoria” de Caseros.

En los esteros del Paraguay se hundió la conducción mitrista del ejército, con la estrategia y la táctica de las guerras policiales y punitivas de los generales brasileristas uruguayos, hechas al desprecio de la vida humana, que empieza por las del adversario y termina por las del propio cuadro.

Casi todos los “orientales” de Mitre fueron sacados del frente y pasaron a seguir las guerras interiores contra las provincias sublevadas; ¡eran sólo expertos en degollar gauchos desarmados! En esa desastrosa experiencia se aprendió de nuevo la ciencia de la guerra, y un nuevo ejército comenzó a surgir de entre las ruinas. La esterilidad del sacrificio y la convicción de haber servido a una política extranjera, en perjuicio de la nacional, se hizo carne en los nuevos jefes, y se perfiló una figura que habría de restaurar el sentido de la política nacional de la milicia.

Su constructor fue el general Julio Argentino Roca -que perdió allí a su padre, guerrero de la independencia, y a un hermano-, cuyas primeras armas se habían hecho en el ejército de la Confederación.

El ejército de Mitre termina como había vivido (en la revolución de 1874), matando indefensos; el asesinato del general Teófilo Ivanowski, por las fuerzas sublevadas de Arredondo, representa la última demostración de una técnica. La campaña de Roca, ganando tiempo, ante las urgencias de Sarmiento que lo apremia, ignorante de que el general construye su ejercito sobre la marcha, disciplinándolo y acondicionándolo como un ejército moderno, termina en la batalla de Santa Rosa donde el ejército nacional entierra definitivamente al ejército de facción.

Sólo Avellaneda, con la modificación de la tarifa de avalúos, reinicia la política proteccionista. Allí están los dos Hernández, el autor de Martín Fierro y su hermano; Vicente Fidel López, Roque Sáenz Peña, Estanislao Zeballos, Nicasio Oroño, Carlos Pellegrini, Amancio Alcorta, Lucio V. Mansilla, según enumera Abelardo Ramos.

Es Pellegrini el que dice: “No hay en el mundo un solo estadista serio que sea librecambista, en el sentido que aquí entienden esta teoría. Hoy todas las naciones son proteccionistas y diré algo más, siempre lo han sido y tienen fatalmente que serlo para mantener su importancia económica y política. El proteccionismo industrial puede hacerse práctico de muchas maneras, de las cuales las leyes de aduana son sólo una, aunque sin duda, la más eficaz, la más generalizada y la más importante. Es necesario que en la República se trabaje y se produzca algo más que pasto”.

No es todavía política nacional en lo económico, pero es una rectificación, una atenuación del pensamiento de Caseros. Compárense esas palabras de Pellegrini con las que siguen de Sarmiento: “La grandeza del Estado está en la Pampa pastora, en las producciones del norte y en el gran sistema de los ríos navegables cuya aorta es el Plata”. (De paso perdieron la soberanía hasta en la aorta). “Por otra parte los españoles no somos ni industriales ni navegantes y la Europa nos proveerá por largos siglos de sus artefactos a cambio de nuestras materias primas”.

Esa nueva promoción que tiene a Roca como conductor careció de una teoría nacional de la política y de la economía. Sólo le fueron dados atisbos parciales de la realidad; no así liberarse de las supersticiones ideológicas, pero con todo, su carácter nacional la hizo contrabalancear a los agiotistas y especuladores del puerto de Buenos Aires y posibilitar algún desarrollo industrial.

A ellos debemos la modernización y crecimiento de las industrias azucareras y vitivinícolas, a las que por cierto la metrópoli británica no opuso mayores dificultades, porque el azúcar significaba un golpe al comercio rival de carnes, el saladero, que abastecía a los mercados azucareros del Brasil y Cuba, y la industria vitivinícola contribuía a eliminar otro competidor del mercado de exportación: Francia, abastecedora de vinos.

Pero de todos modos se tonificaron las economías de dos centros fronterizos -Cuyo y el Norte-, y se paró la emigración de sus habitantes al litoral pastoril. Esta época y la de sus continuadores fue también de enajenación de los ferrocarriles nacionales y de concesiones leoninas al capital privado. Pero cumplió, en cambio, una política ferroviaria de sacrificio a cargo del Estado, que tuvo en cuenta las fronteras y estabilizó el norte argentino y la conexión con Bolivia.

Pero lo fundamental es que con Roca vuelve al país el concepto de una política del espacio. Vuelve con un auténtico hombre de armas y vuelve porque ya hay un ejército nacional y la demanda mínima de este, la elemental, es la frontera.

Está la frontera con el indio, abandonada desde Caseros, cuando el aborigen vuelve a rebalsar y hasta interviene en nuestras luchas civiles: Mitre ha traído a los indios a La Verde como los llevó a Pavón seguramente para replantear el dilema de Civilización y Barbarie a favor de la civilización, del mismo modo que Brasil llevó sus esclavos a la lucha por la libertad de los paraguayos.

La primera tarea que realiza el ejército nacional es la conquista del desierto. El plan de operaciones repite el de la Confederación, con medios más modernos pero con la misma visión nacional. Lleva implícita la ocupación de la Patagonia -que se realiza- y la definición de la frontera con Chile que obtiene solución favorable, salvo en el estrecho de Magallanes, y definitiva por la Política Nacional de las fuerzas armadas que representa el fundador del nuevo Ejército Nacional.

Ella no hubiera sido posible sin la construcción del mismo, por encima de las facciones y sometimiento al mitrismo; la extensión vuelve a formar parte de la Política Nacional que se irá complementando hacia el norte, con los expedicionarios del desierto que en Chaco y Formosa consolidan, con la ocupación hasta la frontera del Pilcomayo.

Toca también al ejército nacional resolver la cuestión Capital que algo aliviará al gobierno argentino de la presión constante del círculo de la oligarquía porteña. Frente a Avellaneda vacilante ante la insolencia de Tejedor y los demás mitristas, Roca expresa la posición firme de lo nacional y la decisión del Ejército Nacional de no aceptar más retaceos a la República.

Este es el momento decisivo y es bueno señalar lo que destaca Ramos: al lado de Roca está Hipólito Yrigoyen, jefe del futuro gran movimiento nacional. En cambio, Alem, está del otro lado. Los clásicos al lado de los clásicos, los concretos al lado de los concretos, los realistas al lado de los realistas. Del otro lado los declamadores, románticos arrastrados por el influjo de las palabras huecas, y las ideologías.

Hasta 1916 el pueblo es ajeno a todo el drama histórico desde Caseros. Desde entonces hemos carecido de una verdadera política nacional; pero señalemos los grados: durante el período del mitrismo no fue carencia: hubo política antinacional consciente y deliberada, que se sostuvo en la inexistencia del Ejército Nacional, reemplazado por una milicia de facción.

Con Roca y la reconstrucción del Ejército Nacional empieza a definirse una Política Nacional, zigzagueante entre la comprensión parcial de los hechos y el adoctrinamiento antinacional de los ideólogos (…) hay por lo menos una Política Nacional, la del Ejército, expresada por su fundador, el general Roca, que tiene una Política Nacional de las fronteras y una política económica a la que falta mucho para ser nacional, pero ya retacea el librecambio impuesto por los vencedores de Caseros en obsequio de los “apóstoles del comercio libre”.

No llega con todo a constituir sino un mero atisbo de Política Nacional: ella sólo se integrará por la presencia del pueblo en el Estado«.

36 Responses to Roca

  1. Abel, es impecable desde mi punto de vista, tu visión de Roca y su tiempo. Todo lo que se puede decir sobre Roca está allí. O casi todo, yo me voy a referir a aspectos menos conocidos de Roca en dos rubros. El armado político conservador y su política exterior fuera de América. En el primer segmento, Roca puede decirse con la óptica de hoy en día, no fue solo un conservador, fue un populista conservador o un conservador popular. No lo fue Mitre que aunque fue popular en Buenos Aires, su impronta liberal y masónica le impedía salir del círculo de sus amigos y centuriones. Por el contraio Roca fue el primer constructor de alianzas con las viejas clases conservadoras del interior del país (los 13 ranchos) que a su vez eran los herederos familiares de los anteriores caudillos federales de Rosas y la Confederación Urquicista. Esos caciques conservadores que sostenían en el P.A.N: el poder de Roca, tenían a su vez su clientela política en la orilla de las ciudades y sus hombres bravos en los cuarteles y destacamentos policiales. Roca fue un caudillo conservador y su época no fue aislada en América. Coincidió con el Porfidismo en México y el Florianismo en Brasil y el Pandismo en Bolivia. Cuatro Generales victoriosos en la Guerra, Julio A. Roca en Argentina, Porfídio Díaz en México, Floriano Peixoto en Brasil y José Manuel Pando en Bolivia, positivistas, conservadores y populares, enfrentados a sus Iglesias Católicas nacionales, rodeados de jóvenes progresistas, masones y brillantes, son paralelos en su tiempo y su accionar político. Pero además fuera de América Roca tuvo una política internacional propia y muy curiosa: Apoyó a España contra Estados Unidos en la cuestión de Cuba y hasta participó de una colecta para fletar un barco que ofrecía la numerosa comunidad española de Buenos Aires y Montevideo a la Armada Española: El Río de la Plata, que no llegó a destino y fue desviado a España por el abrupto fin de la guerra hispano-norteamericana, donde cambió de nombre por el de Isabel Primera. Ayudó con armamento que se había acumulado en los arsenales porteños para la hipotética guerra con Chile que no sucedió, a las fuerzas Boers en Sud Africa que enfrentaban con valentía al Ejército Británico. Y finalmente ayudó a Japón en su Guerra con Rusia, fletando los dos acorazados de la Armada a título de prestamo. Ese también Fue Roca.-

  2. guido dice:

    Hay un libro fascinante de Paula Alonso, «Jardines secretos, legitimaciones públicas. El partido autonomista nacional y la política argentina de fines del siglo xix» que recomiendo ampliamente. Un dato de color «manolero» es que el esquema formal de interpretación sobre la institucionalidad de la política «conservadora» (aunque el libro va más a la descripción y el detalle de las roscas que a la formulación de esquemas abstractos) tiene una notoria deuda con el ampliamente citado texto de Stephen Levitsky sobre el peronismo de los 90.

    Desde el Roquismo Crítico Auténtico (RCA) manifestamos nuestro fuerte y sonoro repudio por el centenario de nuestro orientador y guía y sus manos manchadas de sangre así como nuestra más sincera devoción y admiración. Gloria y Barro como a los grandes hombres.

  3. guido dice:

    Me olvidaba, muy lindo el texto de Jauretche, Claro que no hay Avellaneda sin Sarmiento, y no hay Sarmiento sin Mitre, ni estado nacional sin Urquiza.

  4. Ni integridad territorial sin Rosas, a pesar de Mármol.

  5. Norberto dice:

    El párrafo final del comentario de Arndt daría para otro post, porque si bien en su primera presidencia consolida lo logrado con la Campaña del Desierto, por mas que algunos la denostan, y la ocupación con buen sentido de oportunismo de la la Patagonia que hoy disfrutamos los argentinos, durante la segunda presidencia pone límites a las ambiciones chilenas de recuperar todo o parte de la misma mediante un agresivo armamentismo, que es contrarrestado por el accionar de este protagonista que tan mal le cae a cierta parte de nuestros compatriotas.
    Y como siempre aparece su condición de visionario, pues no conociendo el episodio Boer, es de cajón que acompañarlos amplía un frente de conflicto a la Vieja Ladrona que le impide apoyar a su gendarme en América del Sur.
    Y esto enlaza con el comunicado que se arroga la representación Mapuche, en su intento de recuperar lo que nunca tuvieron y un conflicto cuyo cierre lo debemos a este hombre de su tiempo, y como tal con los claroscuros que hoy podemos adjudicarle sentados con una taza de café ante un teclado.
    Nunca menos y abrazos

  6. Mariano T. dice:

    Comme d’habitude, Jauretche mezcla notables aciertos y supinas idioteces en un solo texto.
    Roca era un liberal que no comía vidrio, y fue el que consolidó un tercer jugador que se impuso en la pelea principal del siglo 19, Buenos As vs resto. El punto más alto de Buenos Aires había sido en 1850, después fue todo para abajo, a pesar de los esfuerzos de Mitre, hasta la castración de 1880. Sin embargo no fueron las provincias las que se impusieron a Buenos Aires, sinó que fue el Estado Nacional, un jugador inexistente en 1850, y el ganador incuestionable en 1880.
    Roca no era conservador en los 70 y 80 porque participaba de una generación y de una escuela de pensamiento que estaba modelando la Argentina, que finalmente había encontrado un «negocio» que la justificaba como país y no como agujero negro, que es lo que había sido. El ejército de línea era parte de ese estado, pero no era un partido militarista, solo que era una época en la que no se podía imponer una idea sin un garrote grande que la acompañara.
    Por supuesto toda esa faena estaba siendo hecha por una oligarquía, progresista, que había reemplazado a otra oligarquía, más reaccionaria y tradicionalista.(ver conflicto por ley 1420 y registro civil).
    Su paso paulatino al conservadurismo no fue otra cosa que el envejecimiento y anquilosamiento de esa generación y la subsiguiente. Enriquecidos, realizados y celosos de su posición al tope de la escala social y económica, cerraron el paso al sufragio puro y universal, y a las reformas sociales. Como hicieron todos los conservadores del mundo en esa época. El Roca de 1900 no era el mismo Roca de 1879, y su círculo tampoco.
    Con respecto a la conquista del desierto, que es lo que se le reprocha, no fue él el artífice de la victoria contra los mapuches y los malones, sinó sus predecesores. Apenas terminó la Guerra del Paraguay, la atención se empezó a focalizar en la frontera Sud. Los enfrentamientos más importantes , y más cruentos que terminaron con la liquidación del poder militar aborigen, fueron previos a su llegada al Ministerio de Guerra. Por supuesto tenían una impronta más bonaerense que nacional, pero las batallas ya habían sido libradas. Lo que hizo Roca fue una operación policial para reclamar y ocupar en los hechos las fronteras del país. En ningún rincón del mismo podía haber un poder alternativo al poder del Gobierno Nacional, y la afirmación de las fronteras contra Chile era el final de la construcción de nuestro territorio nacional.

  7. guido dice:

    Se me rosistizó Daio. Dolor. Nah, es cierto.

  8. guido dice:

    Mariano tiene razón en lo de relarivizar la importancia militar de la campaña de Roca a los territorios del sur. Lo que realmente cambió las relaciones de fuerza desde el punto de vista militar fue la campaña de Alsina.

    Norberto, lo que se suele cuestionar a Roca no es la expansión territorial del país, sino el carácter que tuvo la campaña en cuanto a asesinatos, violaciones, separación de hijos de sus madres, esclavización masiva, corrales humanos que se extendieron por años, violación de tratados etc.

  9. Edgardo Arrivillaga dice:

    Roca no hizo ningua operacion policial como ya le explique a Gerardo.Roca consolido al pais desde su tucumaneidad,no era un bonaerense como Scioli o la basura circundante y firmo al tratado con Runciman porque convenia a los intereses argentinos…claro ?

  10. Edgardo Arrivillaga dice:

    EL DIA DE LA MADRE MAPUCHE ?

    Cometo la incorreccion de tomar un comentario del amigo Gerardo Gonzalez del inestimable blog de Abel.Como vivi en Nicaragua y Panama conozco bien el asunto indigena.No son ni buenos ni malos.Los vi arrancar a machetazos el brazo derecho de un hombre simplemente para sacarle a su mujer paridora.No tenian AUH ni esas lindezas.El pais que tiene mayor cantidad de indigenas en Sudamerica es Ecuador.Por eso su presidente,Correa,egresado de Lovaina junto con su mujer se disfraza con plumas y escamotea la dolarizacion impuesta por Cavallo de su deuda externa.El tema MAPUCHE en la Argentina esta fogoneado por algunas almas bellas jubilados por la ONU y esa falsaria pelicula que se llama la PATAGONIA REBELDE que la vi en avant premiere y tengo testigos.El objetivo chileno britanico es debilitar a la Argentina y crear la nacion mapuche que eran ladrones de caballos.Peron escribio una interesante toponimia del idoma y nada mas.Como buen peronista reivindico el dia de la raza Española.No era estupido,le interesaba vender a España e Italia y no reivindicar la KON TIKI.El indio es patriarcal y nomade como el arabe,los pantalones de nuestros gauchos y indigenas se los compramos a Lyteuy,colonizador de Argelia en funcion de los acuerdos del Trianom. En esa epoca Balfour apoyaba la creacion del Estado de Israel y su primer presidente fue un ingeniero que proveyo de quimicos militares a las tropas britanicas.El libro de TE Lawrence,un mapuche por adopcion…. es un buen trabajo ya que el caballero era cartografo en la oficina de inteligencia de Allemby.No se cuantos votos trae la reivindicacion Mapuche a la Argentina.Los guerreros mas decididos fueron los charruas,sin dudas.Naturalmente la colonizacion española estuvo robustecida por la gesta piamontesa,lombarda y calabresa que hicieron una tarea ciclopea hasta que llegaron los fusiladores culposos de 1956.Las campañas contra los indios las inicio Rosas y las culmino Roca.Este ultimo dejo su artilleria y los persiguio a caballo y sable hasta hacerlos escapar a CHILE.En fin ,podria escribir bastante sobre el tema pero mejor dejo que Axel,Hector y Naon me representen ante las madres mapuches.

    Seran MAPUCHES ucranianos ?

    Bueno Paris VI tiene una buena escuela de lenguas etnicas.Por algo se empieza. Un detalle,el CHE es un porteñismo tomado de la voz indigena y nada tiene que ver con el exitoso diseñador de remeras que murio en Nancahuazu.

    Saludos y FELIZ DIA DE LA MADRE MAPUCHE NATURALMENTE.

    EDGARDO ARRIVILLAGA.

  11. Respecto a Roca y los Boers, se me olvidó agregar, ya que causó curiosidad este dato en esta página, que terminada la última guerra Boers en 1902, los principales jefes partisanos que no quicieron integrarse a la Colonia Británica, emigraron a la Argentina de la mano de Roca quien les dió tierras al norte de la provincia de Chubut en lo que es hoy Comodoro Rivadavia y en el Sur de Santa Cruz. Tal vez para contrarrestar la influencia Galesa en el Sur de Chubut, quienes se manejaban como dueños casi autónomos de todo ese inmenso territorio. En 1910 cuando Gran Bretaña cumplió con el tratado de paz con los Boers y se organizó el real dominio independiente de la Unión Sudafricana y se eligió su primer gobierno integrado por los antiguos generales Boers, algunos emigrados y su familia que estaban en la Patagonia argentina volvieron a sud Africa, pero la otra mitad se quedó y formó colonias agrícolas y fueron los abuelos y bisabuelos de muchos argentinos patagónicos de Chubut y Santa Cruz. Esto también hizo Roca.

  12. Norberto dice:

    Es cierto, y es tan deplorable como lo ocurrido en la misma época en varios países de elite, y sin aprobar ese comportamiento, debe situarse en su época, pero cuando se hace esos reproches por parte de la amplia coalición que van desde ecologistas de yesca y pedernal a indigenistas de la vuelta al futuro, se pone por delante esas posiciones y no se tienen en cuenta las razones de estado que produjeron esas decisiones ni los logros de las mismas.
    Habría que ver , contrafáctico, que hubiera pasado si nos hubieran ganado de mano los chilenos y ocupado la Patagonia por querer preservar los tratados y los modos de vida, ni mejor ni peor que de este lado de la frontera, diferente, cual habría sido su comportamiento, o que hubiera pasado si para evitar la ocupación que perjudicase a su gendarme, la Vieja Ladrona hubiera anexado esas tierras a «su» colonia de Malvinas, tal como después hizo con el sector antártico que reclama.
    Que dirían hoy de esas circunstancias nuestros seguidores de Sarmiento con la frontera sur pasando por el norte del Colorado y la mitad sur de Mendoza y La Pampa.
    Nunca menos y abrazos

  13. Respecto a la metodología de Roca de exterminio científico de los indígenas que no se sometieran etc. No hizo más que aplicar lo que aplicaban otros positivistas como el. El General Cornelio Saavedra de Chile (nieto del prócer de mayo potosino-argentino del mismo nombre) El ya mencionado Porfidio Díaz de Mexico, que exterminó a los Indios Yaquis que eran cristianos y se negaban a dejar sus tierras. El General Floriano Peixoto de Brasil que con mucha mas crueldad científica que Roca, derrumbó a cañonazos el eriel de Canudos (ver la guerra del fin del mundo de Vargas Llosa o los Sertones de Euclídes Da Cuna -quien estuvo allí- raro y viejo libro brasileño en el que se inpiró Varguitas. Los fanáticos católicos de Canudos eran caboclos nordestinos pero fueron inmolados todos menos un viejo y un niño en número de 12.000 por el ejèrcito brasileño de la época. Y también El General y explorador amazónico José Manuel Pando quien durante su presidencia exterminó a los collas del caudillo indígena Wilka, a los indios del chaco boliviano (no todos) y a los indígenas amazónicos que merodeaban las plantaciones de caucho bolivianas junto al río Acre. A esta lista de científicos podemos agregar el presidente norteamericano Ulises Grant y sus guerras indias, al General Custer quien murió en el intento y muchos científicos americanos más como los generales de Guatemala e incluso la forma en que se trataron a los Moros por parte de los españoles y franceses en las guerras de Marruecos. Roca no fue diferente a su tiempo y paradógicamente el único estado americano que en la época de Roca protegió a los Indígenas y les dió cabida a los exiliados del país fronterizo fue una Colonia Británica El Canada (ver el soldado de la reina, vieja película con Tairon Powell haciendo de Policía Montado de los primeros tiempos) y el único territorio argentino donde no se dió la conquista agresiva del desierto fue Chubut donde infuían los galeses que protegieron a los Tehuelches y el humanista Coronel Fontana y sus Rifleros del Chubut. Donde si hubo alguna lucha con los mapuches fue defendiendo a los colonos galeses civiles y a sus aliados loos indios Tehuelches.

  14. Edgardo Arrivillaga dice:

    con satisfaccion veo que alguien leyo rhodhes,kruger,lobengula,la palabra lager es un invento britanico y se aplicaba a las tropas de Kruger justamente,Rhodes favorecio el entrecruzamient racial ,porque era ingles e imperialista hasta la locura y lobenguka un valiente jefe zulu. la television fue decisiva para eliminar al partheid,era un mercado apetecible pero ahora surgio el Evola,una oportunidad para sudamerica pero muy mala noticia para africa oriental.saludos.-

  15. guido dice:

    Norberto, Sarmiento es quien aprobo la ley 215 y encargó los estudios que hicieron posible el avance de Alsina y el de Roca, además de avanzar el mismo la frontera en el mayor avance desde el 33. Las cosas son menos lineales que esa historia de villanos y héroes.

    La competencia entre Buenos Aires y Chile por la Patagonia se remonta a la colonia (cuando la capitanía de Chile incluia Cuyo) pero hay mucha fantasía sobre las pretensiones chilenas en la época de la conquista. A buena parte de las élites chilenas (al igual que buena parte de las argentinas) el asunto no les interesaba. Chile podría haber ocupado la araucanía y Neuquén en 1872 y sencillamente…suspendió la campaña. Mucho gasto, muy lejos del norte chico y el desarrollo minero. Quien la dirigia, Cornelio Saavedra renunció indignado. Uno de sus ayudantes, el exiliado mendocino Olascoaga regresó a la argentina y unos años después encontró empleo como secretario del jefe de frontera de rio 4to. Un tal Roca. La correspondencia entre los tres personajes es fascinante. Saavedra, como ministro de guerra será a fines de esa década y comienzos de la siguiente (asumió unos años después que Roca) quien dirija la «pacificación de la araucanìa». Como bien decís, habría sido similar… porque se trató de una estrategia acordada entre ambos países. De hecho, hombres como Saavedra recién obtuvieron apoyo a su prédica constante por ocupar la araucanía cuando en el marco de las razzias en Neuquén y el sur de Mendoza, ya sobre el fin de la conquista, se comenzó a hacer habitual que tropas argentinas cruzaran la cordillera persiguiendo indios a la altura de Temuco o Villarrica. Lo que generó en los políticos chilenos el temor de que Buenos Aires reflotara sus reclamos coloniales en el sentido de que Chile tiene su límite sur en el Bío Bío. En fin, las cosas no son tan simples.

    Y me resisto, sobre todo, a la idea de «es por la época». El relativismo es un paso en un recorrido. El paso que uno da cuando dice «ok, no eran mounstruos, hay que encontrar la lógica de esto». Pero después tenés que entender esa lógica que permite darle la mano a un tipo, cartearte con el y después guardar su calavera en la repisa, pasarle la hija a tus empleados y abrir la mujer al medio. Porque ahí hay algo que precisa explicación.

  16. Capitán Yáñez dice:

    El del «tratado» fue el hijo.

  17. guido dice:

    Marcelo, es correcta tu contextualización, más allá de algunos errores (por ejemplo la imaginaria guerra entre tehuelches y mapuches, te recomiendo sobre el tema y por su propio valor intrínseco las memorias de Evans, uno de los fundadores de la colonia, quien relata el horror que le causó encontrar a sus amigos amigos en los corrales humanos de Valcheta y lo infructuoso de sus intentos de ayudarlos) pero no resuelve la cuestión, más bien la esquiva. Una contextualización que no se pregunte sobre el porqué de aquello que pone en situación no puede tener otro destino que el anecdotario o el relativismo extremo. Todo (y todo es TODO) puede ser remitido a su contexto. El torturador que pone el electrodo en la tetilla del prisionero empapado también puede remitirse al contexto. Y está bien, es el primer paso, para limpiar la interpretación histórica de la indignación moral. Pero después hay que explicarlo, o asumir que es «natural», lo que por cierto sería falso.

  18. Gerardo González dice:

    Resulta notable el alto nivel de los comentaristas del blog.
    Casi todos atribuyen a la campaña de Roca de 1878 la conformación del actual territorio nacional, sellado diplomáticamente por el pacto Roca-Errázuris.
    Me sumo a ellos señalando que en aquella época debía correr sangre mapuche en ambos lados de la cordillera de Los Andes, para que se terminara un ciclo de eternas pequeñas guerras contra la indiada, que nació aquí con Pedro de Mendoza.
    La matanza y ninguneo fue mucho mas brutal en Chile que acá, porque aún en 1850 los mapuches dominaban Chile al sur del río Bio-Bio. El dominio nacional chileno y argentino de esos enormes territorios mapuches fue una precondición a la colonización posterior. Los indios eran, simplemente, el enemigo. Y la humanidad del tratamiento a los vencidos debe juzgarse con los criterios de la época, no con el de los actuales profesores de Ciencia Sociales de la UBA.
    Roca fue el argentino mas importante de todas las épocas porque fundó -ni más ni menos- la Argentina actual.
    Fue el primer político moderno, el Zorro, que no se casó con nadie y sometió a todos.
    Perón realizó la Justicia Social, logro importantísimo, pero menos comparado con la fundación del país moderno.
    Perón, hijo dilecto de la escuela justista, fue roquista al 100%.
    Jauretche pecó del maniqueísmo propio de su generación política.
    De un lado los muy malos, del otro los muy buenos. Y el que los clasifica es él, dotado del saber histórico verdadero. Es hora de que hablemos en serio de la historia y de la política actual.

  19. Mariano T. dice:

    El contexto es una guerra a muerte, de ambos lados de la cordillera, que con treguas intermitentes duró 350 años.
    La metodología de ambos bandos de ese período, que sin duda formó parte de ambas culturas, era una guerra en la que los varones mayores se asesinaban, y los niños y mujeres eran tomados como esclavos. El siglo 19 abunda en crónicas de ese tipo, y la correspondencia del post anterior menciona la queja porque Calfucurá no había liberado las esclavas como se había comprometido.
    Sin duda ante la victoria final se buscó disolver la etnia mapuche en el resto de la población. La excepción fueron las tribus que fueron relocalizadas, que mantenían su cultura, pero que por sus dimensiones no podían constituir un peligro. La visión condescendiente y humanitaria de nuestros días es incomparable con el odio que existía en esa época.

  20. victorlustig dice:

    y si, ex post son todos malos, malisimos y horribles, llama la atencion que nadie reivindique, aun, el partido de Quilmes para los descendientes de los idem

  21. julio dice:

    Está bien lo de Roca dentro del universo
    geopolítico + infraestructura básica + producción primaria +
    aspectos legales + alianzas intra-internacional.
    Roca fue más quirúrgico que previsor integrador
    -de ahí, su fallida vocación por la medicina y obligado militarismo;
    que no delega porque no tiene confianza en los demás hombres-.
    Ahora,
    los paraguayos José Gaspar Rodíguez de Francia y Solano López;
    integraron y desarrollaron (todo lo anterior de Roca) más,
    y antes y en menor tiempo.
    Tuvieron que aparecer Yrigoyen + Perón
    para retomar y superar la enseñanza práctica Paraguaya;
    y darle trascendencia barrial/rural/industrial y cultural
    de aquel Roca inicial…
    Sino,
    el Roca estadista -que lo fue, pero en el carácter de pichón-
    se equipara al Alfonsín padre de la democracia;
    al Chacho Álvarez estratégico y a una
    Cristina que le pone el moño a la audacia pragmática de Néstor;
    todo muy decorado con el actual salvador de la Patria,
    sergio massa.

    Saludos muchachos,
    somos los hijos de Fierro.

  22. ingatius dice:

    ¿alguno de los comentaristas que tan alegremente mencionan a los «indígenas» como merecedores de la violencia que recibieron y reciben piensa además que pertenecen o pertenecieron a otra especie humana que no es la misma a la que pertenecemos nosotros los argentinos civilizados?

  23. Conozco el episodio de Valcheta y la descripción de Evans, pero no hace al contorno. Yo estoy hablando del siglo XIX y no del 20 de los torturadores de Uriburo, (Lugones hijo) de Perón (Amoresano y Lombilla) o del Proceso (miles de militares y policías) Estoy hablando del siglo del positivismo del Darwinismo social, de Lombroso Garófalo y Ferri, de José Ingenieros, de Sarmiento en Conflictos y Armonías de la raza Americana, de Marx con sus conclusiones sobre la América Hispana. de Teodoro Roosvelt y su política del garrote, de los frenólogos, de los fotógrafos de gabinete y también de Roca. Un mundo muy distinto al nuestro, donde la muerte era natural y la caridad solo era cristiana y en la Iglesia. Un mundo de salvajismo y degollados, pero también un mundo de progreso al que creían ilimitado y ese también era el mundo de Roca.

  24. guido dice:

    De acuerdo con casi todo el comentario peeeero…lo de los «criterios de la época», no es tan así. Algunas citas:

    -«Nada estable se funda sobre la iniquidad, y el propósito
    de exterminar [a] los indios es un crimen, cuya sangre es
    ignominia para nuestras armas. Someterlos y atraerlos a los
    usos blandos de la civilización, mejorarlos y conquistarlos
    para el bien, ése es el único camino justo y digno» (Vicente Quesada)

    -«Nosotros no tenemos el derecho de expulsar a los indios del territorio y menos de exterminarlos» (José Hernández)

    – «La civilización por el exterminio no es civilización sino barbarie» (Álvaro Barros).

    No se trata de «profesores de Ciencias Sociales. En especial Barros fue uno de los ideólogos de la campaña de Roca (de quien pueden citarse expresiones similares a las que copié aquí). Comandante de frontera durante años, promotor a veces solitario de diversos planes de ocupación del territorio, miembro informante de la ley que financión la campaña de Roca, primer gobernador de la Patagonia, fundador de Viedma (y antes de Olavarría, con soldados e indios amigos), no se trata de ninguna carmelita descalza. Sencillamente no es cierto que las ideas de la época avalaran las prácticas que acompañaban a la conquista, contrarias al derecho de gentes.

    Es, por el contrario, el surgimiento de un conjunto de ideas nuevas, el racismo científico de fines del siglo xix, que eran difíciles de asimilar para un Barros (que ya era un hombre grande en 1870) o más ambiguas en Roca (que era joven pero no era un pibe) pero que se muestran más naturales y feroces en un Zeballos.

  25. MARCELO: Me parece de mal gusto corregir los týpos pero como ya escribiste varias veces «Porfidio», veo que no es tal sino que tenés el nombre equivocado: el primer nombre de Díaz no era «Porfidio» sino «Porfirio».
    Eddie

  26. Alvaro Barros fue un esclarecido militar que comprendió desde una perspectiva humanista y realista a la vez la problemática del indio y la frontera en la Argentina y podemos agregar al mayor ingeniero francés Santiago Ebelot quien edificó gran parte de la sanja Alsina, como otro comentarista militar con una mirada bondadosa hacia esta problemática y a favor de preservar la sociedad aborigen. Pero fueron gotas de aceite en el mar. La mayoría de los intelectuales de la época estaban a favor de algo que encerraba el aniquilamiento de las tribus no sometidas, pero que comprendía un horizonte más amplio: la cuestión de la frontera. Es que no solo había indígenas rebeldes en esa región imprecisa llamada genéricamente el desierto. Convivían allí una serie variopinta de tipos humanos, muy bien descrita por el militar, escritor, dandy, melómano, fotógrafo y sobrino de de Juan Manuel de Rozas Lucio V. Mansilla, en su excursión a los Indios Ranqueles, libro memorable si lo hay. Alli Mansilla describe al cristiano que vive entre los Indios, por ser exiliado interior, bandido, o simplemente comerciante ilegal vinculado a los pulperos puebleros de la frontera. El Indio de la segunda «Conquista al desierto» era muy diferente al de la primera de Rozas, que permanecía en un estado semi salvaje tal como lo había encontrado la república sucesora de l virreynato español. Este indio de 187 y pico, estaba transculturado y con excepciones románticas como la de Baigorrita o el Cacique Ramón Platero (un verdadero industrial de las tolderías) la única actividad a la que se dedicaban caciques, capitanejos, lanceros, bomberos y chusma, era la del pillaje. Incluso el lucrativo negocio del secuestro que consistía en cautivar mujeres en las poblaciones argentinas cercanas a la frontera y luego de violarlas y martirizarlas hacerlas recorrer la temible travesía de la pampa y venderlas en Chile, donde la Iglesia y algunos comerciantes caricativos las compraban para devolverlas a su país. Otras eran destinadas a la prostitución en Chile como lo demuestran viejos expedientes judiciales. Estas situación era agrandada continuamente (cuando no) por la prensa del río de la plata, que clamaba por no solo un escarmiento sino con terminar el problema indígena de una vez y para siempre, la prensa internacional también se hacía eco de estas atrocidades de la frontera, especialmente la francesa y sobre todo cuando era muerto o cautivado algún ciudadano de ese origen emigrado a la argentina. (ver de Guerreros y cautivas, una buena película sobre el tema) Allí fue cuando vuelto el ejército del Paraguay ya convertido en Ejército Nacional, el padre del Ejército Argentino (el abuelo era el de línea y el bisabuelo las milicias) se programó la solución final para la cuestión indígena. Comenzó Sarmiento, siguió Avellaneda y culminó Roca. Pero la campaña de Roca, más política que militar fue extraña, más allá de la eliminación de 1.200 «conas» de pelea, el rescate de 5.000 cautivos e hijos de cautivos, y la captura y reducción a servidumbre, de 10 mil almas de la Chusma (pueblo civil indígena) la campaña de Roca fue un carnaval tragicómico. (Leer la guerra al malón del Comandante Prado, en el capítulo respectivo a la llegada de Roca al Neuquén). Roca el Ministro de guerra iba en calesa y no a caballo, llevaba reminton, telégrafo, telescopios, científicos, un globo aerostático, un barco de la armada que remontó el Limay con cadetes de la escuela naval a bordo. Empresarios teatrales, cantantes de opera, periodistas, muchos periodistas, fotógrafos, imprenteros y curiosos que se largaron por su cuenta, además de vianderos, pulperos y prostitutas. Y sobre todo CURAS SALESIANOS. Era digna de ver esa revista del Río Negro que Blanes pintó, pero retrató a medias. Y Roca volvió directamente a la Casa Rosada, ya que al poco tiempo de su «Conquista al reino de la nada» fue presidente y como dijo Kipling, otro positivista contemporáneo, esa fue otra historia.-

  27. Abel: si pobre don Porfirio, tenía el nombre equivocado gracias….

  28. Sobre lo que escribe Mariano T: octubre 20, 2014 en 19:39
    nos cuenta Silvia Ratto que «Hay un episodio temprano que muestra claramente los cambios que se estaban produciendo en el mundo indígena pampeano por la llegada de nuevos contingentes trasandinos y la falta de entendimiento entre los primeros y el gobierno bonaerense en los primeros años revolucionarios. El episodio tuvo como protagonistas a las autoridades de la Primera Junta de Gobierno y los indígenas que habitaban la zona de las Salinas Grandes. En junio de 1810, la Junta de Gobierno encomendó a Pedro Ángel García, coronel español que era el principal referente en los asuntos de frontera, que organizara la nueva expedición a las Salinas Grandes y que, aprovechando la entrada en territorio indígena, intentara sostener las relaciones pacíficas que existían con los indígenas de la región. Pero García se encontró con una situación que difícilmente se hubiera imaginado. Los caciques que tenían un largo periodo de asentamiento en la zona se hallaban inquietos por el arribo de contingentes del otro lado de la cordillera que, reconociendo el alto valor estratégico de las Salinas, pretendían arrogarse un control exclusivo de sus recursos. Para los antiguos pobladores, las Salinas eran de usufructo común, por lo cual cualquier persona, indios de ambos lados de la cordillera y aun españoles, podían ir a cargar sal en ella. La pretensión de los nuevos pobladores implicaba un abierto desafío y presagiaba fuertes conflictos. Esta situación llevó a que los grupos que mantenían hacía tiempo una relación pacífica con el gobierno intentaran afianzarla más ofreciendo a García que se establecieron pueblos de españoles en las mismas salinas.» Indios y cristianos.Entre la guerra y la paz en las fronteras. Sudamericana. Bs. As. 2007. páginas 57 y siguientes.

  29. ricardo j.m. dice:

    bueno la linea que separa estudiar la historia para no repetir sus miserias es muy tenue al respecto de hacerlo para justificar las actuales.

    pero me parece que no pasa lo que vos decis.

    en lo personal merecer es un concepto que remite a la construccion fantastica de la realidad, nadie merece nada nos deeeamos entre nosotros que no es lo mismo diria mi amigo el cordobes.

  30. Mariano T. dice:

    Hay que ponerse en el sistema de ideas y valores de cada época.
    Si en 1947 la gendarmería masacró en Formosa 1500 aborígenes pacíficos,(Matanza del arroyo Bomba), imaginate en un momento en que los indios eran los enemigos, y sus padres habían sido los enemigos de los padres, y así por generaciones.
    Un sentimiento tan fuerte como para que esa matanza de 1947 noi tuvo mucha reprecusión, a pesar de que habían pasado 70 años desde los últimos indios en pie de guerra.

  31. guido dice:

    Esa matanza fue explícitamente ocultada luego de su repercusión inicial. No es cierto que 1947 a la gente le pareciera normal reventar cientos de personas.

  32. guido dice:

    El error, Daio, sería interpretar (Silvia no lo hace) la presencia de «indios extracomarcanos» con la imaginaria invasión «chilena». Y no solo porque los araucanos no eran todavía chilenos. Los linajes que dominaban Salinas y la región intraserrana ya estaban «araucanizados» (habían adoptado la lengua y otros aspectos culturales) desde tiempo antes. Había «aucas» entre quienes firmaron los tratados de 1793 que regularon exitosamente las relaciones con Buenos Aires hasta la década de 1810/1820. Allí hubo un cambio fundamentalmente por tres factores: la apertura comercial que valorizó las tierras y llevó al cruce «hormiga» del límite del río Salado desde las invasiones inglesas (como mostró Halperin hace ya tiempo), la crisis de las guerras de Independencia y la guerra huiliche-pehuenche. La guerra huiliche-pehuenche en las faldas orientales (en menor medida en la araucanía) de la cordillera reorganizó el sistema de alianzas en el espacio indígena y contribuyó al fortalecimiento de algunos linajes. Pero el cambio más grande (también hay relatos interesantes de García, un tipo interesantísimo) vendría sobre fine de esa década y la siguiente. Con la independencia de Chile la mayor parte de los loncos araucanos tomaron partido por los realistas junto a los caudillos de Concepción y la Iglesia católica, temerosos ambos (líderes regionales y caciques) de perder el statu quo logrado décadas antes frente al centralismo santiaguino de Carerra primero y O´Higgins después. Con la derrota de los realistas y su conversión en guerrilla, la pampa central se convirtió en la su retaguardia y espacio de obtención de recursos y los caciques borogas (de la región del río Boroa) hegemonizaron Salinas Grandes y el sudoeste bonaerense. Además de la «guerra a muerte», como se llamó esa última resistencia realista, en la pampa se disputaron otros conflictos internos indígenas: los abajinos (otro grupo arucano, de los valles del norte de la región) trambién se trasladaron a las pampas para combatir a los borogas (el más conocido es Venancio Coñuepán, que también vivió un tiempo en la estancia de Rosas, pero ya me voy de tema).

  33. Queridos blogeros historicista, amigos. Yo veo en la discusión, brillante del blog de Abel sobre Roca que muchos comentaristas entre los que no me incluyo utilizan los términos equivocación y error continuamente. Quiero recordar que la Historia mas allá del tema en debate, es una ciencia social, y como tal tiene sus propias reglas y sus propias ciencias auxiliares. Cuando estudiamos historia, los profesores nos enseñaron con buen criterio que error o equivocación en la historia es la temporal o también la de persona: decir por ejemplo: la batalla de Caseros fue librada en Agosto de 1882. O Carlos María de Alvear ganó la batalla de Chacabuco y San Martín Ituzaingó. El resto de los hechos históricos que no se refieren a fechas y personas o lugares geográficos, están sujetos a investigación e interpretación. Si digo por ejemplo: «te equivocas fulano porque no hubo guerra entre Mapuches y Tehuelches», es la interpretación de quien piensa que el otro se equivoca y no un error histórico, porque hay bibliografía contraria y todos sabemos que la razón está de acuerdo a que parte de la bibiloteca se lea. Por eso como un humilde comentarista que estudió una maestría en historia además de otras cosas, sugiero no «chicanearnos» con erraste fulana, fulano no dijo la verdad etc. Porque con eso levantamos el nivel y prestigiamos aún más con nuestros comentarios al blog del amigo Abel, que nos brinda un apreciado servicio, al dejarnos expresar. Ya que aunque no nos demos cuenta, tengo entendido que estudiantes secundarios y universitarios leen este blog para ayudarse en sus tareas, por lo que debemos brindarles material de consulta, no solo de calidad sino sujetos a las reglas científicas de la historia mas allá de la polémica natural del tema tratado.-

  34. Guido:
    Gracias por la aclaración sobre el contexto en que ocurren los hechos, ámbito en el que vos sos maestro.
    A mí me parecía que del texto que cité se desprendía la idea de que estos indios, como diríamos hoy, «iban por todo», excluyendo a los demás del disfrute de la tierra, en una concepción distinta a la que se tenía en esos años del territorio, en el sentido de que era algo a compartir, como lo dice más adelante Silvia Ratto citando el proyecto del coronel Pedro Andrés García de incorporar a los indios a la sociedad criolla, haciendo «de ellos una misma familia con nosotros» (pag. 60).

  35. guido dice:

    Marcelo, si te referís a mi, que incurrí varias veces en lo que mencionás, pido disculpas en la medida que eso puede haberte generado incomodidad lo que no es de ningún modo mi intención. Respeto mucho tus conocimientos y tus aportes pero se de lo que hablo (me dedico a eso). No hay dos bibliotecas, hay una historia profesional que construye consensos sobre determinados temas y discute otros. Por la misma naturaleza de esas sociedades y las características de los procesos de migración y difusión cultural hacia ambos lados de la cordillera plantear una guerra entre «mapuches» y «tehuelches» como si se tratara de estados o de unidades políticas con límites medianamente definidos es un error conceptual que reconocería cualquier autor contemporáneo independiente de su enfoque teórico y sus sesgos ideológicos y que no era percibido como tal por la historiografía previa a los años ochenta del siglo pasado.

  36. Las guerras Indias Guido, en todo territorio y meridiano donde se realizaron no fueron enfrentamientos convencionales entre Estados, sino guerrillas intertribales. Cafulcurá derrotó al Cacique Rondó cuando llegó de Chile, según sus propias palabras vertidas en una carta póstuma, por pedido de Juan Manuel de Rozas. Tehuelches y Mapuches se enfrentaron muchas veces no siempre en conflictos prolongados. También se enfrentaron mapuches entre si. E Indígenas aliados a los blancos como los Indios amigos de Coliqueo contra Namuncurá.-

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