Marine Le Pen, si tu t’imagines

Los resultados de las elecciones europeas de este domingo, en particular la francesa, han sobresaltado a casi todo el mundo. Hay algunas excepciones: mi amigo Edgardo Arrivillaga, que pronosticó el gran desempeño en la 1° vuelta en Colombia de Oscar Zuluaga, hace rato que viene señalando en sus comentarios el avance arrollador de Marine Le Pen en Francia. Pero Edgardo es un viejo combatiente de la Guerra Fría, de la que conserva amores y odios, y confieso que lo atribuí a una suerte de pasión otoñal.

Debo rectificarme. Tanto el espectacular crecimiento de los guarismos electorales del Frente Nacional a partir de 2011, desde que ella lo conduce, hasta un detalle circunstancial, el estilo tranquilo y discreto conque asumió recién haberse convertido en estas elecciones en la primera fuerza francesa, indican que es alguien a tomar en cuenta.

También mi amigo Manolo Barge, algo más joven que Edgardo, expresa su satisfacción por la derrota del «sentido común republicano» y del socialismo sin obreros. Ahora, hay que decir que ha sido Luca Sartorio, joven y uno de los blogueros que, esperemos, renovará el aire un poco estancado de los blogs políticos, el que hizo hace dos semanas el análisis más interesante de esta nueva estrella del firmamento europeo. Lo comparto con ustedes, y, cours, hago alguna observación al final.

“Yo digo lo que todos piensan en voz baja, no me asusta la polémica”

Marine Le Pen

21 de abril de 2002. Jean Marie Le Pen, representante de la ultraderecha francesa y candidato presidencial del Frente Nacional, accede contra todos los pronósticos a la segunda vuelta electoral frente a Jacques Chirac. El Primer Ministro y candidato del socialismo, Lionel Jospin, ubicado en los sondeos previos como el favorito para el ballotage, pasa en pocas horas del sueño presidencial a renunciar públicamente a la actividad política en su búnker de campaña. En una escena de película transmitida por toda la televisión nacional, despierta gritos de pánico y conmoción en su militancia. A su vez, Chirac convoca a toda la sociedad francesa a “defender el bien más preciado: la democracia”. Recibe, de derecha a izquierda, el apoyo de la integralidad del arco político. Se suceden enormes manifestaciones durante la semana posterior movilizándose “por Francia y contra Le Pen”. Con la cifra récord del 82 % de los votos, Chirac se convierte en el presidente más votado de la democracia. El Frente Nacional entra en una profunda crisis de desprestigio que se traduciría años después en pobrísimos resultados electorales, problemas financieros y riesgo de desaparición. Se terminaba así el temblor político más importante de la Quinta República. La convulsión había pasado.

Años después y en pleno hundimiento del FN es que emerge la figura de Marine Le Pen. De perfil enérgico y controvertido, la hija de Jean Marie disputa el liderazgo de la ultraderecha con voluntad de modernizar una estructura que iba camino a inmolarse en la marginalidad. El carácter dogmático, xenófobo y veterano del partido había sido contundentemente rechazado por los franceses tras el shock republicano de 2002. Marine ve un Frente Nacional que le habla más a su militancia que a su sociedad. Mujer, joven y de carácter renovador, surge dentro de la naturaleza retrógrada del lepenismo. Era mirada con recelo por la vieja guardia de una dirigencia que encontraba en ella una amenaza a su identidad nacionalista. Moderando el estilo, integra nuevamente al Frente Nacional a la competitividad electoral. Se hace cargo del desafío de modernizar el discurso sin restringir su carácter antisistémico. Y es así que en 2011 vence en la interna del FN al depositario ideológico del partido, Bruno Gollnisch, iniciando así una purga de la dirigencia más anacrónica y haciéndose cargo de su conducción.

El resurgir del nacionalismo francés es propio de su contexto histórico. El estancamiento económico, la crisis de la UE y un creciente sentimiento antiinmigratorio  ponen en jaque la legitimidad de la desgastada alternancia entre el Partido Socialista y la UMP. Es ahí donde Marine logra canalizar potencialidad. Desde la distancia con el poder, ofrece las respuestas que el arco político no puede dar. Logra ubicarse en las posiciones incómodas en las que la centroderecha y la socialdemocracia no pueden hallarse desde el defensivismo propio del decisionismo estatal. El tan atractivo como irresponsable “patriotismo económico” que pregona Marine propone tanto la salida del euro y el endurecimiento de fronteras como una fuerte presión fiscal sobre los grandes grupos económicos. Marine pone en juego los límites del bipartidismo desde una ambigüedad que le permite apelar a los sectores populares tanto desde su chauvinismo como desde su penuria. Corre por derecha a la derecha desde la cuestión migratoria y el sentir nacional. Corre por izquierda a la izquierda desde una renovada postura estatista y antiglobalización. Se presenta tanto como la garante del orden que la UMP no puede representar, como la ilusión de justicia social que un gobernante Partido Socialista no enarbola desde su plan de austeridad.

Marine apunta a un electorado que ha quedado excluido de la órbita política. Obreros, jubilados, zonas rurales y sectores de baja instrucción constituyen su núcleo votante. En lo que ella denominala conquista de los olvidados, apuesta a capitalizar la indignación de la Francia periférica. Son los sectores populares, los que explican los altos niveles de abstención, los que se sienten tan excluidos con Hollande como con Sarkozy. El FN ha logrado constituir la opción política de aquellos que sienten que entre UMP o PS da lo mismo. Ya no se limita a capitalizar un volátil voto-bronca o de expresar el sueño nacional de unos trasnochados veteranos militares. Marine encauza la adhesión de aquellos que han quedado al margen, es aquello que une a un obrero de los centros industriales con un pequeño farmer del sur: Marine representa. Puede expresar el fastidio antiárabe, la penuria económica de aquellos que sufren la crisis. Puede decir aquello que el arco político no puede decir.

La incapacidad manifiesta del sistema político francés para comprender las nuevas demandas sociales se refleja no sólo en el ascenso de la ultraderecha, sino también en el del comunista Jean Luc Mélenchon. De prédica radicalizada y reconocido admirador de los populismos latinoamericanos, es también otra sorpresa de la presidencial de 2012. Logra matizar la sangría del voto obrero hacia el lepenismo mostrándose como la verdadera izquierda nacional. En el boom de lo antisistémico, Marine encuentra un escollo en Mélenchon. Encuentra la primera fuerza política que le compite de lleno en su electorado, ese electorado al que hace tiempo que el bipartidismo no logra representar. De no tan buena performance en las municipales celebradas el domingo pasado, la lectura del comunismo francés es clara: hay que tomar distancia del hundimiento del PS. Se desecha toda posibilidad del llamado a la unión de la izquierda del PS y se opta por preservar la autonomía. Es en los municipios en los que presentan una opción alternativa a las listas del socialismo en los que obtiene mejores resultados. Como Marine, Mélenchon ve que hay más potencialidad por fuera que por dentro del arco político y sale a competirle el votante periférico, el “olvidado”. El seísmo de la institucionalidad tiene competidores. La ola lepenista encuentra así, un techo por izquierda. ¿Puede un comunista detener el desplome de la democracia liberal?

Tras una gran elección el domingo pasado, Marine sentenció: “Vamos a acabar de una vez por todas con esa idea delirante de que somos un peligro para la República”. Puso el grito en el cielo por su integración. Marine no quiere enfrentar a la Quinta República. Quiere ser parte de ella. Marine acepta las reglas del juego de la democracia liberal. Su peligroso ascenso no es más que el fruto del vacío de representación. Es su resultado, su consecuencia lógica. Un poco de populismo, del otro lado del charco. Y alguien tendrá que hacerse cargo».

Este análisis puede ser válido para el caso francés, pero es necesario encontrar lo que es aplicable, y lo que no, a un fenómeno similar que está ocurriendo en muchos países de Europa (En Italia parece haber encontrado una barrera, sin embargo. Tal vez los tanos, que conocieron a Mussolini y a Berlusconi, encuentran a Beppe Grillo poco serio). Y preguntarnos si los resultados también de este domingo en Colombia tienen que ver.

Un comentarista habitual del blog, AyJ, insiste en los paralelismos con la crisis europea de 1873. Es posible. Un pensador hoy un poco olvidado, Peter Drucker, la señalaba como el punto en que el liberalismo tradicional perdió la hegemonía intelectual como fuente de respuestas.

Da para posteos largos, por cierto, pero por ahora apunto al «vacío de representación». Que requiere que pensemos qué significa «representación», claro. Otro punto: Se dice que hay populismos de izquierda y de derecha. Puede ser, simplificando, pero me parece más preciso señalar que hay populismos que apelan a «los de Abajo» y otros que se dirigen a «los del Medio». Eso sí, hay que tener en cuenta que las fronteras son imprecisas, lo que preocupa a «los de Arriba».

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23 Responses to Marine Le Pen, si tu t’imagines

  1. Mariano T. dice:

    Hay semejanzas, y también diferencias (cómo no va a haberlas dado el país y el tiempo transcurrido) con el surgimiento del peronismo. La circunstancia es diferente, está tratando de conquistar el sistema desde adentro, pero hay obvios parecidos.

  2. Edgardo Arrivillaga dice:

    Como era de esperar, es en la juventud y en las categorias populares que el Frente Nacional ha concretado sus mejores puntuaciones. Desde este punto de vista, las elecciones europeas del domingo confirman las tendencias ya observadas en las elecciones del pasado año.
    Con solo 35 años de antigüedad , el partido de Marine Le Pen paradojicamente creado por Miterrand para debilitar al giscardismo liberal , obtiene 30 % de los votos, 5 puntos más que el puntaje promedio nacional, según Ipsos- Steria.

    Puede también tener la refinada pretension de ser un partido » joven » y adulto a la vez que crece y se proyecta lejos del resultado de ventaja integral que implica el atractor generacional ya que el 21% de los votantes de más de 60 años de edad tambien lo votaron el domingo .

    Por el contrario, la UMP es más que nunca visualizado como el partido de la tercera edad: consigue 25 % de los votos en los adultos mayores de más de 60 años, 5 puntos más que su resultado nacional.

    Sólo el 15 % de los menores de 30 años han apoyado al socialismo. Para François Hollande , quien se comprometió en el 2012 otorgar a la juventud «prioridad» en sus próximos cinco años, esta es una derrota irreversible. .

    Dentro de los electores, el partido de extrema derecha conforma un triunfo que ocupa con sus diputados un tercio de la Asamblea Nacional..

    El domingo, el 38 % de los empleados y el 43 % de los trabajadores le han dado sus votos.

    La izquierda, que es históricamente el centro parlamentario desde 1980 atrae sólo al 8 % de los trabajadores y apenas el inevitable 16 % de los empleados estatales que votaron al socialismo.

    El Frente Nacional es un partido como los otros.

    E internacionalmente la victoria es tambien un hecho positivo para Vladimir Putin.

  3. Edgardo Arrivillaga dice:

    Te felicito por haber puesto a Juliette.Una historia personal,la contrate para venir a la Argentina a cantar tres dias.Cobraba 15.000 dolares la noche.Me tomo una clasica devaluacion argentina y la mujer no solo me excuso de todo compromiso sino que me toco un tango en su boite …a mi amigo argentino…Adios Pampa Mia. Buenos recuerdos.

  4. Rafa dice:

    Abel: allá por el 2003, cuando muy pocos preveían lo que depararía el futuro, el ex director del BCRA y miembro del Plan Fénix Arturo O´Connell habló (con bastante acierto, para mí) de lo que que se venía y tiró la frase: «Esperemos que este proceso no produzca otro Adolf»
    http://el-lobo-estepario.blogspot.com.ar/2009/03/todos-sabian.html

    Por supuesto que los casos nacionales y en particular el fenómeno de Marine Le Pen son complejos, pero parece que en efecto en Europa están asomando la cabeza varios Adolfitos.

    Un abrazo.

  5. casiopea dice:

    A la pipetuá. Mis amigos franceses están al borde del soponcio. La verdad, yo no termino de entender el plan económico del FN, aunque no los culpo por el impulso de querer bajarse el euro. Se me hace que tienen algo en común con el Tea Party en EEUU. Son muy buenos moscardones para ponerles un petardo en las asentaderas los burócratas. Algunas de las regulaciones de le UE últimamente han sido desesperantes, y el burócrata europeo tiene un tipo especial de pedantería que dan ganas de estrangularlos. Ahora, de ahí a plasmar sus planteos en decisiones políticas de largo alcance, no sé. Mucho ruido, mucho ruido, pero siguen siendo mayoría los así llamados «moderados» en el Parlamento Europeo. Más que el triunfo del FN me llama la atención el colapso del oficialismo en Francia. No hace tanto que Hollande es gobierno, y sus políticas dirigistas no son tan alejadas de lo que propone el FN. Lo que los diferencia es su actitud frente a Europa, pero irónicamente estas elecciones son para el Parlamento Europeo, no el francés. ¿Entonces el FN pretende abrirse camino como minoría en una institución que no tiene el poder de reformar? ¿Significa algo este triunfo si no puede traducirse en un avance en elecciones nacionales?

  6. Flics dice:

    Participación en las elecciones europeas 2014 (%) :

    Portugal – 34,5
    Espanha – 44,7
    Itália – 60
    Reino Unido – 36
    Alemanha – 47,9
    Bélgica – 90
    Países Baixo – 37
    Dinamarca – 55
    Grécia – 57,35
    Suécia – 51
    Polonia – 22,7

    FRANÇA – 44,7

    Se esta valorizando demasiado a Marine Le Pen… tiene 25% de votos (4,71 milhões)… o sea, tiene solamente 11,35% de los votos franceses… no es nada diferente – diria hasta menos – de lo que ya tuvo en otras vezes… En la presidencial 2012 el FN tuvo 17,8% de los votos quando la participación fue del 80%, o sea, tuvo el 14% (6,4 mil votos)… no olvidar que los electores de izquierda y centro son los que menos fueran a votar ahora en 2014…

    Praticamente fue la única que se presento como anti-unión europea… no podríamos decir que la grand mayoría ha vota, en Francia digo, por la unión?

    Claro, esto no invalida lo leído nel post del «dueño del blog».

    http://www.lemonde.fr/europeennes-2014/article/2014/05/26/carte-de-l-abstention-en-europe_4425483_4350146.html

    (p.s – perdón por el portunhol)

  7. Edgardo Arrivillaga dice:

    La Le Pen tiene ahora una alternativa clara,debe quitarse los residuos de partido xenofobo-en realidad es antiarabe y proisraeli-la xenofobia inmigratoria francesa es muy inferior a la de Canada-y proyectarse como partido de gobierno con un programa economico alternativo solido frente a Bruselas.No hay Hitlers en Francia.Hay nacionalismo,y porque no ? Dije hace dias que ese franchising estaba abierto.
    Ahora esperar,ver y cual es exactamente nuestro embajador en Francia ?
    Saludos a todos.

  8. LSarto dice:

    Abel, ¿cómo estás?

    Ante todo, se agradecen las opiniones acerca de la nota.

    Quería hacer algunos aportes sobre tu reflexión final:

    Efectivamente, coincido con lo que planteás: hay una marcada diferencia entre el caso francés y la avanzada del euroescepticismo en el resto de la región. Creo que en la mayoría de los análisis sobre las elecciones europeas se ha, erróneamente, asimilado el éxito de Marine al contexto de crisis europea, deslegitimación de la UE, voto-bronca y demás. Como vos bien señalás, el caso francés tiene algunos aspectos distintivos más que relevantes.

    En primer lugar, no puede leerse como coyuntural a un fenómeno que lleva más de 12 años institucionalizado en el arco político. El crecimiento de corrientes soberanistas puede ser una novedad en la región pero lejos está de serlo en Francia como se explica más detalladamente en la nota. Las caracterizaciones clásicas de anti-sistema pueden explicar en gran medida la marginal (si bien creciente) performance de los partidos anti-UE, pero son obsoletas o al menos muy limitadas para pensar un fenómeno mucho más estructural e institucionalizado como el Front National.

    2 diferencias troncales entre ambos fenómenos:

    – El FN no se limita a nuclear un volátil voto castigo, es la herramienta de representación de sectores sociales muy determinados (1er partido joven, 1er partido obrero) cuya representación no logra ser abordada por el bipartidismo tradicional

    – A diferencia del resto, la «condena republicana» al FN también es mucho más acotada: según una encuesta de Le Monde en el año 2013, sólo el 47% de los franceses piensa que el partido es un peligro para la democracia (http://s1.lemde.fr/image/2013/02/06/534×0/1827753_5_4fde_sondage-tns-sofres-realise-pour-france-info_9c207d7ad2c6b6925ba6afccecfa1781.png)

    Me inclino más a pensar como el diario socialdemócrata francés, Libération, que se trata de una «excepción francesa». El contexto de crisis económica, la escalada del euroescepticismo y el voto-castigo pueden haber potenciado el fenómeno, pero lejos están de poder explicarlo en su integralidad.

    Un gran abrazo,
    Luca Sartorio
    https://hedonismodeclase.wordpress.com/

  9. victorlustig dice:

    gracias por mencionar Abel, y, creo que el que fue primero con eso de perder las rtas fue, como no, Hobsbawn

    de todas formas esto esta muy fluido, y, salvo que ocurra otro 1929 sera como Hitler y Weimar (no la trato de Hitler….) creeria dentro de mi pobre entendedera.

    Los tanos son mas practicos, juraran lo que sea con tal que les tiren unos mangos para tirar un gobierno, y, con Putin, se transforman nuevamente junto con España en parte de la nueva NATO, etc etc. solo los puede matar que, tecnologia mediante, USA decida que no hace falta nada mas que Inglaterra en Europa.

    Nosotros? depende mucho como funcione la expo de gas de Rusia y a que precio lo hayan hecho, si Obama decide bajar el precio mundial zafamos por un lado de impos caras, pero Vaca Muerta se alejara en el tiempo, y, los chinos contentos.

    Una cosa que habra que ver es exactamente esa, creo, los alemanes eliminaron intermediarios, los franceses desarrollaron la nuclear ( en paralelo con la Force de Frappe) pero en todo pasa el tema de costo de energia, y de ahi los puntos de choque (China eliminino mucho de eso con Putin) y Kaplan y su historia

    pero, mis disculpas, mezcle muchas cosas

  10. Sergio Robles dice:

    Parece llegada la hora de los «politicamente incorrectos».

    Esperemos que la acierten, caso contrario será el turno de los inadaptados sociales.

    A todas y todos: Nada de apresuramientos, todo en su medida y armoniosamente.

  11. José Mercado dice:

    «(Tal vez los tanos, que conocieron a Mussolini y a Berlusconi, encuentran a Beppo Grillo poco serio)» -> Los italianos que conocieron al Duce hace rato que miran crecer las margaritas desde la raíz. En cuento a Grillo, es Beppe. Beppo era uno de los hermanos Marx. Pero, no, tampoco. Ahora que lo googleé veo que era Zeppo.

  12. José Mercado dice:

    «Lo comparto con ustedes, y, cours, hago alguna observación al final.» -> ¿ Cuándo se podrá escribir en itálicas en los comentarios ? Pero esto sí me interesa, ¿ cuál es el sentido de la palabra «cours» así usada ? Me maté revolviendo diccionarios. Se me acaba de ocurrir: ¿ franchutización de «of course» ?

  13. LSarto dice:

    Sobre la abstención, argumento expuesto unos comentarios arriba, acerco un sondeo de Le FIgaro que sostiene que el 54% del electorado del Front National NO fue a votar: http://www.lefigaro.fr/elections/europeennes-2014/2014/05/26/01053-20140526ARTFIG00014-ces-electeurs-qui-ont-fait-du-front-national-le-premier-parti-de-france.php

    Según Le Figaro, la alta abstención (menos alta de lo esperado), no favoreció al FN.

    Luca

  14. guido dice:

    La preocupación por el avance de la «extrema derecha» parece algo exagerada. No tanto porque la xenofobia del FN no sea algo serio, sino más bien porque tiene poco de específico. Dos episodios bastante recientes ilustran la cuestión. Hace unos meses una niña (nacida en Francia) fue arrancada de la escuela y deportada a Rumania junto a sus padres (extranjeros). Hubo cierta discusión política al respecto, pero cualquier acercamiento somero puede mostrar que semejante barbaridad es aceptada como postura discutible pero legítima en el campo político francés. Con un gobierno de izquierda.

    El otro episodio, también hace unos meses, no es exclusivamente francés. La policía griega observó que una niña, hija de gitanos, era muy rubia. A partir de este hecho concluyeron que era robada a alguna familia no gitana, prejuicio medieval si los hay (uno, que creció a una cuadra del Gipsy Town marplatense, la calle Jara, a visto gitanas aún más rubias). La prensa europea denominó a la nena «angel rubio» y se desató una histeria sobre robos de niños en todo el contienente que llegó, en algunos países, a agresiones, incendios intencionales, etc. Por supuesto, la situación se aclaró y la nena era gitana. Ningún medio pidió disculpas ni ningún político se retractó de sus expresiones racistas.

    Hablar de Europa es hablar de fronteras cerradas a personas que huyen del hambre, la guerra y el genocidio (recuerdo que, en los 90, el presidente Menem pidió disculpas por que el país aplicó una política bastante menos selectiva que la hoy aplica la UE entre la década del 30 y mediados de los 40 frente a refugiados de guerras y matanzas). El estado francés, además de ferozmente xenófobo está implicado en al menos dos grandes genocidios recientes en el África subsahariana e infinidad de intervenciones violentas en apoyo a sus empresas. Como política de estado, de «izquierda» y de «derecha».

    En este contexto ¿Que podría significar un giro a la «extrema derecha»? A mi me parece que muy poco. La extrema derecha es la normalidad francesa. La república de Vichy fue el gobierno legítimo de Francia y De Gaulle un golpista que dirigió un ejército de subhumanos del Magreb, las Antillas e Indochina a quienes después intentó aplastar con las tropas «colaboracionistas» que había combatido mientras se construía el mito de la Francia resistente (hablando de «relatos»…). La Declaración Universal de DDHH fue impuesta por la URSS y EUA a los vencidos de la guerra civil europea gracias a su intervención. Es decir, impuesta por la violencia a la corriente de opinión mayoritaria.

    Lo que quizás se esté resquebrajando es otra cosa. El FN no es más xenófobo que cualquier otra fuerza política francesa. Es, si, furiosamente antielitista. Y, sobre todo, tiene un discurso antiplutocrático. De allí la simpatía por los Kirchner, compartida por Melenchón y la «extrema izquierda» griega. No es que CFK se haya ganado un premio por luchar en el mundo real contra los poderes financieros, la verdad, pero su discurso (ayudado, como que no, por la aversión que despierta en The Economist y lugares así) parece haber sido exitoso.

    Y aquí es donde habría que preocuparse aún menos: la posibilidad de que Europa abandone el Banking Rule es absolutamente nula. Cero. Imposible.

    ¿Qué se puede esperar? Nada. SI se interpreta, creo que correctamente, el triunfo de la «extrema derecha» como un hartazgo los modos cosmopolitas de las elites políticas europeas (en ese sentido «los de abajo», no en el económico) podemos esperar que la discusión política europea abandone cierto esnobismo y compostura que la distingue de la norteamericana y adopte la rusticidad del caso, que ya es la generalidad en su prensa escrita y televisiva. Por lo demás no cambiará nada. ¿Qué más xenófobo se puede ser?

    No veo la relación con lo de Colombia. Si bien Uribe no pertenece estrictamente a la elite colombiana (es un ganadero rico, con vacas engordadas por el narcotráfico, pero tosco y bruto para el gusto de las familias tradicionales) de modo alguno es un outsider. Y, sobre todo, su construcción política no aspira a la representación de las mayorías. Es una política que aún se hace entre pocos. Ahora, la carta populista ( es decir: aspirar a la movilización popular que rompa la históricamente baja participación electoral) podría ser una estrategia que le permita romper el consenso transpartidario que pareciera favorecer a Santos. Pero eso aún no sucedió.

    abz

  15. Abel B. dice:

    «Cours» lo he encontrado en expresiones francesas en el sentido de «por supuesto». No puedo decirle más porque mi francés es pobrísimo.

    Corregido lo de Beppe. Ud. es el corrector de pruebas, extraoficial, del blog. Pero se equivoca en que «los italianos que conocieron al Duce hace rato que miran crecer las margaritas desde la raíz». Como murió hace 69 años, hay unos cuantos que viven y lo habrán aplaudido.

  16. Abel B. dice:

    Estimados:

    Comentarios inteligentes y enriquecedores. Gracias.

    Se darán cuenta que están pintando un cuadro muy diverso. Pero, bueno, la realidad ES diversa y compleja.

    Por eso, agrego una sola observación, por ahora (Calculo que más adelante estaré volviendo con Europa). Y es al parceiro Flics, que, como Cine Braille sobre Colombia, marca la baja participación en las elecciones en Francia y otros países.

    Ese dato nos dice algo sobre esas sociedades, el humor colectivo en un momento dado,… Pero no sirve para calificar el resultado de las elecciones: los que no votaron, no apoyan ni rechazan a ninguna de las opciones.

    Como le dije a C.B., hay una frase atribuida a Toynbee: «Los que no se interesan en política tendrán su castigo: Serán gobernados por los que se interesan».

    Abrazos

  17. Lemmy Caution dice:

    Pos-Guerra Mundial II los franceses siempre han sido politicamente más instable o creativo que nosotros, los alemanes.
    Primero esas ideas de neo-keynesianismo de Hollande que ha fracasado como fracasó la Frente Popular de Mitterand de 82 a 84. Y ahora Madame Le Pen.
    Que sería cuando le votaran presidenta a ella? Desde mi punto de vista terminaría en un fracaso tremendo 2 anios después de esa elección. Se van a serenezar. Resultaría en un Alemania con aún más peso dentro de Europa. Es algo que los mismos alemanes no aspiran.

    Suena soberbio? Sí y eso es el problema.
    Vamos a caer.
    Es que, de momento no tengo idea como.

  18. Cordelia dice:

    Hola, Abel, te leo siempre; aprendo todos los días con tus notas y con los comentarios. A todos gracias. Hoy mi modesto aporte. Creo que la expresión a la que te referís es tout court, que significa a secas, simplemente. Saludos afectuosos. Cordelia

  19. Flics dice:

    Si… digamos que si, que no favoreció al FN… dice quién?.. ahhh… las encuestas…. bueno, no tuve el mismo numero de votos de la elección presidencial, verdad?… lo que le sirve a la derecha epopeya, porque para mi ella es un perrito que ladra y nada mas… lo que digo es que están dandole manija (?) mas de lo merecido…

    «Si um perro muerde una vieja en la esquina, esto nos es noticia. Pero si la vieja muerde el pero… ni te cuento las tapas de los diários!»

  20. ABEL: Coincido en lo que decís respecto al abstencionismo y su dudosa validez como medidor del humor colectivo. Aquí en USA, en los últimos cien años -elecciones presidenciales, porque en las del medio término la cosa es aún peor- el abstencionismo ha variado casi siempre entre el 40 y el 45%. Y ese porcentaje ha sido sobre votantes registrados, no sobre el total de ciudadanos que reúnen las condiciones necesarias para ser electores pero que no se anotaron.
    Eddie

  21. Gerardo González dice:

    Una nota interesante de La Nación de ayer decía que los liberales y los socialistas se disputan el poder en Occidente rico. Se refería mas bien a Europa, aunque lo colocaban a Octavio Páz en la lista.
    Me causó gracia pensar en la aplicación de esos rótulos al caso argentino, único en el mundo en el mal sentido de la unicidad.
    Acá no se dice liberal ni Macri, y el socialismo de Binner es como un chiste anacrónico.
    La única cosa que tenemos clara es que los trotskistas son de «izquierda» y combaten, o se oponen, al capitalismo que domina el mundo, comenzando por China.
    De derecha no es nadie.
    Tampoco ninguno se define como de centro.
    Los políticos argentinos, comenzando por Cristina y cerrando con Macri, son todo, están de acuerdo en todo y rechazan vigorosamente la vieja espacialidad de la asamblea francesa de izquierdas, derechas y centro.
    La realidad política de la Europa rica no tiene ningún punto de comparación con la de nuestras pampas y montañas.
    Hoy derechas, mañana izquierdas; es que son ricos.
    Nosotros somos peronistas, salvo de tanto en tanto, como el año que viene.

  22. Capitán Yáñez dice:

    ¿De qué hablamos? ¿Cuándo los europeos no fueron de «extrema derecha»?
    ¿Quienes «inventaron» el racismo? ¿Los incas?
    ¿Quienes conquistaron el mundo a sangre y fuego? ¿Los polinesios o Tupac Amaru, quizás?
    En los dichos, los europeos son unos humanistas fenomenales. En los hechos… la Historia manda.
    Tiene toda la razón Arrivillaga: «el Frente Nacional es un partido como los otros».
    Ni más ni menos.
    Nada nuevo bajo el puente.
    Un poco menos de hipocresía, en todo caso.

  23. […] la “amenaza” de Marine Le Pen. Una figura y un proyecto político interesantes –del que ya escribía en el blog hace tres años– pero que todavía no ganó. No ganará este domingo, y no está asegurado, ni mucho menos, […]

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