El extraño destino de la militancia porteña

A veces se me ocurre que un justificativo de la existencia de la Ciudad Autónoma de Buenos Aires – si no hubiera otros – sería el de ser un caso extremo, ideal, para mostrar en mi vieja discusión con el compañero Manuel Barge sobre el rol de los liderazgos, de las candidaturas, y de los cargos gubernamentales – en la actividad política.

Puede decirse que no es un ejemplo válido: aunque en la Capital Federal hay más concentraciones de pobreza y de lo que se llama con eufemismo Necesidades Básicas Insatisfechas, que en cualquier otra provincia argentina, excepto Buenos Aires – los recursos del Estado nacional y del local, la policía, las escuelas y los hospitales están más cerca que en el Conurbano, por ejemplo. Y es una «provincia» rica; su ingreso por cápita es el más alto del país. Y recibe – aunque digan lo contrario – la «coparticipación» más alta: el Estado Nacional le paga casi toda la policía, buena parte de la salud pública, le subsidia el transporte y hasta hace poco le pagaba los subtes. Y le vuelca a su economía la masa de recursos que representan los salarios de decenas de miles de empleados públicos nacionales que aquí viven.

Pero el que diga eso estaría cometiendo el error de identificar la militancia política con una red de asistencia social. Es cierto que esa es una noble función de la que a menudo se hace cargo, y en los barrios y villas con el Estado ausente funciona como su reemplazo. Pero esa no es su esencia. Supo haber en la Capi una militancia peronista numerosa y visible, que tuvo influencia muy importante en el plano nacional, en las décadas del ´60, ´70 (la primera mitad), y ´80. Y también hubo «aparatos» legendarios de la militancia radical, en los tiempos de Julián Sancerni y Pancho Rabanal.

Pero no hemos tenido un «referente» con poder y representatividad local (ni siquiera para putearlo, que es algo que también moviliza y estimula a la militancia), desde que Carlos Grosso se incimerara (Se trató de inventar algo con Gustavo Béliz, y más recientemente con Daniel Filmus, pero no alcanzó).

Más allá de las cualidades personales – que existen, seguro, pero no son tan decisivas como se piensa ¿o cada intendente del conurbano que es reelegido es porque tiene un carisma arrollador? – existe un hecho fundamental, estimo: hay comparativamente muy pocas funciones de gobierno que tengan que ver con la vida de la gente que los militantes puedan motivarse para ganarlas con el voto popular. Y que, desde ellas, puedan servir para mostrar que se sabe gobernar. Que es, después de todo, lo que le interesa al pueblo de los políticos. Decir discursos… ¿quién los escucha, además de los mismos políticos?

Aún en las provincias más pobres, el poder del Estado está más repartido; existen docenas, cientos de municipios que, aún con recursos escasos, son importantes en la vida de la genta común que vive en ellos. Aquí en la Capital… las comunas son todavía un experimento, y no tienen ningún poder real.

La situación de los últimos años simplemente ha acentuado el problema: todo el mundo sabe que las listas se hacen en Olivos. No por un verticalismo avasallante de Olivos, sino porque no existen poderes reales en el territorio – como sí existen en todas las provincias – que hagan realista tenerlos en cuenta. Tal vez, si la interna nacional del peronismo se pone interesante, eso tendrá eco en la militancia porteña, que de nuevo es, potencialmente, muy numerosa.

Todos estos comentarios son la introducción a una invitación que quiero transmitirles: Muchos compañeros – con más esfuerzo militante que yo – están tratando de sumar la mayor cantidad de cuadros políticos y sindicales en una unidad posible. No para una lista de cargos electivos – «muchos son los llamados y pocos los elegidos», advierte el Evangelio, y, como dije, no es realista cuando no existen liderazgos locales relevantes. Pero sí para revitalizar el Partido Justicialista, herramienta que se necesitará y hoy está arrumbada.

Carlos Tomada es alguien que resulta aceptable para encabezarlo para, entiendo la mayoría de la militancia, y sólo despierta animaversión invencible en los troskistas – ¡habla cordialmente con burócratas sindicales!. Pero alguien que ha estado estos diez años al frente del Ministerio de Trabajo, Empleo y Seguridad Social, creemos que tiene experiencia en misiones difíciles.

Mientras se suma, el viejo trabajo de debatir y convencer. Y Alfredo Zaiat es bueno para eso, como ya avisé aquí. Quedan invitados.

konfluencia

12 Responses to El extraño destino de la militancia porteña

  1. harry dice:

    Vos mismo lo dijiste ,es porque las listas se hacen en Olivos y se elige gente notoriamente ineficaz.Lo mismo ocurre con los radicales y el macrismo es socio del gobierno simplemente.

  2. cinebraille dice:

    Offtopic: cómo influyen los comentarios online en nuestra interpretación de un texto http://www.nytimes.com/2013/03/03/opinion/sunday/this-story-stinks.html?nl=todaysheadlines&emc=edit_th_20130303&_r=0 (en inglés).
    Un saludo a los Alcides Acevedo del mundo online, eh.

  3. Uno dice:

    «existe un hecho fundamental, estimo: hay comparativamente muy pocas funciones de gobierno que tengan que ver con la vida de la gente que los militantes puedan motivarse para ganarlas con el voto popular. Y que, desde ellas, puedan servir para mostrar que se sabe gobernar. Que es, después de todo, lo que le interesa al pueblo de los políticos. Decir discursos… ¿quién los escucha, además de los mismos políticos?»

    Completamente de acuerdo. Comparado con un gobernador de una provincia, el jefe de gobierno porteño no tiene prácticamente nada para hacer. Ni hablar si tenemos en cuenta que las cosas que podrían ser las que más impactan, como la salud y educación públicas, no son valoradas por gran parte del electorado porque no las utilizan! Así, prácticamente el único tema de importancia que queda es el transporte y el uso del espacio público. También está la seguridad, pero en la zona sur, que seguramente es donde más delicado es el problema, hay fuerzas federales, y en el resto se reparten con la policía federal. Si la capital federal se uniera jurisdiccionalmente con el primer cordón del GBA, como propone por ejemplo Mariano desde su blog Yendo a menos, la historia podría ser diferente

  4. Abel B. dice:

    Válido su comentario, Uno. Pero no vamos a exagerar.

    El Jefe de Gobierno de la CABA tiene un poder político considerable, aunque sus atribuciones sean menores que las de un gobernador. Administra el 3er. presupuesto del país, por ejemplo. Y, después de la Presidencia, es el 1° en la vitrina del «mostrador de Dios».

    Pero es el ÚNICO cargo ejecutivo que se alcanza con un padrón de casi 2 millones y medio de votantes.

    Ni en la provincia más chica o despoblada pasa eso.

    Abrazo

  5. Abel B. dice:

    Interesante experimento, C.B. Me confirma en mi decisión de no permitir ataques personales (bueno, casi) en los comentarios. Y creo que voy a ser más estricto en el futuro.

  6. victorlustig dice:

    Abel
    Creo que le erro en el ultimo parrafo,
    Saludos

  7. Abel B. dice:

    ¿A qué se refiere, AyJ? El último párrafo de mi respuesta aquí, o el del posteo?

    Si es por lo 2°: Creo q Zaiat es un lúcido y serio exponente de los que han redescubierto a Keynes después de la «síntesis neoclásica».

    Y como ellos, tiene dificultad en incorporar algunos conceptos: competitividad, inflación, …

  8. victorlustig dice:

    el post es eminentenemte buenos aires centrico (si es que existe esa palabra), pero, es su casa, Zaiat, bueno, defiende con las armas que tiene su postura ideologica y la realidad.

    no, me refieron a lo del padron de 2MM, Tierra del Fuego para empezar elige gobernador con mucho menos de eso

  9. Abel B. dice:

    Pero ese es PRECISAMENTE mi punto. Tierra del Fuego, además del gobernador, tiene intendencias significativas en Ushuaia y Río Grande (y Tolhuin es una buena vitrina, también).

    Allí, como en toda la Argentina, hay muchos más cargos de gobierno elegidos por el voto popular para el mismo número de votantes, que en la Ciudad de Buenos Aires.

    Y por supuesto que el posteo es «CABA céntrico». Si el título menciona a la militancia porteña, es difícil que diga algo de la Puna.

    Abrazo

  10. victorlustig dice:

    entonces, entendi mal y mis disculpas, y, lo de CABA centrico no fue una critica, solo un comentario, la CABA, al igual que Mardel y quizas Rosario/Mendoza siempre fue refractaria al peronismo explicito (Erman fue un accidente), y digo explicito por que embebido en Macri estan Ritondo, Corach jr etc, que son peronistas disfrazados (y son la causa del triunfo de Macri), me jugaria que abajo de la solapa del saco esta el escudito. Como decia un amigo, peronista una vez, peronista siempre

    saludos

  11. locorojitas dice:

    Tanto la capital como la PBA son las provincias castigadas por la coparticipación. La CABA zafa por los servicios a cargo del PEN, la PBA por lo que (cuando y como quiere) le pasa el PEN en dinero y obras.
    Es sin duda una anomalía de nuestro sistema.
    Y el tema de los subtes no fue nunca un regalo a la ciudad o a su jefe de gobierno. El gobierno eligió subsidiar el transporte público, o sea subsidiar a sus pasajeros (y los empresarios correspondientes). El grueso es en GBA, pero el subsidio esta extendido en todo el país. Se subsidian medios de transporte manejados por autoridades locales, o por la Secretaría de Transporte en forma indistinta.
    Así como en muchas ciudades del interior el subsidio es mínimo, el gobierno eligió dejar de subsidiar a los usuarios del subte porteño (creo que la mitad son de CABA, y la mitad de GBA). Es más, se podría haber transferido y mantener el subsidio..

  12. Daniel 7 dice:

    Abel:
    Que lastima no haber visto este post ayer!!!
    Igualmente con la noticia debe haber quedado chico, una lastima, no?

    Estoy completamente de acuerdo con el planteo del pj y la caba.
    Tambíen acuerdo con la figura de Carlos, un tipazo, y que aun despues de las elecciones siguio caminando los barrios.

    Por otra parte, en 2011 se hicieron los congresos de los peronistas porteños con esa intencion de empezar a visibilizarnos aunque mas no sea entre nosostros, ya que la estructura del PJ capital estaba reducida a la nada misma despues del dominio de Alberto Fernandez, el mariscal de las derrotas de 2005,2007 y subsiguientes.

    Dicha estructura deja mucho que desear y poco pudo ayudar para la campaña de 2011-2012. Cuando quisimos hacer un acto en parque Lezama, no gestionaron los permisos municipales y todo el trabajo previo se cayo.

    Ojala continue la iniciativa.
    Abrazos, Daniel 7

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