Disculpen, amigos. En Mide/No Mide, aparece un post muy interesante «Balance: por fin, llegó la hora de medir«, y yo tengo que tomarlo para la joda en su afirmación más original. Es mi espíritu irónico, que no puedo contener.
Lo que plantea ahí Nicolás Tereschuk (el Escriba) es que a partir del 28 de junio, «llegó la hora de una nueva generación que tiene que definir sus prioridades, sus formas, plantear sus opciones, su agenda y sus lenguajes«. La generación de los Néstor Kirchner, los Carlos Kunkel, los Chacho Álvarez, los Hugo Curto y los Artemio López – a quienes el Escriba no demoniza ni plantea tirar por la ventana, faltaba más – puede, debe, ceder el protagonismo a una nueva generación, de la que procede a dar ejemplos.
Debo decir que en Artepolítica, blog intelectual y joven si los hay, hicieron cola para pegarle. Me parece un poquito exagerada esa respuesta, también. Lo que el Escriba plantea es una especie de toma de conciencia generacional, y si el 28J no suena propicio como fecha liminar, bueno, la historia siempre reescribe los significados. No está cometiendo una traición, como si hubiera votado a Pino Solanas (se entiende que es un chiste, no?)
Es más, aún cuando estoy en buenas condiciones físicas, yo soy lo bastante viejo para mirar con simpatía la posibilidad de la irrupción de una nueva generación. Después de todo, los mencionados son todos de una generación, al menos políticamente, posterior a la mía. Algo insinúa Koestler, escribiendo sobre la Revolución Rusa, de la alianza de un viejo lobo con las nuevas camadas hambrientas. Pero esa es otra historia, y más siniestra.
Seriamente, no veo que haya nada de malo en la idea – como tal – de Nicolás, joven y entusiasta concejal recién elegido. Como análisis político, prefiero el duro y realista que Ezequiel Meler, también joven, dejó como comentario en Escuchando, y subiré algo a partir de lo que dice ahí. Pero como propuesta, bueno, yo que también fui un concejal recién elegido, joven y entusiasta (en mayo ´73), tengo que señalar que es una propuesta política, o no es nada. Porque aún para el éxito en el mundo artístico, juega la política de las camarillas. Y en el juego del poder,…
Los jóvenes deberán abrirse paso con espolones en sus codos. Y eso está bien, porque si es lamentable que la política tienda a seleccionar en forma darwiniana a los más ambiciosos y menos sensibles, sería mucho peor que «llegasen» a los puestos de poder a partir de ser jóvenes y creerse muy inteligentes.
En el caso de Nicolás, se me ocurre una observación más. Ve, legitímamente, a Nuevo Encuentro de Sabbatella como una expresión joven de la política. Pero debe tomar en cuenta que, en el camino que han elegido, para crecer más allá del 5,56 % en la Provincia de Buenos Aires, debe ser a costa de los números del PJ. Puede aspirar, también con legitimidad, a construir algo que lo reemplace. Pero tengo que advertirle que el peronismo está lleno de jóvenes y también de viejos, igualmente hambrientos, que no tienen la menor intención de desaparecer.
El blog de Abel 
Lo miro desde el peronismo santafesino Abel. Le doy la razón en su apreciación sobretodo el último párrafo. Me duele muchísimo que se piense que esta terminado el PJ (o al menos en via de extinción) y que los jóvenes busquen otras alas donde cobijarse. Dije por ahí, en otro comentario que solo los que viven de rodillas ven a sus enemigos como gigantes.
Lo felicito Abel, siempre lúcido y de fina pluma.
Un abrazo
En todo caso, ni sectarios ni excluyentes. El kirchnerismo y el PJ dieron y darán lugar a muchísimos jóvenes que hacen sus primeras armas en política queriendo un modelo nacional y popular. Con sus errores de estructuras? es cierto. Pero no me parece bien que -ahora donde todos debemos poner el hombro- abandonemos la lucha.
Tenemos diferencias desde el Movimiento Evita con Lole. La tiene Rossi. Pero miremos las elecciones del 28J como el inicio de un camino de unidad para vencer al adversario y llevar adelante el modelo. Por eso en muchos de mis escritos hablé siempre del caballo de Troya.
Otro abrazo
Abel: Yo fui uno de los que le pegó al texto que citás. De modo abstracto, «la renovación generacional» no podría ser objetada, todos coincidiríamos con la idea. Ahora, la realidad es una cosa muy distinta, y más si la situamos en una coyuntura política expresa. No hay una linealidad del trasvasamiento, y no me parece que haya una lógica irrefutable que diga que «se tiene que ir Curto para que venga Sabbatella» como si se tratase de un racional devenir de la evolución política.
El Escriba parece bajar del cielo, y busca iluminarnos con su clarividencia virginal (propia del sabbatellismo, que piensa que la política es un paseo por París), cuando los que tenemos alguna militancia peronista en el lomo sabemos que las cosas tiene más matices y más asperezas.
Esa parte ríspida de la política es la que el relato sabbateliano pugna por esconder,en una caída libre hacia binarismos baratos.
Entiendo el entusiasmo del Escriba, que vive su «primavera militante» en un espacio político de baja intensidad y bajo el particular paisaje geográfico de Vicente López. Pero desde allí no se pueden plantear definiciones políticas que nadie admitiría como sobre-entendidas.
¿Habrá que explicarle al Escriba que las manzaneras («lo viejo»)laburan mucho mejor que cualquiera de los exponentes de «lo nuevo»?
Como siempre, el límite conceptual que estas interpretaciones ingenuas sufren radica en la pregunta por el peronismo. Ahí sigue habiendo silencio, o prejuicios.
Un Abrazo Grande, Abel.
Concuerdo con Luciano, me parece una manera muy «Zona Norte» de invitarnos a todos a dejar el barco -mientras nos reorganizamos para paliar el temporal , uno mas de los tantos- en nombre de un cambio generacional.Justo ahora no, paso.
Abel:
No voy a hablar de Nicolás – Escriba, porque me parece que si la diferencia fuese realmente grande, le mandaría un mail y listo. Es buen pibe, lo acaban de elegir concejal, no es peronista, lo ve bien a Sabbatella… bueno.
Noto, sí, algo que ya había marcado varias veces con anterioridad: la incapacidad del progresismo nacido del retorno de la democracia de convertirse en un vector real de poder es inversamente proporcional a su capacidad a acercarse a la gente, acercarse en serio. Ponerle el hombro en las bravas al territorio, algo que los que tenemos 30 años y alguna militancia en el peronismo detrás en general hicimos.
Estas propuestas, inocuas en el fondo, revelan un límite cultural de esa izquierda democrática, aggiornada: no pueden ser ni serán jamás parte del movimiento. Pueden ser, en la jerga leninista, compañeros de ruta. Pero en su carril: nada de mezclarse. Y ese sí es un tema preocupante: no les gusta el barro. No lo digo, reitero, por el Escriba: es una reflexión más sobre el progresismo, a una hora en que debería estar prohibido publicar. Quieren lo que queremos, hasta cierto punto, pero no lo quieren con nosotros. No saben qué hacer con nosotros. Y nosotros, vale reconocerlo, tampoco les hemos dado, diría Chávez, una «morocha». Son los herederos del alfonsinismo: parece que nunca romperán la matriz del fallido Tercer Movimiento, ese que nunca llega…
Un saludo,
Ezequiel
(Dicho de otro modo: cuando se acercan, parece que reiteran una y otra vez el ciclo del PI, del Frente del Pueblo, del FRAL, del MAS -aunque había algo distinto ahí-, del Frente Grande, del Frepaso, etc.)
Como buen ex PI siempre que escucho a Sabbatella con esos planteos de «recoger lo mejor de las experiencias populares» no puedo menos que recordar los «Aportes para Proyecto nacional» que fueron una especie de Biblia Intransigente en los tiempos de esplendor.
Lo del amigo Escriba creo que va por ese lado.
Filomata:
Gracias por sus visitas y, sobre todo, por el contenido de su planteo. No sé si los votantes de Reutemann y de Rossi podrán sumarse, pero creo que si no lo hacemos, no se gana ni Santa Fe ni la nación. La suya ha sido una voz de sensatez y de compañerismo en una provincia donde tengo claro que era difícil mantener ambas cosas.
Luciano, Mauri K y Ezequiel:
Les contesto en conjunto porque es como continuando la reflexión que me provocó el post del Escriba. Primero, mi impresión fue: Ingenuo (no negativo, no soberbio: ingenuo). Y le empecé a contestar con ánimo de cargada. Después, leyendo las respuestas de ustedes me di cuenta que ese post se leía como un cuestionamiento a una forma de militancia: la peronista.
Como yo creo que esas cosas las evalúa la realidad (vi tantos Sabbatellas…) ni consideré que era necesario discutirlo. Pero entiendo que en la experiencia de ustedes el tema está más presente. Y lo mío sí podría ser soberbia. Porque el futuro no está escrito.
Así que, resumiendo mi opinión: Valoro el rescate de su experiencia y los valores propios que hacen ustedes. Y coincido en que el progresismo no peronista tiene serios problemas para construir. Ahora, sigo haciendo la diferenciación que Andrés el Viejo me cuestiona: Una cosa son los militantes (se transforman en políticos cuando crecen) y otra son los votantes (el pueblo, bah). Hay sectores que pueden votar a un Sabbatella o a un Pino y no votarían a un Kirchner, ni a un Scioli ni a un Lole.
El desafío – no resuelto ni fácil de resolver – es articularlos.
Gerardo F.:
Me da la impresión que Ud. sabe, por su experiencia, de qué estoy hablando
Abrazos
excelente el debate compañeros!! Abel, no lo conocia, lo pongo en el blogroll. Saludos y felicitaciones por los escritos!!!
[…] realidad, después de la fecha liminar del 28/6, en este blog sólo se escribió sobre eso aquí y aquí. Y en los dos casos, me parece que las cosas más inteligentes las dijeron mis […]