Un opositor habla (bien) de las PASO

junio 11, 2013

PASO

Aunque me siento orgulloso que @marcelofalak, uno de los pocos periodistas que escribe con información y sensatez de política internacional en nuestro país, haya «faveado» mi tuit de recién Anoche subí mapa global de shale. P q no piensen todo el tiempo n alianzas y listas. De nada wp.me/p5wkz-3Zm , tampoco la pavada.

La política real, con el inevitable componente de esa sórdida pelea de ambiciones y egos, es importante. Porque es el motor para que se hagan cosas, las buenas y las malas. Y si quieren que haya un poquito más de las primeras, fortalezcan sus egos y metánse, nomás.

Por eso quiero copiar aquí – donde visita un alto porcentaje de K y filo K – este posteo, breve, de Lucas Llach. Un economista joven e inteligente, que lamentablemente pone casi todo su talento profesional en argumentar que las medidas del gobierno son equivocadas y burras (cosa que a lo mejor no requeriría tanto esfuerzo). Eso puede satisfacer su ego, pero no mejora el nivel del debate sobre la realidad económica argentina. Que mucho lo necesita.

No importa. La cosa es que hoy subió Aprendiendo PASO a PASO, donde – sin decirlo abiertamente, claro – reconoce que es una medida del gobierno nacional que mejora la calidad de la política argentina. Y, aunque es un manual para opositores, creo que los oficialistas también pueden leerlo con provecho. Aquellos, para ver si superan el Horror electio del que hablé hace poco. Éstos, para ver si se usan más a fondo que ahora.

(Entiendo que en esta etapa, donde el tema central es la Sucesión y las cuotas de poder con que se manejará, Primarias realmente Abiertas en el oficialismo no aparecen muy realistas. Pero si en la Capital vamos con Filmus, el mejor candidato K según La Nación y Artemio, parece conveniente explorar caminos).

«Unos meses antes de la elección de 2011 creíamos que Cristina podía no ganar en primera vuelta, y perdimos por paliza una apuesta; llegado el momento de la elección, su triunfo era bastante obvio. De todos modos siempre nos quedó una duda contrafáctica: ¿no habría sido el resultado de las PASO 2011 un poquito más favorable a algún partido opositor que hubiese presentado más de un candidato en la interna de agosto? ¿No tiene más gracia para el elector votar allí donde se decide algo que simplemente manifestar una irrelevante adhesión metiendo la boleta de un candidato único de un partido?

Por eso nos alegra que la Unión Cívica (¿de qué otro modo llamar a un grupo porteño bastante variopinto que pone énfasis, ante todo, en su oposición a los excesos institucionales y crematísticos de un régimen dominado por gente de provincias, como en 1890?) vaya a primarias con más de una lista. Lindo experimento, sobre todo si la otra alternativa opositora (el PRO-rogando-candidaturas-de-kirchneristas-arrepentidos) va a las PASO con una sola.

De todos modos, estos radicales parecen encontrarle el gustito a la cuestión de la interna. Estando Gil Lavedra en el equipo de Prat-Gay / Donda, enfrentando a los honestos predicadores Solanas y Carrió, ¿hacía falta una tercera posición, encabezada por Rodolfo Terragno? Ni lerdos ni perezosos, los organizadores de la coalición pusieron un umbral teledirigido de 25% como condición para poder entrar en la repartija del sistema D’Hont. Veo sin embargo en la foto al lado de Terragno a Don Ernesto Sanz, candidato in pectore de más de uno para el 2015. Esperamos ahora sus fotos con los otros participantes de la gran primaria porteña de la Unión Cívica.

Reflexión más general: comparado con lo anterior, con los escandalosos episodios de internas que hemos tenido en este país (desde la rara primaria Bordón-Álvarez hasta el papelón que protagonizaron hace un par de años Rodriguez Saá y Duhalde), las PASO son un avance nítido. Podemos discutir si tiene que ser obligatorio; podemos discutir los umbrales que se requieren para participar. Pero la idea de una gran interna que convoque a muchos ciudadanos y que dure un solo día me parece incluso mejor que esa larguísima e ininteligible sucesión de caucus y primarias que acostumbran los norteamericanos«.