Ayer fracasó el cacerolazo ¿»Fin de ciclo»?

melancholy

Que la manifestación opositora de anoche fue un fracaso no hay duda, aún en nuestro país donde se pelea con más ferocidad el parte de la batalla que la batalla. Es La Nación la que publica hoy, con el recogimiento y respeto debidos «Escasa asistencia al cacerolazo. La anunciada marcha de caceroleros convocada para anoche tuvo una escasa participación, tanto en la zona del Obelisco porteño como en algunas plazas del interior del país, en las que se buscaba conmemorar el aniversario de la masiva protesta del 8-N de 2012 contra el gobierno nacional.

La manifestación contó con una adhesión muy inferior a otras marchas realizadas bajo la misma temática. Por Twitter, la escasa participación del 8-N generó controversia entre los principales organizadores por las redes sociales y cruzaron acusaciones por el fracaso de la protesta» (En la blogosfera K, J. R. Sentis da algunos detalles de esa interna).

Si pongo en el título ¿»Fin de ciclo»? entre signos de interrogación y comillas es porque el término se ha estado usando mucho en la política argentina en los últimos años, con un contenido que es poco más que una expresión de deseos (intensos). Puede hablarse de ciclos en la experiencia humana – en economía, en política – pero muchas veces expresan simplemente la forma (arbitraria) en que el observador está clasificando los hechos.

Aún donde hay fenómenos cíclicos de apogeo y decadencia, no son ni rígidos, ni previsibles, ni definitivos. Y sobre todo, no son cortos. Hasta Oswald Spengler, que con su dogmatismo sobre plazos definidos de auge y caída desvalorizó sus valiosas intuiciones sobre la Historia, los calculaba en 1000 años.

Toda esta introducción teórica viene a cuento – además de abrir el paraguas – porque me interesa analizarlo a la luz de una afirmación, también teórica, que mi amigo Manuel Barge plantea con gran énfasis y que ha hecho central en su mirada de la realidad política.

En un comentario reciente en este blog, Manolo lo reafirma, y recurre a la autoridad de Manuel Mora y Araujo (sabe que yo padezco de lo que la Iglesia llama «incredulidad invencible»):

«Porque lo que ya planteó Mora y Araujo después del 8N, con un corte social y económico que nadie que discuta “seriamente” desautoriza:

“Los pobres, los del medio y los más ricos en la Argentina de hoy comparten muchas visiones, coinciden en muchas demandas, pero mientras los pobres tienen cómo canalizarlas a través de mecanismos de representación, los del medio y los de arriba sólo tienen voz si salen a la calle. El dilema argentino«.

Con el debido respeto al que es posiblemente todavía nuestro sociólogo más importante, tengo que decir que esa frase – en ese contexto – es una insigne pavada. Los «sectores del medio y de arriba» tienen variados mecanismos de representación, entre ellos el diario La Nación, los colegios profesionales, hasta – los de menos ingresos – los gremios docentes, por lo menos tan eficaces como los movimientos sociales y los aparatos territoriales del conurbano bonaerense. Quizás un poco más poderosos.

Pero es cierto que los cacerolazos han sido – durante aproximadamente un año – manifestaciones muy importantes en casi todas las ciudades de la Argentina urbana. Con una convocatoria masiva y diversa en todos los sectores sociales de las franjas denominadas en el marketing como A, B y C. Que suman, tengámoslo presente, una neta mayoría (Aviso para kirchneristas sensibles: No estoy diciendo que los que protestaban eran la mayoría. Señalo que en esas protestas estaban presente miembros de las clases sociales que componen la mayoría de nuestra población).

¿Entonces, como se explica la disminución en su capacidad de convocar, que esta última vez se hizo demasiado notoria? (A pesar de la ayuda que generosamente les dió Luis D´Elía, cuando trató de ilusionar a la franja más delirante de la protesta diciendo que se venía un golpe). Si aceptamos la hipótesis de la centralidad de la «representación», tendríamos que decir que los opositores al gobierno ahora se encuentran representados por el Frente Renovador en la provincia de Buenos Aires y por las otras fuerzas que vencieron en los distritos más importantes.

Algo de verdad puede haber ahí. En Buenos Aires, donde surgió la opción nueva de Sergio Massa, en la Capital, donde se combinó la oferta variada de UNEN con el resuelto uso de la «crispación» por Lilita Carrió, es posible que haya sectores (evidentemente distintos en los dos casos) que se vean expresados. Y ya no necesiten golpear cacerolas. Dudo mucho de la realidad de ese mecanismo, pero no puedo demostrar que no sea así. ¿Y en el resto de Argentina, donde no aparecieron opciones que no existieran un año atrás?

Mi hipótesis es distinta y, si fuera cierta, nos permite ver los cambios que se estarían produciendo en el escenario político argentino, tanto en la oposición con en el peronismo. Creo que asistimos al final no de un ciclo sino de una sensación. La sensación – que empezó a extenderse a partir de su triunfo aplastante en el 2011 – que el kirchnerismo – en particular, Cristina Fernández – era invencible en las urnas.

Para tener claro la naturaleza de esta convicción entre los opositores – alguna vez sugerida en público por figuras de ese sector, Ernesto Sanz, Miguel del Sel – alcanzaba con escuchar a todos los argentinos no politizados, de muy distintos niveles de ingreso, que, en privado, repetían la vieja frase «este país no tiene remedio«. Estaban convencidos que los planes sociales, la Asignación Universal por Hijo, mantenían cautivo el voto de una inmensa franja de pobres, que iban a votar ciegamente por el oficialismo cuando sus punteros les aseguraran que si no podían perder esos beneficios.

Por supuesto, leyendo los estudios de Javier Auyero, o al mismo Manolo Barge en su blog, podían descubrir que el clientelismo no funciona así. Pero sólo una minoría lee a los sociólogos, o a los blogueros.

Los que apoyaban al gobierno no lo ponían en estos términos, claro. Pero el triunfalismo argento, y una tradición no examinada en el peronismo de una especie de representación automática de las mayorías populares – que Perón nunca tomó en serio, o por qué siempre armó frentes electorales? – los convencía fácilmente que el oficialismo era invencible, y que la única preocupación real era la lucha interna.

Y otra tradición peronista, el verticalismo, combinada con un hecho indiscutible, que la Presidente había sido votada por el 54 % de los argentinos y era la figura política absolutamente hegemónica, hacía decir que «los votos son de Cristina«.

Es curioso. Cristina Fernández no ha sido derrotada en las urnas – no estaba en las boletas – y todas las encuestas serias muestran que conserva una imagen favorable en una porción muy considerable de la población. Pero esa «sensación» ya no es un factor en el escenario argentino.

Tiene que ver, estimo, conque la posibilidad de una nueva reelección – que nunca fue más, es mi convicción, que una fantasía para algunos y una pesadilla para otros – se ha desvanecido por completo. Y el hiper presidencialismo argentino, y peronista, garantiza que las expectativas políticas se centren en los que tienen alguna chance de ser presidente en 2015 (aunque todavía van a pasar muchas cosas antes).

Repito, y resumo: Si estoy en lo cierto, esto cambia la naturaleza de la pugna política actual hasta un punto que todavía no ha sido advertido. Porque Daniel Scioli, Sergio Massa, Sergio Uribarri, Jorge Capitanich,… (siguen las firmas), y también Hermes Binner, Julio Cobos, Mauricio Macri,… toda la larga lista de los se ven o verán como aspirantes al premio mayor, cada vez menos competirán contra la Presidente actual – aunque los aciertos y errores de ella, por supuesto, influirán poderosamente en el escenario – sino entre ellos mismos. Y así los juzgarán los votantes.

18 Responses to Ayer fracasó el cacerolazo ¿»Fin de ciclo»?

  1. oti dice:

    Lo más importante es lo que haga o deje de hacer CFK de aquí hasta el fin de su mandato. Eso -y lo que suceda en el contexto global- es lo que va a encausar las formulaciones y directrices políticas que se proponga el futuro gobierno.

    Fuera de CFK, quién sea el futuro presidente o quiénes competirán para ese cargo tendrá o ni importancia no en sí mismo sino en relación a lo que CFK haga de aquí al 2015.

  2. leandro dice:

    Coincido Abel la conclusión con la que cerras el post. Creo también que esta «retirada» de escena de Cristina, todo este tiempo, dejo a varios tirando piñas en el aire. Sin poder encontrar blanco donde prendan sus embates.
    Lo que decís también se empieza a ver el la «Tía de todas las Batallas» donde los Aire y Sol( I y II); con amor, con fe, con esperanza y como quiere la gente, se están matando.
    Con respecto al 8N, creo que fracaso por falta de animosidad, suficiente, hacia el gobierno. Seguramente hay diversos motivos.
    Creo que tal vez Cristina se haya sacado un rato el saco para dejar haber a quien se le queda. Logicamente en este juego ella ya no tiene que defenderlo sino que administra la carnicería y se convierte en una socia necesaria, y espera su momento. Por que Cristina va a jugar fuerte.

  3. pablo dice:

    la insignie pavada no será considerar similares visiones, y valores dice en otro texto mora y araujo, entre los pobres, los del medio y los ricos?

  4. Abel B. dice:

    Hmmm… Creo q es una cuestión de perspectiva, Pablo. Se me ocurre que 60 años atrás la diferencia de visiones y valores estaba mucho más marcada entre las distintas clases sociales.

    Bah, las visiones y valores definían a las clases sociales, además de los ingresos. Hoy, los ingresos son el factor decisivo.

  5. Lo único que demuestra es que Lucho Bugallo y sus bugalitos fueron, son y serán parte del negocio del país dividido.

    Es posible organizar la «espontaneidad» de los cacerolazos hasta que el soberano se expresa y encuentra cauces, después de eso desaparece.

    Asi como algunos quisieron ver en el club del trueque una nueva economia y en las asambleas populares un sistema político revolucionario, estos ven una forma de reemplazar la política en estas pedorradas.

    Se los discutí a los organizadores: https://twitter.com/LuchoBugallo/status/378540076290285568

    Asi como discuto con los que le hacen bombo a una hegemonía kirchnerista que ya no es tal.

    Por ultimo, no se que tienen que ver el fracaso del «cacerolazo» con el fin de ciclo.

  6. José Mercado dice:

    La Mélancolie
    Par la peintre Constance-Marie Charpentier
    1801
    130 x 165 cm
    Huile sur toile
    Musée de Picardie, Amiens, France

  7. Esther dice:

    No sé. En estos dos años (¿o tres?) de cacerolazos me pareció ver, más que nada, una mezcla de personas con intereses tan diferentes entre sí que no veo cómo se puede analizar cuál es su significado, salvo el que la mayoría (y no todos) son anti-K .

    En cada cacerolazo (ojo, vistos por la tele) me quedaba la fuerte sensación que había mucho de novedad. Se me hacía que las personas que participaban, en su mayoría, nunca habían ido a una movilización ni estado en un piquete. Algo nuevo. Ganar la calle.

    También me quedaba la sensación de que pensaban que lograrían modificar en algo la posición del gobierno. Algo así como «estamos en la calle, somos muchos,somos los buenos, obligatoriamente seremos atendidos en nuestros reclamos». Aunque nunca logré saber muy bien cuáles eran sus reclamos (fuera de que Cristina se vaya o se muera).

    Quizás, simplemente, se cansaron de no conseguir ese sueño de constituirse en motores de algún cambio político en la dirección que querían.

    En fin, los cacerolazos de estos años, por más masivos que fueran, me dejaron siempre una sensación de nube de humo.

    La política pasa por otro lado. Las elecciones también.

    En lo que sí estoy de acuerdo es que se nos viene encima una puja por el poder (bah, los cargos) que será antológica.

    Espero que Cristina se dedique a gobernar y deje que las mil y unas disputas corran por cuerda aparte.

    Saludos.
    Esther

  8. Norberto dice:

    Con una opinión cercana a la de Leandro, creo que D’Elia no está equivocado en cuanto a las intenciones de quienes están detrás de los organizadores de este tipo de manifestaciones, para saberlo basta ver el odio que transmiten tweets y mensajes de facebook, odio que no se produce por afectación de intereses o ataques personales de quienes nos sentimos k sino que ha sido inyectado por acusaciones en su mayoría inventadas en función del sistema a que da lugar Gene Sharp con su teoría de resistencia pacífica pero desarrollado por Robert Helvey como método para desestabilizar gobiernos no amigos, que es distinto a enemigos, y utilizado por la derecha de USA con sus resortes de poder, por ejemplo en mi visión el golpe de Honduras contra Zelaya no fue programado por Obama y el Departamento de Estado sino en forma independiente por el Pentágono o las agencias de seguridad y sus influentes como la representante (diputada) Ros Lehtinen de la Comisión de Relaciones Exteriores de esa Cámara que estuvo involucrada con su presencia personal en el lugar de los hechos.

    http://tiempo.infonews.com/2013/11/08/editorial-112627-inocencia-perdida-y-golpes-blandos.php

    Mi análisis es que demasiadas de esas personas que salieron a protestar el año pasado, lo hicieron por problemas puntuales, y su disconformidad no es generalizada, no quiere adherir, como incitan por razones personales algunos políticos y comunicadores, a una interrupción brusca de un gobierno con el que tienen diferencias pero que apoyan en gran parte de sus medidas como lo dice cualquier encuesta seria sobre el tema.
    Que las que salieron a las calles lo hacen con odio, lo demuestra que, en una situación de salud presidencial como la actual, hayan ido a manifestar a la Quinta de Olivos, cosa que ni Ud ni yo haríamos frente a la casa de Lila, Big Chief, yo porque respeto su enfermedad mental y Ud por su respeto por los políticos, o frente al Hospital Alemán cuando el «rechequeado» se hace diálisis.
    Nunca menos y abrazos

  9. me parece que en general los comentarios pican en punta hacia una dirección determinada- por no decir interesada. el asunto del ¨odio¨señalado por norberto forma parte del cóctel que manejan los cristinistas cuando algo les viene desde algún lado. la intencionalidad de la alusión al ¨odio¨marca el ritmo de un compás donde los cristinistas son los buenitos hijos de dios y la virgen maría santísima ; y los otros, la encarnación del demonio. déjense de joder. gente grande !

    peguenle un vistazo a los comentarios que dejan los santificados nenes de la campora o el odioso enervamiento escasamente reprimido de D´elia.

    Por cierto, en el caso puntual de este hombre, al odioso enervamiento hay que sumarle el apriete que aparece como consecuencia .

    Obviamente D´elia y sus D éliados tampoco son miembros del resucitado y nunca tan bien ponderado ¨neo flower power¨ ideado y dado a luz por quienes habitan la quinta de olivos

    celebrar el cumpleaños del cacerolazo , ya de por sí es una guasada. porque algunas cosas cambiaron desde el primero: salio de escena cristina. avanzó con su ¨ansiado sueño¨ la oposición ( a la naturaleza del mismo no hace falta analizarlo mucho) y chau.

    volver a la calle para festejar el 1er cumpleaños del cacerolazo – lo escribí 4 líneas atrás- resultaba una guasada.

    además, me parece que el hecho de no poder contar con la posibilidad de ver u oír a cristina , colaboró en el asunto de pensar a la celebración como algo tremendamente aburrido

  10. Jorge dice:

    La satisfacción que produce a unos el fracaso del 8N como un hecho de ilusionismo social resulta lógico, a tal punto que ya lo inscriben por extensión al fenómeno Massa. La esperanza de lo imposible se presenta como trascendente por considerar la autogestión de la vida cotidiana como un valor proyectado a lo político. Saben cómo empezar, suponen un desarrollo, pero no tienen idea en que terminan. Estos agrupamientos se nutren del supuesto que representan una reacción al caos, cuanto de esto tiene Massa es una muy buena pregunta, mi duda es cuanto de esto también lo posee el actual mundo K.

  11. MASSA,scioli,dominguez,que tienen exactamente en comun ? El detesto
    .Interesante lo que ocurre en SaltaYa veremos la mexicanizacion integral.Buena Suerte..

  12. ABEL: Abrí la compu esta mañana, me fui al website de La Nación y me encontré con el «auto-destape» de don Florencio Randazzo. El muchacho de Chivilcoy resultó ser rápido para los mandados, como se dice en México…
    Eddie

  13. Abel B. dice:

    En el campo bonaerense también se dice así, Eddie

  14. Mariano T. dice:

    Los cacerolazos fueron fundamentales en el año posterior a las elecciones. Sin duda tiene razón Abel en la desmoralización que causó en mucha gente el 54%, y el fin de la ilusión de la alternancia democrática.
    Se ha discutido mucho el año pasado sobre la causa de los cacerolazos, y no vale la pena repetirse. Pero no se ha hablado de las consecuencias. Y para mí ese «reconocerse» en que eran muchos los que estaban enojados con el gobierno fue un cambio de tendencia. Y ese cambio de tendencia terminó con las elecciones.
    Entonces la satisfacción reemplazó al enojo, el gobierno había sido castigado.
    Yo fui a los otros dos cacerolazos, mi familia también fue, por separado. No tuve ninguna motivación para ir a este.

  15. te diste cuenta Abel? te escribí el asunto de mariano T en mi comentario.además, el tema es de cajón. quiero decir, sencillito sencillito.

  16. Chiclana dice:

    No me queda claro si pensás que eran un grupo de gente «con intereses tan diferentes entre sí», en pocos párrafos más adelante afirmas que la mayoría nunca había ido a un piquete o manifestación, y también que quería ese grupo tan heterogéneo.

  17. Mariano T. dice:

    Otro tema es que es muy dificil motivar a gente comun, que no son militantes, y encima convocados por tipos tan aficionados que no saben tomarle la temperatura a la masa.
    Por último la ausencia de Cristina, en camita enferma en vez de andar discurseando por ahí(es la promotora nro 1de los cacerolazos), tampoco ayudó.

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