Cristina, Scioli, Massa y los otros. Noticias del frente bonaerense

Podemos leer en los medios, aunque hoy sea el Día del Canillita, que mañana viernes los intendentes alineados con el PJ bonaerense se reunirán en Tres de Febrero – del patriarca Hugo Curto – para definir a los candidatos para la renovación de autoridades partidarias, en la elección anunciada para el próximo 15 de diciembre .

La Nación afirma que «el gobernador Daniel Scioli cuenta con amplio consenso entre los jefes comunales para ser el candidato a conducir el partido en la provincia«.

Clarín, con la firma de Leonardo Mindez, nos dice «Lo cierto es que Scioli no lo desea. Según pudo confirmar Clarín con distintas fuentes, la operación para imponer al gobernador como presidente del PJ bonaerense partió de la Casa Rosada, en un intento de replegarlo al territorio provincial mientras se le cierra el paso en el PJ Nacional. Pero el lunes, en el cónclave de la Quinta de San Vicente, los intendentes comenzaron a armar una lista de unidad con (el intendente de La Matanza Fernando) Espinoza a la cabeza«.

Ámbito, a través de Pablo Ibáñez, de lo mejor informado en esa interna, cuenta «Daniel Scioli dice que mejor no, que lo ideal sería que el presidente del PJ sea Fernando Espinoza. El matancero quiere pero los demás alcaldes lo miran con recelo y mientras en público le prometen respaldo, en voz baja insisten con la inconveniencia de darle la butaca partidaria«.

Sucede, cuenta Ibáñez, que Scioli estaría pensando en Martín Insaurralde para ministro de Gobierno (Cristina Alvarez Rodríguez pasaría a Desarrollo Social), lo que significa darle protagonismo a un dirigente que apunta a la gobernación en 2015. Para compensar, el gobernador allana ahora la llegada de Espinoza (otro que aspira) a la jefatura del PJ.

Pienso que estos detalles pueden apasionar solamente a los que aspiran a cargos en Buenos Aires (que no son pocos). Más interesante es lo que cuentan Ibáñez, y también Mindez, sobre las tácticas del otro gran jugador.

P. I. da detalles: «Sergio Massa habilita un triple juego. Dice que la interna del PJ bonaerense es como la elección «del administrador de un consorcio de un edificio que se derrumba». Una metáfora eficaz que hará hervir la sangre de los peronistas y revela que Massa decidió que su carrera al 2015 será con sello propio, cacique de una neotransversalidad.

Porciones del massismo, sin embargo, piensan y actúan distinto. Jesús Cariglino insistió que irá a la interna por la jefatura del partido -aunque en el Frente Renovador la mayoría da por hecho que al final se bajará- y un grupo de dirigentes, encabezados por Baldomero «Cacho» Alvarez, impugnó la elección en la Justicia.

El massismo opera en tres planos: Massa reniega de la lucha «por carguitos» en el PJ pero Cariglino, el menos massista de los intendentes del FR quiere competir en esa riña y Alvarez, «Cacho», se declara lesionado en su «seguridad jurídica» porque no puede elegir ni ser electo en el peronismo«.

(A esto, puedo agregar que el comentario indignado de un destacadísimo operador massista en este posteo reciente – señalando que la Junta Electoral del PJ se había reunido sin conocimiento de los miembros vinculados al tigrense recibió una respuesta de los hombres de Matheu «¿Qué, quieren jugar en el otro equipo y estar en nuestro vestuario?«).

Hasta aquí, los medios, que, con sus sesgos inevitables, nos informan de tácticas. De estrategia… me inclino a dudar que «Massa (ya) decidió que su carrera al 2015 será con sello propio, cacique de una neotransversalidad». Estimo que sí le conviene mantener la imagen de ese camino abierto. Lo ayuda en sus esfuerzos para sumar dirigentes cercanos al PRO, al vecinalismo más alejado del peronismo y a radicales – como en este caso.

Pero si optara por esa estrategia, estaría concediendo el vasto espacio del peronismo a su eventual rival en 2015. Que no sería Cristina. Omar Bojos, vocero del massismo en la blogosfera, tuiteó «Hacia el peronismo pero en el tiempo» «Cafiero hubiese sido presidente sino regresaba tan rápido al pejota«. Sabe que si hay algo que preocupa a la dirigencia peronista es el fantasma de 1999, una división que abre la oportunidad a una victoria ajena. No comparten la tranquilizadora ilusión, común entre periodistas y blogueros, de un «inevitable» triunfo peronista.

En todo caso, sobre los dilemas del massismo voy a tener que extenderme, si soy capaz, en un posteo más conceptual (Luciano Chiconi, Martín Rodríguez y Manolo Barge, con distintos y opuestos enfoques, ponen una vara alta).

Lo que quiero señalar ahora es que el dato importante, el que sí puede ir trazando el camino de una estrategia irreversible, es – como en la célebre historia de Sherlock Holmes – algo que no sucedió. Esa dirigencia bonaerense no recibió – aún está a la expectativa – la indicación terminante 推迟选举! El Chino Zannini no ha llamado de parte de la Presidente para pedir que el proceso eleccionario en la provincia sea demorado (no sería un pedido injustificable: estamos hablando de una elección que convoca a votar a unos teóricos 1.392.003 afiliados – cifra del Juzgado Federal de La Plata – para dentro de un mes y ocho días).

Pero ya hay una inercia en marcha. Ya no es sólo las intenciones de Scioli, o del puñado de primerísimas figuras de la Provincia que están interesadas en la institucionalización del PJ. Ahora son todos los intendentes, de todas las vertientes del peronismo – el caso de Cariglino es expresivo – los que están activamente interesados en asegurarse, en sus distritos, la «herramienta electoral».

Sigue vigente entonces el análisis que hice en ese posteo al que me referí arriba: «Tanto Cristina Fernández como Néstor Kirchner han preferido tener congelado al PJ de la provincia de Buenos Aires, en su estilo de manejo radial en ese distrito, que pasa por encima del gobernador. La Presidente podría, si lo decide, detener este proceso electoral. Pero es dudoso que quiera correr el riesgo que una demora más haga perder al partido su personería. Le daría un argumento demasiado bueno a Massa, justamente, para su tarea de sumar intendentes y punteros locales.

Además, hay un aspecto estratégico que vale la pena considerar: Puede decirse que la trayectoria del discurso, y de la práctica politica de Néstor y de Cristina ha sido desde un centro izquierda “transversal” hacia un estilo cada vez más “pejotista” … Aunque el oficialismo nunca dejó de reservar un lugar importante en el Estado a sus aliados del progresismo, y de mantener alianzas sólidas en el territorio con los que vienen del radicalismo – Santiago del Estero, Misiones, Tucumán… –, el discurso oficial es cada vez más similar al del peronismo tradicional … Y debe apoyarse en los aparatos del peronismo para enfrentar mejor el desafío del tigrense«.

¿Es necesario decir que el caso de la Provincia de Buenos Aires representa un antecedente poderoso para el resto de los peronismos provinciales? Uno de los filósofos alemanes hablaba de «la astucia de la historia». Podría ser un ejemplo si la decisión de Sergio Massa de «ir por afuera» termine avanzando la muy demorada institucionalización del peronismo.