Debate con un massista

En esto me metí de casualidad, por el defecto tan argentino de hacerme el canchero. Pero no me arrepiento: me sirvió para leer un análisis inteligente que no se limita a las Primarias Abiertas – que ya están un poco sobreanalizadas, me parece -, y para encontrar algunos puntos en ese planteo que hace un hombre comprometido con el proyecto de Massa, en los que vale la pena reflexionar. Tenemos dos años para eso.

Hace pocos días, en La estrategia electoral de Massa, comenté uno de los raros posteos de Luciano Chiconi, otro ideólogo massista, y dije al pasar «No quiero que mi amigo Omar Bojos se ofenda: dije otras veces que él era el vocero del massismo, dando la pelea todos los días en la blogosfera. Nos acerca todo lo que se escribe sobre Massa, y hace una buena crítica de los K. Pero para defender a S. M., lo único que nos dice es que es el Futuro. Y eso no me impresiona«.

No sé si Omar se sintió desafiado. La cosa es que subió un posteo a la vez agresivo y ambicioso, que da un marco estratégico para la emergencia de Sergio Massa, que habría surgido, justamente, de una estrategia de Néstor Kirchner.

Tengo que decir que – como uno mira primero lo que lo menciona – leí «Apostilla para Abel Fernández: Massa es futuro, pero es futuro porque fue previendo y construyendo pacientemente las condiciones de posibilidad que lo harán necesario en la escena de los tiempos nuevos que sobrevienen aunque muchos como vos los nieguen«.

La verdad, atribuí ese texto al entusiasmo de una campaña electoral. Hasta pensé en sugerirle una consigna original «Nosotros somos Él (Futuro)«…

Pero no. Su posteo es más que un folleto de campaña. Y voy a tratar de resumir lo que entiendo son los puntos centrales, para sentar lo que invito a debatir (igual, pueden leerlo en este link).

Omar rescata, también haciendo un resumen, un viejo posteo de María Esperanza Casullo, Soy RoKa, del año 2007, que estoy de acuerdo es una de las descripciones más lúcidas a ese momento del proyecto político de Néstor Kirchner:

«¿Por qué digo que el verdadero paradigma (del kirchnerismo) es el roquismo? Algunas claves de lectura:

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Por la desconfianza que demuestra el kircherismo hacia las instituciones partidarias y su preferencia por las negociaciones persona-a-persona con los líderes provinciales, independientemente de su sello político.

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Porque el orden, no la movilización o la transformación, es el verdadero eje y objetivo de la gestión de gobierno.

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Porque lo rige una concepción pragmática y desideologizada del poder, expresada en una política de alianzas sui generis (en la que tanto entran los piqueteros de Barrios de Pie como los radicales K, la UIA o Franco Macri. El pragmatismo se extiende también a la acción de gobierno, en donde no hay un único “principio orientador”: algunas cosas se privatizan, otras se estatizan, a veces se hace una cosa, luego otra).

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Porque se suma un liderazgo fuerte, por no decir personalista, con la carencia de un líder carismático. Y porque la característica más saliente del líder es más bien una cierta astucia política (a Roca le decían “el zorro”) que la capacidad de movilizar o inspirar a sus seguidores vía una oratoria visionaria«.

Este fragmento, elegido por Omar, marca algunas características del estilo de Néstor Kirchner que, no por casualidad, se asemejarían a la forma conque Massa armó su propuesta en la provincia de Buenos Aires. Omite otros párrafos. Entre ellos, éste: «Porque, finalmente, Kirchner es un patagónico típico, y el roquismo así es el modo de ser en el mundo de los políticos patagónicos (más allá de la repudiación del genocidio indígena). Las provincias patagónicas, sociedades nuevas creadas mediante una mezcla de intervencionismo estatal proto-desarrollista, capitalismo pirata y anarquismo del Far West, comparten las mismas características de gusto por el estado fuerte y desconfianza de las “viejas” jerarquías«.

Quise rescatarlo porque me parece que Massa es también, por supuesto, un político formado por su ambiente: el Primer Cordón del conurbano bonaerense.

Pero ahora vamos a lo propio de Omar Bojos: «Dijimos que la construcción política de Néstor Kirchner tenía poco que ver con la transversalidad, que el kirchnerismo era un avatar del peronismo y que no tenía futuro si se desencarnaba de él. Muchos prefirieron atarse a la utopía de una superación que nunca llegaría.

También dijimos que la conducción de N. K. fue la última conducción del peronismo. Su antecedente es la de Carlos Menem. Duhalde no condujo nada y CFK tampoco.

El esquema de poder nestorista fue montado sobre la  «intervencion» del P. J. bonaerense, y en el torniquete fiscal a quienes (como el Zorro Roca) hizo creer que eran la reedición de la Liga de Gobernadores.

En Buenos Aires puso a Scioli, falto de territorio y ahora sospechado de erosión en su alta electorabilidad, cuya candidatura presidencial parece sostener la liga de territoriales menesterosos de la coparticipación de los fondos saqueados en la zona núcleo y el IVA porteño y bonaerense.

Estos mismos gobernadores están siendo fuertemente cuestionados electoralmente en sus propias provincias.

No son pocos los que piensan que el massismo se formó en solo 40 días. Cuando su victoria ha sido producto, entre otras causas, de un apresto de asalto general y final pergeñado por Nestor Kirchner al pretendido Club de Gobernadores, el que sería protagonizado por jóvenes intendentes con alta electorabilidad que pasaban a jugar a las ligas mayores provinciales. Kirchner se murió antes y dejó liberado un monstruo: los intendentes de distritos con autonomía financiera respecto de su gobierno provincial que ahora concientes de su fuerza y posibilidades van a salir a disputar poder.

En las mesas de café del massismo bloguero se discute intensamente si existe o no esta Liga de Gobernadores, como grupo uniforme, como partido estructurado del orden, que asegura la gobernabilidad o si son un par de centrales sindicales de mandatarios provinciales con más necesidad que poder de fuego y con intereses las más de las veces contrapuestos, que solo pueden coordinar acciones preventivas cuando ven peligrar las famélicas finanzas del territorio que administran. Para descular esto tenemos que ir un poco hacia atrás.

El complejo agroexportador sojero cambió la economía argentina y produjo consecuencias insospechadas que conmovieron al sistema político, cuyas primeras replicas vamos a empezar a ver a partir de este turno electoral 2015, veremos con que suerte por ser inaugural de una etapa, pero que – como todo futuro – tiende a imponerse en el tiempo.

Geografia económica,  economía política y geopolítica presionan para hacer posible esta realidad, el futuro llega para quedarse aunque se toma su tiempo en acomodar sus bártulos.

La importancia de la zonas centro y pampeana (“República Unida de la Soja”) como motor de la nueva economía argentina, genera la reedición de la vieja disputa porteños vs provincianos remozada ahora como «interior vs zona núcleo» y de allí, presumiblemente, saldrán las ofertas electorales con posibilidades para 2015. Eso si pueden amalgamarse los intereses en un equilibrio inestable entre – en clave hidrológica –  las cuencas del Carcañará y la de los ejes Riachuelo+Matanza & Reconquista+Lujan. En buen romance: 60.000 millones de dolares que salen del pais por año deberán quedar dentro de nuestras fronteras en mas de un 75%  como inversión productiva genuina con seguridad jurídica  garantizada por un gobierno creíble y confiable para que cierre el acuerdo o perdemos todo y todos«. (Aquí Omar enlaza esta noticia: Junto a Mestre y Buzzi, Massa volvió a respaldar al sector rural).

Y sigue: “Por último tiro otras pistas que puede ayudar a comprender mejor que es lo que digo cuando digo que Massa construye la montura que le permitirá cabalgar el futuro y por eso es el futuro.

Las tradiciones peronista y radical siguen siendo las mas fuertes aunque en el presente (NK lo hizo) no son frontera inexpugnable y hay que animarse a saltar las vallas que imponen. No hay que pensar que en el futuro próximo una formula presidencial votada por el peronismo o el radicalismo o por buena parte de ambas tradiciones tenga que tener dos peronistas a la cabeza o dos radicales o que el primero deba ser peronista o radical o no peronista. La diversidad de aquí en adelante garpa y por sí sola la mixtura excluye las tendencias que nos llevan al sectarismo.

Otra cuestión es lo que se ha dado a llamar giro municipalista pero visto con la amplitud que le imprime el massismo, así que no hay que desestimar que esa mujer o ese hombre que quiera ascender desde un municipio o desde una región subprovincial a la formula presidencial en cualquiera de sus términos sea Fein, Mestre, Omar Perotti, Martin Soria, Domingo Amaya, María Eugenia Bielsa, …»

Como ven, hay muuucha tela para cortar aquí. Solamente para poner la pelota en movimiento, ahora voy a comentar por separado algunos puntos:

Ante todo, que el kirchnerismo es un avatar del peronismo y que no tiene futuro si se desencarna de él, estoy totalmente de acuerdo. Es más, pienso que puedo reclamar derecho de autor de la expresión, inspirada más en el hinduísmo que en la película de James Cameron.

Ahora, decir que Néstor fue un conductor y que Cristina no lo es, me parece por lo menos discutible. Puedo creer que a la Presidente le falta quien cumpla la función de operador político con la capacidad que lo hacía N.K., pero eso no es lo mismo que conducción política.

De todos modos, la parte más arriesgada de este pensamiento – porque el enfrentamiento con CFK ya está – es el cuestionamiento, la desvalorización de los gobernadores. Es cierto que hoy son uno de los apoyos más importantes que podría tener una eventual candidatura de Scioli ¿Es prudente romper, aunque sea verbalmente, los puentes?

Hay que recordar que N.K. fue, en sus tiempos, miembro destacado del Club de los Gobernadores; claro, cuando llegó a Presidente, por eso mismo hizo lo posible por desactivarlo. Y, por un tiempo, lo logró. Pero eso se puede hacer desde el manejo del Poder Ejecutivo nacional, cuando hay muchos recursos. Antes… es un poco absurdo. No se puede llegar a la presidencia solamente con la Provincia de Buenos Aires; se necesitan, al menos, alianzas con una parte sustancial del resto.

Se me ocurre que aquí aparece el trasfondo profundo del pensamiento. La desvalorización no es de los gobernadores como tales; es de las provincias fuera de la «zona núcleo», de la que llama con un toque lucascarrasquiano «República Unida de la Soja». Es de «la liga de territoriales menesterosos de la coparticipación de los fondos saqueados en la zona núcleo y el IVA porteño y bonaerense«.

En este texto, Omar visualiza que el boom exportador sojero, en especial, ha cambiado definitivamente la estructura económica argentina y, por ende, la superestructura política tarde o temprano deberá reflejarlo. En ese sentido, Massa es el futuro.

Hmmm… Hay algo en eso. Uno no tiene que creer todo lo que dice Héctor Huergo para apreciar que hay una nueva clase de productores rurales (más sus anexos profesionales y rentistas) que es, seguramente, el sector más dinámico del empresariado argentino. Recuerdo que en 2008 compartí las especulaciones sobre el surgimiento de un «vandorismo agrario».

Pero, aunque los ruralistas accedieron a los cargos políticos, no apareció nadie con la envergadura de un Vandor. Más importante, no surgió de ellos ninguna propuesta para el conjunto de la sociedad; se limitaron a defender sus intereses. Todo bien con eso, claro. Pero no alcanza para un proyecto político. Pregúntenle a Moyano.

Me pregunto ¿Sergio Massa está dispuesto realmente a ser el político que trate de construir la expresión política de esa realidad socioeconómica? Dejemos de lado el discurso ¿es un proyecto inteligente? ¿O se limitaría a ser la Democracia Progresista del siglo XXI? Mi impresión es que el peronismo, con sus muchos avatares, o el radicalismo histórico, que contenía a Irigoyen, pero también a Alvear, a Cantoni y a Sabattini, hasta el roquismo de la original Liga de Gobernadores, marcan la clase de proyectos políticos que van con la vital y diversa Argentina que somos.