Cambiando de canal: Scioli y Sabbatella, juntos en Morón

(Sabbatella mira de costado a Scioli, mientras tararea «Yo sé que un día vendrán caras extrañas Con su limosna de alivio a mi tormento…»)

Este blog no se especializa en los detalles de la interna bonaerense, pero me siento obligado a subir esta noticia. Y lo lamento por mis amigos Artemio, Manolo, Omix y hasta el marplatense Guido, peronistas de paladares distintos pero todos bien negros. Que como tales han luchado para defender la autenticidad de sus diferentes concepciones del peronismo, pero… la donne e mobile, y la política argentina aún más.

Atención, debo aclarar que no veo aquí una maniobra estratégica, en absoluto. La visita del compañero gobernador al municipio que gobierna Lucas Ghi es un episodio más de la intensa campaña electoral que se despliega hasta el 27 de octubre. Y es una contorsión menos forzada y más lógica que, por ejemplo, esta tapa de ayer del fiel vocero de la centro izquierda K, Página 12.

Las especulaciones, esperanzadas o aterradas, sobre una supuesta elección de Scioli como «delfín» por parte de la Presidente me parecen apresuradas e ingenuas. En dos años pueden pasar muchas cosas en Argentina, y pasarán. Y en apenas dos meses, los resultados de esas elecciones legislativas van a pesar en las posibilidades de él y de otros aspirantes. Todo lo que hagan la Presidente, el gobernador – y también Sergio Massa – en estas semanas estará pensado, al menos en parte, con vistas a ese hecho. Y lo bien que hacen.

Al mismo tiempo, esa simple maniobra táctica – la visita de Scioli a Morón, con la presencia del jefe político de ese municipio, Sabbatella – indica la lectura de una realidad que no aparece transitoria: el Frente para la Victoria requiere los votos del centro izquierda no peronista para mejorar su chance electoral. De la misma forma que el Frente Renovador requiere los votos del populismo de derecha, el «espacio PRO».

Puede ser, seguramente es, como insisten con argumentos diferentes Artemio López y Manuel Barge, que los votantes peronistas son más, y más firmes en su compromiso. Pero sólo un ideólogo rechazaría un paquete importante de votos por dudar de su coherencia, y esa es una tribu que no abunda en los políticos del peronismo. Si ya el General decía que en estos tiempos, hablar de ideología es hablar en fenicio…

(Hablando de hombres prácticos, se me ocurre que esa tapa de Página 12, como el notorio cambio de actitud del aparato comunicacional del oficialismo hacia Scioli, no nace de un súbito enamoramiento de un discurso conciliador y optimista. El FpV lo necesita en esta campaña. Pero además, deben estar pensando que, si no encuentran nada mejor, es preferible a Massa…).

Me parece que vale la pena señalar que hay otra cara, opuesta, de la necesidad electoral. Artemio, que está evaluando la eficacia de los intendentes en el trabajo electoral, publicó este bonito cuadro sobre la diferencia entre los votos del oficialismo entre estas Primarias Abiertas y la otra elección razonablemente comparable, la legislativa del 2009

No sorprendentemente, el único municipio del Gran Buenos Aires donde el FPV mejoró su desempeño fue en Lomas de Zamora (mi vecino, el candidato). Y en Berazategui, del ínclito Mussi, fue donde disminuyó sus votos en menor proporción. Pero donde se vino más abajo, en relación al año de la derrota, 2009… no fue en Malvinas Argentinas, ni en Tigre. Fue en Morón.

Ahora, mi amigo Manolo sabrá perdonar la incredulidad de un porteño hereje, que no tiene fe en los punteros del conurbano. Pero yo siempre dudé de que el «aparato» de los intendentes, necesario como es, fuera decisivo. Mi impresión es que el votante de Sabbatella, progre y todo, no se identifica con el discurso kirchnerista, que ha estado dirigido en estos meses a su militancia. Tal vez el discurso de Scioli, un porteño del Abasto – que además se parece bastante al discurso de Massa – resulte más eficaz. Si es así, será otro fenómeno de lo que llamé el «cambio de canal».