A la conquista del indeciso

Scioli, Massa, Uribarri, Urtubey

En el formato de un debate en la blogosfera, ya hice mi evaluación, a la fecha, sobre la competencia electoral en la Provincia de Buenos Aires. Pero hoy el lúcido Marcelo Falak, colega bloguero, además, publica en Ámbito una pieza donde, desde percepciones parecidas a las mías, enfoca el panorama que se abre hasta Octubre del 2015. La pelea por el premio mayor.

Es un poco largo, pero me parece imprescindible para encarar el tema desde una mirada realista, como lo tienen que hacer los políticos que quieren ganar. Quizás da más peso a algunas opiniones de lo que haría yo, pero las presenta todas. Le hago un cambio de título – «los ni-ni» tiene otro, lamentable sentido – y una sola observación: me parece válida la imagen – que tomo para encabezar este posteo – de esos conquistadores que se lanzan a la difícil empresa, pero recuerdo las escépticas palabras del Eclesiastés: «… no es de los ligeros la carrera, ni de los valientes la batalla;… sino que el tiempo y la suerte les ganan a todos«.

LOS CONQUISTADORES DEL VOTO INDECISO

Marcelo Falak

La largamente anunciada irrupción de Sergio Massa sobre el cierre de las listas para las primarias del próximo domingo 11 puso de manifiesto mucho más que la aparición de un candidato con amplias expectativas de pelear la victoria en las próximas elecciones e, inclusive, dar un salto aún mayor en 2015 . Expone un dato que excede su propia figura y su proyección personal: la aparición de un nuevo sector del electorado, centrista y esquivo a los encasillamientos excluyentes de los últimos años, que giraron obsesiva y abusivamente en torno al clivaje kirchnerismo-antikirchnerismo. Pero ¿esta «tercera posición» define un segmento con posibilidades de ser mayoría dentro de dos años, cuando se estará jugando la sucesión de Cristina de Kirchner y, con ello, el rostro futuro de la política nacional? ¿Cabe pensar a esta altura que el próximo presidente no será ni K puro ni anti-K, tal como nos habíamos acostumbrado a pensar?

«Creo que sí, que ésa es la línea que viene en 2015, la de valorizar lo que se hizo bien y cambiar lo que no se ve como positivo», responde, convencido, Fabián Perechodnik, director de Poliarquía.

Al menos en la provincia de Buenos Aires, el premio mayor de cualquier elección por concentrar casi el 40% del padrón nacional, las encuestas conocidas hasta hoy comprueban la existencia de esa porción del electorado. Según la primera de Poliarquía, completada el 5 de julio, el intendente de Tigre obtenía una intención de voto del 33,7%; según la última conocida, finalizada el 26 de julio y también publicada en el diario La Nación, lograba un 32,5%.

La leve declinación de Massa no alcanzaría para hablar de una tendencia y, por el contrario, la postulación parece sostenerse en torno a un tercio del electorado. Sin embargo, hay que destacar el ascenso del cada vez más instalado Martín Insaurralde, hombre de Lomas de Zamora y cabeza de lista del Frente para la Victoria, que pasó en el período del 22,8% al 27,4%, y que en estas horas ya se acerca, al menos, a una situación de empate técnico en algunos distritos importantes del conurbano. Ascenso, hasta lo que se conoce, que se explica sobre todo en el recorte del ítem «indecisos», que cayó del 13,1% al 9,9%.

Rosendo Fraga, director del Centro de Estudios Unión para la Nueva Mayoría, explica que «la sociedad se divide tradicionalmente en tres tercios. Uno está con el Gobierno y siempre lo estará, en este caso el kirchnerismo. Otro nunca lo va a votar, aún en el mejor momento del mismo. El tercer tercio es el fluctuante, que puede votar o no a un Gobierno. En 2009 votó a la oposición, en 2011 en su mayoría retornó al oficialismo y en 2013, se va alejando del mismo. Como ejemplo, la Presidente en su reelección obtuvo el 56% en la provincia de Buenos Aires y su lista de candidatos a diputados nacionales encabezada por Insaurralde hoy tiene la mitad. Esos 28 puntos que votaron por Cristina y que ahora no votan al oficialismo son la base sobre la cual Massa intenta generar su posición intermedia».

Si éste propone mantener «lo bueno» que hizo el kirchnerismo desde 2003, corregir «lo malo» y completar lo inconcluso, hay que considerar su candidatura fuera de las categorías de oficialismo y oposición, con las que políticos y analistas han atormentado a los no embanderados en los últimos años. Intenta encarnar un poskirchnerismo que salta así al centro de la escena como opción con posibilidades de triunfo no ya en las legislativas de este año sino en las presidenciales de 2015.

Artemio López, director de Consultora Equis y hombre cercano al Gobierno nacional, discrepa y, al calor de un tramo clave de la campaña, le baja el precio a la figura de Massa. «Lo de Massa no es poskirchnerismo, es duhaldismo 2.0, duhaldismo con laptop. No es más que política bonaerense sin despliegue nacional. Lo que ocurre es que toda la oposición va a funcionar así, a partir de un reconocimiento similar al que hizo Henrique Capriles en Venezuela, que dejó de estigmatizar al chavismo y comenzó a reconocerle sus logros. Ocurre que para oponerse con eficacia a una experiencia política de diez años como ésta hay que tomar nota del piso de integración social que logró y del despliegue al que dio lugar en materia de derechos humanos, entre otras cuestiones. Quien discuta eso se va a quedar en el margen, así que toda la oposición se encamina a ese discurso».

Si la figura concreta del tigrense es capaz de convocar en grande es otra cuestión, que él mismo deberá resolver, para empezar, superando cierto carácter liviano de su discurso. En todo caso, lo que se constata es la aparición de un espacio del que no se tenía registro.

De hecho, hay otros nombres que también podrían interpretarlo en el futuro. El gobernador Daniel Scioli, el salteño Juan Manuel Urtubey o, más dentro de la ortodoxia K, el entrerriano Sergio Urribarri son, entre otros, los nombres que, vistos desde hoy, podrían realizar en 2015 una apelación amplia tanto a los convencidos del «proyecto nacional y popular» como a quienes lo han votado pragmáticamente en diferentes momentos pero que últimamente comienzan a percibir sus síntomas de agotamiento, sobre todo en temas como inflación y seguridad. Con Cristina de Kirchner desplazada del primer plano por el impedimento constitucional (¿y por voluntad propia, acaso?), sin el insustancial fantasma de la re-reelección de por medio, cualquier heredero, oficial u oficioso, deberá cobrar un perfil propio que le brinde la posibilidad de hablar de precios, del INDEC, del dólar, de la inseguridad y de tantas otras cosas que el discurso K ha preferido callar en estos años, para muchos de modo irritante.

«La sociedad cambia y, en consecuencia, lo que puede definir la elección dentro de veintiocho meses puede ser distinto a lo que definió la de 2011 y la que lo hará en 2013. La cuestión es que el peronismo amplía cada vez más su capacidad de representar a sectores más diversos y contradictorios. Así ha sido en las últimas tres elecciones presidenciales y así lo es hoy en la decisiva provincia de Buenos Aires. El peronismo es la vía más eficaz en la política argentina para crear coaliciones electorales amplias. Por eso no es casual que hoy dos figuras que están en el peronismo como Scioli y Massa son las que aparezcan con más posibilidades de suceder al propio peronismo en su versión kirchnerista. Además, Insaurralde trata de parecerse cada vez más a ellos», continúa Fraga.

Perechodnik suma a Mauricio Mari a la movida. «Massa, Scioli o Macri, cualquiera de ellos puede expresar esa tendencia (poskirchnerista), aunque cada uno con sus particularidades», indica. ¿Macri, un poskirchnerista, alguien que rescata cosas positivas de esta era política? ¿No es un opositor mucho más frontal?, le pregunto. «Yo creo que sí, que Massa se integra a un espacio que ya contaba a Scioli y a Macri con ese perfil. Hay un dato común: cuando uno mira el estilo de los discursos, los spots y la forma de comunicarse con el electorado, hay un patrón común entre los tres de búsqueda de un camino por el medio, de no ir a los extremos, con una comunicación directa y fácil. Macri ha tenido cosas puntuales fuertes con el Gobierno, pero no como Francisco de Narváez, que es la oposición constante. Sin embargo, si bien Macri trata de no transitar la no agresión, Massa es el único que hoy se presenta como el poskirchnerismo, como una alternativa que supere esto, ni a favor ni en contra».

Hay al respecto un dato que resulta elocuente sobre el modo en que la aparición de Massa, o, mejor, del poskirchnerismo, ha corrido el eje del debate político. El jefe de Gobierno porteño no sólo sumó figuras a la lista del tigrense sino que también puja porque éste reconozca ese acuerdo. El propio Macri y voceros oficiosos, como su jefe de Gabinete, Horacio Rodríguez Larreta han dado a entender o, directamente, afirmado que, de votar en provincia, lo harían por Massa, lo que fue rechazado por aliados de aquél, como Darío Giustozzi, temeroso de recibir el abrazo del oso.

Resulta curioso ver cómo Macri termina plegándose a una propuesta electoral que, antes que nada, comienza por reconocer «lo bueno» que se ha hecho en estos años: derechos humanos, inclusión jubilatoria, asignación universal por hijo (AUH), según la lista del propio Massa. Se trata de una derivación extraña para un espacio como el PRO que históricamente ha mostrado, cuanto menos, desinterés por la primera de esas banderas y que siempre abjuró de la estatización de los fondos jubilatorios, medida madre tanto de la moratoria que permitió llevar a más del 95% la cantidad de adultos mayores que perciben una pensión (el mejor índice de América Latina) y, a la vez, financiar la AUH. Sin dudas, esto señala por el momento una debilidad relativa del PRO, un partido que no ha logrado, en términos generales, superar su carácter distrital, algo que aspira comenzar a modificar en octubre. Pero también revela la forma en la que comienza a percibirse el modo de romper el techo electoral que la oposición, con su discurso habitual, frontalmente refractario a todo lo que huela a kirchnerismo, ha encontrado repetidamente en cada cita en la urnas.

Pero, claro, no todo es fácil para Massa, el hombre que hoy pretende encarnar el espacio poskirchnerista, mientras otros aspirantes peronistas deciden seguir por ahora como aliados de la Casa Rosada desde sus particularidades regionales. El ubicarse en una «tercera posición» lo obliga a un equilibrio difícil, toda vez que un crecimiento de los rivales que buscar erosionarlo tanto «por izquierda» como «por derecha» lo obliga a contorsiones retóricas que, por momentos, lo hacen parecer más oficialista o más opositor. Realizar esas maniobras, y a la vez, no perder las voluntades que se van juntando requiere una sintonía fina para la que, hasta octubre (una eternidad), deberá demostrar dotes poco frecuentes.

«La política es dinámica y la campaña está obligando a Massa a buscar la polarización del voto opositor y a endurecer su postura frente al Gobierno. En cambio, Scioli es quien ahora parece haber girado hacia una posición intermedia. Se alinea con el oficialismo, pero marca su estilo personal», define Rosendo Fraga.

En este punto, Perechodnik encuentra una posible debilidad del líder del Frente Renovador bonaerense. «Su último spot es claramente opositor. Pasó de hablar de la buena onda a decir ‘me saco el saco y vamos a pelear’. No sé si seguirá en esa línea, me parece un cambio muy abrupto, hay que explicar ese tránsito. ‘¿Qué le pasa a este chico?’, podría preguntarse alguien que pensaba votarlo. Igual, en términos de conveniencia, creo que debe buscar votos en el electorado opositor, porque Insaurralde le viene descontando puntos y todavía se encuentra por debajo del techo del oficialismo».

Liderazgos aparte, lo que el poskirchnerismo así entendido acepta es que es muy difícil nuclear una mayoría ganadora sin incorporar a sectores que han votado en los últimos años al oficialismo, los que, sumados, alcanzaron a un 55% en octubre de 2011. ¿Cómo puede ser vencedora una propuesta electoral si da la espalda, de un solo golpe, a los 2,5 millones de nuevos jubilados, a las familias que perciben los 3,5 millones de asignaciones por hijo, a los trabajadores de cooperativas que funcionan con subsidios oficiales, a quienes valoran la distribución de netbooks en las escuelas, a quienes lograron en los últimos años conseguir empleo y recomponer sus ingresos, y a quienes, aun sin beneficiarse directamente de esas políticas, las ven con simpatía desde lo ideológico? Difícil si se los pretende convencer de que todo lo hecho ha sido un desastre y no se admite la existencia en el país de un sentido común nuevo y fuertemente atravesado por la etapa de Néstor y Cristina de Kirchner.

«Hay un nuevo sentido común en el país, sin dudas», reflexiona Artemio López. «El kirchnerismo fue el sector que se hizo cargo con mayor eficacia de la crisis del neoliberalismo de 2001. Por un lado transformó el sentido común de los argentinos, pero por otro, se nutrió de una visión comunitaria nueva en diversas áreas, desde la necesidad de una mayor intervención del Estado hasta una política más enfática en la integración regional. No hay que olvidar que una parte de la sociedad prestó oídos en los 90 a un proyecto que planteaba las relaciones carnales, las que colocaban al país como furgón de cola de los Estados Unidos».

«Sí, creo que la impronta del kirchnerismo que va a quedar es ésa», coincide Perechodnik. «Hay olas. Si los 90 fueron la era de las privatizaciones y el antiestatismo, desde 2002 y 2003 en adelante, con la crisis de 2001 y 2002 de por medio, el kirchnerismo interpretó un sentir de la sociedad y lo puso en políticas públicas. Ahora, si bien solucionaron problemas de la década anterior, crearon otros nuevos con políticas no tan bien aplicadas, por más que fueran en el sentido general que la gente deseaba», agrega.

El poskirchnerismo apela entonces a un electorado que privilegia ante todo su realidad material; ¿quién podría criticarlo por eso? Un electorado que ha percibido mejoras, pero que, por otro lado, sigue padeciendo las pésimas condiciones del transporte y una inseguridad que es más que una sensación, cosa que ya nadie se anima a sostener. Un electorado, en definitiva, que percibe que la cuestión de los juicios por las violaciones a los derechos humanos ha sido saldada (en buena medida) por los tribunales y por la biología, por lo que seguir discutiéndola no le aporta nada. Un electorado, en suma, al que la pelea por «el relato», por la ley de medios audiovisuales y contra el grupo Clarín le dice todavía menos; es más, lo cansa, sobre todo cuando la discusión también está a punto de ser zanjada definitivamente por la Corte Suprema. Un sector poskirchnerista.

«La gente no quiere oponerse a todo. Hoy, a nivel nacional, el kirchnerismo sigue teniendo un 40% de apoyo, que si bien no es lo que era, sigue siendo una cifra considerable. La oposición ha tratado de demoler su imagen, pero ha tenido muy poco éxito. Massa, por ser una especie de novedad política, es hoy la figura de mayor proyección en ese espacio poskirchnerista», indica el director de Poliarquía.

Pero vayamos a los números. Más allá de la naturaleza diferente de los comicios que se comparan, veinte puntos porcentuales que marcan los extremos del voto K: el mencionado guarismo de la presidencial de 2011 y el 35% de la legislativa 2009, el fatídico año de las candidaturas testimoniales, la crisis internacional y las secuelas de la pelea con el sector rural. Ese electorado fluctuante, el que ha decidido cada elección de 2005 a esta parte, es el terreno más fértil para cualquier candidato que se defina como poskirchnerista, un botín considerable en una política doméstica fragmentada y con partidos líquidos, en la que contar con un cuarto o un tercio del electorado se parece bastante a una proeza. A eso, se puede contar en el futuro mediato con sumar parte del voto kirchnerista de paladar negro y un sector opositor menos recalcitrante o más pragmático, en clave de partido «catch all», lo único que históricamente ha dado buenos resultados en una sociedad argentina, con una estructura de clase débil, rasgo acentuado por la desindustrialización que fue de 1976 a fines de los 90. He ahí el cálculo.

Cabe conjeturar que la oposición más recalcitrante, al final del camino (si es que en política eso existe), habrá contribuido a poner coto a la era K pero que no será la que coseche los beneficios. En efecto, la denuncia (muchas veces precisa, tantas otras exagerada) de los excesos institucionales de la Casa Rosada, de los mecanismos de corrupción que han persistido, de las deficiencias de la gestión, de los problemas que se han subestimado, entre otros males, contribuirá a la sensación de un final de época, a la necesidad de un proceso nuevo, superador. La cuestión es quién lo encarnará.

Por supuesto que todo depende de cómo llegue Cristina de Kirchner a 2015, lo que, a su vez, será subsidiario, en parte de cuáles sean las condiciones de gobernabilidad que tenga hasta entonces.Esto es qué cosecha legislativa obtendrá en octubre y cuánto de ella retendrá si ese «gigante invertebrado» que es el peronismo comienza a otear que sus oportunidades están más lejos del redil oficial. Y además, acaso en primer orden de importancia, hasta qué punto lo que hoy forma parte de un nuevo sentido común que considera logros que es deseable mantener, fundados en niveles de gasto público históricamente elevados, no se desmigaja de la mano de una macroeconomía que cada vez hace más ruido.

Los diez años que lleva en el poder el kirchnerismo son todo un récord en la política argentina moderna. Ni el primer Perón (1946-1955) pudo superar ese listón. Tampoco Carlos Menem (1989-1999) ni ningún régimen militar. El poder desgasta, por más que Giulio Andreotti haya sostenido (bastante antes de su caída en desgracia) que la máxima sólo se aplica a quien no lo detenta.

«En 2015, el kirchnerismo habrá estado en el Gobierno doce años y medio, y en democracia la sociedad suele votar un cambio después de un período tan largo. En cuanto a la economía, el ciclo tan favorable a las materias primas de América Latina de la primera década del siglo no parece continuar con la misma intensidad en la segunda década y ello también juega a favor de un cambio», señala Fraga .

¿Pero cuáles son las causas puntuales de esa fatiga de un sector social, el que nos ocupa y puede definir el futuro político del país? Este analista explica que «una de las causas del malestar de los sectores medios fluctuantes con el kirchnerismo es que en la versión cristinista se identifica cada vez más con el modelo venezolano. El tercio intermedio, que cambia y por eso define las elecciones, está en el centro y no se identifica con dicho modelo. Tampoco con un modelo de centroderecha».

Evidentemente, ese sentido común fraguado en la última década se vería horadado si la inflación se siguiera empinando, lo que erosionaría el poder de compra de los salarios y de las ayudas sociales, el tipo de cambio y la competitividad de la producción local. Y, claro, aunque el ojo popular lo perciba como algo más mediato, si se acentúa el «cepo cambiario» y su contracara impiadosa, la sangría de reservas internacionales, con el consiguiente peligro de una devaluación brusca que golpee a los sectores menos pudientes, los mismos que en buena medida valoran aquel legado. En ese caso, la herencia tendría menos de «kirchnerismo» y más de «pos», para beneficio de quienes hayan mantenido su discurso bien lejos de las playas oficiales. Pero esa película, apasionante, todavía está por verse.

25 Responses to A la conquista del indeciso

  1. manolo dice:

    Abel

    ¿Es muy arrogante, de mi parte, decir “modestamente” como Victorio Gassman?

    Abrazo

  2. Carlos G. dice:

    Leido a las corridas en el horario de almuerzo subrayo una pocas cosas que me parecen significativas:

    «…responde, convencido, Fabián Perechodnik, director de Poliarquía.»
    «Rosendo Fraga, director del Centro de Estudios Unión para la Nueva Mayoría, explica…»
    «Artemio López, director de Consultora Equis y hombre cercano al Gobierno nacional, discrepa…»
    «Pero, claro, no todo es fácil para Massa…»
    «Sin embargo, si bien Macri trata de no transitar la no agresión,…»
    «Si éste(Massa) propone mantener “lo bueno” que hizo el kirchnerismo desde 2003, corregir “lo malo” y completar lo inconcluso, hay que considerar su candidatura fuera de las categorías de oficialismo y oposición, con las que políticos y analistas han atormentado a los no embanderados en los últimos años»

    Como se dice habitualmente: Se nota mucho…(me parece)

  3. manolo dice:

    señala Fraga

    Tampoco con un modelo de centroderecha

  4. Silenoz dice:

    Se podrá pensar que tocar todas las aristas imaginables es un buen recurso para no pifiar..
    El tema es que siempre manejamos una versión simplificada de la realidad

  5. Voces dice:

    Disculpe Abel, pero me parece que el artículo de Falak confunde las propuestas y dichos de candidatos en campaña electoral, con la realidad.
    En el análisis de la realidad el artículo es francamente opositor.

    La frase “mantener lo bueno y cambiar lo malo”, no es nada más que una frase de campaña. Primero habría que definir que es lo bueno y por qué, y que es lo malo y por qué.

    Tampoco tiene en cuenta, me parece, que los grandes logros del Kirchnerismo, son producto de una clara visión ideológica sobre la realidad y una gran construcción de poder (necesaria para cambiar la realidad), centrada en la movilización popular, atributos que ninguno de los candidatos que se mencionan parecieran en condiciones de poseer.

    Si las mayorías deciden con su voto que están cansadas de “la confrontación” y votan candidatos “aire y sol y todos tomados de la mano”, eso sólo indicaría una derrota en la batalla por el relato. Con ese tipo de métodos de gobierno, “todo lo bueno” se convertirá en recuerdo rápidamente y “todo lo malo” se hará presente rápido.

    Creo que en el mundo actual, si un gobierno no confronta le pasa lo que al remero que no rema, se lo lleva la corriente.

  6. Rogenio dice:

    Algunas personas confunden «la rosca» con «la gente». Los temas que pesan son, a mi entender, la inflación, corrupción (incluyendo la idea de un estado-pais al servicio del oficialísmo), grandes batallas perdidas (mostrándolo débil o confundido) mas las nuevos reclamos de una clase media emergente. Entran en juego ahora impuestos, alquileres,trabajo en blanco, etc. Llevandolo al futbol, ja, me sacaste del descenso ahora queremos el campeonato, llamalo a Ramón.

  7. Capitán Yáñez dice:

    Esto está escrito antes de Massiles sacándose el saco y arremangándose para pelear y dándole la bienvenida a Amadeo… ¿no?.
    ¿O Amadeo también es «poskirchnerista»?

  8. Carlos G. dice:

    A «mantener lo «bueno» y corregir lo «malo»» se agrega «completar lo inconcluso» que vendría a ser, supongo, un subconjunto de «lo bueno» ya que, de lo contrario no se debería completar…
    Esta concepción está cerca, en mi opinión, de un totalitarismo donde todos estamos de acuerdo en qué es lo bueno y qué es lo malo como valores aplicados a una visión única del mundo.
    Extraña postura ésta para los discurseadores (de Narváez dixit) del amor, la concordancia y las buenas ondas.

  9. Norberto dice:

    No haría falta confirmar lo que dice Voces, porque el aure general de la editora deÁmbito es en general opositora, y si digo en general, aunque Ud Big Chief la supone criptoK, porque así como la Corneta ha optado por su representante +s.a., M. Falak, Pablo Ibañez, Ignacio Zuleta o Burgüeño a veces son benevolentes con los K debido a su alineamiento con DOS, pero quiero poner por delante como confirma Perechodnik los datos que muy al descuido y para quienes están atentos tira Artemio.
    «“La gente no quiere oponerse a todo. Hoy, a nivel nacional, el kirchnerismo sigue teniendo un 40% de apoyo, que si bien no es lo que era, sigue siendo una cifra considerable. La oposición ha tratado de demoler su imagen, pero ha tenido muy poco éxito. Massa, por ser una especie de novedad política, es hoy la figura de mayor proyección en ese espacio poskirchnerista”, indica el director de Poliarquía.»
    Esto significa de alguna manera que daría por tierra con las ilusiones del pato rengo que preanuncia Fraga, dado que supera a nivel nacional en mas de un 20% la elección del 2009, y no es inocente donde coloca Falak esta conclusión de Fraga, lo hace decir aquello que a él le gustaría y que no se atreve porque ademas esto significa enterrar las aspiraciones de DOS.
    En síntesis, lo mas rescatable, las coincidencias entre Perechodnik y Artemio a nivel nacional, que hacen ver con mayor respeto los dichos de este último referentes a la PBA.
    Nosotros somos Ella, abrazos

  10. peter de A dice:

    Parece q el articulo no dejó satisfecho a nadie. Y creo q lo que más queda de su lectura es su caracter de relato, pero mas q nada porque se trata de un relato que no aparece entre los habituales del sentido comun, por eso es una evidente «expresion de deseos».

    La teoria de los tres tercios no se apoya en nada mas q presupuestos. Y seria bueno q se aclare mejor sobre el tema del post-kirchnerismo se habla, que lleva ya varios años y ha desplegado muy diversos matices ya

  11. Norberto dice:

    Y hablando de encuestas, acá ya hay una que abre el paraguas

    Nosotros somos Ella, abrazos

  12. oti dice:

    Para mi, el único interrogante relevante para entender las próximas elecciones y no caer en el sobredimensionamiento de las mismas, es si el electorado (cualesquiera sean los tercios de que hablan los encuestólogos) quiere decidir sobre (1) el rumbo que lleva el país o si quiere decidir (2) sólo sobre candidatos que, en su consideración, se desempeñen mejor o peor que los que propone el gobierno.

    Porque, si se trata de esto último, el 2015 será definido por CFK (con o sin re re), ya que, en el contraste, nadie es mejor que ella. Los potenciales candidatos a presidente dan pena al lado de ella.

    Ahora, si se trata de lo 1º ahí sí que estas elecciones que se vienen ahora van a ser importantes para el 2015.

    Yo confío, por cómo está el mundo (inconcientemente los pueblos saben lo que pasa afuera por más que no lean los diarios o en idioma inglés), que una mayoría de ese tercio -que los encuestólogos dicen que decide el resultado- se da cuenta de que no se puede cambiar el rumbo en medio de una situación global así.

    En consecuencia, si tal es el caso, la mayoría del tercio que define preferirá seguir apostando a CFK o al que ella avale oportunamente, porque es la que más calificada está, relativamente, para seguir insistiendo en el rumbo ya dado.

  13. CineBraille dice:

    Las referencias a Macri me causan gracia, son conceptos metidos con fórceps. Mauricio terminará de furgón de cola de Massa o volviendo a Socma.

  14. Ricardo dice:

    Me parece que un primer triunfo de +a es haber instalado, gracias al monumental instrumental multimediatico, que (supuestamente) va ganando en la PBA, o en el conurbano megavotante, debido al desconocimiento que tiene el candidato e CFK, Martin de Lomas de Zamora, Esto se vio reflejado en la cobertura de la nacion y clarin, que como sabemos sigue imponiendo la agenda de discusion (como sabiamente expresa habitualmente el oraculo mariano 151 grondona) replicada asombrosamente por algunos iconos importantes de la blog….y algunos encuestadores de «prestigio».
    Vamos a «ver» lo real cuando se cuenten los votos en la noche del 11 de agosto, esperemos no esperar con ansiedad los votos del 2do cordón como en el 83.
    Parafaseando a Norberto: nosotros (los comunes) somos Ella.

  15. «Hoy, a nivel nacional, el kirchnerismo sigue teniendo un 40% de apoyo, que si bien no es lo que era, sigue siendo una cifra considerable. indica el director de Poliarquía.» 1- Otro director d POliarkia es Tagliaferro (casado con Eugenia Vidal, cabeza d lista del FR en Moron x el PRO). 2- 40% en una legislativa es apoteotico: en 2005 a nivel nacional el FPV obtuvo el 35% y 32% en 2009. No nos acoplemos al relato del rejunte: no se debe comparar 2013 con 2011 x 2 razones: no es una eleccion presidencial (donde juega la viscera mas sensible: bolsillo) y Cristina no es candidata. Y dejemosno d joder con el fantasma Capriles del relato opositor: ya tuvimos a nuestro Capriles en 1999, D la Rua, en 2015 los candidatos opositores no se van a suicidar confluyendo TODOS en una nueva Alianza (estarian remandola toda la campaña contra el helicoptero d la fuga), y con un probable (a nivel nacional 2013) 40% FPV – 25% UCR-FAP y 25% (FR-PRO -asumiendo polarizacion a full en PBA con Ma$$ita en 50%) en 2013, cual d los 2 segundos espacio se baja en 2015?, kien asegura q en 2015 haya PASO (para q surja d hecho el posible Capriles?).

  16. Masat dice:

    Debería decir «Rosendo Fraga, director de sarasa, opositor al gobierno» mínimo ¿no?

  17. Masat dice:

    No soy especialista en sociología, pero camino la calle y veo algo del 2008, en lugar de «el campo somos todos» y los muchachos que bajaban de la hylux 4×4 con alpargatas, pantalón bombacha y camisa a cuadro sacando pecho,ahora veo operetas a cada rato, con Lanata, la sinergia negativa de la que habla el Cro. Manolo, pero ……, nos recuperamos de ese 2008 y recuperamos la iniciativa de la batalla cultural, que en 2009 a muchos los inmovilizó y los contuvo dentro del closet, ahora ya no, pero hay defensas ante el inevitable choque contra ese tipo «nervioso» que mira lanata, mimetizarse y hablar en el mismo tono que él o mantenerse en silencio, evitar rispideces, pero en los fueros mas íntimos se mantiene la convicción, ya no nos engañan, creo que hay mucho «voto vergonzante» y en la soledad del cuarto oscuro la gente hace un pequeño balance, sale del closet por un instante, elige, y luego vuelve a enmascararse y ser el mismo de ayer. Pienso que estamos mejor que lo que dicen los números, pero la batalla cultural no tiene cuartel.-

  18. Carlos G. dice:

    Ah! si, ahora resulta que lo primero que hace es reconocer «lo bueno» del gobierno…y después va a aplaudir el discurso del presidente de la sra…es lo que dije: se nota mucho.

  19. Rogelio dice:

    Estimado Abel:

    El factor externo a tomar en cuenta

    Quizás esté «fuera de tema» pero la imagen náutica de tu post tiene rasgos que evocan la cañonera de los acreedores que continúa acosando a varios países de Europa.
    Habida cuenta que la suerte de Europa contribuirá a configurar nuestro contexto estratégico futuro, es bueno ponerla en perspectiva como factor adicional a la hora de ponderar qué elegiremos en las próximas PASO y generales de octubre.

    ¿ No es acaso «el Pálido» el hombre de Bruselas ?

    Leemos en la edición de anteayer del británico «The Telegraph» la nota «Grecia debería desafiar a la cañonera de los acreedores».

    El artículo comenta un informe reciente del FMI sobre Grecia que en blanco sobre negro dice que la economía griega sigue en caída libre, que su PBI se ha contraído un 25% desde 2007 y que este año se espera una nueva caída del 5%.
    Con lo que, aunque Merkel no lo admita por ahora, tienen que prepararse para nuevos «rescates».

    Y concluye dando el tono de fondo de la cuestión y del contexto futuro:

    No se ha resuelto nada en absoluto, ya sea en Grecia o en Portugal, o en Chipre, o en España o en Italia.
    Tampoco habrá soluciones bajo la actual estructura política contractiva. No hay «Deus Ex Machina».
    Estas naciones permanecerán atrapadas en la depresión y el desempleo masivo hasta que tomen el asunto en sus propias manos, formando un cártel de deudores, frente a «la cañonera de los acreedores» y dicten desde una posición de fuerza el resultado.
    Pero primero tienen que defenestrar a sus propias elites acobardadas.

    Saludos

  20. Lucas dice:

    «“Hay un nuevo sentido común en el país, sin dudas”, reflexiona Artemio López. “El kirchnerismo fue el sector que se hizo cargo con mayor eficacia de la crisis del neoliberalismo de 2001. Por un lado transformó el sentido común de los argentinos, pero por otro, se nutrió de una visión comunitaria nueva en diversas áreas, desde la necesidad de una mayor intervención del Estado hasta una política más enfática en la integración regional.»
    Esta es la gran batalla cultural ganada por el populismo kirchnerista: en conjunto con buena parte de los intelectuales, la prensa y apelando a las ideas del argentino promedio, se ha construido la noción de que el 2001 fue culpa de la privatización de YPF y la apertura de la economía en lugar del colapso de un modelo macroeconómico -caja de conversión- que era insostenible en esas circunstancias (dólar internacionalmente fuerte, términos de intercambio por el piso, desconfianza hacia los mercados emergentes luego de sucesivas crisis, vencimientos de deuda amontonados, déficit fiscal)*
    El colapso hiperinflacionario del 89 le mostró a los argentino la verdadera cara del Estado peronista -ineficiente, corrupto, incapaz de financiarse mediante recursos genuinos- y generó el clima de opinión para que las reformas pro-mercado tuvieran consensos mínimos.
    El kirchnerismo ha siso muy exitoso al proponer ideas irracionales dentro del «sentido común» del ciudadano medio [1] Esta es la gran batalla que debemos librar y ganar quienes queremos instalar un nuevo sentido común en torno al republicanismo, la racionalidad económica mínima, la integración al mundo, etc. En otras palabras, necesitamos un Copérnico que les muestre a los argentinos los errores de Ptolomeo, a pesar de que el modelo ptolemaico parece ser exitoso.
    El triunfo de la línea «Aire y Sol» probablemente sea el primer paso para la difusión de las ideas copernicanas. En palabras de Jorge Ávila:
    «En vista de los antecedentes de los fotografiados (Delgado, Peirano, Redrado, De Mendiguren) y sus declaraciones, tenemos una idea del tipo de política económica que puede esperarse de Massa, al menos inicialmente, si llegara a la presidencia. Proteccionismo aunque sin bloqueos, estatismo aunque sin estatizaciones y un esfuerzo de reducción del déficit fiscal, la expansión monetaria y la inflación. En comparación con las reformas de Chile, Perú y México, es una lágrima. Ahora bien, en comparación con el kirchnerismo, no está nada mal.» [2]
    .

    * Comparar la caja de conversión argentina con la situación de Grecia o España. O leer a Paul Krugman .
    1- http://es.wikipedia.org/wiki/Ventana_Overton
    2- http://www.jorgeavilaopina.com/?p=458

  21. Abel B. dice:

    Lucas: Hasta que llegó el suyo, notaba una sobreabundancia en los comentarios de militancia K. Natural, a una semana de las primarias.
    Después de leer lo que escribió, yo me siento inclinado a decir «Cristina eterna». O, por lo menos, apostar por la perduración de las políticas económicas kirchneristas.
    Primitivas y coyunturales, tal vez. Pero no están basadas en una concepción tan… desubicada como las suyas.

    Ud. imagina un nuevo 1989, donde el colapso del Estado (no peronista; radical alfonsinista) «generó el clima de opinión para las reformas pro-mercado».
    Esas reformas fueron la versión local de un nuevo paradigma que se impuso en la mayor parte del mundo, desde la Inglaterra de Thatcher al Brasil de Cardoso y la España de Felipe González, pasando por la Rusia de Yeltsin.

    Y ahora ese paradigma está, a su vez, finalizando su ciclo. A menudo, en medio de crisis, cómo la que ahora azota a Europa. Nosotros fuimos precursores – sólo un poco después de los rusos – en 2001, gracias en parte, en nuestro caso, al colapso de la «caja de conversión». La Convertibilidad, que jugó para nosotros el rol que juega el Euro en la U.E.
    Es irónico que, en el plano de la economía global, las consecuencias finales del paradigma parece que van a ser lo que ayudó a crear «el clima de opinión» que le dió origen: un período de estanflación.

    Ahora, Lucas, tengo que decirle que, para considerar sus argumentos, debería ser más selectivo. Hayek y Milton Friedman proporcionan, al menos, estímulo intelectual.
    Citar a Jorge Ávila y a las profundas «reformas de Chile, Perú y México»… es patético.

    Saludos

  22. Norberto dice:

    Ademasde patético, Big Chief, al señor Avila lo debe haber leído en Braille, porque para no conocer la realidad tan desigual de esos pueblos se necesita ser o ciego o muy despiadado por no decir lo que sería un insulto a la pobre madre.
    Nosotros somos Ella, abrazos

  23. hector felix dice:

    Abel, algunas preguntas;, si Cristina no logra su re-re, ¿desaparece de la vida política? ¿su capacidad de acción política se reduce a cero?.,¿no va a jugar ningún papel en la designación de su sucesor? Llama la atención como se habla de su sucesión sin considerar su cuota propia de poder y su voluntad de pelea. El Cristinismo (separado del peronismo) es una parte importante del poder de la presidenta. y Eso no lo pueden manejar ni Massa ni De Narvaes,

  24. Abel B. dice:

    Estimado H.F., me carga con una responsabilidad muy grande: pregunta como si yo tuviera LA respuesta. Y el futuro siempre puede dar sorpresas.

    Lo que podemos saber es el presente y el pasado. Y ahí hay datos suficientes: Cristina ha formado parte fundamental de un proyecto político que ha durado 10 años, que ganó 3 mandatos presidenciales. Y, desde hace casi 3 años, maneja por sí sola la Presidencia y conduce la política del peronismo.
    Y una parte – que no podemos medir con exactitud, pero evidentemente es importante – de los votantes del FPV, que en la última elección presidencial sumaron el 54 %, se referencia en ella. Seguramente más que en cualquier otro dirigente, si tomamos en cuenta el espacio nacional.

    Por supuesto, nada es para siempre. Su poder político puede disminuir, y hasta desvanecerse. Pero sería muy idiota el dirigente político que no tuviese en cuenta su poder y su capacidad de iniciativa para los próximos dos años, y su influencia en la sucesión. Esto vale aún para los que quieren ocupar un espacio a partir de oponerse, como FDN, o de atacarla, como Carrió.

    Abrazo

  25. Lucas dice:

    Creo que ha habido un malentendido, probablemente natural entre quienes ven la realidad desde posturas tan opuestas. Veamos:

    «Ud. imagina un nuevo 1989, donde el colapso del Estado (no peronista; radical alfonsinista) “generó el clima de opinión para las reformas pro-mercado”.»
    – No imagino ni deseo un nuevo 1989. No creo posible un colapso económico ni tampoco veo a una sociedad harta del estatismo.
    – El radicalismo alfonsinista administraba el Estado peronista, ese cuyos cimientos fueron establecidos en los años 30 y se construyó a partir de 1946. El Estado planificador, empresario, paternalista y benefactor que tenía tantas responsabilidades, escasos recursos (de ahí la financiación vía emisión monetaria) y los problemas de incentivos, conocimiento y public choice inherentes al sector público [1].

    «Esas reformas fueron la versión local de un nuevo paradigma que se impuso en la mayor parte del mundo, desde la Inglaterra de Thatcher al Brasil de Cardoso y la España de Felipe González, pasando por la Rusia de Yeltsin.»
    – Imposible negar la influencia del contexto internacional de «cambio de época»: el derrumbe del socialismo real, la emergencia de EUA como única superpotencia, la década perdida en Latinoamérica, la formación del consenso de Washington en las instituciones multilaterales que aconsejan sobre políticas públicas. Pero las circunstancias locales fueron claves, yo diría necesarias y suficientes para mover la ventana de Overton hacia posiciones filo-liberales.
    – Curioso que nombre a Cardoso y Brasil. Por alguna razón en Brasil no se discute el legado del Plan Real, la responsabilidad del Banco Central en la estabilidad macro y de precios, la necesidad de atraer IED, etc.

    «Y ahora ese paradigma está, a su vez, finalizando su ciclo.»
    Permitame disentir. Probablemente la integración europea retroceda, especialmente la unión monetaria, mal diseñada desde un principio. Pero no veo en el horizonte un aumento permanente del proteccionismo, la reimplantación de controles de capital, la re-regulación de sectores donde la deregulación ha sido exitosa [2, 3], la abdicación de la responsabilidad de la estabilidad nominal por parte de los bancos centrales, un aumento drástico de la presión impositiva, la reaparición del Estado empresario, etc.

    «Nosotros fuimos precursores – sólo un poco después de los rusos – en 2001, gracias en parte, en nuestro caso, al colapso de la “caja de conversión”. La Convertibilidad, que jugó para nosotros el rol que juega el Euro en la U.E.»
    – Me alegra ver que adjudica la responsabilidad de los eventos de 2001-2002 a la caja de conversión, arreglo monetario que depende para su éxito de la responsabilidad fiscal y de la salud de la balanza de pagos (el tipo de cambio fijo hace que el saldo de la balanza de pagos determine la base monetaria) y no provee ningún tipo de amortiguación contra shocks exógenos.
    – Si el problema fue la caja de conversión (que como todo régimen monetario tiene sus pros y contras), ¿por qué las diatribas contra los malditos 90s se enfocan en las reformas microeconómicas (de cuyo éxito todavía disfrutamos) de apertura, desregulación y privatización? ¿Por qué no se cambió el modelo macro hacia uno de tipo de cambio flexible/metas de inflación -i.e. política monetaria independiente [4]- y se mantuvieron las reformas exitosas?

    «Es irónico que, en el plano de la economía global, las consecuencias finales del paradigma parece que van a ser lo que ayudó a crear “el clima de opinión” que le dió origen: un período de estanflación.»
    – La estanflación es una respuesta eficiente a un shock negativo de oferta [5] De hecho, una de las críticas al régimen de metas de inflacón es la respuesta subóptima ante shocks de oferta. Cito a Jeffrey Frankel:
    «One reason that IT gained such wide acceptance as the monetary-policy anchor of choice was the demise of its predecessor, exchange-rate targeting, in the currency crises of the 1990’s. Pegged exchange rates had come under fatal speculative attack in many of these countries, whose authorities thus needed something new to anchor the public’s expectations concerning monetary policy. Inflation targeting was in the right place at the right time.
    (…)
    While the lack of response to asset bubbles was probably IT’s biggest failing, another major setback was inappropriate responses to supply shocks and terms-of-trade shocks. An economy is healthier if monetary policy responds to an increase in the world prices of its exported commodities by tightening enough to cause the currency to appreciate. But CPI targeting instead tells the central bank to tighten policy in response to an increase in the world price of imported commodities – exactly the opposite of accommodating the adverse shift in the terms of trade.
    It is widely suspected, for example, that the reason for the European Central Bank’s otherwise puzzling decision to raise interest rates in July 2008, as the world was sliding into the worst recession since the 1930’s, was that oil prices were just then reaching an all-time high. Oil prices are given substantial weight in the CPI, so stabilizing the CPI when dollar-denominated oil prices go up requires euro appreciation vis-à-vis the dollar
    (…)
    Supporters of both nominal GDP targeting and product-price targeting claim that IT sometimes gave the public the misleading impression that it would stabilize the cost of living, even in the face of supply shocks or terms-of trade-shocks, over which it had no control.» [6]
    – ¿Ud ve inflación alta en el horizonte? Lo contrario es lo que muestra la evidencia: bancos centrales que no llegan a su objetivo de 2% IPC y expectativas de inflación modestas a 5 y 10 años de plazo [7]

    «Ahora, Lucas, tengo que decirle que, para considerar sus argumentos, debería ser más selectivo. Hayek y Milton Friedman proporcionan, al menos, estímulo intelectual.
    Citar a Jorge Ávila y a las profundas “reformas de Chile, Perú y México”… es patético.»
    – No entiendo esa animosidad contra Jorge Ávila.
    – Jorge Ávila expone cual sería la probable política económica de un Massa ganador de las elecciones que lo catapulte a presidenciable o «kingmaker» en 2015 teniendo en cuenta el nombre, origen (economistas cercanos a Lavagna, lobbistas de la UIA) y declaraciones de los asesores de Massa. ¿Ud cree que Delgado o Peirano son el retorno de la ortodoxia?
    – ¿Las reformas pasadas de Chile y las que se pretenden instrumentar en México -reforma fiscal, apertura del sector petrolero, reforma educativa, reforma de telecomunicaciones y otros sectores poco competitivos [8]- y Perú -reforma de la administración pública- no le parecen importantes? Debo confesarle que a quienes somos partidarios de la «racionalidad económica» nos causa dolor ver a estos países avanzando en reformas de 2da y 3ra generación, afianzando vínculos con la región del Pacífico y manteniendo consensos mínimos sobre políticas de estabilización mientras nosotros discutimos si la inflación la causan los malvados empresarios, si la República es el instrumento de defensa de intereses sectoriales o si gastar 6% del PBI en educación y repartir netbooks [9] indica que tenemos una política educativa seria, equitativa y con resultados para mostrar. Que la alternativa al populismo desbocado de Cristina sea el corporativismo moderado y cool de Massa es poco consuelo:
    «En comparación con las reformas de Chile, Perú y México, es una lágrima. Ahora bien, en comparación con el kirchnerismo, no está nada mal.”

    @Norberto,
    «Ademasde patético, Big Chief, al señor Avila lo debe haber leído en Braille, porque para no conocer la realidad tan desigual de esos pueblos se necesita ser o ciego o muy despiadado por no decir lo que sería un insulto a la pobre madre.»
    Las reformas a las que se refiere Ávila tratan de aumentar la eficiencia económica, los incentivos a la acumulación y por ende acelerar la tasa de crecimiento potencial sostenible. Un crecimiento fuerte y sostenido, escasas barreras de acceso a los mercados y una mejora educativa son las primeras herramientas que garantizan la igualdad de oportunidades.
    Luego, si la igualdad en la distribución del ingreso es un problema que aflige a esas sociedades se puede aumentar el gasto en transferencias a sectores vulnerables -México es pionero en las transferencias condicionadas de efectivo- y aumentar la progresividad de la política fiscal.
    Los problemas de expandir la torta y de cambiar la distribución de las porciones tienen naturaleza distinta y se resuelven con distintos instrumentos. Tratándose de países de ingresos medios, el imperativo crucial es agrandar la torta.

    1- http://econfaculty.gmu.edu/bcaplan/e370/IO10.htm
    2- http://en.wikipedia.org/wiki/Airline_Deregulation_Act
    3- http://www.econlib.org/library/Enc1/TruckingDeregulation.html
    4- http://es.wikipedia.org/wiki/Trinidad_imposible
    5- http://en.wikipedia.org/wiki/Supply_shock
    6- http://www.project-syndicate.org/print/the-death-of-inflation-targeting
    7- http://www.washingtonpost.com/blogs/wonkblog/wp/2013/05/16/surprise-inflation-is-too-low-almost-everywhere-on-earth/
    8- http://es.wikipedia.org/wiki/Pacto_por_M%C3%A9xico
    9- http://www.nber.org/papers/w19060

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