Siempre fuimos compañeros… ¿con el Fondo!?

Acabo de leer una nota en ese periódico militante The Wall Street Journal, y quise compartirla con ustedes.

«WASHINGTON— El Fondo Monetario Internacional se está preparando para respaldar a la Argentina en una batalla legal de larga data con los «hedge funds», que tiene amplias repercusiones en cómo los gobiernos de todo el mundo negociarán con sus acreedores.

La Directora Gerente del FMI, Christine Lagarde, tiene previsto recomendar a la junta directiva del Fondo la próxima semana que el FMI presente un escrito ante la Corte Suprema de los EE.UU. Que le pida que tome el caso para su revisión y revoque el fallo de un tribunal inferior, de acuerdo a personas familiarizadas con el asunto.

En el escrito se advierte al alto tribunal que la sentencia de primera instancia podría dar a tenedores minoritarios un poder descomunal sobre las naciones que luchan por pagar sus deudas«. (completo aquí)

Nada demasiado sorprendente, en realidad. Ya el Tesoro de los EEUU. – que algunos contactos tiene en el Fondo, cómo no – habia iniciado discretas gestiones en el mismo sentido, a pesar del intenso lobby que Paul Singer y sus muchachos ejercen en el Congreso de los Estados Unidos.

Y, mientras redacto el posteo, ya la noticia está siendo tomada por todos los medios internacionales, y los bonos argentinos repuntan en el mercado, siempre sensible. Va a ser reproducida, seguramente, por los medios locales.

Igual, me parece que vale la pena verla como una muestra de algo más … estratégico que esta coyuntura. El capitalismo está fundado en la codicia (como el feudalismo, el esclavismo,… Se la ha detectado en el socialismo, también. O pregúntenle a las mafiyas. Parece ser parte de la naturaleza humana).

De todos modos, la actual fase del capitalismo financiero ha llevado esa característica a sus extremos, en la construcción de un casino global. Y a partir de 2008, pudimos apreciar, especialmente en Europa, sus aspectos autodestructivos. Todo eso, ojo, no significa que no sea un sistema. Perverso, para los que hacen juicios morales. Pero sus estructuras, y sus beneficiarios lúcidos, lo defienden como un sistema, más allá de las coyunturas específicas. En este caso, de la poca simpatía que tienen por Argentina.

Los fondos buitres son una patología, muy provechosa, eso sí, del sistema. Tolerada, mientras no lo pongan en riesgo. O, volviendo a citar a los muchachos de mi barrio, tampoco la pavada.