Brasil, meu Brasil

Por supuesto, el tema son las manifestaciones de protesta en las ciudades de Brasil. Es una de esos momentos en que las noticias que aparecen en los medios tienen un cierto sabor a realidad. No porque sean más «verdaderas», o «importantes». Es algo más sencillo: son inesperadas. Cuando comenzó a desarmarse el sistema soviético, en los comienzos de la «primavera árabe», en los de la crisis financiera global – todas cosas muy distintas entre sí, y aún más lejanas de la realidad brasileña – también sucedió así: la opinión pública – ese consenso difuso que forman los medios y que a su vez condiciona lo que comunican – no los esperaba.

Esto es así porque Brasil ha llevado adelante por décadas – al menos desde la fundación de Brasilia – una inteligente política de imagen en el mundo, a la que ni siquiera la brutalidad de sus dictaduras militares, o de su policía, consiguió opacar (debo decir que no fueron ni son peores que en otros países de Latinoamérica, o en otras regiones del mundo). A partir de la llegada de Lula al poder,  esa política ha conseguido éxitos magistrales, que les envidio profundamente (Sobre todo porque pienso que los argentinos también podríamos hacerla – tenemos con qué – si no fuera por nuestras internas caníbales).

Por supuesto, ahora muchos brasilófobos aprovechan para denunciar el «engaño». Tonterías. Estas protestas masivas ayudarán a ver las debilidades reales de nuestro vecino, pero no disminuyen nada de su extensión territorial, de su población, de su base industrial,… Sigue siendo el país más poderoso de la América del Sur, por lejos. Y, sostengo, nuestro inevitable aliado.

Mientras tanto, nuestros medios locales – hasta ese un poco más diverso y sensible que es la blogosfera – están hablando del tema. Eso sí, la impresión que tengo es que muchos de nosotros vemos lo que está pasando en Brasil con los anteojos de nuestra realidad política. Inevitable, por otra parte, en un año electoral como el que tenemos aquí.

Entonces los manifestantes brasileños son caceroleros quejosos de un gobierno que ha hecho avanzar a las masas populares / son las masas populares que se rebelan ante el reformismo cosmético de un gobierno que mantiene un sistema injusto. A Dilma le está pasando esto porque no combate la inflación / porque la combate demasiado y no se da cuenta que lo fundamental es alentar el consumo / porque no ataca la «real» causa de la inflación que son las ganancias desmedidas de los empresarios / porque no cuenta con el factor de gobernanza que son los intendentes peronistas del conurbano … Siguen las explicaciones.

No pretendo tener «la precisa». Lo que voy a hacer ahora es copiarles algunos textos que encontré en la blogosfera que me parece que dan buena información y que aportan enfoques razonables de una realidad muy compleja. Y muy importante. Me refiero, claro, a Brasil. Que va a seguir estando ahí en nuestra frontera del nordeste cuando las manifestaciones se aplaquen.

Forman un posteo largo. Pero éste es un feriado largo, y creo que pueden emplear media hora en leer o releer este material. Créanme que vale la pena, porque nos está hablando de una realidad no tan distinta de la nuestra. Recuerdan eso de «cuando las barbas de tu vecino veas afeitar, pon las tuyas a remojar«?

Empiezo con algo del blog de Ariel, un argentino que vive desde hace más de 10 años en São Paulo. No haría falta, porque ya fue reproducido en Artepolítica, pero les dije que valía la pena releerlo, si ya lo hicieron. Es una visión cercana e informada:

«Este país que quiero tanto, este país que crece y progresa… este país es un grito… en realidad varios. Es un país en el que mucha gente rica se siente pobre por no estar a la altura del estilo de vida de los ricos americanos (ojo, no digo europeos, que no son taaaan ricos… digo americanos). Mucha gente que en cualquier país de la Europa pre-crisis (más aún de la post-crisis) sería considerada rica, aquí se siente pobre… porque no puede satisfacer un infinito afán de consumo. En este país dónde más de diez años atrás una mayoría muy pobre eligió por primera vez a un líder sindical como presidente, este país donde eso siempre fue considerado una afrenta por los sectores dominantes, este país donde hace más de diez años gobierna una alianza de corte popular (el PT y partidos aliados)… este país que se viene levantando lentamente hoy se lanza a la calle para luchar contra la corrupción. Es así? No tengo respuestas ni firmes ni definitivas porque esto es muy reciente y hace falta una cierta perspectiva para poder decir algo. Pero gracias al estímulo del amigo Escriba me obligué a sentarme a escribir unas líneas, para comenzar.

Lo primero que hay que dejar en claro es que esto comenzó con una manifestación del Movimento Passe Livre (MPL) el viernes pasado. El MPL como se puede ver en el link es un movimiento político apartidario (ojo, no antipartidario como ellos mismos aclaran en estos días) que se inició en 2003 con luchas estudiantiles por boletos subsidiados y se formalizó en el V Foro Social Mundial de Porto Alegre. El MPL tiene como punto principal de su pauta la estatización total de los sistemas de transporte urbano en el país, y su completa gratuidad para todo el mundo. Describo entonces en líneas generales lo que viene ocurriendo.
 
1. El MPL re-lanza una protesta por una política de transporte publico costo cero, contra un anuncio de aumentos de R$s 0,20 del boleto de omnibus (Prefeitura de São Paulo – PT) y del Metro (Governo do Estado – PSDB);
 
 2. La Policia Militar (PM – aqui es la policía estadual, como la bonaerense digamos) reprime brutal y estúpidamente (responsable político: el gobernador, del PSDB) dejando heridos (entre ellos periodistas de las mayores cadenas de televisión y de los principales medios de prensa), lo cual contribuye a visibilizar la protesta;
 
3. Los dirigentes del PSDB (Estado) salen a defender a la PM. Los de la Prefeitura (PT) desaparecen: ni una declaracion. La prensa inicialmente opera defendiendo tenuemente la represión (la tesis de los daños colaterales pero a los bandidos hay que darles) porque los cuestionamientos a la PM escalan al gobierno estadual (PSDB, con el cual están alineados desde siemrpe) y no al federal (PT), hasta que ocurren dos cosas: a) se hace inocultable la brutalidad y sobre todo la estupidez policial (por ejemplo se difundió que el vinagre sirve para resistir las bombas de gases lacrimógenos, con lo cual se lanzaron a la caza de personas que pudieran haber comprado una botella de vinagre en las puertas de los supermercados… no es joda, es en serio!); b) por otro, comienza a direccionarse el enojo contra los políticos en general y no contra el responsable político de la represión o su partido;
 
4. Cambia el eje: el apoyo de la gente a los agredidos por un lado (ojo, tod@s estudiantes de clase media acomodada cuyos padres jamás imaginaron que sus hij@s participarían de una cosa así y menos que la policía podría estar reprimiéndolos) y la falta de respuesta por parte de la clase política frente a la represion por otro, terminaron de polarizar el conflicto… contra la clase política. Ahí, la prensa hizo campaña para esconder a sus aliados y mostrar a Dima en la cúpula de la pirámide de responsabilidades… lo que tuvo bastante resonancia.
 
5. Un ingrediente casi diría psicológico, que no me parece menor, es cierta épica de lucha de la clase media que tuvo alguna participación política hasta los tiempos de lucha contra la dictadura y que después se dedicó a su vida. Ahora están orgullos@s de que sus hij@s, apátic@s, abúlic@s, consumistas, de pronto se involucran políticamente en algo que les recuerda a sus luchas de juventud… los guían y estimulan porque, sin importar el detalle de que las consignas son mayoritariamente reaccionarias y antipolíticas, es la posibilidad de que sientan por primera vez en casi dos generaciones que la política se hace en la calle (tal vez tengan razón, personalmente creo que no);
 
Alguna gente joven, estudiantes militantes de movimientos sociales, no parecen estar muy satisfechos con la dirección que el movimiento está tomando. La mayor cantidad de consignas que estan siendo levantadas ahora son contra la politica, los politicos y los partidos, el mundial de fútbol, y más específicamente, está creciendo la protesta anti PT, y sobre todo anti Dilma y anti Lula. Tal vez la novedad no sea esta, son sectores que nunca tragaron al PT ni ninguno de sus avances sociales, económicos, culturales… la novedad tal vez sea que por primera vez en mucho tiempo, y a la cola de un movimiento de izquierda, estas personas empiezan a estar movilizadas«.
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También quiero acercarles este análisis de Marcelo Falak, uno de los muy pocos periodistas que escribe con inteligencia sobre política internacional. Creo que es la mejor visión de conjunto del tema que he leído hasta ahora:
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«Cómo se juzga una gestión o, más aun, a un estadista? Al asumir el 1 de enero de 2003, Luiz Inácio Lula da Silva dijo que se daría por satisfecho si al terminar su gobierno todos los brasileños tuvieran cada día un desayuno, un almuerzo y una cena dignos. Si ése es el patrón de medida, verdaderamente revolucionario para un país como Brasil y razonablemente alcanzado, hay que convenir en que su paso por la historia, continuado desde 2011 por Dilma Rousseff, valió la pena.
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Sin embargo, la propia Dilma, el resto de la clase política brasileña y analistas de todos los colores políticos se sorprenden estos días por la irrupción de masas disconformes en las calles, un fenómeno que, es inevitable, debe considerarse fruto tanto de las luces como de las sombras de la última década.
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Más allá de sus éxitos en materia de inclusión, un rasgo destacó al Brasil de los últimos años: una extraordinaria campaña de relaciones públicas que hizo de Lula un ícono mundial, amado de izquierda a derecha… fuera de Brasil, desde ya. Internamente, tanto él como todo lo que representa el Partido de los Trabajadores son considerados por la opinión de derecha y centroderecha fenómenos políticos ligados al populismo, la corrupción y la falta de cultura.
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La política internacional interesa a pocos como materia en sí misma; el resto repasa sus páginas entre la indiferencia y el interés de usarla como arma arrojadiza para las reyertas domésticas. Así, el “socialismo” lulista, al que se sumaron variables más módicas, como el chileno o el frenteamplismo uruguayo, suele ser presentado en nuestro país y en otros como un progresismo racional, opuesto a los excesos domésticos. Esa mirada idealizada (e interesada) tendió a soslayar las falencias de un reformismo acaso demasiado suave.
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La coyuntura económica internacional del período hizo posible, con materias primas caras y tasas de interés bajas, que todos los proyectos políticos en la región resultaran más o menos exitosos. El Brasil lulista, el Chile de la Concertación y del piñerismo, el Uruguay del Frente Amplio, la Venezuela chavista, la Bolivia de Evo Morales, el Ecuador de Rafael Correa, la Colombia de la derecha pronorteamericana y la Argentina kirchnerista registraron, invariablemente, buenos indicadores en materia de crecimiento y reducción de la pobreza. A algunos, como a la Venezuela de Nicolás Maduro, las costuras y remiendos ya le resultan indisimulables. Los de Brasil, muy otros sin duda, habían pasado más desapercibidos.
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Los precios récord del petróleo, el cobre, la soja y los granos en general explican buena parte del desempeño de esos países. También del de Brasil, que pese a su potencial industrial sin parangón en la región vio cómo sus exportaciones se primarizaron año a año. Rezagos regulatorios, carencias de infraestructura, falencias institucionales y cierta obsesión con la inflación vuelven ahora a aplanar su tantas veces anunciado “boom”.
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En los años buenos, allí y aquí, todos ganaron, desde las clases más desfavorecidas a las que la ayuda social les permitió comer, hasta la gran banca, pasando por los pobres que se sumaron a la clase media a partir de la robusta creación de empleo, por las clases medias que accedieron a mejores ingresos y más crédito, por la gran industria y por un agro en expansión.
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Esa gestión “fácil” de la coyuntura permitió, en el caso de Brasil, que se hicieran loas a un reformismo, como dijimos suave. Valga un ejemplo de ayer mismo, en plena conmoción por las protestas. El segundo productor mundial de mineral de hierro anunció un nuevo código minero que duplica hasta el 4% las regalías que debe pagar el sector al Estado. ¿Mucho? Depende. Las empresas esperaban un anuncio más lesivo para sus intereses, tanto que las acciones del gigante Vale subían casi un 2% ayer a la tarde en la Bolsa paulista. Además, ese 4% es apenas un tercio de lo que cobra un país como Australia.
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Como sea, mucha, mucha gente ascendió en la escala social con los gobiernos del PT. Se dijo muchas veces que 40 millones de brasileños salieron en la última década de la pobreza y pasaron a engrosar la clase media. Es cierto, tanto como que los análisis entusiastas minimizaron el hecho de que el universo de la clase media brasileña que abarca hoy a un 54% de la población tiene un piso de ingreso de modestos 145 dólares mensuales por persona. La política puede cambiar la realidad, pero la estadística hace milagros.
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Además de lo valioso que es empezar a comer, a vestirse y a contar con el desahogo suficiente como para que más familias envíen a sus hijos a la escuela, ¿qué pasó con los servicios públicos? Transporte, salud y educación son sectores que cuentan con una infraestructura más que deficiente, que hacen que las condiciones de acceso sean difíciles y los tiempos de espera, interminables. El crecimiento acumulado amplió la demanda de esos servicios, pero la oferta no creció en la misma proporción a pesar de los pomposos y reiterados anuncios de megainversiones por cifras colosales que nunca terminaron de concretarse. Todo con el telón de fondo de los fastuosos gastos para un Mundial y unos Juegos Olímpicos de cuya transparencia se hablará mucho en el futuro.
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Aunque se trata de evitar las exageraciones, no se busca aquí minimizar los avances sociales registrados. De lo que se trata es de constatar que el mencionado engrosamiento de la clase media, con un componente tradicional y uno nuevo y pujante, originó una demanda de derechos de segunda generación, que incluye los ítems recién mencionados y otros, largamente insatisfechos, como la pelea en serio contra la corrupción endémica y la eliminación de las rémoras de la dictadura en fuerzas policiales (estaduales) que no saben intervenir en las manifestaciones públicas sin brutalidad.
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Esto, la brutalidad policial, es, justamente, el factor que hizo que protestas que hace menos de una semana juntaban a unas pocas miles de personas en demanda de pasajes de colectivo algo más baratos que la enormidad de 1,5 dólares escalaran hasta lo visto el lunes y ayer. El conflicto, acotado y sectorial, se hizo político y masivo. Curioso: algo similar ocurrió en Turquía, donde, salvajismo represivo mediante, una marcha contra una obra en un parque de Estambul derivó en una protesta nacional que conmovió al gobierno islamista. Brasil y Turquía… dos estrellas del mundo emergente del primer tramo del siglo XXI.
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Lo anterior permite pensar también en un cierto “espíritu de época”. Jóvenes que rechazan la política partidaria, que se convocan a través de redes sociales… De San Pablo y Río, a Estambul y Madrid.
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Si se permite aludir a ese vaporoso “espíritu de época”, se podría evocar un paralelo acaso algo abusivo pero que, por la diferencia de escala, permite iluminar algo más lo que está pasando: el Mayo Francés. A 45 años de distancia, ¿quién puede explicar qué motivó aquellos episodios? ¿Un clima ideológico? ¿Una gran cantidad de jóvenes más educados que comenzaban a temer por su inserción profesional en momento en que el Estado benefactor comenzaba a dar señales de agotamiento? ¿Una “irritación difusa”, tal la feliz definición que la columnista de Folha de Sao Paulo Eliane Cantanhéde dio a los episodios de estos días?
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Por último, ¿quién paga los platos rotos del “otoño brasileño”? Dilma, sin dudas, aunque las mismos sondeos que dan cuenta de un apoyo amplio a los manifestantes le auguran (¿prematuramente?) una reelección en primera vuelta el año que viene. Pero, además de ella, el resto del arco político.
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En Río de Janeiro, por caso, gobierna el Partido del Movimiento Democrático (PMDB), un aliado del PT pero que tiene una agenda propia, más electoral que programática; no por nada es la mayor maquinaria electoral de Brasil. Y en San Pablo reina el Partido de la Social Democracia (PSDB), un centroderecha que entregó los últimos candidatos “anti-Lula” y que en octubre de 2014 presentará la potente postulación del exgobernador mineiro Aécio Neves.
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Esas multitudes parecen corear nuestro conocido “que se vayan todos”, aunque se sabe que casi nadie se va y que la irrupción de esos movimientos juveniles, idealistas y anárquicos suele ser tan sorpresiva como su evaporación. Pero su insatisfacción, difusa o no, sí que persiste y alguna vez deberá ser atendida para evitar males mayores«.
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Como les dije, me parece la de Falak una visión muy lúcida, que abarca Brasil y su circunstancia, que es la América del Sur. También recomiendo la de Mariano, en Yendo a Menos, Eu quero Lula de novo, y vale la pena leer – el portugués es muy accesible – esta reflexión de Emir Sader, de esa izquierda brasileña que forma parte, crítica, de su clase dirigente.
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Pero voy a cerrar este posteo con otro material que también apareció en Artepolítica – ¿les dije que es uno de los mejores blogs en castellano? – pero en octubre del año pasado. Fue una buena pre visión, y, además, creo que nos dice algo a nosotros.
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«Sonia Fleury. Brasileña, doctora en Ciencia Política. Un CV de intelectual brasileño de esos que solemos envidiar.  Dio una conferencia en el ciclo “Debates y Combates”, que organiza la Secretaría de Cultura de la Nación.

… Esta buena señora explicó dos cosas que ocurren en Brasil:

  • La primera es cómo el PT maneja dos niveles de coaliciones. Una “coalición de gobierno” y una “coalición de poder”. La “coalición de gobierno” (arriba) incluye alianzas con empresarios, con los políticos tradicionales que representan el poder de las oligarquías locales. Con una buena parte del poder “establecido” de Brasil. La “coalición de poder” (abajo) es la base. Los sindicatos, los Sin Tierra, los movimientos sociales. Lula es quien hilvana esos dos niveles para que no se vayan ni unos ni otros y se mantengan unidos en función de algunos objetivos módicos como por ejemplo: no perder el poder, evitar que ganen “los otros” y estar “un poco mejor que antes”. Y todo eso sin un ánimo “rupturista” del orden, sino más o menos todo lo contrario. Como toda descripción de un populismo “realmente existente” no suele ni ser muy épica, ni aparecer en los medios de comunicación ni en los conceptos simplificadores de Twitter y de la TV.

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  • Pero la segunda cosa que dijo fue lo que realmente nos llamó la atención.  Lo que hizo que nos miráramos con las cejas bien levantadas y tensas a unos 20 metros de distancia. Fleury contó cómo el PT está teniendo problemas con esas famosas “nuevas clases medias”. Que no es que pasaron de la favela a vivir en, ponele, Pueyrredón y Córdoba. No. Son más bien que gente que tiene un empleo que no tenía, que accede a un cierto nivel de consumo que no tenía, quizás accedió a una institución educativa a la que no accedía, mejora su dieta y algún consumo cultural. Compró una motito. Explicó esta politóloga que estas personas, en un contexto “individualista” consideran ahora que “llegaron” pura y exclusivamente por su “propio esfuerzo”. Que no son parte de ningún proceso colectivo, social, político. Que creen que todo esto ocurre tan sólo porque lo  ”merecían”.

26 Responses to Brasil, meu Brasil

  1. Desde Mompracem dice:

    Lo que ocurre es una crisis de los conceptos básicos de la política, que ya no se corresponden con la realidad. Siempre existe una brecha entre la formulación teórica y la realidad empírica, pero ahora es un foso. «Democracia», «partidos políticos», «régimen representativo», no expresan hoy lo que realmente se vive. A la democracia se le ha perdido el pueblo y no sabe donde está. Oscila entre la «democracia constitucional», donde la soberanía reside en un tribunal contramayoritario o el líder populista que pretende la representación absoluta del pueblo. Los representantes son autorreferenciales y constituyen un «partido único de los políticos» que colonizan los programas de opinión pero que no tienen ninguna, salvo su pervivencia de acuerdo con la «ley de hierro de las oligarquías». La clase globalizada, por una parte, y los indigentes, por otra, tiene sus sistemas propios de representación. La clase media -y la Argentina ayer, y el Brasil hoy, son un sueño de clase media- no encuentra canales donde su reclamo se viabilice -los congresos y parlamentos han perdido la función de caja de resonancia y control de los hiperejecutivos- y sale a la calle. Hasta aquí, los rasgos que resultan comunes a la mayor parte de las manifestaciones que recorren el globo. La hondura del asunto en Brasil está señalada por el hecho de que se marche contra los gastos en el fútbol, entre otras cosas. Adiós brasileiros falando só de mulheres e futebol, com cerveja e salgadinhos. En cuanto a Lula, la corrupción, el mensalao, en fin, sería para largo

  2. victorlustig dice:

    Ya se que no el gustan las analogias, pero, 1955 le suena en todo el analisis?

  3. Mariano. T. dice:

    Mi hijo que esta estudiando alla me dice que fue ayer a una manifestacion.
    Lo que cuenta es que fue un caceroleo argentino + izquierda estudiantil+quebracho. Y que eso puede explicar la violencia que hubo en algunos lugares.

  4. Rogelio dice:

    Abel, para abundar en los puntos que mencionas en el post, un par de videos en el NYT:
    Hackday in Rio
    Estudiantes brasileños de la universidad pública de Río de Janiero se organizan para exponer información sobre el sistema de transporte de la ciudad.
    click ACÁ y otro ACÁ.

    Saludos

  5. Sergio Robles dice:

    Empieza diciendo Ariel : «…El MPL tiene como punto principal de su pauta la estatización total de los sistemas de transporte urbano en el país, y su completa gratuidad para todo el mundo…».

    Opino que:

    1.- Gratuidad no existe, en todo caso contribuirá a su sostenimiento quien no lo utilice y quien no lo use no habrá de preocuparse por su buen, regular o mal funcionamiento; total ellos no lo usan.

    Ejemplo de aplicación: Kirchner-Jaime- Cirigliano.

    2. A propósito avísenle al flamante empresario de La Florida que en territorio de los EE.UU. no rige el Pacto de San José de Costa Rica y sí la pena de muerte.

    http://www.abc.es/sociedad/20130615/abci-pena-muerte-eeuu-201306142046.html)

  6. Capitan Medibacha dice:

    Interesantísimo post y excelente selección de artículos citados.- Percibir antes que otros, comprender y conducir estos movimientos tectónicos de las capas más profundas de la sociedad, es lo que distingue a los grandes líderes políticos.- Pienso en el Perón de los años 40 y en Chavez, Lula, Evo, Correa y N. Kirchner de la última década.- Algo pasaba en la profundidad de sus sociedades que ello comprendieron antes y mucho mejor que otros.- Ojalá, frente a estas movilizaciones populares que se están produciendo en Brasil, los Gobiernos de nuestros países estén preparados, listos y a la altura para reaccionar adecuada e inteligentemente.- Y digo «Gobiernos» en plural, pues no me sorprendería en absoluto cierto contagio de este tipo de sucesos políticos.- No solamente por los lazos, vinculaciones y contactos que hay entre nuestros países (sufrimos juntos las dictaduras; con pocos años de diferencia nos democratizamos todos; aplicamos el consenso de Washington en forma simultánea y luego nos hicimos «populistas» juntos, etc.) sino porque imagino que en la Argentina ya debe haber más de un operador viendo como puede armar algo similar aquí para poner en jaque al Gobierno.- No soy adicto a las teorías conspirativas, pero me puedo imaginar muy bien como Duhalde y los mismos que empujaron a la gente a asaltar supermecados en el 2001, funcionarios de «la embajada», Clarín, La Nación y Perfil y las corporaciones en general y en especial la policial, estén arremangándose para intentar generar en nuestro país manifestaciones similares a las que ocurren en Brasil, y aprovechar para generar algún incidente grave, con heridos y muertos, para desestabilizar al gobierno o, al menos, complicarle las elecciones 2013.- Es por eso importantísimo lograr controlar que no exista una represión policial irresponsable o incendiaria.- En eso parecería que tenemos una ventaja respecto de los brasileros.- Como desde hace casi 40 años que ellos no tenían gente en la calle, su respuesta policial fue la que aprendieron en las épocas dictatoriales.- Salieron a reprimir con brutalidad e hiceron estallar la bronca popular.- Aquí, la presencia popular en las calles se ha convertido en un paisaje diario desde el 2001, principalmente en la ciudad de Buenos Aires.- Tanto la oposición como el oficialismo han llenado las calles y la Plaza de Mayo en incontables veces durante el último año.- Nuestra policía está acostumbrada a manejarse en ese ambiente, sin reprimir y evitando generar incidentes.- Habrá que prestar especial atención para que ello siga así,y en las movilizaciones que se aproximan por las elecciones, no se busque deliberadamente generar algún incidente, como chispa para encender el polvorín.- Alerta naranja.-

  7. Norberto dice:

    Estimado Big Chief, tal vez esto explique un poco la intensidad, que está en contra de TODA la clase política, pero también en contra de los medios.
    Hablando con alguien que vive en Sao Paulo pudimos saber que el salario mínimo oficial de quienes tienen trabajo (me resisto a creer el 6% de desocupación de las cifras oficiales brasileñas) es de Reais700, es decir $1700, con un salario normal de Reais1300, es decir $3100, para un lugar donde llegar al trabajo significa dos ómnibus de ida y dos de vuelta a Reais3,30 cada uno, pero donde ademas ni la electricidad, ni ningún servicio público tiene subvención y en general son caros y la educación y la salud privadas lo son aun más y los estatales escasos.
    Es decir como alguien comentó estamos en reclamos de primera generación, mas contra la elite que contra el PT, que es el que recibe la protesta de esta clase media, pero que cuenta con las mayorías en silencio, y es por eso que lo distintivo de las últimas manifestaciones fueron las agresiones a la prensa.
    Si volvemos al gráfico interactivo del WSJ, verá que la deuda interna es relativamente manejable, pero gracias a la entrada de activos externos que pasaron a Reais por la tasa Selic, y estamos viendo una aceleración de la salida de activos en esa moneda que vuelven a la dura y un Banco Central que no logra detener la devaluación, y que impacta en esos que son los que sostienen la protesta, porque si bien no es una economía bimonetaria, esa clase media está acostumbrada a sus vacaciones, principalmente en USA y en tour de compras, y estamos hablando de quienes siempre consumieron, que son aproximadamente el 10% de la población, o sea veinte millones de personas, que hoy se están quedando sin esa salida habitual, y al igual que aquí creen que le están pagando a vagos con «sus» dineros, no con los dineros que son el aporte que todos debemos hacer para vivir en sociedad.
    En fin, que están llegando a la realidad de un país con enormes perspectivas pero cuya base aun necesita mejores cimientos.
    Nunca menos y abrazos

  8. casiopea dice:

    Caramba, en todos lados se cuecen habas. Nunca me tragué el verso de que en Brasil hacen todo bien, pero la verdad es que no me imaginé que iban a hacer olas en medio de un torneo internacional de fútbol y a meses de organizar un mundial en el que tienen todo para salir campeones. No conozco a fondo la realidad de Brasil, pero hay dos cosas importantes:

    1. Eso de que no hay líderes puede ser cierto, pero no es cierto que no haya organizadores. Lo mismo va para la primavera árabe, los cacerolazos, las grandes manifestaciones K, etc. En todo caso, hay una masa crítica de gente cuyos organizadores andan a la caza de líderes, como pasa con nuestros cacerolazos. De ahí a que los organizadores puedan estar en un todo de acuerdo es otro asunto y poco probable.

    2. La inversión de la curva de rendimientos en China significa que el gran monstruo emergente no va a venir al rescate con su demanda.

    http://online.wsj.com/article/BT-CO-20130620-703207.html

  9. Rogelio dice:

    Abel, me parece oportuno ubicar los problemas brasileños en el marco de la situación global actual.

    Parte del problema reconoce causas internas – las que señalan diversas fuentes en tu post y también los manifestantes cariocas y paulistas – pero en buena medida también está directamente determinado por el contexto global.

    ¿ Por qué se retiran las inversiones de Brasil ?

    A esto me refería días atrás en un comentario a tu post «Somos bimonetarios, nomás», click ACÁ, en el que hacía notar que:
    … Brasil se ha gastado en este mes 5.700 millones de dólares de reservas para tratar de detener la fuga de capitales.

    La cuestión es que la Reserva Federal de USA acaba de insinuar que pondrá fin a la política de estímulos, (alias) flexibilización cuantitativa QE, argumentando que los niveles de empleo en USA ya se han recuperado lo suficiente.
    En rigor, pareciera que no es así.
    Y por añadidura ¿ Qué pasa en Europa ?
    Es decir, ese argumento público de la FED no es la razón principal.
    Los capitales fugan de Brasil porque son absorbidos ávidamente para apuntalar desequilibrios que se vuelven muy difíciles de controlar en el área atlántica euro-americana.

    ¿ Que son las políticas de estímulo QE ?

    Emisión de moneda (U$S, Libras esterlinas, Euros = 1. agregados monetarios) para la compra de bonos (2. agregados financieros) librados por los bancos que intermedian la inyección monetaria al sistema productivo (3. economía real).

    La evolución de las 3 magnitudes anteriores sigue una relación indicada por el siguiente esquema funcional => click ACÁ.

    Es decir, que el sistema siga emitiendo moneda carece de sentido porque cada vez hacen falta más unidades monetarias para lograr aumentos unitarios de los activos financieros que, a su vez, producen progresivamente efectos menores en el crecimiento de la economía física.
    Con el agravante evidente de que en caso de continuar la expansión monetaria acabará por generar dinámicas inflacionarias globales de resultados impredecibles.

    Cómo la situación amenaza desbordarse, se probabilizan las alternativas bélicas: p.ej. involucrarse activamente en el conflicto Sirio que así sumaría un nuevo frente a los aún activos en Afganistán, Iraq y Libia.

    Y entonces Argentina ?
    En este mismo contexto, queda por explorar cuáles pueder ser las alternativas más convenientes para nuestra nación y nuestro pueblo.

    Un abrazo.

  10. casiopea dice:

    MUY cierto, Rogelio. Taparon una burbuja con otra burbuja y ahora la segunda burbuja está desinflándose, con el agravante que los cartuchos del QE ya se usaron (y cómo).
    Fijate que aunque Bernanke dejó abierta la posiblidad de dar marcha atrás y ya lo hizo dos veces antes, igual expuso la realidad de que una enorme proporción de las inversiones en acciones y en commodities eran especulativas. Los bajones de ayer y anteayer se explican en buena medida por la toma de ganancias de quien se ve venir el fin de fiesta. El adicto ve que cada aumento de dosis le hace menos efecto. Vieja historia.
    El otro temita nada menor es que Bernanke quiere jubilarse para fin de año (a tiempo, como Greenspan), así que de haber un cambio al frente de la Fed puede suponerse que haya un viraje en la política monetaria.
    Eso, sumado al verdadero desastre que es Europa y al desaceleramiento ya manifiesto de China es un cóctel maldito para todos los emergentes, que hasta ahora la venían piloteando con los buenos términos de intercambio que les tocaron en la volteada. Y ni hablar de los desequilibrios endógenos que no tienen nada que ver con la crisis global y todo que ver con nuestras políticas. Ojalá hayamos sembrado mucho trigo, pero de eso sabe Mariano T.

  11. Capitán Yáñez dice:

    Tal y cual, Rogelio. Y en el medio, el Tío Tom dando vueltas con la remake del ALCA en las alforjas.
    ¿Casualidades o causalidades?.

  12. Lucas dice:

    Las marchas en Brasil son una reivindicación parcial para los que somos algo escépticos del tratamiento mediático del gigante latinoamericano, un gigante hace por lo menos 20 años [1]
    Como dice Lucas Llach:
    «¿Pero cómo? ¿No es un ejemplo la economía brasileña? En algún aspecto, sí: estamos a favor de lo que podríamos llamar su “macro de corto plazo”: metas de inflación, que muestran ser compatibles con el pleno empleo. Pero pleno empleo e inflación bajo control no necesariamente quiere decir crecer rápido. La famosa condición necesaria pero no suficiente.»
    (…)
    «En fin. Celebramos el nuevo triunfo del capitalismo liberal que fue su adopción por sindicalistas y ex-guerrilleros brasileños, al comando en la última década de esa gran nación sudamericana. Pero el capitalismo neoliberal no te resuelve mágicamente todos los problemas.»[2]
    ¿Cuáles son esos problemas? Cito a Llach nuevamente:
    «Para crecer hay que hacer muchas más cosas, sobre todo si sos un país como Brasil que no las tiene todas consigo: su Estado es proverbialmente gastador y corrupto; su geografía es compleja para el transporte»
    En fin, Brasíl conquistó la estabilidad nominal, atrae inversión extranjera y tiene un sistema político mínimamente decente (decente=competitivo). Ahora tiene que enfocarse en lo que podríamos llamar reformas de 2da y 3ra generación: provisión eficiente de bienes públicos de calidad, combate frontal a la corrupción, remover los sesgos proteccionistas, anti-competencia y anti-exportadores de las políticas públicas, Estado transparente, administración efectiva de Justicia, sistema político más representativo, reforma tributaria, políticas de innovación, etc.

    Pero dije reivindicación parcial. ¿Por qué? Porque así como la tasa de crecimiento es mediocre, El Estado ineficiente y arbitrario y la inflación es ascendente, la masividad del reclamo no sería posible sin los millones de nuevos integrantes de la clase media. No sería descabellado llamar a estas protestas los reclamos del éxito. Una sociedad donde el espejo retrovisor muestra que la pobreza extrema y la volatilidad económica se alejan es una sociedad que demanda otras cosas. En este sentido, son similares a las protestas estudiantiles de Chile, una sociedad que tras 25 años de progreso económico y social se da el «lujo» de protestar por el costo de la educación superior y las bases del modelo educativo.

    1- http://en.wikipedia.org/wiki/List_of_countries_by_largest_historical_GDP
    2- http://blogs.lanacion.com.ar/ciencia-maldita/international-geographic/que-te-pasa-brasil/

  13. Abel B. dice:

    Lucas, sus observaciones y las su tocayo son inteligentes, pero enmarcadas en un marco ideológico rígido que las falsea, porque las fuerza a ignorar algunos datos de la realidad.

    En esas famosas – se habló tanto de ellas en la última etapa de Menem, recuerda? – «reformas de 2da. generación» siempre ubican – al lado de objetivos razonables pero que no se cumplen del todo ni siquiera en EEUU – «remover los sesgos proteccionistas, anti-competencia y anti-exportadores de las políticas públicas».

    O sea: bajar aranceles y «flexibilizar» las leyes laborales. Antes que un remedio, veo allí la causa de una nueva y más peligrosa enfermedad.

    Saludos

  14. victorlustig dice:

    Lo maravilloso de Internet es el archivo, Llach lesser es el primero economista de la BEA que hizo la gran panqueque con Brasil, ahora son sucios, malos, feos y chorros.
    Lucas es el 2do que leo, ahora bien, poco exito les veo, Brasil fue siempre proteccionista, y, como tal, llego adonde llego, la plata que entraba a patadas ahora se quiere ir, ya gano, y ya sacaron el impuesto del 6%, hay que ver hasta donde estan dispuestos a hacer la gran Cavallo del 2001 dejando salir la plata pidiendo prestamos

  15. oti dice:

    Muy oportuno tu comentario Rogelio.

    El problema de la mayoría de los analistas es que ven la realidad con los sentidos, quedando prisioneros del día a día, de la coyuntura, de la tapa de los diarios, de las últimas noticias, de las tácticas y contratácticas, etc. Es como ver las olas del mar y suponer que es lo único apreciable del mismo, sin poder captar las corrientes o los movimientos de fondo.

    Argentina, como reiteradas veces dije, estuvo dependiendo, para su crecimiento, de variables que no controla, esto es aumentos en el precio de sus bienes exportables generados por la evolución y dinámica propia de la crisis global.

    Un país no puede depender continuamente de un factor que no está destinado a perdurar, que es sólo un momento de un proceso más largo.

    Por eso, la Argentina debe empezar de una vez (quizá tengamos menos de 2 años de tiempo) a capitalizar en gran escala la renta que obtiene por el comercio internacional. Porque es mejor que esa renta desaparezca al capitalizarla (en inversiones de infraestructura, por ej.) que desaparezca por la lógica propia del curso de la crisis global (fuga de capitales), sin antes nosotros haberla capitalizado.

    Nuestro país desperdició (al permitir su fuga) en los últimos años más de 100 mil millones de U$S (contando solo lo que queda registrado) los cuales, si hubieran sido capitalizados, es decir, invertidos en infraestructura y actividades que potencien el mercado interno y el consumo del 25% de la población más pobre, podríamos tener hoy mucha más autonomía e independencia de los factores globales que no controlamos.

    Esto, aunque quede menos tiempo, todavía lo podemos hacer.

    La lucha va a ser tremenda, no solo contra el monopolio mediático, sino contra intereses mucho más poderosos, los que, si el pueblo le transmite más poder a su Estado, se verán menos poderosos.

    La política es eso, una lucha de voluntades motivada por intereses e ideas sobre esos intereses, no voluntades individuales o personales, sino voluntades colectivas.

  16. Silenoz dice:

    Ja ja…. ni más ni menos don Abel….

    Por otro lado, que no tiene mucho que ver con el posteo pero ya que estamos con Brasil ¿Brasil sufre la “argentinodependencia”?

  17. Capitán Yáñez dice:

    Lo del hijo de Juan en La Nación fue un típico disparate del «reduccionismo» neoclásico, por supuesto «demostrado» con un gráfico en el que unas curvas enfilaban para abajo (Brasil y Argentina, claro) mientras otras seguían hacia arriba (Chile y Colombia, los «ejemplares», claro). Con una perla demostrativa de la sandez neoclásica, que va a continuación sic:
    «¿Por qué? ¿No es Brasil un gran país? Ehm, no es esa la discusión. Sí, tiene mucha gente y ocupa mucho lugar, dos características tan irrelevantes que podrían desaparecer de la noche a la mañana con un rediseño de fronteras. Más relevante: es una economía no rica (casi diríamos: pobre) y que crecía poco incluso en los años de su moda. Hoy es junto a la Argentina la economía que menos crece de Sudamérica».
    Un párrafo extraordinario. Digno de un neoclásico: superficie y población son irrelevantes. Lo que importa son los gráficos y las ecuaciones, que son eternas. Las fronteras pueden desaparecer de la noche a la mañana… por un rediseño. Impresionante.
    Humildemente, Abel, cada día entiendo menos tu persistencia en elogiar la «inteligencia» del hijo de Juan. Pero bueno, allá tú.
    Le saltaron un par de brasileros a la yugular, y en defensa de la patria salieron al ruedo un par de argentos. Como corresponde a un foro de La Nación, la gresca terminó en una competencia para determinar cuales mujeres son más «fáciles» (sic), si las garotas o nuestras chinas. La tribuna de doctrina, ya sabemos, no es mucho más culta que la popular de Chacarita.

  18. Mariano. T. dice:

    No tanto dramatismo. Dilma se resiste a la purga, que es devaluar, recuperar competitividad a expensas de (no hay otra manera) salarios reales, con su disminucion de importaciones y aumento de exportaciones. Hoy puede zafar con el real a 2,70 como estaba hace algunos años, si porfian se arma una burbuja que puede terminar mal.

  19. victorlustig dice:

    Depende de quien tenga mas fuerza, la FIESP, Lula, nada mas, lo que es seguro, que hasta el final del mundial no creo devaluen, no quieren lios de la nueva clase media viendo que la guita es menos,ni de la vieja clase media que no puede ir mas a Miami
    Cualquier parecido con la realidad de hace unos años, se las dejo, el brasileño de vieja clase media odia a Lula/Dilma a mas no poder (vuelvo a 1955).

  20. […] internas. Pueden ver la foto de la superficie de Marte, que puse arriba. O leer los comentarios del posteo sobre Brasil, que están interesantes. O, si están obsesionados por las listas, relean “De proyectos […]

  21. Diego dice:

    Sí, realmente, cualquiera tiene una columna en un diario centenario, eh. ¿Cómo va a decir que la geografía de Brasil es desfavorable? ¿Conoce este muchacho Llach la forma que tiene la matriz energética en Brasil? ¿Qué geografía sería favorable para que un país creciera sano y próspero, la de Holanda?
    Además, el tema de la corrupción -seamos serios -no hace mella en lo que refiere al crecimiento de la macroeconomía. Son faltas de índole ético. Si queremos subsumir la ética en la economía lo que terminamos haciendo es ECONOMICISMO, que es ni más ni menos que someter toda la vida al resultado de las variables económicas.

  22. Bob Row dice:

    Respeto todo lo que se dijo, pero en este punto el populismo latinoamericano no puede escapar al dilema marxiano: es la propiedad, estúpido (no por Mariano T). O su versión atenuada socialdemócrata-peronista: la puja distributiva.
    Quiero decir que de la encerrona competitiva se sale por arriba, aumentando los impuestos personales. ¿O ahora resulta que el «capitalismo escandinavo» es un delirio revolucionario troskista? El discurso «social», emasculado por 35 años de golpes y chantaje financiero, se está volviendo hipócrita de tanto hacerse el zonzo.
    Lo peor es que cuando no se pueda eludir más la reforma impositiva, la población no va a estar preparada para sostenerla. Los consensos (el «sentido común») no surge de un día para el otro. Se construye.
    Ser dirigente también significa ser docente.

  23. Flics dice:

    Alguém viu trabalhadores nestes vídeos? Reclamando do aumento das tarifas de transporte coletivos?

    Não. Porque o transporte coletivo no Brasil é subsidiado pelas empresas empregadoras e pelo governo federal. Todo empregador é obrigado a entregar – vale transporte – o número necessário de passagens mensais para o empregado. Este é descontado no máximo em 3% do seu salário.

    Não confundir manifestação de jovens – na grande maioria provenientes da classe média – motivados pelas redes sociais da internet, com «o povo brasileiro».

  24. Marcelo Peredo dice:

    Abel, muy bueno el análisis.
    Agrego este link donde aparece la nota de Emir Sader en castellano.

    http://www.rebelion.org/noticia.php?id=170043

    Saludos!

  25. Mariano T. dice:

    Segun mi hijo era un conjunto heterogéneo, con las siguientes diferencias con los cacerolazos:
    1) Las demandas eran más heterogéneas
    2) La gente era en promedio un poco más joven}
    3) Había desde derecha (pedido de militarizar barrios jodidos de Puerto Alegre) hasta troskistas y anarquistas
    4) Policlasista pero con amplio predominio de clase media

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