El poder racional, la politica irracional

Un titulo demasiado ambicioso para un posteo casual escrito en (cortos) ratos libres, pero cuando lei la nota de Jorge Fernández Díaz El lado irracional del poder-La era de la demencia, no pude contenerme. No porque me parece el escrito absurdo de un tipo inteligente – nadie esta exento de decir pavadas, especialmente en un medio masivo. Me intereso explorar el porque la nota no «suena» delirante en el, digamos, debate politico actual, y no solamente para los opositores enardecidos.

Porque, repasando esta decada de la experiencia kirchnerista, puedo hablar de muchas cosas que me parecen graves errores y falencias, y de unas cuantas que estoy seguro lo son (se entiende la diferencia, no?). Ademas, puedo aceptar que politicas o medidas que considero acertadas son vistas por otros – desde sus intereses o sus valores – en forma negativa. Lo que no veo es algo significativo que los estudiosos de la politica en serio, de Tucidides a Weber, pasando por Maquiavelo, verian como «irracional».

El ejemplo que JFD usa como horrible muestra, puede ser un procedimiento equivocado de conduccion. Los manuales modernos de manejo de personal – impregnados de correccion politica – no lo recomendarian. Peron, y Bernard Shaw, en «Cesar y Cleopatra«, aconsejan otro metodo. Pero no se puede decir que no es frecuente en muchas empresas grandes, para no hablar de gobiernos provinciales.

Seguramente colegas blogueros, de persuasion K, le han dado a Fernandez Diaz para que tenga. Pero, como dije, no me interesa tanto ese texto en si. Puede ser un trozo de propaganda de intereses economicos – los propietarios del medio – exacerbados porque no encuentran, en el menu disponible, una opcion politica valida con probabilidades de defenderlos. O no. Eso no es lo importante.

Creo – no es un pensamiento original – que la exasperacion que se detecta en el discurso politico argentino en estos dias no se debe al proceso electoral en curso – mi impresion, superficial, es que hasta ahora son los politicos y el activismo los que estan conscientes de el, mucho mas que el resto de la poblacion – sino que, ademas de  intereses economicos son sectores numerosos de los argentinos los que no encuentran, en ese menu disponible actualmente, una opcion politica valida.

(Continuara)

6 Responses to El poder racional, la politica irracional

  1. «»Ah, y nunca más me hagas llegar un informe dictado por Magnetto»
    Acaso ¿puede sonar delirante la nota para los kirchneristas que ven a Magnetto hasta en la sopa?

  2. Casi off topic pero mi comentario no derrapa.
    ¿Se fijó Abel el formato con que TODOS los medios se refirieron a JRV? Titulaban «murió el dictador», «el Dictador» tal cosa, medios que hasta no hace mucho no se refería de esa manera sobre quién ahora nosotros llamamos genocida.
    Cualquiera podría decir que es un avance, un tímido intento de avanzar dentro de nuestra propia estupidez. Las palabras se cruzan de vereda, los relatos se enrocan, los monstruos se intercambian.
    Veo una confluencia de los discursos donde la locura y las acusaciones de locura también se permutan.
    Lo difícil en estos casos donde a uno le sacan el piso es saber dónde uno está parado

  3. Alberto dice:

    Opino que la irracionalidad está expresando el descolocamiento de sectores sociales que del 76 al 2001 fueron conformistas y ahora se ven confrontados, desplazados, se ven quedados en el tiempo y se deslumbran con ideas superadoras que no son tales y con críticas que no pueden sostener, las profecías de Carrió son una muestra, un rasgo de esos sectores. Se sienten amenazados cuando mayormente es sugestión, muchas de esas personas no pueden expresar objetivamente su malestar con esta década. La forma de nominar las cosas de los medios y de la banalización y los recortes de mirada neoliberal no les da mayor inteligencia. Lo que no cierra es que sean tan desinteligentes y estúpidos, digo, que la irracionalidad no es una sola pata , que debe haber otra cosa calculada a futuro y que puede ser la violencia desestabilizadora, a mi entender, que se suma a la sensación de crisis conmocionante que usó la oposición desde que es oposición. Esa violencia la exhibirán en momentos críticos.
    El problema de mirada, de puesta a prueba de su inteligencia concreta de estos sectores, es que no pueden materializar nada y que están envalentonados porque los medios los sostienen, y ya no tanto todos los medios, pero eso tiene pies de barro. Ya sé no digo nada demasiado nuevo. Pero lo nuevo es la escalada de violencia que distintos personajes del acto opositor parecen promover. Una cuestión es que la oposición nunca se desune, es previsible que esta separación de los acólitos de lavagna con el pro, se vuelvan a unir sobre las elecciones.

  4. José Mercado dice:

    «Porque, repasando esta decada de la experiencia kirchnerista, puedo hablar de muchas cosas que me parecen graves errores y falencias, y de unas cuantas que estoy seguro lo son (se entiende la diferencia, no?).» Ese sí que sería un post que valdría la pena leer.

  5. […] temor supersticioso – veo que la irracionalidad en el discurso politico que estaba comentando en mi posteo anterior tambien llamo su atencion, y publica un agudo y breve analisis de otro amigo, Eduardo Di Cola, […]

  6. Oscar Cuervo dice:

    Lo peor de la nota de Fernández Díaz es que se trata de una ficción muy berreta, que no guarda los mínimos standards de verosimilitud. ¿Un funcionario de alto rango con llegada a la presidenta va a andar comentando a los amigos de Fernández Díaz la conversación que tiene con ella, y va a decir que tiembla al hablarle? Es notable que Fernández Díaz subestime tanto a su lector como para escribir una ficción tan floja. Por otro lado, la degradación del discurso político en melodrama: una mujer loca al mando de un país desde hace 6 años… ¡y tantas catástrofes anunciadas que no llegan a producirse! La pobreza del dibujo de Fernández Díaz, su brutal autoindulgencia, explican por qué, si acaso Cristina estuviera tan desquiciada, no aparece una figura política que le dispute el centro de la escena. Mientras sigan siendo tan pobres los relatos opositores, no parece probable que el kirchnerismo sea declarado prescindible.

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