Y de repente, volvió la economía

inflación

Nunca se fue, en realidad. Pero en la explosión de religiosidad y sensacionalismo que se dio a partir de la elección de un Papa argentino, fue fácil olvidarla.

Ayer se disparó el dólar «blue», la Presidente convocó al equipo económico (para ser precisos, a los tres economistas con cargos claves en el gobierno), y eso fue suficiente para disparar los recuerdos de los argentinos.

Voy a jugarme: este episodio no me inquieta mucho. Las operaciones que se liquidan por el dólar paralelo son pequeñas, o están afuera del circuito legal de la economía. Y tengo razonable confianza en que el gobierno no será impulsado por la histeria de un mercado minúsculo a disponer tonterías.

En cambio, sí me preocupa la situación. Porque no tengo la misma confianza en que el gobierno sea capaz de elaborar medidas que contemplen varias jugadas más adelante (en el último año y medio hubo una sucesión de medidas coyunturales para solucionar problemas creados por anteriores medidas coyunturales). Porque este episodio refleja la desconfianza y cortoplacismo de los sectores, numerosos, de la población que tienen capacidad de ahorrar en dólares. Y porque la economía – como dije muchas veces – es la batalla decisiva para este gobierno, y no hay en el horizonte una alternativa superadora, ni siquiera que garantice continuidad en lo que han sido sus preocupaciones centrales: el empleo y la producción local.

Por eso les subo este trabajo que me acercó hace unos días Pablo Tonelli, sobre el desafío fundamental, que no es el mercado paralelo: Cómo bajar la inflación sin ajuste. Al igual que todos los suyos es didáctico, y detalla las discusiones entre los economistas llamados «heterodoxos» (La respuesta «ortodoxa» ya es conocida, y no es la que queremos).

Debo decir, Pablo, que este artículo en particular, me deja un gusto insatisfactorio en la boca. Me confirma un criterio informal que elaboré hace mucho para distinguir entre economistas: Los ortodoxos son los que se sienten incómodos con el hecho de la recesión. Los heteredoxos son los que se siente incómodos con el hecho de la inflación.

«CÓMO BAJAR LA INFLACIÓN SIN AJUSTE

Pablo Tonelli, economista

La edición de marzo de la publicación Le Monde Diplomatique lleva ese título en su tapa. Un dossier sobre el tema reúne las opiniones de José Natanson, su Director, y de Rubén Lo Vuolo y Noemí Brenta. A su vez, en el suplemento CASH del diario Página 12 del domingo 3 de marzo se destaca una nota de Claudio Scaletta titulada “Oligopolios e Inflación”, y el domingo 10, en el mismo suplemento un texto de Pablo Manzanelli y Martín Schorr “Inflación Oligopólica”, retruca la posición de Scaletta. Me pareció oportuno presentar algunos puntos de las posiciones divergentes entre estos economistas de corte heterodoxo sobre el proceso inflacionario, economistas que rechazan de plano el ajuste ortodoxo como remedio (devaluar, subir la tasa de interés, comprimir la demanda,…) pero que poseen valoraciones diferentes sobre las políticas y el desempeño del Gobierno Nacional y las estrategias en desarrollo.  Como toda selección, seguramente es parcial y arbitraria. Intenta, no obstante, ser explicativa.

Lo Vuolo, desde una perspectiva fuertemente crítica a la gestión oficial expresa que las medidas de la conducción económica, en particular a partir del control de cambios ”atentan contra un principio básico de la política económica heterodoxa: el uso coordinado de las políticas monetaria y fiscal para estabilizar el valor monetario de la demanda doméstica en una tendencia predecible para los agentes económicos”. A su vez “la coordinación monetaria y fiscal no debe inflar permanentemente la economía, sino actuar de manera anticíclica. No debe empujar hacia tasas máximas de crecimiento generando desbalances macroeconómicos, no debe ignorar la calidad y destino del gasto público, no debe favorecer el consumo en desmedro de la inversión reproductiva y las innovaciones tecnológicas…

El enfoque heterodoxo al que hace referencia busca “estabilizar el valor monetario de la demanda doméstica” a través, por ejemplo, de medidas que como sostiene Daniel Heymann, un referente local de esa corriente, logren que  “el conjunto de precios y salarios nominales y la demanda agregada crezcan al mismo ritmo”. Para ser precisos, se “estabiliza la demanda agregada” con un Plan de Estabilización. “La sintonía fina que exige una política heterodoxa – en palabras de Lo Vuolo – no pasa por controles de precios en bocas de expendio al consumo, que no transmiten sinergias positivas”.

Sostiene además Lo Vuolo que una “correcta política heterodoxa no recomendaría financiar monetariamente el gasto social creciente cuando comienza a erosionarse la confianza en la moneda nacional, se acentúa la fuga de capitales y caen las inversiones”.

Noemí Brenta se pregunta sobre el umbral pasado el cual la inflación puede afectar el crecimiento, y afirma “que diversos autores estiman entre el 10 y el 50 %” dicho umbral y que en la experiencia argentina de crecimiento sostenido, previa a la década actual, que la podemos ubicar entre 1963-1974 la inflación media fue del 30%. Ubica entre las causas del proceso inflacionario en primer lugar a la denominada “inflación importada”, que provocó que entre 2002-2011 el alza de los precios de los principales commodities de exportación triplicara el alza de los demás precios de la economía. Consigna que siendo la Argentina un país productor de alimentos y dada la fuerte gravitación de éstos en el consumo popular, la estrategia de fijar retenciones a las exportaciones para separar el precio internacional del precio que pagan los consumidores locales es la correcta y el mecanismo más idóneo lo constituyen las retenciones móviles, las que se tornaron inviables luego del fracaso de la Resolución 125.

Menciona  a su vez otras dos explicaciones de la inflación, “la puja distributiva y la concentración de la producción y ventas de casi todo en pocas manos”. En ese sentido establece la siguiente caracterización: “Cuando la demanda aumenta, las empresas con gran poder de mercado, suben sus precios, aumenten o no sus costos”.

Claudio Scaletta, en un saludable tono provocador afirma “Algunas ideas derivadas de este razonamiento (la inflación por puja distributiva) gozan de corrección política y aceptación entre algunos economistas cercanos al Gobierno, pero son erróneas“.  Las ideas a las que se refiere Scaletta las podemos leer así “Si no se amplía la capacidad instalada – particularmente en las industrias básicas y la generación de energía – y paralelamente se continúa cebando, vía ajustes salariales al mercado interno de consumo (cabe recordar que 2013 es un año electoral, por lo que cabe esperar una conducta fiscal más expansiva) de ese mayor poder de compra en manos de la población resultarán beneficiadas principalmente las firmas que operan en mercados oligopólicos, que se encuentran en condiciones de maximizar sus márgenes de beneficios, aumentando los precios internos” (Revista FIDE, coyuntura y desarrollo, Héctor Valle, director).

Prosigue Scaletta: “Si la inflación es por puja distributiva, sostienen, significa también que alguien remarca los precios: los empresarios. Con ello ya se obtiene un malo: el empresario remarcador. Puede agregarse otra cualidad negativa: El actor central de los mercados concentrados: El empresario oligopólico”. Si existiese la “inflación oligopólica” los márgenes de ganancia de los empresarios deberían estar subiendo constantemente en respuesta al crecimiento de la demanda. Cita un estudio de Miguel Bein para mostrar la flexibilidad a la baja de los márgenes empresarios, lo cual desmentiría la idea de esa “inflación oligopólica”.

Manzanelli y Schorr afirman “En una nota de Claudio Scaletta se intentó justificar la inexistencia del componente oligopólico en la formación de precios, afirmando que los márgenes de ganancia en el ámbito fabril han disminuido en el período 2002-2012, principalmente a partir de 2007”. Dicen que el autor criticado toma un dato agregado (el total de la industria manufacturera), que no capta “la importante heterogeneidad estructural existente, ni las transferencias de excedente que ocurren en los planos inter e intramercados en términos de la relación capital-capital”. Por último señalan como ejemplo que los márgenes de ganancia internalizados en la industria por las 500 empresas de mayor tamaño fue del 30,8% en 2002 y de 30,2% en 2010, es decir una gravitación similar y no a la baja en el margen de beneficios.

Ahora bien, planteadas las posiciones de los economistas citados quedaría ver cómo responden a la pregunta del título, es decir cómo bajar la inflación sin ajuste.

El análisis de Lo Vuolo es crítico del manejo de la política económica oficial y presume que su fracaso llevará indefectiblemente a un ajuste ortodoxo de las variables económicas. Este diagnóstico es seguramente compartido por las figuras más significativas del enfoque heterodoxo estructuralista nacido en la CEPAL (Comisión Económica para América Latina, organismo de las Naciones Unidas con sede en Chile) Me refiero a Roberto Frenkel, por caso.

Lo Vuolo descree explícitamente del congelamiento de precios. Su visión incluye un fuerte compromiso fiscal de no financiar monetariamente, es decir con emisión el déficit público y controlar la demanda, básicamente el consumo, acotando su expansión, propone un plan de estabilización de la inflación con pautas de precios y salarios; es decir con políticas de ingresos y seguramente, aunque no esté dicho en su artículo, una mayor tasa de interés para contener la demanda monetaria. Para este enfoque esta es la única alternativa que resta a que el ajuste lo haga el mercado de manera violenta, es decir con devaluación, caída de los ingresos y alza generalizada de los precios.

Brenta, que sostiene el origen oligopólico de los aumentos de precios, en cambio prefiere no hablar de inflación en general, sino mostrar que la misma no es igual para todos los sectores. Y recalca que los precios que más han subido en la última década son los agropecuarios, lo que se traduce en la llamada “inflación importada”. Es decir, que los precios de los alimentos – que aunque sean producidos en Argentina, son fijados por el mercado internacional – se incrementan más notoriamente que los otros precios de la economía. Aunque no lo afirma, va de suyo que la estrategia de congelamiento de precios beneficia no a todos los actores de la economía, sino a los sectores populares que gastan su ingreso fundamentalmente en comida. En pocas palabras: al congelar el precio de los alimentos y no los salarios la tasa de inflación será alta, pero no afectará a todos por igual.

Claudio Scaletta afirma que “La pregunta hacia adelante es si la tasa de ganancia puede seguir contrayéndose, los salarios creciendo y el consumo expandiéndose”, porque supone la no existencia de una inflación oligopólica, con lo que afirma que los márgenes son flexibles a la baja, es decir la tasa de ganancia tiene un cierto espacio temporal para caer y los trabajadores seguir ganando en la puja distributiva, en la lucha social en torno al ingreso. Espacio que se acota.

Propone entonces un esfuerzo adicional de la inversión pública sobre la inversión total. Agrego que la alta capacidad de utilización de los recursos que llegó al 84 % de la capacidad instalada (fábricas, medios de producción) hoy se ubica en el 66 %. Es decir que la oferta productiva puede expandirse sin ampliar su capacidad, un dato no menor sobre el ciclo económico a la hora de controlar precios.

Manzanelli y Schorr, en el modelo de FLACSO (Facultad Latinoamericana de Ciencias Sociales), sostienen la centralidad de la fijación de precios por poder de monopolio de las actividades centrales de la Economía. Los precios suben siguiendo el ciclo económico. Con mayores ingresos y expansión de la demanda, subirán el margen y los precios las empresas formadoras de estos últimos.

El punto de discusión con Scaletta, que no puedo tratar en extenso pero sí explicitarlo es: Si quienes obtienen mayores precios lo hacen porque imponen un precio por fuera del mecanismo del mercado, es decir un precio de monopolio. O las empresas de mayor tamaño y capacidad fijan el precio de mercado porque se apropian de una porción mayor del valor generado en cada sector y por lo tanto tienen flexibilidad para bajarlo.  Si fuera así su margen a la baja se confirmaría. En el enfoque de los autores citados a precios de monopolio, control del Estado, el que sería casi permanente sobre dichos precios.

Por último una reflexión tomada de los economistas argentinos Amico y Fiorito “La verdad empírica es que si se aspira a tener un alto crecimiento del PBI y el empleo, muy probablemente la inflación resultará mayor a un dígito. Magia no hay. Se ha “lobotomizado” a la población con la absurda idea de que es posible crecer sin inflación”.

26 Responses to Y de repente, volvió la economía

  1. Oscar Cuervo dice:

    Abel:
    ¿La frase no sería al revés?
    No: «Los ortodoxos son los que se sienten incómodos con el hecho de la recesión. Los heteredoxos son los que se siente incómodos con el hecho de la inflación».
    Sino
    «Los ortodoxos son los que se sienten incómodos con el hecho de la inflación. Los heteredoxos son los que se siente incómodos con el hecho de la recesión «

  2. Abel B. dice:

    Hmmm… Tu enfoque también es válido, Oscar. Vos pensás que como tipos racionales se van a preocupar por los problemas que afectan a su público, los que directa o indirectamente les pagan sus honorarios.

    Yo tengo una opinión sobre ellos casi tan mala como la de Manolo, y creo que lo que les incomoda, como intelectuales, son los problemas para los que no tienen una teoría satisfactoria.

    Un abrazo

  3. oski dice:

    No coincido con el titulo,respetuosamente creo que mas que nunca esta presente la politica,la interna,estos dias miramos la internacional.Creo que no existe ningun fundamento economico serio y medible que justifique una devaluacion del signo monetario de la magnitud que estan tratando de imponernos, que no sea generada por actitudes propias de sectores que juegan a la devaluacion del signo monetario por beneficios sectoriales y de representatividad en las proximas elecciones.Esto no significa creer que todo esta bien o que se niegen tensiones y deslizamientos en los precios.

  4. ¿Qué tienen aquí de heterodoxas las opiniones de Scaletta y Lo Vuolo? Son explicaciones clásicas. Por otro lado ¿cuánto justifican de inflación los oligopolios, la puja distributiva, y el incremento internacional de precios? Muy poco. A lo sumo explican un nivel de carestía de vida. La causa en Argentina es básicamente monetaria y fiscal, como dice Lo Vuolo. Hay heterodoxos lobotomizados, repitiendo a Amico y Fiorito, que al parecer, se miran el ombligo.

  5. Sergio Robles dice:

    «…….porque la economía – como dije muchas veces – es la batalla decisiva para este gobierno….

    Agrego: como lo ha sido y lo será para todos.

    «……no hay en el horizonte una alternativa superadora…»

    Agrego: con un dolar paralelo «sin techo» (Aldo Pignanelli dixit) cualquier alternativa es superadora.

    El proyecto agoniza desde el 13.03.13 a las 16:30 horas y este fin de semana le ha sido dispensada la extrema unción. Que en Paz Descanse.

  6. Abel B. dice:

    Estimados:

    Dos comentarios que quiero responder. Y uno con el que estoy de acuerdo, pero con una diferencia de énfasis, que es la clave del problema.

    Sergio R.: Tiene razón en una cosa: la economía es la batalla decisiva para todos los gobiernos. Pero creer que se decide con el precio del «blue» es propaganda o histeria.
    Aldo PIgnanelli es un opositor inteligente y bien informado. En una conversación reciente, coincidimos que no hay motivos estructurales para un derrumbe de la política económica K (con la q él no está de acuerdo y yo tengo mis reservas). Si ahora se monta en la histeria… bueno, también es un político.

    A.M.C.: En la jerga política actual, «heterodoxo» es todo aquel q no considera la receta central el ajuste. Es tan arbitrario como esa definición informal que planteo.

    Oski: Estoy de acuerdo con lo que dice. PERO nosotros, y en especial el gobierno, no puede autoconvencerse que lo principal es convencer a los demás que el dólar blue no importa.
    Lo que importa, y DEBE resolver, es una economía que no está creciendo al nivel de las expectativas de los sectores medios y altos y de las necesidades de los sectores más humildes. Y con una inflación que deja de ser un estímulo al consumo y se está convirtiendo en un irritante peligroso.

    Saludos

  7. Capitán Yáñez dice:

    Estimadus Abelum: estas seculares discusiones entre ortodoxos y heterodoxos respecto al huevo o la gallina se parecen mucho a aquello que podríamos resumir en Forster vs. Sarlo, es decir, inconducentes polémicas cafeteriles a las que se le dio el épico rótulo de «batalla cultural». Para el caso que nos ocupa, teniendo en cuenta que ninguno de «los tres economistas con cargos claves en el gobierno» convocados por Cristina es un ortodoxo… tipos pragmáticos como vos y yo bien podemos decir que la polémica es totalmente al dope.
    Hizo muy bien Marcó del Pont en descolgar de una pared de la sede del Central ese absurdo cartel que decía «acá se defiende a la moneda», o algo así, tan incongruente como el «aquí se aprende a defender a la Patria» del Tiro Federal. El problema es que, como ¿era previsible? en 2012 el Banco Central pasó de fortín de Wall Street en territorio enemigo a mero apéndice del Tesoro. O dicho en términos más «científicos», la política monetaria (y cambiaria, ergo) quedó completamente subordinada a la política fiscal. En términos vulgares, nos fuimos pa’l otro lado. Lo cual por supuesto no indica nada bueno.
    Si es verdad que no se puede crecer sin inflación, también lo es que una cosa es 25% de inflación en una economía creciendo a «tasas chinas» y otra muy distinta esa misma tasa de inflación (o un poco más) en una economía creciendo a tasas bien modestas, como está ocurriendo con la nuestra.
    Apuntarle a Repsol y a Yo te conozco es muy tentador… y necesario, pero no alcanza. Si no ha llegado ya el momento en el que lo «momentáneo… para siempre» ha empezado a impactar en la macroeconomía, no puede tardar mucho más. Será cuestión, entonces de rever cepos, restricciones e incentivos. Están chocando mal unos contra otros.
    Sabido es que el problema no son los síntomas sino la enfermedad.

  8. oti dice:

    Por qué la inflación está en un rango casi fijo en los últimos 3 o 4 años? Esto, acaso, no es más llamativo que la inflación misma?

  9. Abel B. dice:

    Sabias palabras, Capi. Veo que el anticlericalismo furibundo no le nubla el sentido común

  10. Charrua dice:

    Todavía con el misterio de la inflación???
    Vamos, la economía argentina no es tan distinta de sus vecinos, los cuales no tienen problemas inflacionarios (por lo menos, no del mismo tamaño).
    La variable distinta y explicativa son las políticas gubernamentales y no hay otra, muchachos.
    No, no hay motivos para esperar un colapso, pero la combinación de alta inflación y bajo crecimiento (dificil de lograr, pero todo se puede…) no es fácil, sobre todo sin chances de endeudamiento externo, poca credibilidad de las autoridades monetarias y estadisticas oficiales y con mecanismos distorsivos difíciles de desarmar.
    El principio de una solución debería pasar por empezar a superar esos obstáculos parcialmente autoimpuestos.

  11. guiyeloser dice:

    ¿No será hora también, acaso, de aplicar políticas disciplinatorias? ¿Y de empezar a «premiar» a quienes producen para ganar pesos, consumir en pesos y gastarlos exclusivamente en el suelo patrio? ¿Que en el fondo las «libertades individuales» son tan sólo una parte más de tantas otras «subjetividades»? En nombre de los centenares de miles de trabajadores asalariados pobres, que seguimos cobrando nuestros difíciles y devaluados pesos, de fuentes laborales que aún, a pesar de todo, siguen siendo inestables. Siempre queda el afuera, no se olviden, la puta calle, esa misma donde cotiza el dólar ilegal y notoriamente impune.

  12. ricardo j.m. dice:

    porque 30 era mucho para sostener el chamuyo y poder jugar el partido. y aparte en lo concreto les da aire para meter mano sin matar a la gallina de los huevos de oro.

  13. cultoforma dice:

    Buenas, me gustaría que alguien intente no separar al dólar blue de la inflación, y que tampoco se olviden que el volumen del mercado no es representativo del volumen electoral, es bien sabido por toda la humanidad que el 0,1% es el dueño de la torta. La inflación o devaluación se convierte en un problema porque el electorado no tiene capacidad de ahorro. Desde mi punto de vista «el cepo cambiario» es acelerador de la inflación. Por otro lado la mentira de la industria nacional que consume energía y divisas baratas y a pesar de ello no es competitiva, tiene que acabarse; el Estado debería invertir en I+D y no en subsidios a la energía, evitar la fuga de capitales y ofrecerle al laburante alguna posibilidad de ahorro.

  14. Capitán Yáñez dice:

    Mi furibundo anticlericalismo, Abelum, se ha desvanecido por completo ahora que habemus Papam peronistam.

  15. Norberto dice:

    Sobre el párrafo final de su introducción Big Chief, debo decir que es acertado, dado que los heterodoxos privilegian el crecimiento y de hecho se encuentran con cuellos de botella que los actores económicos solucionan mediante el recurso mas fácil que tienen a mano que es el aumento de precios en función de la demanda, es decir que no son injustificados según sus torcidos intereses y parámetros.
    Y la respuesta ortodoxa se puede ver claramente en el post de Telechea
    http://estructuradesequilibrada.blogspot.com.ar/2013/02/metas-de-inflacion.html
    donde además sostengo un pequeño intercambio de ideas sobre el tema.
    Sin embargo el ataque contra la moneda es uno más de los sucesivos ataques que bajo el comando de sectores interesados en una fuerte devaluación que les permita una renta extraordinaria, por un lado y por el otro atacar la política no ya monetaria, sino económica en un año electoral para desgastar el poder que ven en el gobierno nacional. Además están quienes necesitan de alguna manera sacar sus dineros mal habidos sin pasar por la AFIP, que son los que ante los sucesivos cortes de abastecimiento, el último de los cuales fué el golpe de furca sobre las agencias de turismo que vendían paquetes turísticos del exterior a clientes no existentes, que luego eran cancelados sin información, y reteniendo los dolares, que pasaban al circuito ilegal con ganancias extraordinarias, y que se supone que en estos pocos meses ingreso a ese circuito cerca de trescientos millones de esa moneda azul, y como hoy es más difícil para.los intermediarios conseguir como abastecer a sus delincuentes, perdón quise decir clientes, es natural que una mercadería escasa, que además ni siquiera se produce en el país, es natural que quien lo tiene hace valer su posesión en visperas de una de las salidas turísticas importantes, como es Semana Santa, con el aditamento adicional del 2 de Abril, que son diez días de vacaciones adicionales.
    Y es claro que esto repercute en las espectativas de todo tipo, incluyendo las inflacionarias, y allí chocan los intereses del «mercado» con los nacionales, como lograr que un pequeño mercado con gran repercusión mediática; y que ademas en general es utilizado para maniobras de evasión y/o lavado, mas allá de quienes tengan necesidades especificas que deberían ser contempladas; acepte reglas de juego honesto es una tarea hasta diría inútil dado el carácter «border» de ese tipo de negocios.
    Nunca menos y abrazos

  16. Mariano T. dice:

    No se pueden regular a la vez precios y cantidades, eso es de primer año.
    Llama la atencion que no se den cuenta como funciona un mercado tan sencillo como el blue.
    Hasta alguno ha dicho la burrada de que la liquidacion de la cosecha, si es brusca, haria bajar el blue, cuando en realidad el efecto sería el contrario por razones muy faciles de deducir.

  17. victorlustig dice:

    A ver, no se puede regualr precio y cantidades, De Beers lo hacia.

    dicho esto, que muestra que nada es simple (disculpen, trabajo en Sistemas), lo que Mariano expresa, en otras palabras, es el problema de precio tan caro a los liberales, acerca del bla bla de la informacion etc etc de los agentes economicos, etc, el caso general del problema de regulacion de precios y cantidades.

    yendo al punto, esta corrida ya la pasamos mil veces, Cavallo vs Techint, por citar una al pasar, y, la unica forma es tapar el mercado con verdes, no la disciplina, no las sanciones, no expresiones de deseos como mas plata a I+D en vez de subsidios a la energia.

    Sinceramente me extraña que una cosa que los peronistas hicieron siempre, apagar incendios, no lo hagan ahora, o no hay plata, o no se, pero, es raro, al pasar, la paridad base/rvas da 7,14 (Murolo dixit) con lo cua lugar para jugar tienen bastante.

    Una cosa que no se menciona es la propuesta que habia que enviar de pago, es raro, ni tampoco es tanta plata.

    Last, el mercado del blue no estan sencillo, nada es sencillo, hay mil actores chicos, mil procedimientos, mezcla blue, plata en negro, dolar cable, dolar tarjeta y su mezcla

  18. Norberto dice:

    AyJ, eso de paridad versus reservas es un viejo esquema de caja de convertibilidad que no se adapta a las necesidades reales del país, porque ¿sobre que base monetaria habla?, ¿la que tiene en el bolsillo la gente de a pie, es decir sin contar depósitos, plazos fijos, o lo que los bancos deben esterilizar en el BCRA por sus activos líquidos?, no, seguro habla de ese total, pero resulta que el Gobierno Nacional y sus organismos tienen gran parte de esos depósitos, entonces no es necesario tanto para convertir todos los pesos existentes a dolares , peero
    No tengo que decirte que existe el PBI, y que en ese caso todo el circulante sería el 10% del mismo, y yo relacionaría el circulante con las necesidades monetarias para mantener la actividad, porque en casi ningún país del mundo desarrollado el circulante está totalmente respaldado por sus reservas, sino relacionado con las necesidades de intercambio interno, cuando el externo se hace en otra moneda diferente a la propia, o con ambos en el caso contrario.
    Que en nuestro país el nivel de reservas debe ser acorde con la necesidad de frenar golpes de mercado y corridas como las intentadas en los últimos años, no me cabe la menor duda, pero supongo que la capacidad hoy por hoy y hasta el 27 de marzo está asegurada, mas cuando el rango del mercado especulativo es tan pequeño, después de esa fecha conservo la esperanza de que la discusión sea otra si es que desaparece la amenaza buitre, porque no habría allí otro sustento que el político para mantener la calificación de país al borde del default con el consiguiente descenso del castigo de las tasas internacionales que sufre el país, lo que permitiría acceso a tasas aceptables tanto para el gobierno como para las empresas.
    Como hoy es 20 de marzo, se puede decir que lo que resta es una eternidad , pero supongo que se trata de un infinito un poco mas pequeño.
    Nunca menos y abrazos

  19. Silenoz dice:

    Don Abel coincido que no hay motivos para mega devaluar. Pero tan sólo una apreciación respecto a hetero-ortodoxia.

    Los ortodoxos necesitan tener todas las variables “bien” año a año para que no se despeloten los precios relativos.

    Los hetero tienen un objetivo, allá de largo plazo, de desarrollo y para llegar a ello se necesita crecimiento para redistribuir. En el corto plazo y para llegar a lo primero, la preocupación principal es cómo seguir creciendo (por encima del 5 +-), después lo demás.

    La divergencia entre las dos posturas son los objetivos, de ahí la mayor o menor prioridad y forma de abordar ciertos temas como la inflación, las herramientas son las mismas. No creo que re inventemos la pólvora. Lo que dice Fiorito y Amico es cierto, ha pasado en otros países.

    Lo único valorable de la situación es que se está intentando sortear el stop&go de una forma distinta a la usual. No hay ninguna teoría escrita para solucionar los cuellos de botella de nuestra particularidad (Diamand). Y la solución vendrá vía los acuerdos, la negociación o sea, la política.

    Veremos si se puede

    Saludos

  20. Silenoz dice:

    «la unica forma es tapar el mercado con verdes»
    victorlustig:
    No ha servido, lo unico que hacés es darle la guita a los especuladores para que la fuguen.
    En la época del cavallo se apaciguaba a los «mercados» con dólares adquiridos vía endeudamiento

    Saludos

  21. cinebraille dice:

    El blue será un mercado marginal y aún clandestino, pero es el valor de referencia del dólar en la calle. Es un factor de ruido considerable, así que no debe ser tan marginal el tema.

  22. Mariano T. dice:

    Aunque quisieran y pudieran, legalmente no pueden tapar un mercado «ilegal» con dolares, estarían quebrando la ley.
    Me parece anacronica la declamacion de norberto sobre la «negritud»del mercado blue. Eso era antes de que inventaran el cepo. Hoy deben concurrir a el todos los compradores de divisas, con independencia del color de su dinero.

  23. Mauro A. dice:

    Y de cuanta inflación estamos hablando?: 10%, 25%, o 40%. No hace falta mucho análisis, solo tener mas «fuerza» para imponer el numero que mas te guste.
    Si seguimos sin definir esto, cualquier discusión es al pedo, por que cualquiera que diga cualquier boludez va a tener razón

  24. julio. dice:

    La producción como base económica-social.

    Un panadero vende su pan y masitas,
    de sus ingresos -100%-;
    el 25% va para el estado, el 5% a la timba-especulación,
    45% a insumos + mano de obra + intermediarios.
    Quedando el 25% de ganancia a su pyme.
    Numeros mas, numeros menos.

    Los bancos, las multinacionales, grupos timberos particulares,
    están sacando el 10 (no el 5%)
    restando a la pyme; y ésta traduce a la mano de obra y
    estos dos, al estado y éste, distribuye menos, ajusta más.

    Se controla la timba y lo demás,
    libre juego organizado, lo justo posible.
    Saludos.

  25. Norberto dice:

    Julio, justo tomaste un ejemplo donde el ruido es terrible, el pan no pasa de un costo total, materia prima, mano de obra y energía de menos de tres pesos el kg, el resto es posible que tenga demasiado que ver con los alquileres pero está en alrededor del 300% de carga sobre el costo, ni hablemos de la relación costo/venta de las masitas donde la ganancia es mayor.
    Nunca menos y abrazos

  26. Carlos G. dice:

    Yo pensé lo mismo que Cuervo; recién ahora, con tu explicación, entendí el sentido de la frase.

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