El apocalipsis, la voluntad y la sucia rutina

Como aclaré en la columna de comentarios de Una voz moyanista, estoy lejos de Buenos Aires y con poco tiempo para el blog. Además, tengo unos cuantos temas pendientes que tengo muchas ganas de subirlos… pero no lo bastante para fastidiar a mi familia encerrándome con la PC.

Pero esta mañana leí un post estimulante de mi amigo Ezequiel Meler, Apokalipsis now, y me siento obligado a debatir con él. Voy a copiar algunos párrafos suyos, para encuadrar mi argumento, y recomiendo leerlo completo, pero tengo que advertirles algo: No es para corazones tiernos y kirchneristas. La suya es una visión realista, es decir, pesimista, de nuestra situación económica actual y, sobre todo, de las posibilidades de hacer algo al respecto.

Tengo que decir que esto que dice Ezequiel es muy similar, casi idéntico, a lo que otro amigo, duro opositor él, que comentaba en el blog como EduA, me venía repitiendo desde hace más o menos tres años. Igual, lo sentí como una ráfaga de aire fresco, porque los economistas “del palo” están muy prudentes en la forma de expresar sus preocupaciones – que las tienen – y la blogosfera, con algunas, ahora más numerosas, excepciones, se divide entre los que plantean que los problemas de la economía son el inevitable y merecido castigo a la maldad K, y los que parecen sentir que su obligación militante es afirmar que todo marcha maravillosamente bien

Mi respuesta… puede sonarle raro a los dos bandos, pero es la que había empezado a redactar mentalmente hace unos meses, ante un post triunfalista de un bloguero cristinista ferviente, igualmente talentoso y que escribe muy bien, Fede Vázquez, que a fines de abril decía “Va a llevar un tiempo dimensionar lo de YPF. El Estado recupera la empresa más grande de la Argentina. Recupera el control sobre una masa de recursos que abre la puerta a un nuevo momento de la política  económica, porque permite manejar variables de inversión, precios (no sólo del petróleo, sino de una cantidad enorme de producciones que lo rodean), decisiones de desarrollo en localidades dispersas en todo el país, intercambio comercial con otros países sobre una producción sensible y estratégica, etc. Incluso, se sumaría el control sobre la empresa que comercializa el gas en garrafa, haciendo posible un plan de subsidios a ese bien para la población que no tiene gas de red. El cambio es enorme. El desafío, los riesgos, las oportunidades, también. Lo que no hay que perder de vista es que todos esos interrogantes y posibilidades se abrieron por la decisión política de recuperar la empresa.

… Se cierra un ciclo de preguntas sobre el kircherismo (ese latiguillo tan de los blogs “el kirchnerismo es…” para después intentar con ingenio nombrar y renombrar a la experiencia). El rol del Estado es el centro de la escena. Listo. El poder político y los recursos. La guita y su distribución social. El Estado como mediación para eso. El poder económico como el enemigo íntimo con el que se baila, se va a las manos, se vence, se negocia. Lo que sea. Pero con la certeza de que ese es el Otro.

… El cambio es el cambio de escala. Es pensar los problemas de un país con consumo de Asignación Universal por Hijo y casi pleno empleo, los problemas educativos con alumnos con computadoras personales, los problemas energéticos de un país dueño de su petróleo. Tampoco es el famoso “largo plazo”. Porque no hay proyecto político que se precie de tal que no sea, en términos prácticos, cortoplacista. Por una cuestión puramente democrática: se puede perder en cuatro años. Pero sí hay un cambio de escala. Si el Estado fue y es el centro del proyecto político kirchnerista, la preocupación sobre la burocracia de ese Estado ampliado, enriquecido, más complejo, más ramificado, etc, se vuelve, también, algo central. ¿Cómo conducir al monstruo? Es un problema político, ideológico. Ahora que hay Estado, hay que cambiar al Estado. ¿Cuál es la síntesis de política y burocracia? ¿Cuál es la inercia que se arrastra de las viejas capas estatales que entraron durante la fase de la debacle estatal? ¿A quién se llama? ¿A quién se deja afuera?

El análisis de Meler, menos de tres meses después, es muy distinto, y sin embargo… Yo les pido que lean los dos posts, completos. Ninguno de los dos dice tonterías; ambos – los dos jóvenes, con historias de militancia parecidas, examinan con lucidez los cachos de realidad que tienen delante, desde posiciones diferentes. Pero además de posiciones hay un hecho concreto que asume Ezequiel: En YPF no había una fabulosa máquina de hacer dinero que los «gallegos» y los Eskenazis se guardaban para ellos. Seguro, era un muy buen negocio … para Repsol y para el Grupo Petersen y sus socios. Para un país que debe recuperar el autoabastecimiento… puede llegar a serlo. Pero necesita capitales.

El Estado no tiene el dinero para eso y para hacer todo lo que Fede plantea como posible desde la voluntad política. Y esa voluntad no le alcanza – porque no le está alcanzando ahora – para conseguirlo. Dice E. M.:

“… Me da ternura el Chino Navarro en los medios dibujando a Moyano como un conservador que no quiere tocar intereses reales. Porque, dice el Chino, «hasta ahora todo fue simbólico», confesión exagerada y poco realista. Efectivamente, ha habido un abuso de lo simbólico, pero también hubo cambios reales, FMI, AFJP, AUH, YPF, UNASUR, etc.

Pero como eso tampoco alcanza y es cierto que la transformación social no ha llegado (¿quién dijo que estaba en los planes?), entonces debe ser que es lo que viene ahora. Porque o avanzás o te caés, y el que se estanca se pudre, y… ¿Y? Poco timing, chicos, lo que viene ahora es buscar mercados como loco, así sea en Uzbequistán, porque no somos competitivos. Y no se siente en los bolsillos, porque es la vieja historia de la economía argentina la que vuelve: el Estado se nos cae encima, literalmente, y en el medio se lleva puesta la actividad económica. Vamos frenando poco a poco, pero la inflación no baja lo esperado, y entonces la devaluación, que ciertamente existe, corre riesgo de trasladar sus efectos.

“Porque del laberinto se sale por arriba”. Sí, claro, pero ¿dónde es arriba? ¿Impuestos a las mayores fortunas? No creo, no. ¿Parar la obra pública? Eso es mucho más probable, ya está pasando. El problema es que es recesivo ¿Y las 400 mil viviendas en cuatro años? ¿Y Candela? La pregunta es igual de irrelevante: el gobierno no tiene la plata y con racionalidad busca accionistas para YPF. Mientras tanto, las provincias se endeudan porque el parate de la actividad se traslada a la recaudación, y aunque el porcentaje es el mismo que el año pasado, el número real es más bajo.

En medio de todo eso, me hablan de cifras que uno no sabe de dónde salieron. Del INDEC seguro que no, porque extrañamente está tirando números negativos. … Cuando lo analizás comparativamente es peor. 

… ¿Están equivocados los que apuestan al dólar? La historia, antigua y reciente, no lo demuestra. Cada vez que se huele un ajuste, el reflejo natural del hocico es sacar la plata de los bancos y, tras dolarizarla, meterla en el colchón. Pasó en el 75, en el 81, en el 89 y sí, en el 2001. Nada que ver con nada, excepto por la crisis fiscal, la crisis de un gasto que se fue disparando desde, ponele, 2009 -las malas lenguas dicen que 2007, por eso la 125- mucho más allá de lo que podía crecer la recaudación. El comportamiento del ahorrista que recuerda estas “peripecias de la razón” es todo menos irracional: eso es lo que el culturalismo berreta que nos explica que el problema es que somos unos colonizados nunca va a entender.

¿Distribución positiva? No creo. Me conformo con evitar la crisis en espiral, esquivar la quiebra y mantener, más o menos, el trazo grueso de un 20 de pobreza y un 35 de informalidad. ¿Revolución? Largá el vodka, viejo.

En el fondo del vaso, el problema se reduce a esto: cómo tabicar lo logrado. Eso, que sería revolucionario, requiere ya de medidas que van más allá de todo lo hecho hasta ahora. La reforma fiscal, por ejemplo, pero andá a implementar una cuando justamente lo que te falta es recaudación. Las grandes herramientas no están a mano porque nadie tiene seriamente el coraje de irlas a buscar.

¿Obra pública? ¿Planes faraónicos de vivienda? Chamuyo, relato que vuela. El problema es y sigue siendo el estado del Estado, que tapa los agujeros de las firmas industriales, sostiene como puede el empleo, mantiene una estructura de subsidios que permite el derrame del consumo de las clases medias y con eso espera también contener la fuga hacia adelante de todas las variables… mientras pueda. Lo malo y lo bueno de la economía es que las cosas se van encadenando, y si tocás los subsidios tenés más plata, pero el consumidor tiene menos, puede gastar menos, y probablemente pida que le ajusten el sueldo.

En el fondo de todo esto, una serie de cambios imperceptibles. Hace seis años decías que teníamos tipo de cambio alto / competitivo, superávit comercial y de cuenta corriente, inflación moderada a baja. La recaudación crecía todos los meses, y no hiciste los deberes: dejaste los subsidios como estaban, la inflación y las paritarias se comieron el tipo de cambio, etc. Seis años después, tenés todos los quilombos y ninguna de las ventajas.

Dejá de hablarte a vos mismo. Las glorias pasadas se recuerdan en la derrota. Ponete a laburar con imaginación, porque si no, nos comen los albatros. Este no es un problema de comunicación: esto es en serio. Tanto hablar del retorno de lo político y lo que retorna, al final, es lo económico

Mi respuesta, ahora: Voy a empezar precisando a que me refería con lo de posiciones diferentes, y en qué estoy y no estoy de acuerdo. Fede expresa la voluntad y el voluntarismo de los miembros de una generación joven y bien formada que asume posiciones de responsabilidad en el Estado. Y se siente identificada con un liderazgo político, el de Néstor Kirchner, de Cristina Fernández, que ha producido hechos, los que tanto él como Ezequiel citan, que ni ellos ni la mayoría de los argentinos creía posibles.

Por supuesto los opositores, que son muchos y vocales, pueden demostrar a su satisfacción que estuvieron mal ejecutados, y que además los hicieron por motivos egoístas y corruptos, porque los K son Malos. Pero los hechos hablan siempre con voz más fuerte.

Entonces, estoy de acuerdo con F. V. en que el Estado es la herramienta más poderosa con que cuenta una sociedad para su transformación. Y que un requisito esencial es voluntad política. Pero …  también se necesita capacidad de gestión. Que hay que reclamársela no solamente a Scioli.

En lo de Ezequiel me parece encontrar el eco de viejas discusiones en el Movimiento Evita, y, sobre todo, la impaciencia con un relato simplista y bastante idiota, que cree que el Enemigo es Clarín, y que el 8 de diciembre, el día después que el Grupo deberia vender parte de sus activos, el diario saldrá con un titular en su tapa «Cristina Es Buena!» y los sectores medios se darán cuenta que este gobierno es fenómeno. Pero lo fundamental es su insistencia en que la realidad existe, que señalar que «la culpa» de la inflación la tienen … no sirve para nada si no se puede modificar conductas, que los recursos del Estado no son infinitos a pesar de los delirantes – que no tienen responsabilidades ni poder, por supuesto – que creen que siempre se puede emitir un poco más, y que para cualquier cosa – excepto escribir en los blogs – se necesita guita.

Hay algo que me parece muy importante en su post, y lo repito en negrita «tabicar (es decir, proteger) lo logrado ya sería revolucionario«. Pero… ojo, no lo veo como – la impresión que deja Ezequiel en su post – un límite, sino como un entorno deseado, lo que es el sistema operativo en una PC, en el cual se construye.

Porque uno, por supuesto, también habla desde una posición. La mía es la de un argentino veterano que ha experimentado la economía argentina durante el último medio siglo. Y Fede, Eze, lo que ustedes perciben, uno como potencialidad, el otro como problema, es su realidad estructural durante la mayor parte de ese tiempo.

Nuestra generación también tuvo su «relato». Claro, unos lo cuestionamos, otros lo olvidaron y algunos, como Cristina, lo resignificaron. Pero la versión original corría que las profundas transformaciones que Perón realizó en Argentina entre 1945 y 1955 fueron combatidas y tratadas de suprimir, porque eran un proyecto incompatible con su propia existencia, por la Oligarquía y el Imperio durante 18 años. Aramburu, Frondizi, Ilía, Onganía… en el fondo eran lo mismo, diferentes formas en que esos enemigos, el Enemigo, procuraba derrotar el proyecto nacional que triunfaría cuando Perón regresara a la Patria y al poder. Bueno, como saben, la cosa resultó más complicada.

Hoy… sigo creyendo en la necesidad y la posibilidad de construir una Nación, en un lenguaje tradicional, una Patria libre, justa y soberana. Creo tener claro que no se identifica con una determinada estructura económica – ciertamente no esa mezcla de empleo público, mercado negro y dictadura policial que logró el «socialismo real». Pero también estoy convencido que los seres humanos vivimos en un mundo real, más complejo que las abstracciones ideológicas y los discursos politicos.

Las transformaciones del peronismo terminaron de conformar una nación moderna que a una clase media ya numerosa la amplió y diversificó con la educación universitaria gratuita y le sumó una clase obrera organizada y consciente de su importancia, un Estado con muchos servicios (que habían empezado a construir los conservadores con la educación primaria y la salud pública) y empresas públicas muy importantes – no sólo YPF -, y un sector agropecuario y una industria en inestable equilibrio (el primer ajuste por escasez de divisas fue en 1952).

Desde entonces, esa fue la realidad argentina. Sobre todo, la inestabilidad. Que nos costó mucho; si nuestro crecimiento quedó muy atrás del de Brasil – no hablemos del Asia Oriental – fue porque después de 1955 ningún sector o alianza de sectores logró mantener un orden más o menos estable por un tiempo prolongado. Nuestro empresariado, y no sólo ellos, se habituaron a los negocios rapídos y a ahorrar en el exterior.

Lo que me interesa destacar es que los intentos más extremos de cambiar definitivamente el equilibrio argentino se dieron después, y fueron hechos posibles por el estrepitoso derrumbe de un esfuerzo anterior. El fracaso del peronismo y la locura de la guerrilla en los ´70 fueron seguidos por el absurdo y sangriento proyecto de modernización a través de la masacre. El desastre económico en que culminó el gobierno alfonsinista y las hiperinflaciones consiguientes hiceron posible que la «revolución conservadora» menemista – en la línea de lo que estaba sucediendo en el mundo – fuera llevada adelante sin los límites del sentido común y con apoyo popular en los primeros tiempos.

¿Es necesario decir que el núcleo más significativo de la Oposición al gobierno actual desea y espera su fracaso económico que haga posible una versión 2°?

Es cierto que el gobierno de Néstor Kirchner también se «benefició» de fracasos previos. La Gran Devaluación con la que Duhalde-Remes Lesnicov y Lavagna cerraron la etapa de la Convertibilidad y fijaron las bases de la política posterior hizo posible el «tipo de cambio alto / competitivo, superávit comercial y de cuenta corriente, inflación moderada a baja» de los primeros años K. Más, por supuesto, el alza de los precios de los productos agrícolas.

Pero fue la prudencia y, francamente, el amarretismo de N. K. y la capacidad de pegar volantazos mostrada en las gestiones de Cristina que permitieron que esas condiciones favorables – que no podían durar para siempre – dieran inicio a un período de estabilidad político-económica sólo igualado en Argentina después de 1955 por Menem. Y si bien ha habido costos económicos y sociales – y cómo no – no son comparables al desempleo y la recesión en que culminó después de un lapso parecido la experiencia menemista.

¿Que se pudieron haber hecho mucho mejor las cosas y creado condiciones más favorables para el desarrollo futuro? Seguro. Desde la tribuna todos sabemos cómo se puede ganar el partido. En la cancha… es un poquito más difícil.

Por eso, mi actitud es diferente de la reflejada en esos dos posts (Sus autores son más amplios y diversos. No puedo ser tan terminante). No soy una admirador de las políticas económicas de este gobierno, pero creo que no hay un elemento intrínseco de autodestrucción, como la rigidez de la convertibilidad o el intento militar de hacer política contra las mayorías.

No pienso que la victoria – en el sentido de su perduración exitosa – de la experiencia K esté asegurada, ni mucho menos. Pero sí pienso que es en el interés bien entendido de todos, aún de sus opositores bien intencionados, que contribuyamos a evitar un fracaso que perjudicaría a todos los argentinos. Lo que significa moderar los términos de la lucha política. No son los blogs el lugar de militancia donde eso se decidirá, por supuesto, pero hay un aporte menor que puede hacerse evitando el delirio de los revolucionarios o contrarrevolucionarios de PC. Ciertamente, no es a Meler ni a Vázquez a los que cabe este pedido.

14 Responses to El apocalipsis, la voluntad y la sucia rutina

  1. ana8645 dice:

    Bien dicho, Abel. Leer lo suyo me apacigua la vena opositora y la crispación, por un ratito, pero no veo el más mínimo indicio de razonamientos como el suyo en los que toman las decisiones.

  2. Abel B. dice:

    Gracias, Casiopea. Veo q cuando está apaciguada, WPress le cambia el nic :=) (reconozco su mail).

    Eso sí, tenga en cuenta que puedo ser reflexivo y también divertirme porque estoy escribiendo un blog. Si tuviera que tomar decisiones y tratara de hacerlas cumplir con indicaciones escépticas y matizadas… choco el barco.

    Un abrazo

  3. Norberto dice:

    Me dá la impresión que gran parte de las respuestas a las críticas de Ezequiel Meler, que por otra parte aíslan a la Argentina del mundo como si el contexto no tuviera nada que ver, se encuentra en el artículo de Tiempo Argentino de hoy referido a la deuda externa y el cuello de botella que representan estos últimos seis meses del año, el dice estar de acuerdo con algunas cosas entre las que coloca a YPF, pero esa sola requiere U$S35000 millones de inversión durante los próximos cinco años, si bien con ellos se eliminarían importaciones del orden de U$S10000 anuales, ello se lograría al cabo de ser ejecutadas esas inversiones, yo en ese aspecto estoy pensando en que antes de eso habra un equilibrio entre expos e impos de hidrocarburos que sucederá previamente, y eso será muy importante
    http://www.infonews.com/2012/07/16/economia-29774-para-la-argentina-la-deuda-ya-no-es-un-problema-estructural-la-tapa-de-tiempo.php
    Por otra parte me interesaría saber que le podemos proveer a Uzbekistan en condiciones competitivas para ir a ofrecerles eso a cambio de moneda dura o energía si la tiene, o algún producto que nos sea necesario importar y que podamos sustituir.
    Parece evidente que escribir para La Nazi ON requiere afiliarse ciegamente a determinadas pautas de defensa, la mejor es el ataque, de quienes fueron parte y colaboradores de cuanta dictadura tuvimos en el país, y partícipes de un robo descarado de la propiedad de una empresa en complicidad con la mas sangrienta de todas.
    Nunca menos y abrazos

  4. rib dice:

    Pero la farra acabó … säbado!
    cuando la cuenta llegó … säbado!

    «Pero sí pienso que es en el interés bien entendido de todos, aún de sus opositores bien intencionados, que contribuyamos a evitar un fracaso que perjudicaría a todos los argentinos.»

    Esta afirmación no es más que una amenaza de socialización de las pérdidas del fallido modelo … como fue la estatización de la deuda privada de Cavallo en los 80s o la pesificación asimétrica de Mendicurren en los 2000.

    Quien sino la clase media va a pagar la fiesta de Budú?
    Inflacion al 25% y plazos fijos al 15%.
    Transferencia pura y dura.
    De producir … nada.

  5. casiopea dice:

    Sí!!!! Tuve un problema para entrar y automáticamente me puso otro nombre que usé antes. Cosas de Internet. Usted no será economista, pero si estuviera tomando decisiones muchos que son opositores podrían creerle.

  6. julio argentino dice:

    no se lo que quiero pero lo quiero ya!

  7. Norberto dice:

    ESta vez no te salvás, aún el IPC trucho de los opos que toman como referencia consultoras que hacen muestreos desde la oficina mediante las listas de precios de internet de las grandes superficies, tendrías que conocer algo sobre peso estadístico para saber de que estoy hablando, para el 2011 no llegó al 22%, y por cierto el implícito en el crecimiento del PBI fué del 16%, pero ademas en el mundo la tasa pasiva siempre es igual o menor al IPC real del país, pero en particular en nuestro país, esto ha sido siempre extremo, existiendo un gran spread entre tasas activas y pasivas.
    Nunca menos y abrazos

  8. Mariano T. dice:

    China esta bien, pero usted piensa que nos va a salvar Uzbekistan? Si le vendemos algo (no consumen mucho de nada), nos pagarán en moneda dura (la que hay), y si les compramos algo, llámese petroleo, exigirán lo mismo.

  9. Mariano T. dice:

    Lo civilizado es inflación del 3 y tasa de interés del 2 al 5 según épocas.
    De todos modos, el plazo fijo es una cagada, aún contra la tasa de devaluación del oficial del último mes y medio.
    El que no compró dólares el año pasado, ya perdió la oportunidad.

  10. casiopea dice:

    Yo quiero un plan coherente para controlar la inflación, y transparencia en el gasto público.

  11. rib dice:

    Que en el mundo la tasa de depósitos a plazo fijo siempre es igual o menor al IPC real del país no es cierto ni siquiera para la Argentina durante el gobierno de Kirchner.
    En 2004 con una tasa de inflación del 4,47% (INDEC) las tasas de depósito a plazo fijo pasaban el 15% en entidades financieras. En 2008 con una inflación de 12,85% (INDEC) o 24% (Privados) las tasas de depósito a plazo fijo todavía estaban alrededor del 15%.
    Aquí fue cuando la clase media comezó a comprar dólares por percibirlos «baratos» frente a los bienes de consumo tal ves a causa del QE norteamericano.

    http://www.bcra.gov.ar/index.asp
    http://www.spanish.xinhuanet.com/spanish/2008-12/19/content_782523.htm
    http://en.wikipedia.org/wiki/Quantitative_easing

    Póngale 22% de inflación si le place … ante la prohibición de comprar dólares para ahorrar que sea el plazo fijo a tasa negativa la única alternativa de ahorro hace que éste se convierta en un «diezmo» que la clase media se ve obligada a pagarle a la «burguesía» nacional. Esos que según la Presidente
    la levantan con pala. El modelo K ha sido, es y será: primero Mendicurren y despues vos. Si queda algo.

    http://rib-moregeometrico.blogspot.com.ar/2012/06/es-la-inversion-estupido.html

    P.D. : no se persiga tanto … compre un espejo.

  12. Lo de La Nación no sé de dónde sale. Pero si me invitan, voy.
    Las inversiones en YPF, para funcionar, tienen que ser privadas.

    Respecto del estado de situación, es indudable que hay impacto externo, sobre todo en el frente brasileño, pero no tanto en el europeo. Y en Uzbequistán, en Turkmenistán y en Atlántida, el problema de la Argentina es el mismo: retraso cambiario, que algunos dicen resulta del llamado mal holandés, y para otros tiene que ver con una pauta de crecimiento y gasto que se disoció del control de la inflación.

    Saludos,

  13. Norberto dice:

    Eso de que las inversiones para funcionar deben ser privadas, deja de lado la tasa de reinversión de los privados en la Argentina durante los años que precedieron, aún con este gobierno.
    Está claro que las inversiones, por otra pàrte dibujadas, para la compra de las empresas estatales, fueron seguidas de un saqueo sistematico de las mismas a como diese lugar, y hablo de Aerolineas, YPF, ferrocarriles, incluso por parte de empresas teoricamente argentinas como Techint con Somisa.
    El problema no es el retrazo cambiario sino la tasas de ganancia empresaria, muy superiores a las internacionales para empresas del mismo ramo y magnitud, y a la disputa por la distribución de la renta entre los diversos actores económicos, incluyendo entre ellos el comercio minorista, tanto es así que son numerosos los rubros en los que es posible exportar a precios competitivos, porque los inconvenientes solo se pesentan en los precios que paga el consumidor argentino, aun a pesar de esas ganancias excesivas.
    Si para exportar debemos sacrificar a salarios devaluados a los trabajadores argentinos, perderemos el mercado interno que da sustento a la producción de escala que nos permite precisamente exportar, la megadevaluación que parece ser añorada no tuvo por objeto incentivar la actividad productiva, sino satisfacer los requerimientos de Anne Krueger, puesto que el primer intento de reestablecer competitividad se hizo con una paridad de $1,20 y luego se intentó calmar a la fiera con una nueva devaluación hasta $1,40, como no fué suficiente, se liberó el cambio sumergiendo en la miseria a una cuarta parte de los argentinos y en la pobresa a otra cuarta parte, y en eso estabamos hasta que apareció alguien con un concepto diferente que tenía mas desempleados que votos, porque esa mega, diseñada para los pagos de deuda, no tenía por objeto generar empleo, ese alguien que peleó para generar el circulo virtuoso de un mercado interno que requiriera los productos que la capacidad ociosa y la poca mano de obra con habilidad que quedaba, luego de quince o mas años perdidos donde había generaciones que nunca habían tenido trabajo estable, pudiesen reiniciar ese ciclo.
    Con respecto a las respuestas posteriores, Rib, en 2004 no había inflación porque sencillamente no había poder de compra y las tasas pasivas eran altas porque no había dinero para ahorrar, todo el dinero que se volcaba al mercado laboral era transformado inmediatamente en consumo, tal era la necesidad despues de muchisimos años de sequía, es decir la puja por el ingreso estaba adormecida .
    En cuanto a la necesidad de ahorrar en dolares para no perder valor, supongamos que ese es un planteo que no implique forzar una devaluación no deseada, con la devaluación anual del peso frente al dolar, ahorrar en dolares es muy mal negocio frente a cualquier otro tipo de instrumento, incluyendo el plazo fijo, no hablar frente a la compra de bonos,y eso si no tengo una empresa, porque si la tengo, siempre el mejor negocio es invertir en la misma mediante su modernización o la acumulación de stocks de materia prima. No nos engañemos, la compra de dolares es simple y sencillamente, fuera del factor psi de parte de la población, una forma de fugar dinero en negro, y algunas veces, en blanco .
    Me estoy extendiendo demasiado, perdón don Jefe de Blog.
    Nunca menos y abrazos

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