Joaquín, Horacio y Manolo

Tal vez piensen que dedico demasiado del blog a intercambios en el seno de la blogosfera. Pero si ahí uno encuentra los estímulos más interesantes…

No es extraño que sea nuevamente en el blog de mi amigo Manuel Barge. Hoy sábado subió un post donde analiza, con su habitual bisturí, la «sesión fotográfica de dos de los Divos del Análisis Político Argentino»: Horacio Verbitsky y Joaquín Morales Solá.

(Para los visitantes del exterior, de los cuales están comentando algunos en los últimos tiempos; J.M.S. es el columnista político editorial de La Nación, el diario más prestigioso del establishment argentino; H.V. es el columnista político editorial de Página 12, el diario más prestigioso del establishment de la izquierda argentina, y que su íntima vinculación con los niveles más altos del gobierno han llevado a que la gente mala lo nombre «el Boletín Oficial»).

Manolo dice «que estos dos Pesos Pesados de la “Formación de Opinión”, se reúnan a instancia de otro Peso Pesado, Fontevecchia (el editor de Noticias), es un dato político transcendente … que incluye, necesariamente, los reacomodamientos posteriores al 23 de octubre.

En lenguaje de la época: para Verbitsky el “limite” hacia la Derecha incluye a JMS; y para Morales Sola ídem a la Izquierda, con la inclusión de HV. Ergo, los “limites” no son ideológicos; sino de contenido sociológico, los Impresentables con los que no se quiere salir en la foto.

¿El “rechazo”, y “repudio”, a Clientelistas y Burócratas es comunitario?, será cuestión de “leerlos” con atención los próximos meses«.

Les invito a que lean íntegro el post, porque no puedo copiar la riqueza barroca de su estilo. Y porque forma parte de un largo esfuerzo de reivindicación de una identidad y una praxis del peronismo territorial.

Me sentí motivado a comentarlo, por supuesto. Y, como hice otras veces, convierto esa intervención (un poquito corregida) en un post en este blog, porque lo que planteo no cuestiona los supuestos de mi amigo, sino que trata decir algo sobre los mecanismos y las estrategias de la política. Uno también tiene su afán didáctico…

Querido Manolo:
Aceptame un impulso personal para este comentario. Vos dirás que todos mis comentarios vienen así, pero sucede que aquí no estoy discutiendo política, sino como reaccionamos frente a un hecho político y a sus protagonistas.

Vos ves a HV en la izquierda del Frente Cultural – JMS estaría en la derecha – que desde hace muchas décadas construye el «relato» dominante – antes se hablaba del Zeitgeist -, y con el cual el peronismo lucha, desde hace 65 años, como muchos Davids contra un Goliat con títulos en universidades del exterior.

Quien comenta antes que yo, Almita, siente dolor y desconcierto, porque para ella HV era un referente ideológico, y esta foto le enturbia su imagen. No es ciertamente tu caso, pero el de ella también es válido. La experiencia kirchnerista ha tenido en el periodismo, desde la izquierda, pocos defensores tan lúcidos – y con razonable independencia – como HV.

Mi reacción es diferente. El «discurso» de HV, aunque es inteligente y profesional, no me parece tan importante (Y JMS es el pasado, creo). Y para pelearme con el pensamiento «progrekirchnerista«, lo tengo a J. P. Feinmann, que es más intelectual y soberbio.

Mi admiración es a don Horacio como «cuadro» político. Su lucidez para comprender el rol, nacional e internacional, que podían tener los organismos de derechos humanos; su capacidad profesional y su persistencia en la construcción – una tarea de décadas – en el armado de algo que no fuera un sello ni una reunión de egos, sino que hiciera un trabajo real (que además, tengo que reconocerlo, no se limita sólo a vivir de cosas que sucedieron más de 30 años atrás)… creo que merecen la valoración de todos los que nos interesamos en la política.

A vos, que sos un hombre culto, te reitero mi habitual exhortación a estudiar la historis de los «dreyfusards», los que defendieron a Dreyfus en Francia a principios del siglo pasado. Y se transformaron en un aparato político clave de la Tercera República.

La mía es la actitud de un «cuadro» también, mezclada con la autocrítica por no haber sabido construir, ni individual ni colectivamente, estructuras tan eficaces como el CELS. Pero un punto de partida importante es entender la importancia de esas construcciones, especialmente para la pelea cultural en la que vos, con toda razón, ponés tanto énfasis. Un abrazo,