Corea del Norte, ‘fuego y furia’

Un viejo amigo reclamó que se diga algo de Corea del Norte y la tensión que vocean esos dos tipos con peinados ridículos. Estoy cerrando valijas, pero por suerte Fredes Castro ya había aportado al blog uno de sus valiosos resúmenes sobre la historia reciente del país del Kim.

Sólo agrego una evaluación personal: Corea es -como Argentina, o Uruguay- una expresión única de la identidad humana, y por lo tanto valiosa. Pero en los términos del juego del poder global, de lo que puede afectarnos, es una ficha menor. Su importancia es que para la segunda y creciente Gran Potencia, China, Corea del Norte es un «buffer». Un «algodón», habría dicho Lord Ponsonby, entre ella e importantes aliados de la primera: Japón y Corea del Sur.

Advierto que no la veo en el papel de Serbia, como detonante o pretexto para una guerra. Los dos gigantes han demostrado prudencia a lo largo de décadas. Pero Corea del Norte ha desarrollado -hasta por ideología- un aparato militar poderoso. Copio entonces algo que ya había dicho y el resumen de Fredes:

La amenaza de guerra -que forma parte del menú permanente de herramientas de los actores principales en el conflicto: la República Popular y Democrática de Corea y los Estados Unidos de América- está subiendo de temperatura. Otra vez.

Corea del Norte:

Hasta 1999 las “Cuatro Grandes Líneas Militares” fueron junto con la ideología Juche pilares esenciales de la ingeniería política diseñada por Kim Il-sung. Un pueblo armado, un estado fortificado, hacer de cada soldado un cuadro y la modernización militar, fueron directrices consagradas como garantía de la estabilidad del régimen y de la independencia nacional. Kim Jong-il sustituyó las Cuatro Líneas por la doctrina songun o de la primacía militar. Sumamente criticada por los sacrificios que implicó para los 24 millones de habitantes sostener un ejército de más de un millón de efectivos. Sin embargo puede conjeturarse que fue una anómala forma de avanzar hacia la desideologización y la desmilitarización de toda la sociedad (con repliegue, no renunciamiento, de la ideología juche), a favor de un cuerpo organizado, controlado y vocacionalmente pragmático (en desmedro simbólico del proletariado y real del poder del partido).

En el VII Congreso del Partido, el primero en 36 años, celebrado en el 2016, Kim Jong-un consolidó la estrategia byungjin como sucesora de la doctrina songun, que apunta a un progreso simultáneo de lo nuclear disuasivo y lo económico. La dimensión militar cedió su primacía, para compartir (al menos, por ahora, en lo estratégico discursivo) prioridades con el desarrollo económico. Cabe registrar que el tránsito entre la primacía militar y la estrategia byungjin fue contemporáneo al desmembramiento estatal y la desintegración social del totalitarismo soviético, del que tomaron debida nota las jerarquías del comunismo norcoreano.

One Response to Corea del Norte, ‘fuego y furia’

  1. Raúl Rojas dice:

    Buen Viaje, estimado compañero. Raúl Rojas

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