Trump + Exxon + Putin : Tillerson

El cargo de Secretario de Estado tiene, en la tradición política de los EE.UU., un significado especial. Se lo ve como al número 2, con mucho más peso que, por ejemplo, el Vicepresidente. Natural. Es el equivalente a nuestro ministro de Relaciones Exteriores, y, en una Gran Potencia global, es un cargo con mucha responsabilidad, y el más visible para el resto del mundo. (No es necesario aclarar que no es así entre nosotros).

El Presidente electo, Donald Trump, acaba de confirmar al Sr. Rex Tillerson, descartando los nombres que habían circulado de Giuliani, Romney, Corker y Petraeus. No es una decisión trivial, por la importancia del puesto, y, sobre todo en este caso, por la oposición que se levantó cuando empezó a conocerse su candidatura.

Políticos poderosos del Partido Republicano, como los senadores Marco Rubio y John McCain, salieron a cuestionarlo, por sus «cercanos lazos a Putin». Medios influyentes, cercanos a los Demócratas, como el legendario New York Times publicaron notas en las que se hacía hincapié en ese aspecto, como ésta. La copio abajo porque, más allá del sesgo, es informativa (la foto de arriba, en la que Putin y Tillerson aparecen estrechándose las manos, la tomé de ahí, justamente).

«Rex W. Tillerson, CEO de Exxon Mobil, cuya gestión para el gigante de la energía lo ha sumido en la política global desde Yemen a Rusia, se espera que se le ofrezca el cargo de Secretario de Estado por el presidente electo Donald J. Trump, según dos personas cercanas al equipo de transición del Sr. Trump.

El Sr. Tillerson tiene estrechos vínculos con el Presidente Vladimir V. Putin de Rusia, a quien conoce desde hace más de dos décadas. Rusia otorgó al Sr. Tillerson su Orden de la Amistad en 2013, un año antes que la relación de Washington con Moscú se congeló profundamente por la anexión de Crimea por Rusia y su guerra de sombras en el este de Ucrania.

Las relaciones con Rusia se han agravado más porque las agencias de inteligencia estadounidenses determinaron formalmente poco después de las elecciones de noviembre que Rusia había tomado medidas para ayudar al Sr. Trump a ganar.

El Sr. Tillerson, sin experiencia en diplomacia fuera del ámbito de la energía, heredaría esos problemas. También se enfrentará a la cuestión de si debe mantener las sanciones a Rusia – las que ha criticado por frenar las inversiones de Exxon en ese país«.

Hoy el Times publica una nota más convencional, y les enlazo la versión en castellano. Pero como éste es un blog de reflexión, quiero acercarlos algo que ya dije a principios de este mes, cuando especulé sobre la “alianza contra el terrorismo” que Putin ofreció a los EE.UU., y la actitud de Trump, mucho más benévola hacia Rusia que la de Hillary Clinton:

«Si este desarrollo se afirma, representa un cambio como no se ha visto desde hace 45 años, cuando Henry Kissinger viaja en secreto a China y se reúne con Zhou Enlai, preparando el acuerdo que firmarían Mao y Nixon.

En ese entonces, EE.UU. y la Unión Soviética eran los dos gigantes que se enfrentaban -siempre a través de terceros- en la lucha por la hegemonía global en la Guerra Fría. El vuelco de China en su política internacional hacia una posición paulatinamente más favorable a la estrategia de los Estados Unidos … no causó el posterior derrumbe de la URSS, pero si desbalanceó la relación de fuerzas global.

El de hoy es un escenario distinto. La competencia entre EE.UU. y China no es el enfrentamiento ideológico de la Guerra Fría, ni tiene componentes bélicos… salvo en los preparativos militares. Y hay muchos aspectos, sobre todo en los organismos internacionales, en que ambos gigantes son socios. Rusia quedó muy debilitada después de ese derrumbe soviético, pero sigue siendo el tercer jugador global, por su extensión en Eurasia, sus recursos, y su potencial militar. Que incluye un arsenal nuclear que es todavía el segundo, sino el primero«.

Sólo puedo agregar un clásico del blog: «El que viva lo verá«.