Los encuestadores y la traición de los votantes

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Como se ve en los comentaristas de este blog – una muestra sesgada de los politizados argentos – la sorpresa en la 1° vuelta de la elección hace dos semanas no ha cambiado la opinión de nadie en esa tribu. Aparece algo de euforia en los «republicanos», un poco de angustia en los «nac&pop», pero todos siguen convencidos de lo mismo que estaban antes del 25/10.

Entonces, ¿porqué no escuchar a los encuestadores? Ellos reconocen que se equivocaron, y dan las razones por las qué, suponen, la realidad resultó diferente a sus previsiones.

Seriamente, este artículo de Ernesto Calvo y Julia Pomares que nos hizo llegar un amigo del Frente de Izquierda es un análisis lúcido del hecho más sorprendente y más importante de esos resultados: la diferencia con los de las P.A.S.O., sólo 77 días antes. Los autores son profesionales de prestigio, y toda la metodología que respalda sus afirmaciones está explicitada en el artículo original. Sin embargo, ustedes notarán en esta introducción un cierto escepticismo. Es que no soy politólogo, sino político (retirado). Al final planteo mis dudas.

«Dice el viejo apotegma de Perón que los peronistas son como los gatos. Mientras todos piensan que pelean, en realidad se están reproduciendo. No esta vez. Aun cuando Daniel Scioli obtuvo cinco puntos más que Mauricio Macri en la provincia de Buenos Aires, el margen de victoria frente a Cambiemos fue considerablemente menor y María Eugenia Vidal ganó la provincia con un significativo corte de boleta a su favor.

Hoy los números indican que la segunda vuelta era inevitable y Mauricio Macri tiene mucho que agradecerle al delasotismo. Pero de acuerdo con nuestras cuentas, el sciolismo hubiera estado en alrededor de 41 puntos y el massismo en alrededor de 18 si la contienda electoral de la provincia de Buenos Aires no se hubiera desmadrado.

Es cierto que la candidatura de Aníbal Fernández alienó a algunos votantes. Es cierto también que María Eugenia Vidal hizo una excelente campaña. Pero los números indican que nada fue más costoso que las defecciones que siguieron a la derrota de Julián Domínguez y las defecciones municipales que acompañaron a la nominación de Martín Sabbatella. Esta vez los gatos estaban realmente peleando y las consecuencias fueron perder la provincia más grande del país. Basta recordar que Aníbal Fernández y Julián Domínguez concentraron un 40% del voto en las PASO contra tan solo 30% de Cambiemos. La pérdida de siete puntos entre las PASO y la general fue una herida auto-inflingida. Una herida que afectaba las mediciones de la campaña, como ya nos habían indicado colegas de las encuestadoras.

Un baño de humildad para las encuestadoras

La noche de las elecciones nadie salía de su asombro en ambos equipos de campaña. No era para menos. No solo las encuestas que fueron liberadas (u operadas) al público daban a Daniel Scioli como ganador por 10 puntos: las propias encuestas internas de los partidos arrojaban números parecidos. La segunda vuelta era una posibilidad cierta, con Daniel Scioli proyectado al filo de los 40 y Mauricio Macri ligeramente por debajo de los 30, pero el margen de victoria era considerado amplio y las posibilidades de un triunfo en primera vuelta eran altas.

El agregador de encuestas “La Borra” -que publica Andy Tow junto con María Page, Manuel Aristarán y los autores de esta nota- mostraba a Daniel Scioli clavado en 38 y proyectado en 40, mientras que Mauricio Macri había ido cayendo a 28 y era proyectado a alrededor de 30.

Al margen de las operaciones políticas típicas de las campañas electorales, todos los números convergían en valores similares. Las PASO nos dieron muchísima información y sabíamos que Mauricio Macri había tenido solo 24 puntos propios. El resto era prestado. Seis meses de mediciones, que comenzaron a principios de abril, le daban una estabilidad extraordinaria a los números. Y, asimismo, una cadena de elecciones locales confirmaba que las encuestas estaban obteniendo mediciones confiables.

Los únicos resultados que realmente sorprendieron durante la campaña fueron los de las PASO en la provincia de Buenos Aires, donde Aníbal Fernández estaba proyectado a ganar por más de 10 puntos y terminó derrotando a Julián Domínguez por solo cuatro. Este debería haber sido el primer preaviso de que “no todo estaba bien en Kansas.”

En el Congreso de ciencia política de la Sociedad Argentina de Análisis Político (SAAP), realizado en Mendoza la semana siguiente a las PASO, Marcelo Escolar aventuró que la interna municipal del peronismo era responsable por la diferencia y que Aníbal Fernández le restaba dos puntos de medición a Daniel Scioli. Uno de los autores de esta nota le retrucó que podía también ser simplemente por efectos de información al tener una boleta tan larga y compleja. Pero la hipótesis del faccionalismo peronista era correcta. Solo la interna de la provincia de Buenos Aires puede explicar los dos puntos de diferencia hacia abajo que no fueron bien medidos por las encuestas.

Si bien la interna del peronismo le sirvió en bandeja la provincia a María Eugenia Vidal y le costó dos puntos a Daniel Scioli, eso no explica los cuatro puntos adicionales que se llevó Mauricio Macri, por encima de lo anticipado por las encuestas. Ese plus de Mauricio Macri se debe casi totalmente a transferencias desde el delasotismo y Progresistas, mientras que un par de puntos vinieron de nuevos votantes. Es interesante que estos votos excedentes compensaron con creces las pérdidas dentro de la propia coalición.

Al igual que observamos en anteriores elecciones con PASO, retener a los votantes de los perdedores de una PASO dentro de la coalición no fue tarea fácil. Eso ocurrió dentro de Cambiemos (aproximadamente 4 de cada 10 votantes no votaron al candidato del PRO), aun cuando el conjunto de movimientos electorales ocultara estas defecciones. Y los votantes de Carrió parecen haber sido menos fieles que los de Ernesto Sanz, pese a la religiosidad de su líder. Pero, en ambos casos, las fugas no fueron hacia otros candidatos (ni candidata, ya que tampoco migraron hacia Progresistas como primera opción), sino que fueron hacia el voto en blanco o la abstención. Más clara fue la fuga de los votantes en el perdedor de la primaria de UNA: votaron a Sergio Massa aproximadamente el 40% de los delasotistas. ¿A dónde fue el resto? Casi íntegramente a Mauricio Macri. Solo el 3% de los votantes del peronista cordobés fueron al peronista bonaerense Daniel Scioli. Es que la matriz de transferencias constata lo que el resultado electoral agregado indica: Daniel Scioli no pudo cautivar el 25 de octubre votantes distintos a los que ya habían votado por él en las PASO. Logró sí captar algunos votantes que no habían ido a votar en las PASO. Mauricio Macri, por el contrario, pescó de todos lados (¡inclusive de Nicolás del Caño!).

A diferencia de las encuestas de la elección en Canadá hace un par de semanas o de las encuestas del Reino Unido de este año, las mediciones de esta elección no estuvieron tan fuera de rango. Tres puntos de un lado implica estar solo medio punto por afuera del intervalo de confianza; 4 puntos más para Macri que lo estimado está un punto y medio por arriba del intervalo de confianza.

Sin embargo, la creencia en que una masa de datos tan consistente no podía estar errada fue tan alta, y la anticipación de los sacudones internos tan difícil de medir, que el resultado sorprendió a todos. No importa que ahora escuchemos voces diciendo que “siempre lo supieron” o que “era de esperar.”

Es cierto que Aníbal Fernández era un mal candidato y que Martín Sabbatella causaba mucho rechazo entre amplios sectores del justicialismo. Es cierto que María Eugenia Vidal era una buena candidata. Pero pocas dudas caben de que perder la provincia tiene costos enormes para el peronismo a futuro. A partir de diciembre, más de dos tercios de los argentinos estarán viviendo en provincias que no son administradas por el peronismo. Estos números inéditos hablan también de la diferencia sustantiva en recursos que tendrá el justicialismo para mantener sus redes de militancia y mantener a su aparato político. Quizás la interna del peronismo confió demasiado en las encuestas, tanto como lo hicimos nosotros. Quizás no midieron las consecuencias de la pelea de gatos. Esta vez las consecuencias auguran crisis partidaria, independientemente de si Scioli gana o pierde la Presidencia.»

En mi opinión, el mensaje más importante para el futuro de este trabajo de Calvo y Pomares está en su último párrafo. La pérdida del gobierno provincial y de varias intendencias claves del Gran Buenos Aires es un golpe durísimo para el PJ bonaerense, que desde hace 28 años cuenta con esa base de poder. Es cierto que el peronismo sobrevivió y creció la mayor parte de los 32 años anteriores sin ella. Puede ser entonces una buena noticia para el peronismo, aunque no lo sea para sus políticos. Lo que es seguro es que tendrán que renovarse.

En cuanto a la explicación de esa derrota… Los números son correctos, y lo que deducen de ellos es válido. Lo que pienso es que no es suficiente para explicar la disminución del porcentaje del Frente para la Victoria entre el 9 de agosto, las PASO, y el 25 de octubre. Julián Domínguez era un buen candidato: un eficaz ministro de Cristina Kirchner en el área y el momento más delicado de su gestión, un Presidente de la Cámara que la manejó con habilidad para conseguir lo que el Ejecutivo necesitaba… Pero no era conocido por los votantes de a pie. Todas las encuestas dejaban claro eso.

El punto es que es irreal suponer que «sus» votantes iban a cortar boleta o cambiar su voto porque él no estaba. El rechazo fue contra Aníbal Fernández, fruto de una campaña feroz contra él, cierto. Pero es inevitable preguntar porque campañas como esa no tuvieron consecuencias en otros momentos.

Sostengo que todavía falta una buena explicación de esa caída de votos en esos días. Porque todos los actores, Aníbal, Vidal, Scioli, Macri, Cristina… ya estaban muy visibles cuando las PASO. Por ahora, solo puedo recurrir al politólogo Pedro Navaja «La vida te da sorpresas».

24 Responses to Los encuestadores y la traición de los votantes

  1. claudio Maxl dice:

    A ver: comenzar a reconocer q la imposibilidad del triunfo en primera vuelta se debio a la pauperrima performance en PBA. Ahora hay q apuntar los cañones a full ahi: y especificamente en el 2 y 3 cordon conurbano donde se produjo el desplome q explica el 37% d la provincia. AGENDA DEL SEGUNDO Y TERCER CORDON, NO REPLICAR LA AGENDA DEL MEDIOPELO ANTIK.

  2. Rogelio dice:

    Abel:

    La primera obligación – inexcusable – de la conducción de conjunto es mantener la propia fuerza reunida y alineada con los objetivos estratégicos.

    El «sektarismo» es el causante de la disociación de la fuerza propia en 3 o 4 fracciones. Noi desde ahora, ya fue evidente en las PASO y Generales de 2013.

    Te pido que seas vos el que elija:

    ¿ incompetencia o mala leche ?

    Saludos

  3. Yossarian dice:

    Estimado Abel, soy un fiel lector de sus textos, aunque esta es la primera vez que dejo un comentario. Para que sepa quién escribe le digo: soy de La Plata, ando por los 40 y algo, soy peronista (me afilié al PJ el día que cumplí 18 años, en plena campaña del 89, luego me desafilié, luego me volví a afiliar). Fui fiscal de NK en 2003 (en una escuela del populoso barrio del Mondongo, la escuela en donde estudió Favaloro, y donde salimos 3°), y luego en varias de las elecciones posteriores, para el FPV.
    Quería transmitirle, ahora, algunos datos, que quizás aporten algo, cuyas fuentes provienen del entorno cercano de Julián Dominguez:
    1) las encuestas de JD aseguran que un 9 por ciento de sus votos en las PASO fueron luego a Vidal.
    2) un grupo de trabajo interno de JD comprobó, luego de revisar los telegramas de la totalidad de las mesas de la provincia, que muchas de ellas fueron alteradas en el Correo, al ingresarse los datos.
    3) Están convencidos que JD ganó las PASO, y que eso fue tema de conversación entre JD y la presidenta.
    4) En La Plata, La Cámpora no hizo campaña por DOS, solo por Aníbal.
    Un abrazo peronista. Yossarian

  4. Norberto dice:

    Y DOS y su peronismo no lo hicieron desde siempre por Anibal, por la sencilla razón que no querían un Gobernador capaz al frente de la PBA, que le soplase la nuca y demostrase lo que se puede hacer en la provincia.
    Por eso en un comentario anterior hablé de la interna sangrienta de la PBA.
    Nunca menos y abrazos

  5. Norberto dice:

    Rogelio, en ánimo de polemizar le voy a repetir mi respuesta a Yossarian

    «Y DOS y su peronismo no lo hicieron desde siempre por Anibal, por la sencilla razón que no querían un Gobernador capaz al frente de la PBA, que le soplase la nuca y demostrase lo que se puede hacer en la provincia.
    Por eso en un comentario anterior hablé de la interna sangrienta de la PBA.»

    Y tengo mas para después del 22, que un Gobernador peronista saque menos del 40% en su provincia dice mucho, y que la mayoría de esos votos sean K puros mucho más, porque todo lo que se, es que no hubo corte de boleta entre Anibal Gobernador y Scioli Presidente, lo demás lo dejo por su cuenta Rogelio.
    Nunca menos y abrazos

  6. manolo dice:

    Abel

    Para que aburrir con cuestiones que se vienen discutiendo hace años.

    Citando a la Autoridad; es mala porque no funciona y es buena porque funciona.

    Hay que manejarse con los resultados concretos.

    Y ellos son que no habrá caja, y por lo tanto todo volverá a ser a pulmón, como de 1955 a 1987.

    Y, a pesar de Lilita y su caza de brujas, donde le apuntan hasta al partícipe necesario; léxico legueyo de la chaqueña para referirse al candidato de UNA/FR y el tema de la Morsa.

    El dueño del voto, y como lo corta, Arma, o se abstiene; es el Pueblo.

    Que aviso en 2009, se corrigió; y en 2013 y no se corrigió.

    En 24 meses, si no anulan las de medio término; afuera apuestan que van a tener los mismos resultados electorales del 2001; con abstención y voto blanco/anulado

    Porque no solo se trata del shock, sino que además el “endeudamiento” tiene que “gotear” para “remontar” la desilusión de los propios y el cabreo de los ajenos.

    Abrazo peronista; lo que no nos mata nos fortalece.

    PD, es una inmejorable ocasión para ver si lo de Lewitsky sigue funcionando.

  7. Claudiad dice:

    Excelente invitación al análisis, Abel. También interesante el otro artículo de Julio Burdman “Uno contra Uno”:

    Macri (…) Su estrategia dominante es estirar el momentum hasta el final. Su eje fue cambio versus continuidad, y desde allí buscará representar al 63% que no votó a Scioli, con un discurso que ya fue construido, está disponible, y es eficaz.
    Scioli, a su vez, tiene que representar a ese 65% que no votó a Macri. (…). Sin demonizarlo ni diciendo que Macri es lo que no es. Todo lo contrario.
    Para ello debe hablar otro lenguaje, que lo saque del eje kirchnerismo – antikirchnerismo, y sacar también a Macri de allí. (…) Nada de spots, ni desarrollo, ni gabinete, ni militantes (…) Solo el rostro del candidato, hablándole al votante, explicándole quién es quién y qué es lo que está pasando.
    Los fundamentos de la campaña de Scioli fueron buenos, pero no encontró la forma efectiva de comunicarlos (…) Cambiemos sí supo comunicar la propuesta… de Scioli.
    Es Scioli quien viene representando desde hace 10 años la política de los cambios moderados y la respuesta a nuevas demandas, mientras que Macri ha cambiado su agenda de giros profundos en el perfil de las políticas públicas.
    Scioli debe desarmar esa vuelta de la tortilla, y contarle a la gente la verdad: que ni Scioli es Cristina, ni Macri es Scioli.

    Mi opinión:
    Pienso que anclarse en los porcentajes obtenidos o a obtener, de allí y de allá, hace perder tiempo. El tiempo de los ensayos de respuesta de quién hizo qué y cómo, terminó: el incendio está a las puertas.
    Y esto es mucho más que la puja por una Presidencia, como bien lo mencionaste vos y los autores de la nota: incluso la organicidad estructural de la militancia, su supervivencia, está en juego.
    Y si vamos a lanzarnos a lo estructural, al hueso, esto, no es otra cosa de afinar el discurso, el acceso a medios donde comunicarlo – aparecer, aparecer, aparecer hasta el cansancio dejando de preservar al candidato como si fuera una porcelana frágil – y la revisión, de una vez, de la conveniencia de seguir comunicando en actos de inauguración.
    Esa mecánica muy peronista y endogámica (porque… ¿quién va al acto?… la militancia y si podés, algo de gente común) está A-G-O-T-A-D-A. ¿Por qué no se entiende esto?
    Ya lo mencioné en otro post: esta cosa inconveniente de dirigir alocuciones a televidentes y militantes al mismo tiempo, desde un habla idéntica. SON SUJETOS DIFERENTES. A mi criterio, no debés juntarlos en un acto de acercamiento al votante.
    Porque le repelerá la militancia: ésta es una sociedad descafeinada, despolitizada. Mandá a la militancia por un lado, al cuerpo a cuerpo que para eso es “maestra”. Y para lo televisivo, hacélo unipersonal, evitando concitar las reservas de los mayores al “se viene la juventud avanzando”.
    Porque demográficamente hay mucho votante adulto que, por reflejo de supervivencia etaria, rechaza los nuevos contingentes. Como éstos, al sub-60 y sub-50, asimismo.
    Aparte, hoy las campañas están mandando a batalla a los 4 de Copas (salir de esa mecánica implicaría un diferencial – Macri estará en posición conservadora al respecto, boca cerrada / voto seguro y sigan circulando los 4 de Copas -.
    Diferenciáte, Scioli. Caéle a Andino o a Rígoli en su noticiero (programas populares). De sorpresa. Porque el votante pone la tele cuando come. Mostrátre llano, accesible.
    Disiento con los palos respecto de haber mostrado equipo de probable gabinete, a la gente le interesa saber que ese tipo no está solo, que tiene las espaldas guardadas.
    Si no hay tiempo para trabajar proximidades cuerpo a cuerpo y acercar estos cuadros al llano, dejá que su gabinete hable por la tele.
    Batakis es capaz, dejála que la conozcan, tirála a que se muestre en Infama (sí, ese programa horrendo pero con raiting), fogueála (total, si dará la talla nacional, no preocupa, siempre habrá un ministro-muleto y el Peronismo tiene cuadros de sobra, incluso Axel estará disponible).
    No importa, si al evidenciarte, corrés riesgo de “dar letra al oponente” (porque su perfil ideológico y las décadas de construcción de axiomas lo invalidan para transitar por tus tramas más sutiles, para ver por dónde vas).
    Y si te digo que a la gente le interesa saber que Scioli no está solo, es porque en toda esa lamentable campaña, LO PERCIBIÓ SOLO.
    Porque, y me disculparán por decirlo, truena como evidencia que la militancia – del distrito que fuera – , verdaderamente, no lo acompañó porque no estaba ni remotamente convencida, entregada al duelo no resuelto de la interna, abortiva y desprolija (sé que muchos no osan siquiera tirarle un dardo a Cristina por esto y lo comprendo, por eso yo sí me permitiré hacerlo).
    Una militancia entregada, también, a una práctica que observo en diversos blogs y con la que me he topado también en el cuerpo a cuerpo: un cierto reflejo de urticaria entre pares de otras corrientes. Y así, no hay candidato interno que satisfaga a todas, quienes parecieran exigir un 100% de elementos de enamoramiento para disponerse a mezclar.
    Fíjense cómo siguen luchando entre sí las huestes de Domínguez con las de Aníbal. Al muerto ya lo velamos, dejen de coserle el traje, está a 6 metros bajo tierra.
    Como decías más arriba, los gatos no se reprodujeron. Yo digo: PORQUE SE CREEN DE ESPECIES DIFERENTES, totalmente incompatibles, cromosomáticamente. Por eso no hay reproducción. Cualquiera se da cuenta de la desconfianza mutua entre agrupaciones algo más lejanas.
    Y te voy a dar un ejemplo: cuando Axel hizo su cierre de campaña, había agrupaciones sindicales presentes. Axel no dejó de nombrar a ninguna agrupación militante (veo banderas de…), y cuando le llegó el turno a las agrupaciones sindicales… dijo: SON TANTOS QUE NO LOS NOMBRARÉ PARA NO OLVIDAR NINGUNA (no es textual, fue algo similar). ¿Cómo? ¿Nombrás a Dios y María Santísima de tu gente y no les das realidad ontológica a esas agrupaciones que sabemos más que díscolas y que vinieron a apoyarte y terminaron como fantasmas? Yo, si soy dirigente del sindicato presente, si me molesté en venir, si traje a los muchachos y vos no me nombrás, me sentiría un verdadero forro (arriesgándome a que mi gente, encima, piense que soy un flojo). Esos “lapsus” no son casuales ni inocentes. SCIOLI, personalmente, NO SE LOS PERMITE. ¿Qué tal si aprendemos de él al menos algo? Porque esos lapsus, como otros reflejos de especie, patentizan desconfianzas y evidente falta de feromonas para el cruce. Y resultan, al final, en la imposibilidad de tener descendencia conjunta. De ir juntos a la batalla.
    Muchos factores se unirán para explicar los yerros generales: verticalidad aprisionante, un candidato impuesto al que hasta ayer se ninguneaba; cierta rebeldía a acatar la orden de la Jefa, TARDÍA, de trabajarlo; la traición ¿sorpresiva? de los intendentes; la incomprensión de los sujetos votantes. ¿Quiénes son ahora estos tipos? ¿de qué se disfrazan? ¿Miran a Cristina o ponen “mute” cuando aparece? Pero por sobre todo…¿la entienden cuando se zarpa con explicaciones tecnocráticas?
    Y más, ¿le prestan atención?¿o ya no la tienen más en su imaginario, de tanto verla repetida a la hora del discurso plomífero pero sí registran al tipo del spot de los globos?.
    Y para los que insisten en llamar a parte del electorado “la gente” o “laggente” (si estamos socarrones) o los “apolitizados” (si gustamos de crear categorías de probeta incomprobables fácticamente), llámense a mapear de qué sujeto hablan porque de tanto escucharse a sí mismos, están perdiendo toque con el ciudadano de a pie.
    No es lo mismo tomar el bondi todos los días con tu vecino, que charlar unas palabras con él.
    Porque, gente, yo me cansé de pararme en las esquinas de mi barrio (Comuna 10) a que me dieran una mísera boleta de Scioli (los pibes estaban discutiendo entre sí, fervorosamente, tal o cual cosa… y ni bola). Y cuando después de hacer algún trámite volvía a pasar por la esquina, seguían discutiendo, DE ESPALDAS A LA GENTE. Como a las cansadas, me dieron un volante y boleta. Y se dieron vuelta en el acto… para seguir discutiendo. Ni les interesó hablarme de nada. Tomá la boleta y… media vuelta. Mientras tanto, el PRO estaba todas las semanas, cazando de los pelos al transeúnte, hablándole, hablándole, hablándole. Esto no es de ahora, ya lo vi en la campaña de Recalde-Cabandié, en la de Scioli y si me voy más lejos, llego a Filmus.
    Hagamos una cosa, si nos vamos a comportar así en una campaña, contraten volanteadores y listo. No dudo de que hubo quienes organizaron eventos culturales, charlas, etc. Pero creo que hace falta un poco más de piel con la gente.
    Tampoco nos vamos a fascinar con Macri y su aparente intuición paranormal del votante. Como dicen por ahí, son más los errores propios que los aciertos del oponente.
    Aprenderemos. Aprenderán. Pero no sueñe nadie con la Presidencia 2015, o la vuelta heroica en 2019, si no se cambian las mecánicas. Del discurso, del lugar para el discurso y de cómo se trabaja el cuerpo a cuerpo. Y también, si desde arriba, no se estimula un verdadero cruce vincular de las diversas corrientes.
    Me habría encantado, como adherente de este proyecto, saber qué onda las agrupaciones de la provincia. Su demografía, su anatomía cultural. Y si realmente se frecuentan. Por ahora, me quedaré con las ganas de saber esto.
    Mis saludos, muchachos.

  8. Mariano T. dice:

    Anibal no le pareció una persona apta para gobernador a la gente que a veces vota peronismo y a veces no.

  9. Esther dice:

    Hola, Claudia

    Vengo leyéndote con atención y es un placer hacerlo.

    Un abrazo,
    Esther

  10. Claudiad dice:

    Gracias, Esther, por el estímulo !!!
    Ahora sí puedo cambiar el «saludos muchachos» por un «muchachos/as».
    Y justo cuando me estaba entibiando con tu saludo – ¡vamos la rama femenina! – escucho por la tele los gritos de Macri, en Rosario diciendo, 5 veces para repetir la idea-fuerza, «Abusaron del Poder». Cinco veces repetido ante muchedumbre.
    Al horno, Esther. Llegó Micky Vainilla (si no nos unimos ante el espanto, claro). Buen punto, Durán Barba, te pongo un 10. Tal parece que todo lo que escribí arriba, acaba de caer al tacho, solamente con una frase, repetida 5 malditas veces.
    Es lo que digo, el tipo no puede hablar ni dos párrafos seguidos con coherencia, pero… bastan algunas frases de Durán repetidas como un disco y la masa cae rendida.
    Es el encantamiento monosilábico. Son los tiempos que corren. La gente tiene las orejas ardidas y quiere SI / NO / NO SABE NO CONTESTA.
    Si yo fuera política – he sido delegada gremial en algún pasado remoto – , hoy, me moriría de hambre, imágináte, con mi labia.
    Ja ja ja. Yo le critico a Cristina lo que yo misma hago: hablarrrrrrr.
    Bueno, un saludo cordialísiimo (también te he leído por ahí días pasados… ahí tienen, muchachos, las mujeres, piensannnn).
    Nos leemos entonces (si es que Abel continúa teniéndome paciencia porque esta es su casita, no la mía).

  11. Esther dice:

    1. Las encuestas y los análisis estadísticos chocan con algunas piedras. Una de ellas es la calidad de los datos colectados. La otra, si el modelo teórico utilizado se compadece con la realidad que se pretende analizar o no se compadece. En este momento, creo que es tema de preocupación para encuestadores y politólogos, pero dudo que para alguien más.

    2. Suponer que la causa de la pérdida de la PBA por parte del FPV está en las peleas internas resulta, a mi modo de ver, una hipótesis arriesgada. No está avalada por los datos del artículo, por cierto, que son datos puramente numéricos y no invocan causas. Me gustaría adicionar los datos de la pérdida de votos que sufrió tanto el FPV como UNA, desde la categoría de presidente a la de gobernador, pero la página de los resultados está caída. Pero UNA perdió más votos que el FPV y eso no puede explicarse recurriendo a las internas del FPV. Una cosa es tratar de entender qué pasó en el FPV (para lo cual bastarían los resultados alcanzados por el FPV) y otra diferente entender qué pasó en las elecciones (para lo cual se necesita pensar en todos los partidos).

    3. Con lo anterior no deseo negar la existencia de peleas internas en el FPV, sólo estoy considerando que no constituyeron LA causa de la pérdida de la provincia. Tampoco intento negar la importancia de esas peleas internas, pero sí sigo insistiendo en que eso debe quedar para después del 22.

    4. Es cierto que Domínguez era poco conocido por los votantes de a pie pero también lo era Vidal. Si Vidal pudo “hacerse conocer” en la magnitud que lo hizo, también podía lograrlo Domínguez. En otras palabras, no creo en la validez de ese argumento. Y sigo, tozuda, insistiendo que sería buena cosa hacer un análisis tomando los resultados de ambas elecciones con centro en el partido de Chacabuco y ampliando en círculos desde allí.

    5. Abel dice:
    «El rechazo fue contra Aníbal Fernández, fruto de una campaña feroz contra él, cierto. Pero es inevitable preguntar porque campañas como esa no tuvieron consecuencias en otros momentos».
    No estoy segura de eso. La campaña en contra fue feroz, es cierto. De lo que no estoy segura es cuánto afectó a la fracción de votantes, digamos, independientes, o si más bien afectó a aquellos que ya desde antes estaban dispuestos a creer que Fernández era negativo.

    6. Claudiad cuenta una experiencia personal en la CABA. Puedo contar algunas similares en la PBA, similares en el sentido de incapacidad para pensar las elecciones como un acto que existe más allá de los “convencidos”. Si voy a buscar una causa como principal, diría lo siguiente: el peronismo/kirchnerismo creyó que tenía la vaca atada y se dejó estar, a todos los niveles (con excepciones que, casi seguro, corresponden a grupos de militantes de base).

    7. La “renovación” en el conurbano era una necesidad evidente (con el diario del lunes). Aquí hubo una falla de análisis catastrófica por parte del peronismo: no darse cuenta de que los ciudadanos deseaban, querían, esperaban esa renovación. Si se las daba el peronismo, bien, si no se las daba el peronismo, pues sería otro.

    8. La crisis en el peronismo, por lo menos en la PBA, está, por supuesto. Si la dirigencia tiene suficiente sentido común la seguirán manteniendo más o menos en silencio hasta el 22 (espero que lo logren…). Después, estallará, gane quien gane, y veremos una impresionante profusión de fuegos artificiales. En principio, eso no me atormenta. Sucederá, durará un cierto tiempo y luego el peronismo llegará a una nueva síntesis y luego de eso hará lo que deba hacer según si gana Scioli o Macri, y lo que necesariamente tiene que hacer independientemente de todo: recuperar la PBA.

    9. Una vez, un viejo peronista me dijo: “cuando las cosas se vuelven confusas los peronistas volvemos a lo que conocemos, y eso es volver a leer a Perón”. Ya digo, un viejo peronista; no sé si los más jóvenes leen a Perón o no lo hacen.
    Pero tras ver los errores mayúsculos cometidos en este año y recordando las clases de conducción política de Perón (que leí sólo en parte, confieso)… Me digo que este viejo peronista, después de todo, tenía razón.

    10. En estos momentos, sinceramente, lo que realmente me preocupa es qué pasará el 22.
    Lo primero es lo primero.

    Un abrazo,
    Esther

  12. victorlustig dice:

    notable la rama femenina haciendo mea culpa de los errores, de los tiros en el pie, de saberse (ahora, quizas), no dueños de la verdad revelada, de hacerse cargo (ahora, quizas) de la endogamia, de la necesidad de renovacion, del sicristinismo, de Axel y el sectarismo, de los comisarios politicos

    todo esto me suena, como, disculpen, el 20 congreso del PCUS, solo me gustaria saber quien sera el miembro informante, y, si sera publico.

    la verdad, y lo escrito no me deja mentir, dije, que lastima, que lastima.

    pero bueno, volvamos a las fuentes

    el pueblo nunca se equivoca

    PD si Macri con una frase sintetiza mucho y tira por la borda en lo que Uds creen del gobierno, no les parece que es un problema del gobierno de no saber comunicar, comunicar falacias o que? me parece que el problema no es el otro (con mis disculpas, para los comisarios, siempre el problema era el otro)

  13. ¡Muy bien ahí, Esther! Los post mortem que correspondan despues del 22/11.

    La batalla que tenemos por delante es demasiado importante como para ponernos a discutir ahora el papel de punteros y caudillos provinciales o La Cámpora y lo que ud plantea en su punto7.

    Lo que peligra es la construcción de un bloque multinacional que enfrente la nueva ofensiva del imperio.

  14. Silenoz dice:

    Ja ja ja…

    ¡¡¡Grosísimas las cras. (en estricto orden de aparición en el blo’ de acuerdo a mi entender) Esther y Claudiad!!! (ya se ´ña Esther que no es peronista «nevermaind»)

    ¡¡Y encima «kiking ases» como Dio’ manda!!

    ¡Qué tiempos sublimes!

    Saludos

    PD. «laggente» está demodé, la weltanschauung impone «vecinos»
    Patético el subrayado cualunque del primer NO-peronista de Perón o algo así…

  15. Claudiad dice:

    Chapeau!! Esto es como el cuento «La carta robada», lo teníamos delante de la vista, sobre la chimenea, todo el tiempo. Opus Dei , Iglesia Católica (con el now-how de AEA) y Alianza Cristiana de Iglesias Evangélicas (numéricamente, la más poderosa hoy día). ¡Regalías gratis para todos los cultos y globos volando hacia el Creador! Brillante, Raúl C. PD: avisémosle a los muchachos/as así dejamos de atormentar a los candidatos heridos.

  16. Mariano T. dice:

    Puede haber influencia en las elecciones de Venezuela.

  17. Luciano dice:

    Disculpen la ignorancia, pero no llego a interpretar el cuadro que pone Abel. El %90 que sale de Scioli hacia Scioli significa que retuvo ese porcentaje de votos? Osea que del 100 que lo voto en las paso, en las generales lo voto 90?
    Y otra cosa? Entiendo que el grafico es estimativo no? Como se puede saber a ciencia cierta para donde fueron los votos de uno u otro candidato?
    Saludos

  18. Claudiad dice:

    Excelente post, Esther. Coincido en todo lo expuesto – las causas son múltiples y les asiste racionalidad intrínseca-. Y si la vocación de cambio, el hartazgo, eran intensos en numerosas comunidades, es claro que esto sobrepasaba, incluso, la propia capacidad de Cambiemos para llegarles. Sin por ello desmerecer exitosas estrategias que desarrolló en ciertos partidos. Particularmente me llamó la atención tu insistencia en Chacabuco como caso testigo, donde imagino aludís a la inversión repentina de las PASO que derivó en triunfo de Cambiemos. Y si en días pasados has posteado algo al respecto, me lo perdí entonces. Pero ya picada de curiosidad por tu alerta, entré en algunos sitios y lo que a primera vista saltó fue una andanada de críticas a la mala gestión de Barrientos y, cuándo no, LA INCIDENCIA DE LA INUNDACIÓN ACAECIDA HACE DOS MESES.

    Este tema de las inundaciones es de alto impacto político. Pero sería un error atribuir tales catástrofes a los vaivenes de la Naturaleza exclusivamente (en este caso un Niño intenso) porque se registran en Chacabuco y toda la Cuenca 36, modificaciones al entorno, de génesis puramente antrópica,
    Un trabajo de María Victoria Dente a propósito de esta cuenca resalta que se han reemplazado comunidades naturales por agrosistemas, con modificaciones en el suelo, incorporación de agroquímicos, cambios en el balance hídrico regional (por canalizaciones y obras de riego) y han cambiado las condiciones de drenaje, la fertilidad del suelo y la composición de los pastizales.
    Es decir, se ha agravado la condición de drenaje por franca metida de pata humana. De donde son partidos y ciudades cuyo humor será históricamente, pésimo. Cuenca que casualmente reúne una serie de partidos que, mayormente, le fueron esquivos al FPV : Chacabuco, Baradero, Campana,Carmen de Areco, Escobar,Exaltación de la Cruz, General Las Heras, General Rodriguez, General San Martín, General Sarmiento, Luján, Marcos Paz, Mercedes, Merlo, Moreno, Morón, Pilar, Salto, San Andrés de Giles, San Antonio de Areco,San Fernando,San Isidro, Suipacha,Tres de Febrero,Vicente López , Zárate.

    Más allá de estar abierta a considerar una administración deficiente de Barrientos en Chacabuco – aún sin contar con datos de su gestión en mi mano -, me pregunto si esas comunidades que parecen no responsabilizarse de las transformaciones hídricas que imprimen a su entorno – porque son empresarios de todo signo político – , pueden confiar ciegamente en que Cambiemos modificará sus realidades cuando las mecánicas productivas y distorsivas del ambiente, continuarán siendo las mismas. Y esto sin cuestionar, severamente, el rol de un Estado que, o no apareció, o cuando lo hizo, no tuvo el coraje de poner freno a transformaciones hídricas y topográficas delirantes que dejan a esas poblaciones donde están: bajo agua.

    Con esto quiero decir que, independientemente de hilar fino buscando cómo fueron las campañas en Chacabuco, si la administración ahora saliente era mala, prebenderia o anómica, si la población tenía demandas específicas no satisfechas, etc,, el desmadre hídrico creo que es lo más visible para catalizar enojo.
    Porque no hay nada más patente que la gente con el agua a las rodillas. Enojo ciudadano que un día quizás evolucione a consciencia de su propia estatura como actor de transformación y, también, creador de consecuencias.

  19. Claudiad dice:

    Aflojando un poco el espíritu de chanza de mi post anterior, diré, con algo más de seriedad, que sí creo en la incidencia de la profunda capilaridad y movilización de tales contingentes religiosos, quienes tienen llegada del alto impacto a los sujetos de su comunidad (en virtud de su criterio de autoridad imbatible) y, adicionalmente, gran capacidad para mapearlos diseñando mejores identificaciones. Tanta secularidad en nuestras cabezas modernas, a veces nos hace olvidar el probadísimo know-how de tales agrupaciones. Pero claro está, no son ellas causa suficiente para explicar los masivos recambios de administraciones municipales y provinciales percibidas como deficientes, probablemente anquilosadas, que perdieron – si la tuvieron alguna vez – su capacidad creativa para resolver.

  20. Raúl C. dice:

    Algún ejemplo:
    – El poder político de los evangélicos en Brasil es impresionante.
    – En Argentina en 1954/55 se vio muy bien lo que logra la ‘capilaridad’.
    – Me hace acordar al sacerdote de la película ‘Divorcio a la italiana’, que les decía a los fieles que debían votar por un partido que fuera ‘democrático’ y que fuera ‘cristiano’.

  21. Claudiad dice:

    Totalmente, Raúl, los ejemplos abundan y son de gravitación severa (recordar nomás el último cercano: Dilma y el tembladeral que supuso el ascenso de Marina Silva impulsada por las iglesias evangélicas). Y digo esto sin descontar los giros de trapecio extraños de Bergoglio, cuya radiografía de intenciones última, se me escapa, realmente.
    Solo que digo que esa capilaridad militante de las Iglesias – que se puso en acto y sigo sosteniendo,no la vimos venir – se sumó a otros tantos vehículos de transmisión de la propuesta contrarreformista en curso. Son tantos los factores convergentes en esta coyuntura (sean aquellos que se movilizaron para derribar lo presente, sean aquellos que fueron objeto del impacto), que no me permitiré elegir uno por sobre otro, porque no tenemos todavía perspectiva para saber la gravitación de cada uno de ellos. Por supuesto,el tiempo, se encargará de mostrar cuál revistió más potencia. Un saludo cordialísimo.

  22. Raúl C. dice:

    Sobre la ‘radiografía de intenciones de Bergoglio’:
    Hay que tener en cuenta que la Iglesia Católica, como tantas otras instituciones, tiene una lista de principios que comienza así:
    «1. Perdurar.»
    Casi todo lo que hacen, si no podemos desentrañar otro sentido, debe ser que lo hacen por el punto 1.

  23. […] preparada por dos politólogos muy prestigiosos, Julia Pomares y Ernesto Calvo, de los que subí un resumen de otro trabajo suyo, sobre las elecciones nacionales, hace pocos días. Pero, ellos utilizan herramientas metodológicas, desarrolladas en Harvard en este trabajo de 432 […]

Replica a Aníbal, Julián y los votos de Buenos Aires | El blog de Abel

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