El peronismo, con el viento enfrente

Barco_Tormenta

En el posteo anterior subí un reportaje a Axel Kicillof porque me parecía, y me parece, una de las (muy pocas) piezas políticas interesantes que se habían publicado en los medios locales. Me refiero a las que no estaban dominadas por completo por las vicisitudes de esta campaña electoral. Un funcionario clave del gobierno actual expone con nivel su mirada de la situación económica, y del proyecto kirchnerista a la fecha.

Ahora quiero acercarles, a los que no lo leyeron, el otro artículo que me llamó la atención. Un analista político que es reproducido, con respeto, en los grandes medios, al que otra vez que lo cité dije que podía describirse como un adversario intelectual del peronismo, adscripto a la vertiente “republicana». Mi amigo Manuel Barge, con indignación peruca, diría que pertenece al Estado Mayor de la Hegemonía Intelectual. (En mi opinión, la hegemonía que resta no es intelectual, y no hay un Estado Mayor. Apenas consultores, como Durán Barba o Bendixen. O modestos artesanos, como el que suscribe).

A la nota: Eduardo Fidanza publicó en La Nación, hace justo una semana, un análisis del peronismo hoy, como lo ve él. Creo que sí, que podría ser la base de una estrategia para enfrentar a su expresión actual. Pero no es la que se está usando, y no hay chance que sea usada, al menos para esta elección. Porque la vigencia del peronismo no se la otorgan solamente los peronistas – que, es cierto, hoy sólo una minoría de nuestros compatriotas se define como tal. También se la da la otra minoría intensa: los antiperonistas. Pero es tarde, y mis comentarios y críticas los dejo para otro posteo. Ahora, lo que dice Fidanza:

«El próximo 17 de octubre se cumplirán 70 años del hecho fundacional del peronismo: la aclamación de su líder en una larga jornada que culminó con un discurso en la Plaza de Mayo, colmada de simpatizantes. Ese aniversario ocurrirá una semana antes de las próximas elecciones presidenciales, donde el Frente para la Victoria, una de las variantes del movimiento creado por Perón, es el principal favorito. Esta conjunción muestra la vitalidad de un partido sui géneris que dominó la vida política durante siete décadas. Al cabo de ese lapso cabe ensayar, una vez más, un balance de su vigencia. Hacerlo tal vez ayude a entender las razones de tantos argentinos dispuestos a prolongar esa hegemonía.

El análisis del peronismo abarca dos planos. Uno es la subjetividad de sus adeptos, que comprende motivaciones y conductas; el otro son los modos de organización y la performance del partido. La subjetividad del adepto puede asimilarse a la demanda, mientras que la organización partidaria equivale a la oferta. Acerca de la demanda podría preguntarse: ¿es hoy el peronismo un sentimiento extendido en la sociedad? ¿La gente se identifica con sus valores, sus programas y sus líderes? ¿Se mantiene una tradición peronista en las familias argentinas, se transmite su legado?

La respuesta es no. Los estudios de opinión muestran un hecho irrevocable: la identificación social con el peronismo es minoritaria. En este sentido, el peronismo es un suceso electoral antes que emocional. Un caso de oferta dominante más que de demanda convencida y activa. Se lo vota por sus resultados, no por sus principios. Las razones que llevaron a miles de argentinos a la Plaza de Mayo hace 70 años, a millones a adorar a Perón y a Evita, y a otros millones a afiliarse al justicialismo en 1983, han caducado. El votante argentino, a tono con una tendencia mundial, está desencantado con la política y mudó sus preferencias a los deportes, el espectáculo y el consumo. El amor al peronismo es una víctima de la época.

Según datos de Poliarquía de fines de 2014, sólo el 25% de los argentinos declara estar identificado con algún partido político. El 7% se inclina por el PJ y el 5% por el kirchnerismo. Eso significa que apenas el 12% del total de la población simpatiza con el peronismo, en sus dos expresiones principales. Dentro de este grupo, el kirchnerismo logra más adhesión relativa entre los jóvenes, las mujeres y la clase media, mientras que el PJ mantiene su configuración clásica: es preferido en mayor proporción por los varones, los sectores populares y los mayores de 50 años. En cualquier caso se trata de minorías intensas, nunca de un fenómeno masivo en términos sociales o geográficos. Estos datos refutan la repolitización que se atribuye el kirchnerismo.

La vigencia del peronismo hay que buscarla en otro lado. El cofre vacío del deseo peronista, aquel carisma primordial, fue llenado poco a poco por una oferta dominante. El peronismo semeja una empresa cuasi monopólica: controla el mercado político; establece la cantidad, la calidad y el precio de los productos y servicios que se ofrecen allí. Por eso no debe sorprender que sus competidores, para recuperar espacio, se mimeticen con él, acaten e imiten sus costumbres, adopten sus programas. Como el monopolio económico, la hegemonía política anula el riesgo, fortalece el conformismo, internaliza el temor, hace desfallecer la creatividad.

¿Cómo pudo llegarse a esta situación asimétrica? En primer lugar debe reconocerse que en los últimos 25 años, el peronismo contó con dos factores favorables. Uno fue el azar; el otro, la exactitud y la convicción para identificar a los destinatarios de sus políticas. La suerte consistió en que tanto Menem como los Kirchner gobernaron en décadas favorables para la economía argentina. La precisión del foco hizo el resto: ambos gobiernos, con plataformas diferentes, beneficiaron a una porción considerable de la clase media y al conjunto de los sectores populares. La fórmula fue similar: recuperación del empleo y el consumo después de crisis terminales. Resulta paradójico y da qué pensar: con neoliberalismo o con estatismo, la historia transcurrió más o menos igual. Y concluye con el mismo problema: los recursos fiscales están exhaustos. Se acabó el financiamiento genuino.

Como se comprueba, los herederos de Perón reemplazaron el carisma por la distribución, pero no lograron sustentarla. A principios del kirchnerismo, Steven Levitsky, acaso el mejor intérprete del peronismo, se preguntaba por la capacidad de éste para seguir representando a los sectores populares. Observaba que su base sindical se había erosionado, transformándose en un partido clientelista, financiado por recursos del Estado provenientes del empleo público y los programas sociales.

Sostener la oferta peronista, esa aceitada maquinaria de bienestar, implica hoy un costo insoportable para el fisco, endeudado y sin perspectivas favorables a corto plazo. Se habla en voz baja de ajuste económico, pero se omite plantear un tema tal vez más arduo y complejo: la adecuación del propio peronismo a tiempos de crisis y escasez, una prueba decisiva para prolongar o revocar su vigencia, en caso de que logre retener el poder«.

26 Responses to El peronismo, con el viento enfrente

  1. FelipeMartel dice:

    No entiendo porque dice que el peronismo tuvo suerte o gobernó con condiciones favorables.
    Menem y NK asumieron con un Estado que había volado por los aires.
    El precio de la soja compensa semejante punto de partida?

  2. Norberto dice:

    Me parece que como analista político es bastante bueno, a pesar de sus antecedentes en la izquierda dura y lo que no conocía dentro de la filiación radical. Tal vez se deba ver dentro de esto último los vuelcos en materia económica del analista, parece que el señor no entiende nada del tema mas allá de sus preconceptos.
    No entender que en un país desendeudado, su gobierno puede estarlo internamente, es decir con reparticiones del propio gobierno, por ser el emisor del dinero, tiene todas las de ganar, y lo mas importante: tiempo hasta que varíen las condiciones mundiales y nos permitan retomar aquella parte del crecimiento basada en el comercio internacional, sin tener que depender exclusivamente del mercado interno, por suerte insatisfecho.
    En fin, es radical, y eso demuestra que es partidario del austeridicidio asistido por las grandes marcas, al estilo De La Rua y sus boys, en ese pensamiento no existe la noción de independencia y sus ventajas a la hora de tomar decisiones.
    La otra cosa es que el artículo es de La Nazzi ON, y debe pertenencia a su público, verdadero editor de ese pasquín, no es necesario recordar que su linea editorial es la de sus cartas de lectores, en charlas amables con gente del palo, pero no fanática, tipo Wainfeld, no se atreve a emitir opiniones tan discutibles.
    Fuera del tema Gran Jefe, pero no del post, la vela cuadra inflada no es el ejemplo mas adecuado de navegación con viento de frente, aunque lo sea del pensamiento económico de don Eduardo, tal vez un velero con aparejo yawl o sloop navegando en ceñida den con la mejor manera de graficar la condición.
    Nunca menos y abrazos

  3. guillermo dice:

    Fidanza habla del estado financieramente exhausto, Kicillof de reservas adecuadas y superavit fiscal.

    Los dos no pueden tener razon. La vez pasada me dijiste que a lo mejor (esos otros dos) se equivovaban ambos. Emtonces la cosa es quien de los dos se equivoca menos.

  4. Jorge dice:

    tal cual.

  5. Raúl C. dice:

    – El proyecto Menem-Cavallo buscó atenuar los graves problemas económicos con endeudamiento, con ‘plata dulce’. Fue anestésico, mientras pudo mantenerse. Hasta que llegó el momento de pagar.
    – El precio de la soja… pocas veces leí y escuché argumentos tan burdos como ese para desmerecer la política de los gobiernos K. El precio de la soja, a lo sumo, permitió renegociar la deuda. De lo contrario, probablemente se hubiera extendido el default. Tuvo efecto sobre el cash-flow de divisas, pero no explica casi ninguna de las políticas internas (paritarias, nuevos jubilados, movilidad jubilatoria, AUH, ciencia y tecnología, educación, etc.).

  6. bistiarj dice:

    FelipeMartel, es la opinión frecuente del otro lado, matizada por cierto racionalismo, «se distribuyo retroalimentando la base social» y no entregandoselo gratuitamente a otro.
    Creo que lo más importante, al margen del diagnóstico es el problema final, que es propio de los argentinos. Como vamos a recorrer el camino de las «vacas flacas» económicas. Es un desafío importante y excluyente para la Argentina y el peronismo. Si sale bien, podríamos lograr convertir al peronismo en algo más (no por que sea poco) que en el partido de los de abajo, podríamos lograr que sea el partido del desarrollo y de los de abajo, no? A fin de cuenta son los únicos que necesitan(mos) y por eso quieren(mos) el desarrollo económico, social y político.

  7. Capitán Yáñez dice:

    Otro turro a sueldo que vive dentro de un frasco lleno de encuestas.
    Dudo que alguien haya visto alguna vez al mercenario en cuestión caminando por Solano o Berazategui.
    Por cierto, nadie grita hoy «la vida por Perón» ni tiene una foto de Evita en un altar… pero el peronismo sigue ahí, mayoritario y gozando de muy buena salud.
    Y misterioso… para estos «analistas» de pacotilla.

  8. Abel B. dice:

    Acertada la corrección, Norberto. Nunca conseguí el diploma de timonel. En esa pintura, me impresionaba más la roca que el viento (En la realidad, también).

    Abrazo

  9. Silenoz dice:

    No se trata de tener la razón sino de la óptica de la cual se mire, esto determina que por ej., las correcciones las paguen unos u otros…

    Pero buehhh… no se si lo vas a entender…. suerte….

  10. Silenoz dice:

    «Y miserioso…»
    Nooo… don Capi, es ¡¡¡¡LA SUERTE!!! si el neolib e’ lo mesmo que este «keynesianismo chabón (© Abel)» psss…

    E’ de lo peor que ha escrito el patricio este

    Saludos

  11. guido dice:

    Completamente de acuerdo, es una tontería supina, además de soslayar que en esas crisis terminales hay responsabilidad de otros gobiernos.

  12. David (idu) dice:

    La presión fiscal récord.

  13. guido dice:

    Hay un argumento raro en el artículo. El 12% de la población adulta no es poca gente. Pasa el 20% de los electores tranqui. Que dos de cada 10 personas asuman una postura ideológica explícita me parece un montón. Incluso me sorprende ¿Con que lo compara?

  14. guido dice:

    El 12% de la población quise decir, pasa el 20% de la población adulta.

  15. manolo dice:

    Como hemos sobrevivido podemos contarlo Abel. ;-P

    Lo que asombra, a los conmilitones de EF fuera de nuestro país y que él describe, no es la Hegemonía en sí misma; sino el punto de partida y la brevedad con que noqueo a la Hegemonía que adversaba sustituyéndola.

    “El Todo es peronismo” del Intelectual Orgánico de la Internacional Liberal Vargas Llosa.

    En beneficio de los sub 40, dos videos que representan el imaginario del peronismo en 1983, que sería el punto de partida; Peronismo = Caos antítesis del partido del Orden actual.

    La brevedad es visible comparado las edades que tenían en esos años las figuras protagonistas de estos años.

    Aníbal y DOS son del 57, igual que yo, apenas teníamos 25 anos.

    Capitanich y Randazzo, del 64, y Domínguez del 63; que no llegaban a los 20 años, recién salían de la Secundaria y entraban a la Facultad.

    Fernando Espinosa del 68, Urtubey del 69 y Insaurralde del 70; todavía eran estudiantes secundarios de 3º, 2º y 1º año.

    O sea, que en apenas una generación dimos vuelta la taba Hegemónica, ¡y sin aparatos intelectuales o comunicacionales!; que siempre jugaron en contra.

    En cinco años, 1988, una interna monstruosa en lo cuantitativo, superiores a las Socialdemocracias germánicas y nórdicas.

    En 1989 con pleno empleo, saqueos por la híper y Golpe de Mercado, con Menem y la Argentina como Tsipras y Grecia hoy; pero peor.

    No solo colapsaba el Socialismo Real, la URSS; entran en crisis las Socialdemocracias, CAP en Venezuela, Salinas de Gortari en México, Henrique Cardoso en Brasil y Felipe González en España; mientras la China de Deng se lanzaba al “Socialismo de Mercado”.

    En 2001, Argentina como Estado fallido, al nivel del Cuerno de África, Afganistán o Yugoslavia.

    Abel, el microclima de las minorías intensas de la CABA, no nos permite la perspectiva de lo logrado en el último tercio de siglo.

    Siguiendo la lógica de “Marca”, como en España que precisamente señala Fidanza en el artículo, “peronismo” se volvió un “genérico” como Aspirina, Paty, Movicom, Curita, Xerox, Jacuzzi, Chiclets, Maizena, Pampers, cinta Scotch, Savora, Google, Tuper, Gillette, etc.
    http://edant.clarin.com/suplementos/economico/2006/04/09/n-00601.htm

    “Solo el peronismo puede gobernar la Argentina” es una falacia rayana en la pelotudez, pero como para el imaginario colectivo los peronchos no se arredran frente a los quilombos; sean propios o ajenos, se le pide a los NO P que “actúen” como peronistas.

    De allí que si bien es cierto casi un 40% NUNCA votarían a un P, más del 60% NUNCA votaría a un Gorila, como antítesis del PJ.

    A lo sumo, un tercio de ese 60%, podría llegar a votar a un NO P con formas o actitudes justicialistas.

    En fin, así como la marca Birome ya no está en el mercado y TODOS los bolígrafos son Biromes; el “peronismo” a pesar de “no existir”, todos somos peronistas.

    Abrazo boligrafico.

  16. Abel B. dice:

    Brillante, Manolo. Ahora estoy escribiendo la crítica a Fidanza y en un rato la subo. La crítica a lo tuyo… redactarla me va a llevar bastante más tiempo

    Abrazo procesador de texto

  17. ricardo j.m. dice:

    parece una publicidad subliminal de ATI demostranto los problemas psicologicos que prodece usar N VIDIA

  18. ricardo j.m. dice:

    produce

  19. carlos de los santos dice:

    el peronismo es mucho mas que un concepto electoral, es una cultura politica, que sabe crear REPRESENTATIVIDAD, donde hay una necesidad hay un derecho y alli el peronismo crea ORGANIZACION.

  20. […] el posteo anterior con el artículo de Eduardo Fidanza El peronismo ante su propio ajuste, recibí mensajes privados de amigos personales diciendo (resumo) “¿Cómo se te ocurre […]

  21. Raúl C. dice:

    Eso, la redistribución.

  22. Mariano T. dice:

    Arrancar después de una crisis es una enorme ventaja política. Durante los 4 primeros años se le puede echar al anterior la culpa de las cosas malas. Y aprovechar políticamente cuando se sale de la crisis. Además, el consenso para cualquier cambio de política (las privatizaciones en los 90, el estatismo ahora) es mucho más fácil de conseguir en una crisis

  23. Diego dice:

    Felipe, es que es así la cuestión cíclica de la economía argentina. Después de tocar fondo queda un tipo de cambio muy favorable y desde ahí es esperable tener un lustro que arroje datos de crecimiento económico positivo. En el caso de NK ni siquiera tuvo que pasar el «veranito» de 2002 que se «bancó» Duhalde aguantando los trapos de la devaluación desde el aparato político bonaerense.

  24. guillermo dice:

    Si A dice que el estado está financieramente exhausto y B dice que las reservas alcanzan para enfrentar todos los compromisos y hay superavit fiscal, son declaraciones sobre hechos mensurables. La óptica no tiene nada que ver conque tengas plata para llegar a fin de mes, las cifras sí. Las cifras no son cuestión de óptica. Lo de las correcciones es sobre quien paga los platos rotos, no sirve para aclarar si los platos eran de porcelana o loza berreta. Que es la contradicción entre Fidanza y Kicillof.

    Tu cierre seria explicable, pero no aceptable, en alguien que diese muestra constante de ser tanto mas inteligente que el resto. En tu caso…

  25. ricardo j.m. dice:

    pero es realidad A no tiene acceso a los datos reales ni le importan porque esta haciendo militancia politica desde la oposicion y B es el ministro de economa que tiene los datos reales.

    pero para guille nuestro maximo lider intelectual cree que hay gente mas inteligente que el resto cuando en verdad somos todos inteligentes y lo que nos diferencia es nuestra sabiduria y su aplicacion.

    pero bueno en el resentimiento de los formateados para ser la raza superior, en su ignoracia. se sienten dueños de la inteligencia jajaja que tontos no?

  26. guillermo dice:

    Yo no dije que A o B tengan razón, lo que dije es que los dos no pueden tenerla.No se de quien hablás como ‘para Guille nuestro máximo líder intelectual’, nunca he hablado de lideres intelectuales, maximos o no. Me hacés acordar a Donald Trump, repitiendo lo que dice a pesar de lo que se le pregunte o diga. La mentalidad populista es la misma en todas sus manifestaciones. Fijate en Trump, y te va a ayudar a entenderte mejor.

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